Sábado 26 de Mayo de 1804.
rganos de los sentidos. Quantos han hablado con rigor y exactitud filosófica llaman á los sentidos órganos de las sensaciones, ú órganos sensorios, pero de aquí en adelante ya sabemos que no se han explicado bien, y que se puede dar una idea mas analítica de la cosa, diciendo órganos de los sentidos, cuya expresion ampliada equivale á esotra órganos de los órganos de las sensaciones, ú órganos de los órganos sensorios, ó finalmente organa organorum per omnia saecula saeculorum. Amen.
Las percepciones deben entrar por los órganos de los sentidos. ¡Sublime metafísica! Original y flamante de todas veras. Creian los filósofos que los sentidos, como órganos que son ó instrumentos de las sensaciones, transmitian un movimiento al sensorio comun en fuerza de un contacto verificado en ellos, y que la percepcion pertenecia al alma, que la tenia sin saber cómo; y este misterio de la metafísica que tanto ha embarazado á los filósofos mas profundos, se explicará desde hoy para siempre del modo mas claro y perceptible, porque entrando las percepciones por los órganos de los órganos, hechas y derechas, y como Pedro por su casa, no tiene que hacer el alma sino servirse de ellas como mas le acomode, ¿hay en el mundo quien haya corrido el velo á la naturaleza con tanta sencillez?
La consistencia y el modo de impresion en el tacto: la consistencia de los cuerpos es el grado de adherencia, union ó tra-con relacion á las sensaciones, el modo de impresion en el tacto es todo lo que percibimos, pues la consistencia es una idea secundaria, dimanante del modo de la impresion; en suma, el modo de impresion y la consistencia del cuerpo que la hace, con respecto á las sensaciones, son una misma cosa, pues no se siente la consistencia, sino la impresion; esto es lo que se ha creido hasta el dia de hoy, para adelante ya sabemos que se necesita que los órganos de los sentidos del joven médico esten muy expeditos, no solo para transmitir el modo de impresion que los cuerpos hacen en el tacto, sino tambien su consistencia.
Porque de lo contrario careceria de muchas ideas necesarias, ó las tendria erróneas ó confusas.
Pero esto es igual á tener pocas y malas ideas.
Luego substituyendo será:
1.ª razon. Tener pocas y malas ideas.
Porque necesita tener muchas y buenas percepciones.
Pero las percepciones se ordenan á las ideas.
Luego substituyendo la final será:
2.ª razon. Tener muchas y buenas ideas.
Y ordenando la qüestion será:
Pero
+ Tener pocas y malas ideas.
=
- Tener muchas y buenas ideas.
Luego substituyendo é invirtiendo será:
2.ª + Tener muchas y buenas ideas,
1.ª - Tener muchas y buenas ideas.
2.ª = + Muchas y buenas ideas.
1.ª = - Muchas y buenas ideas.
Pero
+ Muchas y buenas ideas.
— Muchas y buenas ideas.
= 0
Luego + la 2.ª razon — la 1.ª razon =0.
Pero esto es un absurdo lógico.
Luego las dos razones no son mas que una y muy trabajosa...
No faltará quien en vista de la precedente demostracion sospeche, y aun deduzca como uno de sus corolarios, que el autor del discurso no tenia muy expeditos los órganos de los sentidos, quando multiplicando una razon por ella misma, sacó dos en el producto, no debiendo ignorar que el quadrado de 1 = 1; pero yo que miro la cosa baxo de un aspecto muy diferente, sospecho que el autor quiso enseñar el modo de hacer un gran sayo con poca tela; un gran edificio con pocos materiales, y un gran discurso con pocas ideas. repentista, á quien bastaba encomendar el sermon por la noche para predicarlo y lucirlo al dia siguiente; creian todos que nada escribia, sino que hablaba de improviso por el copioso caudal de su ciencia y erudicion; pero él, que sobre muy docto era modestísimo, aseguraba que todos sus sermones estaban escritos con la extension y amplitud necesarias. Verificada su muerte acudieron varios oradores con el deseo de ver y adquirir sus papeles, pero quedáron maravillados y aun absortos, al ver que efectivamente habia escrito todos sus sermones, pero los habia escrito del modo siguiente:
Sermon de San Antonio de porque está en el cielo.
Punto segundo. Que los veedores y demas individuos del honrado gremio de zapateros son unas gentes muy buenas, y esto se prueba porque se emplean en dar este culto al Santo, lo qual es hacer buenas obras.
Punto tercero. Meter mucho fárrago.
De modo que miradas las cosas á buena luz yo no se que se necesite ninguna particular habilidad ni para dar una gran
Cuerdo loco al revés Yo pienso que el Cuerdo loco
Vierte especies á trompon, Se desluce en esta parte
Mas sin darlas extension Porque no ha estudiado el arte
Ni aun nombrarlas otra vez. De hablar mucho y decir poco.
Necesita además el jóven médico un gran talento, no sola para lucirlo en el aula, sino también para curar en lo sucesivo.
Hizo bellísimamente el autor de las reflexîones sobre la voz práctica en publicar su agradecimiento al Canciller Bacon, como lo hace (página 16 de las Variedades) por estas palabras: Tributemos gracias y eterno reconocimiento al restaurador de la razon humana, al inmortal Canciller de Bacon de Verulamio. Yo no me atreveré á decir que
El supuesto profesor, Y vean si es al intento
Á quien le diera el Señor La pregunta que discurro:
Luz tan copiosa y tan clara: ¿Habrá en el orbe otro burro
Demos tambien que se hallara Con mejor entendimiento?
Tambien es digno de notarse que el joven médico necesita el talento grande para dos cosas; no solamente para una, que es lucirlo en el aula, sino tambien para curar en lo sucesivo. En quanto á lo primero hará muy bien en lucir su talento, porque es suyo, y Dios se lo ha dado, y en quanto al curar, que es lo segundo, sabemos ya lo que nadie, hasta hoy, habia sabido, que un médico tonto no curará bien sus enfermos.
Es de la mayor importancia que el futuro médico haya estudiado humanidades, que le formarán el gusto en la lectura, y le enseñarán á ver las cosas en grande.
Ahora resulta claro que el joven médico es médico de futuro, ó médico in via. Bórrense pues, y tíldense por inútiles y ociosas las reflexîones que sobre este punto hice al principio, y perdonen los lectores por la molestia, que á otra vez iré con mas tiento.
Ver las cosas en grande: Graecum est, non legitur.
Quanta sea la utilidad de los estudios que llamamos huma-
Que te ves atormentado Poesía ú oratoria
Por un dolor de costado, Que te aplique su talento,
U otro accidente mayor; Despichas, cesó el tormento,
Si es humanista el Doctor, Y te hallarás en la gloria.
La geometría y la mecánica son unos de aquellos estudios sin los quales no debe admitirse á nadie al de la medicina, siendo tan obvias las razones de esta necesidad, que no es necesario detenerse en su exposicion.
Tiene muchísima razon el autor, y yo seria un majadero en salir con mi candileja á las doce del dia, como andaba el buen
Sufficit, atque basta de primores, porque conteniéndose los referidos, y
En efecto, adherido á tan viles ideas no queda en su corazon el mas pequeño vacío para recibir aquellos sentimientos que dicta la humanidad: así es que ni la amargura que habita en el obscuro alvergue de la viuda desconsolada, ni el decadente estado del artesano enfermo, ni la desgraciada suerte del huérfano desvalido, ni los tristes suspiros de tantos pobres agobiados con el yugo de la miseria, excitan en su pecho el efecto mas mínimo de compasion; y mas insensible que los duros peñascos consiente que los frutos que recibió de la naturaleza aprovechen mas bien á los despreciables insectos que los roen y consumen por instantes, que sacarlos de sus silos para alivio de los infelices que ve morir lentamente al rigor de la indigencia. ¡Ah bárbara impiedad, que has llegado hasta el exceso de completar la desdicha de los tristes objetos de la adversidad! Y ¡cómo debo asegurar que solo el indolente avaro es capaz de nutrir en su corazon tan monstruosas iniquidades! Porque, ¿qué hombre sensible podrá mirar á su semejante transido de hambre, sin poner en sus manos aquella pequeña parte de pan que solicita para su vital exîstencia? Y ¿qué racional que conserve todavía en su corazon alguna leve señal de humanidad no se enternecerá al oir
Y ¿qué diré pues de nuestro avaro quando en aquellos últimos momentos de su vida le sea forzoso dexarlo todo sin remedio? ¿Quando el ídolo á quien sacrificó su corazon atormente sin cesar su espíritu desfallecido? ¿Podrá este hombre tener quietud en aquellos instantes, y esperar misericordia de su Dios despues de una vida tan injusta y relajada?
La respuesta la darán aquellos penitentes solitarios de la Thebaida, que habiendo macerado sus miembros con santas crueldades, alimentado su espíritu con fervorosas oraciones, y menospreciado los caducos bienes, se estremecen sus carnes con la memoria del último suspiro.
Esta corta reflexîon, si tuviese entrada (que lo dificulto) la mente de un hombre tan obcecado, le hará conocer el caos de miserias en que se halla sumergido, y le excitará á exercer en adelante la liberalidad, única virtud para extirpar su desenfrenada pasion, y tener esperanza de libertarse de los mismos castigos que atormentan incesantemente al rico avaro en las obscuras cabernas del abismo.
Sírvase vmd., señor Presidente, publicar en su periódico esta sucinta produccion, que aunque estoy muy léjos de creer se consiga por ella la extinción de un contagio tan extendido, al ménos puede ser que llegando á manos de algún avaro el retrato que representa su misma maldad, fomente su desengaño, convierta su corazon, y se horrorice del ídolo seductor que le tiene alucinado. Saluda á vmd. su corresponsal.
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Con Real Privilegio.
En la Imprenta de la Administracion del Real Arbitrio de Beneficencia.