DISCURSO XIV.
Bien quisiera, Señor Editor,
desahogarme con V. sobre un pensamiento, que acaso no dejará de alarmar
la atencion de los lectores de su Caton. De este
será efecto el honor de nuestra Patria, interesará á la Nacion,
divertirá, será instructivo, y causa de alguna produccion necesaria.
Bien sé que un Discurso periodico es corto espacio para lo que le voy á
proponer; pero á este seguirán los que sean necesarios hasta descubrir
alguna parte del tesoro que pisamos, y no conocemos. ¡Que dolor no siento viendo ir á buscar á
tanta costa á casa agena lo que incogni-to tenernos en la
nuestra! Sin duda es digno de llorarse. En un M. que tengo de nuestro
Sarmiento casi en todas sus paginas leo lo
vituperable y reprehensible que es la desidia de los Gallegos, siendo
asi que solo de lo que sobra, y no se hace caso en Galicia, se
podrá enriquecer todo el Reyno. Pero para esto no se ha de valer V. de
los Autores antiguos, ni modernos de otros Reynos, pues los mas de estos
no han hecho otra cosa que copiarse unos á otros, y los primeros mal
podrian saber lo que tenemos de bueno, por haver escrito en diversos
Reynos en otra lengua, y en distintos terminos que los nuestros.
Hipocrates, Teofrasto, Diascorides, Galeno, Aëcio, Egineta
&c. han escrito en Griego. Celso, Plinio, Apuleyo, Aureliano
y los Autores de re rustica
escribieron en latin, latinizando las voces griegas. Avicenay los demás Orientales Mahometanos han escrito en
Arabe. Mesué, Serapion, y
otros en Siriaco. Ninguno de estos podia ni debia usar de voccs muy
adaptables á nuestros oidos; y asi ha sido necesario é inevitable que
leyendo sus Obras traguemos sus exoticas voces;
entendamoslas ó no. De que se saca que mal podrá servir de provecho á un
Gallego ó Español un Autor que ha escrito en Indias á sombra de tejado,
en diversa lengua diferentes cosas, y con distintos terminos. Digo á
sombra de tejado, pues los mas han hecho de ese modo; debiendo ser en
las campiñas (y V. tendrá buena proporcion, supuesto está en un retiro)
manosear, oler, gustar todos los vegetables que Dios ha criado en el
pais circunvecino, ponerles los nombres vulgares que han tomado de los
paysanos, las virtudes y usos en que estos los emplean para este efecto,
y para la otra enfermedad ¿Que asunto mas util podrá V. proponer al
Público? De donde sacariamos mas provecho ? Sin duda seriamos felices,
si como deseo se diese principio á la Historia natural de Galicia.
Entonces si que echariamos por tierra, y arrancariamos de raíz la vulgar
preocupacion: Que de Galicia
no puede venir cosa buena.
Los Clunos no han hecho caso de otros países para tener su Historia
natural, y los Provinciales Americanos para tener la suya,
ni necesitaron de libros, ni de saber si havia mas mundo que el suyo.
Mas de dos veces he reflexîonado en que el conocimiento de los mas de
los especificos y selectos mixtos para la Medicina, y para otros
utilisimos usos nos les han comunicado los idiotas é iliteratos de
países remotos. Es verdad que si se ha de creer á algunos Autores
modernos, las ponderadas virtudes de aquellos mixtos exoticos tienen sus
peligrosos contrapesos: Sea ó no sea asi, es cierto que si á la Medicina
se le separan los mixtos que ha tomado de los Barbaros le quedarán muy
pocos. Dirase que en España ó no hay, ó no se conocen los
mixtos necesarios para las enfermedades de los Españoles, y que por lo
mismo es preciso buscarlos en países remotisimos. Este trampantojo le
han inventado los Droguistas, como el otro de que aunque en España haya
el mismo mixto que en el Oriente y Occidente no tiene la misma virtud
medicinal. Muy de otro modo se me representan las cosas: Estoy firme en
que supuesta la identidad de un mixto mas virtud tiene para una
enfermedad Española que nace en España, que el que ha
nacido en el Oriente. La virtud se debe graduar, no por la mayor ó menor
actividad, sinó por la mayor ó menor proporcion para el cuerpo enfermo.
Esto se palpa en los alimentos, en el ayre, y en el clima. El que ha
nacido en un clima determinado, que ha respirado tal ayre, que se ha
alimentado de los frutos del mismo país, y que ha vivido y vive sano en
él, si llega á enfermar en el mismo país, hallará el remedio.
No hablo de las enfermedades perentoriamente mortales: para estas como se
dice: contra vim mortis non est medicamen in
hortis. Hablo de estas, que es injuriar á la Providencia Divina
el creer que para curar la enfermedad de un Español crió el remedio á
mil ó dos mil leguas distante de España. Tan lejos de esto es tan propicia
y liberal con las enfermedades de los hombres, que he leído, y por mi
mismo he observado, que el país que es muy propenso á tal enfermedad
abunda por extremo de los vegetables que son su inmediato remedio; de
manera que por la mayor abundancia de tal vegetable en un
país, si se sabe su virtud, se sabrá á que genero de enfermedad están
sujetos por lo comun los paysanos; y al contrario sabiendo el genero de
enfermedad, á que casi todos están sugetos, se podrá indagar la virtud
del vegetable que es mas comun en el terreno.
Dicese, que por lo regular nace no lejos del veneno el antidoto
correspondiente. Creolo, pues he leído que la planta Antora, unico remedio del activisimo veneno el Napelo ó planta Thora,
nace junto á la misma Thora ó Napelo. Siendo asi y estando los Españoles sujetos á todo
genero de enfermedades, como dice el Señor Feyjóo, y la experiencia lo demuestra, es consiguiente
haya en España todo genero de mixtos para todo genero de
enfermedades.
Añado que los vegetables, que trasplantados á España se acomodaron bien á
nuestro clima, se deben preferir á los mismos nacidos fuera de
España, y trahidos á élla.
Asi, en caso de usarse de la Jalapa, ó del Maíz v. gr. preferiría yo el maíz y
la jalapa, que ya se han connaturalizado en nuestra Peninsula. ¿Quien dirà que el maíz patrio ya en
España no es buen alimento, y que es preciso que los
Navios nos traygan el nacido en America? Firmemente creo, que si huviese
poco maíz ya le huvieran levantado el falso testimonio de que era flojo,
sin virtud, y que no valia para alimento, ni medicamento.
La otra parte de la replica, que aun suponiendo que en Galicia ó
mas bien en España huviese los mixtos necesarios
para las enfermedades de los Españoles sería lo mismo que no
haverlos, pues no se conocen, es mas cierta de lo que quisieran
los que se lastiman de la poca aplicacion de los Españoles á la Historia
natural de su país. No niego que hay muchos curiosos; pero ese numero es
muy corto, y lo es mas el de los que por si mismos se dedican á
estudiarla en los montes, valles, vallados, y campiñas. Los mas sacian
su curiosidad con la lectura de los libros. De estos á mi no me faltan
algunos curiosos de la Historia natural de otros países; pero porque no
los tengo de la Historia natural de España, tan lejos de saciar
mi curiosidad, solo me excita el apetito de saber todo y quanto Dios ha
criado en esta Peninsula.
No me impute que en lo que llevo dicho desprecio los libros
de la Historia natural de otras partes, y que pretendo que en España no se
introduzcan mixtos de países remotos; no es este mi dictamen. Lo que
quiero y debe querer todo Español zeloso es que primero sepamos lo que
se cria en España, que lo que se cria en otras Regiones, y
arreglar los libros á los mixtos, y no, como hasta aqui, los mixtos á
los libros. Entonces se podrán dividir estos segun alguno de los
sistemas, ó inventando otro de nuevo, pues no hay cosa mas facil si se
tienen todos los materiales presentes, pero originales. La causa de ser
defectuosos muchos sistemas es por que se han hecho de los materiales
recogidos de los libros, cuyas descripciones, ó son falsas, ó diminutas
y contradictorias. La mayor parte de los mixtos de Diascorides ni aun se conocen con certeza, ni
jamás se conocerán, porque no hizo individual descripcion de ellos. Lo
contrario sucederá con los mixtos Españoles, si, como es razon y deseo,
se caracterizan en flor, fruto, raíz, tacto, olor, color, sabor, &c.
Despues de pre-parada asi la Historia natural de Galicia,
vendrá á tiempo el conocimiento de todos los demás mixtos de Asia,
Africa y America; y tan lejos de oponerse á ese
util conocimiento, hace años que dije que si tuviese yo poder no havia
de haver vegetable alguno en todo el Orbe que no tentase y solicitase
que se avecindase en España, y en virtud del cultivo se
connaturalizase en ella. En España hay climas para todo.
La misma tentativa se debía hacer con los animales y aves que no
ocasionasen perjuicio; pero, como llevo dicho, primero es saber que es
lo que tenemes en casa, que averiguar que es lo que se cria en la agena.
Por no haver atendido á esto, no se sabe que quisicosas son las
infinitas drogas, que de longas tierras se introducen en España. De
las mas solo se sabe que se venden muy caras; que no pueden menos de
venir pasadas y añejas, y que acaso vendrán ya mareadas y corruptas á
causa del mucho tiempo, mucha distancia, mucho mar y mucha tierra, y por
la detencion que suele haver en la venta. A esto se deben
atribuir las frequentes quejas de la poca virtud de esas drogas; y aun
quando se ha pagado muy bien la ciega credulidad de que la tenian
especifica, quejase el enfermo al Medico; este culpa al Boticario; este
al Droguista; este al Comerciante; este á su Factor; este al paysano
Oriental que vendió la droga; y en fin este echa la culpa á los malos
años.
Notará el menos erudito, que sobre las drogas que nos vienen de la
America, no hay la centesima parte de contradicioncs en
los libros sobre su identidad, aunque haya algunas controversias sobre
sus virtudes; y esto porque? porque los Antiguos no han escrito de
ellas, y solo escribieron los que las han visto, y manoseado; y porque
estos generos no solo vienen por manos de los mercaderes, sinó tambien
por manos de eruditos y curiosos; no asi los generos orientales cuyos
nombres ininteligibles se hallan en los Antiguos, y de los quales basta
ahora no se saben con certeza sus verdaderos significados.
Si se tomáse la providencia de que Me-dicos y eruditos
curiosos pasasen á Levante, y que alli recogiesen varios
mixtos con sus nombres vulgares y usos del país, para traherlos
originales á España con su semilla, nos vieramos libres de creer y
copiar tantas contradiciones. No ignoro que los doctos de países
estraños han pasado con este fin al Oriente, y que han sido muy utiles
sus viages; pero por ir preocupados con los nombres de los Antiguos, y
por la manía de querer poner otros nuevos de su capricho se ha hecho
inutil para otros este trabajo, Explicaréme:
Halló Mr. Tournefort en el Levante una curiosa planta,
y la llamó Morina por respetos de Mr. Morin. Trata de ella, y la nombra Morina Orientalis carlina folio. Describela con exâctitud,
como acostumbra, y aun señala el sitio. Todo es muy del caso, pero todo
es poco. Pasa qualquiera al Oriente, y desea coger aquella planta, pero
no puede ir al sitio en donde la halló Tournefort. Quiere informarse de los naturales: ¿les ha
de preguntar por la planta Morina? Si Tournefort huviese puesto el nombre arabe ó
griego que vulgarmente se usa, con sola esa señal
hallaría la planta el que iba á buscarla sin necesitar á Mr. Morin para maldita la cosa.
A este tenor podría citar mil
exemplares, y mientras no se haga mas aprecio y estudio de los nombres
vulgares de los mixtos, todo lo demás será confusion, y un estorvo para
el progreso de la Historia natural.
Francisco
Hernandez observó por orden de Felipe II.
la Historia natural de la nueva España con bastante individualidad, y
aun ha sido forzoso que se imprimiese en romance y en latin. Nicolas Monardes en Sevilla iba observando los
mixtos que llegaban de la America, y escribió en Castellano, y
Garcia do Orto en Portugues, los mixtos de las Indias Orientales. Estos
tres Autores son raros, caros, y muy estimados de los extrangeros: y
porque? porque solo escribieron lo que vieron, y porque añadieron los
nombres vulgares del país mismo de los mixtos.
En vista de lo dicho qualquiera conocerá á donde tiran mis deseos.
Quisiera que se repartiesen por Galicia con autoridad pu-blica tantos hombres á lo menos, como hay Obispados, y que en cada
país Diocesano observáse cada hombre con dos ó tres compañeros zelosos
todo quanto se cria en el país terrestre ó marino, que pueda servir para
la Historia natural. Otras mayores empresas hemos visto.
Y siendo asi no dudo que Vm. se dedicará en manifestarnos lo que tenemos
en Galicia, tocante á los tres reynos animal, mineral y
vejetable, y con esto nos librarémos de tragar las versiones antiguas, y
terminos contrapuestos, de que está corrompida la Botanica. En todo
quanto leí de esta facultad, y repasé mucho los tres corpulentisimos
tomos de Juan Bauhino, unicamente tropecé con el Colchico gallego, y esto porque un Consul Ingles,
que estaba en Galicia, participó á Inglaterra la noticia del
dicho Colchico.
En el Autor Limon hay una ligera noticia de las Aguas
medicinales de Galicia; siendo asi que solo de sus aguas, baños,
&c. se podria escribir un grueso volumen. ¿Que cosa mas util y
provechosa para el publico que el que un Medico curioso y
exercitado en la Quimica repasase todo el Reyno de Galicia (aunque
lo costease el mismo Reyno) y notáse todos los sitios en donde hay aguas
medicinales, ó para beber, ó para baños; que hiciese analisis de las
mismas aguas; y que en virtud de esto prescribiese estas y las otras
para esta y la otra enfermedad? Por falta de un libro semejante muere
infinita gente en los baños, pues se suelen recetar á bulto, y los mas
cercanos al enfermo. Pero esto,
Señor Editor, quiere mas despacio, por lo que, y por esta vez deja de
molestar á Vm. su Servidor -;- T. J. R. d M. -;-
CONTINUACION DEL EDITOR.
De todas quantas
artes aprenden los hombres la Medicina es la mas incierta y falaz, y
quien no conoce esto mismo, no es buen Medico. Sin embargo no deja
de tener conocimientos ciertos, y principios fijos, que cada dia
pueden recibir mas perfeccion, añadiendola siempre nuevas luces.
Pero por nuestra desgracia desde el siglo XVI. acá, una torpe indolencia ha sumergido los espiritus en una vergonzosa
inaccion. Nada han adelantado los Medicos, siedo asi que las mismas
ventajas que se lograron en aquella epoca, podían esperarse ahora,
si se estudiasen mas las virtudes de los simples. Por tanto no sin
razon escribió Plinio, que la
Naturaleza ha provehido á todas las Naciones y países de remedios
para infinitos males; pero que no se conocen. La causa de esta falta
de aplicacion me parece que sin temeridad se puede atribuir á que en
la Medicina como en todas las demás Ciencias siempre huvo algun
Autor Principe respetado de sus Profesores como su Legislador, y
cuyas sentencias se tienen por poco menos que infalibles. Ocupado
asi el entendimiento de la admiracion, cree que no puede pasar mas
allá de donde llegaron sus maestros, y esta falsa opinion hace
desmayar los animos y estancar los progresos de las ciencias. Nada
hay mas dilatado que el estudio de la Naturuleza, el qual necesita
reflexîon y experiencia, que son dos cosas que deben darse
precisamente la mano. Para observar pues, quanto
presenta este inmenso espectaculo, es necesario salir de casa,
recorrer las tierras y analizar las plantas y aguas; pero ninguno
puede fomentar mas bien este estudio que los Principes y personas
poderosas, porque muchas experiencias exîgen tantos gastos, que
ningun particular puede sufrirlos. Uno de los sabios reglamentos que
el Govierno podia hacer, sería sin duda informarse de los sugetos
aptos para hacer experimentos, y destinarlos de su quenta á hacer
esta requisicion de todo lo recondito de la Naturaleza en España.
Sería esta una disposicion de la mas util economía. Por lo que á mi
hace no tengo un momento de vida que no aproveche en tan preferible
estadio; pero por mucho que sea este, siempre será corto con
respecto á su vasta extension, y haciendolo yo solamente.