Zitiervorschlag: Anónimo [Ventura Ferrer] (Hrsg.): "Núm.44", in: El Regañón general, Vol.1\44 (1803), S. 345-352, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.1687 [aufgerufen am: ].


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NÚM.° 44.

Sábado 29 de Octubre de 1803.

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SECRETARÍA.


CORRESPONDENCIA LITERARIA DEL MES.
CARTA DÉCIMAQUINTA.

Natura duce.

Séneca.

Ebene 3► Brief/Leserbrief► La poesía dramática tiene unos grandes escollos, de que pocos han sabido libertarse. Estos escollos son las reglas. Por no seguirlas absolutamente se extraviáron nuestros cómicos antiguos. Por seguirlas demasiado se extravian muchos de los escritores modernos. Los unos creyéron que las reglas eran unas travas insoportables; los otros se imaginan que el menor delito contra ellas es suficiente para la proscripcion de una pieza.

Est modus in rebus.

Es un disparate clásico negar que Aristóteles, Horacio, Boileau, Luzan, &c. diéron en sus preceptos unos remedios poderosos para hacer interesantes las piezas teatrales, conservándolas en los límites de la verosimilitud y de la propiedad. Pero creer que las artes poéticas han agotado todas estas leyes, y que no exîsten ni pueden exîstir otras, es un absurdo de primera clase. El espectador juicioso, sin estar iniciado en las poéticas, conocerá muy bien quando la representacion falta á la verosimilitud.

Desde que se introduxo en los teatros la comedia sentimental, ó tragedia urbana, armados los críticos de citas griegas y latinas, se levantáron contra este nuevo género de drama. La tempestad cesó, porque éste nunca llegó á estar en voga, pero apénas se levantó Kotzbüe á restaurarlo, como Moliere había [346] restaurado la comedia, quando he aquí que empiezan á llover las críticas y las sátiras. La comedia sentimental (dicen) no es comedia, porque no ridiculiza: no es tragedia, porque sus personages no son conocidos: luego ni es tragedia ni es comedia: luego es un género bastardo. Con este formidable dilema quisiéron aterrar á los poetas, y no se contentáron con dar un nombre tan poco honroso á la comedia sentimental, sino que la ridiculizáron, y excitáron algunas carcaxadas de un hombre de mal corazon, ó de un partidario ciego. Bello triunfo por cierto hubieran conseguido, si como se han jactado, hubieran extinguido aquellas lágrimas dulces que honran á quien las derrama.

Dic meliora piis, erroremque hostibus illum.

Tal es el sistema de los que se apellidan restauradores del gusto. Todo es malo quando una nacion entera lo adapta: solo es bueno aquello en que ellos se singularizan. Pero vamos á razones: veamos en que fundamentos estriva el mérito de la comedia sentimental.

Ebene 4► Los que atribuyen al hombre una risa maliciosa é innata por los defectos de sus semejantes, una propension natural á ridiculizarlos, hacen muy poco honor al corazon humano. Esta risa burlona, esta inclinacion al ridículo parece natural, porque es tan comun, y quizá es tan comun porque desde tiempos muy remotos la comedia enseñó á los hombres á ridiculizar. Sin embargo, es laudable el fin de los cómicos quando se valen de esta poderosa arma. Quisiéron desterrar de los hombres algunos defectos y vicios, pintándolos vivamente sobre las tablas, y aunque hasta ahora no sabemos que Harpagon haya hecho muchos hombres generosos, ni el Tartufe haya desterrado muchos hipócritas, con todo, se puede decir que el ridículo es un resorte poderoso para preparar los corazones á las impresiones de la virtud en aquellas personas de buena índole y carácter. Sin embargo, la masa del pueblo, que es la principal parte de la concurrencia á los teatros, no está dotada de esta recomendable qualidad, ora sea esto efecto de una educacion viciada, ora de unas costumbres groseras y duras. En el pueblo pues, el efecto que produce el ridículo es muy diverso. La malicia compara los defectos agenos con los de la representacion: se hacen aplicaciones, se murmura, y aunque se llamen harpagones los avaros, y tartufes los hipócritas, el número de éstos y aquellos no ha disminuido. El vicio permanece, y el ridículo se cansa.

[347] Fuera de esto, los límites de la comedia son tan estrechos, que la mayor parte de los vicios, los mas comunes, no estan á tiro de sus armas, y solo combate con aquellos que pueden excitar la risa. Así se ve que escasos estan los caractéres cómicos para ponerlos sobre las tablas, quando se repiten con tanta freqüencia en todos los teatros del mundo las pinturas de los hipócritas, los avaros, los pedantes, los trapalones, &c. quando los mismos poetas modernos aseguran que estan temerosos del buen éxîto de sus piezas, porque sus predecesores han agotado ya la materia. De este modo, por una injusticia harto sensible, es muy estrecho el círculo de los caractéres cómicos, miéntras no se toca ni se habla nada de un sin fin de males que oprimen diariamente á la sociedad, y he aquí uno de los fines de la comedia sentimental. ¿Será lícito queden intactos tantos bellos y sublimes asuntos, solamente porque las reglas se oponen? Y ¿qué le importa al espectador que Aristóteles dixera esto ó lo otro, quando él experimenta las mas gratas sensaciones en el curso de la pieza, y vuelve á su casa con mas fondo de generosidad y de virtud? Admirables son las reglas de la poesía dramática, pero en el corazon hay reglas anteriores para juzgar de lo bueno y de lo bello.

Tambien es menester confesar que las armas de la comedia sentimental son mucho mas poderosas que las de la comedia propiamente dicha. El ridículo hace una impresion efímera y superficial: mueve la risa sin interesar; y agrada sin llegar al corazon. Así se ve quan dificil es reirse en la segunda representacion de una pieza burlona. Así se ve que las mejores comedias tienen una época en que brillan, sin volver á lucir mas. Los teatros de Paris estan desiertos quando se da alguna pieza de Moliere, igualmente que lo estarian en Roma si quisieran representar los Adelpleos de Terencia, y como lo estarian en Grecia (sí en Grecia hubiera teatros) quando echaran el Plutus, ó las Nubes de Aristófanes. Un exemplo de esto tenemos en nuestras comedias antiguas. El Castigo de la miseria, el Hechizado por fuerza, ya no hacen una tercera parte de la impresion que hacian en el tiempo en que se compusiéron, y dentro de veinte años no habrá quien se ria de la Mogigata, ni del Baron. Pero que se miren esas tragedias inmortales de Racine, de Crebillon, y de otros posteriores. ¡Qué diferencia! Los teatros nunca se ven vacíos quando se representan: por muchas veces que se repitan, los espectadores siempre se interesan, aplauden con entusiasmo, y derraman lágrimas. ¿De dónde na-[348]ce esta diversidad? De que la tragedia mueve el resorte mas enérgico del corazon; la terneza. Iguales armas usa la comedia sentimental.

Pero ya oigo que me dicen: bien está, si la tragedia usa de ese resorte, úselo muy enhorabuena; pero que no se meta la comedia en usurpar derechos agenos. Estése cada qual en su casa, y dexe vivir á las agenas. Señores críticos: la comedia sentimental usa de los resortes de la tragedia, pero en términos en que esta no pudiera exercerlos. La gravedad de la tragedia quiere personages conocidos, condecorados, y célebres por sus desgracias: así lo han querido los legisladores del Parnaso, como si no pudieran interesar personages desconocidos, y de una extraccion decente ó media. ¿Qué haremos pues, si entre esta última clase se proporciona una escena tierna, interesante y virtuosa? ¿ Desperdiciaremos la ocasion de que el pueblo se interese, llore, y ame á la virtud, fundados en que Menó y Beltran no son Edipo ni Agamenon? Está bien que los autores no permitan un drama de esta clase, pero ¿se debería haber dexado la conquista de la América, solo porque nada nos hablan de ella los historiadores y geógrafos antiguos? ó ¿dudaré yo de la exîstencia del Tiburón solamente porque Plinio no lo mienta en su historia natural?

Fuera de esto. El hombre se interesa mas en aquello que mas cerca le toca, y los personages de la tragedia estan en una clase tan superior á la nuestra, que su altura nos oprime y abate. Por la misma razon los hechos son tan extraordinarios, tan maravillosos, y requieren unas qualidades tan sobresalientes, que no encuentran imitadores. Bruto, Idomeneo, Alfonso VIII, Tito, sorprehenden, admiran é interesan. Pero ¿quién de nosotros se puede hallar en los casos en que ellos nos mueven tanto?

He aquí un inconveniente que no se encuentra en la comedia sentimental. Sus personages son conocidos por todo el mundo; sus acciones tan comunes, que ó hemos pasado por ellas, ó las hemos visto en nuestros conocidos. Hermanos reñidos, esposas infieles, amantes infelices, se encuentran en todas partes, y este es otro mérito de la comedia sentimental. La comedia simplemente dicha, puede agradar porque elige caractéres tan señalados y ridiculizados, que no hay quien se haya reido de ellos en otras ocasiones. La tragedia puede interesar por la fama, y celebradas desgracias de sus personages. Pero el género bastardo (como dicen los críticos) saca los suyos de nuestras mismas casas, de personas con quienes tratamos diariamen-[349]te. En fin, todos los géneros dramáticos agradarán miéntras haya reglas teatrales; la comedia sentimental miéntras haya ternura y sensibilidad en el corazon del hombre. ◀Ebene 4

Fisosfilo. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3

CARTA DÉCIMASEXTA.

El Bayle.

Ebene 3► Brief/Leserbrief► Amigo mio, Ebene 4► Allgemeine Erzählung► yo soy, como vmd. sabe, hombre de mediana edad, que con mi industria he adquirido lo suficiente para dar á mis hijos una buena educacion del dia: mi hija mayor, que tiene diez y seis años, despues de otros maestros está actualmente baxo la direccion del célebre Rigodón, uno de nuestros mas acreditados maestros de bayle: éste, con acuerdo de la madre, me obligó dias pasados á asistir á uno de sus bayles, baxo el pretexto de que viera lucirse á mi hija. Confieso á vmd., aunque se rian de mí, que yo no habia visto en mi vida semejante espectáculo, y que quedé sorprehendido al ver lo que llamaban baylar á la francesa. Saliéron un caballero y una dama, que puestos en pie con la mayor formalidad, como quienes van á darse la mano de esposos, comenzaron á dar ciertos paseos muy mesurados, sin tener mas movimiento que el que les daba el violin. Se siguió luego otra cosa que llaman contradanza, sin duda porque es todo lo contrario de la primera danza, porque aquella toda es seriedad, gravedad y sequedad, y ésta toda jovialidad, marcialidad y lubricidad, en la qual habia, á pesar de esto, algunos pasages que no me disgustaban, y varias figuras alegóricas compuestas, segun yo creí, por personas de talento, para la instruccion de la juventud.

Entre otras observé una, que no me acuerdo como se llama, en que el caballero persigue á la dama, que le huye; y volviendo ésta de improviso ácia él, huye éste, y la dama le persigue. Me parece que la moralidad de esta figura es muy clara, y muy propia para inspirar modestia y discrecion al sexô femenino. Pero como los mejores establecimientos estan expuestos á corromperse, debo advertir á vmd. que se han mezclado ya terribles abusos en este laudable exercicio. Yo extrañé, por exemplo, muchísimo el ver á mi hija, sin hacer caso de mi, dar la mano, y tomarla con tanta familiaridad á aquellos caballeritos, [350] y no es esto lo peor, sino que en mi presencia, y en la de otros muchos buenos padres, se atrevian á hacer ciertas posturas y maniobras no muy decentes, de que estaba yo asombrado. En fin, uno de los directores mandó que se tocase mas vivo, esto es, á rebato; cogió á mi hija baxo del brazo, la hizo dar cien vueltas enseñando las piernas, y de improviso veo que la pobre cae desmayada sobre el hombro de su compañero: aunque las demas hiciéron lo mismo, y vi que nadie se asustaba, no pude contenerme sin ir á socorrer á mi hija, pidiendo á gritos y á toda prisa un vaso de agua para rociarla y volverla en sí; pero ¿quál fué mi sorpresa y admiracion al ver que se levantaba muy risueña y encarnada, y que todos los concurrentes se reian de mí, porque no habia conocido que aquello no era mas que otra figura alegórica llamada el desmayo? Lo cierto es que yo quedé sonrojado, que tomé á mi hija de la mano, y con muy mal humor la llevé á casa. Segun dixéron mi muger y el señor Rigodón, pareció esto muy mal, y una gran grosería á aquellos señores; pero yo estoy seguro de que lo que ellos hacian pareceria mucho peor á vmd. y á qualquier padre sensato. Ello es que mi hija puede despedirse de cabriolar para una buena temporada, y que espero aprobará vmd. el modo de pensar de su amigo. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 4

Incluyo á vmd. la adjunta, y ruego á vmd. señor Regañon, que la publique con notas, pues el asuntillo da materia; pero prohibiendo absolutamente el que se meta vmd. con el bolero, que segun dicen es bayle nacional, es mas salado, y no hay razon para que por dos hipocondriacos como vmd. y yo esten las gentes sin divertirse inocentemente, y con mucha utilidad, pues me han asegurado que el sudor copioso que causa, libra á los boleri-danzantes de un gran número de males. De vmd. corresponsal

Diógenes ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3

CARTA DÉCIMASEPTIMA.

Ebene 3► Brief/Leserbrief► Señor Presidente del Tribunal Catoniano: Ebene 4► Allgemeine Erzählung► Aunque soy muger, no dexo de destinar algunos ratos á la lectura, por exemplo, mientras me peynan, ó estoy esperando á mi cortejo. No hay para que cansarle á vmd., señor Presidente, en referirle quales son mis autores favoritos, pues en virtud de la educacion [351] que se nos da, ya está dicho que las novelas, las comedias, y algun otro librote, son nuestra única librería. Pues, como digo, en las novelas, y en alguna otra historia rancia he visto que las mugeres, poco mas ó ménos, siempre hemos sido lo mismo que ahora, esto es, frivolas, y únicamente ocupadas en agradar. Digo esto, porque Dios me ha castigado con una suegra vieja, y ya se sabe, regañona, eterna declamadora contra las costumbres de estos tiempos, y elogiadora perpetua del tiempo de su mocedad. Todas las modas que ahora se usan son para su merced escándalos y abominaciones, y las de sus tiempos eran la suma decencia, honestidad y recato.

Tanto me repetia diariamente estas lecciones, que yo la iba creyendo, aunque sin intencion de enmendarme; pero nunca dexaba de replicarla, y defender nuestras costumbres con gritos ó con desvergüenzas, porque no alcanzo otras razones. En una de estas peloteras nos sorprehendió ayer un señor Sacerdote, y sabiendo el motivo de nuestras continuas altercaciones, decidió que ninguna de las dos teniamos razon, y nos encajó un largo sermon, cuyo meollo es poco mas ó ménos como se sigue.

Ebene 5► El abandono con que siempre se ha tratado la educacion de las mugeres, es el verdadero orígen de la frivolidad y veleidad que en ellas se observa. Como carecen de los principios sólidos de las virtudes, propias de su sexô, como aquellas cabezas estan enteramente vacías de buenos conocimientos, es preciso que se ocupen en algo, y esto no puede ser otra cosa que sus mismas personas. Destinadas por la naturaleza, y por órden del Criador á estar sujetas al hombre, procuran apropiarse un imperio sobre el sexô fuerte, imperio tanto mas seguro, quanto mas dulce y gustoso. De aquí procede el emplear todo su estudio y atencion en buscar medios para agradar al hombre: los adornos de sus personas son el único objeto de sus meditaciones, y como los gustos de los hombres son tan variables, es preciso que ellas varíen igualmente sus atavíos. Es un error creer que las modas en nuestros dias son mas ó ménos graciosas que las de los tiempos pasados: las que ahora nos causan risa en los retratos de los dos siglos precedentes, embelesaban á los hombres de aquellos tiempos, á cuyo agrado se dirigian; y las que ahora nos parecen tan elegantes, y de tan bello gusto, serán la mofa de nuestros venideros. Solamente se debe reprender en las modas lo que se oponga á la decencia y honestidad; y en esta parte nuestra edad no tiene que envidiar á la de vmd. señora Doña Simona (dirigiéndose á mi suegra), porque, la [352] verdad sea dicha, aquellos escotados que se usaban entónces, en que torpemente se descubria todo el pecho, no tienen equivalente en nuestro tiempo, y es muy de extrañar que una costumbre tan indecente pudiese introducirse ni prevalecer en paises cultos...... ◀Ebene 5

Iba á proseguir el buen Sacerdote, pero la vieja se emperró tanto en defensa de las modas de su tiempo, que hubo de dexar la conversacion, y aun marcharse. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 4 Yo he tenido por conveniente el referir á vmd., señor Presidente, esta conversacion para que esta maldita vieja, y otras de su ralea, dexen de molernos con sus sermones; pues bien averiguado, las mugeres de su tiempo, las de ahora, y las de todos los siglos, nos diferenciamos tan poco, que no merece la pena el tratarse de esto.

Ruego á vmd. por respeto á las faldas que tengo, que si esta carta mereciese su atencion, la inserte en su Regañon; y si no, archivarla entre los papeles inútiles ó excluidos, que para mí todo es uno, quedando tan amigos como ántes; pero siempre rogaré á Dios guarde su vida por muchos años. = En la Pulgosa hoy 16 de Setiembre de 1803. = B. L. M. á vmd. su segura servidora

Marta Retortillo. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3

NECROLOGIA LITERARIA.

Ebene 3► A mediados de este mes ha fallecido á los ocho Números de su publicacion la Obra de crítica titulada: El Anti-Regañon general. Esta pérdida debe ser en extremo sentida por los literatos, á causa del nuevo método que enseñaba de criticar, y de las observaciones originales que se habian de hacer en la Lengua castellana. Un individuo, que no quiere que se sepa su nombre, ha depositado en este Tribunal una medalla de cobre de valor de quatro maravedís, acuñada en Segovia, para que se le dé en premio al que forme el mejor elogio fúnebre de esta obra en honor de su memoria: lo qual se participa al público para que los aspirantes dirijan sus producciones al Secretario del Tribunal Catoniano en el término perentorio de un mes, contado desde esta fecha. Madrid 27 de Octubre de 1803. = Está rubricado. = ◀Ebene 3 ◀Ebene 2

CON REAL PRIVILEGIO.
MADRID
EN LA IMPRENTA DE LA ADMINISTRACION DEL REAL ARBITRIO DE BENEFICENCIA. ◀Ebene 1