Zitiervorschlag: Anónimo (Hrsg.): "Número XVIII", in: El Filosofo à la Moda, Vol.1\018 (1788), S. 311-328, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.707 [aufgerufen am: ].


Ebene 1►

Número 18

Ebene 2►

Leccion XXXIII

A los Valentones.

Zitat/Motto► ¡O curvae in terras anime, & cælestium inanes!

Pers. Sat. II. 61. ◀Zitat/Motto

Ebene 3► Brief/Leserbrief► Metatextualität► Señor Filósofo.

Los materiales que vmd. ha recogido para componer una historia general de las tertulias, sobresalen con tanta gracia en sus discursos, que nos vemos obligados, si queremos cumplir con la República de los Literatos, á suministrarle todo lo que puede contribuir al adelantamiento de tan grande obra. Por esto no podré exîmirme de presentar á vmd. algunos ligeros informes de ciertos hombres (si se pueden llamar tales) que últimamente se han [312] juntado con el título de Tertulia de los Mohokes; Ebene 4► Fremdportrait► voz, que parece la han tomado de aquellos Canibales de las Indias, que viven únicamente de rapiñas, y destruyen á todos sus vecinos. El presidente de esta Asamblea nocturna, se llama Emperador de Mahokes, y su divisa es una luna creciente, á la moda de los Turcos, que S. M. Imperial con singular novedad, y nunca vista, lleva gravada en medio de la frente. No tienen mas mira, que la de hacer daños á ésto se dirigen todas las órdenes que se prescriben, y todas las reglas que observan. Una rabiosa ansia de causar á su próximo quanto mal pueden, es el mas fuerte vínculo de su Sociedad, y el único talento que se requiere en los individuos que la componen. Para dár toda la extension á este principio, se reducen al punto de ser insensibles á los mas claros rayos de la razon, de modo, [313] que no les queda ni un solo resquicio de humanidad. Suelen hacer salidas generales, en las que acometen á todos aquellos, que por su desgracia encuentran en las calles; rompen la cabeza á unos, despedazan los brazos á otros, traspasan á puñaladas á éstos, y pasan á cuchillo á aquellos: quando pueden auyentar las guardias, y las milicias lo tienen por un glorioso triunfo. Los singulares talentos que distinguen á éstos Misantropos consisten en diferentes cláses de bárbara crueldad, que exercitan contra sus prisioneros. Algunos se han hecho célebres por haber imitado al Leon, segun ellos se explican, esto es, por haber allanado las narices alguno, hasta el nivel de su boca, y por haber sacado los ojos con los dedos á los infelíces que han podido coger. Hay otros, que se llaman Maestros de bayle, porque obligan á sus [314] discípulos á dár saltos en la punta de una espada, con que les hieren las piernas. Otra cláse de éstos malvados es la de los Asaltadores, que se ocupan en ácometer de improviso á las mugeres, y cometer despues ciertas indignidades, ó mas bien barbaries, que me abstengo de explicar, por no ofender la modestia de vmd. De este modo hacen una continua guerra al género humano. Tienen por máxîma constante de su política, no hacer liga con nadie, excepto las casas de prostitucion, con las que la hacen ofensiva y defensiva, y se declaran sus protectores. ◀Fremdportrait ◀Ebene 4

Estas son unas memorias solamente imperfectas, aunque las mejores, que he podido recoger de tan impía sociedad; pero son frescas, y sus progresos hasta ahora no son tan considerables que requíeran una historia bien formada. Mi único fin en dar á vmd. esta noticia es á efecto [315] de que ataje sus excesos, si es posible. Ya que veo á vmd. animado de zelo por el bien de su patria, no dudo se portará como verdadero Filósofo. Ya que tales enormidades infestan la Corte, imploramos, confiados en su buen crédito, el socorro de vmd. para tener un remedio pronto. Tengo algunos motivos para creer, que hay algunos jóvenes tan ligeros, que preocupados de una falsa idéa de valentía, y ansiosos, por distinguirse, quieren unirse á esta infame sociedad. Confio que los mercuriales de vmd. los detendrán, si les representa que si una docena de hombres malvados, acometen á dos ó tres desprevenidos y desarmados, no es argumento de valor el vencerlos, mas si de irracionalidad y vil barbarie, y que las costumbres de los Salvages Indianos, no convienen á un caballero Español. Los que de muchos años á esta par-[316]te profesan un arte tan infame, será dificultoso, dén oídos á las Lecciones de vmd., y bien veo, que el único medio de inducirlos á dexar su mala vida, sería proponerles la lectura de la tertulia de los Matones que vmd. se sirvió dár al público en el número tercero. Puede ser les sugiriese el riesgo de encontrar una suerte igual, y temiesen aquella muerte infame, que tantas veces han merecido. ◀Metatextualität ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3 ◀Ebene 2

Ebene 2►

Leccion XXXIV

A las Mugeres en general.

Zitat/Motto► Nil pejus muliere mala
Nil melias muliere bona.

Simonides. ◀Zitat/Motto

Ebene 3► Metatextualität► No hay Autores, que yo lea con mas gusto que aquellos que representan á la naturaleza humana, báxo diferentes aspéctos, y describen la variedad de costumbres que han sido de moda en diferentes tiempos. Un lector no puede tener entretenimiento mas agradable, que el de confrontar las virtudes y vicios de su tiempo, con los vicios y virtudes de los tiempos antiguos, y formar en su imaginacion, un paralelo entre su carácter particular, y el de sus contemporaneos, y de aquellos que [318] le han precedido. La consideracion del género humano báxo estos diferentes colores, nos puede inspirar ya la vergüenza, ya el remordimiento de algun vicio, ó animarnos á la práctica de alguna virtud. Puede causarnos contento ó disgusto en los puntos esenciales de la vida, despojarnos de nuestras preocupaciones y dilatar la pequeñez de nuestro entendimiento, que nos obliga á tener en mal concepto á aquellos, que son diferentes de nosotros.

Si contemplamos las costumbres, y los usos de los siglos mas remotos, vémos á la naturaleza humana en su sencilléz, y quanto mas nos acercamos á nuestro siglo, la vémos esconderse báxo el velo de los artificios; quanto mas se pule y adorna, tanto mas se vá alexando de su primer estado, hasta que finalmente se pierde báxo las formalidades, [319] y apariencias ceremoniales, ó como pretendemos báxo una bella educacion. Basta leer lo que los autores mas antiguos, así sagrados como profanos, nos dicen del carácter de los hombres y de las mugeres, y parecerá sin duda, que se lee la historia de criaturas de otra especie.

Entre los escritores de la antiguedad, que nos instruyen con mas claridad, sobre las costumbres de sus diferentes siglos, son los que se han dedicado á la sátira. En efecto los satíricos han sido los que han mirado mas escrupulosamente la conducta de los hombres, y puesto en claro sus defectos.

Ebene 4► Exemplum► Simonides, famoso poeta de su tiempo, y sino me engaño, autor de la mas antigua sátira que tenemos, y tambien como muchos quieren, de la primera que compareció en el mundo, floreció cerca de quatrocientos años, despues del sitio de [320] Troya, y su estilo es una prueba de la simplicidad, ó mas bien de la rudeza del siglo en que vivia. Su sátira en versos jambicos, con la que quiero divertir aquí á mis lectores, es un buen exemplo de lo mucho que á veces se puede adelantar en punto á mugeres.

Estas son el objeto de su sátira; en ella se describen sus caractéres, y los hace depender de un supuesto quimérico, fundado sobre el dogma, que establece la preexîstencia de las almas. Nos enseña, que los Dioses formaron las almas del sexô femenino, con aquellas primeras semillas, ó principios que componen las varias cláses de animales, y de los elementos, y que sus buenas ó malas calidades proceden del dominio de aquellos buenos ó malos principios que las constituyen. Si nuestro idioma, no permite que yo traduzca palabra por palabra este autor [321] griego, á lo ménos he trasladado fielmente el sentido, sin haber añadido nada particular, expresando todos sus pensamientos. Ya he insinuado, que él es algo tosco. Además, diré, que sus rasgos satíricos recaen solamente sobre algunas mugeres de báxa condicion, y no sobre aquellas á quien ha civilizado la buena educacion, lo que no era tan comun en tiempo de nuestro poeta. He aquí, pues, sus versos reducidos á prosa.

Ebene 5► Satire► En el principio, crió Dios las almas del bello sexô, separadas de sus cuerpos, y las formó de diferentes materias. Hizo algunas con los ingredientes que entran en la composicion del cerdo. Una muger de esta cláse, es sucia en su casa, golosa en su mesa, desaliñada en sus vestidos y persona, y la habitacion que ella ocupa, se asemeja á una caballeriza.

[322] Sacó una segunda cláse de almas de mugeres de aquellos materiales que sirven para formar la zorra. La muger, que está adornada de éstos, tiene entendimiento y discrecion, distingue el bien y el mal, y lo penetra todo; en esta cláse de mugeres hay algunas, que tienen virtud, y otras que son muy viciosas.

La tercera cláse de almas, fue tomada de las partículas caninas, y las mugeres que las reciben, son aquellas que comunmente llamamos Ladradoras, porque imitan á estos animales de donde se han sacado. Siempre están en movimiento, incesantemente ladran, gruñen con todos aquellos que se las acercan, y viven en continuos gritos.

La quarta cláse, se tomó de la tierra; ésta aníma á las perezosas, que viven en la ignorancia, [323] y en el ócio. En tiempo de invierno nunca abandonan el fuego, y jamás se aplican con tesón á otra cosa, que á comer.

La quinta, se sacó de la mar. Esta produce aquellos humores desiguales, que á veces pasan de las mas feroces tempestades á la calma mas profunda, y del tiempo mas nublado, á la mas clara serenidad del mundo. El que no las conozca, viendo á una de estas mugeres, quando ella está de buen humor, la tendrá por una maravilla de la naturaleza; pero si espera algunos instantes sus miradas, y sus palabras la mudan con brevedad, y no respira mas que rabia y furor; es un verdadero rayo, y un formidable uracan.

La sexta cláse, fue compuesta de aquellos ingredientes, que sirven para formar el Burro, ú otra bestia de carga. Las mugeres que [324] la reciben, son naturalmente de una extremada pereza, pero si sus maridos llegan á explicar su autoridad, ellas se contentan con vivir muy parcamente, y hacen quanto pueden por agradarles. Con todo esto no aborrecen los placeres y el amor, y nunca reusan las caricias de sus maridos.

El Gato, suministra materiales para la septima cláse de las almas de las mugeres, que son de un natural melancólico, fastidioso, triste, y tan opuesto á los festejos amorosos, que están prontas á arañar á sus maridos, y á saltarles á la cara quando se les acercan. Además esta cláse de mugeres está sujeta á incurrir en hurtillos y ruindades.

La Yegua, con su crin fluctuante, que jamás ha probado el freno, sirve para la composicion de la octava cláse de mugeres. Estas tienen [325] poca sugecion á sus maridos, y los desprecian; pasan todo su tiempo en componerse y perfumarse, se emplean atentamente en rizar su pelo, en adornarle de flores las mas hermosas, y de las mas bellas guirnaldas. Una muger de esta cláse es un objeto muy agradable para un forastero, muy dañoso para su poseedor, quando éste no sea un Rey, ó algun Príncipe.

La novena cláse tuvo su origen de la Mona. Estas son feas y maliciosas, y como carecen de toda hermosura, no hacen mas que denigrar y ridiculizar todo lo bello que hay en las otras.

Finalmente, la decima ha tenido por principio el material de la abeja. ¡Felíz el hombre, que tiene por muger una de esta cláse! No tiene el menor vicio; su familia se prospéra y florece con su manejo; ama [326] á su marido que la corresponde; cria unos hijos hermosos y virtuosos; se distingue de todas las demás de su sexô; está rodeada de gracias; nunca se junta con mugeres de vida desarreglada, ni pierde el tiempo hablando con ellas de cosas indecentes. La virtud y la prudencia son sus compañeras. En suma, es la muger mejor, que Júpiter puede dar á un hombre. ◀Satire ◀Ebene 5 ◀Exemplum ◀Ebene 4

Si este Poeta griego reflexîona con tanta sutileza sobre todos los caractéres que ha hecho presentes de las mugeres, se puede decir que ha evitado el defecto que Juvenal y M. Doileau, han cometido, el uno en la sexta, y el otro en la decima de sus sátiras, quando han querido denigrar al sexô en general, sin hacer justicia á las que tienen mérito.

[327] Las Sátiras de tal órden que contemplan en un mismo punto de vista á todos los individuos, no pueden ser útiles al Mundo. Y por ésto, siempre me he admirado que aquel grande ingenio Francés, que tenía un entendimiento superior, y manifestaba amor á la virtud, pudiese creer que la naturaleza humana fuese un objeto propiamente adoptado para la sátira, como á lo ménos parece lo insinúa en otra de sus obras, que por eso se intitula la Sátira del hombre. ¿Qué vicio, ó qué flaqueza se puede corregir, quando se censura toda la especie en general sin distincion, y se procura manifestar con algunas sutilezas superficiales de ingenio, que los brutos son mejores que nosotros de todos modos? La sátira se debe ceñir á la crítica de aquellos defectos que los hombres [328] pueden huir, y debe establecer una justa diferiencia entre los viciosos, y los virtuosos. ◀Metatextualität ◀Ebene 3 ◀Ebene 2

Fin del primer tomo. ◀Ebene 1