Zitiervorschlag: Beatriz Cienfuegos (Hrsg.): "Pensamiento XIII", in: La Pensadora Gaditana, Vol.1\13 (1763), S. 3-23, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.85 [aufgerufen am: ].


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Pensamiento XIII

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Carta de una Dama

Ebene 3► Brief/Leserbrief► Metatextualität► Señora Pensadora: Para que vea Vmd. con toda su presumpcion de corregir abusos, y enmendar el Mundo, que muchas veces tropieza, y las mas se precipita, quiero ponerla delante una experiencia, que está hoy pasando en mi casa, la que por sus circunstancias contradice diametralmente su opinion, è impertinente crítica en el asumpto, que se ha puesto à motejar de la conducta de las Damas Gaditanas. Vmd. no quiere que se tapen, que hablen de noche en las dos mas célebres de el año, y que no sean Marciales: ¡hay tal ridiculéz! Ciertamente, señora mia, que es de un genio extravagante, [4] y mal acondicionado: ¿por ventura pretende, que todas las de su sexo se encierren, se anacoreten, y se endesierten? ¿Han de ser todas de una condicion ferina, y de un genio montesino? ¿Y la sociedad amable, que tanto Vmd. declama? ¿Y el trato civil, y político, que con tanto empeño lamenta su abuso, y su falta? Yo creo, que Vmd. escribe, dé donde diere, y à salga lo que saliere, quando sin fundamento combate unos estilos tan propios de una buena crianza, y tan hijos de aquellos corazones, que nacieron para mandar, y ser obedecidos. Yo (à Dios gracias) logro en esta Ciudad la opinion de juiciosa, y de política: tengo dos hijas, que yà por su edad, y hermosura merecian estár colocadas en la mas alta fortuna: mi marido, que yà ha ocho años que pasó à la America, socorre con abundancia lo ne-[5]cesario para un lucimiento mas que mediano: con cuyas circunstancias, y las de mi modo de portarme, siempre me prometì, que sin la menor dilacion saldría del cuidado de las niñas; pero se han engañado mis esperanzas, pues contra todos mis intentos, ellas se están en casa, y mis idéas se hacen inútiles, quando Vmd. muy preciada de docta, sale con la media espada de sus sermones, amonestando encogimiento, abultando recelos, y pronosticando desgracias: ¡Valiente empeño! ¿Vmd. sin duda querrà le diga las máximas de que uso para conseguir mis intentos, aunque por mi mala suerte me han salido fallidas? pues escuche lo que me pasa, y tome de mì exemplo para saber lo que aconseja.

Ebene 4► Allgemeine Erzählung► Es mi casa freqüentemente visitada de los primeros Cavalleritos de este Pueblo, de aquellos que mas se [6] distinguen por sus empleos, ò por sus caudales; y con una marcialidad sin segunda, no se niega la entrada à todo hombre decente, aunque sea de las Naciones mas remotas: todos procuran cortejar à las muchachas, y cada uno se esmera en ser el primero en su estimacion: ellas, que son un poco picarillas, y que saben muy bien, (por advertencia mia) qua à nadie han de creer sino que venga por via recta, esto es, para el santo fin à que deben aspirar, oyen à unos, y escuchan à otros, corresponden à aquel, y con esto estamos divertidas como unas Reynas, y ellas van poco à poco cobrando experiencia, para no errar en la eleccion: es verdad, que hay algunas lenguas mordaces de la vecindad, que murmuran tantas visitas en mi casa, y que dicen, acude mas gente à cortejarnos, que se hallò sobre Praga en esta ultima Guer-[7]ra: yo me rio, y como mi fin nefasto, y bueno, pues se dirige à ponerlas en estado, llevo con paciencia estas sátyras.

Lo que me suele desazonar grandemente son ciertos hijos de vecino, que como tan chuscos, y atrevidos, se cuelan sin sentir; y como por lo regular saben en estas materias mas de lo que necesitan, me las vuelven algunas veces el juício, y casi casi han estado para darme una pesadumbre. ¡Reniego de estos hombres! pues como no piensan mas, que en peynarse, y componerse, y por lo comun es gente desocupada, en entrando un par de estos, se apoderan de los mejores asientos, y aunque despues vengan otros mas de mi gusto, el diablo que los haga levantar: crea Vmd. que me han hecho perder mas de quatro buenas ocasiones, y que me parece, que si no fuera por [8] ellos, que yà hubiera salido de mi cuidado: y no me ha quedado por falta de diligencia, para evadirme de estas desazones, pues muchas veces he dicho à las niñas, les digan no vuelvan à casa: ellas (segun me afirman) asi lo han executado; pero con todo no me puedo ver libre de esta molestia: ¡Dios me libre de ellos! Cierto Cavallerito Estrangero se iba inclinando de lo fuerte à la mayor, y se conocía claramente por su generosidad, pues no le dolian prendas, siempre se estaba convidando, y que quise que no quise, nos regalò muy bien: y quando estaba yo mas esperanzada de este hombre, se atravesó un maldito de estos pisaverdes Gaditanos, y no se qué dió à la muchacha, que à el instante aborreció à el Estrangero, y se entregó à favorecer este hombre. No està en esto la gracia, sino es que [9] apenas se vió correspondido, se ausentó de casa, y se fue con sus engaños à otra parte, quedandonos à la Luna de Valencia, sin uno, y sin otro, y la niña tan apesadumbrada, que por poco la pobrecita se muere: estuvo muy mala.

Puede Vmd. suponer, que no he dejado diligencia, que no he practicado para conseguir mis deseos: discurro, que Vmd. creerà habrà sido todo con el mayor disimulo, y honradéz; pues mugeres de mis circunstancias no se portan de otra manera. Yo pago à un tiempo quatro Maestros, de Bayle, de Musica, de Lengua Francesa, y el Peluquero, porque de esta manera se hallen promptas para lucir en todas partes: sus vestidos son los mas de moda, y sus peynados los mas estraños; y ellas, con aquella bella gracia que tienen, y como son tan Marciales, [10] no se enfade Vmd. que asi se dice) llenan su papel con el mayor primor: yo estoy hechizada con tales niñas, y las cuido tanto, que en nada las dejo poner la mano, solo piensan en sus adornos, en sus visitas, y en sus Piques, en fin como mozas, que es razon, que mientras yo las vivo, se diviertan, que despues sabe Dios lo que serà: pues no obstante mis achaques, como las quiero, y ellas se lo saben grangear, soy la primera que me levanto en casa, las llevo el chocolate à la cama, y cuido solo de que la familia cumpla con su obligacion, y tenga todo prompto para quando se vistan, que nada echen menos: de este modo están contentas, y tienen tiempo para peynarse, dár sus lecciones, y mantener las visitas, que como son tantas, y en mi casa les damos tan buena acogida, casi siempre están acompañadas. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 4

[11] A el escribir esto, ha sido preciso soltar la pluma, por acudír à la pasion de risa, que me ha sorprendido, cosiderando las admiraciones, los arqueos de cejas, y los espantos, que Vmd. Señora Pensadora, habrà hecho, leyendo la sencilla relacion, que la estoy dando. ¡Valgame Dios, y qué de visages, y movimientos convulsivos habrá practicando al leer mi acertada conducta, aunque para Vmd. muy errada! Pues no se admire, ni estrañe, que esto es lo regular, que yo, y todas las que tenemos hijas Marciales executamos para salir de cuidados. Ahora advierta Vmd. todas sus amenazas, sus recelos, y sus temores frustrados; pues gracias à mi fortuna, que no me ha sucedido ninguna de aquellas infelices conseqüencias, que pronostíca; y no porque yo esté siempre à el lado de mis hijas, que es tanta mi [12] confianza (supongo que tales son ellas) que lo mas del dia me estoy entretenida con la familia en las cosas de la casa, dejandolas solas en el estrado con los que nos favorecen: ¿pues qué, por esto se las han de comer? Bonitas son las niñas para gracias: bien segura estoy, no hay que recelar: ¿pues aunque muchas veces he advertido demasiada intimidad con algunos de los que entran, y con quien mas freqüentemente se entretienen en sus chistes, y confianzas, esto no encierra malicia, que son las pobrecitas de un corazon muy sencillo, y se conoce, que nada tienen estas cosas de particular inclinacion; pues con la misma voluntad se disponen para ir à los Paseos, à la Comedia, y à otras diversiones con unos, como con otros: sì bien dos mocitos, Comerciantes Estrangeros, son los que con mas fineza lle-[13]van el peso de cortejarlas: y estoy muy contenta, porque están casados en su tierra, y no hay motivo para discurrir nada malo, pues son unos hombres muy ricos, y bien acreditados en el Comercio: no obstante mis diligencias, tengo la poca suerte de no verlas yá puestas en estado, lo que atribuyo à mal influjo de mi estrella, pues siempre he sido poco favorecida de la fortuna.

Vea Vmd. Señora Pensadora, cómo son quimeras todas las que aconseja, y que no pueden tener mas existencia, que en la triste fantasia de sus Pensamientos. Vmd. nos quiere quitar los tapados, muy preciada de Reformadora, y otras cosas, que son casi precisas para nuestros ascensos; sujetarnos à parecer mugeres de piedra, à que hablemos con un estilo sério, è impertinente, y que abandonemos el gracejo, la delicadeza [14] de los chistes; y la ocasion de lucir los entendimientos; quando yo con todas mis máximas me veo muy lejos de mis esperanzas: errada vá Vmd. no hay que replicarme, y si no, tome experiencia en mí, que no he dejado diligencia por practicar, para poner mis hijas en estado; y no obstante todas ellas, son tales los hombres, que pocos se dedican à este tan buen fin: deles Vmd. à ellos diversiones, bayles, y Comadres, que todo vá bien; pero el cargar con obligaciones, nada menos que eso: ¡quien los creyera! Yá todos están examinados de marrajos; y si acaso no se les pilla quando principian à volar, en pasando este tiempo, siempre es tarde. Con que si Vmd. hubiera reflexionado estas razones, no se atreviera à pretender, que las mugeres vivamos à la moda del tiempo del Conde Don Per-Anzules: [15] entonces eran los hombres mas sencillos, y nos buscaban con rendimiento; pero ahora, ni aún con las mas vivas diligencias se les puede meter en camino: por cuyo conocimiento me he determinado à escribirla esta Carta, para aconsejarla, recoja los Pensamientos en que rebate estas preciosas circunstancias de nuestros ascensos, ò se desdiga en algun otro, dejandonos en aquella libertad amable, en que hemos vivido hasta aquí; pues de lo contrario, no faltarà alguna, que la busque, y encuentre, por mas que se oculte, y castigue con las manos los atrevimientos de su pluma. Soy de Vmd. &c. ◀Metatextualität

Doña Martina Marcia Mavorte. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3

Respuesta

Brief/Leserbrief► Muy Señora mia: Puede Vmd. creer, que para leer su Carta [16] no he consultado à los ceños, ni à las ponderaciones, toda la costa se la he debido à la risa: Vmd. pensó muy mal, quando discurrió, que aumentaria con ella lo melancólico de mis reflexiones; pues antes, por el contrario, ha sido una diversion gnstosa [sic] su contexto: ¿pues quien no se ha de reir viendo que una Dama cuya edad, segun se infiere, se halla en estado de haber conocido la razon, y el desengaño de la juventud, se manifieste tan acerrima defensora de los abusos mas ridículos, y procure dár fuerza à sus réplicas con la práctica indigna de lo mas odioso? He agradecido à Vmd. el haberme dado motivo con su Carta, para que haya divertido la pluma de otro asumpto, que por la reflexion de sus efectos habia suscitado toda la acritud de mi crítica, y me tenìa bastante desazonada; porque ha de creer Vmd. Señora mia, que todo aquello, que [17] escribe la pluma, me dicta le [sic] pasion, y el amor à la verdad; de fuerte, que se apoderan tanto las especies de mi idéa, que no pocas veces me causan pesadumbre las conseqüencias sacadas por mis discursos.

El principal objeto de su Carta se dirige à hacerme vér, que fueron inútiles mis Pensamientos de la Marcialidad, del Tapado, &c. sacando por conseqüencia, que son precisos, y necesarios los abusos rebatidos para mil cosas, que Vmd. supone; y como à este falso supuesto tengo respondido bastantemente en los mismos Pensamientos, pues con leerlos se hallarán las contras de lo que Vmd. defiende, quiero solamente en esta respuesta parár la consideracion en el modo con que cria à sus hijas, modo, que era digno no de hacer alarde de él por escrito, sino de desterrarle, y apartarle de todo el Mundo por indigno, sospe-[18]choso de mil vergonzosos delitos, y por contrario à el verdadero honor, unico fin de todas nuestras acciones.

¡Valgame Dios, Señora toda Marcialidad, que no le parezcan repugnantes à la razon, y modo recto de obrar las licencias ocasionadas, que permite à sus hijas! ¿No echa Vmd. de vér, que ha tenido, tiene, y tendrá de esta manera arriesgadas sus conductas, y expuestas miserablemente à ser el objeto de la diversion de tantos ociosos, como permite pisen su casa, siempre con menoscabo de su opinion, y de su inocencia? ¿Cómo quiere Vmd. que logren útiles alianzas, si ha errado el camino de adquirirlas? Para la diversion, el bayle, la Comedia, y el Paseo buscan los hombres, es verdad, mugeres como Vmd. ha pintado sus hijas; pero para hacerlas partícipes de su fortuna, è interesarse en su conducta, buscan lo contrario, quieren [19] todos mugeres virtuosas, y laboriosas, no Petimétras, y baylarinas; pues si apetecen estas diversiones, en las casas como la de Vmd. y en los Theatros las encuentran á menos costa, y con ningun riesgo proprio. Vmd. se queja de los hijos de vecino altamente, y no sé por qué: pues si es la que manda en su casa, ¡para qué se vale de las Niñas, que estas por lo regular lo harán à el contrario? No le niego á Vmd. que son fieros vichos, y que quitan el juicio à las que los escuchan; pero esto se debe atribuír, no à su mayor habilidad, sino à lo de un loco hace ciento.

¿Vmd. permite en su casa entrada de hombres, que gasten, y regalen, y con hijas mozas? ¡O, qué desgracia! ¿Si Vmd. se deja obligar en mas de lo que puede satisfacer con sus posibles, à qué se expone? ¿Tendrá aliento para reñir una osadía, estorbar una locura à [20] aquellos mismos, que poco antes la obligaron con el regalo, el convite, &c.? de ninguna manera; antes por el contrario, se verá muchas veces en la precision de disimular, aunque interiormente se lo riña la modestia, y el honor. Se consuela Vmd. en medio de sus desordenes, y tiene por alivio de las que llama desgracias, que los que festejan mas à menudo sus hijas, son dos hombres Estrangeros, casados en su tierra, por lo que no recela nada malo; dando por causa de su quietud, que son muy ricos, y muy acreditados en el Comercio. ¡Valiente ignorancia! ¿Qué querrá Vmd. que le diga sobre este asumpto, que no sean admiraciones, temores, y desconfianzas de Vmd. de sus hijas, y de esos Cavalleros? ¿Desde quando (cosa graciosa) la riqueza manejada por mozos ausentes de sus casas, y tratando tan de cerca con mugeres hermosas, y Marciales, ha [21] sido origen de las confianzas, y puesto en fuga los temores? Yo me persuado, que quando Vmd. dijo esto estaba muy agena de lo que escribía, pues no conoció, que la causa de vér sus esperanzas frustadas [sic] son esas amistades, que solo dirigen sus pasos à la ruina de su opinion. ¿No recela Vmd. la venida de su esposo, à quien es preciso, que dén en rostro todas esas ocasiones, que permite en su casa? Pero hace bien en no temer, pues quando se dispuso para hacer el viage, yà tendría bastante conocido su genio, y pasará sufrido por los efectos de èl, en su ausencia.

Pero lo que mas me causa admiracion, es vér una madre sujetarse gustosa à servir de criada à sus mismas hijas, y que mientras se están divirtiendo tan arriesgadamente, se ocupe sin pudor, y cuidado en las domesticas taréas, abandonando en esta accion la [22] superioridad, que le es debida por ser madre, y la estimacion, por verla tan mal ocupada: digo mal ocupada; porque una madre, mientras tenga en casa hijas mozas, debe hacerse servir de ellas, que asi lo piden las leyes de la razon, justicia, y naturaleza.

¿Algunas veces no se ha sonrojado de vér en sus hijas el poco respeto, con que se dejan servir de su misma madre, quando estas debían, pues se hallan en edad mas robusta, y con menos achaques, ser las que se desvelasen en asistirla, y procurar su descanso, y regalo, como mas necesitada, y como que tendrá gastada, y aniquilada su salud en haberlas criado? ¡O, Señora mia, y cómo veo, que asi Vmd. como todas las que la acompañan en tan vergonzosa conducta, son unas mugeres sin juicio, sin honor, y sin temor de que las censuren: no estrañe Vmd. [23] que asi lo diga, pues su Carta es una confirmacion de su ignorancia; pues en ella viene haciendo alarde de lo que mas habia de ocultar, motejandome de atrevida en mis juicios, quando estos son fundados en las mas sólidas opiniones de una honrada conducta, por lo que no temo ni su amenaza, ni las de todo el Mundo; pues siempre que mis escritos dirijan sus progresos à vindicar la verdad oprimida, y à ilustrar la razon ofuscada con los abusos, tendrán por crecido premio de sus fatigas la mas cruél oposicion de los procupados. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 2

Fin del primer tomo.

O.S.C.S.R.E.

Se hallarà este, y los demàs en la Librería de Juan Yuste, calle de la Concepcion, frente del Salvador, y en su Puesto Gradas de San Phelipe. ◀Ebene 1