Cita bibliográfica: Anónimo [Ventura Ferrer] (Ed.): "Núm. 61.", en: El Regañón general, Vol.2\61 (1804), pp. NaN-490, editado en: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Los "Spectators" en el contexto internacional. Edición digital, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.5082 [consultado el: ].
Nivel 1►
Núm.° 61.
Miércoles 1.° de Agosto de 1804.
Nivel 2►
Secretaría.
Concluye la carta de D. Eugenio Franco, puesta en el Número antecedente.
Nivel 3► Carta/Carta al director► Diálogo► Repítole á vmd. lo que en el principio le dixe, que los culteranos y los galicistas nos pierden el idioma, y es menester no darles quartel. Los primeros se quieren defender con el escudo del lenguage poético, pero al primer golpe lo verá vmd. roto y deshecho, porque el que ellos toman no es el verdadero y legítimo, sino otro contrahecho de temple y ley muy inferior. De los segundos otro dia hablaremos si se presenta la ocasion, y baste por ahora lo dicho, pues estoy ya cansado, que me he enardecido mas de lo que quisiera, y no tengo gana de hablar mas.
Siéntolo en el alma, le dixe, pues esta conversacion me agrada tanto que me estaria todo un dia oyéndola sin comer ni beber; mas pues vmd. quiere descansar, voy á dexarlo con solo que me diga si le parece que esa oda se podrá traducir, quiero decir, si se podrá poner en estilo claro, puro y corriente. El mismo enemigo debe vmd. de ser, me respondió, que ha venido aquí á tentarme hoy conociendo hasta lo que tengo en mi interior. ¿Quién se lo ha dicho á vmd? Yo la he traducido para mi diversion, y ahí está, aunque no habia pensado que fuese jamas vista de nadie. Relato general► Bueno, bueno, dixe yo entonces, venga acá, y alargándome él un papel como borrador, vi que decia de esta manera:
[484] Nivel 4► Yerto y exângüe, y roto su costado
Por la lanza traidora,
El Santo de Israel en el obscuro
Monumento yacia sepultado.
El universo llora
Lleno de horror el caso acerbo y duro:
Febo su luz desvía,
Y vuelve en triste noche el claro dia.
La muerte inexôrable rodeaba
El sacro monumento,
Y ostentando su triunfo, con la odiosa
Guadaña, que en divina sangre estaba
Teñida, heria el viento;
Llevando en pos la prole luctuosa
De Adan, que su cadena
Mísera arrastra con externa pena.
Mas cubierto de luz inaccesible
Jehová soberano,
Que tiene con un dedo el firmamento,
Y á los astros el giro indefectible
Señala con su mano,
Y enfrena y rige el animoso viento,
Habló desde su solio,
Y en el templo se oyó y el capitolio.
No vencerá Luzbel, vencer no puede,
Dixo con voz de trueno
Que suena entre las nubes rutilante,
No logrará que de mi Santo quede
En el sepulcro ageno
Donde hoy está, la corrupcion triunfante;
Con nueva luz y gloria
Saldrá venciendo, ó muerte, tu victoria.
Luego del ancho seno donde mora
La porcion escogida,
Qual la exhalacion bella se desprende
Desde el zenith al lecho de la aurora
De luces mil seguida,
Así de Christo el ánima desciende
Al sepulcro gloriosa,
Seguida de la turba victoriosa.
Y penetrado el mármol trasparente
Del resplandor divino,
[485] Vióse dentro brillar el Cuerpo santo
Que elevándose al cielo refulgente
Con vuelo peregrino,
Decia al Padre: "ya cesó mi llanto,
Y tuya es la victoria,
Y al hombre la salud, y á ti la gloria.” ◀Nivel 4
Hasta aquí habia yo llegado leyendo con grandísimo gusto, quando en mala hora y peor sazon llamáron á la puerta del quarto; porque el Capitan sintiendo que le entraba visita, y no queriendo que se enterase nadie de lo que estábamos leyendo, quiso arrancarme de la mano el papel, pero yo tuve firme, y él por recogerlo, y yo por no soltarlo, tiramos cada uno para sí, de manera que al mismo tiempo de levantarse la mampara se quedó él con un pedazo en la mano, y yo con otro, que es el que acabo de copiar. Avínome bien para esto el haber entrado visita, porque solo así hubiera podido conservar la presa. Era de mucho respeto la persona que entró, y el Capitan tuvo que disimular por entónces, y no pudo hacer de las suyas. Yo me despedí presto, como quien no hace nada, y lo dexé allí preso y rabiando, que con los ojos me queria tragar. Y volviendo á leer despacio y á mis solas el fragmento que pude salvar de la nueva oda, y repasando cuidadosamente en mi memoria todo quanto se habia hablado, me determiné á ponerlo por escrito antes que se olvidase, para comunicarlo á vmd. por si á otros podía servir de diversion, y aun de desengaño, como á mí me ha servido. Quedo con el cuidado de remitir á vmd. el otro pedazo, si por alguna casualidad viniere á mis manos, pues de las del Capitan no lo espero, segun lo enfadado que lo dexé con mi rapiña; mas desde ahora le aseguro á vmd. que el pedazo con que se quedó era tan breve, que precisamente hubo de acortar mucho, sino es que suprimió del todo la larga concion que en la oda original hace ei Señor á los mortales. ◀Diálogo ◀Relato general Otrosí me parece que segun le oí decir al entregarme su papel, habia dexado intacta ó casi intacta la última estancia. Sirva de gobierno por lo que pueda convenir, y diga vmd. á quien le importe, que si pensare responder se entienda con el Capitan, no conmigo, que soy hombre de paz, y ni entro ni salgo en estas cosas; pero que procure pararle firme, porque le cogerá mas prevenido tal vez de lo que piensa. Dios guarde á vmd. como deseo. Madrid 20 de Abril de 1804. De vmd. y de su Correo aficionado
Eugenio Franco. ◀Carta/Carta al director ◀Nivel 3
[486] Oda publicada en el Correo de Sevilla número 53 de 31 de Marzo de 1804.
Nivel 3► Yacia envuelto en polvo y sangre yerta
Baxo la losa fría
El Santo de Israel, el pecho herido,
La temblorosa faz de horror cubierta
Triste el mundo gemia
En densa niebla y en negror sumido,
Enmedio la alta cumbre
Doliente Febo oscureció su lumbre.
La podrecida muerte pavorosa
Blandiendo la guadaña,
En sangre divinal tambien teñida,
Entorno del sepulcro silenciosa
Gira con impía saña,
Y el humanal linage furecida
En ponderoso hierro,
Arrastra en pena del antiguo yerro.
Mas Jehová de fulgores perennales
En densa luz velado,
Del alto empíreo en el eterno asiento,
Dó del orbe sustenta los quiciales,
Y en curso arrebatado
Los astros rige á su imperioso acento,
Alzase, y luminoso
Truena olimpo á sus plantas respetoso.
¿Y vencerá Luzbel? El pueblo insano
Dice, ¿del Inocente
El nombre perderá? ¡Oh! el almo nombre
Que venerará fiel. En vano, en vano
Contra el brazo potente
Osó el abismo: triunfará sí, el hombre:
Á su primera gloria
Tornará. Del Excelso es la victoria.
No así de torva nube en noche oscura
El rayo horritonante
Subito al hondo valle se desprende,
Qual del padre Abrahan la mansion pura
El espíritu triunfante
Veloce dexa, y el sepulcro hiende;
[487] En pos el almo coro
Que gimió largo tiempo en dulce lloro.
La tumba oscura en célicos fulgores
Se inflama. Nueva vida
El pecho sangrentado hinche glorioso,
Y el rostro baña en cándidos albores:
Se alzó, y en voz subida
Venc, dice y con eco armonioso
Tierra, y mar resonáron,
Y del orbe los polos retemblaron.
Vencí. Del cielo las eternas puertas
Con planta venturosa
El humano entrará. Satan impío
Contra el potente, osó. Sus artes ciertas
La estirpe numerosa.
Perdiéron del mortal. Ya el reyno umbrío
Cayó. Mi excelsa mano
Rompió los hierros del audaz tirano.
Vivid mortales: el amargo lloro
Desterrad: nuevo dia
À la tierra nació. Piadoso el cielo
De bienes, divinales el tesoro
Abundoso os envia;
De bienes que de Edén el grato suelo
Jamas ¡oh! fecundáran,
Y en vano vuestros padres, suspiráran.
O Dios, tú brazo fué, tú lo juraste,
La espada que potente
Me ceñiste, triunfó. Tú las naciones
Á mis pies y los pueblos subyugaste.
Veloz de gente en gente
Mi reyno se dilata. Mis pendones
Se alzáron. Es mi herencia
Todo el mundo: mi trono lo sentencia.
Cayó, cayó Salem. ¿Roma, tu solio
Dó está? ¿Dó las que el viento
Enseñas vanas tremoló ondeantes,
Triunfal insignia Pedro en Capitolio
Arboló. Eterno asiento
Fixó allí Religion. Ah vacilantes
Cayéron derrocadas
Al impío error las aras levantadas.
[488] Hijo del trueno vuela: el pueblo íbero
En tu zelo ardoroso
Cifre feliz su gloria. Eterna gloria
Por tí alcanza el valor: del nombre fiero
En conflicto dudoso
Triunfó Hesperia: mi Cruz es la victoria.
O Vírgenes sagradas,
Cantad del yugo infame libertadas.
Dixo, y la hambrienta parca el sacro acento
Oyó, y en triste ahullido
Lanzóse presta al cabernoso lago.
Retembló de satan el hondo asiento,
Y con ronco alarido
Gimió el averno su fatal estrago,
Y herida la alta frente
Rompió el cetro Luzbel en ira ardiente. ◀Nivel 3
Carta primera.
Matrimonio teste.
Nivel 3► Carta/Carta al director► Señor Presidente del Tribunal Catoniano: ¿Con que los hombres de buen genio y bella índole son tan apreciables? ¿Con que son tan útiles y propicios á la sociedad? En efecto, descansan en los brazos del feliz reposo; su ánimo duerme en el dulce lecho del sosiego y tranquilidad; colocados en el matrimonio tratan con urbanidad á su consorte; rodeados de familia la contemplan con afabilidad, y se desvelan por ella; cumplen escrupulosamente con los deberes de la amistad; su corazon no se desvia ni un solo momento del camino de la obediencia, tan debida á sus superiores, y en conclusion la prenda singular que los caracteriza es el estar bien quistos con los sugetos á quienes se ciñe la esfera de su conocimiento.
Pero ¿qué son útiles y propicios á la sociedad? Confieso ingenuamente que mi entendimiento no se precia de galan; así es que no quiere vestirse, ni menos adornarse con discursos largos, ántes bien aprecia los que le vienen muy ajustados, aunque no sigue el rumbo de la moda. Vuelvo á mi propósito.
[489] ¿Quién nos persuadirá de que el genio bello cede en utilidad y beneficio de la sociedad? Mi genio algo intrépido me obliga á entablar una demanda muy seria contra las personas, como he dicho, de bella índole, pidiendo que se adjudique á los que tenemos el genio tal qual activo la utilidad, á la que tales personas juzgan ser acreedoras en la sociedad. Para probar la justicia de mi peticion he buscado un solo testigo que vale por quarenta; éste es el matrimonio, quien se presentará ante la consideracion de vmd., que como juez competente sentenciará esta causa. Observe vmd., señor Presidente, á estos hombres en el estado del matrimonio quando de éste haya prole; contemple la crianza que dan á sus hijos, y entonces no podrá menos de decidir la qüestion á mi favor. Vemos generalmente que á nada anhelan sino á mimar y halagar á sus hijos; en nada piensan sino en procurarles todo género de regalos y diversiones; si les mandan algo, aunque éstos lo repugnen, no por eso los castigan; si cometen algun defecto, con el velo de buen genio no los reprehenden. ¿Para qué me detengo en rodeos? Estos buenos hombres son tan indulgentes con sus hijos, que consienten que éstos hagan en todo su santa voluntad. Así vemos que quando llegan á ser adultos, como las cortezas de sus pasiones se han endurecido, brotan los mismos resabios que adquiriéron en la infancia. En qualquier estado que tomen, su parecer ha de ser preferido á los demas; todo se ha de decidir segun el paladar de su voluntad; todo ha de pasar por el corte de su capricho; quieren remontarse sobre los demas, pues así lo hiciéron en su niñez. Este es el fruto que dimana del buen genio. ¿Con que diremos que tales hombres son útiles á la sociedad?
La virtud consiste en un buen medio, y así come aquellos á quienes abrasa el fuego de su altivo y soberbio genio, deben poner todo su conato en mitigar la rigidez de aquel, para que de este modo eduquen á sus hijos segun dicta la recta razon, así tambien aquellos que han recibido de la naturaleza un genio apocado, deben, segun prescribe la misma razon, revestirse del carácter de autoridad, para que ésta supla el defecto de aquel. Doy fin suplicando al Tribunal Catoniano que se digne expedir un decreto severo contra tales hombres, imponiéndoles la censura correspondiente á su proceder. Salud.
El Complutense solitario, enemigo del buen genio. ◀Carta/Carta al director ◀Nivel 3
[490] Carta segunda.
Nivel 3► Carta/Carta al director► Señor Regañon: Muy Señor mio: Metatextualidad► Me parece que con demasiado calor se disputa en su periódico por partidarios de instruccion de una y otra parte si son mas útiles los médicos empíricos que los sistemáticos, ó vice-versa; los primeros se atreven á asegurar que oxalá Galeno no hubiese sido filósofo, como lo hace el señor Murciano al Número 44, párrafo 1.° tal que cree útil que hubiese carecido de todo conocimiento filosófico. Los segundos se atreven á prometerse ser médicos consumados luego luego [sic] que concluyan su plan difuso de estudios.
Á mi ver unos y otros cometen un crasísimo error bastante perjudicial, y debe hacérsele saber á todo cursante de medicina que necesita instruirse en las ciencias auxîliares de su facultad para tener ojos observadores, pues de otro modo pasarian por cima de los experimentos sin sacar jamas de ellos una experiencia (como sucede á los mas que se jactan de empíricos), por cuya causa tanto tiempo hemos carecido del descubrimiento de la vacuna, mas que en el instante que llegue á poseerlos tenga entendido que solo se puede considerar capaz de merecer el nombre de médico si se aplica quanto debe; en una palabra, nadie, nadie [sic] posee en el mundo conocimientos á priori en ciencia alguna, ni en arte; la experiencia es la que produce los conocimientos, mas como aun nos restan tantos que indagar para el completo de la ciencia médica, y son de tan grande interes al género humano, es forzoso instruir á los jóvenes no solo en los descubrimientos hechos, sino además en los medios de hacer otros nuevos, lo que se consigue por medio de las ciencias auxîliares de la medicina.
Me parece haber hablado sin adhesion, y sin usar de términos ofensivos, solo por el bien de la humanidad. ◀Metatextualidad
El Enemigo del Idiotismo. ◀Carta/Carta al director ◀Nivel 3 ◀Nivel 2
Aviso.
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