El Regañón general: Núm. 60.
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Felipe el Real, á seis reales cada mes para esta Corte: ocho para
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Sale un Número de á pliego todos los Miércoles y Sábados, que se
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Privilegio.
Sábado 28 de Julio de 1804.
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Secretaría.
Carta de D. Eugenio Franco, vecino de Madrid, al Editor del Correo de Sevilla sobre la Oda á la Resurreccion del Señor, publicada en el Correo número 53 de 31 de Marzo de 1804.
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Brief/Leserbrief
Señor Editor del Correo de
Sevilla: Muy señor mio: Vea vmd. por la suya en que
errores nos hace caer el amor propio, y las
preocupaciones que adquirimos en la educacion. Pues á
este señor mio que revienta de crítico, y me habia
reventado á mí muchas veces con su delicadeza,
criticando otras piececillas del Correo, determiné ir á
ver confiado en que caeria de su burro, y no negaria el
debido elogio á la oda.
Metatextualität
Un
amigo de esa ciudad suele enviar aquí, con deseo de
difundir las luces, su Correo de vmd., y por este
medio hemos visto en el número 53 la sublime y
altisonante oda de la Resurreccion. Bendito sea
Dios, dixe yo quando la leí; ¿quién será este poeta?
A buen seguro que no es ningun media cuchara, sino
un hombre muy hecho, ó se me alcanza poco de achaque
de estilos. Si el mismo Góngora volviera á nacer,
tengo para mí que segunda vez se moriria por no ver
una composicion como esta, que nunca otra tal y tan
buena pudo salir de su fecundísima cabeza por mas
caliente que estuviese. Vaya mil veces enhoramala
Góngora y quantos de hoy mas lo celebren. Porque
bien mirado, ¿qué tiene que ver su tan decantada
cultura con estos fulgores perennales, y estos rayos
horrisonantes, y estas faces temblorosas, que aquí
veo yo, que las estoy viendo de letra de molde, y no
lo creo? Vaya que la oda es una maravilla, y
quisiera saber que dice de ella mi amigo Don
Francisco Hidalgo Muñatones, que si alguna vez ha de
haber cosa que le agrade, esta debe de ser sin duda,
y no se ha de escapar ahora sin que me confiese con
toda su delicadeza haber ya encontrado con la horma
de su zapato en esta obrita. Es de advertir, señor
Editor, que este tal Muñatones, Capitan retirado que
anda aquí de nones como otros muchos,
es hombre mal contentadizo si los hay, y á título de
que en tiempo de antaño estudió con los Esculapios,
y le hiciéron aprender de memoria la Eneida, y la
carta escrita á los Pisones, y qué sé yo que mas, y
le explicáron la poética de Aristóteles, y luego él
se echó á pechos el Brócense, y el Cáscales, y el
Luzán, y una cáfila de autores prosistas en latin y
en romance, entre ellos el Ciceron y el Quintiliano,
y todos los nuestros del siglo XVI, que no hay
fuerzas ya para leerlos; por esto solo, sin mas ni
mas, como si todos los tiempos fueran unos, quiere
llamarse, si vmd. no lo ha por enojo, humanista,
aunque el pobre diablo no habia visto el Batteaux en
toda su vida.
Allgemeine Erzählung
Fui en efecto, y encontrelo leyéndola. ¡Válgame
Dios, y quién podrá referir aquí ahora con propiedad
bastante lo que entre nosotros allí pasó! Diré lo
mas sustancial brevemente por no detener á vmd., y
por caminar mas aprisa al fin de mi cuento, que es
largo. Así como le vi leyendo la oda, sin detenerme
á saludarle, le dixe:
Dialog
y
¿qué le parece á vmd., señor Don Francisco? porque
á mí que ya la he leido me parece la obra mas
bella y acabada del mundo. Nunca tal dixera,
porque oirlo, levantarse media vara sobre la
silla, y venirse gritando con las manos abiertas á
mí como un furioso, todo fué uno. No asi de torva
nube en noche oscura El rayo borritonante
Deslumbra al caminante, y da de hinojos, Qual Don
Francisco en fiera catadura, Tumecido el
semblante, Moviendo fulminante frente y ojos, É
hinchada la narice, Se alza, da sobre mí, y así me
dice: ¿Hasta quando será vmd. mentecato, amigo Don
Eugenio, hasta quándo? ¿Con que esta oda es la
obra mas bella y acabada del mundo? Medrados
estamos. Bien que en tales manos suele andar
nuestra poesía y nuestra pobre lengua, y tanto se
van extendiendo las dos sectas de galicistas y
culteranos, que dentro de poco, si esto no se
ataja, tal vez no quedará en España quien no diga
lo mismo que vmd., y entonces seremos en esta
parte de la literatura el oprobrio de las
naciones; y el hombre á quien haya quedado un poco
de juicio en estas materias se estará en su rincon
sin atreverse á decir esta boca es mia, ó se
contentará con rezar de la mayor parte de aquel
largo sermon, ya algun tanto recobrado del susto
que me habia causado su repentino enojo, le dixe:
No haya mas sobre esto, señor Capitan, y vmd. se
entre dientes donde nadie lo oiga: Barbarus hic
ego sum quia non intelligor ulli. Sobre lo qual se
estuvo hablando un largo rato, y discurriendo con
tantas y tan eficaces razones y exemplos, y con
tanto calor, que bien pudiera convertir al mismo
fautor ó fautores de las heregías que combatía, si
lo hubiesen oido. Yo que no sé latin, ni lo he
menester, porque dicen que el francés basta para
ser humanista, aunque me quedé en ayunas del
texto, y sosiegue, que por el suyo enmendaré yo mi
juicio sin repugnancia; y pues esto es así,
díganos vmd. ya en sana paz qual es el que tiene
formado de esta desventurada oda, que en mala hora
tan buena á mí me pareció. Pues ¿qué mas quiere
vmd. que le diga, me replicó: si lo dicho no basta
buscaremos una cuchara de bayeta. No tanto, le
respondí, que gracias á Dios con lo que á vmd. he
oido bien se dexa entender quan mal le ha parecido
la oda; pero no es eso lo que pregunto, sino que
vmd. declare quáles y quántas son las faltas que
en ella encuentra, las quales á lo que yo entiendo
serán por lo ménos de dos clases, unas en la
poesía, y otras en la lengua, que eran los dos
ramos de que vmd. se quejaba que estuviesen tan
maltratados. Entonces como deteniéndose un poco á
pensar lo que habia de responder, me dixo: A la
verdad, amigo mio, de esas dos partes en esta oda
no es la primera la peor, entendiendo por ella el
principal pensamiento ó idea o que sirve de basa y
fundamento á toda la obra; porque Jesuchristo
muerto en el sepulcro; la muerte al rededor de él
con la guadaña ensangrentada amenazando al mundo,
y el eterno Padre decretando en el cielo la
resurreccion de su Hijo, que se verifica por fin
con tanta gloria suya, como confusion de la
muerte, es ciertamente un buen dibuxo en que caben
muchos y muy bellos adornos. No
esperaba yo tanto de tu mal humor, dixe entre mi,
pero bien presto te desquitarás de esa corta
gracia con las setenas. Dicho y hecho, porque
continuó diciendo de este modo: Mas aquel buen
dibuxo ha dado en manos de un pintor desgraciado
que con malísimos coloridos y extravagancias
horrorosas ha formado por él un quadro del greco;
porque á qué otra cosa podemos comparar (y aun se
le hace mucha merced) una composicion como esta,
en que sobre un buen pensamiento se ven imágenes
falsas ó ridículas, ó mal presentadas, palabrones
duros y sexquipedales, si me es lícito llamarlos
así, altibaxos, voces nuevas ó bárbaras,
impropiedades, arcaísmos, y licencias sin
necesidad y sin número, las quales faltas todas, y
cada una de por sí, serian tal vez tolerables en
un larguísimo poema: pero ¿ á quién se disimulará
que en solos noventa y seis versos encierre tantas
extravagancias, y se tome con tal facilidad esas
libertades de que con tanta moderacion usáron, aun
en casos de verdadera necesidad, los buenos
poetas? Comencemos por las impropiedades y las
falsas imágenes. Del cuerpo del Señor dice,
empezando la oda con un verso durísimo: y no yacia sino envuelto en
una sábana limpia y nueva, ni era posible que
envolviese e polvo un cuerpo depositado con tanto
aseo en un sepulcro tambien limpio y nuevo.
Envuelto en polvo estará un hombre quando lo
entierren, ó quando vivo, siempre que esté en
medio de una gran polvareda; mas quando nada de
esto hay, podrá decirse en castellano que está
lleno de polvo, pero no envuelto en él. De la
envoltura en sangre no digo nada, porque ahí es
mucho mas visible la impropiedad. Pues del alma
santísima dice el poeta que baxó al sepulcro como
baxa al hondo valle un rayo despedido de una nube
torva, esto es, de una nube fiera, espantosa y
terrible, porque no encontró en toda la naturaleza
otra imagen mas bella que una noche de truenos.
Del Padre eterno dice que está en densa luz
velado, como si la luz pudiera ser densa, atributo
que da en otra parte con mas propriedad á la
niebla. Del lloro de los padres del limbo dice que
fué dulce, y si algun llanto puede haber que lo
sea, yo no creo que aquel fué sino muy amargo. Del
sepulcro dice que se inflamó en célicos fulgores,
como si fuera lo mismo iluminarse y resplandecer,
que quemarse. Para significar el supremo poder
dado á Jesuchristo de juzgar el mundo, dice que su
trono la sentencia; y para mostrar su proteccion
sobre las armas de España contra los moros, dice
que su cruz es la victoria; y ponderando las astucias de satanás dice que fuéron
artes ciertas, epiteto con que mas parece elogiar
la habilidad que condenar el engaño y falsedad del
comun enemigo; y todo esto lo pone en boca de
Jesucristo resucitado, haciéndole predicar un
sermon tan largo y tan frio, como ageno de la
gravedad y alteza de aquel divino personage, que
es la mayor impropiedad de todas. Pero aguarde
vmd., me dixo, que aun hay otra mayor, y es quando
hace hablar al Padre dudando si Luzbel venceria ó
no venceria. Ahí es un grano de anís lo que eso
importaba, dixe yo entonces, para que hubiese duda
en ello. Confieso, le dixe,
señor mio, que no la habia mirado tan por menudo
como vmd., pero con todo eso me parece que merece
disculpa, lo uno porque muchas de esas antiguallas
y licencias que vmd. tanto censura, las he visto
yo, si no me engaño, en algunos buenos poetas; y
lo otro porque no es lo mismo escribir en verso
que en prosa, y algo se ha de conceder al lenguage
poético. No señor, me replicó, no hay disculpa que
valga. Vmd. habrá visto sin duda algunas de esas
cosas en los que dice, pero no las habrá visto
todas, ni las que haya visto habrán estado juntas
y apiñadas en tan corto numero de
versos como se ven aquí. Los buenos poetas usaron
de las licencias con gran moderacion, y con la
misma usáron alguna vez los arcaísmos para dar
novedad, nobleza y magestad á sus obras, mas para
imitarlos en esto es menester tener un poco de sal
en la mollera. En quanto al lenguage poético no lo
hay en la oda, ni quien tal diga lo conoce, ni
sabe distinguir entre lo legítimo y lo bastardo.
El verdadero lenguage poético se diferencia y
aparta del comun por la magestad, la novedad y la
belleza, no por las extravagancias, las
innovaciones arbitrarias, y la hinchazon. Debe ser
rico, casto, numeroso y bien sostenido, de manera
que nunca desdiga del tono que tomó una vez.
¿Encuentra vmd. alguna de estas qualidades en el
lenguage de la oda? Si vmd. las encuentra dígame
donde estan. ¿Será lenguage poético decir que el
mundo gemia triste sumido en negror y en densa
niebla, la temblorosa faz cubierta de horror? Bien
se sufre en este lenguage ver al mundo
personalizado, y aun lloroso y cubierto de
sombras, como se diga bien, pero con ia cara
temblando, ¿quién diablos habrá que lo sufra, y
menos diciéndolo tan mal? ¿No ve vmd. que esto es
ya dar en un extremo pueril y ridículo? ¿Será
lenguage poético queriéndonos pintar la muerte,
pintárnosla podrida, la podrecida muerte? Estamos
acostumbrados á figurarnos la muerte como un
esqueleto seco y enjuto que tiene en su mano la
guadaña con que nos amenaza á todos. Esta imágen
es terrible y espantosa, pero aseada y limpia, y
esa es la que nos debe renovar el poeta quando nos
quiere intimidar y entristecer. Mas ¿qué estómago
podrá sin alterarse sufrir la asquerosa y hedionda
idea de un cadáver medio corrompido, que es la que
naturalmente excitan aquellas dos palabras? Y para
movernos al terror y espanto, ¿será lenguage
poético hacernos vomitar de puro asco? ¿Y lo será
tambien pintarnos la muerte pavorosa, blandiendo
la guadaña, y arrastrándonos encadenados tras de
sí? Amigo mio, que la guadaña sea arma que se
pueda blandir, pase en buen hora; pero que quien
esté pavoroso, como dice el señor poeta que lo
estaba la muerte, esté para entretenerse en
blandirla, ni ménos para arrastrar á nadie, eso es
mas duro de pasar. ¿Será lenguage poético pintar á
Jehová sentado en el empíreo, dó del orbe sustenta
los quiciales, y que allí se alza, y después de
preguntar si vencerá Luzbel, pregunta tambien si
el pueblo insano perderá el nombre del inocente?
¿Qué quiere decir perderá el nombre del inocente?
porque yo, hablando con toda verdad, no lo
entiendo. ¿Qué riqueza de lenguaje
poético es esta que para presentarnos al Padre que
va á hablar, nos dice alzase; para mostrarnos al
hijo en la misma actitud, se alzó; y para
tremolarnos sus banderas, se alzáron? ¿Tan digna y
magestuosa es aquella expresion, que no hay otra
con que poderla siquiera variar? ¿Qué riqueza es
esta que pone á Dios en el eterno asiento, y á
satan en el hondo asiento? Que habiendo empleado
en el trono de Jehová los fulgores perennales, no
encuentra de que echar mano para la tumba
inflamada, sino los célicos fulgores; que tan
cerca pone el amargo lloro de los mortales del
dulce lloro del seno de Abrahan, donde si el almo
coro gimió, ya ántes triste el mundo gemia; que
habiendo hecho retemblar del orbe los polos, hace
luego retemblar tambien de satan el hondo asiento;
que no tiene otro modo de expresar la entrada del
alma al sepulcro, que decir el sepulcro hiende (y
es mentira que no lo hendió, ni tuvo para qué); ni
para expresar la resurreccion del cuerpo halló
otra frase que decir: nueva vida el pecho hinche,
ahí como quien hinche un colchon; ni á la voz del
Señor que hablaba á los mortales supo llamarla voz
sonora, dulce, suave, grave, magestuosa,
armoniosa, sino voz subida, que es por vida mia
riquísima gala de lenguage poético. Pero hablando
con seriedad, amigo mio, ¿es esta riqueza de
lenguage, ó pobreza, y miseria, y mendicidad, y
desdicha, y lástima? Lástima me da á mí
verdaderamente, le dixe, de ver ya tan mal parado
como vmd. me va dexando á mi pobre poeta, que al
fin al fin hizo lo que pudo, y no debe mas. Ésa no
es cuenta mia, me respondió, pues nadie le mandó
que lo hiciera, ni menos que lo publicara;
Zitat/Motto
Yacia envuelto en polvo y
sangre yerta,
Metatextualität
Pues veamos
ahora, prosiguió, las palabras y juntemos aquí en
uno las duras, las nuevas, las altisonantes, las
baxas, y haremos de ellas un ramillete que no
habrá narices que lo sufran. Temblorosa, negror,
podrecida, ponderoso, perennales, borritonante,
quiciales, alzase, se alzó, voz subida. Añada vmd.
estas dos que están mutiladas, furecida y
sangrentado, y esta otra prolongada, veloce, y
aquella sincopada espirtu. Quiere vmd., me dixo,
mas licencias poéticas. Pues allá van otras, y
algunos arcaísmos. Enmedio la alta cumbre. En
Capitolio arboló Pedro insignia. Asiento finó allí
Religion. Á Dios artículos, exclamó aquí riéndose;
la muerte que andaba por allí se los hubo de
tragar, y prosiguió su tarabilla. El almo, por el
santo Venerára, por veneró. Entrará las puertas,
en vez de entrará por las puertas. Fecundáran y
suspiráran, por fecundáron y suspiráron. En pos el
almo coro, en que además de los dos arcaísmos, no
se sabe quien va en pos de quien, supuesta la
licencia que el poeta se suele tomar de omitir las
preposiciones. No quiero numerar otros arcaísmos
que pudiera, como humanales, divinales, abundoso,
dó, lloro, velado, por no parecer mas prolixo. Con
lo dicho basta para que todos vean quantas
bellezas se encierran en tan corto poema; mas no
sé si bastará para que vmd. conozca qué obra fué
la que alabó tanto.
Metatextualität
y mas razon será tener
lástima de la poesía y de la lengua castellana,
que tan destrozadas y desfiguradas las traen esta
nueva casta de escritores y poetas noveles, los
quales con estudios crudos, estragado el paladar
en idiomas y versos extrangeros, y en malísimas
traducciones, sin poder sufrir media hora la
lectura de nuestros buenos escritores de prosa,
donde harian caudal con que salir de qualquier
empeño, y desflorando nuestros poetas buenos y
medianos, y tomando de cada uno lo peor, se forman
un estilo á su modo, que ni es latin, ni
castellano, ni francés, y con zurcirle quatro
arcaísmos que le caen como remiendos de grana en
paño burdo, ya se creen hombres de pro. Á los
poetas y á los oradores corresponde conservar,
adelantar, enriquecer y hermosear la lengua
nativa; pero muchos veo ahora que se precian de
serlo, y no hacen otra cosa que destruirla,
atrasarla, empobrecerla y afearla.
Leen tal vez y estudian el Boileau y el Batteaux,
y el Blair, y el La Harpe, y hacen bien en ello,
si en efecto lo hacen; pero olvidan y no estudian
su propia lengua, y llenas sus cabezas de
preceptos, observaciones y teorías sublimes y
útilísimas, no saben aplicarlas á ella, porque no
saben ni quieren hablar sino en francés, y será
menester que las vayan á practicar á Francia,
donde se estan riendo de ellos los mismos que los
han enseñado, viéndolos tan pobres y ayunos
despues de tanto estudio, enmedio de la riqueza y
abundancia que dentro de su casa tienen, y no
conocen ni saben apreciar. Muchos y muy recientes
exemplos le pudiera poner á vmd. en verso y en
prosa; pero sin salir de esta misma oda observe
vmd. bien ese cortar y recortar, ese hablar
siempre por incisos y miembros, sin formar jamas
un periodo, y esas interjecciones frías conque se
ayuda, como con muletas para andar, la oracion, y
se llena de ripio el verso, y verá bien claro la
huella del estilo francés. (Se concluirá.)