El Catón Compostelano: Discurso IX
Permalink: https://gams.uni-graz.at/o:mws.370
Level 1
DISCURSO IX.
Level 2
Level 3
Letter/Letter to the editor
Señor Editor: Ya que V. há
formado el proposito de desterrar los vicios y
preocupaciones comunes, es muy puesto en razon que todos
aquellos que por singular genio se hallan destituidos de
toda parcialidad produzcan sus tareas, y pongan algun
cuidado en subministrarle aquellas ideas mas
proporcionadas, á fin de que V. si son dignas las
apruebe, y ponga en el numero de sus obras. Esto reflexîonaba yo, y hé aqui se me ofrece un objeto
á que debemos prestar grande atencion, y es la falta de
educacion, y el poco arreglo de la enseñanza de la
Niñéz. Punto á la verdad de tan grande interés é
importancia á la Religion y al Estado. Con efecto me
determino desde hoy á poner esmero en ver como dar
reglas conducentes á la educacion tan abatida entre
nosotros, si es que el favor de Divino me ampara en tan
loable pretension.
Si la
enseñanza de los Niños es uno de los objetos mas
interesantes á una Republica bien organizada, no hay
razon alguna para que esta se muestre tranquila è
indiferente en esta parte, siempre que en ella se observe decadencia notable. Pero ¿que
hace el buen Maestro con sus penosas tareas, si los
Padres de familias no ponen de su parte los medios
mas eficaces para la solida instruccion de sus
hijos? ¿Que hace la Republica por mas que vigíle en
la eleccion y consentimiento de buenos Maestros, si
no hay Padres? Yo confieso que el buen Maestro es
una gran columna en que estriba, y de que depende la
sucesiva felicidad de los Pueblos, como que los
Niños nacen para su govierno; pero tambien aseguro
que los Padres son los cimientos en que estriva esta
columna, esto es, todo el fruto del Magisterio. El
Pedagogo podrá sujetar á un niño á sus lecciones;
mas luego que sale de ellas, si falta la autoridad
paterna, es lo mismo que si no oyera tales
lecciones. Mas ¿que estoy diciendo? ¿Es posible que
me oygan? Desde luego digo que será arrojado este
papel, abominado y hecho polvo, como si fuera acaso
un cumulo de voces huecas, que nada mas
sirviera que para confundir al entendimiento, y
meter a los hombres en un laberinto de que saliesen
con dificultad. Ah! ignorancia! Ah! preocupacion!
Con mucha verosimilitud y al caso nos dice Samaniego
Tom. I. Fab. 25. lib. 2. que: El
hombre es muy docil: hace como la varilla que
mientras está tierna puede doblarse con facilidad, y
qualquiera ayrecillo excita en ella movimiento, mas
al paso que engordece, vá perdiendo aquella tenuidad
de que antes estaba dotada, é ya no puede moverla
con facilidad el viento, hasta que llega á tal punto
que no es posible doblarla una fuerza por grande que
sea. Pues considerese asi un niño: mientras sus
nervios se hallan flexîbles, puede el
Padre ó el Maestro inclinarle á qualquiera asunto, y
el niño recibir con mas docilidad lo que se le
enseña, y aquello á que se le dirige; pues aun están
por rigidar los organos sensorios, y no tienen
resistencia para dejar de inclinarse á qualquiera
cosa. Esto es evidente, y no necesita mas prueba que
la misma experiencia; pero ya que de esta no se
habla, tambien lo esforzaré con mis razones. Nadie
duda, que el hombre es racional, y por consiguiente
mas capaz sin comparacion de recibir lecciones, que
el Perro. Bien está: vemos quotidianamente que si se
enseña á un perro luego que nace á baylar ó á otro
movimiento corporal de urbanidad, insensiblemente se
verá gran fruto. Luego tambien si á un niño le
fueran imponiendo al conocer en el discernimiento,
es forzoso que por grados se lograse ver enseñado en
qualquiera materia sin tanta diftcultad y trabajo
como vemos es preciso para imbuirlos despues de
grandes. Este método era el propio para
la perfecta educacion, y que está en manos de los
Padres de familias, mas no poniendo estos cuidado
alguno en todo lo que se les insunue [sic] acerca de
este punto, los niños mientras no están en edad
capaz de ser puestos al cuidado de algun Maestro,
obran solamente del modo que ven á los de su edad, y
á los demás que tratan con ellos; asi que con mas
facilidad dominan del hombre los vicios que la
virtud: quoniam dociles imitandis turpibus ac pravis
omnes sumus1especialmente quando se adquieren en
casa; porque velocius et citius nos corrumpunt
vitiorum exempla domestica2y lo que mas es viendolos á los mismos
Padres magnis cum subeant animos auctoribus.3 Esto supuesto vamos á otra
parte. Ponen los niños al cuidado de un buen
Maestro, ven que sus hijos adelantan en vicios, y no viendo ó cerrandoseles los ojos para
ver la causa, la atribuyen á los Maestros.
Verdaderamente estos pueden tener culpa; pero
tambien se pueden culpar inocentes. Los Padres
preocupados maldicen á los Maestros. ¡Que locura!
¿Pues como el Maestro os ha de enseñar un niño, é
inclinarle á la virtud, si ya se lo entregais
anegado en vicios? Es cierto que en la Escuela se
corrompen ¿pero en casa? Nam et corrumpuntur
interim, sed domi quoque.4
Nos dicen Phedro y Esopo en sus Fabulas, que
Ah! Padre que tienes hijo en la Escuela tecum
habita: mirate bien: et noris quam sit tibi curta
supellex: y verás que poco es lo que enseñas á tus
hijos.5
Pasemos mas adelante: démos una visita
á los Señores Maestros, y veamos qual es su
enseñanza. Por decontado ya vemos la mala
pronunciacion que muestran á sus discipulos; pero
esto es mas porque ellos no saben, que porque les
falte su trabajo; pero al mismo tiempo quieren que
pronuncien como ellos. ¡O barbarie! Diganme esos
Señores: Si me mandan tocar una Campana despues de
oir tocar otra, mas sin ver, no solamente tocarla,
sinó aun la misma Campana, y sin saber que hay tal
cosa ¿podré yo tocarla? Es cierto que no. Ahora
bien: asi en la pronunciacion: los niños oyen el
sonido de la silaba que pronuncia el Maestro; mas no
saben como lo hacen: salen con que mas no saben que
movimientos se han de dar para excitar semejante
sonido. ¡Ay lastima! ¡Pobres niños! Ojalá no
destruyesen vuestros talentos miserablemente!6
De esta manera los Maestros no ven
fruto en los Niños, y sus Padres ven adelantamiento
de vicios, y atraso de Maestros: ven que
insensiblemente van estos faltando, no en numero,
sinó en facultades, quiero decir, ven multiplicar
los Maestros, mas no sus saludables efectos: ven
todo esto, é ignoran la causa, y creen con buena fé
unos y otros, que los niños son ineptos para las
ciencias y primeras letras. Tal es su ignorancia, su
preocupacion, y su mal modo de pensar. Mas para
desengaño del Publico envasaré aqui la causa de las
dos cosas. El Maestro no ve fruto de sus discipulos,
porque no sabe enseñarles con el método que debe, y
el Padre de familias siente falta en los Maestros,
porque á este empléo solo aspiran los desauciados
que no tienen otro arbitrio á que apelar por su
ineptitud; asi que ni hay buenos Maestros, ni hay ni
puede haver buenos Profesores. Por el contrario
aquellos hombres que se ven dotados de las
qualidades y circunstancias de buen Maestro, no
toman sobre si tan arduo negocio, como
quienes consideran las dificultades que se ofrecen
al querer desempeñarlo con conciencia. ¡O! si
consideráran esto aquellos que lo executan!
Esta, Señor Editor, es materia de mucho volumen, y que
es dificil de compediar en un Periodico; pero esta y
otras como ella son las que deben salir á luz publica,
como que trahen mas utilidad que el conocimiento del
origen de las lenguas Orientales, y otras materias que
se toman algunos para poner en un Caton, que solo se
dirige á desterrar los vicios, y preocupaciones
vulgares, que el quitarlas es gran empresa. Yo por lo
menos formo este concepto, y hasta que se me haga
demostrable lo contrario permaneceré en él Si es que V.
Señor Editor, toma á bien el poner esta pequeña Carta
entre sus Obras, prometo seguir el asunto, y verán los
hombres de instruccion quan util es mi dictamen.
Prescribiré en otras Cartas el método de enseñar las
primeras letras de que dependen los
conocimientos de las ciencias exâctas; y por ultimo
manifestaré al Publico mis deseos de servirle; mas si
asi no se verificase, desde luego me avergonzaré de
escribir acerca de otro asunto, aunque sea de
importancia y tenga en el ideas ventajosas. Entre tanto
reciba V. esto poco que en si es mucho; pues me atrevo á
decir con Seneca: Pauca sunt que dicuntur; sed si illa
animus bene exceperit, convalescunt et exurgunt. B. L.
M. de V. su mayor Servidor. -:- J. V. V. C. y C. -:-
Level 4
DISCURSO I.
Citation/Motto
Corrumpi mores in scholis putant, nam et
corrumpuntur interim sed domi quoque; et sunt
multa ejus rei exempla tan lesa herclé quam
conservata santissima utrobique opinionis.
Quintil. inst. lib. I. cap. 3.
Si la
enseñanza de los Niños es uno de los objetos mas
interesantes á una Republica bien organizada, no hay
razon alguna para que esta se muestre tranquila è
indiferente en esta parte, siempre que en ella se observe decadencia notable. Pero ¿que
hace el buen Maestro con sus penosas tareas, si los
Padres de familias no ponen de su parte los medios
mas eficaces para la solida instruccion de sus
hijos? ¿Que hace la Republica por mas que vigíle en
la eleccion y consentimiento de buenos Maestros, si
no hay Padres? Yo confieso que el buen Maestro es
una gran columna en que estriba, y de que depende la
sucesiva felicidad de los Pueblos, como que los
Niños nacen para su govierno; pero tambien aseguro
que los Padres son los cimientos en que estriva esta
columna, esto es, todo el fruto del Magisterio. El
Pedagogo podrá sujetar á un niño á sus lecciones;
mas luego que sale de ellas, si falta la autoridad
paterna, es lo mismo que si no oyera tales
lecciones. Mas ¿que estoy diciendo? ¿Es posible que
me oygan? Desde luego digo que será arrojado este
papel, abominado y hecho polvo, como si fuera acaso
un cumulo de voces huecas, que nada mas
sirviera que para confundir al entendimiento, y
meter a los hombres en un laberinto de que saliesen
con dificultad. Ah! ignorancia! Ah! preocupacion!
Con mucha verosimilitud y al caso nos dice Samaniego
Tom. I. Fab. 25. lib. 2. que: Citation/Motto
Corrumpi mores in scholis putant, nam et
corrumpuntur interim sed domi quoque; et sunt
multa ejus rei exempla tan lesa herclé quam
conservata santissima utrobique opinionis.
Quintil. inst. lib. I. cap. 3.
Level 5
Por hombres de seso muchos son tenidos,
que á nuevas razones cierran los oidos.
Level 5
Fable
Jupiter nos puso dos
alforjas, una delante y otra atrás: en la de
adelante nos puso los vicios agenos, y en la de
atrás los nuestros, afirmandonos con esto que los
hombres veian los vicios agenos, y los suyos no.
Level 3
VARIEDADES.
Metatextuality
Todo me parece muy bien, Sr.
D. J. El asunto de su ocupacion, la correccion á los
Padres y Maestros, y en una palabra el todo de su Carta
me gusta, y no puedo dejar de alabar el util pensamiento
que V. me comunica; pero por mas util que sea este, no
me parece que sea de una utilidad exclusiva de
qualquiera otra produccion por inferior que ella sea, para que V. proclame su papel como unico, y
dicte la proscripcion al n.° del Origen de las Lenguas.
Esta clara confesion, propia de un egoista que no dá
quartel á produccion alguna agena, alarmaría la
vigilancia de los emulos de V. si no procurase yo
encubrir el verdadero sentido de aquellas palabras. ¿Por
ventura cree V. que no es asunto de un Caton lo que
sirve á istruir y desengañar de falsas credulidades,
tanto como lo que se dirige á desterrar los vicios y
preocupaciones? Aquello y esto tenian el principal lugar
en el espíritu de aquel justo é inflexîble Censor,
CATON; aquello, como pasion que le dominaba, pues no
ignorará V. que entre las tres cosas que merecian su
arrepentimiento, una era, haver dejado pasar un dia sin
aprender alguna cosa nueva; y esto, como objeto
principal de todos sus cuidados. Pues si el retrato ha
de ser, segun el Principe de los Pintores, copia
identica del original que se imita ¿por que este
renuevo, digo mal, este bosquejo de aquel
modelo de la justificacion no há de abrazar en si tanto
los objetos de instruccion y desengaño, como los
correctivos? Acaso pretende V. revestir al Caton
Compostelano de aquellas ordinarias pasiones que suele
germinar el odio, y que salen del equilibrio de su justa
balanza, para desnudarle de los principales agentes de
su espíritu, la Justicia é Igualdad? En vano se cansa V.
Es indefectible en el hombre virtuoso la libertad, asi
como en el malo la esclavitud; y mientras aquella exerza
sus incóquistables derechos, no podrá la malicia
cautivar el corazon de quien los posea, ni obligarle á
predilecciones, quando el merito sea igual. El de su
pensamiento anterior es claro á todas luces; y su
continuacion que promete, colmará la esperanza que
empieza á renacer en el corazon de su Servidor. -:- El
Editor. -:-