El Regañón general: Núm.55
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NÚM.° 55.
Miércoles 7 de Diciembre de 1803.Ebene 2
SECRETARÍA.
CORRESPONDENCIA LITERARIA DEL
MES.
Metatextualität
Concluye la Carta primera del
Número antecedente.
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Brief/Leserbrief
Dexemos pues á este miembro
inútil y despojado de aquellos sentimientos de
humanidad, y pasemos á exâminar por otro extremo la
naturaleza humana bien cultivada: pongámosla delante de
nuestra vista, y observaremos renacer en todas edades
los prósperos efectos de su ilustracion. Veremos la
infancia, guiada por las luces de sus padres, manifestar
á estos el amor, la obediencia, el temor, y las mejores
señales de una índole amable, y apta para recibir las
primeras lecciones de sus directores: que la puericia en
medio de sus honestos placeres y entretenimientos, se
instruye en los principios fundamentales de su religion,
en los primeros elementos de las ciencias y artes, y
adquiere un conocimiento bastante capaz para rectificar
sus ideas en las edades futuras: que la adolescencia
desasida del ocio y de los vicios, aficionada cada dia
mas y mas á los exercicios que practíca, emplea toda la
fuerza de su ingenio en hacerse útil á sí y á sus
semejantes: que la juventud aplicada eleva su discurso,
y ansiosa busca una inmensidad de objetos donde fixar
sus manos y su mente, para hacer progresos que atraen la
admiracion de las edades: que la ancianidad acostumbrada
á exercer los deberes mas sagrados encuentra la
recompensa, cogiendo con dulce placer los frutos de la
buena semilla que sus mayores derramáron en el seno de
su corazon; y en fin veremos en todos sus periodos una
dilatada serie de acciones tan laudables, como dignas de
ser imitadas. Ya se ve, por esta ligera analisis, quán
hermosa y agradable aparece la humanidad bien educada; y
qué horrible y espantosa se presenta á
nuestra vista quando desprecia aquel sistema. Bien
analizadas tenia vmd. estas dos clases de miembros tan
desemejantes, y opuestos en todas sus partes; y bien
conocidas las funestas conseqüencias que nacen del
abandono y descuido de la buena educacion. Bien sabia
vmd. mejor que yo todo esto, quando inflamado de
aquellos fogosos sentimientos que enardecen su corazon
patriótico, ha dirigido sus ideas al objeto de disipar
los errores, los abusos, los excesos y defectos que
controvierten el órden y armonía que exîge el derecho
social en un pueblo feliz, promoviendo la educacion en
quanto sea posible desde que el niño comienza á
manifestar aquellas sensaciones mas prontas de sus
primeras facultades. Y bien sabia vmd. que debilitándose
el cultivo de estas pequeñas plantas llegarian á
desmedrarse cada dia mas y mas, hasta venir á una
corrupcion dificil de remediar. Pero supuesto todo esto,
quiero hacer á vmd. una pregunta de cierto escrupulillo
que me ha ocurrido en este instante. ¿Qué se ha de hacer
pues en un pueblo donde el mas crecido número de
habitantes carece de principios y máxîmas para dirigir
una educacion doméstica; para que aquellos seres
pueriles á quienes tocó la desgracia de haber nacido de
unos padres embrutecidos, no se contaminen con los
mismos defectos y vicios que les ven continuamente
practicar? Y ¿qué exemplos, qué lecciones podrán recibir
estos desgraciados infantes, para que obren sobre sus
espíritus, y les enseñen á ser justos y aplicados? ¡Ó
que pregunta digna de la atencion de los sabios! Yo
quisiera, señor Presidente, que vmd. empleara algun
tiempo sus talentos en inventar el mejor medio de
establecer este plan de educacion particular, que es el
que sin duda pudiera perfeccionar la mejora de la suerte
de los hombres, y acabaria vmd. de hacer á la sociedad
un beneficio de los mayores que puede inspirarle el
amor, zelo y deseo que manifiesta á favor de la
felicidad comun. Salud. D. S. L.
CARTA SEGUNDA.
La Templanza.Ebene 3
Brief/Leserbrief
Muy señor mio:
Lo
cierto es que serian dementes, pues de otro modo no
era posible que un hombre racional y cuerdo se
avalanzase á quanto se le presentára delante, sin
reparar en si lo uno era ardiente, lo otro frio, lo
uno agrio, lo otro dulce, lo uno hirviendo, lo otro
helado, y en fin tragando una cantidad tan
exôrbitante, que bastaria para dos docenas de
cabadores; y ¿cómo puede haber apetito para tanto, y
en gentes que apénas hacen mas exercicio que en el
coche ó con los naipes? No señor: no lo hay
efectivamente; pero para eso se inventó el arte
maravilloso de cocina... arte vergonzoso que degrada
al hombre, que debiera no ser conocido, y aun
perseguirse, como al de los envenenadores; pero
arte, señor Regañon, que se paga mucho mejor que
otros útiles, aun necesarios y dignos del hombre;
pues no es raro el ver á uno de estos preparadores y
ministros de la gula que tenga mas sueldo que un
sabio laborioso, ó un coronel lleno de gloriosas
cicatrices. Ello es que yo estaba confundido, y casi
avergonzado de ser hombre de la misma especie que
los eliogábalos, al ver su furor, y el ansia voraz
con que engullian aves, pescados, animales, verduras
y pastas, dentro de los quales creia yo ver
empanadas disimuladamente la gota, la piedra, la
hidropesía, las fiebres, los cólicos y la apoplegía.
Y ¿quién hubiera creido, señor Presidente, hace
algunos años, que un español se avergonzára de
servir en su mesa los vinos de su pais, estimados en
todo el mundo, y que en favor de la crápula, y aun
de la industria extrangera, con perjuicio de la
nacional, hubiese de adornar sus botellas con
nombres extraños? No lo hubieran creido nuestros
abuelos, pero es porque en su tiempo no se conoció
la moda de beber mucho, que es la razon mas poderosa
para desterrar nuestros vinos
generosos en todas sus calidades, y dar la
preferencia á ciertos vinos que se dexan manejar
mas, pero que dexan tambien resultas que no se
ignoran. La naturaleza se contenta con poco, con lo
mas sencillo y comun, y nada hay que la sea mas útil
que la templanza: ésta suple por todos los remedios
imaginables, y si yo fuera médico (como lo ha
imaginado desatinadamente alguno), ó si fuera
Presidente como vmd., diria á mis lectores: "haced
vuestra comida principal de un solo plato: no bebais
licores fuertes, y absteneos de las malditas salsas,
á no ser simples y naturales." Un hombre que
siguiese estas pocas máxîmas tan fáciles, estaria
libre de la variedad de condimentos que incitan al
exceso, y de los arbitrios inventados para dar un
apetito artificial, ó reanimarlo quando está
satisfecho.
¿Qué diria ahora mi pariente al ver que no se
hace por un gran número de gentes mas que comer,
beber, jugar y dormir? Yo creo que no teniéndose por
seguro en su tinaja se meteria en un pozo;
pero creo tambien que no lograria nada con eso, como
sucederá regularmente á vmd. y á su corresponsal
Diógenes.
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Allgemeine Erzählung
Si alguna vez he
deseado no ser Diógenes sino un petimetre, es
ciertamente ahora, para poder hacer á vmd. una relacion circunstanciada de un gran
convite á que tuve que asistir dias pasados; pero
como esto es imposible, tendrá vmd. que
contentarse con lo que pueda decirle solo por
mayor, pues el saber yo los nombres de los
innumerables platos que se sirviéron á la mesa,
seria tan dificil como el cortar una rebanada á la
luna. Baste para nuestro intento el saber que
habiendo comido yo lo necesario de uno de los
primeros manjares, en lo restante de la comida,
que duró unas tres horas, estuve ocupado en hacer
reflexîones sobre la glotonería é insensatez de
tantas gentes, que á primera vista parecian de
juicio, y que yo miraba como á otros tantos
frenéticos, que con las mayores risas y muestras
de alegría se tragaban su muerte; pues no dudaba
que los mas reventarian aquella noche.
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Exemplum
En quanto al beber
les diria con un antiguo: el primer vaso por mí,
el segundo por mis amigos, el tercero por la
alegría, y el quarto por mis enemigos: así hablaba
Ciro.
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Exemplum
Dicen que mi
antecesor Diógenes hallando en la calle á un jóven
que iba á un festin le llevó á su casa con el
pretexto de librarle de un peligro que le
amenazaba, y que con sus razones le disuadió de
concurrir al convite.
CARTA TERCERA.
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Brief/Leserbrief
Señor Regañon general:
señor
Diógenes mio, quien se servirá perdonar la molestia de
este consejo al que puede darselo, por ser el Licenciado
Cascaciruelas. Vmd., señor Presidente, no
dexe de tirar sus buenos tajos y reveses, repartir
muchos torniscones, y dar grandes bufidos al infinito
número de necios que tanto atosigan á vmd., de quien es
muy afecto El mismisimo Cascaciruelas. P. D. Me alegrára
en mi corazon que el señor Diógenes se nos demostrára
identificado con el Filósofo á la Moda, ó Maestro
universal, porque esta especie seria una mordaza
irresistible para sus caballeros censores, que entónces
no podrian decir, sino entredientes, que ha faltado el
previo aviso de que el señor Diógenes tenia ánimo de
repetir gratis muchas ideas que ántes habia vendido.
Metatextualität
Supuesto que el principal
instituto de vmd. es rectificar ideas, y contribuir
á desengaños, permítame ocupar en su justiciero
periódico la última hoja que necesito para dar el
siguiente:
Zitat/Motto
Consejo al señor Diógenes.
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¡Válgame Dios señor
Diógenes de toda mi alma! Siendo vmd. un hombre de
talento é ingenio bien conocido para criticar con
salero los abusos mas comunes y perniciosos, ¿qué
necesidad tiene vmd. de echarse acuestas la bien ó
mal aplicada nota con que le sindican algunos
literatos churrilleros que no paran su
atencion sino en meras escrupulosidades? Si señor:
en una tertulia donde se principió á leer poco ha el
inexôrable Regañon, les oí calificar de oportunos,
graciosos y bien interesantes los discursitos de
vmd.; mas luego rebaxáron por quintales esta
encopetada censura á puros mordiscones y tarascadas
que sustancialmente no venian á parar mas que en la
impertinente friolerilla de que vmd. era un solemne
plagiario que nos soplaba gato por liebre, á causa
de que en los tales discursitos insertaba como suyos
los pensamientos publicados ántes en otros papeles
periódicos, y á veces con poca variacion de
palabras. Entónces dixe yo para mi sayo: ¿se habrá
visto caterva de hombres tan degollantes que no
piensan sino en roer los zancajos á los pobres
escritores? ¡Valentía es que el filósofo Cínico ha
de estar derritiéndose los sesos en componer ó
copiar de valde sus célebres sátiras, para que se le
hayan de desdorar con meras frivolidades! No hay
razon para que sufra semejantes desatenciones, y mas
quando á poco trabajo estarian remediadas. Así
reflexîonaba yo entre mí mismo, y sin hablar una
palabra, ahogando la primera vez mi pasion
cascantina, me escabullí con ánimo deliberado de
tomar la pluma, como lo he hecho, para aconsejar á
vmd. que por la misericordia de Dios no tiene
precision de aguantar tales majaderías, que las
puede escusar muy fácilmente sin abandonar sus
loables tareas tan adequadas para la reforma de
abusos y ridiculeces; y que el remedio seguro,
eficacísimo, pronto y nada molesto es: que añada
vmd. á sus discursos uno ó dos rengloncitos en que
se exprese el original de que han sido tomados. Para
que vmd. lo entienda mejor le pondré tres exemplos:
al fin de su carta inserta en el Número 30 del
Regañon, y dirigida á manifestar sus enfermedades,
debió vmd. poner en el lugar de la fecha estas
cláusulas: Concuerda casi á la letra con la carta de
N. N. publicada en la Leccion segunda del Filósofo á
la moda. Á la carta que trata de los Ídolos en el
Número 31 del Regañon, pudiera vmd. haber añadido
esta notilla: Son retazos de la Leccion treinta y
dos del Filósofo á la moda. Por conclusion de la
otra carta estampada á la página 253 del Regañon,
habria sentado muy bien este aviso: Poco hay en esta
epístola que no se halle en la Leccion undécima del
Filósofo á la moda. Et sic de ceteris,
CARTA QUARTA.
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Brief/Leserbrief
Señor Regañon general: Muy
señor mio: En el juicio que hizo el Fiscal del estado
presente de la literatura española, dice así en el
Número 2 folio 14: ....... "las demas ciencias, y hasta
las artes mismas buscan en ella (hablade la química) su
orígen, y la medicina, la botánica, la mineralogía y la
anatomía que ántes formaba cada una una ciencia
distinta, ya no son mas que unos ramos dependientes de
la química....." Nadie dudará que para decidir con un
tono tan magistral tendria presente el señor Fiscal lo
que es la química, y hasta donde se extiende su
jurisdiccion, como igualmente las demas ciencias que
llama ramos de aquella: sin embargo, si las reflexîones
y regaños que un Regañador particular ha formado contra
semejante modo de pensar no le pareciesen inútiles á ese
recto Tribunal, espero que los coloque á donde
convengan, seguro de que no soy amigo del Diarista, ni
del Anti-Regañon (que de Dios goce) ni de los
Memorialistas bibliotecarios. Como soy del mismo
dictámen que el Presidente de ese Tribunal (Número 49)
de que el Regañon no es una obra magistral, y de que la
ligereza en el modo de tratar los asuntos es el carácter
de los papeles periódicos, evitaré hablar
magistralmente, y lo haré así. Para contentar
á estos y á otros encargue vmd. al Fiscal que forme un
apéndice á dicho juicio, y en él nos diga, aunque sea
lacónicamente, lo que le faltó en el publicado. Así lo
espera de vmd. su apasionado El Regañador particular.
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¿Con que señor Fiscal, la ciencia tronco
ó madre de las naturales es la química? ¡Qué
insolencia es negar una hija á su madre la verdadera
filiacion, subiéndosele á las barbas, y queriendo
hacerla creer que ella no es tal hija, sino madre y
muy madre! Hasta hoy se habia creido
que la historia natural era una ciencia general que
comprehendia baxo su dominio todas las llamadas
naturales: así lo dixéron unos franceses que de todo
quisiéron entender, y un señor inglés, pero ya ni á
este ni á aquellos se les debe dar crédito desde que
el señor Fiscal nos dice que todas son ramos
dependientes de la química; esta es el tronco de
todas, y sin ella no puede haber habido ni hay
buenos botánicos, anatómicos, ni médicos, y así se
deben excluir de la clase de tales los Dioscórides,
Tourneforts, Rais, Linneos, Lamark, Palau, Columb,
Lieautaud, Hipócrates, Galeno, Sydenham, Sauvage,
Cullem, Browm, &c. porque los tales se metiéron
á botánicos, anatómicos y médicos sin hacer caso de
su madre la química. Perdone vmd. esta cita pedante
al parecer, pues no lo acostumbro, pero hacia al
caso para mi asunto, como lo haré ver en seguida.
¿Para qué necesita un botánico la química, si se
limita como debe á la inteligencia y conocimiento de
las clases, órdenes, géneros, especies y variedades
de las plantas, al porte y lugar de su crianza, que
es con cuyo conocimiento lograria qualquiera el
título de botánico? Para nada. Ya sé que me dirá
vmd. que han querido algunos en el dia que el
botánico entienda de la fisiológia del vegetal, y de
los usos de las plantas; pero poco talento se
necesita para conocer que lo uno es una pura física,
y lo otro será propio de las artes y ciencias á que
correspondan; por querer abarcar mucho se aprieta
poco, y así es que hay sugetos que saben todo esto,
y si salen á paseo no conocen una planta, que es lo
que constituye el verdadero botánico, el
conocimiento de los vegetales. Convengamos que se
puede ser un buen botánico sin química, y siendo
cierto que no dexará tampoco de ser buen químico el
que ignore la botánica, yo no sé por donde sacará
vmd. eso del ramo, como no sea por medio de algun
inxerto. Muchas de las razones expuestas militan
para probar la ninguna necesidad que tiene la
anatomía de la tal química, aunque segun el señor
Fiscal no se podrá llegar sin ellas á saber el
número, magnitud, figura, situacion y enlace de las
partes que forman el cuerpo animal, como si esto
tuviese una íntima conexîon con el oxîgeno, el
hidrógeno, la barite, el nitrate de potasa, &c.
Válgate Dios y que trabajo es hablar de asuntos en
que acaso no estamos bien instruidos, pues es fácil
equivocarnos, como le ha sucedido al Fiscal,
confundiendo la anatomía con la fisiológia: esta si
que necesita de los auxîlios de la química, pero aquella ¿para qué? ¿Qué falta le hacen
los hornos, alambiques, ni retortas para saber que
hay huesos y músculos, quántos son estos, y la
distribucion de los vasos y nervios? Ninguna. Con
que convengamos de buena fe que yo tengo razon en
regañar al Fiscal por esto y por lo demas. La
medicina, ahí es nada, una facultad cuyo
conocimiento depende del de muchos ramos, y entre
estos uno es la química farmacéutica; pero porque
eso sea así ¿no se inferirá que la química es mas
bien un ramo de la medicina, que al revés? Yo no lo
entiendo, y para que nos entendamos mejor respóndame
vmd. á esta pregunta. ¿A quién se dará el nombre de
profesor en una ciencia ó arte? Creo que á aquel que
esté instruido en todos los ramos que abraza, pues
uno solo no merece semejante título: luego los
grandes químicos que ha habido y hay en España y
fuera no merecerán este título porque no han sido ni
son botánicos, anatómicos ni médicos. Esto se
infiere de la absoluta del señor Fiscal. Si el
Tribunal y su Presidente tuvieron alguna razon para
tolerar semejante proposicion, ¿cómo han permitido
que dicho Fiscal no haga una ligera mencion del
estado actual en que se halla entre nosotros la
medicina en sus dos ramos? ¿qué razon ha habido para
omitirla? ¿no son del resorte de la literatura la
medicina y la cirugía, ó no se cultivan entre
nosotros? Tampoco habrá profesores de ellas, y los
hombres se curarán aquí como bestias. Esto se
infiere del silencio del señor Fiscal, y contra el
que estan declamando las mejoras de las
Universidades, los colegios de Cirugía, las cátedras
de Clínica, la escuela de Veterinaria, las
Sociedades y Academias que hay en la Corte, y varias
ciudades. Válgate Dios y que compendioso quiso
formar el juicio dicho Fiscal, que ni siquiera cupo
en él este corto recuerdo, resultando su brevedad, ó
mas bien su omision, en perjuicio de estas dos
ciencias y de sus profesores.
MADRID
EN LA IMPRENTA DE LA ADMINISTRACION DEL REAL ARBITRIO DE BENEFICENCIA.