Citazione bibliografica: Anónimo [Ventura Ferrer] (Ed.): "Núm.51", in: El Regañón general, Vol.1\51 (1803), pp. 401-408, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.1794 [consultato il: ].


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NÚM.° 51.

Miércoles 23 de Noviembre de 1803.

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REFLEXÎONES SOBRE LA SOLEDAD.

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FRAGMENTO SEGUNDO.

Los hombres sienten una inclinacion innata á vivir con sus semejantes, la qual se fortifica con el fastidio de sí mismo, y se aumenta con la facilidad de olvidarse á sí propio en el mundo; y esta es la causa de buscar los placeres que nos substraen con mas prontitud de este estado de inaccion, y dando vueltas en el mundo olvidamos nuestro destino. La conversacion con nosotros mismos, ó la aborrecemos, ó la tememos.

Sin embargo, la inclinacion á la soledad es mucho mas fuerte que la propension á la vida social, pero no es tan comun, y nace de un esfuerzo del alma que solicita elevarse sobre los objetos que continuamente le cercan.

La propension á la soledad, reducida á sus primeras ideas, no es mas que la propension á una especie de reposo. Por esta palabra entiendo toda separacion de una dificultad que miramos como gravosa, y así el descanso que se busca en la soledad es una separacion de todo lo que puede turbar el contento interior, ó impedir los pensamientos agradables. ¡Qué dulce es para un hombre de negocios, despues de haber despachado la parte árida de sus asuntos, mirar delante de sí en la soledad de su aposento las tareas en que puede pensar y sentir!

No nos es fácil dexar de pensar, pero sí mudamos con gusto de pensamiento, porque esta mudanza es una verdadera necesidad del hombre, y la exîge toda suerte de ocupaciones, y en particular nuestros placeres. Lo agradable dexa de serlo [402] quando se goza por largo tiempo, y en todos los objetos de nuestras pasiones llega al fin á cansarse el espíritu. Si tenemos el objeto en la soledad, buscamos el reposo en una nueva serie de ideas que nos ofrece la disipacion del mundo: si tenemos en este todos nuestros asuntos, encontramos el descanso en aquella. Pascal llama á la propension al reposo un resto de las excelencias originales del hombre, y cree que consiste en él nuestra verdadera felicidad.

Esta propension es tan excesiva porque crece en medio del tumulto del mundo, y en la mayor actividad no encuentra el alma un placer mayor que el del reposo. Livello 4► Exemplum► Pirrho no imaginaba mejor fin de sus guerras, y parece que el gran Federico en el discurso de sus hazañas lo miraba como el estado mas feliz de un monarca, pues á pesar de todos sus laureles se servia de la célebre expresión: ¿quándo se acabarán mis tormentos? ◀Exemplum ◀Livello 4 El jornalero agoviado y lleno de sudor, y el ministro que solo desearia hacer felices á los hombres, experimentan el deseo de que se acabe el dia por la misma gana de reposo, pues esta pasion no es mas que el anhelo de cambiar las ideas desagradables por las agradables.

Los reyes se cansan del trono, los grandes de sus honores, los ricos de su superfluo, y el noble de su ostentacion, y se libran insensiblemente del vano tumulto y puerilidades del mundo por entregar su espíritu á la soledad. Livello 4► Exemplum► Ni el aplauso de Roma, ni el goce diario de una alabanza adquirida á un precio bien caro, tenian para el ambicioso Ciceron los encantos que encontraba en su sombrío Túsculo; y Horacio trocaba con sumo gozo los deleytes de la primer Corte de la tierra, por la vida del campo de Tívoli. En el solitario y humilde convento de Yuste en España enterró el Karl V.#H::Emperador Carlos V] su grandeza, y aquel proyecto ilimitado que tuvo medio siglo en movimiento á la Europa mirando los triunfos de sus armas; y la célebre Cenobia, aquella princesa tan digna de su maestro Longino, que sabia manejar la pluma tan bien como la espada, sobrellevó su desgracia con dignidad, y sabia consolarse de la pérdida de un trono con los tranquilos gozos de la soledad, y de los perdidos placeres de su grandeza, con los placeres del espíritu. ◀Exemplum ◀Livello 4

Todos los que son felices buscan la soledad, y la propension á ella procede tambien de otras muchas causas que tienen fines diversos enteramente, como son el amor de la moda, de la ambicion, de la hipocresía, y de la concupiscencia. Los infeli-[403]ces y afligidos se acogen á la soledad, porque solo se nos muestra hermoso el mundo quando todo va en él á nuestro gusto, y al punto que nos disgusta nuestra situacion en él, nos parece que una negra obscuridad cubre el cielo y la tierra. El deseo dominante de los hombres melancólicos es de estar solos.

Un filósofo, ó (para expresarme mejor) un amante de la verdad y de la virtud, busca la soledad, tanto por el descontento y fastidio que le causa el mundo, como por el deseo de elevar mas y mas su espíritu y su corazon al conocimiento y sensacion de lo bueno y de lo verdadero.

El que independiente de todas las opiniones particulares escoge á la razon por única norma en su modo de pensar, y gusta mas de seguir sus voces que las de la multitud insensata, pierde entre esta toda estimacion, pues la diferencia opuesta que hay de sus pensamientos les parece á los necios que está fundada en malos y vituperables principios, sin mas motivo que porque no son los suyos. Un hombre que piensa no quiere seguir el camino que ellos han tomado, y nadie comprehende este capricho, porque nadie advierte que un hombre de talento no puede proceder como un necio. Por eso todos los idiotas aborrecen á los hombres de talento, pues en estos por lo regular la verdad y la razon pueden mas que todo, y con estas dos poderosas armas hacen frente al error, que es lo único que practican los estúpidos. Ninguno de estos últimos usa de indulgencia, ni guarda moderacion quando censura á un hombre de talento, como los Abderitas con Demócrito.

Nada le da al hombre mayor aversion á sus semejantes que la total disparidad de ideas é inclinaciones. Los que estan preocupados en el error, los que no quieren que se les contraríe en una inclinacion defectuosa, ni en crimen alguno, los que tienen ideas equivocadas en las ciencias, artes y literatura, ¿cómo podrán estos hombres sufrir que otro piense y sienta de un modo tan diametralmente opuesto? Así es que no pierden ocasion de censurarle agriamente, sus mejores acciones se calumnian, todo lo bueno que hace se le desmiente, sus discursos se tienen por necedades, y su modo de pensar por extravagante y mezquino. Pero este disgusto que ningun amante de la verdad puede evitar en tales lances, no puede turbar la serenidad de su espíritu, ni hacer mas efecto que desear la ocasion de separarse de semejantes personas.

Livello 4► Exemplum► Plutarco refiere que los cortesanos del jóven Dionisio abor-[404]recian á Dion, le envidiaban y perseguian porque no vivia como ellos, y porque no freqüentaba su compañía, ni encontraba gusto alguno en sus diversiones. Así le daban á su virtud todos los colores del vicio, y le denigraban llamando orgullo á su semblante grave, y capricho é insolencia á la suave ingenuidad de sus discursos. Si daba un buen consejo le tenian por una sátira, y si no tomaba parte en sus distracciones, decian que los despreciaba. ◀Exemplum ◀Livello 4

Los hombres limitados se enfurecen contra la razon, las ciencias y la virtud tan desenfrenadamente, que es menester desmentir cuanto es verdadero y bueno, danzar al son de cada necio, ó huir de semejantes personas. Livello 4► Exemplum► El discurrir, segun Aristipo, no es otra cosa que exponerse al odio implacable de los ignorantes, idiotas y corrompidos; por eso decian muy bien los Efesos: Si alguno de nosotros es mas hábil que los demas, que se vaya y lo sea en otra parte. ◀Exemplum ◀Livello 4

Por lo regular un buen talento es el blanco del odio de todos los insensatos en el instante que piensa de distinto modo que ellos, y Livello 4► Exemplum► por esta causa creia Pope que ningun sabio llegó jamas á un cierto grado de perfeccion, sino á fuerza de una obstinacion extrema, y de una resolucion arraygada de nadar contra la corriente. ◀Exemplum ◀Livello 4

En virtud de esta observacion sacada de la historia de todos los tiempos y pueblos, se comprehende la causa por que un sensible amigo de la verdad y de la virtud es tan desagradable para el mundo. La moral de un filósofo debe hacerle feliz é independiente, lo qual solo se puede conseguir en la soledad. En qualquier sitio, por ingrato que sea, tiene el hombre solitario á lo ménos la ventaja de poder gozar, á mas de la independencia del terreno rústico, de la conversacion de los sabios que le hablan por sus escritos.

La segunda razon que mueve á un amante de la verdad y de la virtud á buscar la soledad, es el deseo de adornar mas y mas su entendimiento con todo lo que es bello y grande, y que expresado en las acciones es sublime. Este deseo es el anhelo de su perfeccion, y la soledad es el camino para ella. Allí se substrae el alma de la incomodidad de los sentidos, y toma nuevo vuelo; allí se adquiere la energía de pensar y sentir, con lo que hacemos frente en el trato humano á sus sandeces y vicios como un dique sólido al mar impetuoso.

En la soledad se aumentan, se vivifican, y aun se exâltan [405] las fuerzas del alma. De aquí procede que los filósofos, los poetas, los oradores y los héroes que han querido extender sus conocimientos, y elevar su espíritu siguiendo su propension innata, han buscado y amado la soledad. El silencio de los jardines, y la sombra de las arboledas les hacia olvidar la compañía de los hombres. Livello 4► Exemplum► Homero no solo nos ha pintado los solitarios sitios de la Grecia, sino tambien los de Italia, con una fuerza y verdad que, como dice Ciceron, vemos en sus descripciones lo que él mismo no vió. Demóstenes se retiraba á un lugar subterráneo huyendo del tumulto de Atenas, donde permanecia meses enteros, y se hacia cortar el pelo para que no le diese pensamiento de dexar esta habitacion donde componia sus oraciones. Virgilio, Horacio, y todos los buenos escritores se hiciéron inmortales en la soledad. Cipion Emiliano dividia su tiempo entre las armas y los libros, entre sus ocupaciones militares y las tareas dulces del estudio. En la antigua Bretaña y en las Galias, los Druidas que eran á un tiempo los sacerdotes, los magistrados, los médicos y los filósofos de aquellos pueblos, desocupaban la ciudad luego que se veian libres de las obligaciones de su empleo, y plantaban sus ermitas y sus casas en los bosques. ◀Exemplum ◀Livello 4

El deseo ardiente de merecer la aprobacion y la amistad de la mejor y mas ilustrada parte de los hombres, conduce las imaginaciones fogosas á la soledad. La pasion crece con el martirio de un sitio miserable, y le asalta tanto en el tumulto del dia, como en medio de la silenciosa noche; ella le acompaña á todas partes, é inflama su pecho para todas las empresas árduas. Un jóven vive en una choza con la capacidad de un César, y el mundo, á quien pudiera hacer temblar como guerrero, es para él un espectáculo indiferente. Él no conquista reyno alguno, pero se somete al imperio de la verdad. Livello 4► Exemplum► En el solitario y pequeño pueblo de Biberach llegó á ser Wieland el honor del gusto tudesco, la gloria de su nacion, y uno de los mejores escritores de Europa. ◀Exemplum ◀Livello 4 ◀Livello 3

AGENCIA FISCAL.

Metatestualità► Concluye la Contestacion á los Diarios puesta en el Número antecedente. ◀Metatestualità

Livello 3► Lettera/Lettera al direttore► El hablar en general reprehendiendo los vicios, y rectificando las opiniones, es propio y característico de la buena crítica, y no puede ofender á nadie. Si á alguno leyendo la reprehension le dice su conciencia que está comprehendido en ella, lo que debe hacer es echarse la culpa á sí mismo, y enmendar su conducta; y si no executa esto, sino que se declara contra la reprehension, sosteniendo que es insultante, infundada y maligna, no ganará mas que el odio de todos, y su ridiculez. Si el señor A. R. tuviera mas discernimiento, y supiese ver las cosas como deben ser vistas, no la hubiera dicho á su vecina los disparates que refiere, sino que la hubiera hecho ver que el Amante de la Sociedad critíca la rivalidad de las profesiones sin determinar clases ni sugetos, ni zaherir á nadie en particular; que aun quando se adquiriesen todos los conocimientos mas exâctos sobre la educacion, no se infiere por eso que todos los que los han adquirido los pongan en práctica, por mas que sean estrechados y conminados con castigos, y finalmente que no se ha denigrado con la mas leve expresion al estado militar ni al menor de sus individuos. Esto y algo mas que debiera haberle ocurrido, podia haberla dicho el señor A. R. añadiéndola que al Amante de la Sociedad le debe importar muy poco, y al Regañon general mucho ménos, el irritar con la razon la cólera de su vecina, porque en estando la justicia de su parte, no puede tener valor alguno todo lo que diga.

El dia 7 de Noviembre pone una carta el Fomentador de los periodistas, dándole unos quantos consejos al Editor del Diario. En la introduccion á este exámen he dado ya á conocer casi todo el contenido de esta carta, el qual no es otro que decirle una multitud de falsedades inaudítas al Presidente del Tribunal Catoniano: veamos pues con que motivo. En el Número 38 de nuestro periódico ha puesto un discurso el señor Presidente criticando la multitud de parlanchines y noveleros que andan por esas calles, sin mas exercicio que el de concurrir á todos los parages públicos á incomodar á sus amigos y conocidos. En esto no hizo mas que lo que ha hecho el Espectador, y todos los buenos críticos que han tratado de costum-[407]bres en sus escritos, que es vituperar y hacer aborrecible la demasía y el vicio, sin designar particularmente al vicioso, ni satirizar á nadie que pueda darse por ofendido. Exâmínese pues dicho discurso con imparcialidad y despreocupacion, y se verá que no contiene cosa que pueda herir personalmente á individuo alguno; pero los señores literatos á la moda no ven en los escritos mas que lo que se les pone en la cabeza, y si acaso hay una proposicion que tácitamente les coja de medio á medio, sobra con esto para que se les exâlte la bilis, y echen sapos y culebras por la boca. ¡Miserable é indigno desahogo de los hombres que abandonan la razon y la urbanidad, y se dexan arrebatar neciamente de su furor! Tal ha sido precisamente el orígen de la carta que exâminamos, pues qualquiera que la lea conocerá con evidencia que es un verdadero libelo infamatorio: si no, ¿qué otra cosa puede ser un escrito en que se dice que el Presidente del Tribunal Catoniano no hace mas que visitar las tabernas, bodegones, carnicerías y puestos de aguardiente para escudriñar las conversaciones privadas; que no puede servir para órgano sino para fuelle; que es mal inclinado; que piensa mal de todos; que levanta falsos testimonios al mas pintado quando se le sigue alguna utilidad; que hace todo lo contrario de lo que dice; que tiene el gusto de incomodar á quatro hombres de bien, y qué se yo que otras cosas por este estilo? Todo esto no se dice solapado, ni en indirectas, sino en términos expresos que seguramente no los diria su autor á no estar escudado con el anónimo. Solo en el Diario se podia haber puesto una carta como esta contra un individuo bastante conocido en esta Corte, que en todos los escritos que ha dado á luz, así suyos como agenos, no se le puede atribuir que haya usado la menor personalidad, ni la mas mínima expresion contra la conducta particular de sugeto alguno; y si no que se exâmine el discurso del Presidente puesto en el Número 38 del Regañon, que tanto le ha ofendido al Fomentador de los periodistas, y que me señale en él la expresion que pueda herir á persona alguna en particular. Los únicos que pueden darse por ofendidos son aquellos sugetos que con el anteojo de su conciencia se ven retratados, y si estos se manifiestan ofendidos, ellos mismos son los que se delatan, y no el que ha formado el quadro general. La crítica de las costumbres es lo mismo que un espejo en que cada uno se ve particularmente retratado, y si descubre en sí algun [408] sugeto las imperfecciones que tiene, no es culpa del que hizo el cristal, y seria una demencia que en vez de corregírselas á sí mismo sin que nadie lo notara, pretendiese romper el espejo, y profiriese injurias contra quien le fabricó, porque esto daria á conocer claramente á todos que él era el que estaba retratado, y le cubriria de ridiculez. Despues de todo, señor Público, mas vale que no digamos mas sobre esta carta, porque es inútil y aun fastidioso el querer hacerles conocer la razon á sugetos que no saben tomar la pluma mas que para decir desvergüenzas, levantar calumnias, y proferir personalidades odiosas y falsas. Y para confirmar mas la materia del discurso del señor Presidente basta que se le repita al Fomentador de los periodistas lo que dixo Iriarte al fin de su primera fábula.

Livello 4► Á todos y á ninguno

Mis advertencias tocan,
El que las siente se culpa,
El que no que las oiga;
Y pues no vituperan
Señaladas personas,
El que haga aplicaciones
Con su pan se lo coma. ◀Livello 4

Por último, nadie mejor que vmd., señor Público, puede fallar si tengo razon ó no en lo que he dicho, y es vmd. solo tambien el que puede decidir del mérito, instruccion, y demas cosas que ofrecen los consejos que le da al Editor del Diario el Fomentador de los periodistas; á bien que si este sale mal en la sentencia, tiene su carita tapada, y nadie lo sabe. ¡O qué gran recurso es este de salir con la mascarilla, y decirle quatro claridades al primero que se presenta! Salud.

El Agente Fiscal segundo. ◀Lettera/Lettera al direttore ◀Livello 3 ◀Livello 2

CON REAL PRIVILEGIO.
MADRID
EN LA IMPRENTA DE LA ADMINISTRACION DEL REAL ARBITRIO DE BENEFICENCIA. ◀Livello 1