Zitiervorschlag: Anónimo (Hrsg.): "Número X", in: El Apologista Universal, Vol.1\10 (1786), S. 167-182, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.772 [aufgerufen am: ].


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Número X.

Zitat/Motto► Le grave Philosophe est par tout révéré:
Souvent même á la Cour il se voit honoré.
Son credit peut nous perdre, et sa haine y conspire.
¿Que peuvent contre nous leurs traits injurieux.
Il falloit nous porter des coups plus serieux.

Racin. La Relig. Cant. 4. v. 341

Enteramente se halla respetado
El Filósofo grave; y su alta ciencia
Hasta en la Corte logra preeminencia:
Su crédito y honor tan encumbrado
Perdernos puede; y su enconada ira
A nuestra destruccion allí conspira.
¿Mas qué nos puede hacer su ardor contrario?
Un golpe superior es necesario. ◀Zitat/Motto

Ebene 2► No espero que os escandaliceis, Clientes mios, si por ventura habeis visto en la Gaceta ó en algun Cartel, que vuestro infatigable Patrono va á hacer hoy la Apologia [168] de los Sabios, como si vosotros que ya lo sois, y consumados, no fueseis suficientes para defenderos de todo el mundo, y mas si os valeis como hasta aqui de los Cánones que para ello os tengo comunicados. Tampoco creais, que esté yo poco satisfecho de vuestra exâctitud y zelo en observarlos con la escrupulosidad mas religiosa; antes bien (permitidme explicar mi complacencia en obsequio de la verdad) puedo con razon lisongearme de que no habrá Maestro en toda España, que en tan corto tiempo pueda presentar al público tantos y tan aventajados discipulos, cuyo aprovechamiento sea tan notorio y tan palpable, que hasta los mismos Ciegos1 le conozcan, le apostillen y le noten. ¡Ah! yo sé muy bien toda la extension de vuestro mérito, y no dudo que, con exponerle brevemente, hiciera de vosotros la mas completa Apologia. Vosotros habeis ilustrado á la Nacion con las mas doctas y eruditas producciones; el público está ya mas que suficientemente convencido de vuestras notorias prendas y talento; la España tiene bien impresas las glorias de que la ha llenado vuestro zelo, y las que nunca sabrá agradeceros dignamente: los extrangeros os [169] deben tantas y tan exquisitas noticias, que podrán muy bien con ellas completar su famosa Enciclopedia; de suerte que hablandoos con la ingenuidad misma que acostumbro, qualquiera que tenga la menor noticia de vuestras apreciables obras, podrá creer desde luego que es inutil y perdido el trabajo, que se emplee en defenderos, quando no puede haber quién no os aplauda y os celebre.

Sin embargo, á fuer de Sabios, espero que convengais conmigo en que no lo sois vosotros solos, ni por consiguiente los unicos acreedores á mi proteccion apologetica, aunque hasta aqui la hayais merecido toda entera. Por una parte el santo tiempo en que estamos, y por otra ese diantre de Censor que nos anda ahora con sus pedimentos pensadores, os confieso que me han trahido á la memoria una de las obligaciones esenciales de mi cargo, como Patrono y Abogado de vuestras causas literarias, y de la que vivia yo muy olvidado por no haber pensado en ella. Tengo entendido que todos los Letrados, ó Abogados, que es lo mismo para el caso, hacen en su recepcion un solemne juramento de defender graciosamente á los pobres desvalidos, que por serlo, no son menos acreedores á la caridad que á la justicia, y esta práctica tan santa y tan loable, me hizo creer que debia, aun con abandono de otra causa en que estaba trabajando [170] hacer muy luego la defensa de todos aquellos Sabios, que no por falta de caudal de luces y sublimes conocimientos, sino ó por un efecto de su natural modestia, ó por otras causas mas ocultas que yo no llego á penetrar, tienen la desgracia de que ó se sepulten en el olvido sus obras, ó que solo las lean manuscritas algunos pocos é ilustrados confidentes; y ya se ve, que habiendo puesto de su parte toda la diligencia posible para que no careciese el público de sus luces, no es culpa suya que un ayre contrario las apague; ni puedo yo como Apologista Universal negarme justamente á su defensa. Pero aun hizo mas esta mania de quererme meter á pensador: estendió de tal suerte mis ideas que me representó con la mayor viveza que no debia llamarme Universal, no sabiendo todas las Ciencias, ó no siendo capaz de apologizar á todo Sabio que se le antojase tomar la pluma en qualquier asunto que fuese. No dejaba tampoco de ofrecerseme que para una empresa tan vasta necesitaba de un estómago de tanto buque por lo menos como el del Vizcaino de quien habla el Diarista Pinciano2 so pena de exponerme á alguna [171] mortal apoplexia. Di tambien en pensar lo indecoroso que me era la infame desercion que este año ha hecho de mi gremio aquel Autor que mereció ser el primero de mis Clientes; y aunque debo presumir que este mal exemplo no hará impresion alguna en la fidelidad inviolable que los demas me profesais, os mando que le tengais en adelante por indigno de mi proteccion y de vuestra compañia; que no le deis auxîlio favor ó recomendacion, para que pueda ser otra vez reintegrado en su honor de Cliente; que le declareis y publiqueis excomulgado de vuestro gremio para escarmiento de todos, y desahogo de mi justa indignacion.

Ebene 3► Satire► Ya iban á acabar conmigo todos estos sentimientos; quando quiso mi fortuna darme á conocer el principio de donde dimanaban, y el remedio que me habia de sanar de todos ellos. Deje de pensar por un rato, y ve aqui que de repente se deshacen todas [172] mis dificultades y temores. Que importa, decia yo, que me haya abandonado un Cliente, si militan bajo mis banderas una infinidad de Sabios, que es supuesto que lo son, y que exigen de justicia mi poderoso patrocinio? ¿Por qué no he de salir á la defensa de todos aquellos Doctos sólidos y mazizos que se ven despreciados malamente por quatro charlatanes crítiquillos? ¿Y dirán todavia que no debo llamarme Universal, habiendo hecho ya la Apologia de los Burros, y haciéndola ahora de los Sabios? ¿Hay alguna Logica que enseñe divisiones mas exâctas? Es constante que yo no sé todas las Ciencias, pero tambien es cierto y me dice la experiencia, que no es esto necesario para juzgar y decidir magistralmente sobre todas, con solo estudiar alguna con la formalidad que corresponde. Mis Sabios, lo confieso, son los unicos poseedores de este maravilloso secreto, que causa tanta embídia á los Críticos ignorantes; por eso declaman agriamente contra todos sus estudios, y no quisieran que tuviera España tan riquísimos tesoros. Ello es cierto, Sabios mios, que si no fuera por vosotros hubiera sido tal en estos tiempos el trastorno que habria padecido nuestra Ciencia, que ya no la conocerian nuestros mayores, y estariamos al presente sumergidos en esa maldita ignorancia que se va esparciendo en la Peninsula por no querer estudiar y saber como vosotros y seguir [173] en un todo vuestros pasos. ¿Y no deberé yo justificar vuestra conducta, y hacer patente al mundo vuestro mérito?

Ebene 4► Fremdportrait► Vosotros que desde la niñez habeis aprendido sin Maestro, sin arte y sin estudio mucha parte del idioma de la Patria: vosotros que como por juguete llegasteis á saber que hubo en otro tiempo hombres que hablaron otra lengua, y teneis particular noticia de muchas de sus voces por haberlas leido en algunos de sus libros, y que habeis formado de ellas otro género de lenguage tan puro y tan sublime, que no os entenderia hoy el mismo Tulio; que con este auxîlio teneis todo lo necesario para pasaros libremente por todo el reino de las Ciencias, pudiendo decir con el Poeta narigudo:

Zitat/Motto► Plus satis est linguas jam didicisse duas. ◀Zitat/Motto

Vosotros que habeis empleado despues por el largo espacio de tres años todo vuestro talento y estudio en sondear los arcanos de la naturaleza con una aplicacion tan intensa á la filosofia de vuestros mayores, que no os permitia la menor distraccion á qualquiera otra facultad ó ciencia, y hubierais tenido por un crimen inexpiable el leer otros libros que los vuestros, y el no defenderlos aun á costa del honor y de la vida: vosotros que deslindareis en un momento todo el árbol genealogico del ilustre Caballero el Señor Ente de razon, de su padre el Señor Ficto & imposibili, de sus hermanas y cuñadas las Señoras [174] Segundas intenciones y prioridades de naturaleza; que habeis visto y registrado muy despacio los mas ocultos pliegues de la Materia primera y de su suegra la Privacion, y que en fin, en virtud del aprovechamiento que habeis manifestado todos en esta maravillosa Ciencia, teneis y conservais de ella las certificaciones mas autenticas, á fin de que nadie os pueda impedir el paso por los vastos paises de la Jurisprudencia, de la Teologia ó Medicina, en las que os entrais á pie llano con el auxîlio de aquella llave maestra de las ciencias, haciendo en ellas los rápidos progresos que se deben suponer de la instruccion con que ya llegais á profesarlas: que sabeis, por exemplo, disponer un Testamento á la Romana, para el que quiere hacerle en Aravaca; que hareis una anatomia silogistica de la misma Divina Esencia y atributos inefables; que matareis á un enfermo á lo Galénico, y os disculpareis de ello á lo Arabe; que::: ¿pero donde voy yo con querer dar noticia de toda vuestra ciencia? ¿Hay por ventura algun caso, algun pleito, alguna dificultad que no ceda á vuestra penetracion y agudeza, quando habeis empleado muchos años en aguzar vuestros ingenios? ¿No teneis el mérito de haber enseñado ó enseñar actualmente qualquiera de estas ciencias, para alegarle en derecho en las vacantes de Mitras, Prebendas, Catedras y Togas? ¿Y nos querrán decir esos hombrecillos á quienes vosotros habeis conocido tamañitos [175] jugando al trompo con sus iguales, que nada valen todas vuestras Ciencias y sutilísimos Discursos? ¡Llamaran inútil todavia al tiempo que habeis gastado en resolver esas inmensas obras que nos dexaron vuestros mayores? ◀Fremdportrait ◀Ebene 4

Pues así sucede en nuestros tiempos infelices, Sabios mios. Así sucede en el dia, y no hay lagrimas que basten á llorar el abandono y la desgracia en que va á precipitarse nuestra España, desde que quatro mozalbetes lampiños se atreven á subirse á las barbas, llamandoos preocupados é ignorantes, porque no quereis entrar en los estudios de moda, que ellos tanto nos ponderan, y que no sirven sino para hacerlos charlatanes y viciosos. ¡Oh si pudiera yo levantar aqui la voz y hacerme oir de quien pudiese corregir tanta insolencia! Y lo peor es que va cundiendo de tal suerte este contagio, que solo vuestra constancia inalterable, será la que conserve entre nosotros la memoria de lo que fuimos en tiempos mas venturosos. Si no temiera escandalizaros gravemente, ó que la fuerza del dolor os hiciese reventar de sentimiento, os haria brevemente una pintura lastimosa de la ignorancia, de los disparates, de la falta de método y solidez, que esa caterva de bachilleres ha pensado introducir en nuestras Aulas. Solo si os diré algo de lo que con harto dolor mio, he podido observar en medio de la Corte que debiera ser el centro de las Ciencias, para [176] que por ello conozcais lo mucho que debeis esforzaros para arruinar y combatir tan perjudiciales novedades, declamando siempre contra ellas, aunque sea solo en secreto, para no perder alguno de aquellos muchos proselitos que deben á vuestro zelo toda su ciencia y su fortuna. Y á la verdad, Sabios mios yo no extrañaria que uno ú otro entre vosotros, por capricho ó por mania, se apartase del método recibido y practicado hasta el presente, porque en una Nacion entera no pueden faltar genios discolos y extravagantes, que no aprecien, como deben, la leche saludable que bebieron de sus hábiles Maestros, ni esto perjudica en realidad al concepto de sabio que justamente se merezca; pero lo que, no se puede sufrir en paciencia es que se intente trastornar el orden y plan que adoptaron nuestros Padres, y se quiera introducir alguna novedad en los estudios públicos, que deben ser la norma de los demás, y para hablar como estos innovadores, el Termómetro infalible del estado de nuestras Ciencias; así como nadie dice que esté hoy rica la Inglaterra, sin embargo de que tiene algunos Lores y Comerciantes poderosos.

Ebene 4► Allgemeine Erzählung► Hablando pues por casualidad hace algunos meses con un Oficial de Reales Guardias, sobre este particular, y lamentandome del atraso en que, segun decian algunos zelosos de nuestra gloria, se hallaban los es-[177]tudios de la Corte, el buen Señor, se me echó á reir á carcajada de mis quejas y lamentos; disimulé quanto pude, suponiendo que aquella burla en un Militar petimetre y muy peinado nacia de una grosera ignorancia en toda suerte de letras, pues ya se sabe, que un Militar quando mas podrá saber alguna relacion amorosa, ó cuatro retazos de Comedias, para lucir entre las Damas. Con todo hizo tal empeño en persuadirme, que se ofreció á acompañarme aquellos dias á ciertos exâmenes públicos que se hacian en S. Isidro el Real, para que yo mismo me desengañase por mis ojos. En efecto el dia siguiente, aun antes de la hora señalada ya estabamos los dos en aquella Real Casa: Entramos en un salon magnifico, que á primera vista me pareció cosa de Teatro, porque habia su tablado muy decente, y en él unos bastidores ó telones negros, que no pude por entonces adivinar para qué serian; pero en fin, despues de haber entrado un concurso numeroso de toda clase de sugetos, al son de una campanilla, que tocó el Magistrado que presidia la funcion, se presentó un gallardo joven, y cogiendo yo no sé qué cosa blanca, empezó a tirar sus líneas en el bastidor, de suerte que yo creí que iba á trazar algunos calzones ó casaca. Mas advertí luego que hacia numeros y ceros unos sobre otros, mezclando rayas entre ellos y no [178] sabiendo yo lo qué significaban tantos numeros, quiso mi fortuna que se sentase á mi lado uno de mis Sabios, gran Filosofo y Teologo, y algo conocido mio; y con esta satisfaccion, le pregunté qué venia á ser, ó para qué servia aquel entretenimiento, y me dixo: Esto es Arimetica, y sirve para los Mercaderes y Tratantes y nada mas, y estos chicos serán hijos de Comerciantes, y por eso la estudian aqui: yo la aprendí en dos semanas por la Cartilla, y yá se me ha olvidado la mitad. Salió luego otro Señorito, y comenzó con la misma gerigonza, pero adverti que no escribia numeros, sino las primeras y las ultimas letras del A. B. C. y entre ellas unas rayas de muchos géneros, porque habia cruces, sustenidos y otras figuras que parecian cosa de conjuro; y como yo me quedaba en ayunas de todo, recurri á mi Oráculo y me respondió muy entero: ¡Ah! esa es la Ginebra que sirve para juegos de manos, para titeres y cubiletes, que ya ve Vm. que eso es propio de extrangeros que se vienen acá con sus tutilimundis. Si yo mandara::: ay, ay, le interrumpi: ¿Qué raíces son aquellas que dice? ¿tiene allí algunas yervas ó tomillos para esos juegos de manos? No Señor, me dixo, sino que por esas figuras conocen ellos las raíces venenosas y las saludables más ó menos, conforme Vm. los oye. Bendita sea la madre que te pa-[179]rió decia yo entre mí, envidiando la mucha ciencia de mi Sabio.

Salió luego otro muchacho con su compás en la mano á manera de Astrologo, y haciendo varios circulos y figuras en el telon, hablaba de rayos, senos, ángulos, tropiezos, cuerdas, y otros nombres tan estramboticos que por no entenderlos tuve que preguntarlos á mi Sabio; este me dixo que aquella ciencia era la Symetria, con la que se hacian altares, y se median las cubas y los caminos, &c. Pero que todo ello lo traia Moya en sus cuentas con otras mil curiosidades tan inútiles como aquellas. Acabóse en fin el exercicio, y mi Militar, que en todo él habia estado como absorto y sin hablarme palabra, me preguntó ¿qué me habia parecido? Malditamente, le respondi; esto ni es saber, ni es estudiar, segun lo que he visto, y me ha explicado aqui un hombre Sabio. Este, me dixo, será uno de esos muchos que dicen mal de todo lo que no entienden, ni lo han saludado en su vida; y eso de juzgar sin conocimiento, yá vé Vm::: ¿Cómo qué? le repliqué al instante: ¿si me ha explicado aqui todas las figuras que han hecho de la Ginebra y de la Symetria con los usos á que sirven? Ojalá supiera yo otro tanto. Vendremos otro dia, me dixo sonriendose, y verá Vm. otros exercicios mas gustosos, y que los entienda mejor. Convengo en ello desde [180] luego, y he de deber á Vm. que igualmente me acompañe.

Hicimoslo así á pocos dias, y me quedé absorto al ver lo que no podreis creer, Sabios mios, y lo que seria capaz de escandalizar á toda Italia, al ver digo entrar en aquel circo respetable una Señoríta joven, aunque de singular modestia y compostura, y tomar asiento en lugar muy distinguido entre los que al parecer eran los Examînadores y Maestros. ¡Oh Romanos, exclamó entonces uno de mis Clientes, qué diriais de nosotros, quando no permitiais á vuestras Matronas la entrada en el Senado! Díxome entonces mi Oficial, que no lo extrañase, pues al dia siguiente debia concurrir tambien otra Señora extrangera. Yá no lo admiro, respondí; si las nuestras las dan tal exemplo, ¿qué mucho que lo imiten las extrañas? Bien decia yo que todo ello iba perdido; pero en fin, veremos en qué para esta maniobra.

Presentóse un Señoríto, que parecia la misma lindeza y comenzó á relatar una oracion latina que el mismo habia compuesto, segun me dixo mi amigo; pero en un latin tan rancio y tan añejo, como allá por los años de Christo; yo no le oí una palabra de aquellas finas, cultas y sonoras de nuestras Aulas, que pudiese acreditar su invencion y travesura de ingenio en la latinidad. Ya quiso Dios que acabase su Oracion, y quando [181] yo esperaba que le examinasen por las Platiquillas de Lara, ó las de Aurelio, veo que sin mas, ni mas comienza á leer en Castellano por un tal Tito Livio que le señaló para ello la buena Señorita. Estaba junto á mi uno de mis Sabios, á quien causó no poca novedad la expedicion con que leia, y dixo: Vaya, que para el tiempo que tiene el Señoríto no traduce mal el francés. ¿Saben Vms. si ha estado en algun Colegio de Francia? Que Francia, ni que alforjas, respondió mi Militar con unos humos, como quien tiene al Rey en el cuerpo. No es menester ir fuera del Reyno para saber estas cosas, como se quiera estudiar, y se dé á los jovenes la educacion que corresponde. Este ilustre Duquecito ha cursado estos Estudios, y en ellos ha aprendido todo eso y mucho mas que aun Vms. no han visto: aqui ha estudiado la Gramatica, la Retorica, la Poetica, la::: Pues qué, dixe luego á mi Oficial, ¿van en Madrid los Duques al Estudio, como los chicos de mi Lugar? Pues para aprender á firmar, que es lo único que necesita un Señor, por lo que pueda ocurrir, ¿no era mejor tener en su casa un par de Tunos pobres por Ayos del Señoríto? Y en caso de que quisiese saber algo de Gramatica, por ser el segundo ó tercero de la casa, ¿ha de ganar la vida á predicar, ó á hacer coplas como Poeta mendicante para venderlas á los Ciegos? Apostaré yo desde luego á que [182] no sabe todavia nombrar una por una, y deslindar la casta de las mulas y caballos de su servidumbre, y á que no sabe llamar á los criados, sino por su nombre de bautismo: á qué no ha aprendido de boca de una Actriz alguna Tirana de las que se cantan en los Coliseos de esta Corte. Esto era lo que debia saber por si el dia de mañana se le confiase una Embaxada extraordinaria, ó el mando de un Exército, pero esas historias de los Romanos, que ya no viven en el mundo, esas novelas de los Poetas mas viejos, ¿de qué pueden servir a un Personage? ¡Valgame Dios, y cuanto hemos degenerado de la gravedad Española!

Nada quiso responderme mi amigo, acaso porque le hicieron fuerza mis razones: solo me dixo que atendiese como hacian lo mismo otros varios jovenes; pero yo sin esperar mas razones tomé la puerta, sentido de haber perdido aquel tiempo, y llorando amargamente la ignorancia en que nos vamos á ver sin remedio, si dexamos extender tan perjudiciales principios. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 4 ◀Satire ◀Ebene 3 Metatextualität► Lloradla tambien vosotros, Sabios mios, que no tengo alientos por ahora para proseguir la narracion de tantos males: pedid á Apolo me los comunique, y os diré en mi segunda parte otras lastimas mayores, y el único modo que me ocurre para remediarlas. ◀Metatextualität ◀Ebene 2 ◀Ebene 1

1Vease el Correo de los Ciegos desde el n.o 33 al 38. la Carta sobre Apologias, y el Aviso á los Escritores.

2Desde el dia 7 de Febrero de este año se publica todas las semanas en Valladolid una obra periodica, intitulada: Diario Pinciano, literario, legal, político y economico, en la que se refiere, (n.º 4. Pag. 50.) que en el Colegio de San Gabriel de dicha Ciudad hay un famulo Vizcayno que se atreve á comer de una vez, sin peligro de indigestion, ó apoplexia diez panecillos de Zaratan, seis libras de merluza, dos de salmon fresco, y postres correspondientes con medio cantaro de vino; y que si alguno quiere hacer la experiencia, acuda á la expresada casa.