Discurso CXLVI Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) Moralische Wochenschriften Elisabeth Hobisch Editor Barbara Müllner Editor Julia Obermayr Editor Sabrina Rathausky Editor Institut für Romanistik, Universität Graz 11.07.2016 o:mws-105-607 Anonym: El Censor. Obra periódica. Madrid: 1781-1787, 287-304 El Censor 7 146 1787 Spanien Ebene 1 Ebene 2 Ebene 3 Ebene 4 Ebene 5 Ebene 6 Allgemeine Erzählung Selbstportrait Fremdportrait Dialog Allegorisches Erzählen Traumerzählung Fabelerzählung Satirisches Erzählen Exemplarisches Erzählen Utopische Erzählung Metatextualität Zitat/Motto Leserbrief Graz, Austria Spanish; Castilian Religion Religione Religion Religión Religion Spain -4.0,40.0

Discurso CXLVI

Dolenter hoc dico, potius quam contumeliose, multo à Laercio severius vitas Philosophorum scriptas, quam à Christianis vitas Sanctorum.

Melch. Cano de Locis Theolog. Lib. XI. cap. 6.

Dígolo con dolor, y no con ánimo de injuriar: Con mucha mas correccion han sido escritas por Laercio las vidas de los Filósofos, que las de los Santos por los Christianos.

Muy Señor mio: á un Religioso; que viniendo á predicar esta Quaresma se murió repentinamente, se le halló la adjunta coleccion de exem-plos. Como los libros de que son tomados, aunque bastante comunes, son poco leidos de ciertas gentes, creo que hará Vmd. un gran servicio á Dios insertando esta coleccion en alguno de sus Discursos, el qual con eso será sin duda muy propio del tiempo en que estamos. Queda de Vmd. &c.”

Aparecióse la Virgen á Sor María Ana de Jesus á la hora de su muerte, y pidió á su Niño la hiciese alguna fineza, y el Niño Jesús con mucha gracia le dixo: ¡Madre mia, estoy tan embarazado con la Azucena! guardadmela entre tanto que la pongo este rosario al cuello, y baxándose le dixo: Esposa mia María Ana, ¿tú no te has llamado de Jesus? pues Yo me llamo de Maria Ana, recibe este rosario; pero mi cuello y el tuyo han de caber dentro de él, y abrazándose ambos, la misma Vírgen les puso á los dos el rosario, con lo que quedó muy fortalecida y luego espiró. Quintan. Hist. Matrit. Lib. 2. cap. 63. pag. 64 citado en el Año Virgin, tom. 2. pág. 64.

Pasaba una muger con una canasta de pan muy blanco á tiempo que predicaba San Gonzalo de Amarante y dixo: Para que sepais qual pone al alma la doscomunion: Yo en nombre de Dios descomulgo este panEs decir le separó del gremio de la Iglesia.. Y luego el pan se volvió negro y asqueroso como un carbon. Pondero la materia, y volviéndose al pan le dixo: En nombre de Dios te absuelvo de la descomunion, y se tornó á su primera blancura. Hist. Ord. Predic. citada en la Luz de la Fe y de la Ley, p. 1. lib. 4. cap. 12.

Varios AA. refieren que un usurero arrepentido á la hora de su muerte mandó que toda su hacienda se restituyese. Vió en esto el Sacerdote que le asistia un demonio en figura de jóven muy triste y llorando. Pasado breve rato vió otro demonio muy viejo con una barba prolixa y blanca, muy agoviado de espaldas, y con una muleta, el qual preguntó al mozo: ¿por qué lloraba? á lo que le dixo: que porque aquel clérigo le habia quitado de las manos aquel hombre, que habia tantos años que tenia por suyo, consiguiendo que restituyese. = ¿Y cómo puede restituir si ya se muere? = ¡Oh! que ha hecho testamento, y se lo dexa encargado á quatro Amigos de la mayor confianzas. = Como se conoce, dixo, dando una gran risada el viejo, que eres jovencito, que tienes poca experiencia. ¿Pues no adviertes que por uno que pierdes, ganaremos quatro? Esos executores no cumplirán con fidelidad, y así cargarás con sus almas. No llores pues, ni te aflijas, que la experiencia te lo enseñará asiSegun esto no todos los diablos son de una misma edad, y los hay mas y ménos experimentados.. Luz de la Fe y de la Ley, p. I. lib. 4. cap. 80.

En el Ciel. Estrell. lib. cap. 4. p. 4. y 5. se lee que una Ave de las que aprenden á hablar repetia muchas veces Ave María, escapóse de la Jaula, y dando en las uñas de un Gavilan gritó, segun su costumbre: Ave María. Al punto soltó el Gavilan la presa, y cayó muertoBien hecho, porque el Gavilan debia entender el significado de aquellas palabras como lo entendia la Urraca., y la Urraca quedó con vida. Luz de la Fe y de la Ley, p. 2. lib. I. cap. 48.

Habia dos energúmenas (P. Petra á Jesu. P. 22.) delante de mucha gente. Dixo el demonio de la una: el diablo, que tiene esa otra se llama Asmodeo; y es muy deshonesto, y añadió, hablando con él, viendo que la muger estaba con poco recato: ¿por qué no la tapas, deshonesto, á esa muger las carnes, que descubre con su escotado? y el mismo demonio tomando las manos de la muger la tapó subiéndola el iubonVéase aquí como tambien hay demonios castos.. Luz de la Fé y de la Ley, p. 2. lib. I. cap. 46.

Refiere el B. Alano de Rupe, que un usurero oyendo un Sermon del Rosario, pidió un rosario, que aun no tenia, y á poco tiempo de rezarlo le dixo la Vírgen: Jayme, da cuenta á mi hijo y á mi de tu vida, con la puntualidad que tu la pides de la hacienda á tus criados. No abrió los ojos á este aviso. Dióle segundo; porque caminando acompañado de muchos criados le acometiéron unos lobos y osos, que le hiciéron varias heridas dexándole medio muerto pero no le mataron, porque los criados imploraron el auxîlio de la Vírgen. Ni esto bastó para que se enmendase. Hablóle segunda vez la Vírgen, y fuese lleno de turbacion á su casa; pero luego se sosegó atribuyéndolo á imaginacion. Aun tuvo otro aviso, pues en otro camino vino una tropa de demonios, que le levantáron en el ayre; pero lo dexáron, implorando á la Vírgen. Con este aviso se confesó, y dio algunas limosnas; pero no restituyó. Apareciósele la Vírgen, y le dixo: que restituyese, sino que no se salvaria. No tengo ánimo, le respondió, para deshacerme de lo que tengo en mi escritorio. Hijo, le dixo, solo porque te salves Yo te daré en dinero todo lo que debes restituir, lo darás á quien debes. Luego halló en su aposento gran cantidad de dinero; pero él lo empleó en nuevas ganancias. Viendo tal obstinacion la Vírgen se le apareció, y con rostro severo, y enojada le dixo: trata de restituir lo que debes; pues te he dado para hacerlo, si no te quitaré toda la hacienda, y tambien la vida. Atemorizado con esta amenaza restituyó enteramente, y dentro de breve tiempo la Vírgen le avisó que su muerte estaba cerca: dispúsose, y murió, dexando muy probables prendas de su salvacion. Luz de la Fe y de la Ley, p. 2. lib. 2. cap. 69.

Iba una Aldeana con su marido á visitar el Sepulcro de San Antonio de Padua, muy gozosa, porque aquel le habia dado licencia para hacer la romería de Santiago, la que revocó por verla un poco licenciosa en el camino. Irritada la muger con tal mudanza, le amenazó que se arrojaria al Rio; no pudo persuadirse el marido á que hiciese tal disparate; pero en efecto lo hizo, diciendo al tiempo de echarse: San Antonio vaya conmigo. Acudieron á socorrerla varias personas, que lo consiguiéron con gran trabajo, saliendo de la faena muy mojadas, solo la muger que salió enjuta, sin embargo de haber estado mucho tiempo luchando con las aguas¡Qué exemplo para las casadas! A las que no tengan rio á la mano, es regular no las falte un lazo, un balcon bien alto, un pozo, ó cosa semejante.. Vida de San Antonio de Padua, pág. 135.

Cansada una muger de suplicar á San Antonio por la vuelta de su marido ausente, le dixo un dia: Santo mio, ya no puedo sufrir mas, bien veis quanto tiempo ha que os estoy rogando volvais mi marido á su casa, y parece no haceis caso de mis ruegos . . . . . ahora pues os digo que si dentro de tres dias no está mi marido en casa, reñiremos de veras los dos, y no seré mas vuestra devota. Al tiempo que pasó esto en Lisboa amaneció en el Puerto de Indias donde moraba el marido un navío, que al otro dia partia para Lisboa. Insinuó este al Capitan sus deseos de volver á su Patria, que no podia cumplir por no tener ajustados sus negocios y cuentas; y habiéndosele ofrecido para esto un mancebo de la nave concluyó todo con tal celeridad, que al otro dia pudo embarcarse. Pero qual seria su pasmo quando al tercer dia se halló en Lisboa? Desembarcóse, y al tiempo de despedirse de sus compañeros le dixo aquel mancebo: anda, y dile á tu muger que aquel Frayle que tiene en casa, y con quien queria reñir, dentro del plazo señalado te ha traido á Lisboa. Esta especie de Frayle en casa desazonó del tal suerte al marido, que entró llenando de afrentas á la muger, y por último, preguntóle por el Frayle. Ella le llevó á su oratorio, y le enseñó á San Antonio. Quiso el marido dar parte á la tripulacion del milagro, pero no halló rastro, ni noticia de tal navío. Vida de San Antonio de Padua, pág. 138.

En una horrorosa tempestad acudiéron los vecinos de Tiemblo á la hermita de San Antonio, y apénas comenzáron su rogativa, viéron levantarse en el ayre la Imágen del Santo, y sudar copiosamente, y que una gargantilla de oro á modo de collar, que tenia al cuello, palpitaba ácia arriba. Entonces un Sacerdote tomó unos algodones, y recogio con ellos el sudor, y al instante cesó la tempestadDe aquí viene sin duda decirle á uno quando suda que quiere hacer algun milagro.. Vida de San Antonio de Padua, pág. 232.

Prendióse fuego en el Convento de la Concepcion de Guadix por una vela de las que ardian delante del Santísimo Sacramento en la fiesta de San Pedro. Creció el fuego en el Templo, pasó á la clausura, y se difundió tanto que llegó á comunicarse á otros edificios. El Sol negaba sus luces, formando el ayre tan horrorosas nubes del condensado humo, que se quedó todo el territorio en obscuras tinieblas: debida demostracion del Cielo en caso tal; pues si á la muerte de Christo se vistió la tierra de obscuridades, aquí las Formas consagradas se halláron reducidas á pavesas. Mandó el Obispo sacar el Santísimo Sacramento de la Catedral, una espina de la corona de nuestro Señor, una canilla de San Torquato, y otras reliquias de su mayor veneracion. Las mismas diligencias hiciéron los PP. Agustinos y Jesuitas, de manera que el Monasterio estaba cercado de custodias, muchas reliquias, é Imágenes devotas. Vino la comunidad de San Francisco con San Antonio, dió vista al Monasterio, y el Señor que le tenia guardada la victoria, movió el corazon del Dean de la Iglesia, que fuera de sí, dexando lo mas por lo ménos, esto es, apartándose de la custodia por acudir á San Antonio, dixo á grandes voces: ¿San Antonio está aquí? seguro tenemos el milagro, y así fué que cesó brevemente el incendio. Vida de San Antonio de Padua, pág. 254.

Padecia una Señora un dolor nefrítico, originado de una gruesa piedra que se le habia atravesado, teniéndola de esta manera tres años con admiracion del Médico. Encomendábase muy de veras á nuestra Señora, y un dia que el dolor mas la aquejaba, gritó diciendo: llévenme á la hermita, que yo la haré hacer á malas lo que no quiere hacer á buenas. Que, ¿piensa la Vírgen hacer el sordo toda la vida? Ea llévenme, que yo me averiguaré con ella. Lleváron á la sencilla muger delante de la Imágen, á quien dixo: Vírgen de Consolacion, ya sabeis que por espacio de tres años os estoy pidiendo que me consoleis, y no quereis hacerlo; pues en verdad que no ha de ser así de aquí adelante no os digo mas sino que hasta ahora he creido que erais Madre de Dios; pues en verdad que no lo he de creer de aquí adelante: ¿Madre de Dios habia de ser, quien no consuela á una pobre que está rabiando? Decir esto, y arrojar una piedra de media libra, todo fué uno, y con esto quedó sana; y alegre y contenta dixo: no ven si decia yo bien? Reprendióla el hermitaño de aquel modo de hablar, y ella con sencillez respondió: en verdad que pienso haberle hecho mucha merced, pues de esta manera harán mas caso de ella de aquí adelante. Año Virgin. tomo 4. pág. 230.

Predicando un Predicador contra la Concepcion, pidió un devoto á la Vírgen manifestase su pureza con algun prodigio. Habia en la Iglesia una crecida imágen de mármol, que así como empezó el Predicador sus argu-mentos, así empezo a deshacerse, hasta que acabado el Sermon se convirtió en polvo, con lo que hubiéron de apedrear al PredicadorNótese bien que en este exemplo hay dos milagros: uno es el de des hacerse la Imágen y otro el de que esto pasase en el auditorio por una prueba en contra, y no á favor del Sermon.. Año Virgin. tom. 4. pag. 304.

Trocáronle en una ocasión á San Vicente Ferrer la capa mientras decia Misa. Bien está, dixo el Santo: me han llevado la Capa para reliquia? han hecho bien, guárdenla, que yo sé que ha de hacer muchos milagros. Y así fué. Valdecedro, Vida de San Vicente, lib. I. cap. 28.

Al mismo Santo suplicó en una ocasion un Prior que fuese á visitar una devota de la Religion accidentada. Bien está, dixo San Vicente con mucha gracia: V. Pater. ¿quiere que la visite, y que la de salud haciendo un milagro? ¿Por qué V. P. no hace algun milagro? ¿Helos de ha-cer yo todos? V. P. vaya P. Prior que yo le doy mi facultad para que sane no solo á esa debeta, sino á quantos enfermos encontrare. Así fué. Valdec. Vida de San Vicente lib. I. cap. 36.

Algunas veces le decia su compañero: P. M. los enfermos no caben en la Iglesia, vamos á curarlos; y decia el Santo: No estic hara para fer milagles: No estoy ahora para hacer milagros. Otras veces decia: vuelvan mañana que ahora no estoy para hacer milagros. Valdec. Vida de S.Vicente, lib. 3. cap. 19.

Se cuenta en las historias del Cister, que habiendo faltado á un Abad un anillo, mandó publicar una excomunion contra el ladron. Luego empezó á enflaquecerse, á no comer, graznar, ni alegrarse un cuervo doméstico. Cayéronle despues las plumas y á ponérsele la carne como ceniza, y estar como muerto, maravillados todos, y diciendo uno burlando, que acaso seria el ladron, mandó el Abad registrar el árbol donde tenia su nido, y efectivamente halláron allí entre otras cosas el anillo, y despues de aquel punto fué cobrando el cuervo su antigua lozaníaEs de persumir que el cuervo fueso absuelto luego que pareció el anillo. Declarac. de la Doctr. Christ. de Belarm. Decl. del Art. 9. p. 69.

Un Senador muy noble y rico hizo una magnífica casa de placer junto al camino, y encima de la puerta mandó esculpir estos versos:

Decretum dedit

ne dormiat aut epuletur hicgens villana;sed Achiles, Plato, Diana.

Andando el tiempo un dia fué arrebatado en espíritu, y llevado á juicio, el Señor le dixo: que pues habia excluido á los suyos de su casa, él le excluía del Cielo, que era la suya. Espantado el senador imploró el patrocinio de la Vírgen, que intercedió por él, á quien amonestó que quitase aquellos versos, y pusiese estos otros:

Muta decretum:

Sanctum recipe Coelum;nudum Martinum:Lazarum et Jacobum peregrinum.

Declaracion de la Doctr. Christ. de las obras de Miser. Exemp. 4. pág. 326.

Dando cuenta la V. M. del Sacramento al V. Gracian de las visiones diabólicas que esperimentaba; la aconsejó lo primero que fuese á dormir á la Celda de la Priora, porque los demonios no osan llegar donde estan los Prelados por la representacion divina: y lo segundo barrer bien la Celda porque los espíritus inmundos huyen de la limpieza, y acuden á los puestos mas sucios. Grit. del Purg. lib. I. cap. 10. pág. 89.

En la vida del V. Juan Bapt. Beltran, cap. 9. se refiere que oyendo algunos viernes los mozos que rondaban á deshora por el lugar la rueda de campanillas que está en el Presbiterio de la Iglesia, iban á ver lo que era, y preguntándoselo al V. que ha-llaban en oracion, decia: como ya entró el sábado, las almas de los Cofrades del Escapulario, celebran acá con esta música su buena suerte. Grit. del Purgat. lib. 2. cap. 5. pág. 197.

Setenta mil demonios, que destinó el gran diablo para acabarlo, que dáron vencidos por Francisco, lidiando repetidas veces con ellos, no solo con el espíritu, sino cuerpo á cuerpo¡Qué forzudos y fornidos no será preciso que seanestos diablos que tienen cuerpo!, y en público desafioAunque la HIstoria no dice en donde se celebró este público desafio, contentémonos con saber que los diablos por aquellos tiempos habian ya adoptado las costumbres góticas.. Epit. de la prodig. Vid. y milag. de San Francisco de Asis, &c. Por el Rmo. P. Mtro. D. Antonio Bozal, Monge Cisterc. &c. impresion de Mad. del año de 1785. pág. 44.

Discurso CXLVI Dolenter hoc dico, potius quam contumeliose, multo à Laercio severius vitas Philosophorum scriptas, quam à Christianis vitas Sanctorum. Melch. Cano de Locis Theolog. Lib. XI. cap. 6. Dígolo con dolor, y no con ánimo de injuriar: Con mucha mas correccion han sido escritas por Laercio las vidas de los Filósofos, que las de los Santos por los Christianos. “Muy Señor mio: á un Religioso; que viniendo á predicar esta Quaresma se murió repentinamente, se le halló la adjunta coleccion de exem-plos. Como los libros de que son tomados, aunque bastante comunes, son poco leidos de ciertas gentes, creo que hará Vmd. un gran servicio á Dios insertando esta coleccion en alguno de sus Discursos, el qual con eso será sin duda muy propio del tiempo en que estamos. Queda de Vmd. &c.” Aparecióse la Virgen á Sor María Ana de Jesus á la hora de su muerte, y pidió á su Niño la hiciese alguna fineza, y el Niño Jesús con mucha gracia le dixo: ¡Madre mia, estoy tan embarazado con la Azucena! guardadmela entre tanto que la pongo este rosario al cuello, y baxándose le dixo: Esposa mia María Ana, ¿tú no te has llamado de Jesus? pues Yo me llamo de Maria Ana, recibe este rosario; pero mi cuello y el tuyo han de caber dentro de él, y abrazándose ambos, la misma Vírgen les puso á los dos el rosario, con lo que quedó muy fortalecida y luego espiró. Quintan. Hist. Matrit. Lib. 2. cap. 63. pag. 64 citado en el Año Virgin, tom. 2. pág. 64. Pasaba una muger con una canasta de pan muy blanco á tiempo que predicaba San Gonzalo de Amarante y dixo: Para que sepais qual pone al alma la doscomunion: Yo en nombre de Dios descomulgo este panEs decir le separó del gremio de la Iglesia.. Y luego el pan se volvió negro y asqueroso como un carbon. Pondero la materia, y volviéndose al pan le dixo: En nombre de Dios te absuelvo de la descomunion, y se tornó á su primera blancura. Hist. Ord. Predic. citada en la Luz de la Fe y de la Ley, p. 1. lib. 4. cap. 12. Varios AA. refieren que un usurero arrepentido á la hora de su muerte mandó que toda su hacienda se restituyese. Vió en esto el Sacerdote que le asistia un demonio en figura de jóven muy triste y llorando. Pasado breve rato vió otro demonio muy viejo con una barba prolixa y blanca, muy agoviado de espaldas, y con una muleta, el qual preguntó al mozo: ¿por qué lloraba? á lo que le dixo: que porque aquel clérigo le habia quitado de las manos aquel hombre, que habia tantos años que tenia por suyo, consiguiendo que restituyese. = ¿Y cómo puede restituir si ya se muere? = ¡Oh! que ha hecho testamento, y se lo dexa encargado á quatro Amigos de la mayor confianzas. = Como se conoce, dixo, dando una gran risada el viejo, que eres jovencito, que tienes poca experiencia. ¿Pues no adviertes que por uno que pierdes, ganaremos quatro? Esos executores no cumplirán con fidelidad, y así cargarás con sus almas. No llores pues, ni te aflijas, que la experiencia te lo enseñará asiSegun esto no todos los diablos son de una misma edad, y los hay mas y ménos experimentados.. Luz de la Fe y de la Ley, p. I. lib. 4. cap. 80. En el Ciel. Estrell. lib. cap. 4. p. 4. y 5. se lee que una Ave de las que aprenden á hablar repetia muchas veces Ave María, escapóse de la Jaula, y dando en las uñas de un Gavilan gritó, segun su costumbre: Ave María. Al punto soltó el Gavilan la presa, y cayó muertoBien hecho, porque el Gavilan debia entender el significado de aquellas palabras como lo entendia la Urraca., y la Urraca quedó con vida. Luz de la Fe y de la Ley, p. 2. lib. I. cap. 48. Habia dos energúmenas (P. Petra á Jesu. P. 22.) delante de mucha gente. Dixo el demonio de la una: el diablo, que tiene esa otra se llama Asmodeo; y es muy deshonesto, y añadió, hablando con él, viendo que la muger estaba con poco recato: ¿por qué no la tapas, deshonesto, á esa muger las carnes, que descubre con su escotado? y el mismo demonio tomando las manos de la muger la tapó subiéndola el iubonVéase aquí como tambien hay demonios castos.. Luz de la Fé y de la Ley, p. 2. lib. I. cap. 46. Refiere el B. Alano de Rupe, que un usurero oyendo un Sermon del Rosario, pidió un rosario, que aun no tenia, y á poco tiempo de rezarlo le dixo la Vírgen: Jayme, da cuenta á mi hijo y á mi de tu vida, con la puntualidad que tu la pides de la hacienda á tus criados. No abrió los ojos á este aviso. Dióle segundo; porque caminando acompañado de muchos criados le acometiéron unos lobos y osos, que le hiciéron varias heridas dexándole medio muerto pero no le mataron, porque los criados imploraron el auxîlio de la Vírgen. Ni esto bastó para que se enmendase. Hablóle segunda vez la Vírgen, y fuese lleno de turbacion á su casa; pero luego se sosegó atribuyéndolo á imaginacion. Aun tuvo otro aviso, pues en otro camino vino una tropa de demonios, que le levantáron en el ayre; pero lo dexáron, implorando á la Vírgen. Con este aviso se confesó, y dio algunas limosnas; pero no restituyó. Apareciósele la Vírgen, y le dixo: que restituyese, sino que no se salvaria. No tengo ánimo, le respondió, para deshacerme de lo que tengo en mi escritorio. Hijo, le dixo, solo porque te salves Yo te daré en dinero todo lo que debes restituir, lo darás á quien debes. Luego halló en su aposento gran cantidad de dinero; pero él lo empleó en nuevas ganancias. Viendo tal obstinacion la Vírgen se le apareció, y con rostro severo, y enojada le dixo: trata de restituir lo que debes; pues te he dado para hacerlo, si no te quitaré toda la hacienda, y tambien la vida. Atemorizado con esta amenaza restituyó enteramente, y dentro de breve tiempo la Vírgen le avisó que su muerte estaba cerca: dispúsose, y murió, dexando muy probables prendas de su salvacion. Luz de la Fe y de la Ley, p. 2. lib. 2. cap. 69. Iba una Aldeana con su marido á visitar el Sepulcro de San Antonio de Padua, muy gozosa, porque aquel le habia dado licencia para hacer la romería de Santiago, la que revocó por verla un poco licenciosa en el camino. Irritada la muger con tal mudanza, le amenazó que se arrojaria al Rio; no pudo persuadirse el marido á que hiciese tal disparate; pero en efecto lo hizo, diciendo al tiempo de echarse: San Antonio vaya conmigo. Acudieron á socorrerla varias personas, que lo consiguiéron con gran trabajo, saliendo de la faena muy mojadas, solo la muger que salió enjuta, sin embargo de haber estado mucho tiempo luchando con las aguas¡Qué exemplo para las casadas! A las que no tengan rio á la mano, es regular no las falte un lazo, un balcon bien alto, un pozo, ó cosa semejante.. Vida de San Antonio de Padua, pág. 135. Cansada una muger de suplicar á San Antonio por la vuelta de su marido ausente, le dixo un dia: Santo mio, ya no puedo sufrir mas, bien veis quanto tiempo ha que os estoy rogando volvais mi marido á su casa, y parece no haceis caso de mis ruegos . . . . . ahora pues os digo que si dentro de tres dias no está mi marido en casa, reñiremos de veras los dos, y no seré mas vuestra devota. Al tiempo que pasó esto en Lisboa amaneció en el Puerto de Indias donde moraba el marido un navío, que al otro dia partia para Lisboa. Insinuó este al Capitan sus deseos de volver á su Patria, que no podia cumplir por no tener ajustados sus negocios y cuentas; y habiéndosele ofrecido para esto un mancebo de la nave concluyó todo con tal celeridad, que al otro dia pudo embarcarse. Pero qual seria su pasmo quando al tercer dia se halló en Lisboa? Desembarcóse, y al tiempo de despedirse de sus compañeros le dixo aquel mancebo: anda, y dile á tu muger que aquel Frayle que tiene en casa, y con quien queria reñir, dentro del plazo señalado te ha traido á Lisboa. Esta especie de Frayle en casa desazonó del tal suerte al marido, que entró llenando de afrentas á la muger, y por último, preguntóle por el Frayle. Ella le llevó á su oratorio, y le enseñó á San Antonio. Quiso el marido dar parte á la tripulacion del milagro, pero no halló rastro, ni noticia de tal navío. Vida de San Antonio de Padua, pág. 138. En una horrorosa tempestad acudiéron los vecinos de Tiemblo á la hermita de San Antonio, y apénas comenzáron su rogativa, viéron levantarse en el ayre la Imágen del Santo, y sudar copiosamente, y que una gargantilla de oro á modo de collar, que tenia al cuello, palpitaba ácia arriba. Entonces un Sacerdote tomó unos algodones, y recogio con ellos el sudor, y al instante cesó la tempestadDe aquí viene sin duda decirle á uno quando suda que quiere hacer algun milagro.. Vida de San Antonio de Padua, pág. 232. Prendióse fuego en el Convento de la Concepcion de Guadix por una vela de las que ardian delante del Santísimo Sacramento en la fiesta de San Pedro. Creció el fuego en el Templo, pasó á la clausura, y se difundió tanto que llegó á comunicarse á otros edificios. El Sol negaba sus luces, formando el ayre tan horrorosas nubes del condensado humo, que se quedó todo el territorio en obscuras tinieblas: debida demostracion del Cielo en caso tal; pues si á la muerte de Christo se vistió la tierra de obscuridades, aquí las Formas consagradas se halláron reducidas á pavesas. Mandó el Obispo sacar el Santísimo Sacramento de la Catedral, una espina de la corona de nuestro Señor, una canilla de San Torquato, y otras reliquias de su mayor veneracion. Las mismas diligencias hiciéron los PP. Agustinos y Jesuitas, de manera que el Monasterio estaba cercado de custodias, muchas reliquias, é Imágenes devotas. Vino la comunidad de San Francisco con San Antonio, dió vista al Monasterio, y el Señor que le tenia guardada la victoria, movió el corazon del Dean de la Iglesia, que fuera de sí, dexando lo mas por lo ménos, esto es, apartándose de la custodia por acudir á San Antonio, dixo á grandes voces: ¿San Antonio está aquí? seguro tenemos el milagro, y así fué que cesó brevemente el incendio. Vida de San Antonio de Padua, pág. 254. Padecia una Señora un dolor nefrítico, originado de una gruesa piedra que se le habia atravesado, teniéndola de esta manera tres años con admiracion del Médico. Encomendábase muy de veras á nuestra Señora, y un dia que el dolor mas la aquejaba, gritó diciendo: llévenme á la hermita, que yo la haré hacer á malas lo que no quiere hacer á buenas. Que, ¿piensa la Vírgen hacer el sordo toda la vida? Ea llévenme, que yo me averiguaré con ella. Lleváron á la sencilla muger delante de la Imágen, á quien dixo: Vírgen de Consolacion, ya sabeis que por espacio de tres años os estoy pidiendo que me consoleis, y no quereis hacerlo; pues en verdad que no ha de ser así de aquí adelante no os digo mas sino que hasta ahora he creido que erais Madre de Dios; pues en verdad que no lo he de creer de aquí adelante: ¿Madre de Dios habia de ser, quien no consuela á una pobre que está rabiando? Decir esto, y arrojar una piedra de media libra, todo fué uno, y con esto quedó sana; y alegre y contenta dixo: no ven si decia yo bien? Reprendióla el hermitaño de aquel modo de hablar, y ella con sencillez respondió: en verdad que pienso haberle hecho mucha merced, pues de esta manera harán mas caso de ella de aquí adelante. Año Virgin. tomo 4. pág. 230. Predicando un Predicador contra la Concepcion, pidió un devoto á la Vírgen manifestase su pureza con algun prodigio. Habia en la Iglesia una crecida imágen de mármol, que así como empezó el Predicador sus argu-mentos, así empezo a deshacerse, hasta que acabado el Sermon se convirtió en polvo, con lo que hubiéron de apedrear al PredicadorNótese bien que en este exemplo hay dos milagros: uno es el de des hacerse la Imágen y otro el de que esto pasase en el auditorio por una prueba en contra, y no á favor del Sermon.. Año Virgin. tom. 4. pag. 304. Trocáronle en una ocasión á San Vicente Ferrer la capa mientras decia Misa. Bien está, dixo el Santo: me han llevado la Capa para reliquia? han hecho bien, guárdenla, que yo sé que ha de hacer muchos milagros. Y así fué. Valdecedro, Vida de San Vicente, lib. I. cap. 28. Al mismo Santo suplicó en una ocasion un Prior que fuese á visitar una devota de la Religion accidentada. Bien está, dixo San Vicente con mucha gracia: V. Pater. ¿quiere que la visite, y que la de salud haciendo un milagro? ¿Por qué V. P. no hace algun milagro? ¿Helos de ha-cer yo todos? V. P. vaya P. Prior que yo le doy mi facultad para que sane no solo á esa debeta, sino á quantos enfermos encontrare. Así fué. Valdec. Vida de San Vicente lib. I. cap. 36. Algunas veces le decia su compañero: P. M. los enfermos no caben en la Iglesia, vamos á curarlos; y decia el Santo: No estic hara para fer milagles: No estoy ahora para hacer milagros. Otras veces decia: vuelvan mañana que ahora no estoy para hacer milagros. Valdec. Vida de S.Vicente, lib. 3. cap. 19. Se cuenta en las historias del Cister, que habiendo faltado á un Abad un anillo, mandó publicar una excomunion contra el ladron. Luego empezó á enflaquecerse, á no comer, graznar, ni alegrarse un cuervo doméstico. Cayéronle despues las plumas y á ponérsele la carne como ceniza, y estar como muerto, maravillados todos, y diciendo uno burlando, que acaso seria el ladron, mandó el Abad registrar el árbol donde tenia su nido, y efectivamente halláron allí entre otras cosas el anillo, y despues de aquel punto fué cobrando el cuervo su antigua lozaníaEs de persumir que el cuervo fueso absuelto luego que pareció el anillo.Declarac. de la Doctr. Christ. de Belarm. Decl. del Art. 9. p. 69. Un Senador muy noble y rico hizo una magnífica casa de placer junto al camino, y encima de la puerta mandó esculpir estos versos: Decretum dedit ne dormiat aut epuletur hicgens villana;sed Achiles, Plato, Diana. Andando el tiempo un dia fué arrebatado en espíritu, y llevado á juicio, el Señor le dixo: que pues habia excluido á los suyos de su casa, él le excluía del Cielo, que era la suya. Espantado el senador imploró el patrocinio de la Vírgen, que intercedió por él, á quien amonestó que quitase aquellos versos, y pusiese estos otros: Muta decretum: Sanctum recipe Coelum;nudum Martinum:Lazarum et Jacobum peregrinum. Declaracion de la Doctr. Christ. de las obras de Miser. Exemp. 4. pág. 326. Dando cuenta la V. M. del Sacramento al V. Gracian de las visiones diabólicas que esperimentaba; la aconsejó lo primero que fuese á dormir á la Celda de la Priora, porque los demonios no osan llegar donde estan los Prelados por la representacion divina: y lo segundo barrer bien la Celda porque los espíritus inmundos huyen de la limpieza, y acuden á los puestos mas sucios. Grit. del Purg. lib. I. cap. 10. pág. 89. En la vida del V. Juan Bapt. Beltran, cap. 9. se refiere que oyendo algunos viernes los mozos que rondaban á deshora por el lugar la rueda de campanillas que está en el Presbiterio de la Iglesia, iban á ver lo que era, y preguntándoselo al V. que ha-llaban en oracion, decia: como ya entró el sábado, las almas de los Cofrades del Escapulario, celebran acá con esta música su buena suerte. Grit. del Purgat. lib. 2. cap. 5. pág. 197. Setenta mil demonios, que destinó el gran diablo para acabarlo, que dáron vencidos por Francisco, lidiando repetidas veces con ellos, no solo con el espíritu, sino cuerpo á cuerpo¡Qué forzudos y fornidos no será preciso que seanestos diablos que tienen cuerpo!, y en público desafioAunque la HIstoria no dice en donde se celebró este público desafio, contentémonos con saber que los diablos por aquellos tiempos habian ya adoptado las costumbres góticas.. Epit. de la prodig. Vid. y milag. de San Francisco de Asis, &c. Por el Rmo. P. Mtro. D. Antonio Bozal, Monge Cisterc. &c. impresion de Mad. del año de 1785. pág. 44.