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Citazione bibliografica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso CXXIX", in: El Censor, Vol.6\129 (1786), pp. 1161-1183, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.533 [consultato il: ].


[1161] Livello 1►

Discurso CXXIX

Citazione/Motto► . . . . . . Ecco Crispinus minimo me provocat.

Horat. I. Satir. IV. v. 13.

Con desprecio Crispin me desafia. ◀Citazione/Motto

Livello 2► Livello 3► Lettera/Lettera al direttore►Muy Señor mio: aqui tiene Vm. un nuevo Atleta que se presenta en la arena á reñir con Vm. acerca de lo que dixo de nosotros en su tresiendo Discurso del núm. CXIII. Pero no sea que se figure Vm. tal vez otra cosa, nuestra lid ha de ser á lo Caballero, y como conviene á quien toma á su cargo la defensa de una Dama de tanto respeto qual [1162] es la Nacion Española: afuera toda arma desigual; afuera toda folloneria. Yo no he dicho, jamas que Descartes hubiese sido un plagiario de un Autor Español, y por consiguiente no tengo el menor resentimiento contra Vm., ni otro interés en esta causa, que el de la verdad, y el que debe tener todo buen Patriota.

Livello 4► Ni aun este le entiendo yo como veo le entienden muchos. No Señor: no pongo el amor de la Patria en hacerla pasar entre los extrangeros por lo que no es; ni en adularla á ella, y representarla, como otras tantas perfecciones, sus mayores defectos. Quedese esta suerte de amor para los Cortejos. Amar á la Patria es en mi concepto contribuir con todos los esfuerzos posibles á que sea en la realidad felíz: y si es cierto lo que Vm. dice de nuestros atrasos; no solo no le tendré por mal Español, sino [1163] que le juzgaré acreedor al eterno reconocimiento de toda España. A buen seguro que no le llamaré impío, ni le compararé al hijo que injuria publicamente á su Madre, y la expone á la burla de sus enemigos capitales. Al contrario; serà Vm. para mí como aquel que con una noble osadía advierte á la suya de la enfermedad que la consume y desconoce, que la pinta con energía su peligro, y que para apartarla del manjar nocivo no teme entristecerla, disgustarla, y aun conciliarse su enojo: tan buen hijo, como malo aquel, que para apropiarse una mayor parte de su herencia, y acercarse su posesion, procura captar su voluntad, lisonjeando sus apetitos mas desordenados, y llenandola de una falsa confianza que la conduce al sepulcro antes de tiempo. Mas es: aun persuadido, como estoy, de que nuestros males no son tales como Vm. [1164] nos los representa, de que estamos en un estado floreciente, y de que nada tenemos que envidiar en ningun genero á las naciones mas aventajadas; no por eso le hago á Vm. un delito de la aspereza con que nos ha hablado. La creo antes bien, efecto de un exceso de amor á la Patria, y me persuado á que haciendole este desear para ella un grado de prosperidad, á que no se puede llegar sobre la tierra, la distancia en que nos ve de él le parece un verdadero atraso. Porque á la verdad ¿qué otra causa le pudo mover á Vm? Vm. segun se dice, es Español por todos sus costados: no ha salido jamas de la Peninsula, no tiene relacion alguna en los Paises extrangeros, y nada puede esperar sino de su nacion. Por otra parte el mal que pudo hacerla, no me parece muy considerable. Un particular puede sin serlo pasar por sabio, y siendolo no [1165] lograr la reputacion de tal. Mas yo no veo como pueda esto suceder con una nacion. Su sabiduria es una qualidad que no puede ocultarse á los Pueblos con quienes tenga alguna comunicacion, y que no es posible dexen estos de confesarla. Los Franceses, Ingleses, Alemanes é Italianos, no son menos opuestos entre sí, que á nosotros, y no vemos con todo que sean injustos los unos para con los otros en este punto. Asi que si somos en la realidad sabios; si las ciencias y artes florecen entre nosotros, toda la cólera de Vm. no nos hará pasar por ignorantes, asi como si somos ignorantes todos los Apologistas del mundo, no seràn parte para darnos la reputacion de sabios. Ademas de que importaria muy poco que nos la diesen; porque si la buena reputacion es un bien, lo es tan solo en quanto es conforme á la verdad. Vuelvo pues, á decirlo: de [1166] qualquiera modo que sea: sea ó no verdad lo que Vm. dice, no le contemplo digno, como hacen otros, de la exsecracion pública, ni á su censura de tan malas conseqüencias, como algunos imaginan.

Esto, Amigo mio, ya me parece que es ser justo, y ponerse un hombre en la razon. Sin embargo, no me contento aun con ello. Soy tan amante de la justicia, que no me valdré del robo literario del Señor Dombey para probar que Bourdaloue, Masillon, Flechier, han sacado sus Oraciones de nuestros Oradores. Porque, ya se ve, Vm. me taparia la boca preguntandome ¿qué tiene que ver Dombey con Bourdaloue, con Masillon y con Flechier? ¿y en qué modo, en qué figura esta formado el silogismo, en que de la picardia de aquel, se infiere que tambien estos hayan sido unos picaros? No me aprovecharè tampoco para el mis-[1167]mo intento de la autoridad del Señor Sanchez Valverde; porque este Caballero mas parece favorecer á Vm., que perjudicarle en lo que dice acerca de nuestros Oradores y de los Franceses: ni de este ó del otro pensamiento que estos tomaron de aquellos; porque no soy tan mentecato que no vea que esto no es haber sacado de ellos sus Oraciones: ni haré en fin caudal del exceso que Vieira, y los demes predicadores nuestros de su laña llevaron á los extrangeros de aquel tiempo. Ellos los excedieron sin duda en ingenio y en extravagancia. Pero me diria Vm., y yo no sabria que replicar, que lo primero nadie nos lo niega sino alguno paysanos nuestros, y que lo segundo, es lo mismo que Vm. quiso persuadirnos.

Tampoco le haré á Vm. cargo de haber asegurado que ninguna Obra nuestra puede quizà ser com-[1168]parable á las extrangeras, excepto el Quixote de Cervantes. Dios me libre por su infinita misericordia de calumniar á nadie. No Señor: semejante cosa no se lee, y sí todo lo contrario, en su Discurso: en el qual afirma Vm., que aunque hay Obras entre nosotros comparables á las buenas extrangeras, ninguna quizà lo es, si se exceptúa el Quixote, á las excelentes. Va algo de obras á obras excelentes.

Lexos de mí el impertinente empeño de escribir la historia (que todo el mundo sabe menos Vm. que es un cuitado) de las controversias de Fenelon y Bossuet, y de extractar las Obras de este con solo el objeto de probar que en ellas citó á unos pocos Teologos Españoles, é inferir de aqui que hizo aprecio de esta cierta Teología, y esta cierta moral, que floreció mas que en otra parte entre nosotros. Vm. echaria á rodar mi trabajo con [1169] solo decirme: que puede muy bien haber habido entre nosotros Teologos muy estimables, sin que lo sea esa cierta Teología que se cultivó principalmente en España: que citar un Autor tampoco es prueba de que se aprecie su Obra: que una Obra puede contener cosas muy buenas, sin que por eso sea buena: que los Santos Padres usaron en sus disputas con los Gentiles de las autoridades de otros Gentiles, como mas propias para convencerlos: y en fin, que acaso no citaria el Obispo de Meaux á aquellos Autores, si ellos mismos con sutilezas no hubiesen dado motivo, aunque contra su intencion, á los errores que combatia; y si los patronos de estos no pretendiesen apoyarlos con su autoridad. En efecto, no tiene duda que de ella se valian los falsos místicos; y á eso alude el Señor Bosuet, quando dice: Quidam viri boni, piique ve- [1170] reri, mihi videntur, ne sub nomine Ill Cameracensis Archiepiscopi, S. Theresia, B. Joann. à Cruce, aliique bonae notae Mistici vapulent.

Seguro està Vm. tambien de que yo recurra á estas citas y otras semejantes, para hacer ver que los extrangeros no se acuerdan de nosotros, quando no hablan de nuestras piastras; porque esto sería una impertinencia, no acordandose, como en efecto apenas se acuerdan, quando se trata en general de la literatura de las naciones. Seguro està que yo le chasquee sobre el uso de los huevos con pollo de los Bearneses, ni que le refiera el cuentecillo del tio Domingo, y el del Eminentísimo Molina para acreditar que la industria de huevos està en Madrid muy adelantada. En quanto á lo primero, yo no sè si Vm. gasta huevos de Bearne, ó de las Tahonas de Madrid. Lo cierto es, que no creo me haya pedido [1171] nunca limosna, ni dinero prestado. Y en quanto á lo segundo, eso querria Vm. cogerme en semejante renuncio para darme una buena brega sobre mi grosera ignorancia en la Economía civil. Porque es sin duda un principio elemental en esta ciencia, que la excesiva ganancia que produce á un hombre una industria, muy lexos de probar que se halla floreciente, prueba al contrario su mal estado.

Pero admire Vm. mi bondad. No solo he de hacer á Vm. justicia, absteniendome de todas estas cosas: he de ser tambien indulgente hasta no acriminarle el modo con que habló de esta cierta Teología, de esta cierta moral, que nos ha proporcionado nuestra pobreza: ni el uso ironico de las expresiones felicidad mundana; vanidad de la gloria y poder de este mundo: ni el no haber expresado paladinamente las semillas de la ignorancia sembradas [1172] en el reynado de Isabel y de Fernando. ¿Lo creerà Vm.? Ni aun he de tomar por ironia aquello que Vm. dixo de la elevacion de nuestro genio, y de la altivez de nuestro caracter.

Es verdad que con esto ultimo me atraheria la indignacion de los que no hubiesen leido con mucha ligereza su Discurso de Vm. Es verdad que Vm. me responderia que cien veces desde que se ha mostrado al público ha dicho quales fueron las semillas de nuestra ignorancia. Es verdad que podria decirme setenta mil cosas sobre esa cierta Teología, y sobre el uso que ha hecho de aquellas expresiones. Vm. me preguntaria, lo estoy viendo, ¿si quando se llama ironicamente Santo aun malvado, sabio á un ignorante, es esto hacer ridicula la verdadera santidad, la sabiduría verdadera y mofarse de los que son realmente dignos de estos [1173] epítetos? Me preguntaria ¿si quiso Dios por ventura burlarse de sí mismo quando con una ironia la mas amarga dixo á nuestro primer Padre: he aqui á Adan que ya está hecho Dios como yo? ¿Y cómo no levantaria el grito contra mi mala fé por imputar á Vm. que reprueba nuestra cierta Teología porque enseña que debemos despreciar con el corazon las cosas terrenas? No, le oigo á Vm. decir, no es sino porque sin inspirarnos, y enseñandonos solo en la especulativa este desasimiento, en que consiste la pobreza de espiritu, que hace á los hombres bienaventurados, nos conduce á una pobreza efectiva, que si es laudable en algunos particulares, quando està acompañada de la aflectiva, es siempre un verdadero mal en el cuerpo politico. Ella, ocupando una gran parte de nuestra atencion en la averiguacion de cosas inaveriguables é inútiles, [1174] nos aparta del estudio de la Religion, que debieramos hacer en los Libros Sagrados, en los Padres, en los Concilios gravando mas en el corazon que en la memoria sus maxîmas: nos hace pagarnos de vanas sutilezas y nos lleva á una ignorancia, de la qual es siempre un efecto la pobreza; aquella pobreza que no siendolo en el afecto, dista tanto de la que recomienda el Evangelio, como el cielo del Abismo. Ni es esto, continuaria Vm., reprobar la Escolastica, sino solo el que la hagamos nuestro unico estudio, que despreciemos todo lo demas, y que aun á lo que hay en ella util, prefiramos lo que lexos de serlo, tiene acaso mas de perjudicial. ¿Quàntos hay que se llaman Teologos, y pasan por consumados; los quales no conocen á los PP. de la Iglesia, sino por algunas pocas citas que han hallado en sus sumas: no han manejado jamas la Biblia, [1175] sino tal vez para componer algun sermon, y esto con el auxîlio de las concordancias; ni tienen la menor noticia de la Historia y de la Disciplina Eclesiàstica? ¿Y qué importa que sus estudios les ofrezcan algunas verdades importantes, si los privan del conocimiento de otras, que no lo son menos, y que pudieran adquirir con el de aquellas? ¿Qué importa que la ventilacion de sus sutiles qüestiones los ponga en estado de rebatir algunos errores, si por otra parte da ocasion al nacimiento de estos mismos errores?

Todo esto me diria Vm. y mucho mas, á que yo no podria responder, sino hablando mucho sin decir nada: que es el unico modo en que (como Vm. dixo no se en que Discurso) podemos ser concluidos nosotros los sabios. Mas yo conseguiria siempre mi fin de hacerle á Vm. odioso á la nacion, y [1176] quando menos sospechoso en la fé para la mayor parte de los que me leyesen ¡Ahi que es nada pues, lo queVm. me debé! ¡Lo que cedo de mi derecho! Aunque á la verdad ¿por qué no habia de ceder? Todas esas cosas nada conducen para nuestro asunto. ¿Para qué andar por rodeos? ¿Por qué no ir al fin derechamente? Tratase de saber si nuestra España ha hecho ó no tantos adelantamientos en las ciencias y artes como las demas naciones principales de Europa. ¿Pues hay mas que formar un cotejo de Escritores y Escritores, de producciones y producciones? Todo lo que no sea hacer esto, es, me parece á mí, hablar al ayre.

Livello 5► He aqui pues lo que yo emprendo para convencer á Vm. de su error. Voy á trabajar y presentaré á Vm. una Tabla, en la qual por lo perteneciente á las artes pondré en una columna las màquinas é instrumentos [1177] que hemos inventado, las fabricas que tenemos, las manufacturas que enviamos á los extrangeros, y en otra las invenciones que se deben á alguna de las naciones de mas nombre en Europa, como por exemplo, la Francia, sus fabricas, y las manufacturas que trafica. Casi lo mismo haré por lo que toca á las Ciencias. Pondré a un lado los Escritores de la nacion extrangera, y sus mejores obras; y del otro los nuestros, con las suyas. Y no tema Vm. que me acuerde solamente de los que han desbarrado en materias de Religion, como los Boyles, los Lockes, los Leibnitzios, los Grocios y los Pufendorffios, para hacer con este ardid ociosos á todos los extrangeros en globo. He dicho ya que toda supercheria estaria lexos de mí. Pero no por eso haré mencion de todos los Escritores de ambas naciones. Esto seria formar sus Bibliotecas. Basta que ponga á [1178] la vista los de primer orden. Mas es: excluiré á todos los que no son posteriores al reynado de Felipe II, y por consiguiente á los SS. PP. Españoles, à nuestros Concilios nacionales, á nuestros Teologos y Canonistas, que se hicieron respetar en el Concilio de Trento, y á nuestros Criticos, Humanistas &c. que elogian y veneran los doctos y juiciosos extranjeros. Y esto, porque el ponerlos lo contemplo inutil y aun perjudicial á mi intento. Ynutil, por que Vm. confiesa ya que hasta aquel Reynado nos mantuvimos al nivel de las demas naciones, y es, ocioso probar à un hombre lo que él por sí mismo reconoce. Perjudicial, porque me hace fuerza la reflexîon de Vm. que quanto mas hubiesen florecido entre nosotros las ciencias, tanto mas ignominiosa nos seria su decadencia. No obstante tendrà Vm. à bien que en caso de necesidad acuda à aquellos tiem-[1179]pos,y aun a los anteriores. Por exemplo, en la Chymica tendré que subir hasta el siglo XIII à buscar a Raymundo Lulio para oponerlo: lo Bourdelines, Lemerys, Petits, Condamines, Grosses, Grosets, Seigrees, Geoffnois &c.

Tal es el medio que he imaginado para poner á Vm. en razon y apaciguar su cólera contra nuestros Apologistas. ¡Qué dirà Vm. quando vea en la clase de los Autores Eclesiásticos colocados en frente de un Calmet, de un Duhamel, de un Bossuet, de un Gonet, (porque Vm. me habrà de permitir tambien que incluya los Escolásticos), de un Tournel, de un Frassen, de un Sirmondo, de un Saliano, de un Thiers, de un Serry, de un Natal-Alexandro, de un Gravesson, de un Petavio, de un Tomassino, de uno y otro Lami, de un Harduino, de un Huet, de un Daniel, de un Collet, de un [1180] Morin, de un Petit-Didier, de un Bonet, de un Rayé, de un Arnaldo, de un Nicole, de un Duquet, de un Pouget, de un Veron, de un Mabillon, de un Coustant, de un Ceillier, de un Martenne, de un Rancé, de un Naín, de un Fleuri, de un Racine, de un Mallet, de un Bergier &c. (que de estos me acuerdo ahora por el pronto), á un Suarez, á un Molina, á un Santo Thoma, á un Godoi, á un Villarroel, á un Montalvan, á un Aliaga, á un Manso, á un Ferrer, á un Tirso-Gonzalez, á un Caramuel, á un Bañez, á un Palanco, á un Curiel, à un Albarez, à un Vasquez, à un Henao, à un Lardito, à un Cabrera, à un Ruiz, à un Macedo (porque los Portugueses tambien son nuestros) à unos Salmaticenses, à un Pineda, à un Aguirre, à un Florez, à un Babid, Autor de la Historia Pontifical, ó, como la llama el Prin-[1181]cipe de nuestros Poetas Liricos

Poema sino á numeros atado

De la disposicion antes limado,

Y de la erudiccion despues lamido.

à un Cevallos &c.? ¿Qué dirà Vm. quando vea hombreando en la clase de los Filosofos con un Descartes, con un Gassendo, con un Malebranche, con un Maignan, con un Saguens, un Regis, un Crousaz, un Condillac, un Pará, un Fenelon, un Moliere, un Maziere, un Lor, un Castel, un Petit, un Maupertuis, un Vallemont, un Reaumur, un Rohault, un Regnault, uno y otro Duhamel, un Nollet &c. à un Suarez à un Froilan, à un Losada, á un Gonzalez, à un Pelanco, à un Lasseca, à un Alvarez, à unos Salmaticenses, à unos Conimbricenses, à un Colegio Tomistico, à un Irribarren, à un Aguilera, à un Apodaca, à [1182] un Santo Thoma, à un Berni, à un Tosca, à un Naxera, à un Navarro, à un Rivera &c.? ¿Qué dirà Vm. en fin quando vea (para omitir las otras clases) parangonados con los Casinis, los Hires, los Lacailles, los Camús, los Pagán, los Pichard, los Godin, los Louvilles, los Tournemines: à los Torres, los Serranos, los Arias, los Casas, los Ortizes: y con los Hôpital, Montmort, Pascal, Maupertius, Sauveur, Saurin, Soeur, Jacquier, Dalambert: à los Garcias, Capmanis, Toscas, Medranos, Cardosos, Ribas, Carduchis, y sobre todo a un Caramuel, que en quatro tomos dice quanto Leibnitz, y los decantados modernos expresan como nuevo? ¿Por qué no le he de hablar à Vm. de un Don Jorge Juan &c. &c. ? No tomo tan á la letra aquello de que Vm. ha leido poco; y estos nombres creo que le sean familiares. Por [1183] algo ha de haber dicho Vm. que tenemos uno y otro en muchas lineas. ◀Livello 5 ◀Livello 4

Tiemble Vm. pues Señor Censor, sino es tan filosofo como dicen, y de qualquier modo vaya Vm. preparando su retractacion mientras yo voy a formar à toda priesa mi Tabla. Queda de Vm. &c.” ◀Lettera/Lettera al direttore ◀Livello 3 ◀Livello 2 ◀Livello 1