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Citazione bibliografica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso CXIX", in: El Censor, Vol.6\119 (1786), pp. 965-980, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.523 [consultato il: ].


[965] Livello 1►

Discurso CXIX

Citazione/Motto►  . . . . . Id arbitror
Adprimè in vita esse utile, ut ne quid nimis
.

Ter. Andr. Act. I. Sc. I.

Nada mas util hay en esta vida
Que evitar el exceso en cualquier cosa. ◀Citazione/Motto

Livello 2► Metatestualità► Sé que mis lectores aguardan con impaciencia que yo les diga alguna cosa sobre la Carta que ha publicado contra mi Discurso CXIII. el Señor Redondo. Pero fuera de que no hay la mayor necesidad de ello; me ha sido imposible en esta semana tomar la pluma, y ademas he tenido que buscar nueva Imprenta; por lo que [966] se contentarán con la siguiente Carta que há ya tiempo tenia recibida. ◀Metatestualità

Livello 3► Lettera/Lettera al direttore► “Muy señor mio: segun su oficio debe Vm. velar no tan solamente sobre los vicios propiamente dichos, mas aun tambien sobre todo lo que tiene algo de ridiculo impertinente y molesto y hace menos suave el trato de las gentes. Asi lo ha executado Vm. hasta aqui, observando en este ultimo género muchas cosas, que ha censurado con un zelo muy digno por cierto del agradecimiento público. Pero por lo mismo me admiro mas de que se hayan escapado á su satira ciertas gentes, cuya compañia se hace intolerable, y á cuya costa me tenia hace ya mucho tiempo prometido un buen rato. Hablo de los Tabacosos. ¿Si será acaso que tambien Vm. es del gremio, y que este es el motivo de respetarlos? Lo cierto es, que para muchos el nombre de Censor lleva consigo la [967] idea de una gran bata, y de una libra de tabaco esparcida en ella: y sugetos conozco yo, en cuya estimacion baxaria Vm. muchas varas en la hora en que se desimpresionasen de este concepto. Mas yo pienso de otra manera: y de qualquiera suerte espero no haya Vm. por enojo el que le represente en esta Carta los desordenes que ocasiona esta señora planta de la America.

Livello 4► No se le pase á Vm. por las mientes que voy á proponer el problema de si el tabaco es util, ó necesario, ó uno y otro, ó nada de esto; menos, que le pregunto ¿si el de hoja es preferible al de polvo? ¿si es mas sano, menos asqueroso? ¿si el havano es mejor que el negro? ¿el groso, rape, ó son, que el colorado, y cucarachero &c.? A la verdad, yo podria lucirlo mucho con el exâmen de estas qüestiones, al qual podrian preceder por via de prenotables la historia del descubrimiento, admirable propaga-[968]cion, y buena acogida, que ha tenido esta planta en Europa: la enumeracion de las naciones en que su uso ha sido recibido: la investigacion del año en que fue introducida en cada una de ellas, y de las patrias y nombres de los introductores: la descripcion de su figura, y determinacion de la clase á que corresponde en cada sistema botánico: la relacion de sus propiedades; y otras mil noticias á este ayre de suma importancia. Con ellas formaria, ya se vé, una Disertacion Historico-Cronologico-Botanico-Medico-Critico-Económica que me daria sin duda alguna grandes creditos de Literato. Pero renuncio este lucimiento, y allá se las avengan los Tabacosos con su salud y con sus bolsillos. Mi asunto es solo que se corrijan de sus impertinencias, y que dexen de ser molestos á los demas. Si el tabaco les es util, no hay razon para que nos hagan pagar á los que [969] no le gastamos, las ventajas que de él sacan: si les es perjudicial, tan poco es justo que se venguen en nosotros del daño que les hace. ¿En que ley cabe que un hombre me haya de estar majando el alma sobre que tome un polvo de su caxa, obligandome á ello mal de mi grado unas veces por politica, otras por librarme de la pesadez con que exagera la excelencia de su tabaco: ya porque viendome tal vez afligido, dicen que es bueno para echar penas abaxo; ya porque pierdo al juego, y á mal dar &c. ahora porque descarga la cabeza; ahora porque aviva el discurso; y por otros mil ardides y trazas, de que se valen estos perturbadores de narices agenas? No señor: es menester que tome Vm. sobre esto providencias muy serias. Es menester que só las penas que juzgue convenientes y proporcionadas mande Vm. á los Tabacosos que por ninuguno de los modos referidos, ni [970] otros algunos, aunque parezcan los mas regulares, de aqui en adelante violenten, fuerzen, ostiguen, insten, ni induzcan á persona alguna á que tome tabaco, ni aun con la condicion de que al punto le tire, quando no admita la oferta que se le haga lisa y llanamente. A lo menos es preciso condenar á perdimiento de caxa, bolsa ó cañutero á los que de proposito y á sabiendas usen de semejante violencia. Otro sí prohiba Vm. baxo las mismas penas, que soplen el tabaco antes de sorberle, y que echen el humo hacia donde hubiese gente que no le gaste.

Y por quanto es insufrible su aliento, ni puede llevarse en paciencia su ronquido, y continúos resoplidos, particularmente quando comen, y sus bocas por lo regular hieden, sus dientes están podridos, y llenos de sarro y porqueria, dese facultad á todos para que puedan libremente y sin incurrir en la [971] menor nota de impolitica ó desacatamiento huir el rostro, apartarse á otro lado, no comer cosas que ellos hayan mordido, ni beber en el mismo vaso, ni usar del mismo plato y cubierto, y esto aunque sean padres ó hijos, ó los mas queridos y expresivos Cortejos: con declaracion expresa de que el hacerlo asi no se tenga por opuesto á las obligaciones de los tales Cortejos, ni por señal de ribieza, ni por motivo justo de pedirse zelos, de querellarse, de bailar con otro ó con otra, de no darse las manos al subir ó baxar una escalera, de no hablarse al oido ó de hacer qualquiera otra cosa que ceda en menoscabo de la harmonia y buena correspondencia que entre ellos debe haber. Tampoco se califique por desaire no comer ni aun tocar cosa, que un Tabacoso haya partido con sus manos, traido en sus faltriqueras, tocando con sus narices. Y si por casua-[972]lidad ó inadvertencia se lo entrare uno en la boca, pueda y deba escupirlo al instante como y quando le parezca, mas bien que ganarse un asco y las fatigas de las bascas y ansias de vomitar.

En orden á Maridos y Mugeres no seria acaso fuera de proposito el que se declarase por causa legitima de separacion, no á la verdad quoad thorum (porque esto perjudicaria mucho á la población) pero si quoad mensam, la qualidad de tabacoso sobrevenida al matrimonio, y aun tambien si fuese anterior pero ignorada de la otra parte. Mas como este es punto delicado no insisto en ello. En lo que sí insisto es en que Vm. requiera á los cocineros y cocineras, item mas á los barberos, para que dentro de un brebe termino que les señale, dexen este vicio con apercibimiento de que lo contrario haciendo serán despedidos no embargante su habilidad ni qua-[973]lesquiera pactos que hayan hecho y seguridades que hayan recibido al tiempo de su admision, y aun quando sus plazas sean juradas, por la sospecha y recelo de que se les caiga la cereza en los guisados, y tomen la cara sus tabaquientas manos. Y en atencion á que sin embargo de este requerimiento acaso algunos amos que ó por estar inficionados del mismo vicio, ó por una excesiva condescendencia mantengan a los contraventores en su servicio, será bien que Vm. prohiba á estos tales que conviden á nadie á comer ni á refrescar ni á cenar: ó á lo menos les imponga en caso de hacerlo la obligacion de advertir al convidado ó convidados, que tienen cocinero ó cocineras tabacosos: mandando que no puedan instarles ni por medio alguno obligarlos á que aceten el convite por mas que sean personas de autoridad, y caracter; y decla-[974]rando nula, de ningun valor y efecto toda aceptacion que se haya hecho sin este requisito.

Amen de esto pretendo haga Vm. saber á todos los Tabacosos en general, que en tiempo de frios tengan cuidado de sonarse de cinco á seis minutos lo mas tarde, para que sus feos mocos no asomen ó caigan en detrimento de los estomagos de los circunstantes: como igualmente que no den las manos, sin lavarse antes, á ninguna persona de qualquiera sexo, estado y condicion que sea, no siendo tabacosa como ellos; y que á nadie puedan obligar á ir por tabaco, picarle, andar con él, limpiar ropas que lo tengan, ú otras cosas semejantes, á no ser que conste ó se presuma con presuncion juris et de jure la voluntad del paciente. Deseo tambien que á los señores y señoras (que tambien las hay) que gastan tabaco de polvo, sino de hoja, ó que [975] usan de uno y otro, prevenga Vm. con su poquito de amenaza, que en el preciso termino de un quarto de hora hagan todos los preparativos y den fin á cada cigarro de qualquiera forma que este fuere; porque falta el sufrimiento al verlos chupa que chulpa, mas si el tabaco arde poco por humedo ó mal picado, y el fumador es novicio ó algo torpe.

Fuera de estas impertinencias, molestias y disgustos que acabo de pedir á Vm. proscriba severamente, le suplico haga burla, y, si á mano viene, tambien escarnio, de todos aquellos Tabacosos, que sea por ignorancia ó por pasion, creen imposible pasar un hombre, cuyos negocios piden mucho estudio y meditacion, sin tener la Caxa sobre la mesa; y de los que pretenden que sobre la comida sienta y aprovecha un cigarro ó un polvo lo mismo que un buen trago de vino de Xerez ó de Peralta. [976] No se descuide Vm. con los que traen quatro ó cinco Caxas á qual mas ricas, y los trastos de bolsas, y esqueros, y demas avios de mucho coste: y sienteme, por quien es, la mano á los que á lo de Tabacosos añaden lo de gorreros, pidiendo tabaco, y aun tomandole contra la voluntad de su legitimo dueño y señor, y despues del tabaco, navaja, papel, piedra, eslabon y yesca, de modo que no hay circunstante á veces á quien no incomoden, y que no tenga que contribuir con alguna cosa á la satisfaccion de su vicio, que de esta suerte mantienen á costa agena.

Acuerdese Vm. de pintar con los mas vivos colores, y con toda su natural monstruosidad, las caras untadas de tabaco, las narices de trompa hinchadas á fuerza de él, y coloradas como un tomate: y no se olvide de las ridiculas maneras de tomar un polvo, sorbiendole desconcertadamente, y con [977] extraordinario afan y ligereza, levantando las narices, entrando los dedos hasta lo interior de ellas, y estregandolas luego con una fuerza que dan compasion. Aunque sea en bosquexo denos idea del cuidadado y estudio que ponen muchos en abrir la Caxa, dar y tomar un polvo á la Francesa, á la Española &c. y del diverso ayre, diversos golpes, tiempos y movimientos que caracterizan á cada Escuela. Y háganos por Dios el favor de representarnos con la gracia que suele, una señorita de estas, que gangueando ya por lo atestado de sus narices, y con un viso de tabaco que enamora encima de la boca; se valen de su tabaquismo para las conquistas que meditan; y con aquellos meneos, aquellos dengues, aquel sonarse, y manejar el pañuelo á la moda, aquel llevar el polvo á la nariz con garvo y desembarazo, pretenden ayudar sus gracias y atractivos naturales. ¡Dios [978] mio! ¡Lo que me reiré yo con este retrato si Vm. le toma de empeño!

Pero, Señor mio, no tolere Vm. de modo alguno que estas, aunque por otra parte sean de un merito singular, ni otra persona alguna, tenga la recomendacion que tuviere, arrojen los gargajos donde los vean con asco y peligro de su salud: y mucho menos que los arrojen, como acontece con freqüencia, sobre los circunstantes, manchandoles con ellos las medias, y aun echandoles tal vez á perder un sombrero de castor, un rico vestido, ó cosa semejante. Hasta aqui pueden llegar las chanzas. No las gaste Vm. por Dios en este punto, y amenacelos con mucha seriedad, de que no habrá respeto en adelante ni política que impida reconvenirlos en semejantes casos judicialmente, y obligarlos á que paguen los daños que de esta suerte hubieren ocasionado. Con la [979] misma seriedad es menester que Vm. advierta á los señores Fumadores, que nadie les impide que quemen sus vueltas y las chorreras de sus camisolas cómo y quándo por bien tuvieren, ni que destruyan, si les da la gana, todas las mesas, bufetes y muebles de sus casas: pero que eso de venirse á picar tabaco en las agenas: eso de quemar las ricas sabanas de holanda que les echa un Amigo, en cuya casa están hospedados, poniendole en peligro de arder él y toda su familia solo por satisfacer el maldito vicio de fumar en cama, no se les consentirá en lo sucesivo, por manera alguna bien puedan ser las personas de mayor respeto. ◀Livello 4

Y por quanto la causa y raiz de todos estos desordenes es la preocupacion en que están muchos, y que procuran comunicar á los demas, de que un polvo da autoridad é infunde respeto: [980] de que un cigarro es prueba de guapo: de que serán tenidos por sabios y doctos, si tienen el pecho cubierto de tabaco: de que pasarán por ricos si los ven con su bata, su capillo, y su chicote en la boca, ó una descomunal pipa de marinero; convendrá que Vm. desimpresione la gente de estos errores, declarando que todo el tabaco que se fabrica en Sevilla, no es capáz de dar á alma viviente un adarme de sabiduría, ni de atribuirle respeto ni autoridad alguna; y que un hombre con todo el aparato de bata y pipa, ó con un cigarro en la boca muy á lo majo, puede muy bien ser un pobre miserable, y llevar ventajas á un gamo en la carrera si se ve en aprieto. Deme Vm. este gusto para reirme á carcaxada de tanta extravagancia: perdone el chasco, y mande á su apasionado &c.” ◀Lettera/Lettera al direttore ◀Livello 3 ◀Livello 2 ◀Livello 1