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Sugestão de citação: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso CXII", em: El Censor, Vol.6\112 (1786), S. 825-840, etidado em: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Os "Spectators" no contexto internacional. Edição Digital, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.517 [consultado em: ].


[825] Nível 1►

Discurso CXII

Citação/Divisa► Hic segetes, illic veniunt felicius uvae:
Arborei foetus alibi, atque injussa virescunt
Gramina. Nonne vides, croceos ut Tmolus odores,
India mitti. ebur, molles sua thura Sabaei?
At Chalybes nudi ferrum, virosaque Pontus
Castorea, Eliadum palmas Epirus equarum?
Continuo has leges aeternaque foedera certis
Imposuit natura locis . . . . .
 

Virg. Georg. Lib. I. v. 54.

Aqui se dán los trigos: mas las uvas
Alli se dán mejor; allá los frutos
Arboreos vienen, y la verde grama y
[826] De suyo acullá nace. ¿No ves como
Su oloroso azafrán Cilicia envia,
La India su marfil; el delicado
Sabeo sus inciensos? Los desnudos
Cantabros hierro; el Ponto el castoreo
De mil virtudes; yeguas el Epiro,
Yeguas de Elis, que á los demas les llevan
En la carrera Olímpica ventajas?
Leyes son estas, pactos son eternos
Que la Naturaleza ha establecido
Del mundo entre paises diferentes. ◀Citação/Divisa

Nível 2► Nível 3► Carta/Carta ao editor►Muy Señor mio: afirma Vm. en su Discurso LXX, que la mayor abundancia de oro y plata dará una verdadera superioridad de riquezas y de poder á qualquiera nacion respecto de todas aquellas con quienes tenga relacion alguna; pero con tal que haya sido adquirida; atrayendo por medio del trabajo y de la industria los metales esparcidos en los demás pueblos: no quando provenga de las minas. Prueba Vm. muy bien á mi parecer esto segundo; mas oiga Vm. mis reflexiones quanto á lo primero.

[827] Nível 4► Luego el comercio, que es el que da valor al trabajo y á la industria de una nacion atrayendo á ella el oro y plata de las demás, no puede enriquecer á aquella sin empobrecer á estas: no puede producir en aquella la abundancia sin causar en estas una proporcional escasez; no puede hacer á aquella mas poderosa sino en el mismo grado que hace á las otras mas débiles.Preciso es que lo confiese Vm. asi. Porque si el comercio hiciese igualemente ricas, abundantes, poderosas á todas las naciones comerciantes, á ninguna, como es claro, artibuiria una superioridad sobre las demás. En efecto ello es asi.

¿Mas de donde proviene que el comercio no haga igualmente felices á todas las naciones que comercian? ¿De donde que sea tan poco util, y quizá perjudicial á aquellas que no hacen otro que el que se 1lama pasivo? ¿Por ventura no es el comercio la fuente principal de la [828] abundancia de todo lo necesario y lo util? Sin duda que sí. Es constante que de la tierra, ó de las aguas no menos fecundas que ella, ha de salir todo quanto á los hombres es útil y necesario; pero ó nada producirian, ó lo que producirian no serviria de nada, si no fuese por su trabajo y por sus obras: y hé aqui las dos fuentes que han de producir todo lo necesario y lo util: el suelo é industria del hombre. Sin embargo la causa principal de la abundancia de estas cosas: la que por consiguiente hace que no solo se multipliquen los hombres en la misma razon que la abundancia crece, sino que aumenta sus comodidades y placeres, es sin genero alguno de duda el comercio.

No hay suelo alguno que produzca todas las diferentes especies de cosas que son ó del todo necesarias, ó en grande manera utiles á todos sus habitadores y al resto del linage humano. Haya no obstante si [829] asi se quiere algun tan dichoso clima baxo el qual produzca el suelo todas estas cosas; á lo menos no podrá negarse que no sea mucho mas apto para producir alguna o algunas de ellas que todas. Estas son unas verdades de vulto, como se suelen llamar,y que manifiesta generalmente la experiencia y la razon. Supuesto esto, vease aqui como el comercio aumenta la masa de las verdaderas riquezas, ó de lo necesario y util no solo respecto de todos los hombres, sí tambien respecto de los habitantes de cada uno de los pueblos que comercian. El hace emplear á cada nacion su terreno (y aun su industria y su trabajo) en hacerles producir aquello precisamente para cuya produccion son mas aptos: y de esta suerte aumenta en general la masa de lo necesario y util respecto de todos los hombres.

El extrayendo de cada pueblo el sobrante de sus producciones, que satisfecha su necesidad yá le es inutil, [830] lo lleva á otro pueblo donde no lo es; y recibiendo en cambio el sobrante de las suyas, lo transporta á aquel otro pueblo de donde sacó el primero, y donde este sobrante es necesario, ó al menos mas util que aquel del qual por obtenerlo se desposeyó. En una palabra, lo mismo que sucede entre particular y particular, sucede entre un pueblo y otro pueblo: y de esta suerte el comercio aumenta respecto de los habitantes de cada uno la masa de lo necesario y util.

Trabajando un pueblo en la produccion de un sobrante que de suyo le es inutil, pero para cuya produccion su suelo ó su industria ó su trabajo es el mas apto; consigue por el medio del comercio, que utiliza este sobrante, las demás cosas que le son necesarias y utiles, y que en otra parte no lo serian porque sobraban. Lo mismo tambien que sucede á cada particular respecto de los otros: el qual mediante los frutos que hace producir, á sus tierras ó [831] á su industria obtiene con los que á él le sobran de su consumo los que otro produce, y á él le hacen falta. Por manera que un pueblo consigue asi con menos trabajo y en mayor cantidad aquellas cosas utiles, que si no fuese por el comercio, ó careceria absolutamente de ellas, ó no las obtendria sino en cantidad menor, y á costa de mayor trabajo: y de esta suerte el comercio hace que cada pueblo no emplee su terreno ni su industria sino en la produccion de aquello que mas facilmente y en mayor cantidad son capaces de producir: pues esto efectivamente es lo que le tiene mas cuenta.

El comercio es pues una cosa de institucion natural. No habiendo la naturaleza querido que ningun hombre se bastase á sí mismo; ningun hombre puede vivir sin comerciar: ha menester trocar sus obras, ó sus riquezas, por las riquezas, ó por las obras de otro; y el comercio es indispensable de particular á particular.

[832] Tampoco ha hecho á ningun pueblo para sí mismo tan solamente: y el comercio de pueblo á pueblo es tanto mas necesario á su prosperidad quanto los pueblos son mas pequeños: yá sea que formen todos una misma nacion ó gente sujeta á un mismo Gobierno; yá que formen diversas naciones y diferentes Gobiernos.

Es tambien necesario en cierto grado aun entre las naciones mas extensas y mas distantes. Porque no hay clima alguno baxo el qual no se produzcan muchas cosas, ó absolutamente necesarias, ó en grande manera utiles para la salud, para la comodidad, para los razonables placeres, y aun para la vida de los habitantes de otros climas, baxo los quales ó no se pueden producir, ó muy dificilmente, y á gran costa se producirian. No habria quizá clima alguno destemplado para sus respectivos habitadores, quizá no habria esterelidad, no habria quizá ham-[833]bre en el mundo; si el comercio, libre de toda suerte de diques ó impedimentos que le pone la mala legislacion, corriese á la manera de un caudaloso y manso rio de la una á la otra extremidad de la tierra, y dividido en muchos ramos ó canales yá mayores, yá menores, no hubiese parte alguna á donde no llevase la fecundidad y la abundancia de lo mas necesario y lo mas util.

La naturaleza no ha querido que toda tierra produzca todas las cosas; sin duda porque ha querido unir á todos sus hijos con el vínculo de una mútua dependencia que ligue á cada uno con todos, aunque no con lazos igualmente fuertes: ha querido sin duda formar de todo el genero humano como una sola y grande familia; entre cuyos individuos, como hijos todos de una misma madre, por distantes que estuviesen entre sí los lugares que ocupasen, no dexase no obstante de haber algun trato, alguna comunicacion; y de concurrir cada hombre, [834] cada pueblo, cada nacion al bien de los demás hombres, pueblos y naciones. No podrian sin el comercio tener efecto las miras de esta madre igualmente benéfica para con todos sus hijos: el comercio es pues segun ellas; y siendo asi, es imposible que no sea igualmente ventajoso, y mucho menos que pueda ser perjudicial á alguno, si una causa preternatural y facticia no se opone á tan provechosas miras. ¿Mas qual es esta? vuelvo á preguntar á Vm.

Yo supongo que no puede ser el uso de la moneda de oro y plata en el comercio. Yo no veo otra diferencia entre trocar trigo v. g. por aceyte, ó trocarlo por dinero; sino que en este segundo caso trueco mi trigo ó por aceyte, ó por vino, ó por lana, &c. en una palabra, por alguna de aquellas cosas que despues me harán mas falta, y que me la representa el dinero que ahora tomo. Por el contrario, tanto mas facilita este el comercio, quanto [835] ahorra una multitud de traslaciones de mano en mano y de lugar en lugar de una misma mercancia, hasta llegar á donde debe parar, ó bien dentro ó bien fuera de un pueblo ó de una nacion. Sin salir del almahacen, bodega, ó granero; y además de esto sin los desfalcos que tendria de otra manera, puedo correr la mercaduria una infinidad de manos y de leguas representada por un corto volumen de plata ú oro, y á veces por un papel que representa inmediatamente estas especies.

La invencion pues de la moneda, asi como la aplicacion á su uso del oro y la plata: especies las mas raras, las que en menor volumen tienen mayor peso, las menos suceptibles de alteracion, las que ni el uso deteriora ni mejora, las que pueden dividirse en las partes que se quiera, en fin las mas dificiles de imitarse ó contrahacerse, y por lo tanto las mas aproposito para ser medida comun de toda suerte de [836] valores; esta invencion, digo, y este uso son sin duda cosas tambien de institucion natural, ó que no penden meramente del arbitrio de los hombres: ni puede dexar de ser segun las miras de la naturaleza, la qual no intenta sino el mayor bien de ellos, una invencion y un uso que tanto fomenta y facilita el comercio, principal fuente de donde mana en la mayor abundancia todo lo necesario y todo lo util á todos los hombres.

Por lo consiguiente no es posible que sea el oro y la plata esta causa preternatural y facticia, que hace que el comercio no sea igualmente ventajoso á todas las naciones que comercian. Ni á la verdad son estos metales ni su uso acreedores á las invectivas de tantos Filosofos y Poetas. La verdadera filosofia, Señor Censor, no consiste sino en observar los movimientos y el curso de la naturaleza; que siempre intenta y se dirige á lo mejor: ver los obstaculos que se le oponen y la [837] impiden el obrar; y por aqui venir en conocimiento de origen primitivo de lo bueno y de lo malo, y de sus verdaderas causas. El oro y la plata ni se come ni se viste, ni de otro ningun modo se goza, ni mediata ni inmediatamente. Se goza solo de las demás cosas necesarias y utiles que hacen la verdadera riqueza, y de las que estos metales son un mero signo, una pura representacion; del mismo modo que suele serlo de ellos un papel. La aptitud ó utilidad que se encuentra en estas especies, sin comparacion mayor que en otras qualesquiera para representar cómodamente todas las demás utilidades ó bienes, y para servir de medida la mas exacta de toda suerte de valores; es únicamente lo que hace al oro y la plata estimables: á la manera que lo que hace estimable al trigo por exemplo (el qual puede tambien representar, y representa en efecto, aunque no tan cómodamente, otras especies) es la aptitud o utilidad que [838] tiene para servir de alimento, y para otros fines. Asi ni el oro ni la plata pueden ser apetecidos por sí mismos; sino por lo que representan. Despojeseles de esta sola qualidad, y al punto dexará de existir aquella suerte de placer ó gusto que se tiene en poseer muebles fabricados de estas materias: pues pudiendo estarlo de otras mil mas facil, comoda y hermosamente, viene á reducirse este placer, ó este gusto al de la obstentacion ó vanidad de ser ricos.

¿Por qué pues se han de atribuir á su representacion, y no á las riquezas mismas los males de que acusan á estos metales los Poetas y Filosofos? ¿Acaso porque ellos facilitan la reunion de aquellas en pocas manos; reunion que es la que verdaderamente perjudica á todos, porque las riquezas son de suyo buenas? No por cierto. Antes bien todo lo contrario. El uso del dinero, como hemos dicho, facilita incomparablemente de suyo la traslacion [839] de las riquezas de una mano á otra: tan lexos está de reunirlas ó estancarlas en algunas pocas. Fuera de esto no es concebible como si el oro y la plata son nada sin la representacion de las riquezas; pueda ser distinta la causa que reune aquellas en pocas manos de la que reune estas.

En extirpar pues esta causa, que no reune en pocas manos el oro y plata, sino porque reune las riquezas, deberia emplearse toda la filosofia, y toda la fuerza de las artes de la persuasion. Ella es efectivamente la causa preternatural y facticia que impide al comercio, absolutamente indispensable para la prosperidad de un Estado, el que sea igualmente ventajoso á todos los pueblos comerciantes. Ella la que empobrece y debilita á la nacion, que por el comercio que hoy se hace no se atrae á sí el oro y plata de las demás. Ella la que obliga á la nacion que queda privada de estas especies, á extraherlas de la mina á costa de los gravisimos males que [840] Vm. pondera en su citado Discurso. Ella la que trastornando totalmente el orden de la naturaleza, es causa de la flaqueza absoluta de todos los pueblos de nuestra Europa; pues que su poder y su prosperidad son meramente comparativos. Ella en fin la que subsistiendo inutilizará todos nuestros esfuerzos y conatos por ponernos al nivel de las demás naciones Européas; quando si cesase podria quizá hacernos superiores á todas. ◀Nível 4

Yo se lo manifestaré á Vm. asi en otra ú otras cartas, sin hacer mas que explicar o desenvolver las mismas razones de que Vm. se ha valido en su Discurso. Lo qual mediante aparecerá á las claras nuestro error y nuestra alucinacion, y se verá que todo lo que no es dar el golpe en esta raiz unica de nuestros males, es intentar un imposible. Nuestro Señor, &c.”

N. Philopatro. ◀Carta/Carta ao editor ◀Nível 3 ◀Nível 2 ◀Nível 1