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Citazione bibliografica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso CVI", in: El Censor, Vol.5\106 (1786), pp. 701-714, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.512 [consultato il: ].


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Discurso CVI

Citazione/Motto►  . . . . . Rudis indigestaque moles,
Nec quicquam nisi pondus iners, conges taque codem
Non bene junctarum discordia semina rerum.

Ovid. Metamor. Lib. I. v. 7.

Inculta y mal compuesta pesadumbre,
No era otra cosa, sino un floxo peso
Recogidas en él las discordantes
Simientes de las cosas no bien juntas.

Dr. Ant. Perez Sigler. Burg. 1609. ◀Citazione/Motto

Livello 2► Metatestualità► He aqui otra Carta de Cosmosia, escrita, segun se refiere en otra de las Gazetas que me fueron remitidas de [702] Cadiz, por el mismo Monsieur Ennous al propio Mr. Seauton. No sé que autoridad tendrá entre mis Lectores aquel Filósofo, ni el Gazetero que trataba de publicar sus Cartas. Pero lo que me parece es, que ésta contiene cosas tan maravillosas y extraordinarias, que sin duda ninguna se les harán increibles. Yo por lo menos, aunque veo ahora entre nosotros alguna cosa semejante á lo que dice Mr. Ennous pasa en Cosmosia, puedo asegurar que no he leido cosa que se le parezca en toda la Historia antigua de nuestro mundo asi general como particular. Como quiera que sea no creo dexará de divertir á mis Lectores; pues éste es un efecto necesario de todo lo que es raro y maravilloso, mayormente dandoles ocasion á exercitar su ingenio en la averiguacion de qué podrá ser la qualidad de que dice el Autor de la Carta, gozan algunos de los habitantes los Pueblos de aquella region de Cos-[703]mosia donde al presente se halla. En fin, quando esto no sea asi, podrán á lo menos consolarse sobre su suerte y dar muchas gracias á Dios de que los ha hecho nacer en un país donde seguramente el desorden y desarreglo no es tan grande como el que pinta aqui Mr. Ennous. ◀Metatestualità

Livello 3► Lettera/Lettera al direttore► “En una de mis antecedentes Cartas me acuerdo, Amigo querido, que os comparé la Cosmosia moral á un châos. Pero me faltó decir, que no es éste un châos semejante al que describen nuestros Poetas el qual contenia en sí las discordantes semillas de las cosas no bien juntas ó convigadas; pero que vinieron en fin á convinarse y formarse poco á poco. No es un châos imperfecto aun, inordinado aun, informe aun: es un chaos donde está todo positivamente desordenado y disforme. Turbada por el error, efecto de la mentira y el engaño, la sábia economía de la Na-[704]turaleza que lo habia de ordenar todo, han venido á formarse mil monstruosidades morales, mil chîmeras contradictorias, mil absurdos inteligibles por sí mismos.

Un vano y frívolo comercio de palabras ó de viles intereses, es aqui lo que en nuestro mundo se llama amistad. Una indiferencia suma por la verdad y la justicia es lo que aqui se llama prudencia. La fortaleza, el valor, son aqui virtudes desconocidas. Obras piadosas llaman estas gentes las que contra ninguna virtud suelen pecar tanto como contra la virtud de la piedad. La sabiduria, la ciencia, no son otra cosa que el arte práctico y especulativo de poner en duda y enervar asi las verdades mas necesarias y evidentes, si se exceptuan aquellas en que ningun interés tienen las pasiones de los hombres. A todos los rige la opinion: viven segun la opinion: piensan segun la opinion; y la opinion sola es la que [705] los denomina prudentes ó sabios, y cientificos. Casi todos los vicios tienen el nombre cada uno de la virtud que justamente le es opuesta. Entre las virtudes, las mayores de todas ellas, el amor á los hombres, el de la patria, el zelo de la verdad y la justicia son los mayores delitos que se conocen en Cosmosia. Pero entre todos los vicios, el que hace mayores estragos, el que abre la puerta á todos los delitos, el que contribuye mas inmediatamente al desorden, es una enorme, horrible y escandalosa, quanto palpable y manifiesta injusticia, que muy lexos de ser ni aun sospechada de tal, es al contrario tenida por la suprema justicia. A ninguno, Amigo mio, á ninguno se le dá aqui lo que le es debido: á todos se les priva de lo que es suyo. Hasta al mismo Dios, si por ventura es creida sériamente de estas gentes su exîstencia, no parece serlo para otra cosa que, no digo, pa-[706]ra negarle la gloria que le es debida sino aun para atribuirle mil falsedades, y hacerle Autor de toda suerte de injusticias.

Quanto á las que cometen los unos hombres contra los otros, podreis juzgar de lo que pasa en el resto de la Cosmosia, por lo que sucede en esta parte de ella, cuyos pueblos se creen los mas virtuosos é ilustrados.1 Para no hablar [707] de robos, homicidios, ni otras injusticias de esta clase, que quizá son efectos necesarios de otras mas generales y desconocidas; veriais que aqui los talentos, y las grandes qualidades del espiritu y del corazon, quando no son perjudiciales á sus poseedores, les son por lo menos infructuosas. Veriais que el ingenio, la industria, la aplicacion, el trabajo, y toda qualidad cuyo uso es beneficioso á los otros hombres, eran aqui inutiles ó casi inutiles. Veriais que la honra y la riqueza, premios naturales de estas qualidades, y que sin que las leyes las dirigiesen corre-[708]rian á fomentarlas y darlas vida y aumento en qualquier parte donde las hallasen, torcido su natural curso, no corren sino por canales que les ha abierto el error, á estancarse en un corto número de hombres poseedores por lo comun de una cierta qualidad, ó absolutamente inutil ó indiferente á los otros.

Es esta qualidad, ó no sé como la llame, una de las monstruosidades mayores que se han formado, y de la que me será por tanto imposible haceros formar alguna idéa. No es robustéz, no es agilidad, no es hermosura, ni otra perfeccion ni imperfeccion corporal. No es talento, no es juicio, no es discrecion ni otra qualidad buena ni mala del alma. No es vicio, ni es virtud. Ni ésta la dá, ni aquel la quita aunque parece ser de naturaleza moral. Se reduce presto á nada sin la riqueza, y crece al paso que ella crece; pero no es la riqueza misma. Por el contrario, no [709] solamente las riquezas no se la dan á su poseedor, sino que ni ellas, ni el poder, ni la autoridad, ni el merito, ni la virtud, ni la comun y general estimacion, ni todo esto junto es capáz de darsela al que no la tiene.

A juzgar por sus efectos se creeria una qualidad política: mas es cierto que no depende de las leyes: los Principes mismos que podrian colmar á un Vasallo de riquezas, puestos y honores; que podrian concederle todos sus efectos civiles; no podrian aunque se empeñasen en ello con todo su poder concedersela ella misma. Es su origen un misterio inaveriguable: no es posible saber quando comienza á exîstir; y en queriendo tocar á este momento desaparece del todo. Atribuyese comunmente á las grandes acciones ó á las virtudes de algun heroe: y estas grandes acciones, y estas virtudes no se la dan á él mismo sino tan solo á sus descendientes. De estos, la dan en tan corto [710] grado de intensión ó cantidad á sus hijos, que apenas es perceptible en ellos: algo mayor la conceden á sus nietos: mayor aun á los viznietos; y asi sucesivamente. De suerte que de una manera incomprehensible vá creciendo á proporcion que se aparta de su causa: á proporcion que en el que la goza se ha derivado una menor porcion de la sangre de este heroe; á proporcion en fin que la descendencia de él se vá haciendo mas incierta é improbable. Cosa estraña! no poder un hombre adquirirla para sí, y poder adquirirla para otros. Viene á ser como una qualidad innata ó que no se adquiere sino naciendo: y sin embargo el mayor número sin comparacion de los Cosmosianos, en estos pueblos donde unicamente se conoce, nacen sin ella. Aun el primero que la tubo fue sin duda preciso naciese de alguno que no la tenia.

A pesar de todo esto dá un valor imponderable aun á aquellas mismas [711] cosas que la dan á ella valor, ó sin las quales no es posible que subsista. Sin ella hasta las mismas riquezas son insipidas. Las honras, las distinciones son nada ó casi nada sin ella. Asi, los primeros conatos de un rico ó del que ocupa un puesto honroso son, no adquirirla de nuevo, pues esto es cosa imposible, sino hacer ver que ya la habia adquirido: que habia nacido con ella.

Las virtudes mas pequeñas, por mejor decir, la mera carencia de los vicios, ó mas bien, el puro no hacer á los demás todo el mal que puede hacerseles, ensalzan al que la tiene á las estrellas qual si fuesen las mas excelsas virtudes. Y reciprocamente sus vicios mas execrables, sus mayores delitos ni le envilecen, ni aun le degradan. No hay profesion, cargo, ocupacion ú oficio que con ella sea vil: y sin ella no hay alguno por util y necesario que sea, que sea estimable. Hasta los mismos vicios los [712] ennoblece: y el luxo y la ociosidad que casi los comprehenden á todos no solo no son vituperables con ella, sino que para que se conserve la son necesarios en cierto grado. Ella en fin tiene lugar de todo á su poseedor: posee en ella y con ella quanto hay que poseer sobre la Cosmosia. Para él son todas las ventajas de la Sociedad, y la exencion de todas las cargas.Todas las desventajas y las cargas mas pesadas son para el que no la goza. Y si por ventura hay un camino de conseguir premios y honores abierto á todos, empieza en él aquel su carrera aun mucho mas adelante de donde éste la ha acabado. En una palabra, la qualidad de hombre, la qualidad de ciudadano no pesa absolutamente nada en la balanza de la pública estimacion: y si se pusiesen en el un brazo todos los bienes de alma, cuerpo, y de fortuna; y en el otro ella sola, aun desfalcada con todos los vicios imaginables, es evi-[713]dentísimo que no dexaria de tirar esta balanza hacia su lado. Pone en fin, entre hombre y hombre, entre Ciudadano y Ciudadano, una diferencia mayor sin duda que la que se conocia en las naciones antiguas de nuestro mundo entre el libre y el esclavo.

Pero la lastima es que esta immensa distancia del uno al otro no nace de que la naturaleza haya elevado á los poseedores de esta admirable qualidad sobre el nivél, baxo el qual coloca á todos ó casi todos los hombres; si no de que los que no la gozan se hallan oprimidos, abatidos, y puestos infinitos grados por debaxo de este nivél.

Yo os pondré de manifiesto las causas de esta enorme desigualdad en otra Carta, porque temo que la indignacion que empieza ya á poseerme, no me haga desfigurar las cosas de manera que se os hagan increibles. Procuraré cobrar la tranquilidad de ánimo necesaria para no de-[714]ciros cosa que discrepe en un apice de la verdad. Interin &c.” ◀Lettera/Lettera al direttore ◀Livello 3 ◀Livello 2 ◀Livello 1

1“Esta parte es la mas pequeña de las quatro en que los Geografos Cosmosianos dividen á la Cosmosia segun testifica Mr. Ennous en otras Cartas, cuyos originales tengo en mi poder. Dice asimismo que se halla situada al Norte de un Lago muy grande, el qual se extiende de Oriente á Poniente, y tiene una estrecha comunicacion con el Oceano Atlantico. Este mismo mar la limita por el lado ocidental. Hácia el Norte no son bien conocidos sus límites; y por el Oriente la divide de la otra parte contigua un Rio muy caudaloso. Sus habitantes son los mas cultos de toda la Cosmosia. Entre ellos florecen muchas Artes y muchas Cien-[707]cias. Aunque Mr. Ennous parece hacer poco caso de unas y otras. Y efectivamente se colige de lo que dice en sus Cartas, están muy lexos de llagar en ella á la perfeccion á que las han llevado las Naciones, por lo menos las antiguas, de nuestro mundo. Por lo que mira á sus costumbres son segun las mismas noticias poco menos relaxadas y perversas que las del resto de los Pueblos Cosmosianos.”