El Censor: Discurso CIII
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Nível 1
Discurso CIII
Citação/Lema
. . . . . Per multas aditum sibi seape figuras
Repperit . . . . .El vá á su fin por medio de las muchas
Repperit . . . . .
Ovid. Metam. L. XIV.
El vá á su fin por medio de las muchas
Formas de que á menudo se reviste.
Nível 2
Metatextualidade
Este papel será á manera de una Folla, que se compondrá de algunas Cartas, que se me escribieron con diversos asuntos totalmente inconexos entre sí, y que copiaré sin preambulo, comentario, ni respuesta alguna. Mi genio, como ya creo haberlo insinuado, no me lleva á estas mezcolanzas. ¿Pero cómo ha de ser? no siempre ha de hacer uno su gusto: y además mi Padre, que le tenia ciertamente exquisito, y á quien quisiera yo imitar en todo y por todo, gustaba mucho de ellas. Por lo demás, la primera de estas Cartas ha sido entregada en una de mis Librerias; pero no creo no obstante que sea escrita en Madrid. La civilidad que se admira en todos los habitadores de esta Villa, no permite que las Damas conozcan aqui el vicio de que se quexa la honesta Eulogia. Las otras las recibí por el Correo, y pueden haber sido escritas en qualquiera parte.
Nível 3
Carta/Carta ao editor
Señor Censor;
“Muy Señor mio: algunos hombres deben de estar en la persuasion de que la modestia no es una virtud en una muger casada, segun el poco reparo con que hablan en su presencia, y la burla que hacen de qualquiera que dé á entender el disgusto con que oye sus expresiones y cuentos obscenos.
¿No nos hará Vm. el favor de poner una buena mano á este Caballero y á todos los que le imitan? Por quien Vm. es que les pinte bien toda la fealdad y grosería de semejante conducta, y les haga entender que en ningun Cathecismo se cuenta entre los efectos del Sacramento del Matrimonio la pérdida del pudor; y que las que lo hemos recibido, no somos por consiguiente menos acreedoras, que las demás personas de nuestro sexo á que se respeten nuestras orejas, y á que no se ofenda delante de nosotras la decencia. Y por quanto suele ser éste el vicio de los que pretenden pasar por decidores, y hombres entretenidos, no dexe Vm. de advertirles, que una conversacion puede ser festiva é ingeniosa sin ser por eso indecente: y que esta especie de sales, muy lejos de probar agudeza en quien las usa, son al contrario el recurso de aquellos á quienes falta ó el talento, ó la instruccion necesaria para entretener agradablemente á un corro de gentes. Cuente Vm., si asi lo hiciere, con el reconocimiento de mi amiga, y con el de ésta su servidora que B. á Vm. L. M.”
Eulogia C. y P.
Nível 4
Retrato alheio
Tengo una amiga, cuyo marido, que es por otra parte un hombre muy estimable y de muy bello trato, no sabré decir quanto nos mortifica por este termino á ella y á mí. Apenas habla palabra delante de nosotras, que no tenga alguna alusion colorada: apenas decimos cosa, por inocente que sea, á la qual no halle algun sentido picarezco. A veces nos quedamos mirando la una á la otra, viendole soltar la carcajada sin saber porque, y luego nos dice, como admirandose de que lo ignoremos, que tal expresion, de que hemos usado, tiene una significacion que las mas de las veces no alcanzamos por donde le quadre. No se ausenta mi marido, no se restituye, no me quedo algun dia en la cama sin que esto le dé ocasion para mil dichos, que llama él alegres, pero que no son sino groseros y lascivos. Aqui traigo á la Mariquita, entró ayer diciendo á voces; pongamela Vm. de buen humor porque acabo de hacerla una trabesurilla, y si Vm. no lo remedia me temo que hemos de estar esta noche de Aguilas Imperiales. Le hemos manifestado varias veces quán impropias nos parecen de un hombre bien educado, y quanto nos ofenden éstas y otras expresiones; pero no hemos conseguido sino empeñarle mas y mas en sacarnos los colores á la cara. Vaya vaya, suele decir en semejantes casos: será preciso enterrarla á Vm. con palma: apostaré yo algo á que Benitico ha sido concebido por obra y gracia. Pues tú! seguramente no estabas á noche tan modesta. Este es, Señor Censor, su modo de hablar quando usa de alguna circunspeccion: porque ¿cómo podria yo repetir otros dichos que tiene muy freqüentemente?
Nível 3
Carta/Carta ao editor
Señor Censor;
“Muy Señor mio:
Este pasage ne hizo reflexîonar sobre la satisfaccion que hallan muchos en publicar ciertos defectos que padecen, y á veces en persuadir que están sujetos á algunos de que realmente están exêntos. Esta aparente humildad no es en el fondo sino una vanidad refinadísima: y asi se observa que las imperfecciones, que de esta suerte suelen confesarse, son aquellas que se ven por lo comun acompañadas de alguna qualidad excelente. Verá Vm. ponderar la flaqueza de su memoria á un hombre, á quien poco antes habrá oído referir las mas pequeñas particularidades de su niñez, y esto no con otro fin, que para dar á entender que está dotado de un juicio recto, y de un entendimiento perspicáz: lamentarse á otro de sus freqüentes distracciones, y hacer una larga relacion de las groserías y torpezas en que le han hecho incurrir, solo para que le tengan por hombre propenso á recogerse en sí mismo, y de una profunda meditacion. Es muy comun quexarse de su ningun discernimiento en la Poesía, en la Pintura, en la Música; de su poca disposicion para el bayle, de su ineptitud para el juego, en aquellos que aspiran á que los tengan por propios para las ocupaciones sérias, y para estudios que juzgan mas graves é importantes. Esta manía en fin, llega en algunos á tal punto, que no contentos con ocultar prendas y habilidades muy recomendables, de que se avergüenzan, y con aparentar defectos de que la naturaleza los ha exîmido, hacen estudio en perder efectivamente aquellas, y adquirir estos. Yo se de sugeto que, siendo naturalmente aseado, anda no obstante hecho un asco, solo porque se le puso en la cabeza que asi se conciliaria la opinion de Sabio.
¿Y qué materia mas propia para exercitar la censura de Vm. Señor Censor? ¿Puede llegar á mas la extravagancia que á avergonzarse un hombre de lo que es digno de alabanza, hacer vanidad de lo que debia avergonzarle, y ensalzar su merito por lo que realmente le disminuye? Añada Vm. pues, á los que nos ha presentado en el curso de su obra este caracter que delata á su Tribunal el mas seguro servidor de Vm. á quien B. L. M.”
Eugenio R.
Nível 4
Narração geral
tengo la honra de ser individuo de un cuerpo, en una de cuyas juntas se trató dias pasados de cierta operacion que requeria algun calculo. Dixe que podia encargarse á un compañero, hombre de letras, y que por ningun modo podia yo pensar se ofendiese de esto. Mis padres, respondio él al instante con un aire de resentimiento, no me han enseñado á contar. Confiesole á Vm. que aunque nada me es mas odioso, que esto de echar sangre por la boca, no puede contenerme al oir esta respuesta, cuyo espiritu comprehendimos al momento todos. Pues yo, le repliqué, cuento entre los grandes favores que he debido á los mios, el especial cuidado que han puesto para que no careciese de esta habilidad; y no cesaré de llorar jamás mi desaplicacion que hizo inutiles sus conatos. Y esto, Señor Don F . . . . . que hace siglos era yá muy antigua en mi Casa la nobleza, y que me han dexado á Dios gracias algo mas que lo necesario, para pasarlo con decencia. Aunque de muy buena familia le faltaba mucho á él para poder decir otro tanto.
Nível 3
Carta/Carta ao editor
Señor Censor;
“Muy Señor mio: ya que no he podido averiguar quien es Don Hilario Paxaro, si en donde mora, me valgo de Vm. para advertir á este Caballero que no se olvide en su Psalterio de nuestros Gozos. En la librería de una tia mia, á quien he heredado estos dias, se halla una preciosa coleccion de Novenas compuesta de 645 volúmenes, y en ellas he leido piezas excelentísimas, y que pueden competir á los mejores de nuestros Villancicos. Si quiere comprarmelas, como no lo dudo, no reñiremos sobre el precio. Queda á la disposicion de Vm.”
Su seguro servividor, &c.
P. S y O.
P. D.
“Tengo tambien las Silvas Sagradas de Lope de Vega, que podrán hacer muy al caso al Señor Don Hilario si acaso no las tiene.”
Nível 3
Carta/Carta ao editor
“De verdad. Señor Censor no creyera que Vm. fuese tan pobre hombre, ni que supiese tan poco de mundo. ¿Es posible que habiendo ya mas de qnatro años que está Vm. escribiendo en un tono, que no tiene exemplo entre nosotros, y llevando ya publicados un centenar de papeles en los quales no ha dexado hueso sano á ninguna clase de gentes, no estén llenos esos Diarios, esas Effemerides, esos Papeles públicos de su nombre de Vm. y de articulos en que se le pinte como al primero de nuestros sabios, azote de la supersticion, y Apositol del buen gusto y de la Filosofía en España? Es verdad que en algun otro se ha hecho mencion honorifica de su Obra; pero ha sido tan de paso que apenas puede esto tomarse en qüenta, y que no ha impedido que se dixese de ella que solo era conocida en Madrid. ¿Cómo, pues, se ha descuidado Vm. de un modo tan extraño? ¿Costariale tanto componer un articulo en que dixese de sus Discursos, que eran la cosa mas excelente y admirable que se puede decir ni pensar, y traducido al Francés, remitirlo á París, á Bouillon, Leiden, &c. &c. para que se imprimiese al pie de la letra? ¿Mas sí lo tendrá Vm. á caso de menos valer? Sería por cierto buena delicadeza. ¿Por ventura no lo han hecho y hacen asi en Madrid muchos Escritores muy honrados, y que nacieron con muchas obligaciones? Si no fuese cosa tan sabida, yo le citaria algunos hombrones que se han hecho de este modo con una reputacion que le ha de costar barro el conseguir si no se vale.Vm. del mismo medio. ¿Por qué vamos claros, pretende Vm. hacer se celebre por sola la excelencia de su Qbra? Alabo la satisfaccion. Pero bien puede ser ella la mas bien escrita de nuestro siglo; de la naturaleza que es, y ofendiendo á tantos como ofende, yo le digo á Vm. y pondré sobre ello quanto quiera, que ha de haber padecido su cuerpo algunas transformaciones, quando empiece á ser generalmente estimada, sino se resuelve Vm. desde luego á hacerse tributario de los Señores Diaristas. Y pese á su alma: si el que compuso el articulo de Madrid del Correo de Europa de siete de Febrero, no ha tenido dolor de su bolsillo para hacerselo tragar al Señor Redactor, y conseguir que lo insertase en su Gazeta, ¿por qué no ha de sacrificar Vm. á su crédito algunas onzas, que seguramente no serán perdidas? Porque yo le he de decir á Vm. la verdad: los mas de los compradores estamos ya cansados de sus Discursos, y es absolutamente preciso avivarnos el apetito. Por mi parte protesto que si en el termino de tres meses, que concedo á Vm. por peremptorio, y que habrá de contarse desde la fecha de ésta, no leo en algun Papel extrangero un elogio del Censor en debida forma, maldito el quarto que vuelve Vm. á pillarme: y que solo con esta condicion, y no sin ella me firmo en esta Carta.”
á Vm. L. M.
J. A.
A 2. de Abril de 1786.
Su apasionado que B.á Vm. L. M.
J. A.