Citazione bibliografica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso XCIX", in: El Censor, Vol.5\099 (1786), pp. 573-587, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.505 [consultato il: ].
[573] Livello 1►
Discurso XCIX
Citazione/Motto► Foecunda culpae saecula, nuptias
Primum inquinavére, & genus, & domos.
Hoc fonte derivata clades.
Horat. Carm. Lib. III. Od. VI. v. 17.
Estos siglos, fecundos en maldades,
Matrimonios, linages, y familias
Han corrompido: fuente ponzoñosa
De donde se deriva tanta ruina. ◀Citazione/Motto
Livello 2► Metatestualità► La Carta y pieza siguiente me ha sido entregada el dia 3. de este mes, y me parece muy digna de la luz pública. ◀Metatestualità
Livello 3► Lettera/Lettera al direttore► Señor Censor: si la adjunta Sátira no corrige, será porque nuestros males ya [574] no tienen remedio. Ella vale, por lo menos, tanto como un Sermon de Quaresma, y por lo mismo convendria que Vm. la hiciese imprimir. El Autor desea hacer este servicio á su patria; pero como no espera gloria, ni pretende recompensa, si no la viere impresa la condenará al fuego, y no se cansará otra Vez en escribir coplas inutiles.1 Alcala de Henares, primero de Abril de 1786.
[575] Livello 4► Satire►
Sátira.
Livello 5►
Citazione/Motto► Quis tam patiens ut teneat se?
Juvenal. ◀Citazione/Motto
◀Livello 5
Dexame. Arnesto, dexame que llore
Los fieros males de mi patria. dexa
Que su ruina, y perdicion lamentes;
Y si no quieres que en el centro obscuro
De esta prision la pena me consuma,
Dexame al menos que levante el grito
Contra el desorden, dexa que á la tinta
Mezclando hiel, y acibar siga indocil
Mi pluma el vuelo del bufón de Aquino.
¡O quánto rostro veo á mi censura
[576] De palidéz, y de rubor cubierto!
Animo, amigos, nadie tema, nadie
Su punzante aguijon, que yo persigo
En mi Sátira al Vicio, no al vicioso.
¿Y qué querrá decir que en algun verso
Encrespada la bilis, tire un rasgo,
Que el vulgo crea que señala á Alcinda?
La que olvidando su orgullosa suerte
Baxa vestida al Prado, qual pudiera
Una maja, con trueno y rascamoño,
Alta la ropa, erguida la caramba,
Cubierta de un cendál mas transparente
Que su intencion, á ojeadas, y meneos
La turba de los tontos concitando,
[577] ¿Podrá sentir que un dedo malicioso,
Apuntando este verso, la señale?
Ya la notoriedad es el mas noble
Atributo del vicio, y nuestras Julias,
Mas que ser malas, quieren parecerlo.
Hubo un tiempo en que andaba la modestia
Dorando los delitos, hubo un tiempo
En que el recato tímido cubria
La fealdad del vicio. Pero huyose
El pudór á vivir en las cabáñas.
Con él huyeron los dichosos dias
Que ya no volverán: huyó aquel siglo
En que aun las necias burlas de un marido
Las Bascuñanas crédulas tragaban.
Mas hoy Alcinda desayuna al suyo
Con ruedas de molino. Triunfa, gasta,
Pasa saltando las eternas noches
[578] Del crudo Enero, y quando el Sol tardío
Rompe el oriente, admirala golpeando,
Qual si fuese una extraña, al propio quicio.
Entra barriendo con la undosa falda
La alfombra: aqui y alli cintas y plumas
Del enorme tocado siembra; y sigue
Con débil paso soñolienta, y mustia,
Yendo aún Favio de su mano asido,
Hasta la alcoba, donde á pierna suelta
Ronca el marido, y sueña que es dichoso.
Ni el sudor frio, ni el hedór, ni el rancio
Eructo le perturban. A su hora
Despierta el necio: silencioso dexa
[579] La profanada olanda, y guarda atento
A su asesina el sueño mal seguro.
¡Quántas, ó Alcinda, á la coyunda uncidas
Tu suerte envidian! ¡Quántas de Himeneo
Buscan el yugo por lograr tu suerte,
Y sin que invoquen la razon, ni pese
Su corazon los meritos del novio,
El sí pronuncian, y la mano alargan
Al primero que llega! ¡Qué de males
Esta maldita ceguedad no aborta!
Veo apagadas las nupciales teas
Por la discordia con infame soplo
Al pie del mismo altar; y en el tumulto,
[580] Brindis, y vivas de la tornaboda,
Una indiscreta lagrima predice
Guerras y oprobrios á los mal unidos.
Veo por mano temeraria roto
El velo conyugal, y que corriendo
Con la impudente frente levantada,
Vá el adulterio de una casa en otra:
Zumba, festexa, rie, y descarado
Canta sus triunfos, que tal vez celebra
Un necio esposo, y tal del hombre honrado
Hieren con dardo penetrante el pecho,
Su vida abrevian, y en la negra tumba
Su error, su afrenta, y su despecho esconden.
¡O viles almas! ¡ó Virtud! ó Leyes!
[581] ¡O pundonor mortifero! ¿qué causa
Te hizo fiar á guardas tan infieles,
Tan preciado tesoro? ¿Quien, ó Themis,
Tu brazo sobornó? Le mueves cruda
Contra las tristes víctimas que arrastra
La desnudéz, ó el desamparo al vicio:
Contra la debil huerfana del hambre,
Y del oro acosada, ó al halago
La seducion, y el tierno amor rendida;
La expilas, la deshonras, la condenas
A incierta, y dura reclusion, ¿y en tanto
Vés, indolente, en los dorados techos
Cubilado el desorden, ó le sufres
[582] [...] en triunfo por las anchas plazas.
La virtud, y el honor escarneciendo?
¡O infamia! ¡ó siglo! ¡ó corrupcion! Matronas
Castellanas, ¿quién pudo vuestro claro
Pundonor eclipsar? ¿Quién de Lucrecias
En Lais os volvió? ¿Ni el proceloso
Oceano, ni lleno de peligros
El Lylibeo, ni las arduas cumbres
De Pyrene pudieron guareceros
Del contagio fatal? Zarpa, preñada
De oro, la nao Gaditana, aporta
A las orillas Galicas, y vuelve
Llena de objetos fútiles y vanos;
Y entre los signos de extrangera pompa
Ponzoña esconde, y corrupcion compradas
[583] Con el sudor de las Iberas frentes,
Y tú, misera España, tú la esperas
Sobre la playa, y con afán recoges
La pestilente carga, y la repartes
Alegre entre tus hijos. Viles plumas,
Gasas y cintas, flores y penachos
Te trae en cambio de la sangre tuya:
De tu sangre, ¡ó baldon! y acaso, acaso
De tu virtud y honestidad. Repara
Qual la liviana juventud los busca.
Mira qual vá con ellos engreida
La imprudente doncella. Su cabeza,
Qual nave real en triunfo empabesada
[584] Vana presenta del favonio al soplo
La mies de plumas y de agrones, y anda
Loca buscando en la lisonja el premio
De su indiscreto afan. ¡Ay triste! Guarte,
Guarte que está cercano el precipicio.
El astuto amador ya en asechanza
Te atisva, y sigue con lascivos ojos.
La adulacion, y la caricia el lazo
Te ván á armar do caerás incauta,
En él tu oprobrio, y perdicion hallando.
¡Ay quanto, quanto de amargura, y lloro
Te costarán tus galas! ¡Quán tardío
Será, y estéril tu arrepentimiento!
[585] Ya ni el rico Brasíl, ni las cavernas,
Del nunca exhausto Potosí nos bastan
A saciar el hydropico deseo,
La ansiosa sed de vanidad y pompa.
Todo lo agotan. Cuesta un sombrerillo
Lo que antes un Estado, y se consume
En un festin la dote de una Infanta.
Todo lo tragan. La riqueza unida
Vá á la indigencia. Pide, y pordiosea
El Noble, engaña, empeña, malvarata,
Quiebra, y perece, y el logrero goza
Los pingues patrimonios, premio un dia
Del generoso afán de altos abuelos.
[586] ¡O ultrage! ¡ó mengua! Todo se trafica:
Parentesco, amistad, favor, influxo,
Y hasta el honor, deposito sagrado,
O se vende, ó se compra. Y tú, Belleza,
Don el mas grato que dió al hombre el Cielo,
No eres ya premio del valor, ni paga
Del peregrino ingenio. La florida
Juventud, la ternura, el rendimiento
Del constante amador ya no te alcanzan.
Ya ni te dás al corazon, ni sabes
Del recibir adoracion y ofrendas.
Rindeste al oro. La vegéz hedionda,
La sucia palidéz, la faz adusta
[587] Fiera, y terrible con igual derecho.
Vienen sin susto á negociar contigo.
Daste al barato, y tu rosada frente,
Tus suaves besos, y tus dulces brazos.
Corona un tiempo del amor mas puro,
Son ya una vil y torpe mercancia. ◀Satire ◀Livello 4 ◀Lettera/Lettera al direttore ◀Livello 3 ◀Livello 2 ◀Livello 1
1Si fueren como las de esta Sátira, no merecerán la sentencia que contra ella habia dado su Autor.