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Zitiervorschlag: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Hrsg.): "Discurso XCII", in: El Censor, Vol.5\092 (1786), S. 425-456, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.498 [aufgerufen am: ].


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Discurso XCII

Zitat/Motto►  . . . . . Corrige, sodes,
Hoc . . . . . & hoc . . . . .
 

Horat. Art. Poet. v. 438.

Remedio pon en esto y en aquello. ◀Zitat/Motto

Ebene 2► Ebene 3► Brief/Leserbrief► 1 Muy Señor mio, pues Vm. pretende ser tenido por hombre singular, permitame que le diga que se vá saliendo con la suya, y que cada dia fortifica mas y mas esta idea en el espíritu de sus lectores. En quanto á mí, [426] sé decir que en mi vida he visto otro que reuna en sí tantos ni tan encontrados caracteres. Severo y tolerante, humano y riguroso, cobarde y temerario, incrédulo y devoto, Filósofo y libertino. Vm. ha sabido amigar las cosas mas opuestas y contrarias, y ofrecerse al público de la Corte, como un ente tan extraordinario, que si no tuviese el uso de la palabra y de la mano, seria de seguro reputado por un animal de especie desconocida, y digno de entrar por nota en la nueva Historia del Señor Clavijo.

Sea lo que fuere de esto. Vm. no podrá negar á uno de sus lectores, y acaso de sus apasionados, que le eche en cara la parcialidad que vá descubriendo en ciertos asuntos, y que le note seriamente este defecto, confirmado cada dia por lo que dice, y por lo que calla. En efecto, Vm. que por una parte se desata, se desenfrena contra los altareros, las cofradías, los villancicos, en una palabra, contra las [427] cosas mas tremendas de nuestra sagrada Religion, y por otra nec ullum verbum de las cosas de juego, las fondas, las botillerías, y otros mil lugares donde celebran sus mercados la corrupcion y el desenfreno ¿se atreverá á blasonar de imparcial, y querrá ser tenido por el Caton de nuestro siglo?

Me dirá que no se ha de censurar todo en un dia: que estos artículos se hallan notados con ojo al margen en su libro verde: que al cabo les llegará su semana, como quien dice su San Martin: que es menester curar las ideas ántes de hacer la guerra á las costumbres; y en fin, que si se ha de tratar de las cosas oportunamente, es preciso hablar de chascos en Carnestolendas, de mamantones en Pasqua, de pitos por las Ferias, y de belenes por Navidad.

Ebene 4► ¡Lindamente! La apologia no puede ser mas completa, y yo la admitiria sin reparo, si no conociese que hay materias tan quotidianas, tan genera-[428]les, de tan extendidas relaciones, que se debe estar continuamente hablando de ellas. Tal es, por exemplo, el Teatro tan respetado (no sé por qué) ó tan temido en los papeles censorios. Sin embargo ningun objeto es mas importante, mas digno de censura, ni mas necesitado de ella. El crédito, y acaso la felicidad de la Nacion: las ideas, los usos, las costumbres de sus individuos: la honestidad, la humanidad, la sólida piedad, la verdadera gloria, el honor, el patriotismo, todas las virtudes naturales, morales y civiles se interesan en su reforma, y claman altamente por ella. No hay condición, estado, edad, ni sexô que no le freqüente, que no reciba en él lecciones, y que no pueda beber en esta fuente ó la ponzoña del error, ó las aguas de la buena y saludable doctrina. ¿Pues cómo podrémos disculpar el silencio y la parcialidad de Vm. en este punto?

Y á fé que no vendrá de falta de [429] materia, porque ¿quanto tendria Vm.que notar en el Teatro si le observase como un establecimiento político? ¿quanto si le considerase en sus relaciones morales? ¿quanto si le examinase como un objeto de literatura? ¿quanto si hubiese de hablar de la ilustracion de los que le gobiernan de la educacion de los que le componen, del discernimiento de los que le freqüentan? ¿quanto, en fin, si hubiese de pasar revista á los Dramas que representa, á los accesorios con que los adorna, y á las varias artes que emplea en su invencion y execucion?

¡Y ojalá que en este objeto no se descubriesen mas vicios que los que andan unidos con su naturaleza! Ojalá que perfeccionado el Teatro hasta donde nuestras luces y nuestra constitucion lo permitan, no tuviese Vm. que hacer frente á otros abusos que á aquellos con que solo está reñida una filosofía austera, é intolerante! Entónces yo seria el primero que disculpase [430] su silencio. Si un buen Teatro es un mal; diria yo que debia tolerarse como un mal necesario; como un remedio saludable para evitar otros mayores males. Aquel gran Filósofo Ginebrino, tan declarado enemigo de la escena, solia decir que los teatros eran indispensables en las Ciudades populosas; y es menester no conocer á los hombres, ó interesarse poco en su tranquilidad, para pensar de otro modo.

Pero, Señor Censor, nuestro Teatro no se halla en este caso. Es preciso reformarle ó destruirle. Como hoy está no produce el bien que pudiera disculparle, y causa muchos perjuicios que le hacen insufrible. Es pues necesario levantar contra él el grito y yo estoi empeñado en ello. Voy á proponer á Vmd. un plan que he trabajado con este objeto: un plan digno de la gravedad del mal, de la importancia del remedio, y de la reputacion del Empírico que debe aplicarle.

Ante todas cosas me ha de reser-[431]var Vm. desde ahora para en adelante un juéves cada mes, por lo ménos, para tratar de este importante y fecundísimo objeto, y le cedo de buena gana todos los demas para hablar en ellos, aunque sea de Nigromantes, y Energúmenos. Este método tendrá dos grandes ventajas; 1.a que no se fastidien los Lectores con la freqüente repeticion de un mismo asunto; 2.a tratar en órden y método de cada abuso relativo al Teatro. A este fin dividirémos la materia por la série de los meses. Yo no haré otra cosa que apuntar las especies, y quedar á cargo de Vm. el sazonarlas; que á fé que para ello se pinta solo.

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Enero.

Dramas.

La eleccion de los Dramas que se ofrecen al público debiera ser uno de los primeros cuidados de nuestra Poli-[432]cía. De tres objetos que pueden proponerse los que gobiernan un Teatro, á saber: enseñar, cultivar y entretener, por lo comun se cuida solo del último. Si por el contrario se cuidase de los primeros se lograrian todos. Los Dramas mejores, absolutamente hablando, son siempre los que mas divierten; y es hacer una horrenda injuria á nuestro pueblo el asegurar que solo se le, puede divertir con representaciones torpes, groseras ó ridículas.

Por esto es menester preferir aquellos Dramas en que nada hay contra la honestidad, ni las buenas costumbres, y desterrar todos los que las destruyen, todos los que fomentan la falta de amor y respeto á los padres, la irreverencia á la justicia, y á las leyes, el orgullo, el falso pundonor, la liviandad, y el desenfreno. Estos vicios solo deben aparecer sobre la escena para ser silvados ó corregidos.

Sé muy bien que nuestras mejores comedias son un poco achacosas en [433] este punto, y si alguno quisiere sostener lo contrario, que se las haya en el otro mundo con el buen viejo de Nasarre. Pero en fin, mientras no produzcámos cosa mejor, entresaquémos las ménos malas, y enviémos las demas al fuego. Sin embargo, prevengo á Vm. que para este escrutinio no me ha de contar con el Colector del Theatro Hespañol, que segun sospecho, no tiene para el caso las mejores narices, y podria conceder inmunidad á muchas piezas dignas de ser echadas al corral.

No basta que el Teatro instruya es menester tambien que pula, y que cultive: quiero decir, que dé buenas máxîmas de educacion y conducta, que enseñe á respetar las clases que componen un estado, que inspire á cada una el amor á sus deberes, que haga conocer quanto valen en el uso del mundo el decoro, la cortesanía, la afabilidad, y haga apreciar la generosidad, el candor, la veracidad, la buena fe, el recato, el recogimiento, [434] la aplicacion al trabajo, y otras mil virtudes civiles, que por lo comun tienen en poco los ignorantes y orgullosos.

Sobre todo levante Vm. el grito contra cierta especie de comediones que se van haciendo de moda, escritos contra la voluntad del Dios del Pindo, y representados contra el dictámen de los Doctores del buen gusto: Dramas sin invencion, sin interes, sin poësía, sin lenguage, en una palabra, sin pies ni cabeza: donde todo es trivial ó chavacano, todo comun, y cien mil veces repetido: donde siempre hay un Príncipe criado entre las cabras, un Rey tonto, un traidor en privanza, amantes que se esconden, que se pierden, que se cambian, y no se conocen en la voz quando están á oscuras; cartas olvidadas, retratos perdidos, oráculos casuales, venenos que no inficionan, cuchilladas que no matan, azares, agüeros, desafíos, y diabluras hasta dexárselo de sobra.

[435] Ni hay que pasar en blanco las comedias y tragedias en que se representan acciones tomadas de la Mytologia, ó bien de la Historia Griega, Romana &c. ¿Que tienen que ver con nosotros la religion, la moral, las leyes, ni las costumbres de estos pueblos? Sus virtudes no nos servirán de provecho, y sus vicios nos corromperán tan lindamente. Fuera de que están llenas de insurrecciones, de tiranías, de regicidios, de adulterios, de raptos, y otros mil acaecimientos, que no siempre quedan castigados segun las leyes de la Dramática, y mucho ménos segun los principios de la buena política. ¿Quanto mejor sería buscar las acciones de nuestra escena dentro de casa, y celebrar segun el precepto de Horacio las glorias domésticas? ¿Por ventura es tan estéril nuestra Historia que no pueda ofrecer modelos con que excitar al exercicio de las virtudes?

Pero por Dios, Señor Censor, que [436] no me quite Vm. de nuestras tablas las zarzuelas, porque les soi furiosamente apasionado. Este Drama, acaso el único que se pudiera hacer peculiar de nuestro Teatro: el único en que se reunen tan bien la poësía, y la música, el chisque cómico, y las gracias líricas, merecia ciertamente ser cultivado de nuestros mejores ingenios. Basta que Vm. me destierre de ellos los criados rateros, los Abates tontos ó enamorados, los pillos, los truhanes, los mendígos, y otros semejantes espantajos, cuya intervencion no puede dexar de afear, y deslucir la escena.

¡Ah! se me olvidaba. De las follas diga Vm. quanto se le antoje, con tal que no las recomiende: porque reñirémos. No puedo vér de mis ojos esta pepitoria de tragedia, comedia, y zarzuela, de declamacion, de baile, y de música, de acciones, de escenas, y de lances, sin unidad, sin série, y sin orden. Asi que podrá Vm. zurrarlas la badana á su sabor; y si acaso lo- [437] grare desterrarlas entre nosotros, servitor, y nunca ellas acá vuelvan. ◀Ebene 5

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Febrero.

Saynetes.

Este mes, Señor Censor, será destinado para los intermedios: pero pues los hay de representado y de musica, dexarémos los segundos para otro dia, que harto nos darán que hacer los primeros.

Aqui, amigo mio, es menester herir sin lástima, y caiga el que cayere. ¡Qué confusion, qué desorden no presenta este asunto á un imparcial observador! Las majas, los truhanes, los tunos, heroes dignos de nuestros Dramas populares, salen á la escena con toda la pompa de su carácter, y se pintan con toda la energía del descaro, y la insolencia picaresca. Sus costumbres se aplauden, sus vicios se canonizan, ó se disculpan, y sus in-[438]sultos se celebran, y se encaraman á las nubes. Vm. los vé representar siempre encumbrados, siempre provocativos, siempre irreverentes con la justicia, siempre insolentes con la nobleza. ¡Qué mofa, qué burlas, qué escarnio no sufren de su parte los que llaman Usias! Jamas los verá Vm. que no salgan silvados, escarnecidos, y apaleados. ¡Qué idéas no tomará de aqui un pueblo que solo pudiera recibir en la escena principios de urbanidad y policia! ¿Y quién duda que á estos modelos se debe tambien aquel resabio de majismo, que afectan hasta las personas mas ilustres de la Corte?

Compare Vm. pues la preferencia que se inspira á este trage y modales truhanescos con el escarnio que se hace de nuestros trages y estilos. ¿Qué razon hay por exemplo para ridiculizar el trage de Abate, admitido en el uso de las Naciones mas cultas, autorizado con el exemplo de las personas mas condecoradas, y en ninguna ma-[439]nera merecedor de menosprecio?

Lo mismo digo en quanto á ciertas profesiones, que son freqüente objeto de la invectiva de nuestros Saynetes. ¿Es posible que nunca se ha de pintar un Medico, que no sea ignorante, y vilmente interesado? ¿Un Abogado que no sea prevaricador? ¿Un Escribano que no sea falsario? ¿Un Alguacil que no sea ladron? ¿No es esto adular las preocupaciones populares que se debieran combatir? ¿No es esto envilecer las mas honradas profesiones? ¿No es esto llenar de rubor á los dignos ciudadanos que las exercen? ◀Ebene 5

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Marzo.

Quaresma.

Como en este mes tienen nuestros Comicos sus ferias quadragesimales, podrá Vm. dexarle en claro en sus pepeles, y á todo mas decir alguna co-[440]sa de los Baylarines de cuerda, y Saltimbanques Valencianos; y á fe que si Vm. quiere pescudar esta especie de expectáculos plebeyos, no le faltará materia para exercitar su censura. ◀Ebene 5

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Abril.

Tonadillas.

Vuelve con la Pasqua el teatro, y nosotros volverémos de refresco á la carga, empezando con los intermedios de musica, conocidos por el nombre de Tonadillas. En ellas verá Vm. compendiados todos los vicios de nuestros saynetes, amen de otros muchos que les son peculiares. Este si que es el imperio donde dominan las majas, y los majos. Las naranjeras, rabaneras, vendedoras de frutas, flores y pescados, dieron origen á estos pequeños melodramas: entraron despues en ellos los Cortejos, los Abates, los Militares, y las alcahuetas; pero los ma-[441]jos faltan rarísima vez de estas composiciones. Por fin, cansados de inventar los Poëtas, han puesto su doctrina en boca de los mismos Cómicos, y para asegurar la ilusion, Garrido, Tadéo y la Polonia, nos cantan sus amores, sus deseos, sus cuidados, y sus extravagancias; y alguna vez, usurpandole á Vm. su oficio, definen las costumbres públicas, y se desenfrenan contra los vicios. ¡Pero quán suaves, y templadas son sus sátiras! Alli verá Vm. tratadas á las Usías de locas, á los Mayorazgos de burros, á los Abates de alcahuetes, á las mugeres de zorras, y á los maridos de cabrones. Analice Vm. como quiera nuestras Tonadillas, y hallará que no son otra cosa.

A esta buena doctrina son ciertamente correspondientes el lenguage y la poësía. No dexe Vm. de entresacar una porcion de pasages bien escogidos, y añadirlos por apendice á su Psalterio Hespañol, mientras el Señor Huerta corona su admirable co-[442]leccion, publicando un tomo entero de Tonadillas, para acreditar á todo el mundo que tampoco en este punto están las Naciones mas cultas á la par de la nuestra. ◀Ebene 5

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Mayo.

Musica.

De propósito no he hablado antes de la musica de las Tonadillas, porque se debe reservar un papel para tratar en general de la musica de teatro. No hablo de la orquestra que llena muy decentemente su oficio, sino de la musica cantable. Guardese Vm. de buscar en esta invencion, orden, sistema: no busque harmonía, melodía, expresion: no busque proporcion entre los tonos y los sentimientos, entre las palabras y los sonidos, entre el corazon y los labios, porque ciertamente nada de esto hallará. Tales delicadezas serán muy buenas para otras partes, pero nosotros somos demasiado serios para gastar el tiempo en [443] ellas. Nuestros Musicos son en este punto muy discretos, toman de todas partes lo mejor que encuentran, y al lado de un pasage de la Frasquetana, encajan otro del stabat mater del Pergolesi, para que haya de todo, y nadie quede descontento. Si estos remiendos están mal zurcidos importa muy poco. ¿Quién será capaz de conocerlo ó extrañarlo, quando nuestras orejas están hechas á todo: Gluck, Hayden, Piccini, son los mauleros que los proveen de retales, y ellos son tan buenos que parecerian bien, aunque sea en vestido de Arlequin. Sobre todo, para cantar quatro verdades de Perogrullo, quatro sentencias de bodegon, y quatro desvergüenzas como el puño, que es á lo que se reduce la poësía de nuestras Tonadillas, yá vé Vm. que sería un desatino andarse á caza de primores musicales.

El bueno de Mison habia abierto una senda, que cuidadosamente seguida pudiera llevarnos á la gloria de tener una musica nacional: pero sus su-[444]cesores se han extraviado de ella, se han desdeñado de imitarle, y han hecho muy bien, porque esto cuesta mucho, y vale poco. Los modernos que quieren reformarlo todo, pueden guardar este proyecto para quando los Musicos sean Matematicos, los Poëtas Filósofos, y se verifique el milagro de que se acuerden entre sí. ◀Ebene 5

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Junio.

Decoracion.

A la musica sigue naturalmente la decoracion, que se puede llamar la musica de los ojos. Tambien en esta parte se pudiera atender al tono, á la harmonía, á la expresion, partes esenciales de la pintura. Pero eso sería hablar de la mar. Por fortuna duran todavia en nuestro teatro, aquellos admirables lienzos que salieron de la mano de Velazquez y Villanueva, y que hacen la delicia de los hombres de gusto, á pesar del descuido con que se han tratado, y del necio em-[445]peño de substituirles otros de inferior merito, en lugar de renovarlos, de copiarlos, y aun de abrirlos en láminas para que nunca se perdieran. ¡Y qué monstruos no se presentan alguna vez al lado de ellos! ¡Qué arquitectura tan bárbara y desconocida, donde ni se admira la sencilléz Griega, ni la magestad Latina, ni la ligereza Gótica, ni la graciosa confusion Arabesca! ¡Qué escultura tan digna de su compañera! ¡Qué perspectiva! ¡Qué simetría! ¡Qué dibuxo! ¡ Qué colorido! Todo es por cierto digno de los siglos mas bárbaros, todo capáz de hacernos pasar por acreedores á haber vivido en ellos. ◀Ebene 5

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Julio.

Máchinas.

Ciertamente que en este punto tendrá Vm. mui poco que reparar. Los cambios de escenas, los vuelos, las zambullidas, y las transformaciones mágicas, son de lo mejor que puede executarse. Es verdad, que el arte so-[446]lo trata de que la operacion sea segura, sin hacer caso de la prontitud, la ligereza, la propiedad, y otras cosas, que aunque contribuyen á la ilusion, pudieran tambien hacer pasar por brujo al Tramoyista. Asi si tiene que volar un burro, verá Vm. un quarto de hora antes la enorme maroma en que ha de ser enganchado, y otro tanto tiempo está abierto el boqueron que ha de vomitar á algun encantador, ó algun diablo. El cruxír de las cuerdas, el golpeo de los contrapesos, el ruido de las ruedas y poleas, y toda la faena ue los diestros Machinistas se perciben por lo menos desde las quatro calles. Asi se logra que hasta los pápanos de Máudes conozcan cómo se hacen estas diabluras; y reducido el arte á principios faciles y sencillos, vivimos seguros de que nunca nos falten Tramoyistas, y lo que es mas, de que la Inquisicion se pueda meter con ellos. ◀Ebene 5

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Agosto.

Adorno.

El adorno es tan pequeña del teatro, que no es de admirar que no se lleve grande atencion: y la verdad que los defetos en este punto son siempre muy veniales. Que saque un tintero de peltre, o de cuerno, para que escriba el Grande Alexandro, o una silla de paja para que se siente el Conquistador de México el Perú, nada quiere decir. Todos saben que el que está allí es un Cómico, y que en su casa no tendrá mejores atavíos.

Lo que importa es que los Actores lleven buena ropa, porque de ésta no solo gustan ellos, sino todo mundo. ¿Hay cosa como vér á una tercera Dama, aunque haga el papel de Fregona, perfectamente tocada, llena la cabeza de plumas, de ayrone y aun de brillantes, vestida con los trages mas nobles y ricos, y ataviada á las [448] mil maravillas: Y no porque no conozcan la propiedad, pues si esa misma tiene que representar á alguna persona humilde, la verá Vm. tan llena de arrapiezos, tan andrajosa, tan sucia, que no parece sino que la han sacada con gancho de algun muladar.

Riase Vm. de la propiedad en esto del ornato. El mundo cree que los hombres han sido siempre lo mismo, y no hay cosa mas facil que persuadirle que siempre se han vestido del mismo modo. Asi que nada importa que un Tetrarca de Jerusalem se vista de Militar ó de Golilla, que la Viuda de Hector lleve ahuecador, ó guarda-infante, ni que el Conquistador de la India se presente con sombrero de tres picos, y tacones colorados. Lo que importa es, que nuestros paysanos se vistan precisamente á la Española antigua, y que desde Don Pelayo hasta los Reyes Católicos, lleven tocos el trage Borgoñon, conocido desde Felipe el hermoso, y que por lo menos se usó generalmente en España [449] desde Felipe II. hasta Felipe IV. ◀Ebene 5

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Septiembre.

Modulacion.

En esta materia podria Vm. hablar un año entero. Los modernos nos ván echando á perder, y es menester salirles al paso. Nada importa que nuestros Cómicos griten, bramen, ó ahullen, con tal que tengan buenos pulmones: lo que sí importa es, que no se les pierda una silaba, ni en el ultimo asiento de la Tertulia. Tambien podrán levantar extraordinariamente el grito, ó para que los Chisperos se preparen al aplauso convenido de ante mano, ó porque teniendo que hablar cinco ó seis personas á vez, no podrán ser entendidas si no se desgañife cada una por su lado. Por lo mismo es un disparate pedirles que se entonen unos con otros: como si fuese facil que el que está acostumbrado a ahuecar la voz, porque no le han enseñado otra cosa, la templase siempre [450] y quando el paso ó la ocasion lo pidiese. ¿No es esto pedir imposibles? Los criticos de moda creen, que la modulacion es una cosa necesaria en el teatro, y que además se deben acordar las voces de los que representan, como se entonan los cañones de un organo para que sus sonidos no descalabren el oído.Vea Vm. como estas opiniones transpirenaicas se quieren meter en todo, y llenar de ridiculeces nuestras tablas. Dios le libre á Vm. de semejante contagio. Vm. que es hombre despreocupado debe hacer justicia á todos, y en esta parte ser censor de los injustos censores del teatro. ◀Ebene 5

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Octubre.

Accion y gesto.

Hai un articulo en que debo implorar mas particularmente el zelo de Vm. y es en lo que toca á la accion de nuestros Cómicos. No parece sino que pretenden que se estudie este punto en Quintiliano, como si nuestros Cómi-[451]cos tuvieran que hablar en estrados, ó predicar sobre algun pulpito. Entre tanto se vá acabando entre nosotros aquel maravilloso arte de pintar la naturaleza en el ayre con las puntas de dos dedos, en que fueron tan excelentes nuestros viejos Comediantes. Verialos Vm. retratar al vivo el Sol y la Luna, los mares y los montes, los rios y las parleras fuentecillas, las fieras luchas de los animales, los desafios, las batallas, y hasta los mas intimos sentimientos del corazon humano. Sabe Vm. muy bien que no ha sido otro en ningun tiempo el uso de la accion en la representacion Dramatica, y habiendo excedido en este punto á los antiguos Cómicos y Oradores, á los Cicerones, y á los Roscios, quieren todavia los modernos que substituyamos á esta gloria el pausado, y soporifero manoteo de los Franceses.

Otro tanto se puede decir del gesto; yo no veo por qué una Cómica ha de llorar quando tiene gana de reir, ni ha de presentar un semblante ceñu-[452]do y desabrido, quando debe tratar de parecer bien á todo el mundo. Si el paso pide lagrimas, á bien que cumplirá con sacar el pañuelo, y acercarsele un tanto quanto á los ojos, y si pide furias y enojos, bastará que levante un poco el grito, y mueva aceleradamente el avanico. Con eso mas que conserve siempre su cara de risa, que asi me las quiero yo. ◀Ebene 5

Ebene 5►

Noviembre.

Decencia.

Este asunto, Señor Censor, merece ser tratado muy de proposito. Tiene dos partes, puesto que la decencia puede considerarse con respeto al decoro, á la urbanidad, á la buena crianza; en una palabra, á todo lo que se llama bien parecer; o con particular respeto á la honestidad. En el primer sentido exîge de parte de los Cómicos una gran consideracion ácia el Público que tienen presente, yá porque son unos ministros suyos destina-[453]dos y pagados por el Gobierno para entretenerle, y yá porque considerados los espectadores como una asamblea de Ciudadanos, en que se reunen todas las clases, estados, y profesiones, son dignos del mayor respeto. Por tanto ninguna circunspeccion será demasiada de parte de los Actores.

Segun estos principios, que se presenten alguna vez nuestros Cómicos retozando unos con otros, o pellizcandose: que una Dama mientras debe representar lo que exîge la circunstancia momentanea del Drama, se ocupe en hacer gestos ó guiñadas á sus apasionados de la luneta: que el Gracioso se entretenga en jugar con los Chisperos de la barandilla: que cada uno añada á los versos de su papel algunas gracias de propia cosecha, y otras cositas á este tenor, sería ciertamente muy reprehensible. Decida Vm. la especie de castigo que conviene á cada uno de estos excesos.

Menos tolerables serán todavia los que se oponen á la decencia, los me-[454]neos y columpios de las majotas, las cabriolas y volteretas de las muchachas, el retintín con que se dicen ciertas expresiones alegres, la afectacion con que se procura volver al peor sentido las sentencias equivocas, y en una palabra, todos aquellos artificios con que alguna vez se trata de captar la gracia de la parte mas grosera, y corrompida del auditorio, con disgusto y rubor de las personas honestas, y bien morigeradas. Es tanto mas necesario el zelo de Vm. en este articulo, quanto él solo dá la principal materia á las justas declamaciones de muchas personas piadosas é ilustradas, que de buena gana disculparian otros defectos al teatro, si á lo menos le viesen reformado en los puntos que dicen relacion con la moral, y las costumbres. ◀Ebene 5

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Diciembre.

Espectadores.

No solo es necesario el decoro de parte de los Cómicos, sino tambien de [455] la de los Espectadores. Aunque cada uno concurra á formar este conjunto, este todo que se llama Público, tiene como particular la obligacion de respetarle, y tratarle con circunspeccion, y observar ácia él todas las reglas, y atenciones que exigen la urbanidad, y la buena crianza. Asi, dexando á un lado los Chisperos, gente baladí, pero temible, que silvan y aplauden por interés, y en quienes la inclinacion ó el odio, el aplauso ó el vituperio no son un oficio de la razon sino del capricho: gente que convendria desterrar de quando en quando al Prado, para que compensase en los trabajos del Público lo que le incomoda en sus diversiones, cargue Vm. la mano contra aquellos indiscretos que se les parecen: que gritan, y se alborotan sin motivo, que turban é interrumpen el espectáculo sin objeto, que no saben, disimular los descuidos, ni celebrar los aciertos, que aplauden lo malo, y no aciertan á distinguir lo bueno: contra los que ván al Teatro á ofrecerse en [456] espectáculo, y á atraher ácia sí la vista y la murmuracion de los concurrentes: contra los que todo lo acechan, todo lo reparan, se levantan, se sientan, á todos incomodan, se echan de bruces, vuelven las espaldas, entran y salen, hablan, silvan, tararean, y en una palabra, contra los que ni respetan al Público, ni quieren que el Público los tenga por atentos, y bien criados. ◀Ebene 5 ◀Ebene 4

Esto baste, Señor Censor. Ahí tiene Vm. mi Almanak teatral, que en sus manos se podrá hacer mas célebre que los de Don Diego de Torres. Ponga Vm. manos á la obra para irle anunciando al Público completo y mejorado. Con eso nadie creerá que Vm. ha hecho alianza con los Chorizos, ó los Polacos: y sobre todo será siempre amigo, y apasionado de Vm.

Cosme Damian.

Madrid, año nuevo de 1786.

1Esta Carta se entregó el dia cuatro del presente mes en la Libreria de Martinez con este sobre: Al Censor B. L. M. S. S. S.