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Zitiervorschlag: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Hrsg.): "Discurso XCI", in: El Censor, Vol.5\091 (1786), S. 409-424, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.497 [aufgerufen am: ].


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Discurso XCI

Zitat/Motto► 1 Los soberbios Letrados,
que solo horror fuminan,
dirán: ¡qué haya quién gaste
el tiempo en niñerías!

Moratin. Anacreont II. ◀Zitat/Motto

Ebene 2► Ebene 3► Brief/Leserbrief► Muy Señor mio: Acabo de tener honra de leer un Papelucho á cierta [410] Sociedad Economica, y dexando á un lado la fortuna de la pieza, que no es del caso para mi intento, confieso á Vm. que me ha abochoronado sobre manera una opinion, que extendieron varios sugetos de estos que forman empeño en censurar de la parte de afuera todas las operaciones de las Sociedades, en lugar de alistarse en ellas como buenos Patriotas, para comunicarles aquellas luces que ellos creen que les faltan. Esta opinion ha adquirido una grande autoridad con el gravísimo fallo, que pronunció un gravísimo personage de esta Ciudad, el qual con gravísimo continente dixo estas gravísimas sentencias: Ebene 4► "Estas arengas, y estas coplas solo sirven para perder el tiempo, gastar el dinero en impresiones, y ocupar un párrafo en la Gaceta: tiempo es ya de que la Nacion Española recupere su gravedad, y se dexe de frivolidades: el objeto de las Sociedades Economicas es trabajar, y no charlar.” ◀Ebene 4 ¿Qué tal, [411] Señor Censor? ¿no hay aqui mas errores, que palabras, y errores dignos de que Vm. esgrima contra ellos su mas severa censura? Válame Dios, y con qué facilidad algunos eructan un apotegma; y cómo á la mayor parte de los hombres detiene, y satisface su imaginacion un periodo cortado con ayre de magisterio, y se pagan de sola la autoridad, y á veces de solas las palabras! Permitame Vm. desenvolver estas graves sentencias, y exâminar estos vocablos, que hacen, tanto eco á los que no saben pensar, á ver en qué viene á parar todo su aparato.

Yo bien sé, que sería una cosa muy extravagante, si todos los individuos de una Sociedad estuvieran la mayor parte del año afanados, unos en recortar, y acepillar periodos, y otros en buscar consonantes, y ajustar versos para un dia ó dos de junta pública. Pero que uno ó dos Socios empleen algunos dias antes en compone. una Oracion ó Poema para solemnizar aquel dia, [412] siempre que todos los demás se ocupen en los objetos de su instituto, ¿qué daño, ni qué disonancia puede haber en ello? especialmente si aquel uno ó dos por no tener genio, ni instruccion, sino en las bellas letras, no sirven para otra cosa? Una Sociedad que debe aprovecharlo todo ¿por qué no podrá hacer uso do tales sugetos, á lo menos para esto?

Sé tambien, que el objeto de las Sociedades no es la Oratoria, ni la Poesía; pero si se consigue accesoriamente promoverlas, ¿no es un bien? Dicen que el objeto suyo es obrar, y no pariar. ¿Y por qué no será tambien el parlar? ¿Discurriria bien el que condenase las Homilías, Sermones, Hymnos, Cántico de la Iglesia, por decir que el objeto de la Religion es obrar y no parlar? Si en ellos se nos recuerdan todos nuestros deberes, se nos reprehenden nuestros vicios, se nos proponen exemplos que debemos imitar, se elogian los hechos de los [413] Santos, y sobre todo se publican las glorias, y misericordias del Señor; ¿por qué en las Sociedades, que son unos templos erigidos á la Humanidad, no se podrán traer á la memoria nuestras obligaciones civiles, que tanto recomienda la Religion, reprehender el orgullo, la pereza, la ignorancia, las preocupaciones, que traen tantos daños al Estado y á los Particulares, alabar, y proponer por exemplo á los buenos Ciudadanos; y sobre todo, ¿por qué será reprehensible que un vasallo encantado, y tiernamente agradecido á la beneficencia de su Soberano, y al amor y zelo con que mira á sus Fueblos, y procura hacerlos felices, quiera desahogar su amor y gratitud con cánticos dulces de alabanzas? ¿Es este un medio de animarle y empeñarle mas y mas en el bien obrar, y de inspirar una gloriosa emulacion á los demás? ¿Y con qué han de pagar los subditos á su Principe las mercedes que les haga, sino de esta [414] manera? Los Principes se parecen en esto, como en otras cosas á Dios, á quien no podemos pagar sino con nuestro corazon. Yo pienso de tan diverso modo sobre este particular, que creo se debe alabar aun á los Reyes que no sean del todo buenos; no por lo que hacen, sino por lo que deberian hacer. Este es un modo delicado de hacerles presente su obligacion, sin faltar al sumo respeto que se les debe por Leyes divinas y humanas; porque ¿quién es el que en la tierra puede corregirlos, y muchísimo menos reprehenderlos y satirizarlos?

Por otra parte, si estos Censores descontentadizos no condenan las medallas y los premios pecuniarios, ¿por qué reprehenderán los elogios que subministra la Poesía y la Oratoria? ¿No son estos unos premios infinitamente superiores á aquellos? Ebene 4► Allgemeine Erzählung► Por poco versado que esté qualquiera en la Historia, sabe que en aquellos famosos juegos, que arrebataban con tanto entu-[415]siasmo á los Pueblos mas sábios; la Poesía, y la eloqüencia hacian una parte muy considerable de su celebridad, y que no menos anhelaban los Atletas por la Corona ofrecida, que por un nombre eterno en las Odas de los Pindaros. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 4 Y ¿por qué en los Certamenes Carolinos que tienen un objeto incomparablemente mejor, no podrá ser lo mismo? ¿Por qué un hábil y aplicado Artifice, ó un honrado Ciudadano no ha de conseguir la honra que lograba un ganapán forzudo?

Verdaderamente, que si se ha tenido la habilidad de fixar la gloria en tales cosas, la Patria puede adquirir á poca costa un Erario inmenso con que premiar, alentar, y formar los mejores Ciudadanos. Los demás premios son muy ruinosos, mas aproposito para excitar la codicia que la gloria, y traen tan grandes inconvenientes, que acaso desvanecen las utilidades que por otra parte pueden producir. Todos los grandes Políticos han pensado [416] de este modo, y esta práctica siguieron las Repúblicas nías sábias. Este es el premio mas digno del hombre, y que no solo recompensa al particular, sino que ilustra la Nacion; y el Pueblo, sea el que fuere, en quien no haga impresion, se puede declarar aun por muy grosero.

Si, pues, estos elogios son buenas, ¿por qué no se han de imprimir para mayor gloria de los elogiados, y elogiadores, incentivo de los demás, exemplo de ia posteridad, gloria, é ilustracion de la Nacion, principalmente si hay un particular, como regularmente sucede, que los quiera costear? ¿por qué se imprimen las Pastorales, los Sermones, y por qué se imprime todo? Lo que es bueno y enseña, es digno de la prensa.

Y á la verdad, si estos críticos no tienen á la Poësía y Oratoria por unas Artes inútiles, ¿en qué cosas mejores las quieren emplear, que en tales objetos despues de los sagrados? ¿No es [417] esto reducirlas á su primitivo, y mas, digno instituto? Pero ah! que son Arengas, y Coplas. Y con solo haberlas aplicado estas voces, creen haber dicho lo bastante para hacerlas despreciables, y proscribirlas, como si estas Arengas, y Coplas fueran del mismo jaez que las que se recitan en los grados, y otras funciones de Universidad, como muchas Dedicatorias, Villancicos, Romances de ahorcados, Pasquines, &c. La Poësía y la Oratoria ha perdido mucho credito con tales abusos, y estos gravísimos Censores no distinguen mejor los colores de las cosas.

Pero figuremos una Junta de una Sociedad, segun sus ideas. Convocase con mucha formalidad al público para darle cuenta de sus tareas. Juntase lo mas distinguido del Clero, y de la Nobleza con la asistencia del Magistrado. Aparecen alli los opositores, y el Director, sin mas exôrdio, pronunciando desaliñadamente los nombres de los premiados, les entrega sus medallas, [418] alhajas, ó monedas, y váyanse Ustedes muy benditos de Dios para sus casas que esto está hecho. ¿Qué tal? ¿y sería esto tratar con el decoro, y respeto que corresponde á un Público respetable, y convidado con tanto aparato? y esta sequedad ¿no defraudaba tambien á los premios de una parte del brillo que tienen en una funcion pública celebrada con la mayor pompa?

Yo estoy tan lejos de acomodarme jamás al modo de pensar de estas gentes, que creo que la eloqüencia es una cosa inseparable de toda junta de racionales, en que reyne la igualdad. Asi como la fuerza, y la autoridad son las que obran en una Sociedad desigual; en una igual, obra solo la razon. De aqui nace el empeño de querer cada uno hacer valer la suya, y no hay otro medio de conseguirlo que el de la eloqüencia, ó la Poësía, que es una eloqüencia mas sublime, viva y eficaz. Por eso los Pueblos mas libres son, y fueron siempre los mas [419] eloqüentes. Y por eso he pensado yo siempre, que era uno de los infinitos bienes que traian á la Republica las Sociedades la restauracion de estas dos encantadoras Artes. Lo cierto es, que la época de sus progresos entre nosotros es la de las Academias, Sociedades, y otras juntas de esta naturaleza. Ellas proporcionan mil objetos nuevos y grandes en que exercitarlas dignamente, y yo conozco algunos, que jamás se emplearian, ni regalarian al público con excelentes obras, si estos cuerpos no les hubieran dado ocasion de manifestar sus talentos, que acaso ellos mismos no conocian bastantemente, porque ¿en qué quiere Vm. que exercite la eloqüencia entre nosotros, especialmente un seglar? ¿En las defensas de los Tribunales?

Pero ah! que tal Sociedad no ha hecho hasta ahora otros progresos, que el haber dado á luz algunas de estas piezas! y qué, ¿serán la causa de su atraso estas impresiones? ¿pueden és-[420]tas hacerla menos activa, y distraerla de su fin principal? ¡Ah! las causas del atraso de las Sociedades son otras, que me sería facil exponer, si no temiese alargarme, y separarme demasiado del asunto que me he propuesto. La Poësía, y la Oratoria lejos de dañarlas, creo que son capaces de irlas animando poco á poco, y disipando las causas que detienen sus adelantamientos.

De todos modos una Sociedad Económica, aunque nunca llegue á conseguir grandes ventajas, siempre será infinitamente mas apreciable que una Tertulia de juego, de murmuracion, ó pasatiempo. Una Sociedad Económica siempre será mas loable, que la Tertulia donde se murmura de ella. Cotéjese una porcion de Ciudadanos que se juntan á tratar de Economía, y uno trabaja una Memoria, otro un Discurso, aquel una Oda, y este un Idilio, &c. aunque se quede todo en conversacion; cotéjese, vuel-[421]vo á decir, con otra que se une para la grande ocupacion de mezclar entre si unos papeles mal pintados, y sin significacion, y admirar las diferentes combinaciones que ofrece la suerte, o para adquirir la importante instruccion de si Franco tiene uno, ó dos mil ducados de renta, si Marcial corteja la muger de Cándido, si Inocencia disimula el preñado, ó si en el color de sombra de pozo dice mas bien la guarnicion de sonrisa amable, que la de remordimientos, ó vapores, y otras necedades á este tono. Esta comparacion quisiera yo que se tuviese siempre presente para criticar las Saciedades Económicas.

Yo creo, Señor Censor, que la opinion que he intentado impugnar es de mas importancia que lo que parece á primera vista, y que procede de mas causas que el genio descontentadizo, y poco reflexívo de sus defensores. La envidia, la ignorancia, y la malicia pueden ser algunas de ellas.

[422] Ebene 4► Fremdportrait► Hay algunos de éstos que ostentan con grande satisfaccion una larga, y menuda lista de estudios, en los que sobresalen muchas lecciones de puntos, argumentos de medio, Autos, Sermones, y oposiciones a Becas, Cátedras, y Prebendas, Grados, Títulos de Examinadores, Consultores, Calificadores, &c. que no pueden mirar sin una mortal envidia, que alguno que por otra parte no puede presentar su nombre, y apellido con estos ostentosos equipages, produzca una pieza que acaso logre tantos, ó mas aplausos, que quantas funciones tuvieron ellos. Estos tales no quisieran que hubiese mas ramos de lucimiento literario que los que ofrecen las Universidades, y no miran con menos aborrecimiento á las Sociedades Económicas, que á las mas ilustres Academias, que temen han de sacar por ultimo todo, ó la mayor parte del merito á las Universidades, si no mudan de sistema. ◀Fremdportrait ◀Ebene 4

[423] Ebene 4► Fremdportrait► Otros acostumbrados toda su vida al desaliño de las Ciencias, divorciadas de las bellas letras, tienen los oídos yá demasiadamente callosos para que puedan percibir la dulzura de ellas, y quisieran desterrarlas no solo de estos cuerpos, sino de todo. ◀Fremdportrait ◀Ebene 4

Ebene 4► Fremdportrait► Otros mas maliciosos claman contra las oraciones, y poëemas, porque les incomodan los avisos, y consejos de los Oradores, y Poëtas, y por vér que ellos no son comprehendidos en sus elogios; antes suelen por el contrario vér en ellos, retratadas su inaccion, su indolencia, su ignorancia y otros muchos defectos. ◀Fremdportrait ◀Ebene 4

Ebene 4► Fremdportrait► Ultimamente, creo que hay algunos que llevan en esto tan sana intencion, como la de Juliano en desterrar los bellos estudios de entre los Christianos. ◀Fremdportrait ◀Ebene 4

Por desagraviar á las Sociedades de quienes soy el mas apasionado, y á mí que me juzgo comprendido en estas Censuras, he expuesto á Vm. es-[424]tas reflexîones, á las que se podia dár mas erudita, é interesante extension, si lo permitiesen los limites, y naturaleza de esta Carta, que ruego á Vm. publíque, mientras yo hago lo misimo con la sabiduria, y justicia de sus Censuras de Vm. cuya vida, &c.

B. L. M. de Vm.
su mayor apasionado
Patricio Amigo. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3 ◀Ebene 2 ◀Ebene 1

1Esta Carta, asi como la doy á luz, y que traía por Epigrafe ó Lema este mismo, la recibí por el Correo general del dia 3 de este mes. Me ha parecido digna de publicarse; pero no puedo dár mas noticia, ni de quién me la ha dirigido, ni del Lugar de la fecha, pues venia manuscrita en los mismos terminos que yo la doy impresa.