Misce stultitiam consiliis breuem.Dulce est desipere in loco.
Horat. Od. IV. 12. v. 27.
Mezcla à consejos serios
Locuras que sean breves;
Que alguna vez mezclarias
Es dulce y conveniente.
El Censor à Alguien, alias Alguno,
&c. &c. &c.
Muy Señor mio: dos causas me imponen una obligacion la mas fuerte, de ofrecer à Vm. la continuacion de mi obra periódica.
Non potuit mea mens, quin esset grata, teneri.
La segunda causa, no menos poderosa, es mi propia utilidad; porque como decia Horacio:
. . . . . Il ilitas justi prope mater, & aequi.
En efecto, la experiencia me ha hecho
¡Qué no podria yo decir aqui de la alteza de su origen, de la profundidad de su sabiduría, de la grandeza de sus virtudes! Pero ¿quién no sabe que no se encontrará nobleza, ni mas acendrada, ni mas antigua que la de la casa de Alguno? ¿Ni quién puede ignorar que, ò no hay en todo el ambito del universo un hombre que posea todas las ciencias, y todas las virtudes en el grado mas elevado, ò que si le hay, ese hombre es hoy Alguien seguramente?
Asi que, quantos panegíricos han hecho los Oradores, quantas alabanzas han cantado los Poetas, han tenido siempre por objeto à Alguno. De manera, que à estas horas no ha llegado a mi noticia; que se haya escrito sino un solo elogio que no haya sido de Vm.
Ni hay porque parezca sospechosa la autoridad de Oradores y Poetas; consul-Non omnis, quidam non &c. nos dicen abiertamente de Alguien cosas aun mucho mas admirables, que pudiera el Orador ò Poeta de imaginacion mas ardiente.
NON aliquis, nullus. Vuelvo à pronunciar delante de nadie aquellas dos ò tres letras, las mismas (cosa bien particular) que me le habian hecho desaparecer; y catate otra vez presente à Alguien: NON nullus, quidam Pronuncio en fin las mismas admirables letras por NON quidam NON, valet omnis. La lastima es, que estas cosas no se vén con los ojos de la cara; y asi no hacen ellas impresion en el comun de los hombres; porque yá ha largo tiempo que están hechos à no tener por verdadero, sino lo que ven, ò lo que palpan.
Pero lo que à mí me lleva mas la atencion sobre todo lo hasta aqui dicho es, que estas mismas qualidades que tanto elevan à Vm. hayan sido siempre como hereditarias en su familia, y como connaturales à sus Individuos. Ello es cosa que causa la mas grande admiracion, ver que jamás se han encontrado en otro que no sea Alguien: de manera, que en todos tiempos han hecho este nombre tan ilustre, que ha venido à ser como una cifra, ò compendio de todas las causas que pueden hacer estimados, amados, ò venerados à los hombres.
Si hoy entre nosotros se honra qualquiera con el nombre de Alguien; si todos se jactan, se glorían de ser Alguien; si to-
Æxtitit (dice de él Gamaliel en el nuevo Testamento)
Theodas dicens se esse aliquem.
qvemqvam jam ferre potestCaesarve priorem,Pompeyusve parem . . . . .
Fac (le díce en la Epistola l6. del lib. 3.) fac . . . . . me velis esse aliquem.
Y que à vista de todo esto (confesemoslo para ignominia de nuestro siglo) a vista de esta inmemorial posesion, en que no solo Vm. sino tambien su familia se hallan sin cosa en contrario de su nobleza; y no digo mas; se encuentren hombres que no duden atribuir à Alguien qualquiera falsedad, qualquiera maldad que se diga, ò haga sobre la haz de la tierra. ¡Como si fuese posible, que faltasen à Vm. ni à otro alguno su pariente, muy buenas razones para obrar como gustase ¡O tempora! O mores! pudieramos exclamar con Ciceron.
Mas de todo esto, Señor Alguien, (y permitame Vm. que se lo diga) no dexa Vm. de tener parte de culpa. Porque Vm. es la misma paciencia, Vm. es la misma humanidad, la benevolencia misma. De manera, que ya todo el mundo sabe y conoce que Alguien de ninguno es enemigo: que Alguien con nadie quiere estar en contradicion; y en una palabra, Vm. se hermana y se hace por decirlo asi uno mismo con qualquiera.
Por esto no se me oculta à mí, Señor Alguien, que por grandes, por admirables que sean las virtudes, y el poder de que Vm. se halla adornado, nunca serán parte para refrenar las lenguas de los Zoilos y Aristarcos. Pues que nada es capáz de contener à estos, sino unicamente el mal ò el bien que de Vm. pudiesen temer, ò esperar. Pero à bien que yo por mí tengo igualmente muy poco que temer de ellos. Mis meritos tienen muy pocos estimulos para dispertar su envidia; y sobre todo yo me las avendria solo como pudiese con qual-
¡Ojalá no tuviese yo que recelar mucho mas que de la envidia ò la malicia, de la inadvertencia, la irreflexion, y del amor propio de muchos de mis Lectores! ¡Quántas veces, aun juzgando tal vez lisonjearme con creerme de su opinion, les harán ver en mis escritos estos falacisimos interpretes lo que ellos quisieran que yo dixese, y lo que sin embargo yo no habré soñado decir!
Y vea Vm. aqui, Señor Alguien, vea Vm. aqui las ocasiones en que principalmente necesito yo de aquel patrocinio que dixe no podia encontrar sino en Vm. y que efectivamente nadie me lo podrá dispensar.
Porque à la verdad, quando sin oírlo, sin verlo yo, se diere acaso à mis expresiones un sentido que no tengan un sentido tal vez ageno è indigno del modo de pensar de un hombre honrado, ò de un christiano, un sentido que quizá no se
Mas por quanto convencidos muchos de que visiblemente no tienen mis expresiones el sentido que las dan suelen achacarlas luego que hablo ironicamente: quisiera, Señor Alguien, y se lo suplico à Vm con mucho encarecímiento, que en estos casos se dignase Vm. hacerles vér con su acostumbrada mansedumbre y erudicion, que cosa es ironía, qué se requiere para ella. Digales Vm. por Dios que la ironía se difine: una figura por la qual decimos abiertamente lo contrario de lo que significan las palabras: que por esto la llama Quintiliano, diversi loquium, dissimulatio, & illusio, que es lo mismo que suena la voz griega, [...]: y que por tanto es imposible sea irónico un discurso ù oracion, cuyas clausulas no sean manifiestamente falsas en algun sentido y empleadas, como tales por el mismo Autor.
Para explicacion de esto pondré aqui quatro exemplos, que señalan coadose todo lo que
O sanctas gentes, quibus hace nascuntur in hortis,Numina . . . . .
La qual sería tan ironía como la madre que me parió, si no fuese manifiesto, que Juvenal estaba muy lexos de comprehender, y que efectivamente no eran comprehendidos baxo la significacion de numina los puerros, y las cebollas que adoraban los Egypcios; pues de lo contrario ¿cómo se habia de conocer que se burlaba de ellos, llamandolos Santos?
Quis neg. Aeneae niegno de stirpe Neroném?Sustulit hic matrem, sustulit ille patrem.
Peparte Vm. por su vida si el primer sustulit no abiertamente falso en el sentido en que es el sesegundo verdadero y este abiertamente falso en el sentido en que es verdadero aquel. En lo qual consiste precisamente la ironía; de tal suerte, que si los dos sustulit no tuviesen sino un mismo significado ò sentido, no podria dexar de
Carmina Paullus emit, decitat sua carmina Paullus.Nam quod emas, poseis dicere jure tuum
Si aquel sua carmina no significase alli los versos que habia hecho Paulo, lo qual es falso, como lo manifiesta el pentametro, y la primera parte del exametro; ¡seria esta por cierto ahi graciosisima ironía! Lo mismo que si dixesemos: Paulo ha comprado una casa, Paulo la muestra à todos, ò se sirve de ella como suya; y con razon; porque lo que se compra se hace legitimamente del comprador.
Sed stulti sumus qui Drusum, qui Africanum, Pompejum, nosmetipsos cum Publio Clodio conferra audeamus. Tolerabilia fecerunt illa. Clodii mortem aequo animo [...] potest. Luget Senecus [...]: tota Ciuitas confecto sunio este [...]. Ahora pregunto
De todo lo dicho resulta, Señor Alguien, que un discurso ù oracion, cuyas claúsulas puedan ser verdaderas, y aun dudosas en el sentido en que su Autor las emplea, ò en el que hace al asunto del discurso; es imposible de toda imposibilidad el que sea una ironía. Porque ò será decir la verdad paladinamente, o será asegurar como cierto lo que es dudoso, ò será en si una ironía puramente mental, como suele ser la simonía, ò la usura: à saber, pretendiendo el Autor allá dentro de su mente, que tengan los demás por manifiestamente falso lo que les es, ò verdadero, ò dudoso. Y advierta Vm. de paso, que si hemos de admitir de estas ironias mentales; aunque un hombre diga el Creo a los Mandamientos, y este hombre sea Christiano, nos será arbitrario juzgar que habla ironicamente.
Y por lo que hace à otros defectos que se me impuren, no se le dé à Vm. cuidado; atribuyalos Vm sin reparo à mi ignorancia o à otra alguna de las causas que Vm. sabe. Sobre todo no se embarace Vm. en contextaciones con ninguno de estos semieruditos, sabios de perspec-fustibus est arguendum, ni pueden ser convencidos de otra mane-¿se me ha escapado algun dislate?
Huya Vm., vuelvo à decir, Señor Alguien, de contextaciones con semejantes sugetos, los quales no pueden tener otro efecto, que aumentar, si es que puede recibir aumento, su vanidad. El patrocinio de Vm. en las otras ocasiones con que yá cuento, es muy bastante para animarme á proseguir con mi obra en los mismos terminos que antes, sin que por esto sea aqui necesaria otra advertencia. Este nuevo favor, que à Vm. espero deber me obligará à que como siempre me he confesado, me confiese en adelante
Hoy Jueves 13 de Noviembre de 1783.
Su mas humilde y obediente Servidor
El Censor.