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Cita bibliográfica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso LXXXIII", en: El Censor, Vol.4\083 (1785), pp. 265-280, editado en: Ertler, Klaus-Dieter (Ed.): Los "Spectators" en el contexto internacional. Edición digital, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.385 [consultado el: ].


[265] Nivel 1►

Discurso LXXXIII

Cita/Lema►  . . . . . ¡Quantas moveo machînas!

Plaut. Mil. Glor. Act. III. Scen. II.

¡Qué máchînas no muevo! ◀Cita/Lema

Nivel 2► Carta/Carta al director►Muy Señor mio: si yo no conociera bien los hombres, tendria mucho que temer á las censuras de Vm. y otros moscardones como Vm. que á cada paso nos andan zumbando las orejas para dispertarnos del dulce sueño en que estamos. Pero estoy tan asegurado de la virtud de los narcóticos, que quiero comunicar á Vm. (que será lo mismo que publicarlos en Carteles) y hacerle [266] testigo de mis sueños: yá Vm. sabe que se recibe cierto deleyte en contarlos. ¿Pero qué digo sueños? Pardiez, que sin sentirlo se me iba pegando algo de la lúgubre filosofia de Vm. No señor: dexemonos de metáforas: voy á contar á Vm. mis verdaderas glorias y triunfos. Preparese Vm. pues, que le va á hablar, no menos qué ¿quien? Mesurese Vm. Un Legislador, un Soberano, un Conquistador. No: no temo que Vm. me dé el desaire de volver la grupa, y echar á rodar la tinaja: no por cierto: no me deslumbra á mí el titulo severo de Censor. A alguno le parecerá que este dictado indica un Barbón Apotegma, tetrico y ceñudo. Mas yo le conozco á Vm. que es un mocito como una plata, muy oloroso, peinado, y atildado, que no hay mas que ver: en no de los mios. Vamos pues al cuento, que no convienen á mi ligereza tantos exordios.

[267] Nivel 3► Autorretrato► Yo señor mio de mi ánima, soy para lo que Vm. quiera mandar, uno de aquellos hijos de la Ballena, á quienes los vejancones atontillados llaman Pisaverdes. No tengo patrimonio ni empleo alguno, que esto, y mucho mas acontece por los buenos. Pero gracias á mis mañitas, no me falta lo que ha menester la persona para las necesidades públicas y clandestinas. Mi figura no es de las mas ventajosas; pero todo lo remedia el ingenio, y un poco de paciencia. Yo la adorno, ilumíno, y entontillo de tantos modos, que nada me queda que envidiar á los Adonis, Jacintos, Hilas, Ganimédes, y demás petimetres de la Fabula. Mi genio festivo y sociable me ha llevado á aquella amable clase de estudios, que hace á un hombre util y necesario en un estrado. Principalmente he adquirido una inmensa erudicion en esto de Comedias, Novelas, Sainetes, Tonadillas; y aun ha [268] visto el público algunas obras mias baxo el modesto nombre de un Ingenio de esta Corte, las quales tengo muy fundadas esperanzas de que ocuparán un lugar distinguido en el nuevo Theatro Hespañol. A demás de esto, el ansia con que Madrid ha copiado y participado á las Provincias mis pequeñas composiciones, ó sean piezas fugitivas: á saber coplas dichas de repente en las concurrencias, con pies y consonantes forzados, con paranomasias, acrosticos, laberintos, anagrámas, retrogrados, ó acabando en titulos de Comedias, y llenas todas, aunque yo lo diga, de juegos y equivocos felicísimos, me tiene animado á hacer una coleccion ó Parnaso, que segun está refinado el gusto de la Nacion, creo agradará, y me dará mas fama y ganancia (que es lo principal) que las Obras del Cura de Fruime, y otras colecciones de la misma calaña, que honran nuestro Siglo y nuestra Patria con envi-[269]dia mortal de los Extrangeros.

En fin, dexando este proyecto para mas adelante (porque no pienso que la Nacion se deprave tan presto) y volviendo á mi principal asunto, digo, que yo tengo toda aquella instruccion y sabiduria que necesita un hombre para vivir en sociedad, que debe ser el objeto de todos los estudios. Porque á la verdad ¿qué cosa mas ridicula y vergonzosa que un hombre de esos que se están sepultados toda la vida entre los libros, el qual se encuentra, quando viene el caso, embarazado para saludar á una mocosa, y atascado á las primeras palabras? Entreguesele á un Misantropo de estos el bastón de una Sala: mandesele dirigir un juego de prendas, poner una contradanza, partir un ave en las puntas de un tenedor, hacer platos en una mesa, decir una relacion, ó conducir una niña aunque sea por un camino como la palma de la mano; á ver enton-[270]ces de qué le sirven sus graves estudios. En estos y otros casos se conoce que no en los colegios, seminarios, escuelas, universidades, y academias; sino en los estrados, tocadores, lunetas, cafés, y salas de trucos, es donde se adquiere la verdadera instruccion.

Todas estas prendas que acabo de exponer, me han proporcionado y hecho acreedor al Reyno de que gozo. Yo no nací Principe, ni aun Señorito. Pero conociendo mis felices disposiciones al poner en execucion las leyes de otros, me han nacido deseos de serlo, y no depender de nadie. Confieso no obstante, que debo mucho á algunas casualidades. Mas creo que la mayor parte de las mas célebres invenciones, no tienen otro origen. Oiga Vm. un caso, que me acabó de determinar. Nivel 4► Relato general► Un dia me cogió el Peluquero tan desprevenido, que ni un peinador tenia, ni cosa que lo valga, ni aun (vea Vm. que trabajo) [271] un triste pañuelo de narices para suplir su falta. El Peluquero instaba, y yo no dexaba de tener prisa: con que no hubo mas remedio que peinarme sin roquete, fiado en la destreza del Señor Maestro. Pero ella no fue tanta, que no me pusiese la espalda como la de un molinero. Fueme no obstante indispensable salir en esta disposicion á la calle, y puede Vm. figurarse como iría corrido. ¿Cómo habia yo de imaginarme capáz de introducir semejante moda? Entonces fue quando conocí para lo que habia nacido, y quantos descubrimientos habia hasta allí perdido el Público por ignorarme yo á mí mismo. ◀Relato general ◀Nivel 4 Desde aquel felíz instante me he propuesto ser el modélo y legislador de toda la Nacion, y lo he conseguido y conseguiré á pesar de todos los Censores, censuras, y censos del Universo.

Si Señor; á un gesto mio se hace visages toda España, y á qual-[272]quiera movimiento que yo haga, todo el mundo se mueve ni mas ni menos que al grito de un Ayudante se menean tantas piernas, bullen tantos pies, suenan tantas plantas, y se vuelven tantas cabezas. Vm. mismo Caballero mio; el mismo Señor Censor no traerá mientras yo viva otra hechura de hevillas, que la que yo le diseñe, otro peinado, que el que yo le disponga, ni otros colores, que los que yo le prescriba. Arrojará su sombrero chico para tomar uno de á folio, que volverá á recortar quando lo pida mi capricho, ó tal vez mi necesidad. Hoy tendrá que descoyuntar el brazo para sacar el pañuelo de junto á las costillas, y mañana por mi gusto regalado lo irá á buscar con soga y roldana á los muslos.

Los grandes Señores, á pesar de sus pergaminos, de sus piedras entalladas, y lo que es mas, de sus vastos estados son mis ciegos imitado-[273]res. Los barbudos Filosofos siguen mi doctrina. Los ricos, y los pobres, los rudos, y los habiles, los hermosos, y los trasgos, todos son mis Vasallos: y hasta los Hidalgos de Lugar, que son la gente mas vana y mas cerril que sufre el Universo, cumplen á su modo y con envidia mis ordenes. Y quien le dixera al Señor Don Silvestre Tirintintón, Caraculiambro y Lironte, Señor del Castillo de Brandabarbarán, Divisero, y Pariente mayor de los Lirontes &c. &c. &c. que obedecia ciegamente los preceptos de un tal como yo, disfrazados con los nombres de ultima moda, cosa de Corte &c. ¿Sería menester mas sermon ni satira?

Vea Vm. ahora qué Principe tiene tantos y tan obedientes Vasallos, que General tantos Soldados, que Filosofo tantos Discipulos, y discurra en este supuesto ¿qué titulo se ha de tomar un hombre que lleva atados á su carro Duques, Condes, Marque-[274]ses, Magistrados, Militares, Doctores, é Hidalgos, vuelvo á decir, de Lugar? ¿Y por qué no ha de ser ya mi nombre mas famoso que los de Aristoteles, Platón, Pithagoras, Cenón, Cyro, Xerxes, Alexandro, Cesar &c.? Pues no pára aqui el cuento. La ambicion no tiene límites. Mis glorias no serían mas que á medias, sino se extendiese mi poder al otro sexô. Si Señor: mi Cortejo es mi instrumento, ó para hablar mas dignamente, mi primer Ministro en el departamento mugeríl.

Nivel 4► Retrato ajeno► No hizo Ovidio tan famosa á su Corina, Estacio á Violantila, Tibulo á Delia, Propercio á Cynthia, Cátulo á Lesbia, Cornelio á Licoris, Petrarca á Laura, y Lope á su Amarilis (la censura sea sorda) como yo á mi Señora Doña Flora Zorrilla, que este es el nombre de la Reyna mia. ¿Quándo se le ofreceria á la imaginacion mas poetica, que una Criaduela pobre y obscura habia de ser la [275] Directora de todo su sexô, y á quien la grandeza de las Duquesas habia de obedecer con ahinco, y hasta las Señoras de Aldea, que son la misma presumpcion en persona? Creame Vm. que ni aun yo mismo lo podia esperar. Porque la tal Zorrilla de mi alma tiene unas calidades tan ruines, que parece debian apartarla de semejante elevacion. Su ninguna crianza, su libertad y su conducta la adquirieron unos modales tan baxos, tal desemboltura, y sobre todo un lenguage, expresiones y estrivillos tan indecentes, soeces, y picarescos, que á mí mismo, que nada tengo de delicado, me empalagan muchas veces. Yo no sé si me explico bastantemente, y propusiera á Vm. algunos exemplos á no temer que la severa delicadeza de Vm. dexase por ésto de publicar, como lo espero, esta Carta. Pues vea Vm. quanto nos engaña la especulativa: ella con su buena gracia se ha ad-[276]quirido tal influxo sobre todo su sexô, que ha hecho de la moda sus habilidades y contra toda esperanza, á pesar del concepto de honradéz y gravedad de las matronas españolas, ha logrado introducir el lenguage de las tabernas y burdeles en los mas altos estrados. ◀Retrato ajeno ◀Nivel 4

Considere Vm. pues por vida suya, quanta será mi satisfaccion quando salgo al paseo, quando me presento en las tertulias, entro en los teatros, y en los mismos templos, y veo como son obedecidas mis leyes sin tribunales, alguaciles, carceles, ni castigos; quando á la mas leve señal mia, ó de mi Flora, veo cortadas de falda todas las chupas, estrechados todos los calzones, recortadas todas las cotillas, ahuecadas todas las faldas: quando doy un tono, hago un menéo, formo una mueca, y veo á todo el mundo, como en un juego de prendas, ponerse alerta pendiente de mi voluntad para obede-[277]cerme inmediatamente. Nada pues falta ya á mi gloria para ser completa, sino el que se vea la mano que mueve esta machîna, y que el mundo conozca á su legislador. Es ya demasiada mi satisfaccion para que quepa dentro de mí: y me causa enfado que esté tan desconocido mi nombre, siendo tan imitadas mis acciones. Hago un papel muy obscuro escondido detrás de unos bastidores: quiero salir al teatro y que Vm. sea mi introductor. Ya no temo que los Poderosos sobervios, ni los Sabios presumidos se avergüencen de seguir y obedecer á un mueble como yo. Está bien afianzado mi dominio, y las cosas seguirán como hasta aqui, aunque con mas gloria mia. Los Censores gritarán contra las modas, y ellos mismos las seguirán religiosamente. ◀Autorretrato ◀Nivel 3

Sepan todos pues, que Don Narciso Pintado es su Maestro, y su Principe. Sepan sus mercedes, sus seño-[278]rías, sus excelencias, que no encargan un vestido de nueva hechura, unas hevillas, ó una espada de nuevo dibujo; porque estén ya gastadas las otras, ó porque las nuevas sean mas commodas ó de mejor gusto. Nada menos que eso; sepan que es solamente porque á mí se me ha puesto en la cabeza, y porque no hay remedio sino recibir la ley sumisamente. Y si alguno tubiere la osadía de contestar mi potestad, yo sabré escarmentarle haciendole cojear por un par de años, ó cosa peor.

Pero no me doy por contento con manifestar mi nombre á mis Discipulos, seqüaces y subditos. Yo quiero parecer en público de un modo legislativo, qual conviene al derecho que he adquirido. Quiero dár leyes, instrucciones, ordenes, ceremoniales, y exercer los demás actos de jurisdicion que me competen. Acuerdome de un proyecto que Vm. ha anunciado en uno de sus papeles, y viene á ser una [279] Gaceta de las modas. Es este un pensamiento admirable. Comunicadas mis ordenes por escrito, correrán con mas velocidad, y seré mas prontamente obedecido. Por otra parte veo que se cometen muy substanciales y groseros errores en visitas, refrescos, bailes, &c. por falta de ceremoniales y formularios. Sé tambien que hasta las personas mas hábiles y prácticas padecen gravísimas dudas, y se exponen á grandes inconvenientes por no tener toda aquella certeza que se requiere en el apunte de un sombrero, en el corte de una casaca, ó en el color y guarnicion de una bata: habiendose perdido muchas amistades por disputas que se han suscitado sobre estos asuntos.

Nos deseando prevenir y remediar tanto desorden, pensamos formar instrucciones y reglamentos muy circunstanciados: para lo qual es necesario crear algunas Oficinas, nombrar Oficiales y Secretarios; estable-[280]cer un Magistrado ó Tribunal para responder á las consultas, y aun tenemos determinado nombrar en cada Provincia un Archi-petimetre, que exerza en ella como Vicario nuestro la jurisdicion petimetra. Y respecto esto pide algun tiempo, creemos deber anticipar interin á nuestros fieles subditos todos estos proyectos por medio de vos, que creemos corresponderéis como estais obligado á nuestro servicio. Dada en esta nuestra Guardilla de la Calle del Espejo á 9 de Diciembre de 1785.”

D. Narciso Pintado.

Al Censor de la Nacion Española. ◀Carta/Carta al director ◀Nivel 2 ◀Nivel 1