Faksimile anzeigen

Citazione bibliografica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso LXVIII", in: El Censor, Vol.4\068 (1785), pp. 1-19, edito in: Ertler, Klaus-Dieter (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.370 [consultato il: ].


[1] Livello 1►

El Censor,

Continuacion de la obra
Periódica, publicada con este titulo en el año de 1781: en los fines de 1783: y principios del de 1784.

Discurso LXVIII

ZM*  . . . . . Nunc accipe quare
Desipiant omnes . . . . .
 

Horat. II. Sat. III. v. 45.

Oye, y verás quán pocos
Son los que en este mundo no están locos. ◀Citazione/Motto

Livello 2► A Pesar de todo quanto expone el Señor Rios en su excelente Analysis del Don Quixote, jamás he podido yo perdonar á Cervantes el que hubiese hecho asunto de su immortal obra bur-[2]larse de una locura como la de este héroe fabuloso. ¿No habia acaso otras locuras sin comparacion mas perjudiciales y mas comunes que hacer ridiculas? Livello 3► Eteroritratto► A fé mia que un loco que se creía obligado á enderezar toda suerte de tuertos, desfacer todo género desagravios, amparar huerfanos y doncellas, dar socorro y ayuda á toda suerte de necesitados y menesterosos: un loco que para cumplir con estas obligaciones, dexa su casa, abandona su commodidad, desprecia toda suerte de trabajos y fatigas, arrostra los mayores peligros y la muerte misma: un loco, hidalgo ó caballero, y no obstante afable, comedido, bien hablado con todo el mundo, casto hasta no poder serlo mas, y de un juicio recto (fuera á parte de su manía) de unas luces claras, y de una mas que mediana instruccion: un loco, pero al fin un hombre veráz, íntegro, lleno de probidad y de honradéz, incapáz de decir ni hacer cosa que en su concepto fuese una vileza; [3] amante de la gloria, sóbrio en la abundancia, liberal en la pobreza, valiente en todas ocasiones, compasivo, misericordioso, agradecido con todos; en una palabra, un hombre cabal y perfecto, á excepcion de aquel trastorno que su imaginacion padecía; vuelvo á decir y diré mil veces, que un loco tal era á fé mia mas digno de un panegírico, que de una sátira. ◀Eteroritratto ◀Livello 3 ¡Oh! y si encontrasemos hoi un loco como éste tras cada esquina! Poco me falta para exclamar , que bien hayan amen los libros de Caballerías , si aun á pesar de trastornar la cabeza de sus lectores, podian no obstante infundirles el amor á tantas virtudes sociales como resplandecían en Don Quixote. ¡Pero la lástima es que entre toda la immensa multitud de libros de que nos vemos inundados, apenas habrá media docena que sean capaces de producir unos efectos semejantes! ¡Pero la lástima y lo cierto es, que entre tantos locos como hierven por todas partes, y que por nada menos son tenidos [4] que por tales, apenas se encontrará uno cuya locura no sea, ó infinitamente mas ridicula, ó sumamente mas perjudicial á los otros hombres, que lo podia ser la locura de Don Quixote!

Livello 3► Eteroritratto► Porque á la verdad, ¿no vale mas ser un Don Quixote, cuyas acciones, ó fuesen bien ó fuesen mal dirigidas, por lo menos no desdecian del carácter de hombre; que uno de estos Adonis almidonados, que con ser tal vez mas viejos que Don Quixote, ó acaso tan bonitos como él, pasan la mitad del dia en el tocador, y la otra mitad en llevar de casa en casa su bellísimo individuo, para presentarlo á los votos y adoraciones de las personas del otro sexo? ◀Eteroritratto ◀Livello 3

Livello 3► Eteroritratto► ¿No vale mas ser un Don Quixote, tan casto y virtuoso como se ha dicho; que uno de estos grandes Caballeros, que eximiendose de toda suerte de obligaciones sociales á favor de un buen mayorazgo, no parece sino que profesan unicamente desfacer toda suerte de doncellas y corromper toda suerte de casadas y viudas? ◀Eteroritratto ◀Livello 3 [5]

Livello 3► Eteroritratto► ¿No vale mas ser un Don Quixote, hombre de alguna instruccion, y que en las materias extrañas de su manía discurría no solo con acierto, pero aún con elegancia y con gusto; que ser uno de tantos semi-eruditos, cuyos conocimientos no exceden á los de qualquier Librero, ó uno de tantos pseudo-sabios, cuya ciencia toda consiste en saber lo que los demás han dicho; los quales no solo no poseen el hábito de raciocinar en ninguna materia que sea, sino que lejos de explicarse con elegancia, no atinan aún en sus escritos con las leyes gramaticales? ◀Eteroritratto ◀Livello 3

Livello 3► Eteroritratto► ¿No vale mas ser un Don Quixote, á quien la mayor atrocidad que le hizo cometer su locura, fue la de haber librado de sus cadenas á una quadrilla de reos justamente condenados por una autoridad legitima, que ser uno de tantos, como pretenden poner en ellas á inocentes, declarados tales por todas las leyes naturales, y positivas? ◀Eteroritratto ◀Livello 3 Livello 3► Eteroritratto► ¿Y podrá compararse la locura de Don [6] Quixote en haberse metido por medio de una manada de carneros que se le antojó un exercito contrario, y matado quando mas dos ó tres reses, que se comería su amo; podrá, digo, compararse esta locura, y alguna otra de este género, con la de tantos hombres, que desollando vivos á otros hombres como ellos, á quienes ni creen carneros ni soldados enemigos, y tratandolos peor que á las mismas bestias, de suerte que si no los deguellan es puramente porque muertos de nada pueden servirles; pretenden no obstante encubrir esta maldad con los pretextos mas vanos y frivolos del universo? ◀Eteroritratto ◀Livello 3 Livello 3►

Citazione/Motto►  . . . . . Imméritos dum ociddit, desipit, agnos?
Cum prudens scelus ob titulos admittis inanes
Stas animo?

Horat. ubi sup. v. 211. ◀Citazione/Motto

◀Livello 3 Sería nunca acabar si hubiesemos de discurrir por todos los vicios que hacen á una gran parte de los hombres, ó [7] mas ridiculos, ó mas despreciables, ó mas dañosos á los otros, que lo podia ser Don Quixote con toda su locura.

¿Pero es preciso, se dirá, ó ser loco, ó ser vicioso? ¿No hay medio entre estas dos cosas? ¿No puede ser un hombre virtuoso y cuerdo? He aqui el punto á que yo quería venir. Si se habla meramente de poder, yo no lo dudo. Pero si se habla de lo que es, y he de confesar la verdad, yo creo que todos, todos en este mundo somos un poco ó un mucho locos; porque todos ya en esta ya en la otra materia tenemos cada uno nuestros errores ó ya graves ó ya leves, pero conocidos manifiestos y evidentes á los demás cuyo entendimiento no flaquea por aquella parte. ¿Y qué otra cosa, pregunto, es la locura que este error manifiesto y evidente á los otros? ¿Por qué otra causa era loco Don Quixote, á pesar de discurrir perfectamente en las materias inconexas con su manía, sino porque creía que las ventas eran castillos, gigantes los molinos de viento, y [8] otras cosas á este modo, cuya falsedad conocían todos con la ultima evidencia? Yo he leído, qué sé yo dónde, que entre la locura de los que son encerrados por locos, y la de los que los encierran, no había otra diferencia que la de ser comun la de estos, y singular la de aquellos. Y me parece esto tan cierto, que confieso ingenuamente no soi capáz de hallar otra diferencia entre los errores evidentes que tienen el nombre de locura, y los que no tienen este nombre.

Pues ahora, si la locura no dexa de ser locura por ser comun á muchos, ¿quién es el hombre que no tenga alguna ó muchas de estas locuras, ya mas, ya menos comunes? Por decontado la mitad de los hombres son locos con una locura que evidentemente conoce la otra mitad. Porque ¿qué patrañas, qué absurdos tan manifiestos á la razón menos alumbrada, no están creyendo hoi los Secretarios de Mahoma, y esto con tanta firmeza, que darán ó recibirán mil [9] muertes antes que consentir siquiera en oír de boca de otro que son patrañas las que creen? ¿Pues qué diré de las otras falsas religiones cuya falsedad conocen también los Mahometános con evidencia? En fin, si quisiesemos discurrir por todos los errores ó locuras de otra especie, hallaríamos sin duda que en qualquier número de hombres dado, y en qualquiera region que fuese, aunque fuese en la ilustrada Europa, la una mitad eran locos con una ó muchas locuras conocidas y manifiestas para la otra mitad: hallaríamos tal vez que las mas de esas que se llaman ciencias, inventadas para sacar á los hombres de sus errores, y que por la mayor parte no son sino un agregado de opiniones y eternas disputas, no son tampoco sino un agregado de locuras, y sus profesores quizá los mas locos de los hombres. Pero lo que seguramente no encontraríamos sería ni una tan sola locura que fuese tan poco perjudicial, por no decir tan util, como la de Don Quixote. Asi es ella una [10] locura fingida, y que jamás ha existido.

Pues ahora (y aqui entro yo) si es fuerza en este mundo ser loco, ¿por quán afortunado y felíz no puede y debe tenerse aquel á quien tocó en suerte una locura semejante á la de este honrado loco? Digolo, porque segun todas apariencias yo soi el dichoso.

Livello 3► Autoritratto► Si, Señores, el Censor es, y lo tiene á mucha honra, mui semejante á un Don Quixote del mundo filosofico, que corre por todos sus países en demanda de las aventuras, procurando desfacer errores de todo género, y enderezar tuertos y sinrazones de toda especie, pertenezcan unos y otros á la materia que pertenecieren. He aqui su manía. Intento verdaderamente loco; ya por la cortedad de sus fuerzas, ya por la debilidad de sus armas. Razoncitas, discursitos que quando mas llenan un pliego, y alguna satirilla tan débil como una caña, miren que baterías de cañones, ó que buenos doblones de á ocho, para que hubiesen de convencer ó persuadír [11] á nadie en el mundo. ¿Hai por ventura otra lógica ú otra retórica que convenza ó persuada eficazmente? A lo menos si sus armas fuesen mas sátiras Menipeas, ó como las de Lucilo &c. tal qual; ya podia esperar alguna cosa; pero estas son armas prohibidas de las que no puede usar. ¿Mas cómo ha de ser? El á pesar de todo no tiene esto intento por locura: si lo tubiese por tal, si lo conociese asi, ya se ve, no sería loco. Si se le dice que á estas horas no ha dado todavia fin ni felíz acabamiento á ninguna de quantas aventuras ha acometido en las dos salidas que ha hecho de sus casillas; lo atribuye como Don Quixote á los muchos malandrines, follones, encantadores, que, se le ha puesto en la cabeza, le persiguen ocultamente ó por encantamiento, y les echa la culpa de que no hayan tenido efecto cumplido á lo menos algunas de sus proezas y valerosos esfuerzos que comenzaron ya á tenerle. Al revés de tantos escritores andantes como, dice [12] hai en esta era, los quales se meten á enderezar tuertos, que ni hai ni ha habido, ni segun todas apariencias habrá, y que quando los hubiese, importaría mui poco, engañando de esta suerte á la Nacion, y haciendola á ella un mui gran tuerto; él se gloría de que al contrario, no ha tratado por la mayor parte de enmendar otros tuertos que los que ha creído verdaderos y de importancia. Demás de esto, se jacta de que no pocas veces ha procurado desfacer grandes errores, cabezas de los demás, que como otros tantos poderosos gigantazos, tienen tiranizado y lleno de miserias al mundo entero, y á los quales está persuadido no ha habido hasta ahora ningun caballero escritor que les haya tocado ni aún al pelo de la ropa, ó bien por miedo, ó por alucinacion de sus encantos. Ultimamente, enamorado de su castísima Dulcinea, á quien llama la Verdad que según un autor antiguo, se halla ya hace machos años encerrada en un pozo mui profundo, segun otros [13] autores no existe, y segun muchos modernos no se sabe absolutamente dónde pára, pero á la que cree él haber visto muchas veces y la tiene por única reina y señora de su corazon; se gloría de que siempre la ha guardado y guardará en adelante una eterna fidelidad; y de que ni ha prestado ni prestará jamás sus oídos á las alhagüeñas y atractivas palabras de la Mentira, la Lisonja, la Adulacion, y otras desenvueltas doncellas de casa de los Duques, y Marqueses, sin embargo de tantos bienes como prometen á sus sequaces. Dice que defenderá, y mantendrá con sus armas y el auxilio de su Dulcinéa contra qualquier escritor andante, ó no andante, y aunque sea contra toda la Academia de Berlín, la qual se atrevió á proponer el escandaloso problema, ¿Si es conveniente á los Pueblos el engañarlos? á saber, que la castísima y sin par verdad del Cielo, es la cosa mas hermosa, mas dulce, mas útil y necesaria que hay en este mundo y en el otro.

[14] Por esto quiere entiendan todos, que si ha alabado ó alabáre en adelante á alguna persona ó cuerpo por poderoso, temible ó respetable que sea, ha sido y será sin ofensa de la Verdad, á lo menos segun su juicio, y no porque se dexe engañar de la Adulacion. Asi que, si por ventura alabáre á su nacion, (cosa de la qual dice no hai la mayor necesidad, y que no juzga de la mayor utilidad, ni importancia) quiere estén todos enterados en que esto será solo sobre ciertos capitulos, por los que afirma merece ser alabada, y en los que verdaderamente lleva ventajas á otras muchas naciones. Pero nunca le llenará la cabeza de viento, haciendola creerse superior á quantas hay en el mundo, como con harta injuria, y desprecio suyo parece se lo intenta hoy persuadir tanto escritor pedante, ó andante con los pies, ó que se mueve ab intrinseco, ó que vive, pero que no parece racional.

Otrosí: quiere sepan todos, que por quanto, sin embargo de lo que prometió [15] en su primer Discurso, desearia ahora, aunque no fuese sino para manifestar mejor al mundo lo que sostiene y defiende, que en esta su tercera salida se le presentase algun Bachillér Sansón, ó algun Doctor, ó Licenciado que quisiese reñir con él en singular batalla; desde luego, y para que ningun escritor andante, ó en vida, sea retraído de hacerlo, le dá su palabra de honor, y en caso necesario le jura por el orden de escritor que ha recibido: lo primero que no será de impedimento alguno como diz que hacen ciertos malandrines, antes sí hará quanto estubiere de su parte, para que á su contrario se le confiera la orden necesaria de escritor que ha menester para reñir con él publicamente: lo segundo, que caso que quiera aceptar la riña, no usará de otras armas ofensivas ni defensivas que las propias de un escritor honrado, y asi no se valdrá, como tambien diz que hacen muchos, de las defensas que podia subministrarle el ser su antagonista [16] tuero ó derecho, gordo ó flaco, bonito ó feo, pobre ó rico, noble ó plebeyo, hombre de bien ó de mal, católico ó protestante, &c. pues se hará cargo que riñe con el escritor, no con el hombre: lo tercero, que aun quando su contrario use de armas de otra especie: aun quando empiece el acometimiento por un manifiesto insulto y contra todas las leyes de la lid literaria: aun quando quede él vencido; y generalmente en ningun caso imaginable, procurará tomar venganza ó satisfaccion de su enemigo por otras vias que, ó la del desprecio, ó la de reñir con armas legitimas, teniendo paciencia si es vencido, y corrigiendo lo mal hecho, como lo prometió en su primer Discurso. Porque ocurrir, dice, á otros medios para que á su contrario, ó se le negase el campó libre, ó se le obligase á darle satisfaccion, &c. le parece una cosa tan torpe é indigna, que si alguna vez la hubiera hecho D. Quixote, se le hubiera caído despues la cara de vergüenza.

[17] No obstante, por lo que es de su parte, advierte no presentará nominada y señaladamente batalla á ningun escritor andante, ó en vida. Porque no pudiendo medir sus armas con aquellos escritores que allá en el mundo civil ó eclesiastico, son reverendísimas, señorías, ilustrísimas, excelencias, tampoco quiere ensangrentarse con ningun miserable que sea por allá merced á secas, á no ser que haga algun daño con su pluma que lo juzgue de gran consideracion. Igualmente quiere se advierta, no presentará batalla á ningun escritor, sea andante ó vivo, sea jacente ó muerto, cuyas obras estén despreciadas de todos, y echadas en el olvido, y por lo mismo, aunque estén llenas de disparates sean poco ó nada perjudiciales. Porque dice que además de ser esto gastar tiempo, papel y tinta en valde, no es propio de un caballero escritor, sino de un baladron cobarde, el andar buscando enemigos débiles con quienes reñir por solo reñir, y sin utilidad alguna. Y por la [18] misma razon advierte por ultimo, no malgastará todo su tiempo en combatir unos errorcillos, ó unos pequeños abusos que todo el mundo conoce, bien, y que no pueden desvanecerse si no se dá el golpe en otros mayores que son sus causas.

Vease aqui quantas locuras: pero al mismo tiempo quán mezcladas de buen sentido, y sobre todo de honradez. Locuras, en una palabra, enteramente semejantes á las del famoso D. Quixóte. Sin embargo, en una sola cosa no se parece á éste, nuestro heroe. El valor del primero jamás se vio descaecer ni en un punto; pero el segundo no las tiene hoy todas consigo. No obstante, hechas todas estas advertencias, y confiado en el patrocinio de los sabios y poderosos encantadores ó encantados los señores Lector y Alguien, á quienes de nuevo se encomienda, pero, principal y verdaderamente, en el auxilio de un muy sábio y mui poderoso, que no por via de encantamiento, sino mui real y mui efec-[19]tivamente le ha favorecido hasta aqui, aun mucho mas de lo que él podia merecer, emprende hoi su tercera salida: ó para hablar mas dignamente, y sin alegorías ni figuras, ◀Autoritratto ◀Livello 3

Metatestualità► Hago saber, como desde hoi Jueves primero de Septiembre de mil seteciento ochenta y cinco reasumo mi jurisdiccion censoria: mi tribunal comenzará sus sesiones; y mis secretarías estarán abiertas desde mañana, para volver á poner en exercicio, del mismo modo que antes, todas las funciones propias de mi magistratura y cargo. ◀Metatestualità ◀Livello 2 ◀Livello 1