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Citazione bibliografica: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Ed.): "Discurso XXIV", in: El Censor, Vol.2\024 (1781), pp. 365-380, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.347 [consultato il: ].


[365] Livello 1►

Discurso XXIV

ZM*  . . . . . Deus haec fortasse benigna
Reducet in sedem vice.

Horat. Epod. Od. XIII.

Quizá que alguna vez Dios apiadado
Restituya estas cosas à su estado. ◀Citazione/Motto

Livello 2► Metatestualità► Con el motivo, al parecer, de haber dado al Público en algunos Discursos varias noticias, y cartas que se me han comunicado; son tantos los encargos semejantes que se me hacen todos los dias, que me he visto precisado à no admitir alguno, que no se me haga por escrito: yá para evitar la confusion de mi memoria, yá principalmente, para no alterar en nada el aviso que se pretenda que yo comunique al Público; pues no quiero ser [366] responsable de los buenos, ò malos efectos que pueda atraer à mis Lectores. Por esto observaré religiosamente, el no mudar una palabra en el escrito que se me diere: le trasladaré simplemente, y solo tendré la libertad de suprimir algun nombre propio, ò cosa semejante. Pero todo esto se entiende, sin perjuicio del derecho que me asiste, y que me reservo de no publicar, sino aquellos que juzgue pueden importar, ò divertir à mis Lectores.

Con todo, no es este el motivo, que me impele hoy à copiar aqui la Carta siguiente. El que me la dirige, se ha engañado miserablemente: yo no le conozco à él por las señas que me dá; pues su nombre es bastante general, y el titulo de la Hermandad de que dice ser Mayordomo, como el de la Iglesia donde está sita, se le quedaron al pobre en el tintero. Tampoco conozco al Párroco, con quien me pide haga un empeño; y aunque le he buscado, y procurado informarme de quien pueda ser, no le he podido encontrar en todo Madrid. Por eso compadecido de mi incognito corresponsal, y movido de la razon que le [367] asiste, ruego à mis Lectores, à todos de mancorsun, è in solidum y à cada uno en particular hagan lo que puedan en el asunto. Y especialmente, si este papel tubiere la fortuna de llegar à las manos del Rmo. P. A . . . . . que ya me entenderá S. Rma. por esta letra; le ruego con todo encarecimiento (lo qual no hago en persona, por no tener la fortuna de conocerle) tome à su cargo la defensa, y patrocinio de mi corresponsal: para lo que podrá S. Rma. valerse de aquella su pericia teológica, que no tenemos los que no hemos estudiado, ni somos Teologos, y podrá usar de toda aquella energía en la expresion, viveza, claridad, y sobre todo gracia, y agudeza que le son tan naturales, y que acostumbra; del mismo modo que ya lo hizo en otra ocasion semejante, que S. Rma. tendrá presente; y esto sin que nadie se lo pidiese. Espero que S. Rma. me hará este favor, aunque no sea sino por lo que en ello se interesa la gloria de Dios, que es lo unico que moveria entonces à S. Rma. Mi corresponsal, y yo le quedaremos muy reconocidos. ◀Metatestualità

[368] Livello 3► Lettera/Lettera al direttore► “Señor Censor, y muy Señor mio de mi mayor estimacion, y cariño: aunque no tengo la fortuna de conocer à V. md., sino para servirle, tengo el atrevimiento de escribir à Vm. estos quatro renglones, porque me ha dicho un Devoto que solamente Vm. es capáz de sacarnos del aprieto en que nos hallamos con el Señor Cura; y de hacer mucho bien à la Hermandad.

Livello 4► Es el caso, para que Vm. lo sepa: que yo soy este año Mayordomo, y me ha tocado la suerte de que en mi tiempo nos haya deparado la Divina Providencia un Señor Párroco nuevo, que aunque por otra parte es un bendito, y todos lo queremos bien, no sabré decir à Vm. las delicadezas que tiene, y lo ridiculo de su genio. Con el pretexto de un Edicto de este Señor Arzobispo de este Arzobispado, que nos leyó dias pasados à todos los Hermanos de verbo à verbo, dice que está resuelto à hacerlo observar en su Iglesia al pie de la letra; y asi no quiere que en las Fiestas mas solemnes, se adorne el Templo con los muchos adornos, en que la Her-[369]mandad tiene gastados muy buenos quartos; ni que se ilumine el Retablo por arriba; ni que se culguen arañas de él; ni que se pongan mas de que sé yo quantas luces en las solemnidades mas principales; y otras cosas à este tenor, que vienen à ser en una palabra, lo mismo que no querer que haya Culto Divino en la Iglesia. A tanto llega su estravagancia, que aun no queria que se pusiese nuestra Señora el dia de la Fiesta el vestido de tisú, que es lo mejor que tiene, y la cosa mas magnifica que se puede vér, como que se le hizo à su Magestad de una Bata muy rica, que le regaló la Señora Marquesa de * * * * * por haberla librado su Magestad de una enfermedad mortal. Pero todos los Hermanos pusimos pies en pared, sobre que se lo habia de poner, y dimos cuenta à la Señora Marquesa, y no se salió con ello, porque en fin, se lo puso. De todas estas cosas se le siguen perjuicios muy considerables à la Hermandad. Vea Vm. que esta Semana Santa no quiso que se pusiese el Monumento, que está la cosa mas vistosa del Mundo; de suerte, que no paraba la gente un ins-[370]tante en la Iglesia, y con esto se juntaron cinquenta reales vellon, menos que el año pasado. Tampoco quiso que el dia de la Fiesta de nuestra Señora hubiese Musica, ni que se adornase la Iglesia; de manera, que estuvo como otro qualquier dia, y se contentó con una Misa lisa y llana. ¿Vea Vm. qué concurso habia de haber? pues no fue esto lo peor, sino que se empeñó en que habia de predicar (porque de esto no se harta; todos los Domingos, y los mas dias festivos nos expeta un Sermon) y como si estuviesemos en Quaresma, dió en que habia de hacer llorar la gente, y por fin se salió con ello. Ello es cierto, y no se puede negar, que dixo muy buenas cosas de la Virgen Santisima; pero toditas fuera del caso, pues ni dixo una palabra del titulo de la Alcaparrera, ni de la aparicion de la Santa Imagen, que era el asunto del dia, ni contó un milagro siquiera de los muchos que ha hecho su Magestad este año, como me consta à mí, y à toda la Real Hermandad; y estas cosas son las que llaman el concurso.

En fin, Señor, la Hermandad vá per-[371]dida, si Vm. no la favorece, empeñandose con el Señor Cura eficázmente (si acaso Vm. lo conoce, ò es Vm. su amigo; que la Virgen será el premio) para que se dexe de estas cosas, y sigamos como hasta aqui, y como siempre se ha hecho; pues de lo contrario la Hermandad vá por tierra, ni habrá quien quiera ser Mayordomo, sino le dexa lucir en las Fiestas, ni dice nada de él, ni de la Hermandad en los Sermones; y todo lo pierde la Virgen Santisima. Y sobre todo, vea Vm. si à lo menos puede componer, el que dexe salir los Rosarios, que hace seis meses que están parados, y ha sido esta la pérdida mas considerable, que hemos tenido; pues por los Libros de quentas de la Real Hermandad consta, que deducidos gastos forzosos de luz, portadores de faroles, de lo que se dá al que lleva el estandarte, al cantor, y à los que responden, era yá cosa sabida que cada diez dexaba limpio un real de vellon: de manera, que se sacaban otros tantos reales libres, como Padre nuestros tiene el Rosario, y la Letanía, aunque no dexaba nada, tambien venia à salir de valde: y todo esto sin in-[372]cluir en la quenta las Salves intercaladas, (que llamamos nosotros) que son las que se cantan à la puerta de los que lo mandan, las quales montaban algunas partiditas, vea Vm. adonde subirian todas al cabo del año: y ahora no se saca un maravedí, porque el Señor Cura dice, que es mejor rezarlo en la Iglesia, que con eso se hace con mas devocion, y mas decencia, y no se exponen las Imagenes à la irreverencia, ni se ridiculizan las cosas santas: como si no fuese menester tenerlo todo en consideracion. Asi es que no vá un alma à la Iglesia, porque gasta media hora en cada Ave Maria, y la gente se duerme.

En fin, esperamos de la devocion de Vm. à nuestra Madre, y Señora haga este empeño, como si fuese cosa propia, y procure con su sabiduría disuadir al Señor Cura de estas cosas que se le han puesto en la cabeza, y es lastima que un Señor tan bueno tenga estas manías. Para cuyo fin, incluyo à Vm. el papelito adjunto, en el qual ha puesto mi hijo (que está estudiando aí en San Isidro, y se ofrece à la disposicion de Vm.) las razones, en que nos dice el Señor Cura, se funda para ha-[373]cer lo que hace. Porque ha de saber Vm., que yo no me como la lengua como mis compañeros, y le he pedido me diese los fundamentos que tenia, con el fin de consultar otros sugetos mas sabidos, à ver si con lo que me decian podia reducirlo à la razon. Y yá me confesó él que aquello del vestido de tisú, no lo manda el Edicto, pero dixo: que habia oido decir que el Señor Arzobispo pasado, determinaba prohibir el que se vistiesen de telas las Imagenes, y que sino lo hizo fue por evitar otros inconvenientes. Y yo creo, que lo mismo habrá sucedido con lo demás, y que tampoco se habrá prohibido lo otro que dice; porque señor, vamos claros, por la Virgen Santisima, ¿cómo era posible, que si esto fuese asi, se practicase lo mismo en otras Iglesias, sin que estuviesemos todos descomulgados? A mí no me harán tragar esta. No será malo advertir à Vm., por lo que pueda hacer al caso, que quien le ha calentado los cascos para estas cosas, han sido tambien, à mi juicio, unos libritos que andan por aí, que me parecen se han de intitular el Viage por España, en los quales se trata de las puertas de las [374] Iglesias, y otras cosas à este modo; y yo creo que si la Divina Providencia no le vá à la mano, no dexa Retablo en la Iglesia, que no eche al suelo. Digolo, porque asi lo anda dando à entender, fundado en lo que dicen dichos libritos: en los que nos leyó un dia algunos Capitulos, y me acuerdo que el Autor decia del Retablo de no sé qué Iglesia, que estaba tosco, y ridiculo. Vea Vm. ¿si puede llegar à mas la avilantéz? ¡llamar tosco, y ridiculo una cosa consagrada à Dios dentro de la Santa Iglesia Catolica Apostolica! ¡Y el Señor Cura con ser tan bueno, no se escandaliza! ¡si yá no hay Christianos en el Mundo!

Por ultimo, si Vm. no conoce al Señor Cura, tendrémos paciencia: y si esto es asi, ò si aunque no sea, no pudiere Vm. componer nada con él, porque en efecto, sin decir jamás à nadie de no, tiene un modito, una blandura, un atractivo, que le hace entrar à uno por donde él quiere, como sucede con la Hermandad, y nos tememos, que à Vm. tambien lo lie, por mas satrapa que Vm. sea; le estimarémos nos haga entonces el favor, de darle una buena carda en [375] uno de esos papeles, que dicen que Vm. echa todas las semanas contra los pecados públicos: à ver si asi lo podemos reducir; pues me dixo aquel Sugeto que dixe à Vm. al principio, que leía todos los que salen, y que le gustaban mucho; y por esto creía yo que seria su amigo de Vm., y me tomé la licencia de escribir à Vm., como he dicho à Vm. Pero por sí, ò por no, nos hará Vm. el gusto en todo caso de publicar en ese diario, ò semanario, ò lo que sea, en que es regular dé Vm. noticia de lo que se compra, y se vende, los muebles siguientes, que sino le han de servir, determina vender la Hermandad, y si le han de servir, porque el Señor Cura se avenga à lo justo, no hay nada perdido, que no se han de vender tan presto: y puede Vm. estár seguro, que se le dará su ochavo por real de lo que produzca la venta, ò lo que sea razon.

Primeramente una vagilla completa nueva plateada de papelon, que se compone de treinta fuentes grandes, y cinco pequeñas, y algunas otras piezas diferentes, con treinta y siete varas de tafetán de todos colores, en ciento y se-[376]tenta y cinco piezas de diferentes anchos: Todo para adornar el Retablo en las solemnidades principales.

Item. Seis candeleros grandes, y seis pequeños, con seis ramos de los mayores, otros tantos de los medianos, y tres docenas de pequeñitos: nuevos, y primorosamente trabajados, todo de hoja de lata; pero que no parecen sino de plata, desde en medio de la Iglesia. Sirven para el Altar, y sus inmediaciones.

Item. Cinquenta arañas de palo con sus candeleros de caña todo bien plateado: veinte y tres mas pequeñas de hoja de lata, media libra de tafetan blanco, y encarnado hecho rollos, y algo gastado para los cordeles: treinta tiestos de papelon con las correspondientes matas, y flores de lo mismo: doce Angeles de cuerpo entero idem; cada uno con su estaca para clavarlo donde se quiera: todo para el adorno de cornisas, balaustradas, &c. Y además, una pepitoria de Angeles que se pueden acomodar en qualquiera parte donde hagan falta. Pepitoria de Angeles llamamos acá, para que Vm. lo entienda, una porcion de ellos que no tiene cada uno sino cabeza, y alones. Creo [377] que ha de haber unos quarenta y cinco. Estos están un poco maltratados, porque como no se pueden afianzar sino con clavos por las narices, se estropean bastantemente con el martillo; pero todo està reducido à darles con una migajita de almazarron en los carrillitos y quedan asi tan decentes como si estubieran nuevos.

Item, un Monumento de trasparencia para la Semana Santa (esta es la alaja, que tiene la Hermandad) con las correspondientes candilejas para su iluminacion. Representa el Huerto de Getsemaní, y está adornado con colunas, y pilastras de marmol pintado, que se clarean admirablemente con las luces, y los colores salen muy vivos. Contiene todos los pasos de la Pasion de figuras del tamaño del natural, y está todo nuevo flamante. No tiene otro defecto, sino que à un Fariséo de los del prendimiento le quitó un demonio de un Monaguillo las narices, y el Gallo de San Pedro que por un descuido se le quemó la cresta: lo demás todo está entero, y como el primer dia. Puede servir tambien el Monumento para una Comedia de bastidores en alguna casa particular: se dará barato; pero no se vende por piezas separadas.

Item, varios adornitos, y particularmente docena y media de peluquitas blondas para niños Jesuses, que tampoco quiere el Señor Cura, que se las pongamos al que tiene la Hermandad, porque se le ha puesto en la cabeza decir que parece un cupidillo.

[378] Item, un Rosario engarzado en plata que se le ponia à nuestra Señora de la Soledad, y ahora no quiere el Señor Cura que se le ponga: siendo asi que la Virgen Santisima andaria siempre con él en la mano; pues dice la Madre (que ahora no me acuerdo su nombre) que lo rezaba su Magestad entero todos los dias, desde que quedó viuda.

Ultimamente, se venderán tambien candeleros de fierro, clavos, maderas, cuerdas, &c. y una buena escalera con treinta y nueve escalones que se puede ver al lado del Altar mayor, porque no cabe en otra parte, y dos cañas del mismo largor. Puede Vm. advertir, que en todo se hará la gracia posible. ◀Livello 4

Quedo con la confianza de que hará Vm. con toda eficacia lo que le he suplicado à mí nombre, y al de toda la Real Hermandad (que besa à Vm. las manos) y con esto ceso, y no de rogar à Dios guarde su vida muchos años, &c.”

B. L. M. de Vm. su mas reconocido, y agradecido Servidor
Pedro Camueso, y Machuca. ◀Lettera/Lettera al direttore ◀Livello 3

Razones, en que se funda el Señor Cura.

Livello 3► “Dice, pues, que la primera y principal es, [379] que quiere conformarse con el espiritu, y la letra del Edicto de su Prelado, à quien en esta materia todos debemos entera obediencia: y esto aunque no se fundase en las solidisimas razones, que en él se exponen.

Que aun quando nada hubiese dispuesto sobre este punto, todavia no deberia haber en el Templo cosa que no tuviese un ayre de magnificencia, que representase en cierto modo, y excitase en nosotros la idéa de la grandeza de aquel Señor, à quien en él rendimos adoraciones.

Que una arquitectura sencilla; pero noble, y magestuosa, estatuas expresivas, pinturas excelentes son los adornos que dicen bien en el Templo, ò por mejor decir, solo el Templo es digno de los primores, y de los esmeros de estas artes.

Que esta suerte de adornos contribuye à infundir en los asistentes aquel respecto, que se debe à la santidad del lugar; y por otra parte las buenas Imagenes, y pinturas no pueden menos de elevar la mente à la contemplacion de aquellos objetos que representan; de tal modo, que es menester positivamente distraerse, para no pensar en ellos al verlas: pero que unos adornos despreciables, pueriles, ridiculos, o profanos, que muchas veces afean, y echan à perder el edificio, que incomodan à los asistentes, que excitan la risa, y mofa de unos, ò la vana curiosidad, y diversion de los otros, hacen efectos del todo opuestos.

Que se debe atender principalmente, à que los sentidos de los que asisten al Templo, ni sean [380] lastimados con la diformidad, ò desproporcion de los objetos, ò de algun otro modo, ni tampoco demasiadamente alhagados, ni entretenidos; à fin de que ni por una, ni otra causa sea impedida su atencion, de aplicarse à lo que unicamente debe en aquel augusto sitio; antes por el contrario, debe ser excitada, ayudada, y sostenida de todos los modos que sean posibles.

Que por lo mismo, los adornos que siempre, y en todo caso son necesarios en el Templo, y los que pueden suplir por otros, son el aséo, la limpieza, el buen orden, la buena disposicion de las cosas, y sobre todo el silencio.

Que para decirlo de una vez, los adornos que le convienen, y principalmente à los Altares, è Imagenes deben ser semejantes à los de una matrona hermosa, noble, y honesta que se adorna, sí; pero modestamente, y de joyas preciosas por su materia, y colocadas en una disposicion agradable, y séria; no à los de una fea, tosca, y rustica aldeana, cargada toda de dijes, y de cintajos; y mucho menos à los de una vil ramera.

Ultimamente, que es cosa por cierto muy vergonzosa, se use en el Templo de unos adornos de mal gusto, ridiculos, despreciables; quando si se usase de ellos en un Teatro, ù otro lugar de congregaciones profanas, no podria dexar de ser ignominioso à la Nacion.

Concluye, que estas razones sobran, y bastan, y que el que quiera otras aun mas sólidas, podrá registrar el dicho Edicto.” ◀Livello 3 ◀Livello 2 ◀Livello 1