El Censor: Discurso Decimoquarto

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Discurso Decimoquarto

Citazione/Motto

. . . . . Inanes
Hoc juuat: haud illud quaerentes, num sine sensu,
Tempore num faciant alieno . . . . .

Horat. Lib. 1. Sat. 4. v. 76.

A los vanos les deleytan
Estas cosas, sin mirar
Si con sentido, si en tiempo
Las llegan à executar.

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Metatestualità

Hoy voy à entretener à mis Lectores, con dos papeles que acabo de recibir, y que creo podrán ser de utilidad para muchos de ellos: pues aquellos que quieran evitar que les suceda una aventura tan triste, como la que contiene el primero, podrán recurrir al Autor del segundo, y aprovecharse de las instrucciones que ofrece, para no verse en iguales lances. Por lo que à mí toca, no se me ocurre cosa que decir sobre su contenido; y asi guardaré por esta semana un profundo silencio.

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Lettera/Lettera al direttore

“Paysano y Amigo: no estrañe Vm. que no concurra hoy à la cita de ayer: no estoy enfermo; pero un accidente peor para mí que una buena enfermedad me obliga à guardar Casa por algunos dias, y à no presentarme donde Gentes me vean la cara, hasta que à todas se les haya borrado de la imaginacion mi fisonomía. Creo que si saliese por esas calles, habian de soltar la risa quantos me viesen.

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Racconto generale

Es el caso, para que Vm. conozca la legitimidad de mi escusa, y se divierta un rato à costa mia, que citado ayer para la Puerta del Sol à las doce y media por un Amigo, como le anduviese buscando en medio de aquel globo de Gentes, que alli se junta, topo por mis pecados (ojalá hubiese encontrado antes con un toro de Xarama) con aquel Gallardo, de quien no sé si Vm. hará memoria, que cursó con nosotros en la Universidad algunos meses. Veo un hombre que estendidos en cruz los brazos, y con la alegria misma retratada en su semblante, parte para mí desde mas de ocho vatas de distancia, en ademán de ir à abrazar à su Padre, ò à su Madre, despues de una ausencia de diez años. Considere Vm. mi sorpresa, quando al mismo tiempo que procuraba apartarme à un lado, para darle lugar à que abrazase algun Amigo, que quizás habia visto à mis espaldas, me hallo oprimido entre sus brazos. No obstante, como caí luego en quien era, procuré disimular, y corresponder à su expresion, abrazándole tambien; pero no contento él con esta muestra de su cariño, veo que se inclina à besarme; turbome todo, porque no sabré decir à Vm. la repugnancia que tengo à tales besos. Quiero sin embargo, por no parecer grosero, corresponder tambien con mi beso; mas fuese mi turbacion, mi ignorancia en los movimientos que debia executar, el poco tiempo que esto daba para tomar mis medidas, el concurso de los que me miraban, mi verguenza, mi desventura, ò el Diablo que asi lo quiso; vea Vm. aqui, que quando él se dirige al lado izquierdo de mi cara, acierto yo justamente à presentarle el derecho. Vuelve él inmediatamente ácia este lado, y yo para enmendar mi error, que habia conocido, le presento el izquierdo; vuelve ácia este, y le doy otra vez el derecho. De manera, que al modo que suele suceder, quando se encuentran de frente dos que ván de prisa por una misma hacera; estuvimos ambos largo rato, dando à un lado y à otro con las Cabezas, no sin algun choque de nuestras narices, que nada tienen de romas à Dios gracias. En fin, habiamos acertado yá cada uno con la mexilla izquierda del otro, quando sin saber cómo, enredase uno de mis bucles en un alfiler, ò alfileres de los del suyo, que en estas idas, y venidas de cabeza debian de habersele salido algo del pelo: faltame entonces la paciencia, doy un tiron fuerte, y queda todo mi bucle estendido por la cara, y el otro encaramado sobre la oreja. Aqui no podré explicar à Vm, qual fue mi confusion, al oir las descompasadas carcajadas que excitó en todos los circunstantes tan ridiculo espectáculo; sepárome entonces de mi Compañero sin decir palabra, y rompo por medio del concurso encaminandome à mi Casa à buen paso, y sin atreverme ni aun à mirar atrás, porque me parecia que toda aquella gente venia trás mi. Imagine Vm. qual sería mi turbacion, y qual mi figura, procurando encubrir con la mano el desorden de mi cabello, quando no faltó algun misericordioso que me preguntó, si por ventura iba mal ferido. Lo mejor es, que tuve que agradecerle la burla: yá iba cerca del Hospicio, y si no es por ella, creo hubiera llegado à la Puerta de los Pozos, sin advertir que dexaba atrás mi Casa todo lo largo de la calle.
¿Qué le parece à Vm.? ¿no es justa la resolucion que he tomado? Yo à lo menos estoy tan persuadido de su necesidad, que aun me creo dispensado de salir à Misa el Domingo. Digame Vm. su dictámen sobre este punto, y vea en que puedo servirle, como sea sin salir de esta suya, en que quedo à su disposicion, &c. P. D. Yo sé que Vm. es aficionado à la Filosofia, y me alegrára infinito filosofase algo sobre la causa de esta secreta antipatía, ò repugnancia que tengo à besar, y ser besado de hombres. Ello es cosa bien estraña: le protesto à Vm. con toda ingenuidad, que el unico consuelo que me quedó despues de mi tragedia, es que el beso no llegó à efectuarse, y se quedó puramente in voto.”

Livello 3

Lettera/Lettera al direttore

Señor el Censor. “Esto no ha sido, que con un transporte de alegria todo particular, que yo vengo de aprender que Vm. dá todas las Semanas un Folio volante, de quien el merito es universalmente reconocido. Vm. alli advierte (dicese) el Público de algunas nuevas, que pueden le interesar. Esto es lo que me ha animado à Vm. hacer mis oraciones, de no desdeñar de le advertir, la que yo voy à Vm. decir.

Livello 4

Racconto generale

Vm. sabrá, Señor, que yo poseo un Arte hasta ahora desconocido à la España: y yo he tenido la bondad de venir por imbuir en el los Españoles: yo he sido à París donde yo le he aprendido; y yo le he exercitado mucho de tiempo. El tiene por objeto formar las maneras de todo el mundo brillante, y de todos los Gentiles hombres, y Damas del bello ayre. Vm. conoce yá que yo quiero hablar del arte de manejar un baston con del garbo y de la gallardía, de calzar un guante con del desembarazo, de se presentar de una manera galana, de mover los pies en marchando con un justo compás, de hacer la reverencia de la manera que el es menester, segun el caracter de la persona à quien ella será hecha, si esto es à un amigo, à un indiferente, à un hombre de ropa, à un hombre de espada, de guerra, ò de Iglesia; à un Magistrado, à un Gentil hombre, à un noble, ò à un roturero; en fin, si esto es à una Dama, ò à una simple hembra. Por esto que Vm. sabrá, que yo he observado, que todas las diferentes relaciones que se pueden tener con toda suerte de gentes, se pueden reducir à ciento quatroveintediez. Y como el no es bueno, que no sé sepa distinguir entre ellas; yo he encontrado otro tanto de diferentes reverencias, las quales yo les enseñaré à emplear à proposito. De mismo, yo enseño à las Damas à darse las manos, à manejar el Abanico, segun el es menester, sea para hacer de las reverencias, sea por denotar otras muchas cosas; y por esto que mira à las reverencias, à las variar, segun que una persona es de satisfaccion, ò de cumplimiento, segun que este es un Amante, ò solamente un Amigo, y si este es un Amante, segun ellas son contentas, ò zelosas de él; y en fin à las diversificar segun las diversas relaciones que ellas pueden tener, y con los hombres, y con ellas mismas. En una palabra, yo enseño como el es menester hacer, segun las ocasiones, toda suerte de ceremonias y cumplimientos; à se abrazar, à se besar, à se quitar el sombrero, sacar el relox de buena gracia, &c. Yo no dudo, Señor, que Vm. no conocerá toda la utilidad, que yo soy capáz de traer à toda vuestra nacion, la qual no ha tenido hasta ahora la felicidad de tener una Escuela abierta, para enseñar una rama de cultura tan interesante; cultura por la qual se puede medir el escalon de ilustracion, à la qual una nacion puede ella arrivar: ¡Quál incivilidad, Señor, y quál verguenza que de ignorar un Gentil hombre con la qual de las dos manos debe el quitar su sombrero; ò una Dama el manejo de su abanico! El no se puede, que Vm. no sepa yá la funesta aventura arrivada ayer medio dia à la Puerta del Sol entre un Joven Abad, y un pequeño Caballero, à causa de no tener toda la instruccion requerida en esta materia. Vm. pues, que penetra mejor que ningun otro toda la necesidad, que el alli hay de mi arte à esta grande Villa, y que tiene, à esto que yo creo, el amor el mas grande del Mundo por vuestros Patriotas, yo no dudo nulamente que Vm. no me haga el honor de tener respeto à mis rogativas, y de me otorgar esto que yo à Vm. he suplicado. Vm. vea que el no se trata de curar de los quebrados con algun braguero de nueva invencion; de batir de las Cataratas, de enseñar el Bayle, ò la Música; ò de otros sugetos que no interesan nada. El se trata de un Arte de la postrera importancia, y de una profesion la mas honorable. Esto es por eso que yo no he querido poner de los carteles à las esquinas, esto la deshonraria notablemente; y ved allá porque me he valido de vuestro medio. Por esto que mira la método de enseñar, yo he tomado el partido de tener de las horas señaladas à la mañana, y al despues de medio dia, à las quales todos mis Discipulos del uno y del otro sexô se asamblarán, para que yo pueda les dár, asi asamblados, mis lecciones, por esto que Vm. vé bien que de trabajar con cada Gentil hombre, y con cada Dama en particular, esto sería una cosa à que yo no hallaria mi cuenta: yo que he determinado de no llevar que tres, ò quatro libras por cada leccion. La Cámara será decorada à la moda de París, y el alli habrá número de todos pertrechos necesarios para toda suerte de maniobras. Ellas serán executadas, por exemplo, la del Baston, de esta manera: cada Gentil hombre tomará un baston, y formados en linea, ellos executarán à una voz mia, à la manera que se hace en el Exercicio Militar, los movimientos que yo executáre; yo que estaré frente à frente la linea. Se hará todo de mismo el exercicio del guante, el del sombrero, el del relox, y de toda suerte de reverencias que se hacen à de los hombres. Se instruirá igualmente las Damás de todos los exercicios que les son propios, y de toda reverencia entre ellas mismas. Mas por el exercicio mútuo entre una Dama, y un Gentil hombre, todos trabajarán por parejas, en cada pareja executando lo que ellos me vienen hacer con mi muger: la qual está impuesta, si bien que yo mismo en todo esto que mira à su sexô. Creedme, Señor, que la vista sola de estos diferentes espectáculos es una cosa que hace placer. Esto ha sido de esta suerte que yo he exercido mi Profesion à París, y que yo espero la exercer à Madrid, si Vm. tiene la bondad de hacer conocer todas sus ventajas al Público de vuestra Nacion.
Yo soy encantado de poder à esta ocasion, Vm. testificar el protundo respeto con que Yo soy. Señor
Vuestro muy humilde,
y muy obediente Servidor
Frippon. P. S. Yo olvidaba de Vm. decir, que yo enseñaré à estos de mis Discipulos que querrán la lengua Francesa, sea por la hablar, sea por la traducir. Yo soy suficientemente imbuido de todos dos idiomas, testigo este billete: esto es la primera cosa que yo haya escrito de mi vida en Español, sin otro socorro que el de un Diccionario. Entre tanto él está, esto me parece, si bien escrito, y si bien traducido de mi lengua, que algunos libros traducidos de la misma, que yo he leído despues que yo soy arrivado à esta Villa, con intencion de me instruir à fondo en el Español. Con este mismo fin, he oído algunos sermones à Madrid, y yo los he entendido, si bien que si el me estaba predicado en Francés, no obstante, que el hay muy poco de tiempo que yo soy à la España. Yo Vm. diré además que yo he leído vuestro Discurso sobre la sátyra, y que yo he entendido muchas cosas perfectamente bien. Vm. puede avisar al Público, que se dará razon de mí en qualquiera de los Cafees de esta Villa, por esto, que yo no tengo aun preparado mi alojamiento.”