El Duende especulativo sobre la vida civil: Número XII
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NUM. XII.
Citazione/Motto
. . . . . Uti non
Compositus meliùs cum Bitho Bacchius. In jus
Acres procurrunt, magnum spectaculum uterque.
Compositus meliùs cum Bitho Bacchius. In jus
Acres procurrunt, magnum spectaculum uterque.
Hor. L. I. Sat. 7. vers. 19.
[Novelistas de Moda &ceteros Madrid]
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Racconto generale
No ha habido en el mundo alhaja mas preciosa, ni de invencion mas
estraña, que el Barometro que inventò un Inglès en el Reynado de la Reyna Ana. Como era eminente
Estadista, y Calculador perfectissimo, se havia ocupado la mayor parte de su vida, en meditar sobre
la Maquinaria Estatica, è Hydraulica, haciendo millaradas de experimentos sobre las fuerzas, y
movimientos de los Elementos. Mirando con compassion, y lastima, còmo se devoraban reciprocamente
los Vvighs, y los Torys, y conociendo, que no le era possible, saber dia por dia las
novedades, y el credito, ò descredito que adquirian los dos Bandos: sin un dispendio considerable de
tiempo, y sin vencer una multitud de obstaculos, que las mas veces le impedian indagar la verdad de
los sucessos, emprendiò fabricar una maquina en que le fuesse facil vèr señaladas las novedades, que
ocupaban la Corte, y el Pueblo de Londres, y Vvestminster. Trabajò tanto en esta idèa, que llegò à
descubrir un medio facil, para tener à punto fixo, y sin error, conocimiento del estado diario de
cada partido, con todas las circunstancias, que acontecian en la Corte, en el Gabinete, en el
Parlamento, y en los Caffés, y Tertulias de toda la Inglaterra. Dispuso en una tabla larga, y
angosta, una multitud de Casas, rotulando à cada Casa con los motivos, que podian ocasionar
revoluciones, y mudanzas, à favor, ò en perjuicio del partido de la Corte, ò del Pueblo; combinando
con tal desteridad los assuntos, que salian siempre infalibles las impresiones, que las noticias
hacian sobre un licor, el qual, subiendo, y baxando en dos tubos, ò pajas, señalaba en la tabla el
estado, y variaciones de los negocios. En un lado estaban señaladas las materias, que
interessaban à los Torys, y en otro las que pertenecian à los Vvighs.Como el arte no consistia en la
fabrica de las tablas, en el repartimiento de las casas, en la delineacion de los grados, en las
inscripciones, ni en la formacion, ò compostura de los tubos, que, para unos parecian de vidro, y
para otros de hasta de buey, preparado chymicamente, sin ser, ni de una, ni de otra materia: no es
bien insistir mucho, ni perder el tiempo en la descripcion de uno, ni de otro, à fin de decir algo
del licor, que corria por los tubos. Este para destilarle, y darle el punto fixo de bondad, que
necessitaba para el caso, havia costado sumas inmensas, desvelos extraordinarios, y riesgos
eminentes. Dicese, que este curioso Cavallero para lograr la perfeccion de este licor, havia
mantenido por muchos años en las Capitales de Europa, à diferentes sugetos habiles, y de mucha
experiencia, cuyo oficio se reducia unicamente à velar sobre los momentos, en que ciertas figuras
pùblicas, y privadas, humedecian el rostro, y las manos, para recoger en aquel señalado tiempo el
humor, ò liquido, que en forma de gotas de sudor, ò de saliva, las cubria la cara, la
lengua, ò las manos. Que tenia en la Corte de Londres, y en las dos Camaras del Parlamento un parage
determinado, à donde los Pares, y los Comunes cambiaban los Pañuelos, que tenian en la mano, al
tiempo de las deliberaciones, y consejos, dando à cada uno un Pañuelo nuevo, y asseado, por
qualquier otro usado, y lleno de mugre, y de sudor de los que havian combatido, à favor, ò en contra
de las proporciones de alguno de los partidos, que dominaban en la Nacion. Procurò tambien recoger
en cada renovacion del Parlamento, los Guantes de los Vocales, que havian assistido en las
Provincias à las elecciones de los miembros de la Camara Baxa. A todas estas cosas havia añadido
diferentes simples, que havia solicitado, y recogido por sus Emisarios en Francia, España, Portugal,
Alemania, &c. en una palabra, en los Gabinetes de todos los Principes, y de todos los Pueblos,
que tienen interès en los negocios pùblicos de Europa. De todas estas cosas procurò con arte sacar
quintas essencias, espiritus, aceytes, y otros extractos, con que, al cabo de una infinidad de
ensayos, consiguiò componer el licor con que llenò los dos tubos, uno señalar para los
sucessos del partido de sos Vvighs, y otro el de los Torys. Todos los dias, y en punto de las doce
del dia, conociò, y leyò este cèlebre Estadista (en su Barometro) las novedades, que havia en el dia
en los partidos, y las mudanzas que ellas havian de padecer en las veinte y quatro horas siguientes.
Una vez veìa un partido exaltado, y otro abatido. No era menester mas, que una voz esparcida en un
Caffé, en la Bolsa, un Correo que llegaba, ò que partìa, un Embaxador, que acababa de salir de
conferencia, un Ministro, que havia entrado en el Gabinete del Monarca; finalmente un movimiento,
una palabra del Principe, &c. para rebolverlo todo, y cambiar enteramente el systhema. El
partido que un dia estaba en lo alto, se hallaba el otro en lo baxo, y los grados de este ascenso, y
descenso estaban tan exactamente anotados por el licor en las tablas, que el dueño se viò en estado
de recoger, y de enriquecerse con todas las memorias necessarias para dàr algun dia una excelente
Historia de los acaecimientos de la Gran Bretaña, causados en los partidos de Vvighs, y
Torys, en este presente siglo.
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Utopia
El Barometro, que yo he fabricado, està yà tan perfeccionado, por
medio de las observaciones, que he hecho en mas de dos años, sobre todas las piezas que
le componen; que desde mi Casa, hasta la Puerta del Sol adquiero todas las noticias que me son
precisas para poder hablar con seguridad, y firmeza de lo que passa en los Exercitos, en las
Armadas, y en los Gabinetes de todos los Principes de Europa. Conozco à punto fixo, y con la sola
inspeccion de los instrumentos del cuerpo de mi Maquina, los Sitios, las Batallas, los Encuentros,
las Marchas, y los Acompañamientos de los Exercitos: las salidas, y entradas de las Armadas: en una
palabra, todo quanto passa entre los Pueblos, que se hacen la Guerra. Y para que esta Maquina sea
incomparable, y quede sin segunda, solo me falta montar las piezas del modo que conviene, para que
ella me indique con la propia puntualidad que me señala los sucessos de la Guerra, las cosas que
intervendràn en las negociaciones de la Paz en el proximo Congresso de Augsbourg. Para este efecto
he comenzado mis observaciones, ensayando varias piezas nuevas, y el modo de poder servirme de
ellas; y no desconfio, de que, con la paciencia que tengo, en la continuacion de mis escrutinios, no llegue à dàr à mi obra el complemento que la falta. El Abad de Bellegarde, La
Chambre, Porta, y otros muchos Physonomistas antiguos, y modernos, se persuaden firmissimamente, que
los hombres traen delineadas sobre el rostro, las passiones, que les agitan, y las propensiones, que
les son naturales. Y aunque se pudiera dudar de esta verdad en vista de innumerables ejemplares, que
al parecer desmienten las consequencias, que se pueden deducir de varios principios, que serìa facil
establecer por esta via: la confesion de Socrates, es tan poderosa para sentar el hecho, que no es
possible, se contradiga lo que los Autores citados dexaron escrito sobre la materia. Pero valga por
lo que valiera, à mì me conviene, que esto sea verdad; respecto que por la Physonomìa de los
Novelistas, ò Noveleros idem per ide, (sin mas auxilio) he fabricado mi Barometro de Noticias
Militares, y que las señales de sus rostros son los indicantes de que me sirvo para saber lo que
traen las Cartas, y Papeletes, y lo que dicen en pùblico, y en secreto los Ministros, y Embaxadores:
Pues estas señales son para mì lo que el licor en los Barometros ordinarios, es para
señalar la mudanza de los temporales. Los dias de Martes, y Jueves comienzo mis examenes, y
observaciones; pues baxando àcia la Puerta del Sol, y deteniendome algo en mis passos, pero sin
quedar enteramente parado, advierto, yà la esperanza, yà el temor de los dos bandos para el dia
siguiente, reconociendo en todos una ansia eficàz, y vehemente de salir de las dudas, en que los
dexaron las noticias de los Correos antecedentes. Pero adonde triumpha mi arte, es, en saber
pronosticar de antemano, las verdades de los sucessos lexanos, y esto por los simples movimientos de
las bocas, agitacion de los ojos, gesticulacion de las manos de los que se entretienen de las
novedades del dia. A unos los veo las manos llenas de papelicos, los que leen à estos, y alargan à
aquellos. Tres, ò quatro la pluma en la mano, transcriben,y embian las copias, que sacan de los
papeles, que siempre son originales, y de confianza, à los Xefes, y apassionados de su bando. Aqui
se traza sobre el mostrador con agua, ò piedra blanca, ò si hay algun Ingeniero, ò Artillero, lo
hace sobre papel, con lapiz, ò tinta, la positura de los dos Exercitos, y el terreno en
que se dà la batalla. Allà se calcula el numero de los muertos, heridos, y defertores del partido,
que los Novelistas quieren hacer perder la batalla, y que siempre es 90. por 100. mas fuerte que la
pérdida de el que quieren victorioso. En un instante se sabe, que toda la pérdida de los ultimos es
poquissima; porque los que se creyeron al principio muertos, ò fugitivos, buelven, quando ellos
quieren, à sus vanderas. En un rincon de las tiendas estàn dos, ò tres dando ordenes, para que el
Exercito victorioso de su partido, abance àcia las tierras del contrario, y al cabo de veinte y
quatro horas tienen invadido, y ganado veinte, ò treinta leguas de terreno sobre el enemigo. Apenas
Belle Isle està sitiado, que el partido que favorece à la Inglaterra, no solo la toma, sino que al
punto mismo toma la Isla de Rè, y desembarca en las Costas de la Garona. Si el Exercito de Francia
se mueve sobre el Vveser, no intermedia tiempo, sin que los favorecedores de esta Corona la
trasladen hasta Stade, y ponen en contribucion, de su propia voluntad, al Paìs de Hessa, à Hannover,
y à los demàs Dominios de los Aliados. Me rio algunas veces de oìr, que el Exercito
Rusiano en una marcha alcanza desde Posnania hasta Potzdam; y que el Rey de Prusia duerme en
Leipsig, y se levanta en Breslau, sin mas motivo, que el que tienen los Noveleros partidarios, para
transportar sobre las alas del viento los huestes. No creo, que havrà persona tan indiscreta, ni tan
mal hallada con su entendimiento, y juicio, que quiera revocar en duda la veracidad, y exactitud de
mi Barometro.
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Racconto generale
En viendo, que alguno de los Noveleros, que conozco por Melancolico,
Philosopho, ò cargado de negocios, tenga el ojo vivo, la tez clara, las facciones desembarazadas, la
cabeza alta, de repente vaticino, que su partido và pujante, y combinando luego la
positura en que le dexaron las ultimas noticias; no hallo embarazo en adivinar, en què consiste la
ventaja, que havrà conseguido. Si al contrario vèo, una Phisonomìa adusta, en un hombre jovial, y
placentero, libre, y acomodada, la frente arrugada, los ojos cargados, &c. de contado puedo
pronosticar, que algun Correo coxo ha traìdo malas nuevas.
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Racconto generale
Nunca tengo mas completo el gusto, que, quando congeturo, que en
alguna parte de Europa se debe tratar negocio de importancia, y que este puede en algun modo
traslucirse. Al instante me muevo. A nadie dexo en paz, ni en su casa, ni en la calle. Sin
distincion de personas, ni condiciones, pregunto à todos, què hay de nuevo, què se dice de Italia, ò
de Alemania; y esto con el fin de poder penetrar hasta donde llegue la passion de los que me
responden. Las reflexiones, que se estàn haciendo en diferentes barrios de Madrid,
sobre las negociaciones de la proxima Paz, son capaces de curar la hypocondria mas inveterada. Un
dia entero no basta para oìr las idèas, y proyectos, que los Novelistas forman sobre este assunto.
Conozco de vista à casi todos los mas eminentes Estadistas, que tiene este Pueblo, y como sè, que no
hay Tertulia, que no tenga su Ministro de Estado, que es boca, è interprete del barrio en que vive,
ò en que assiste, procuro siempre acercarme à èl quando visito los congressos, deseando primero
saber de èl, que de otro alguno, lo que piensa de la situacion, y estado de los negocios. Nunca me
dì mas movimientos, que al tiempo que corriò la funesta noticia, de que tengo hablado; porque
persuadido, y convencido, de que este sucesso mudaria enteramente el systhema de los negocios de
Europa, y produciria una infinidad de excelentes especulaciones, tenia singular gusto en saber lo
que pensaban sobre ello los mas grandes Politicos. Passaba à la Calle Ancha de San Bemardo, ò à la
del Barco, y en media hora me hallaba instruido, assi de lo que pensaban de este acontecimiento Embaxadores, Ministros, Grandes, y Particulares; como tambien del interès, que
preveìa cada uno de estos, podia resultar de ello en sus propios negocios. En una parte de la pieza
del Caffé, Phenomeno de la Calle Ancha, se discurria indiferentemente entre Cocineros, y Ayudas de
Camara; pero à medida que me passaba àcia la otra, oì que se alambicaban mas, y mas los
razonamientos: de suerte, que en un rincon de la pieza quedaban yà tan perfectamente destilados, que
podian passar por del mas sublime quilate. Los espiritus, ayudados por los vapores del Caffé, ò de
los Licores, disponian (en un abrir, y cerrar de ojos) de todos los bienes, del difunto Principe, y
en menos de un quarto de hora quedaba la paz hecha, y todo el mundo restituido desde el Exercito à
su Casa. Saliendo de alguna de estas dos citadas partes, empezaba el passeo, que mi Medico me ha
ordenado para disipar mis malos humores. Caminando derechamente mi primera estacion, veìa la
assamblèa completa, y un cèlebre Atheniense servir de Orador del dia. Jamàs oì discurso mas
elegante, que el que este pronunciò en aquella ocasion. En los despojos del muerto
havia para todos. No havia Principe, aùn de los que no tienen intervencion en la guerra, que no
havia de sacar raja de sus Estados. Pero en que triumphaba mas el Ciceroniano, era, en exponer la
muerte del Monarca, autorizandola, como tambien el repartimiento de sus Estados, con las Leyes
fundamentales del Imperio, con la Ley Salica, con la Charta, Normanna, y con el Fuero Juzgo. La
diversidad de opiniones, en orden à las circunstancias de esta muerte, que se atribuia à una
infinidad de causas, era otro Laberinto extremamente dificil de desenredar, y que me hacia vèr como
se siente de las cosas, que suceden lexos de nosotros. En los animos de algunos se encendia tanto la
ira para sostener, que solos ellos sabian la verdad, de lo que decian, que en ciertas ocasiones, oì
sobre esta, y otras semejantes noticias, palabras colericas, è insultos personales. Pues no es
perderse el juicio, quererse afianzar en quatro renglones, que se escriven de priessa, y por ventura
sin haver bebido en legitima fuente? Quántas veces revocan las Gacetas las nuevas que habian
propalado? Y quántas veces vemos tan discordes las relaciones escritas por dos partidos
distintos, que despues de haver examinado una, y otra, todo queda como estaba antes de haver venido
el primer aviso? Pues què es esto, sino que los Noveleros, con una satisfaccion, que ellos fingen,
se ridiculizan à sì mismos, y se exponen à las burlas, y risas de los que de passo interpretan mal
sus palabras.
Livello 3
No he hecho
mejor, decia un Griego, haveros dado un contento, y alegria de tres dias, que haveros desde el punto
mismo assustado, y entristecido con la pérdida de la Batalla?
Metatestualità
No puedo menos que responder este Correo à la Carta siguiente, que he recibido de Parìs.
Livello 3
Lettera/Lettera al direttore
París 30. de Mayo de 1761. Monsieur. “Entre todas las
Comunidades de esta Ciudad, que tienen à la Moda por objeto de sus obras, ninguno hasta ahora ha
tenido menos fortuna en España, que la nuestra. Sì es verdad que despachamos algunas chupas
bordadas, algunos Ojales en cartòlina, ò algunas Basquiñas, y Batas picadas, ò bordadas en estambre,
no consideramos estos articulos por de tanta consideracion, que nos puedan hacer participantes de
las sumas que vomita America por el Canal de Cadiz, en el seno de las demás Naciones de Europa, y
sobre todo en el de la nuestra. Buelvo à decir Monsieur, que nuestra Comunidad es la que menos se
interessa en las riquezas de España; sin embargo de hacer Comercio de un articulo, que se debiera
despachar mas en su Paìs de Vm. que en otras parte [sic] de Europa. Còmo es esto, Monsieur, tantos
calores en España, y nadie gasta Parasol de Tafetan? Pues solo la ignorancia de lo que
passa en Parìs, donde hasta los Oficiales, Sastres, y Peluqueros le estilan, ò la falta de Mapas, en
que se vèn, como los usan los Españoles en las demàs partes del Orbe, son las causas, que pueden
escusar à España este solecismo en la Moda, y de haverse desviado de las impresiones, que la Nacion
recibe con tanta docilidad en assunto à Modas Nuevas. En Junta General, celebrada en 20. de Mayo, se
ha resuelto Monsieur escrivir la presente, para que Vm. haga esto pùblico por qualquier medio que
sea; prometiendo al que primero rompiesse la Baya, è hiciesse uso pùblico, y continuo del Parasol de
Tafetan, y procurasse que se introduzca, y establezca la Moda de èl, para el año proximo venidero de
1762, el mandar acuñar una Medalla de Plata del peso de dos onzas, con el Retrato del que nos
favoreciesse con su empeño: quedando al desempeño de nuestra Real Academia de las Inscripciones, el
Exergue, la Inscripcion, y el Reverso. Deseamos que Vm. nos participe las novedades, que produxessen nuestras proposiciones, à fin de hacer Invierno provision este de Generos, para
las remesas, que se nos pudiessen pedir de esta. Tenemos el honor de quedar de Vm.” Monsieur. Los
muy aficionados servidores,
el Syndico, los jurados, y Vee
dores del Gremio de los Roperos
de
la Puente del Cambio de Parìs.
Livello 3
Lettera/Lettera al direttore
París 30. de Mayo de 1761.
el Syndico, los jurados, y Vee
dores del Gremio de los Roperos de
la Puente del Cambio de Parìs.
RESPUESTA.
Livello 3
Metatestualità
Messieurs. “Estimando la favorecida de Vms. de 30. de Mayo, satisfarè
al deseo, que Vms. tienen de que se fomente en esta Corte el uso del Parasol de Tafetan, para
resguardarse de los rayos Solares, que carcomen la blancura de la tez, y que se les procure à Vm.
assi el despacho de un articulo para su Gremio, extremamente lucrativo; prometiendo al que fundasse,
y procurasse la introduccion de este Comercio, el honor de la inmortalidad por medio de una Medalla,
acuñada con su retrato. Apenas recibì la Carta de Vms. que la comuniquè à nuestra
Tertulia, la que se hallò gustosa con el aviso, dandome al propio tiempo orden para participar à
Vms. que estaban servidos, pues yà hemos visto en las Calles de Madrid el Parasol de faltriquera,
enarbolado con todas las circunstancias necesarias para poder esperar en el proximo Verano la
dilatacion de su uso, y à favor de su Gremio de Vms. un despacho, que, como Vms. no ignoran, es en
España de enturbion, y avenida, en los primeros momentos. No podrè decir con certeza, si el
Cavallero Fundador de esta Moda querrà franquear su retrato para estamparle en la Medalla. Si por
ventura lo escusára, embiarè à lo menos su nombre, y apellido, con la data de la introduccion de la
Moda. No siendo justo quede toda la Nacion privada por culpa de uno solo, del honor que la compete
en la promocion de este Articulo de Moda, y en el bien estàr de su Gremio de Vms. de quienes soy con
toda atencion.” Messieurs. Su muy favorecido servidor El Duende.
Racconto generale
Es hecho constante, que haciendose recomendables los
hombres por las invenciones, aquellos que las estienden, è introducen en los parages, en que no
aparecieron, son dignos de los propios honores. La necessidad, y uso del Parasol en esta Corte, es,
à mi parecer, indispensable, y no hay en contra el que nuestros antepassados no los estilaron, y que
no los estilan otros muchos Pueblos. El ansia para distinguirse, y fixar la vista de todos, entra en
el Plan de las acciones humanas, tomadas moralmente; y la passion que tenemos todos, de
inmortalizarnos por medio de la piedra, y del bronce, es uno de los mas gloriosos pensamientos, que
alientan à los hombres. Les parece à los embidiosos de las glorias del proximo, que es leer poco en
alguna Chronologìa de los inventos de Artes, y Ciencias, que en 1761 en tal dia, y en tal mes, se
viò en Madrid el primer Parasol sobre la cabeza de un hombre, para conservarse las facciones, en
cuya memoria se acuñò en Parìs una Medalla, que probablemente se conservarà en los Monasterios
[sic]? Pues diganme todos, y qualquier de ellos, à que miran tantos anhelos para promoverse, y
hacerse lugar en el mundo, sino à gozar semejante complacencia, y à ser nombrado, y
famoso en todas partes. En balde me alegan, que los honores, y distinciones son relampagos, y
oropeles, que no dàn substancia: lo que yo veo, es, que à menos de ser Gallegos, ò Asturianos; esto
es, Aguadores, ò Ganapanes, Taberneros, Tenderos , y otras gentes de esta casta, todos apetecemos el
Quos ego. Yo mismo no disimulo el que quissiera ser el mas habil, y el mas sabio en realidad; pues
aunque no me haria perder los estrivos el saber, siempre me hallaria gustoso, con que todos
admirassen el favor, que me havia hecho el Altissimo. Y si esto es una verdad incontratable, por què
se querrà negar, que el que saca el primero à luz una Moda nueva, no deba gozar las prerogativas, de
que por qualquiera novedad util se hace digno à quien la propala? Dignissimo es, pues, de premio, y
de una distincion honorifica, el que rompe el camino para darnos libertad de valernos del Parasol,
como de un instrumento, que en qualquier momento, nos manifiesta lo que somos, y escusa el deber
embozarnos, ò duplicar los gastos del Peluquero, para renovar el rizo que tanto se echa à perder por
el Sol, ò por el Sombrero. No hallo en esta Moda del Parasol cosa alguna, que
contradiga à la buena crianza, antes bien la considero por utilissima, y sumiamente conducente para
que se imite, y se introduzga en el Reyno.
Metatestualità
Acababa este Discurso, quando un Mozo de Esquina, me entrega el
siguiente papelito, que me parece escrito por algun Mercader, que debe estàr mal con que el Parsol
nuevamente introducido, sea de Seda, pues se quexa de que no le hayan dado tiempo para despachar los
que tiene de Encerado.
Livello 3
Lettera/Lettera al direttore
“Señor Duende: Vm. havrà notado la novedad del Parasol, que apareciò
pocos dias hà, y que continua à aparecer unico en su classe sobre el Horizonte de estas Calles de
Madrid; no sin grave perjuicio de nuestro Gremio, y en particular de mì; pues para abastecer al
Pùblico, que tanto me honra, que me cree infalible en mi decir, y en mi obrar; he hecho una
provision de cinquenta gruessas de Parasoles de Encerado, de que la mayor parte tengo yà recibido, y
no siendo justo, que sufran mis interesses, por solo un Parasol de Tafetan, le suplìco à Vm.
amoneste, y avise al Pùblico, que le ruego no adopte esta Moda, hasta que yo tenga
sacado mi dinero, del abasto que he hecho de Parapluies: siendo cierto (como Vm. no ignora) que si
se dexa vèr otro Parasol de Tafetan à las doce del dia por estas Calles, los Lacayos no querràn
servirse mas de Encerado, lo que para mì serà de sumo perjuicio. Reitero mi peticion, y confiado que
Vm. harà à mi favor qualquiera cosa, le B.L.M. Su servidor, y apassionado,
D. Sinibaldo Sutorio.
D. Sinibaldo Sutorio.