El Duende especulativo sobre la vida civil: Número V
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NUM. V.
Sabado 27. de Junio de 1761.
Citazione/Motto
Turpe, & difficile est habere nugas,
& stultus labor est ineptiarum.
& stultus labor est ineptiarum.
Mart. lib. II. epig. 86.
[Sábios, y Criticos del tiĕmpo, y de la Moda.]
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Racconto generale
El hombre que se dexa avassallar de la presumpcion, y de su fantasìa,
es un ente despreciable en la sociedad humana. No hay compañia mas insoportable, ni molesta, que la
compañia de un presumido de Sábio, cuya ciencia las mas veces consiste en noticias vagas, sin el
menor caudal propio, que le favorece. Mucho sufre el mundo de sugetos, que con su lengua, su pluma,
y sus procederes empañan el lustre de la verdadera Sabidurìa, manifestando en su conducta, que el
Saber no es prenda preciosa, y apetecible, sino possession ridicula, y despreciable. El pensamiento
de encontrar en el Saber extremos tan opuestos, como son ridiculèz, y estimacion,
parece equivocado, y destituido de todo fundamento. Pero si queremos averiguar, en què consiste la
verdadera essencia, y caractèr del Saber, y quál es el hombre Sábio; forzoso serà examinar ambos,
baxo estos supuestos encontrados, para quedar convencidos, que el Saber ridiculo reside en los
presumidos, y el de estimacion en los verdaderos Sábios. Y para que nadie dude de ello, veamos los
titulos que los hombres presentan, y los servicios que alegan, para gozar preeminencias, y honores
de Sábios.
Acreedor al titulo de Sábio por voces, ò terminos gramaticales, es aquel, que explica las
cosas utiles, que enseña, con frasses claras, y palabras inteligibles, dando tanto à sì mismo, como
à los que le oyen, una doctrina provechosa, y divertida, sin hacerse ridiculo por la afectacion del
estudio.
Este es en epìlogo la Literatura en que forjan su pretension de Sábios, aquellos que no se
contentan con ser llamados hombres estudiosos.
Por las muchas Obras que he leìdo, he venido en conocimiento, que la Ciencia de muchos Sábios
se reduce à lecciones varias, y por lo regular, á una afectada veneracion, que muestran para las
vejeces mas olvidadas. Muy dificil se cura un contagio contrahìdo en el manejo de
Polyanthèas, è :Indices corpulentos, que llenan de contusiones à quien los rebuelve. Como los
verdaderos Literatos jamàs siegan, ni recogen à tiempo el fruto de lo que siembran; éste, despues de
maduro, se suele frequentemente adjudicar con el terreno que cultivaron, à quien no le pertenece.
Los Semisabios, y presumidos de eruditos, que siempre viven en emboscada, y con assechanzas, privan
à los verdaderos de los premios, y honores, que les competen. Una de las razones porque sucede esta
desgracia en la Literatura, es, porque los Poderosos, y Magnates no les alientan con Obras propias,
ò con proteccion declarada, ni anhelan al alhagueño titulo de Amantes, y Protectores de las Letras,
y Literatos. Por no arriesgar el concepto, que merece un verdadero Sábio, serìa menester que
tuviessemos un methodo invariable, para poder quilatear los talentos, y meritos de cada uno, y
examinar los progressos, que ha hecho en los estudios à que se ha dedicado. A mì me parece, que
debemos desconfiar del merito de aquellos, que, sin ser conocidos en el mundo, remontan de un buelo
por su pluma sobre la esfera en que vivieron; porque la fortuna, aunque premiasse justamente à
algunos de esta manera, ha sido tan escasa en semejantes favores, que su exemplo no puede servir
para inferir de èl universalidad, ò costumbre: ademàs, que este Phenómeno, en lugar de
ser propicio à nuestra idèa, la contrarresta acerrimamente.Convendria tener presente el estudio, y
ciencia de aquellos Sábios, que jamàs desamparan las Antesalas, donde humillandose adoran la
naciente prosperidad de un Page, ò Lacayo Favorecido, para que abriendo el Gavinete, les anuncie al
Amo. Serìa menester cerner las obras de los que buelven à publicar lo mismo que otros dixeron, y
escribieron en el propio idioma.
Muchos se precian de Sábios, porque hablan quien les costèa impressiones de cosas, que no
aprovechan positivamente à la Religion, al buen estado, à la enseñanza pública, ni à la diversion
honesta;y la tarèa de semejantes Escritores, ni es digna de la luz pública, ni ellos del nombre de
Literatos, que sin razon se atribuyen. Por no detenernos en el examen de esta verdad tan clara, para
ilustrarla con facundo, y consequente razonamiento, serà mejor exponerla en un rasgo
historico, en que los presumidos de Sábios veràn como en un espejo su verdadero retrato.
Sábios presumidos, diganme, no se debe este mismo premio à los que se emplean en sutilidades
nada menos provechosas, que el invento de este célebre Maquinista? Pues aun no basta, pues yo
advierto todavia alguna diferencia entre el Macedonio, y vosotros. Este para executar su habilidad,
necessitaba mano segura, y ligera, y ojos linces, lo que no tienen todos; en lugar que, para ser
Autor basta parir un papel à la buena de Dios, un Romance, ò una Chocarrerìa insipida, y fria. Es
verdad, que para un trabajo arìdo, y seco, como el que producen algunos, se debe buscar sugetos
aproposito, y en quienes el ingenio estè divorciado con el juicio. Pero à què premios, ò à què
honores aspiran aquellos Sábios de Pronostico, que inundan todos los años el Reyno con sus
Piscatores? Què grandeza se agregan los Señores, con que su nombre aparezca en la fachada de
semejantes producciones, ò con declararse defensores, y broqueles de Obras de esta naturaleza? Pues
si creemos à los Autores de los Almanaques, ellos lo apuestan al Areopagita, y se imaginan, que el
Duque, ò el Conde les deba toda su Exceclencia. Vayan con estos aquellos que se ocupan en copiar
Mercurios, Gacetas, ò Entremeses, y que, no contentandose con que su Mecenas les salude
de passo, pretenden que les debe dàr su lado. Bien quisiera yo preguntar à todos estos Sábios, en
què parte de sus Obras, ò estudios està: el merito para el aplauso, que mendigan, pues yo casí en
ninguna descubro apice de utilidad, ò entendimiento. No encuentro en ellas caudal para enriquecer
mis potencias: idèas con que sublimar mis estudios: ni luces para conocer mas perfectamente à la
Naturaleza. No hallo en ellas estìmulo para hacerme mas virtuoso, ni moral viva, conceptuosa, è
impressiva para corregir mi conducta. Ni un Rey puede aprender en ellas el arte de gobernar como
justo, y prudente, ni el Pueblo la sumision, y obediencia, que debe à su Soberano. En ellas no
aprende un Padre de familias reglas para reprimir las passiones nacientes de un hijo, en quien funde
sus esperanzas; ni el hombre secretos para encontrar en sì propio medios para labrar, su fortuna, y
gozar en este mundo la felicidad, y temporal bienaventuranza. Por vida vuestra, Señores Autores,
pensadlo bien. La preciosa alhaja de la razon no es don para desperdiciar una vida tan breve, en
comentar una Ley, en aclarar un texto de Hippocrates, ò Galeno, ni en ocupar el entendimiento en dàr
la explicacion de una estampa, pintura, antiguedad problematica, ò privilegio imaginario. Si nos
queda todavia algun rescoldo de aquel fuego, que debe animar à los verdaderos Literatos,
para que aprovechen sus estudios, conocèremos, que el hombre jamàs debe fatigarse en desembrollar
enredos mysteriosos de Poetas, ni en enderezar las impropiedades, que hay en sus Obras. Què utilidad
ha sacado la Literatura Española del difuso, y obscuro Comento de Pellicèr sobre Gongora? El amor
propio, y particular deleyte, con que un Autor se complace en la composicion de semejantes escritos,
los hacen objeto de la burla de los verdaderos Literatos. Sè que muchos diràn, que esto es Critica,
y guerra declarada contra los Autores; pero les suplìco vayan de espacio, y haganme justicia. Esto
no es mas que explicar el disgusto de vèr el abuso, que se hace de la Literatura, y el deseo de que
los Doctos se apliquen à estudios formales, y utiles. Pero dònde tendràn depositado el juicio
aquellos Criticos, que para censurar una Obra no dexan escapar, punto, ni coma, que no ensangrienten
con reparos sin substancia? Què bienes saca el Público de que se rectifique un argumento, en que
estaba dislocada la mayor, ò la menor, ò mal inferida la consequencia, para conceder al Impugnador
el honor, que pretende? Què cuenta puede dàr de su tiempo un Professor irritado, que se emplea en
corregir yerros dialecticos? Estos Criticos no son como Diogenes, pues este à las doce del dia
buscaba à un hombre, y con linterna, quando ellos en medio de la noche hallan, lo que
quizà no buscaron. Quàntas veces procuran ofuscar el merito de un hombre, por un yerro de Imprenta,
ò por un Hispanismo, que denuncian heregìa? Si los tales se exerciessen sobre algun punto capital de
la Historia, en que la Nacion interesse su gloria; si aclarassen algun hecho oscuro, alguna verdad
disfrazada, el Pueblo les estarìa quizàs obligado. Pero què obligacion se debe reconocer à
semejantes inexorables Exploradores, que al punto, que sale un Libro, le imprimen el Sello de su
adversion à las Letras, declarando la guerra al Plan, al Lenguage, y à la misma persona del Autor?
Còmo es possible se entretengan en esto, hombres, cuyas luces servirìan utilissimamente en la
Republica de las Letras. Si ellos se imaginan, que sus Escritos criticos les hacen dignos del titulo
de Sábios, es alucinarse, y engañar à los que compran sus Obras, quizà por el reclamo de los
dictados, y campanillas del Autor, à quien se supone hombre de credito, porque està condecorado en
el mundo, ò en los claustros. Nosotros hacemos burla del Thalmud, y de las Dissertaciones, con que
los Judios han desvariado tanto en la explicacion de varios passages del antiguo Testamento.
Burlamos de los Comentos, con que los Arabes han glossado su Alcoràn; y no hemos de burlar tambien
del grossero, y material contrabando de erudicion, que muchos desparraman en sus produciones?
Bastante se experimenta el daño, que causa à las Letras aquel odioso modo de escribir,
que con suma agudeza, ha calificado un Erudito Alemàn; y no es muy de alabar, que hay quien tome
semejante camino, para corregir descuidos agenos. No todas las criticas son de la aprobacion, que
merecen aquellas, que estàn conformes à las reglas, que prescribieron el Señor Obispo de Guadix, el
P. Segura, y otros buenos Autores. Nada hallo mas indigno, ni mas cobarde, que herir en secreto, la
reputacion de un hombre. Los Escritos verdaderamente satyricos personales, no solo hieren, sino que
dexan incurables las heridas. Un genio cruèl, y barbaro no se halla mejor satisfecho, que, quando
ocultandose, para que nadie descubra su pestilente aliento aflija, y excite la division entre las
familias, ò expone à una familia entera à la risa del Pueblo. No se ignora, que muchas veces se arma
la malicia con el Escudo de la Religion, para deslustrar el credito de un Escrito, y la virtud,
merito, y alabanza de su Autor. Y verdaderarmente, aquellas flechas, que se disparan como sin
tiento, y en tinieblas, con pretexto de revindicar el honor de una Nacion ofendida en una Crisis, en
que simplemente estàn interessadas las obras, ò vicios de algunos particulares, sin hacer lesion à
las personas, son envenenadas con el tósigo de la personal conveniencia. Una parte del mal que
resulta de las animosidades, proviene de que no se entiende muchas veces la
diferencia, que hay entre una Critica, y una Satyra, y entre un Critico, y un Satyrico. Una Satyra
personal, aunque no quita vida, ni hacienda, es à veces peor, y de mas fatal consequencia, para
quien tenga honra, que la pèrdida de hacienda, y vida; respecto de que jamàs se debe medir el daño
por la idèa, e interpretacion que le dà el Autor, sino por el modo que la concibe, quien la sufre.
Hay sugetos verdaderamente atolondrados, y vivos, que por el solo merito, y adelantamiento,
que logra una persona, sacrifican amistad, y credito à la loca ambicion de oprimirla, sin atender,
ni reparar en que hay mayor merito en tener un corazon bueno, que un entendimiento de Moda. Mas
debemos temer à un hombre indiscreto, que à un hombre vicioso: el ultimo pegarà con sus enemigos, y
con quienes quiera mal; y el primero atacarà indiferentemente amigos, y enemigos. No puedo menos que
valerme aqui de la fabula, que escribiò Rogerio L’ Estrange Inglès.
Mas porque alargarme en una materia, que nada hace al caso, en un Paìs, donde nadie debe
temer se desdore, y donde el que pretende brillar, con morder Escritos agenos, su credito causa
lastima à todos: mejor serìa animarlos, para que no fuesse tan corto el numero de los que quieran
procurarse fama con Obras de su profession, nuevas, y utiles. Bien se sabe, que no es possible tener
Obras buenas, sin que las afine la Critica.
La mordacidad en la Critica sirve para desterrar la afabilidad, y cortesanìa del comercio humano: para inquietar los espiritus, y privarlos de la tranquilidad que necessitan, à
fin de meditar las cosas que ecriben: y para perturbar la union, y sembrar la cizaña entre doctos, è
ignorantes, destruyendo assi el orden, y la economia del Estado, cuya basa es la concordia. Y esto
es el Sáber? Esta es la Ciencia, que hace à los hombres dichosos, y les dà el titulo de Sábios? Sì;
esto es el Saber, pero de los presumidos, en quienes es ridiculo, y despreciable; y respecto à
ellos, hemos de convenir con Roussean de Ginebra, que la Ciencia ha alborotado el mundo, y
pervertido à los hombres. Pero bolviendo la medalla, y no aplicando tan generalmente, y sin
excepcion, aquello que llevamos dicho, conocerèmos, que este no es el Saber de los verdaderos
Sábios, en quienes verèmos , que el Saber causa efectos de dòn, y ramo de la Sabidurìa infinita, que
engrandece à quien sepa usar sobriamente de un bien derivado de principio tan noble, y tan divino.
El Saber de los Doctos, es la prenda, el dòn, y regalo mas apreciable, con que Dios dotò al hombre;
y los Sábios son respetables Consejeros, y Assessores de la Diosa, que preside à las Academias, y
Palestras Literarias. La diligencia, y exactitud del verdadero Sábio en sus estudios, es como la
caudadosa actividad, y zelo de la vigilante Abeja. La distincion que este insecto hace de las
flores, su modo de disponer la materia para su ingeniosa labor, y el conocimiento del
buen, y mal alimento, sirve à los Sábios de instruccion para separar la verdad de la mentira, y la
Historia de la Fabula. El Critico juicioso, imparcial, y habil, es personage, que
merece la estimacion de todos. Ilustrando un hecho obscuro, y desengañando al publico en aquellos
puntos, en que tienen interès la Religion, y el Estado, emplea su pluma en empressas recomendables.
No ha tenido España falta de sugetos de esta classe, por mas que algunos Estrangeros hayan querido
deslucirla en su Literatura. La Critica no tiene Palacio menos hermoso en esta Peninsula, que en
otros Paìses; y el estudio de la Politica, Geografia, Philosophìa natural, Historia Eclesiastica,
menos apassionados. Puede ser que no tarde la Nacion Española en sacar al Theatro del Orbe à un
Tournefort, como la Francia: un Limneo, como la Suecia: un Rhumphio, como Holanda: un
Sloane, como Inglaterra; y no menos gloriosos serìan para España otros Ingenios, que viven ocultos,
sino huviesse motivos desgraciados, que hurtan sus nombres à la Fama. Los Literatos, para que sean
verdaderos, no deben dexarse impeler del interès, ni de la lisonja; solo les debe mover el honor, la
gloria, y el bien de su Patria. Los que escriben con estas calidades, afianzan su credito, y el de
la Nacion con tan hondas raìces, que la mas escrupulosa residencia de sus Escritos quedarà burlada,
si pretende censurarlos. No obstante que esta verdad es clara, y confiante, sè, que hay Zoylos, que
con arriesgada erudicion hacen esfuerzos, para rebaxar el valor, y merito de los hombres Literatos.
Pero què importa, si las Obras mismas encierran la defensa de sus Autores; mayormente de aquellos,
que satisfechos con su estado, y fortuna, posseen el verdadero patrimonio de los Sábios . . . . .
Livello 3
Eteroritratto
Unos tienen credito de Sábios, porque anuncian, y revisten los
conceptos mas triviales, y comunes, con terminos, y voces estrañas, no pocas veces equìvocas, y casi
nunca naturales, ni propias, para significar la cosa de que se habla. Coordìnan tan fantasticamente
las palabras, que nadie comprehende sus clausulas, pues ellos mismos titubean à veces, para dàr
razon de lo que quieren decir. Estos son Sábios, porque aquellos que les oyen hablar, sin entender
lo que dicen, quieren que lo sean: ò leen sus obras, sin saber de lo que tratan.
Livello 3
Eteroritratto
Otros se apropian el titulo de Sábios, por haver leìdo, y archivado en
su memoria una infinidad de Centones de la antiguedad. Entre estos hay unos, que saben la Genealogìa
de las voces, y parecen Vocabularios ambulativos. Su manìa està, en no querer servirse de palabras,
que no tengan ascendencia Griega, ò Vizcaìna; y emplear voces cuya derivacion es Latina, ò Francesa,
es hablar en estìlo familiar, y demasiadamente llano.
Livello 3
Eteroritratto
Otros hacen consistir su merito, en haver corregido un texto, que con
su correccion se ha hecho incomprehensible, y algunos en eftàr dia, y noche clavados sobre una
inscripcion, ò medalla, que al parecer respetò el tiempo, para que sirviesse de potro à su ingenio,
y los hiciesse cèlebres por una ciencia, que pocos estudian.
Livello 3
Eteroritratto
No faltan quienes pretenden ser Sábios, por la adversion, y ojeriza,
que tienen Libros, y Autores Patricios, ò porque saben aquello, que desean olvidar muchos hombres,
que lo estudiaron.
Livello 3
Eteroritratto
Llenos de presuncion miran con ojos compassivos à los que estudian, ò
producen Obras utiles, è importantes: Niegan su conversacion, y lado al Medico, ò al Naturalista,
que abraza el estudio, para conservar la salud pública: Se rien quando vèn que estos examinan el
intrincado mysterioso laberinto del cuerpo humano, y demuestran en un cadaver las
causas morbosas: No les mueve la inspeccion de aquella breve mole, en que sobresale de un modo tan
singular, y excelente, el poder, y la sabidurìa incomprehensible del Divino Arquitecto: Desprecian
al Mathematico, que trabaja en el progresso de las Artes, que sirven para la comodidad, y gustos de
los hombres. Un Philosopho experimental, un Carthesiano, ò Gassendista, es para semejantes Sábios un
sugeto ridiculo, y un Nevvtoniano, ò VVolfiano sospechoso en la Fè, ò enteramente Herege; y esto
porque estos Sábios desean dàr à la razon la fuerza que necessita, para sacudir el opressivo yugo de
las passiones, y eximirse del magisterio, con que una inveterada preocupacion tyranìza los
entendimientos. Cuentan por perdìdo el tiempo, que los verdaderos Literatos ocupan en instruìr à los
hombres en su deber para con la Divinidad; y de si obligacion, para con la sociedad humana. Son
enemigos de que se averigue la essencia, y el poder de la razon, y la extension del espiritu, y
talentos de cada uno. Mas quieren ocuparse en una question philosophica
abstracta, y morir sin verla decidida, ò escribir Romances, Entretenidos, Seguidillas,
&c. que estudiar las causas de tantos maravillosos efectos, como nos pone à la vista el Cielo,
la Tierra, y nuestra propia Existencia. Y es esta la Ciencia con que, cegando al ignorante vulgo,
ganan estos Sábios su confianza, y aplauso?
Livello 4
Estìman mas, dice un Autor Holandès, saber què
hechura tenian las Togas, y Capas de Griegos, y Romanos, y sus Castañuelas: el modo como mecìan las
Amas à los niños: si la Iliada de Homero es coleccion confusa de Romances sueltos, ò Poema perfecta,
que la Moral para la conducta de su vida.
Livello 3
Eteroritratto
Los Sábios de Lengua, hablando con precision, y delicadeza, (lo que
en muchos es natural apreciable) encubren à veces, con la especiosa capa de facundia, la mas crassa
ignorancia; pero pretenden tambien ser Sábios, por consentimiento del vulgo. Aunque estos jamàs
desconfian de su merito, me imagino, que no hacen daño: pero no es assi de aquellos que preconizan
el suyo en la Portada de un Libro, ò Papel, escrito à pesar de la razon, y del buen gusto; porque
essos contravienen à la sentencia del Sábio, que aconseja, que nadie debe exceder, ni passar los
limites de su capacidad, y talentos.
Livello 3
Eteroritratto
Quántos hay, que aspiran à colocar su Estatua en el Templo de la
Fama, porque escriben volumenes grandes sobre assuntos pequeños? Estos se inmortalizan como la
Tarasca, que saliendo todos los años, es siempre la diversion de los muchachos, y tontos.
Livello 3
Racconto generale
Un Amigo me decia un dia en conversacion divertida, que quando leìa
en la Gaceta: Libro nuevo: Curso Philosophico secundùm mentem, &c.se imaginaba que leìa:
Presuncion de Sábio nuevo, secundùm intelligentiam, para el Pueblo: porque, añadiò, sin temeridad
puedo decir, que en la mayor parte de estas Obras no he hallado sino piezas de cartapacio, que no
cuesta al Autor dinero para imprimirlas, y que siempre le dan ganancia, aunque no sea mas que para
embolver especies.
Livello 3
Esempio
Si despojamos à Alexandro de su ambicion, è impetuosos delirios, le
hallarèmos adornado con prendas de entendido, de amante de las letras, y de los Literatos. Su Corte
era asylo contra el hado, que siempre los persigue. Fue Principe tan liberal, que no admitir sus
dones era injuriarle; y con razon se puede decir de èl, lo que Salustio dixo de Cesar, que solo
negaba, aquello, que no juzgaba digno de ser concedido. No es facil pintar su corazon magnanimo,
quando debia negar algo su prodigal grandeza. Llegòsele un dia un Aventurero con un secreto de no
menor maravilla, que mysterio, y hasta entonces ignorado. La propuesta de Dinocrates no era
comparable, à lo que este ingenio ofrecìa al grande Alexandro. Con exquisita, è indecible paciencia
havia logrado este sugeto passar un grano de millo por el ojo de una ahuja; arte que executò tan
diestramente, à presencia de toda la Corte Macedonica, que el Principe mismo quedò suspenso del
caso. El Enebrador, viendo la admiracion de Alexandro, se lisongeò de una brillante fortuna: pero
por un fatal revès, le mandò dàr el Monarca en premio de su habilidad graciosa una porcion de
ahujas, y de millo, para que se adiestrasse mas, y mas en este ejercicio. Este, dice el
Holandès, era el galardòn, que mereciò un descubrimiento raro, y curioso, pero nada util para el
genero humano.
Livello 3
Esempio
Poco antes que Socrates tragasse la Cicuta, hizo à sus amigos un
discurso sobre la inmortalidad del alma. Comenzòlo con decirles, que esperaba, que no podrìa
censurar su conversacion el genio mas Cómico, aludiendo à Aristophanes, quien de proposito havia
escrito una Comedia, para ridiculizar à Socrates, y la que este havia visto representar diversas
veces, sin commoverse, ni inquietarse el animo.
Livello 3
Esempio
Julio Cesar, despues de haver sido el blanco de las Satyras de
Catullo, le convidò un dia, y le recibiò con tanta generosidad, y agrado, que quedaron perfectos
amigos. Lo mismo executò el Cardenal Mazarino con el ilustre Quillet, el qual haviendo censurado su
gobierno en un precioso Poema Latino, el Cardenal, acariciando al Autor, le assegurò su estimacion,
y confianza, y le confiriò el primer Beneficio bueno que vacaba.
Livello 3
Esempio
Muy al contrario obraba Sixto V. Este Principe Eclesiastico no siguiò
la sábia leccion de Tiberio de dissimular, y mas en materia de Satyra. Testigo aquel
caso de la Camisa sucia, con que revistieron à Pasquin los Romanos: pues prometiendo Sixto una suma
de dinero à quien descubriesse el Autor de la Satyra; èste, confiado en la generosidad del Papa, y
en las insinuaciones de sus Emissarios, se denunciò en persona; pero el Pontifice, despues de
haverle dado la cantidad prometida al denunciador, ordenò se le cortassen la lengua, y las manos.
Livello 3
Fabula
Una tropa de muchachos estaban en las orillas de un fosso acechando à
las Ranas, que sacaban la cabeza del agua, no cessando de tirar piedras quando se mostraban, hasta
que bolviessen à zambullirse en el centro del fosso. Una de las mas atrevidas de esta familia
aquatica, sentida de la maniobra infantina, increpò à los niños sus acciones: Muchachos, bien conocèmos que lo que haceis es simplemente juguete, y passatiempo; pero es bien que
entendais, que con vuestros divertimientos poneis en peligro à nuestra vida.
Livello 3
Esempio
Descartando el merito de Nicanòr, que por el veneno que derramaba en
sus Escritos, se deshonró con el infame apodo de Stigmatias; no es bien que nos ocupèmos, como èl,
en invectivas personales.
Livello 3
Esempio
Un Autor famoso dice, que la embidia que tenia el Tasso à los demàs
Poetas, le irritaba, y enfurecìa. Diòlo bien à entender, quando preguntado por Paulo III. quièn era
el mayor Poeta de su tiempo, le respondiò, que no conocìa competidor, ni segundo.
Livello 3
Esempio
El nombre del Aretino està en horror à todos los Sábios: y los
Diaristas hacen memoria del encono, que todos los Escritores tenian à Gronovio, quien passò su vida
en batallar contra el merito de los hombres mas ilustres de su siglo.
Livello 3
Pierio nos advierte, que la ciencia de saber
distinguir el bien del mal, enseña los defectos, ò perfecciones de las cosas. La docilidad del
Sábio, le somete à la razon sin que se valga de argumentos falaces, ò caprichosos para combatirla.
Su doctrina es universal, y procurando à unos conveniencias domesticas, y à otras instrucciones
morales, favorece à todos. Su humildad le hace convenir en los yerros, que comete, y agradece à los
que modestamente se le adviertan.
Citazione/Motto
Virtutum incolumen odimus.
Sublatam ex oculis qærimus invidi.
Sublatam ex oculis qærimus invidi.