La Pensadora Gaditana: Pensamiento XXIV
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Niveau 1
Pensamiento XXIV
Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.
Cadiz, y Diciembre 20. de 1763.
Imprimasse. Dr.
Ortega
Cadiz, y Diciembre 19. de 1763.
Imprimasse,
quedando este Original en la presente Escrivanìa de Imprentas, y
Librerìas, â
donde se deberàn tambien passar dos Exemplares.
Villaformada
Niveau 2
Niveau 3
Metatextualité
Dice discretamente Séneca, y
otros, que el que pretendiere corregìr, hà de principiár
por sus defectos, para hacèr más eficàz su empeño:
consejo, que más de quatro veces me há incitado â
retroceder de mi obrilla, porq[ue] â el verme tan llena
de ellos (aunque Pensadora) me escrupuliza el gastár
todo mi tiempo en destruír las preocupaciones agenas, y
dexàr abandonadas las proprias, que se fomenten â cada
passo; pero como estas son ocultas, yà porque los que me
tratan, no me miran como Authora de correcciones, ò
porque tál vèz las procúro disimulár, temiendo no me coja el carro; hè proseguido en mi
empressa, tomando de mis consejos, y reflexiones lo que
me parece; y muchas veces poniendome, antes de salir â
el público, algunos de los vestidos, que tán arreglados
hè cortado â muchos de mis Lectores. Pero hoy que con
bastante confussion mia, me vèo comprehendida en un
abusso de màs de marca, y èsto publicamente, y de letra
de molde, es un pessár, que me aflige, más de lo que yo
quisiera. Más como el conocimiento de lo delinquido, es
tacito principio de la emmienda; pretendo manifestàr â
todos mi delito, para que me impongan la correccion más
rigorosa: pero antes tendré el gusto de
dàrme una mano de Crìtica, porque como mia, y en causa
propria, serà menos cruél. Y no se enfaden Señoras mias,
que yá serà razòn, que nos hablémos cara à cara, pues hà
tanto tiempo, que solo por incidencia me acuerdo de Vms.
màs pueden creerme, no hà sido falta de voluntad, que
èsta siempre se la hè conservado muy fina. Escriví
inadvertida (tal véz llevada de la preocupacion maldita)
en el Pensamiento XXII. â el fol. 260. una grossería de
gran tamaño: un no quiero seco, y pelado, y ésto
hablando con el Señor Pùblico, â quien debémos los
Authòres todo nuestro sér. Confiesso que
fuè una inadvertencia grande, que anduve atrevida, y
poco politica; y como que lo conozco, lisa, y
llanamente, y sin restriccion algúna, me retrato de lo
escrito, y suplìco à el Señor Pùblico lo tenga por no
pensado, ni dicho, para descargo de mi conciencia
pensadora. Pero sepan Vms. que no está en el no quiero
la causa de mi pena, se halla en el parenthesis
immediato, donde no arrepentida de la grosserìa, la
authorízo con la falsa disculpa, de que las Damas
tenémos licenia para todo: se puede passar la atribucion
del nombre de Dama, siendo una pobre vieja, que no sirvo
màs, que para dàr consejos, por la sencillèz con que me explico. Pero el dàr tan mal exemplo
una Pensadora de mi caràcter, que estando crìticando
abussos, disculpa una falta de politica con una
preocupacion, es un yerro, que merece el màs severo
castigo: pero como me parece que no soy sola la
comprehendida en éste delito, harè común la Crítica; y
cada una tomarà para sí, lo que mejòr le parezca.
Niveau 4
Récit général
Es la Politica bien
observada, una hermosa, galante, y discreta
produccion de un ànimo, que noblemente cuydadoso,
hace objeto de sus acciones la màs arreglada
conducta: es una exterioridad virtuosa, que atenta
siempre â lo honesto, y racionàl,
dirige sus pissadas advertida, por la senda del
què diràn, para no precipitarse ciega â los
desordenes màs grosseros. Es, en fin, una
delicadeza de un entendimiento despejado, mediante
la qual sabe apartarse advertido de todo aquello,
que se opone â el carácter, dignidad, y estado de
cada uno: regulando su procedér con la mayòr
exactitúd, de tal modo que â el primér informe de
vista, haga una clara, è individual discripcion de
quien sabe conducirse con relacion â una buena
crianza, y con respecto â la distincion de los
sugetos con quien tratàre; sin suponèr
privilegios, para rompèr éste precioso enlaze de la Sociedad. A todos igualmente, en
todos estados, y en ambos Sexos comprehende la
obligacion de portarse con politica, para sabér
adquirir, y conservàr aquella estimacion, que à
cada uno le pertenece: pero â quien con más empeño
executa, es â las Damas, porque son las que màs
aventuran en sus defectos, por verse combatidas de
mil grosserìas, ê impoliticas disfrazadas con
aquellos nombres, que les dá la libertad, para
hacer tolerables sus abussos; porque contenidos
estos atrevimientos con una politica honesta,
burlen prudentemente los dañados intentos de unas
idèas contrarias â todos sus privilegios. La Politica considerada, según toda su
extension, no limíta sus reglas solamente â
aquellos, que se hallan en la cumbre del mando;
pues aunque estos precissamẽte deben observarla
con toda exactitud para podèr salir con el mayòr
acierto de la variedad de contrarias ocurrencias,
y que su observancia redunde en beneficio de la
Sociedad: tambien ésta obligacion politica les
toca â los mismos individuos; porque regulando
cada uno su procedèr politicamente, vendrá â ser
la Sociedad en su todo un admirable compuesto de
lo màs discreto, más racional, y màs justo: porque
nunca se podrán vér las Republicas bien ordenadas,
si aquellos mismos que las componen,
no hacen objeto de sus idéas el concurrir cada uno
por su parte, â que se logre tan laudable fin.
Esta consideracion, que â mi parecér es racional,
há sugerido en mi Pensamiento el repàro, que
intento desertàr; pues aunque â muchos les
parecerá puramente methaphysico, porque las
especies que le fomentan, no son tan visibles como
las antecedentes; no obstante estoy en la
inteligencia de que no dexaràn de hacerse cargo de
la dificultad, pues â poca reflexion se divisa con
todas sus circunstancias. Son Vms. Señoras mias,
la mas bella parte de la Sociedad (como yà tiene dicho otra pluma) y el impulso mas
activo, que inspira en los Hombres estimulos
nobles, para merecer su aplauso; porque aunque
muchas veces se vèn los efectos contrarios, estos
nacen de las viciadas maximas de los que pretenden
llegar â la cumbre del mèrito por las sendas de la
perfidia: assi como no dirèmos, que una corona que
se ha estimado siempre, como causa principal de
las acciones heroycas, para obtenerla, es origen
de las trayciones, y tyranías de los que
injustamente aspiran à su possession; pues estas
nacen solamente de la ambicion, sobervia, y
altanerìa indigna de unos genios atrevidos; sin que estas sombras llegüen jamàs â
obscurecer los resplandores del throno. Por esta
misma razon debémos todas, yá que nos mirámos
colocadas en el grado mas superior de la
estimacion del Mundo, procurar quanto esté de
nuestra parte, el mejor arreglo de nuestra
conducta, y ser nimiamente escrupulosas en todo lo
que pertenezca â nuestro honòr, y buena fama, sin
obstentár privilegios para lo contrario, que solo
existen en la imaginacion de aquellas, que estàn
reñidas con la delicadeza de nuestro Sexo. Se
advierte en muchas Damas, aùn en aquellas que màs
observan una rigorosa conducta, algunos descuydos en sus conversaciones, y faltas
de politica en su trato, que infelizmente las
expone â la censura menos escrupulosa; dando
motivo con estos (no sè si los llame) efectos de
poca reflexion, â que lo mas precioso de su
estimacion se vulnère: tenémos el exemplo en la
Pensadora; pues quando hace empeño de críticarlo
todo, pone un no quiero tan claro, que sin duda
havrà minorado su tal qual estimacion de juìciosa:
si Señoras mias, nosotras usamos muchas veces de
palabras poco politicas, curiosidades desatentas,
y defectos de cortesía con sugetos de caracter, y
todo esto se authoriza, con que las Damas tienen
licencia para todo: no tienen
licencia para todo; y en mi opinion para nada, que
sea contrario â las leyes verdaderas de su honór,
estimacion, y authoridad; pues estas deben siempre
portarse con respecto â lo mejor, porque de lo
contrario se sigüen tantos inconvenientes, quantos
son los medios por donde una Muger puede aventurar
su recato. Diràn Vms. que yá vuelvo con mis
delicadezas, y reparos; y que en estos assumptos
estoy muy impertinente, y escrupulosa: que no hàn
de estàr las Damas en una etiqueta continua, que
alguna véz hàn de esparcirse, y usar de licitas
licencias, para que descanse la tirante cuerda de la circunspeccion: estàmos
conformes, y esta opinion es propriamente la que
observo: pero es menester reparàr, que para que
algunas veces nos entreguèmos â las diversiones, y
â el trato sociable, y chistoso, es muy precisso
llevar la sonda del cuydado en la mano, regulando
â quantas brazas se halla nuestro honór de los
riesgos, y poniendo una linea entre lo honesto, y
lo peligroso, para que no se exceda el animo â lo
que tal vèz le puede ser dañoso: tambien es
precisso que Vms. confiessen, que para divertirse
licitamente, y dár â los cuydados algun alivio, no
son necessarias las licencias, que se toman, pues nunca há sido fomento de lo
agradable, lo que se roza inmediatamente con lo
aborrecible. De esta especie son las satyras, que
se oyen en los estrados, en presencia de los
mismos comprehendidos en ellas, y no pocas veces
sucede en estas descubrir faltas, ô secretos, que
dán bastante molestia à los interessados, porque â
nadie le gusta, que digan sus descuydos en
pùblico, ô les censuren sus passos, haciendole
objeto de la diversion agena: esto llaman Vms. dàr
carga, y yo la llamo falta de Politica. Quando
alguno les està hablando cortesmente, y sin mas
motivo que su antojo, Vms. se ponen â divertirse,
y hacer fiestas â un Perrito, y no le
escuchan, ¿qué otra cosa es, que faltàr â lo que
està obligada una buena crianza? El odioso estylo
que hay entre nosotras (de este pocas nos
escapamos) de secretear unas con otras, aunque no
haya mas que un concurrente, y que éste se véa
precissado en mirar las pinturas de la Sala, que
por fin èstas no le vuelven la cabeza; ¿no es
contrario â toda razòn, y cortesia? ¿Las risas que
de estas conversaciones secretas se originan,
dando en que pensar â los circunstantes, y
sonrojandolos, no es una impolitica manifiesta?
¿Diganme Vms. què tribunal, ô juzgado les ha
conferido la licencia, para que puedan, sin dexár de ser politicas, usár, y poner en
practica lo que es mas contrario â esta precissa
prenda de la Sociedad? Yo los ignoro, y si no
apelo â la falta de reflexion, no sè donde vaya â
buscarlos. Desengañemonos, nosotras estàmos
ceñidas con las màs rigoròsas leyes del recato,
porque somos las más expuestas â padecér su falta,
y en quienes hace màs lastimosos efectos. Debèmos
considerarnos, como una preciosa alhaja de
cristál, que aùn entre las mismas manos que la
estìman, corre peligro de quebrarse: assi debe ser
nuestro cuydado para con aquellos, que por sus
mèritos, y juicio adquieren la possession de
nuestras tertulias: y creanme Vms.
que entre los mismos que nos vissitan, cortejan, y
sirven, se hallan los Fiscales màs impíos de
nuestras acciones, y estos mismos son los que más
las aplauden, celèbran, y alaban: y serán (no lo
dudo) los que màs satyrizen mi reflexion, porque
se empeña en quitár del Mundo la causa de su
mordacidad, pues tàl es èste abusso que nos
domina. Havrà muchas, y aùn muchos que replíquen,
que la edad florida de la Juventud en las Damas es
bastante disculpa, para hacèr tolerables estos
descuydos, por ser en èsta edad, en quien màs de
continuo se miran estos yerros; pero se engañan, y
authorizan una preocupacion con otra.
En las Damas no hay edad, que màs deba observàr
las reglas del recato, y las leyes del honór, que
en la Juventud; pues en èsta es donde los peligros
se númeran â cada passo, ô son innumerables por
continuos: las Jovenes que procuran usár de las
licencias de sus años, tendràn muchas ocasiones en
que sin testigos de otro Sexo podrán divertirse,
sin dár motivo de que las murmuren: y entonces
estoy persuadida, que deberán estàr màs gustosas,
porque la igualdad de Sexo, y eleccion de Amigas,
harán más graciosos los chistes, por ser màs
descuydados: pero en presencia de los Hombres
(nuestros disfrazados enemigos) que
se hàn puesto de tál condicion, que ya murmuran
como si fueran Dueñas, y no parece nos visitan màs
que para censurarnos, es un disparate, es falta de
reflexion, y es una locura. Dixe, que la más bella
parte de la Sociedad son las Mugeres, y las que
inspiran en los Hombres estìmulos nobles, para
sabér merecér: pero esto se deberá entendèr de
solo aquellas, que regulando su procedér con la
mejór politica, son siempre el más digno objeto de
la veneracion, y respeto, haciendo de su parte los
esfuerzos más racionales, para cumplir con las
laudables obligaciones de su estado. Estas con su juiciosa entereza hacen â los
Hombres commedidos, corteses, atentos, y
entendidos, porque desvelandose estos el ser
gratos â Damas de tal calidad, procuran con todo
empeño señalarse en lo más digno, porque conocen
que es lo que más les agrada: pero las que
olvidando aquellos privilegios que se deben por
Mugeres, y dàn motivo con las satyras cansadas,
las preguntas impertinentes, las reconvenciones
fuera de tiempo; en una palabra, con las faltas de
Cortesia, y Politica à que los Hombres se excedan,
y propassen de los terminos regulares, pretenden
solo hacer atrevidos, desatentos, vanagloriosos, y
Hombres inutiles; pues viendo que con
las Damas tienen màs lugàr las truhanerìas, las
impoliticas, y la falta de veneracion, abandonaràn
los buenos estylos, que se aprenden en las
Escuelas del valòr, ê ingenio, y se desvelaràn por
fecundarse de tàn grosseros modos, en aquellas
Escuelas màs aborrecibles de la maldad. ¿De què
les parecerá â Vms. que hemos adquirido nosotras
la opinion, de que tenemos poco reparo en el
hablar, y nos arrojamos sin reflexion â proferir
quanto nos ocurre, sea bueno, ô malo? De esta
falta de cuydado, y de este odioso empeño en
procurar parecer vivas, y discretas, aunque sea â costa del credito ageno, ô
motejando neciamente á los que nos visitan, y no
pocas veces con bastante dolór, de quien nos lo
tolera por Mugeres. Yo no sè donde tendrá la
gracia el decir un mote picante, una chanza
pesada, ô un vejamen sobre una cosa oculta: ¿y
estarán Vms. muy satisfechas con que han
practicado una gran cosa, quando se precipitan à
estos abussos? No tiene duda, pues Vms. mismas lo
celebran con otras sus semejantes.
¡Bello discurso! Ciertamente que la que
assi piense, podrá hacer alarde de sus opiniones,
aún entre la misma ignorancia, que no dexarà de
vituperarlas por defectuosas. ¡Valgame Dios,
Señoras, que siendo nuestro credito tan delicado,
que aùn el mas leve vapòr le empaña, seamos tan
omissas en su conservacion, q[ue] no cuydémos de
una alhaja, que faltandonos por
qualquier motivo, aunque seamos ricas,
distinguidas, y hermosas, vivimos en el Mundo
siendo el assumpto de las conversaciones menos
decentes, y el objeto de las ossadías, y
menosprecios! ¿Vms. piensan, que solo tiene un
camino la desgracia para possessionarse de nuestra
buena fama, y que en evitandole, yà hay licencia
amplia para todo lo demás? No Madamas, no debe sér
assi, ni havrà juìcio no preocupado, que procure
authorizàr esta opinion. Debémos por obligacion
precissa ser unos exactos exemplares de las
acciones mas corteses, las palabras mas atentas, y
los modos mas politicos: todas estas cosas son
partes principalissimas de nuestro
buen parecer, y de lo contrario, dirán: Flora es
hermosa, pero : : : : : Livia es gallarda Dama,
pero : : : : : Y con estos peros destruiràn el
mayor vinculo de nuestras riquezas, que es la
opinion; infelíz conseqüencia del poco cuydado que
ponémos en nuestra conducta; porque assi como nos
vèmos constituìdas en la veneracion del Mundo, y
regularmente somos preferidas, y estimadas de todo
Hombre juicioso, dandonos el primer lugar en
qualquiera parte, y siendo el objeto de las
atenciones; debémos por esta causa poner mas
diligencia en llenàr politicamente nuestra
obligacion: pues elevadas à la cumbre
del aprecio, nos mirámos en la ocasion de que se
divisen (aún por los que menos atienden) los mas
minimos defectos de nuestro proceder; siendo por
esta causa el blanco expuesto à los tiros de la
embidia, y à los intentos de las perfidias; por lo
que nos debèmos siempre considerar en un riesgo
iminente, el que solo se evitarà, midiendo
nuestras idèas con lo arreglado de la mas discreta
Politica.
Niveau 5
Exemple
Mire Vm. Amiguita
(se dicen regularmente), no sè como tube
sufrimiento para disimular la risa: le dì tal
carga à Dorindo, sobre la amistad que tiene con
Marcia, porque es su cortejo, que el
buen Hombre se puso de mil colores: y yo discurro,
que lo sentiría màs, porque se hallava presente
Silvio, que es su ribàl: èl todo era buscár
disculpas, y dár satisfacciones; pero como sè las
cosas muy de adentro, le tiraba à lo vivo, hasta
que no pudo aguantar, y se despidió: tube un
bellissimo rato. ¡Què heroyca hazaña! Por cierto
que merecen estas tales un panegyrico excelente,
igual â su poco reparo, y falta de reflexion.
Alabarse de haver dado que sentir à quien vino á
su casa á obsequiarla, es pagár un beneficio con
una ingratitud: pero no importa, cumplase con el
odioso empeño de martyrizár con tales reconvenciones, aunque se sigan mil
inconvenientes, que lo de menos es dàr disgustos,
causar pesares, y faltár á las leyes de la
Politica, que para esso las Damas tenèmos licencia
para todo, y los Hombres la obligacion de
sufrirnos.
Citation/Devise
Quanto major eris,
majora pericla cavenda:
Crede mihi, nullo tempore tutus eris.
del Rayo la crueldad tyranamente
reduce su verdòr en escarmiento;
pues mueve su intencion villanamente
lo altivo, lo elevado de su intento;
que es objeto â la embidia mas violenta,
el que papèl más grande representa. Por esto, Nise, tu que en sumissiones rendimientos recibes jactanciosa,
debes mucho miràr que tus acciones
sigan siempre una norma cuydadosa,
que no te escusaràn murmuraciones
privilegios que alegües por chistosa;
pues nunca de peligro están seguras,
Riquezas, Distinciones, y Hermosuras.
Crede mihi, nullo tempore tutus eris.
Mich. Ver. pag. 29.
OCTAVAS Por mas que de la cumbre lo eminente â el Sol presuma disputar su assiento,del Rayo la crueldad tyranamente
reduce su verdòr en escarmiento;
pues mueve su intencion villanamente
lo altivo, lo elevado de su intento;
que es objeto â la embidia mas violenta,
el que papèl más grande representa. Por esto, Nise, tu que en sumissiones rendimientos recibes jactanciosa,
debes mucho miràr que tus acciones
sigan siempre una norma cuydadosa,
que no te escusaràn murmuraciones
privilegios que alegües por chistosa;
pues nunca de peligro están seguras,
Riquezas, Distinciones, y Hermosuras.