Zitiervorschlag: Anónimo (Hrsg.): "Carta XXXIII", in: El Corresponsal del Censor, Vol.3\33 (1786-1788), S. 531-546, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.63 [aufgerufen am: ].


Ebene 1►

Carta XXXIII

Zitat/Motto► Difficile est satyram non scribere . . .

Juven. Sat. I. v. 30.

Cosa difícil es no escribir Sátiras. ◀Zitat/Motto

Ebene 2► Metatextualität► Señor Censor.

Allá voy con mis almanakes: conozco en conciencia que no son la cosa mas seria de este mundo; pero, amigo mio, no lo puedo remediar; soy de genio bastantemente burlon [532] y satírico, y quando mas me violento para hablar con aquel peso y seriedad que hablan los hombres de forma, entonces es quando mi genio obstenta su poder. Lo cierto es que en medio de mis freqüentes chufletas, no se me escapa ni una mentira. Quanto digo á lo menos á mi entender son verdades desnudas, y aun por eso se escandalizan algunos de oirlas. Sea como fuere, á bien que Vmd. no tiene acepcion de personas; el mérito es el que decide en su rígido tribunal, y si mereciere repulsa la llevaré con paciencia, y procuraré enmendarme: manos á la obra.

¿Manos á la obra decia yo? ¡qué lócura manos á las obras: ¿pero qué obras? Obras que cantan en la mano, y son cantadas en los púlpitos. Obras que encantan, pues en ellas vemos una nueva arquitectura, que toda es de orden compuesto, aunque las mas de ellas, siendo verdaderas pero desfiguradas copias, pueden pa-[533]sar por raros originales. Hablemos claros: Yo estoy encantado mas que el heroe de Cervantes en la cueva de Montesinos, con los jóvenes de nuestra ilustrada Nacion. Muchachos, criaturas, y con ser de materia terrea, parecen hechos de cera segun toman el molde. ¡Quién lo creyera! En las memorias de la Academia de las Inscripciones y bellas Letras de París, me he hallado quatro ó seis disertaciones sobre los progresos de la retórica griega, y hallo que aquellos Señores eran una gente de poco mas ó menos. Ellos se andubieron de grado en grado obra de siglo y medio para llevar la oratoria al punto en que la practicó Demóstenes, y con él otros quantos que pasan hoy por prodigios ¿Y entre nosotros? En treinta años nos hallamos en parage de que no se desocupen los púlpitos de Mocicos que encantan, y nos tienen con un palmo de boca abierta, apostándoselas á S. Agustin, [534] á San Crisóstomo, y si Vmd. quiere tambien á San Leon y San Ambrosio. ¿No es una gracia ver salir mas Cicerones y Demóstenes sagrados de nuestros Pueblos, que hongos en los pies de los álamos? Sí, sí, ello es laudable, ello es digno de admiracion.

¿Se creerá que yo tengo por laudable, por digno de admiracion el hacer un sermon, una oracion sagrada perfecta en todas sus partes; que tenga toda la magestad que merece la Cátedra del Espíritu Santo; que brille con los serios y magníficos adornos que corresponden al fin altísimo para que se destina; que tenga la solidez debida á las mas importantes verdades; el espíritu de persuasion de que necesitan para su bien los oyentes; y finalmente la eleccion de voces, la distribucion de partes, y la union de todas ellas, que hace la cadencia, hermosura y atractivo, que es justo reyne en tan elevado to-[535]do? No Señor; que lo hagan asi, que practiquen todos con la mayor facilidad todo esto, que con el bade en la cinta hagan lo que un San Ambrosio hacia á fuerza de años y estudio, no es lo que admiro, no es esto lo que juzgo digno de la mayor alabanza; esto es lo mismo que el secreto de Juanelo; en sabiendo en que consiste el punto, ya está hecho todo. Lo que hay de grande en el caso es, que estos angelitos han sabido en sus primepos [sic] años descubrir el secreto, con el que lo hacen con la mayor facilidad.

Pues yo voy á hacer al público el servicio de descubrir este secreto. Es una lástima, que pudiendo ser un gran Predicador qualquiera niño que haya estudiado al Gaudin, y un añito del Gonet no haga lo que hacia el V. Fr. Luis de Granada, y algo mas también, que facilius est in-ventis addere. Ebene 3► Exemplum► Salió á luz el Lafitau; este fue el primero, sino me en-[536]gaño, de los Oradores Franceses qué se presentó en Español: salió el Massillon, salió el Bosuet, salió el Flechier, salieron otros muchos; se empeñaron laudablemente en reformar la oratoria varios hombres llenos de barbas y de sabiduria, trabajaron mucho para imitar aquellos modelos que habian sacado su perfeccion del V. Fr. Luis de Granada, y algunos otros que se hacian admirar. Los jóvenes los miraban con envidia, les faltaba este paso para completar el que ya habian dado: ¿y quál era este? ◀Exemplum ◀Ebene 3 Vaya una digresion.

Ebene 3► Allgemeine Erzählung► Quando corria la tercera parte de este siglo llamaban á oposiciones á una Canongia de Oficio en Sevilla, Córdoba, Murcia, &c., y se reducia el concurso, segun tengo entendido, á media docena de hombres ya de quarenta años para arriba. Estos iban llenos de desconfianza propia, temian á sus Coopositores, y cada uno de ellos se juzgaba el me-[537]nor entre los concurrentes. Los jóvenes se animaron, dieron en el punto; forxaron de antemano sus Centones, hicieron sus largas arrengas, y aun llegaron al alto punto de hacer unas lecciones de comun de Distinciones, que llevaban (y llevan) aprendidas, y que á fuerza de oirlas repetir las aprendia el mozo de mulas ó calesero que los llevaba. Se armaron de altaneria y amor propio; corrieron á las oposiciones como á ver fiestas de toros, y ya en qualquier concurso se juntan diez y ocho, veinte, ó treinta que los mas tienen que renunciar el derecho para ser admitidos.

Este era el paso que tenian dado; pero como decia, les faltaba otro para completarse. Vieron con su grande perspicacia que los Franceses rara vez ponian en sus oraciociones [sic] el texto á la letra en latin; ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 3 pues en esto consiste, dixeron mis sabios lo principal del caso: texto ni [538] cita, ni por asomo. Con esto y con decir muchas cosas, formar los periodos críticos, y usar de las voces sugeto, resorte, inercia, y otras quantas de este jaez, tenemos hecho el asunto. Y ya se vé, esto, una vez descubierto el secreto, lo lucieron y lo hacen con gran facilidad. Ebene 3► Allgemeine Erzählung► Vinieron despues otros que aun no creyeron estar todo hablado, y reflexîonando profundamente la materia, dieron en otra tecla que todavia faltaba; esto es predicar siempre una moral la mas rigorosa, que aunque esto veian tenia el reparo de verse reprendido por Jesu-Christo á los Fariseos quando les decia, ponian sobre el hombro de sus hermanos pesos que ellos no se atrevian á intentar mover, ni aun aplicando un dedo; no creyeron que esto les debia embarazar, porque ya que uno sea malo, dicen, conviene predicar lo mejor para el provecho del próximo; y ya se vé que en esto como en todo [539] lo demás llevan razon. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 3

Ebene 3► Allgemeine Erzählung► Ultimamente, en la presente decada se han levantado otros (¡valgame la Santísima Trinidad! ¡valgame Dios lo que puede la gracia! ¡y valganme todos los Santos, lo que alcanza un joven ilustrado, que sabe algo del Frances, y va tomando conocimiento del Inglés y otras lenguas!). Se han levantados otros, repito, que acabaron de dar en el punto, perfeccionaron el arte, y han puesto la oratoria en el alto grado que le vemos hoy con infinita freqüencia. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 3 Estos linces con una vista mas perspicaz que los linces todos arguyen asi. En la variedad consiste la hermosura, y puesto que, sicut se habet simpliciter ad simpliciter, ita se habet magis ad magis, (no se extrañe que para la oratoria y su adorno, de todo se valgan; que un Escolástico profundo saca provecho de las maxîmas Aristotélicas, aunque sea para interpretar la Escritu-[540]ra) mientras la variedad sea mayor, y en mas cosas, mayor y mayor será la hermosura. Si metiendo mil especies varias en un sermon sale todo tan hermoso; si la variedad de tonos é inflexîones de la voz añade realce á esta hermosura; si la diversidad de acciones y aptitudes hace que tan bien parezca; siendo tambien diversos los estilos, mayor será la variedad, y mayor será la hermosura. A esto se añade la mayor facilidad para salir con el todo, y la seguridad de que no conozcan los oyentes si es propio ó ageno, quando por falta de tiempo (que por falta de capacidad no puede ser) no hay lugar para forjarlo. Manos, pues, á la obra: Un párrafo de cada uno de los Autores Franceses, que aunque sean de varios asuntos, encadenandolos bien por medio de ingeniosas transiciones (este terminillo tiene hoy mucho séquito), se hacen como formados para un asunto mismo, forma-[541]rán un todo completo, vario, hermoso, ameno y encantador.

¡Quién creyera que hubiera llegado á tanto la ilustracion de nuestro siglo? Pues aun hay mas. No basta solo, han dicho otros, hacerlo bien; es menester hacerlo con provecho, y como la caridad bien ordenada empieza por uno mismo, debemos mirar por nuestro provecho. Es verdad que para esto se hace preciso faltar un tanto á la razon, pero hay faltas que se pueden disimular por sus buenas conseqüencias, y mas quando son tales, que ellas mismas dan realce y mayor hermosura. Hasta aqui para dar peso y autoridad á una sentencia ó aserto, se ha citado por ella á San Ambrosio, San Agustin ú otro Padre. ¿Por qué, pues, no se podrá introducir en esto un poquito de variedad que sea al mismo tiempo hermosura y provecho? Predica uno á un Tribunal, se ofrece hablar de la [542] usura; ¿por qué para hacer ver lo detestable de este vicio, no se han de citar quatro ó seis autos que aquel Tribunal haya puesto contra quatro ó seis usureros que en él hayan sido juzgados? y asi viene lindamente una mediana dosis de alabanza á los Magistrados, y sin que pueda sentirse la Sabiduria Eterna, se puede abanzar la cita á estos ú otros términos semejantes  : : :  Bien lo habeis fieles oido á aquellos sabios Jueces que no saben abrir su boca sino para enseñar la sabiduria.

¡Ah ingenuidad admirable! Avergüencese la Grecia con sus tardos pasos en perfeccionar la oratoria; calle Roma, calle todo el Occidente con sus Tulios y sus Quintilianos, y huyan adonde nadie los vea aquellos viejos á vista de nuestros jóvenes Oradores. Nos encalman con que el respetable cuerpo del Senado oia las ingeniosas reprehensiones de Ciceron, y lejos de sentirse las aplau-[543]dian y recibian con gusto. ¿Pues no es mas laudable ver á un Predicadorcito barbiponiente subido, no en la tribuna de las arengas, sino en la Cátedra del Espíritu Santo echar de la gloriosa, ya á un Cavildo venerable compuesto de ancianos sabios, ya á un Tribunal respetable compuesto de los hombres mas hábiles del Reyno, y ya á una Universidad compuesta de los sugetos mas instruidos en todas las Facultades? A este alto punto de felicidad hemos llegado en España, y con la singularidad de que los que hoy vivimos hemos casi visto empezar, continuar y llegar á su mas alto punto esta gloria.

Aliento, pues, jóvenes paisanos mios, corregnicolas amados aliento: no hay que esperarse á juntar caudal con mucho estudio; en un quarto de hora está aprendido el secreto: á ella, pues, y para que no esté oculta tanta gracia, no quede ma-[544]yordomo de Hermandad, á quien no se hunda a empeños seis meses antes que llegue el dia de la fiesta para que os encarguen el sermon, porque estamos en un tiempo en que el verdadero mérito, la verdadera ciencia el verdadero zelo, y todas las verdaderas cosas, no se conocen si el que las posee por gracia y estudio no las publica, y sale por fiador de ellas: y creed Señores, que por lo que estimo vuestros singulares talentos, y porque deseo que los conozcan todos, y los estimen como yo, os exhorto asi, y os exhortaré enternamente mientras yo fuere el que todos saben. ◀Metatextualität

Metatextualität► P. D.

Ciertos pobres ignorantes que tienen el menguado y mezquino gusto de leer mis inepcias esperan con impaciencia alguna contestacion (por la parte que me toca) al infinitamente eloqüente, dulce, melifluo, atento y [545] erudito Regañadientes. Confieso tenia determinado divertirme un poco á sus expensas, y divertir al público; pero mudé de parecer por la rara casualidad de que al tiempo mismo que iba á doblar el papel, yo no sé por que secreto impulso tomé indeliberadamente en las manos las obras póstumas de Don Francisco de Quevedo, en que trata de la Providencia de Dios, y de la inmortalidad del alma, casi, casi con tanta solidez y erudicion como el dignísimo Autor de los dignísimos Discursos filosóficos sobre el hombre; y lo primero que leí en dicha obra fueron estas palabras: No se ha de poner estudio en satisfacer con argumentos á las necedades y á las locuras, sino en castigarlas con desprecio afrentoso. Me acomodó mucho el consejo, porque adulaba mi natural poltroneria, y asi protexté desde entonces, y protexto desde ahora que mi pobre y rastrera pluma no se em-[546]pleará en contestar á obra tan delicada, tan urbana, tan sólida, tan instructiva y tan útil, como con demostraciones palmarias lo está ella misma manifestando: fuera de que, dicha obra, y las demas que parece han de venir en pos de ella, son sin duda alguna de la jurisdicion del Apologista Universal, quien es muy regular y muy debido comunique al público la adquisicion gloriosa de este su nuevo cliente.

Zitat/Motto► ¡Oh Deus, imprimitur libris farandula talis! ◀Zitat/Motto ◀Metatextualität ◀Ebene 2 ◀Ebene 1