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Zitiervorschlag: Anonym (García de Cañuelo, Luis; Pereira, Luis Marcelino) (Hrsg.): "Discurso CLIII", in: El Censor, Vol.8\153 (1787), S. 411-450, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.565 [aufgerufen am: ].


[411] Ebene 1►

Discurso CLIII

Zitat/Motto► Non est scientia Dei in terra.

Osee. cap. IV. v. I.

No hay en el mundo conocimiento de Dios. ◀Zitat/Motto

Ebene 2► Ebene 3► Brief/Leserbrief►Señor Censor: abísmese Vmd.pásmese, asombrese, y extremézcase todo al ver la estupenda y prodigiosa vida y milagros de mi S. Francisco de Asis, escrita en Epitome por un Autor como el Rmo. Bozal, cuyo resumen voy á presentarle á Vmd.Tema Vm. principalmente si al acabar de leerla es tan poca su fe, tan tibio su zelo, tan ninguna su devocion, que se sienta aun tentado á [412] decir de su contenido lo mismo, y ni mas ni mas, que lo que Vmd. ha dicho de los milagros contenidos en la coleccion que nos ha dado en sus Discursos quadragesimales. Crea Vm. seguramente que si Melchor Cano, con cuya autoridad Vm. se escuda, hubiese leido este precioso Epítome, á fe mia que no hubiera dicho por su Autor aquello de dolenter potuis quam contumeliose, sino todo lo contrario acaso. Porque ¿pensará Vmd. por ventura que se lee en él ni una palabra tan sola acerca de aquellas acciones particulares de la vida del glorioso S. Francisco, que pudieran servir á los lectores de exemplo, de estímulo, de aliento para imitar sus virtudes? Pues no Señor: es justamente todo lo contrario: no se leen en él sino cosas absolutamente inimitables: no se leen sino cosas las mas raras, maravillosas, prodigiosas, asombrosas, estupendas, y por lo tanto las solo capaces de excitar y mover nuestra verdadera devo-[413]cion, que como quieta que es un afecto, ya se sabe no puede ser movida por cosas que no sean extraordinarias. Escribir la vida de un Santo, no es, Señor Censor, escribir la historia de su Santidad, ni la serie de sus acciones santas. Bien clara y bien manifiesta es la razón. Porque si S. Francisco fué Santo, como no se duda, dicho se está que fué manso y humilde de corazon; perdonador de las injurias, amador de sus enemigos, misericordioso, paciente, casto, piadoso sin supersticion ni hipocresía; en una palabra, amador de Dios y de sus próximos, y vivo retrato del Santo de los Santos Jesu-Christo. Pues ahora, esto ya todos nos lo sabemos, y no sobrándonos otra cosa que exemplos de Santos que imitar, era menester presentarnos á S. Francisco baxo un aspecto el mas capaz para hacer poner á los fieles toda su confianza en su patrocinio, y para inspirarles el mayor temor y respeto que [414] sean posibles, á todo aquello que tenga la mas remota relacion con él, y que su solo nombre hace venerable: Ebene 4► aquel nombre cuyas nueve letras (en Castellano se entiende) significan las virtudes y gracias que participó de los nueve coros de los Angeles (Epít.pág.38.) Y he aquí lo que desempeña nuestro Autor admirablemente. No nos representa á S. Francisco como un modelo de las acciones del Salvador, que alentase con sus exemplos nuestra pusilanimidad y cobardia a hacernos tambien nosotros semejantes á este divino original. Se supone que, si fué Santo, lo habia de copiar en sí Francisco; y era excusado, y fuera de los fines de Obras tales el que nuestro Autor se detuviese en esto. Pero nos lo propone como un retrato del Hombre Dios á muy diversos respetos. Y en efecto los Historiadores, como se dice á la pagina 62, llaman comunmente á S. Francisco segundo Christo sin divinida; reparador preservativo de la Iglesia; claro espe- [415] jo en quien Dios hecho hombre se mira: impresion primera del original Christo; Christo desnudo; tomo segundo de la Pasion; dulce error del Crucificado; Crucifixo de sayal, y tan parecido por transformado a Christo, que puestos los dos brazos en la Cruz, se equivocan dulcemente los sentidos; y tuvieramos el brazo de Christo por el de Francisco, y el de Francisco por el de Christo, si no lo distinguieran por un pedazo de sayal nuestros ojos1 .

[416] Pues que S. Francisco fué Santo; notorio era á todo el mundo que se habia de parecer á Jesús crucificado en haber tomado su cruz y abrazándose con ella, negándose enteramente á sí mismo. Pero esta otra semejanza fué necesario que el Cielo para la mayor gloria de Dios y salvacion de las almas, la manifestase al mismo mundo con el increible prodigio referido á la pág. 61. Un Caballero mandó pintar una imagen de Christo crucificado al mas famoso pintor que se conocia en aquel siglo: apuró el Artífice todos los primores del arte, de los colores y de los pinceles; y al ir á entregar el sagrado Crucifixo, a quien se lo habia encargado, para ponerlo en su Oratorio, se halló en las manos con una Veraefigies de S. Francisco2

[417] Pero oiga Vmd. ya como nuestro sapientísimo Autor aplica mutatis mutandis á S. Francisco las Escrituras y los Evangelios todos que hablan de Jesu-Christo en quanto es mas que hombre y de la manera que hace ver que fué en todo su mas vivo retrato desde la cuna hasta el sepulcro.(pág. 37.) El nacimiento del Mesías prometido en la Ley y en los Profetas, estaba muy de ante mano profetizado por ellos: el de Francisco que fué el otro Ángel que vió S. Juan, con las señales de Dios vivo, y el libro cerrado con siete sellos (pág. 6.); fué profetizado por la Sibla Erithrea Santa Hildegarda, el Abad Joaquín, y doce Santos canonizados (ibid.) El Angel Gabriel anunció á María que naceria de ella un hijo á quien pondria por nombre Jesus: otro Angel anunció á la madre de Francisco, á quien eligió el Señor para padre de muchas gentes. (pág. 27) su nacimiento, y señaló al establo en que sin dolores ni riesgo (ya que no quedando virgen) [418] daría á luz á su hijo.(pág. 6 y 7.). Efectivamente, nació en un pobre pesebre (Nov. pág.93.): y su nacimiento bien así como el de Jesus, fué anunciado por los Angeles; pues el dia en que nació S. Francisco se vio y oyó un peregrino en las calles de Asis, diciendo en alta voz: Paz y bien: paz y bien3 ; y asi que Francisco salió á luz no se vio ni oyó el peregrino mas (pág. 9.) Demas de esto: tres globos de luz como el sol aparecieron en el Cielo (pág. 7.) que pudieron anunciarlo á todo el mundo.

El nacimiento del Salvador llenó de alegría al Cielo, y de espanto á los infiernos: el de Francisco fué celebrado en aquel con música de Angeles, y solemnes demostraciones de gozo y de regocijo; y el infierno por el contrario tembló y se extremeció todo de susto y de espanto. En el conciliábulo que Lucifer juntó de todos los dia-[419]blos, dixo que habia nacido al mundo su mayor contrario despues de Christo y destinó una legion de demonios para perseguirlo y matarlo; pero Dios señaló á S. Miguel por su Angel Custodio, y le dio á mas una legion de Angeles para ampararlo y defenderlo (pág.7 . . . . . 9)4

A la venida de Christo, se dice cesáron los Oráculos del Gentilismo: al nacimiento de Francisco en Damasco, Trípoli y otras muchas Ciudades de Gentiles, cayeron por tierra los idolos, y se arruináron muchísimos Templos de sus mentida; Deidades. (pág. 9.)5

[420] Jesus en quanto hombre no era hijo de S. Joseph: Francisco en quanto Christiano no contraxo ningún parentesco con su padrino de bautismo, porque este fué otro Angel en trage de peregrino (pág. 7.). Jesus, Dios aunque verdadero hombre, incapaz de todo pecado, fué concebido por virtud y gracia del Divino Espíritu sin pecado original: Francisco no tanto pero se tiene por tradicion firme, que fué santificado en el vientre de su madre. (ibid.)

[421] A Jesús le fue dada toda potestad en los Cielos y en la tierra: y Dios puso su omnipotencia en las manos de S. Francisco (pág. 34.) A este, diéron todas las criaturas por humilde la obediencia que negáron al primer hombre por soberbio. Enfrenó la voracidad del fuego: desbravó la braveza de los mares: aprisionó la libertad de los vientos: tuvo en la tierra á su arbitrio y á su ruego la abundancia y sazon de los frutos6 ; amansó las fieras, domesticó las aves. Vióse como reparada en este prodigio de la gracia, aquella primera quiebra que hizo la naturaleza con el golpe de la culpa. Sobre su cabeza si vió baxar del Cielo una cédula, que decia: hic est gratia dei. Este es la gracia de dios7 .

En las manos de Francisco puso el [422] Señor las llaves de la muerte y de la vida del Cielo y del infierno8 (pág. 48 y 49.) En señal del principado con que el Cielo le favorecia (Nov. pág. 96.); otro Angel le gravó así que nació una cruz roxa en el hombro, aromándole Caballero del hábito de Christo (Epít. pág. 7). Demas de esto: conoció Francisco claramente los mas ocultos secretos de los corazones, sus inatenciones, sus ideas, sus pensamientos, y (lo que es mas particular) aun hizo que unos á otros los conocieran sus discípulos9 (pág. 84.) Dióle Dios la potestad de juzgar á sus hijos: vióse claro en aquel que pidió á Dios que le librára de caer en una horrible tentacion con que le insultó Satanas; y su divina Magestad le respondió: anda á [423] tu Padre á quien para todos sus hijo: asíi como le he concedido el gobierno, he dexado todos mis poderes y facultades (pag. 64. y 65.). Y si á esto se añade: que todos quantos hay en el mundo son hijos de S. Francisco, ó por amor ó por profesion; pues para todos le concedió Christo Señor nuestro la célebre indulgencia de Porciúncula, con las circunstancias que no tiene otra ninguna en la Iglesia, siendo María Santisima la medianera (pág. 66.); sale por una conseqüencia muy legítima que Dios dio á S. Francisco la potestad de juzgar á todos quantos hay en el mundo. Y sino, ¿cómo ó por qué en el mismo dia en que murió Francisco, dice el Cardenal de Pisa, que enseñó Christo á sus Discípulos la oracion del Padre nuestro? (pág.65 y 66.)

Jesu-Christo es la cabeza invisible de nuestra Iglesia Católica, contra la qual no prevalecerán jamas, las potestades del infierno. S. Francisco fundó una Religion muy semejante á esta Iglesia; como que los Apósto-[424]les en el Cielo todos los dias estan pidiendo á Dios que conserve la Orden suya, que es la de S. Francisco (pág.65.). Esta Orden ó Religion de San Francisco, es tambien Católica ó universal: pues aun en su tiempo sus Discípulos estaban dispersos por las quatro partes del mundo10 y queriéndolos ver el Santo se juntáron milagrosamente todos (pag. 43.) Se extendió aun con mas rapidez que la religion Christiana: y hablando un dia con sus doce Discípulos les dixo, como el Salvador: no temais pequeño rebaño, que dentro de poco llenaréis todo el mundo: de todo su ámbito ven-[425] drán Nobles Principes, Sabios, porque ha de ser mi pobre Religion como, la red echada al mar; porque me ha revelado el Señor que quando faltase quienes viniesen á vestir nuestro pobre hábito, criaria hombres de nuevo que vinieran a pedirlo: que los que la persigan tendrán desastrado fin: que á los que á mis hijos les asistan y socorran los llenará de abundancia de riquezas temporales, y les asistirá especialísimamente para que tengan dichoso fin, y alcancen y logren su última felicidad: que nuestra Religion es toda suya, y que ha de correr su manutencion por su particular cuidado y providencia: que aun quando hubiese dos panes no mas en el mundo, el uno ha de ser para mis hijos: y si solo hubiese uno será para ellos el medio . . . . . que mis pobres hijos por sencillos y humildes se han de llevar todas las atenciones; y que han de vestir nuestro pobre Sayal muchos Emperadores y Reyes; y que ha de florecer nuestra Religion como misteriosa vid, y se ha de extender por [426] todo el Universo en sazonados frutos y abundantes racimos de hombres doctos y virtuosos que han de enriquecer é ilustrar á la Iglesia universal (pág. 25 y 28).

Puntualmente y á la letra se vió y se ven cumplidas todas estas profecías anuncios y revelaciones hechas á S. Francisco en veinte y ocho Emperadores, veinte y seis Reyes, y sesenta y siete Príncipes, en cinco Sumos Pontífices, sin contar otros que han querido ser enterrados con él (Sayal de S. Francisco): en quarenta y ocho Cardenales que por los años de mil seiscientos veinte y quatro ya contaba esta pobre Religion: en mas de tres mil ocupados en los primeros empleos de la Iglesia, entre los quales se cuentan mas de dos mil Obispos, quatrocientos Arzobispos, dos Electores del S. R. I. veinte y cínco Patriarcas, quinientos setenta y nueve Inquisidores, veinte entre ellos Generales: en mas de quatro mil públicos Escritores: en mas de dos mil y quinientos mártires sobre los que ya [427] tienen y a les da culto público en los altares: en tantos como son los canonizados, Doctores, Confesores, Vírgenes y Viudas de sus tres Ordenes: en el número sin número de los que tienen pendiente la causa de su beatificacion, y de los que executan tantos prodigios que dixo Nicolao V. que si todos los que obran milagros en la Religion de San Francisco se habian de canonizar, no tendria la Silla Apostólica otra cosa á que atender: en siete ilustres públicas Escuelas que han salido de su Orden, y tienen hoy Cátedras en las mas célebres Universidades,11 &c. &c.

[428] He aquí como la Religion de San Francisco es indefectible y universal, á la manera de la Iglesia de Jesu Christo. Contra ella no prevalecerán las potestades de la tierra; pues Emperadores Reyes, Príncipes, Papas, Cardenales, y quanto el mundo tiene por grande, todo se honra con su hábito. No prevalecerán contra ella ni la hambre, ni la sed, ni las dogmas calamidades ni la malicia de los hombres; pues un pan solo que haya, será para los Religiosos el medio. Y á qualquiera que los socorriese y asistiese, lo llenara Dios de riquezas; y los que los persiguiesen tendran desastrado fin. Asi lo primero como particularmente lo segundo, se confirma con otros muchos exemplares.

A un Indio Mor, por solo haber hecho á S. Francisco la caridad de pasarle un rio muy caudaloso, le anun-[429]ció que no moriria hasta hacerse Christiano; y sucedió como el Santo lo predixo, porque vivió casi quatrocientos años el Moro; y por los años de mil seiscientos veinte instruido por los Religiosos Franciscos en los misterios de nuestra santa fe, murió el Moro Christiano, y predixo su salvación al Soldan de Egipto. (pág. 24 y 25 )12

Resucito muchísimos muertos, algunos hechos mil pedazos, y hediondos de muchos dias, y otros de la culpa á la gracia. A un leproso y blasfemo lo sanó en alma y cuerpo, y habiendo muerto luego que quedó limpio13 se apareció glorioso al mismo San Francisco, &c. (pág. 53.)

[430] Pero como los hijos de los hombres se mueven mas por el temor del castigo, principalmente si es temporal, que por la esperanza de los bienes aunque sean como estos: oíganse algunos casos asombrosos. Un Abogado hizo empleo de su elocuencia en persuadir . . . . . la adversion y desprecio á los hijos de San Francisco; castigó Dios su insolente atrevimiento dexandole repentinamente mudo por espacio; de seis años14 , al fin de ellos confesó largamente por escrito; solicitó con lágrimas la intercesion de San Francisco, y el Santo le restituyó el habla, y vivió hecho pregonero de sus glorias, (pág. 53. y 54.) En Nozeria resucitó á un niño, al qual quitó Dios la vida, por haber dicho su padre muchas blasfemias y oprobios de S. Francisco y de sus hijos . . . . . ofreciendo el padre ser todo el tiempo de su vida su cordialísimo devoto y bienhechor de [431] sus hijos, &c. (pag. 54. y 56.) Un Soldado . . . . . yendo hablar de los milagros de S. Francisco con sacrílego descaro dixo: ¡qué S. Francisco ó qué basura! Si él es Santo que me cosan á mi á puñaladas: aun no habia pasado una hora . . . . . quando le atravesáron el corazon . . . . . acabando monstruo de impiedad . . . . . quedando escarmiento para no despreciar á S. Francisco ni á su Orden15 .

No prevalecerán tampoco contra esta las potestades del infierno ó los demonios. Sin hablar del consabido desafio con los setenta mil de ellos y otros semejantes casos que omito; exerció el Santo un imperio absoluto sobre todos. A una indiscreta muger (no mas de indiscreta) que impedia haciendo sonar un tamborcillo, oir predicar un Sermon le mandó Francisco [432] que cesase . . . . . y no queriendo cesar dixo el Santo (pacientisimo) en alta voz: venid demonios, y llevaos lo que es vuestro: al punto obedeciéron los diablos; viniéron, y se llevaron aquella infeliz á vista de todos. Estos mismos diablos que le aborrecian, tanto que le llamaban el Estomagoso16 , y ni podían oirlo, verlo, ni aun se atreviéron á nombrarlo, porque decan que era tu mayor enemigo, y que habia cerrado las puertas del infierno (pag. 43. y 44.)17 : estos mismos diablos que predi-[433]cáron á Francisco muchas veces Santo, lo publicáron poderoso, y le pidiéron que no los atormentase tanto (pág. 45.): estos mismos espíritus rebeldes socorriéron muchas veces á los hijos de Francisco, viéndolos necesitados18 : á muchos que los perseguian y les negaban la limosna, los mismos diablos lus hiciéron limosneros y devotos 19 &c. (pág. [434] 45 y 46) Y este poder y virtud contra ellos, y para vencerlos comunicó tambien Francisco á sus compañeros y discípulos (pág.44.) Ahora véase como han de prevalecer jamas contra su Religion.

Pero que mucho si tampoco prevalecerán contra ella las potestades de la Iglesia. Véase (pág. 57. y 58.) el siguiente suceso que ciertamente, como allí mismo se dice, es asombroso. Un Obispo, que aunque singularmente indevoto, tendria no obstante potestad en la Iglesia, pero adverso á los Religiosos de S. Francisco, salió para un Concilio en donde iria, ya se ve, á exercer su potestad, aunque bien prevenido de artificiosas razones y papeles, y determinado á desacreditar, y aun si era posible, extinguir la Religion (se entiende de S. Francisco). Sabido por los Religiosos, hiciéron especiales oraciones á su Santo Patriarca, para que alcanzase del Señor trocase el corazon de aquel Prelado; y la mañana del dia en que se abria el Concilio, amanecio [435] degollado por S. Francisco (¡Oh Santo mio!) para cuyo efecto le dió su espada la imágen de S. Pablo, (la Imágen ¡oh Santo mio!) y á S. Pablo su cruz Francisco. (Su cruz ¡oh Santo mio!) 20 .

Últimamente, fuera de la Iglesia Católica no hay salvacion: lo mismo sucede fuera de la Religion de S. Francisco. Porque para salvarse es menester querer salvarse; y el Cardenal de Pisa (cit. á la pág. 60.) dice, que el mismo Christo con llagas, y vestido del hábito de S. Francisco, dixo. Quien quisiere salvarse sígame, y vista como yo voy vestido. Pues ahora Christo, no pudo engañarse ni engañarnos; ¿con que seria posible que nos engañase su Eminencia? ◀Ebene 4

Señor Censor: estas cosas son tan raras, tan extraordinarias, tan admirables, que me temo al referirlas [436] crea algun malvado que yo intento hacer una sátira contra la Religion de S.Francisco. Yo no hago mas que extractar lo que está escrito en el dicho Epítome, cuyo Autor no es ningun Religioso de esta Orden. Yo no tengo otro fin sino el que se conozca la verdad, y el que Vmd. ó sus Lectores formen el juicio que deben como Christianos, de esta y otras infinitas Obras semejantes. Por lo demas, yo estimo y venero (aun mucho mas de lo que creerán quizá los que saben mi modo de pensar) á todas las sagradas Religiones; y omitiendo otras muchas razones, á mí me basta para estimarlas y respetarlas el que hayan sido aprobadas, y sean matenidas por las legítimas Potestades: y si he de confesar á Vmd. la verdad, no obstante lo dicho, tengo á la Religión de S.Francisco una cierta predileccion entre todas, ó un cierto afecto que creo no ser comun á mí solo, y me parece que no necesita ella para ser lo que [437] es y lo que ha sido en la Iglesia, ni para su mayor gloria, ni para otro fin ninguno, de que sea ni verdadero ni falso nada de quanto se contiene en dicho Epitome.

Aun es mucho más maravilloso y raro lo que me queda por decir: y por lo tanto, aunque esta carta va ya sumamente larga, no puedo reducirme á omitirlo, para que Vmd. vea que cosa es ser un Santo verdaderamente Santo; y quál es esta semejanza con Jesu-Christo, en qué la santidad principalmente consiste. Ebene 4► Si, Señor: todos los Santos han sido y han de ser retratos del Hombre Dios pero S. Francisco se pareció al Santo por esencia, al que es sola y verdaderamente Santo, en que fué San Francisco Santo de la mayor marca y en que fué Santo desde los pies hasta la cabeza. (La prueba es clara). Con la rasura de las uñas de los pies hizo dos milagros, sanando á dos enfermos; con la agua conque se los lavó, recogida por un devoto, hizo prodigios; con su [438] sandalia obró singulares portentos21 . No habiendo sello para sellar una escritura pública, puso Francisco sobre la oblea un nudo del cordon, y apareció grabado en el papel, en lugar del sello un hermoso Serafin22 .Con una poca tierra amasada con su saliva dio vista, aplicándosela á los ojos á una doncella ciega. Un devoto suyo libró con unos cabellos de Francisco su casa de un voraz incendio; otro sostuvo su casa que se le venia á todo punto desploma-[439]da á tierra (pag. 46 48.). He aquí como los cabellos, el cordon , la sandalia, y el agua en que se lavó, participaba de la santidad de Francisco. He aquí porque (Francisco) fué mapa, epílogo y compendio de todos los dones, prerogativas y gracias que en todos los Santos se hallan repartidas (pág. 40 y 41).

Pero no para en lo dicho la semejanza que tuvo con Jesu-Christo. Adoráron á Francisco en su modo los tres Santos Reyes Magos, arrodillándose ante una imágen del Santo el dromedario, que llevaba el arca quando se trasladáron sus sagrados huesos. Jesus se manifestó á sus Discípulos mas amados sobre el Tabor, revestido de la magestad de su gloria: Francisco tuvo tambien una especie de transfiguracion; pues viviendo aun en este mundo, gozó ya privilegios de Bienaventurado, subiendo al Cielo con Christo. ( pág. 58.) Sirviéron á Jesus los Angeles en el desierto despues de la tentación de Satanas: y administrá-[440]ron muchas veces los Angeles (á Francisco) la comida en el desierto. (pág. 37. y 38.) Jesus eligió doce Apóstoles: y doce fuéron los primeros discípulos y compañeros de Francisco (pág.19. et passim.) Francisco fué recibido en Asis con palmas : cenó con ellos, les lavó los pies: uno de ellos fué incrédulo, despreció su doctrina, y apostató de su Escuela: (pág. 42. y 43.) en una palabra; fué el Judas de este Apostolado. Aunque no fue mártir padeció . . . . . azotes, oprobios é improperios, con que le atormentáron los Sarracenos. (pág. 35.) Sino fué crucificado, para eso, ademas de todo lo ya dicho, desde que el mismo Christo por inaudito modo, imprimió sus llagas á Francisco, le hizo su Legado á Latere (pág. 64.). Estas llagas, que imprimió Christo á Francisco, son fuente de misericordia (pág. 55.). A la muerte de Jesus se obráron muchos milagros: y fuéron muchos los milagros que obró Francisco en su muerte. Cerraron en una arca, asegurada [441] con clavos y planchas de hierro su cuerpo: al tercero dia, precediendo un grande terremoto, se quebrantó haciéndose toda pedazos la arca; levantóse el cadáver, y quedóse en pie, cruzados los brazos; puestos en el Cielo los ojos, y descansando con un punto del pie derecho en el suelo, como está hoy. (pág. 69. y 70.) He aquí una imagen de la resurreccion de Christo. Si se quiebre de la ascension: véasele aparecerse inmediatamente que espira al Obispo de Asis, y decirle: Ya dexo al mundo y voy al Cielo. (pág. 68 y 69.) Jesus ha de venir otra vez á juzgar á los vivos y á los muertos: y Ubertino de Casali lib. 5. (cit. á la pág. 72.) dice, que se conserva Francisco en pie en el sepulcro, porque ha de ser el que ha de pelear vencer y matar al Ante-Christo.

Jesus nos dexó su cuerpo y sangre baxo las especies de pan y vino en el Santísimo Sacramento del altar; y este porrento de los portentos lo obra todos los dias qualquiera de sus Sacerdotes. Francisco que no lo era [442] no podia obrarlo, como ni lo puede obrar un Angel; pero para eso en aquella misma noche en que Dios manifestó al mundo á su Unigénito hijo vestido de nuestra carne mortal; en esa misma Francisco revistió de esa misma carne á la imágen de ese hijo. Es el caso, que sirviendo Francisco en la Misa de la media noche (la de Navidad ) de Diácono; con un tiernísimo suspiro animó y vistió de carne á la imagen de un Niño Jesus que estaba en el altar, (pag. 39. y 40.) Demas de esto: en una procesion de Espíritus Angélicos que hacian los Angeles, preguntó un devoto suyo elevado en espíritu, que dónde iba, ó en qué puesto y lugar estaba S. Francisco, y el Angel se lo mostró en la llaga del costado de Jesu Christo, en que iba en su lugar propio. (pag. 39.) ¿No es esta pues una especie de Francisco Sacramentado? Si se habla de su cuerpo ¿cómo sin un milagro semejante al de la Eucaristía podría estar todo entero en una llaga de Jesus? [443] Si se había de su alma solamente, nada tendria esto de particular; pues que aquel es el lugar de toda alma justa, adonde debe existir por la consideracion de la vida, pasion y muerte del Salvador; de la indecible bondad, de la misericordia infinita, de los beneficios sin número que sus llagas nos recuerdan y nos hacen esperar. Luego es preciso decir que aquel en su propio lugar tiene otro sentido; y que si S. Francisco exíste como en su propio puesto y lugar en la llaga del costado de Jesus, le deberemos creer presente y venerarle en el adorable, en el tremendo . . . . .  ◀Ebene 4

Mas tente lengua mia sacrílega. ¿Qué es lo que ibas á profundizar? . . . . . ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Señor Censor! ¿Arde en mi alma alguna centella de amor de Dios? ¿de zelo de su gloria, de la de su Religion, de la de sus Santos? ¿Pues cómo, como he podido yo sostener tanto tiempo la ironía? ¿Cómo ahogar la indignacion que mi tibio zelo me inspira, en un lenguage iró-[444]nico ¡Ay de mí! ¡Yo no tengo, no, ni este amor ni este zelo; pues qué las lágrimas de pura sangre que debian correr de mi corazon, y derramarse por mis ojos, no me impiden tener aun la pluma en la mano! ¡Ah Señor Censor! Non est scientia Dei in terra. Si la hubiera . . . . . ¡Oh España! ¡Oh centro del Catolicismo . . . . . ¡Oh libro, libro, cómo has llegado á mis manos! Pero yo tendré el consuelo . . . . . si tendré el consuelo de hacerte mil pedazos entre ellas: yo te arrojaré en el fuego: yo te ofreceré en holocausto á la Verdad Santa, á la Verdad Augusta . . . . . No, Señor Censor mio, no, no hay conocimiento de Dios en el mundo: no lo hay de su Religion. Su noble y magestuosa sencillez, su ninguna repugnancia con la natural razon; los milagros que la apoyan raros sí, como deben ser, pero bien atestiguados, pero evidentes, pero dignos de la magestad, y de los grandes fines del Dios que los hace; no permiten tenga que [445] temer ni de los sofismas ni bufonadas del desatentado Atheo, ni de los especiosos aunque eruditos argumentos del astuto Herege. Pero si ella fuese capaz de faltar del mundo; no faltaria, no, sino á causa de estos exêcrables libros; de estas doctrinas sobre todas detestables, que vician, que corrompen, si es que no borran totalmente, las ideas de Dios, de seres espirituales, de santidad, de religion, de fe, de esperanza, de caridad, de devocion, de virtud y de vicio en una palabra. No est scientia Dei in terra: Señor Censor. Es mucha, mucha é increíble la ignorancia que de el hay; si no la hubiera ¡cómo se guardaria tan profundo silencio sobre tanto escándalo, al mismo tiempo que se levanta tan alto el grito sobre cosas que aun no tocan á la Religion en el pelo de la ropa! Si no la hubiera; ¡cómo se trataria de desmentir y de injuriar al que se atreve á sacar la cara por la verdad y la justicia, con el pretexto de que cada [446] uno de estos milagros, cada uno de estos hechos, cada una de estas cosas y otras semejantes que otros infinitos libros contienen, pueden ser verdaderas! Quando así fuese, quando lo fuesen en efecto (que no es posible) aun en ese caso el conjunto de todas ellas seria falsísimo, y sobre manera escándaloso. Y he aquí la única respuesta que merecen los defensores y patronos de semejantes errores. Dígales Vmd. que no tienen conocimiento de Dios. Y pues que a mí no me es permitido clamar como quisiera por todas las plazas y esquinas de la Ciudad, supla Vmd. Señor Censor á la debilidad y tibieza de mi zelo. Publique Vmd. esta y mi antecedente carta, ya que retiró, de la imprenta la que dias pasados le escribí. Exponga Vmd. al público escarnio y ludibrio como merecen, este y semejantes libros. ¿Qué teme Vmd? ¿Qué le persigan? Pero bienaventurado es aquel que padece persecucion por la justicia. ¿Qué teme [447] Vmd.? ¿el que con una iniquidad sin igual se le ponga en mal nombre y concepto para con los ignorantes, que se le haga pasar por sospechoso en la fe, y hombre de dudosa religion, que se esparzan las especies mas conducentes á este fin por esas públicas imprentas y librerías, y de otros mil modos que me constan? Pero acuérdese Vmd. que Jesu Christo, la misma verdad, y la justicia misma por esencia fué juzgado por los antiguos Fariseos como reo de Religion y de Estado, y que todos debemos ser retratos suyos, si hemos de merecer el nombre de Christianos. ¿Qué teme Vmd.? ¿Escandalizar con la verdad? Pues tenga Vmd. presente estas palabras de S. Agustin (de lib. arb.) Si de veritate scandalum sumitur, utilius permittitur nasci scandalum, quam veritas relinquatur. Si la verdad escandaliza, mas útil es que escandalice, que el que sea abandonada. ¿Qué teme Vmd.? la pérdida . . . . . ¡Oh miedo [448] indigno de un filósofo Christiano. Demas de que debe Vmd. hacerse cargo de que no son todos los tiempos unos. Por la misericordia de Dios y por nuestra dicha hemos alcanzado otros mejores. El dia de la ilustracion comienza á rayar sobre nuestro orizonte; y presto dexará verse en su lleno el Sol de la verdad. A su luz me parece ver ya acometidos por todas partes los muros, dentro de los quales se hallan encastillados el ateismo encubierto, la cruel supersticion, que es lo mismo; la vil hipocresía, que es peor (esa vil hipocresía que insulta á Dios cara á cara, y que se mofa y burla de lo mas sagrado) con toda la demas turba de monstruos destructores de la Religion y de la humanidad toda. Ya me parece que veo abierta la brecha: y si por ventura cayere alguno de aquellos que tuvieren bastante ánimo para montarla los primeros; caerá, pero no como hasta aquí, sino con eterno nombre y [449] fama, y sempiterna ignominia de los que le derribaren.

Animo pues Señor Censor: y sí alguno de estos Atheos enmascarados, de estos supersticiosos ignorantísimos, de estos hipócritas viles, de estos en una palabra, opugnadores de la verdad manifiesta, le acusare á Vmd. de que niega á Dios el poder de hacer milagros, ó de que niega que los haya hecho verdaderos, de que es Vmd. enemigo de los Santos ó de las Religiones aprobadas y establecidas con la autoridad de la Iglesia y de los Príncipcs, ó de otra qualquiera impiedad, heregía, ateismo, &c. nada, nada absolutamente tiene Vmd. que responderle, sino decirle á la faz del Universo entero, y estrellarle en la frente el mentiris impudentissime, que les prometió Vmd. á todos estos desde su número 28.

Dios le de á Vm. firmeza, constancia, salud y vida para emplear-[450]la en los fines que ardientemente deseo.

Madrid 24 de Abril de 1787.

B. L. M. de Vmd. su afectísimo
apasionado, servidor y Capellan
Christiano Francisco Philoteo. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 3 ◀Ebene 2 ◀Ebene 1

1He aquí rasgos de la eloqüencia tan sublime con que está escrito este Epítome: he aquí unas figuras tan sumamente, atrevidas que á todos aquellos que no tengan de su Religion sino el conocimiento suficiente, ó les padecerá sin duda, ó que aquí no se dice nada mas sino el conocimiento suficiente, ó les padecerá sin duda, ó que aquí no se dice nada mas que unas verdades de las que suelen llagarse de Pero Grullo ó que estas expresiones y las mas de las que contiene el libro, son otras tantas blasfemias. Pero no es lo uno ni lo otro; sino que nosotros no lo alcanzamos. Por no interrumpir mi paralelo, anoto al pie esta y otras advertencias, reflexîones, ó pequeñas dificultades que se me ocurren, para que Vmd. ó alguno de sus lectores Teólogos me las disuelva.

2Como quien dice, con un quid pro quó de Jesus crucificado. Dígalo sino el siguiente caso: Transformóse tan todo en Christo, que se vió en una ocasion con el mismo Christo en una misma cruz crucificado. (pág. 37.)

3En lugar del Gloria in excelsis Deo, et in terra pax hominibus

4A no ser por esto seguramente hubieran salido los diablos con su intento; pues aunque no eran sino una legion, que creo seria de 6666, estaba el Santo recien nacido, y no podia lidiar con ellos cuerpo á cuerpo.

5Damasco y Trípoli eran Ciudades de Gentiles quando nació S. Francisco: es precioso pues corregir toda la Historia Eclesiástica: ¿Podrá dudarse de este hecho autorizado por [420] el Rmo. Bozal, Maestro, Abad, Calificador, &c. &c.? ¿Y no seria el negarlo negar á Dios el poder de hacer milagros, ser enemigo de S. Francisco y de su Orden? ¿Es acaso impotable este hecho? ¿Qué dificultad hay en que Dios permitiese á los diablos, enemigos tan declarados de Francisco, el que volviesen gentiles á los Damascenos y Tripolinos, les hiciesen levantar Templos y colocar en ellos ídolos, pocos años ó dias antes del nacimiento de Francisco, para dar lugar al milagro? Como quiera que sea: el milagro de por fuerza ha de ser cierto, y consista en lo que consistiere.

6He aquí lo que necesitabamos ahora, un Santo de cuyo arbitrio pendiese la buena cosecha; pero nuestros pecados son mayores en este siglo que en el XIII.

7Hasta aquí pudo llegar lo atrevido de las figuras de que hablé en la nota primera. [422] Mas no se crea que nada de esto huele siquiera á blasfemia

8Y esto que ni fué Papa, ni aun simple Sacerdote.

9Esto se me antoja parecerse ya demasiado á Dios que esudriña coda et renes; pero es ignorancia mia.

10No estaba aun descubierta la América y ya habian penetrado allá los hijos de San Francisco, sino que sea mas prudente creer que no fué su descubridor Christoval Colon, tres siglos despues; y que en el XIII se navegaba ya á ella como hoy, ó se pasaba allá por tierra. Como quiera que sea, lo cierto es, que en esto ha de haber milagro, y sea ó no preciso corregir la Historia del mundo.

11Si estas siete escuelas no enseñasen sin una misma Doctrina, no serian siete escuelas sino una sola. Con que es preciso que cada una enseñe alguna cosa contraria á lo que enseñan las otras seis. Y como las cosas contrarias no pueden ser verdaderas á un mismo tiempo, es preciso que quando no todas siete escuelas, á lo menos las seis enseñen cosas falsas. Pues ahora ¿qué milagro no es que esto contribuya á la ilustracion de la Iglesia universal? A la ilustracion , se entiende [428] al lustre, al brillo; porque ya se ve que la Iglesia universal no necesita de que nadie la ilumine, siendo como es ilustrada por el Espiritu Santo; y así es que no puede errar.

12He aquí un grupo muy gracioso de milagros. El Moro vive casi 400 años: en todo este tiempo no hay quien le instruya en los misterios de la fe: predice su salvacion al Soldan de Egipto, que seria un buen Musulman: y todo esto consta autenticamente; ¿quál de estas quarto cosas es el milagro mayor?

13Moririra, ya se ve, de otra enfermedad

14Dexar á un Abogado mudo, y por tanto tiempo; ya, ya es milagro qe tiene vigilia.

15Si todos los que blasfeman contra Dios y contra su Madre, sufriesen iguales castigos; ¿Quántos mudos, quántos niños muertos, quántos cosidos á puñaladas no habria de haber todos los días!

16En su lengua de ellos

17Buenas trazas llevaba de haber cerrado las puertas del infierno, quando por sola su indiscrecion cargáron los diablos con aquella pobre muger, mediante la entrega que les hizo el Santo de lo que era suyo. Pero debe entenderse, que las mugeres son mucho peores que los hombres, y necesitan escarmentar con un unos exemplares que hacen por otra parte mas impresion en ellas que en ellos. Lo cierto es, que desde entónces acá las puertas del infierno estan mas cerradas, ó los diablos mas ocupados; pues si hubiesen de cargar [433] con todo lo que es suyo, no hubiera quedado ya titere con cabeza, como se suele decir.

18Algunas qüestiones curiosas se ofrecn aquí a resolver. Pregunto: ¿estos bienes con que socorriéron los diablos á los hijos de Francisco eran suyos ó agenos? Si erana agenos no podian aceptarlos en conciencia los Religiosos. Serian propios. Mas si lo eran ¿Cómo los adquirieron? ¿Tienen los diablos parte en la sociedad humana? ¿Son capaces de dominio ú de otros derechos? ¿Son tambien miembros de las sociedades civiles? ¿Han entrado en el pato social? &c.

19Me gusta este libro porque no lleva las cosas al extremo. La verdad es la regal que sigue en todo. No parece sino que porque un Diablo sea Diablo, han de ser todas diabluras las que haga: he aquí una buena obra hecha por los diablos.

20He aquí rasgos de la eloqüencia tan sublime con que está escrito este Epítome: he aquí unas figuras tan sumamente, atrevidas que á todos aquellos que no tengan de su Religion sino el conocimiento suficiente, ó les padecerá sin duda, ó que aquí no se dice nada mas sino el conocimiento suficiente, ó les padecerá sin duda, ó que aquí no se dice nada mas que unas verdades de las que suelen llagarse de Pero Grullo ó que estas expresiones y las mas de las que contiene el libro, son otras tantas blasfemias. Pero no es lo uno ni lo otro; sino que Potestades eclesiásticas: potestades seculares temed, escarmentad: Discite justitiam moniti, et non temnere divos.

21He aquí rasgos de la eloqüencia tan sublime con que está escrito este Epítome: he aquí unas figuras tan sumamente, atrevidas que á todos aquellos que no tengan de su Religion sino el conocimiento suficiente, ó les padecerá sin duda, ó que aquí no se dice nada mas sino el conocimiento suficiente, ó les padecerá sin duda, ó que aquí no se dice nada mas que unas verdades de las que suelen llagarse de Pero Grullo ó que estas expresiones y las mas de las que contiene el libro, son otras tantas blasfemias. Pero no es lo uno ni lo otro; sino que Potestades eclesiásticas: potestades seculares temed, escarmentad: No puedo dexar de confesar que mi ingnorancia no alcanza que cosa sea hacer un milagro con las rasuras de los pies, con el agua de lavarselos, con la sandalia, &c. Tampoco entiendo que cosa sea ser Santo desde los pies á la cabeza, sino que sea hacer milagros con las rasuras de aquellos y con los cabellos de esta. Segun lo qual, los Apóstoles que es evidente no han hecho esta suerte de milagros, no eran Santos de la mayor marca ni de pies á cabeza, y San Francisco que sí; que ese lo que se intenta probar.

22He aquí un milagro de buen gusto, aunque no de la mayor utilidad.