Sábado 7 de Abril de 1804.
spougars, especie de chochos que se meten en el agua para endulzarla; un quarto lacayo trae chocolate. Todavía hay mas: os ofrecen despues pastas de todos géneros: llaman rafresco á esta colacion, y quando todo el mundo ha refrescado bien, es decir, ha bebido bastante agua azucarada, y comido muchos pastelillos, principia el juego. En España, se juega á los naypes como, en otras partes. A estas asambleas no las llaman sociedades, ni conversaciones, sino tartouilla. Las señoras españolas se visten á la francesa quando van á la tartouilla, y soy de dictámen que hacen muy mal en esto? Pues además de que no es posible imitar peor las modas de
Y bien, señor hombres grandes á una porcion de fanáticos, azote de la sociedad, y enemigos de tocia religion. Regáñeles vmd. por su voluntaria ceguedad, y hágales ver que los señores periodistas franceses son tan ignorantes como ellos, y que si un ciego guia á otro ciego, ámbos caerán malamente despeñados.
spougars? En algunas provincias de esponjados, á los que en spougards? Y ¿qué diremos de rafresco por refresco, tartouilla por tertulia, bollero por bolero, &c.
Yo me rio á mas no poder, y una de mis principales diversiones es leer varios periódicos de Paris, y verlos desbarrar quando hablan de nosotros. Si en el Café, atribuyendo esta ex-
Pero dexe vmd. alguna cólera todavía para regañar á nuestras amadas paysanas; á estas bellas mitades nuestras que arrastradas por la maldita moda, y empeñadas en parecer francesas, á pesar de que el cielo las hizo nacer españolas, descomponen la hermosa figura con que las dotó naturaleza, por seguir los caprichos y ridículos usos de las ultramontanas. Dígales vmd. como estas mismas las desprecian, y se burlan de los esfuerzos que hacen para imitarlas. Dígales que, léjos de hacerse amables, solo consiguen excitar la risa y el desprecio; que en vez de añadir nuevos atractivos á su hermosura, descomponen y afean la natural con que el cielo las ha dotado; que quanta mas desenvoltura muestren en sus acciones, y mas olvido del pudor en sus adornos, tanto mas pierden en la estimacion de los hombres de mérito que saben amar; finalmente, que los pocos y vanos inciensos que las tributan quatro jóvenes alocados, oprobio de la sociedad, son bien compensados por el imperio que ha perdido el bello sexo, y que ántes exercia sobre el mas robusto, y lo que debe serle mas sensible, por el vilipendio y humillacion con que es tratado individualmente por los mismos jóvenes, cuyas adoraciones admite.
Vaciedades ó Variedades, ni comedias sentimentales, ni operetas; que tambien careceriamos del Wals, del Rigodon, &c. &c, pero ni á vmd. se le daria un pito, ni á mí tres bledos, ántes por el contrario tendría un poco mas de tranquilidad en mi casa, pues aunque mi señora muger raya en los cincuenta, todavía se le antoja de quando en quando (y mas si logra atraparme el papelito de las modas de Paris) un schall de cachemira, ó un prendido á la Cleopatra. Dios le liberte á vmd., señor
F.A. y G.
Cencerrada, que únicamente consiste en esto: los que la maquinan y proyectan regularmente son media docena de respetadores de Baco, gente campesina, adusta, áspera, y con principios fatales de educacion. Corren presurosos á un muladar hediondo, amarran en unos recios y sólidos cordeles restos corruptos, ó porcion de esqueletos de animales de carga, arrojados en aquel destino para pasto de las fieras, y por la noche clandestinamente los colocan con garfios en la perspectiva de la casa del novio. Por la mañana quando la aurora corre el velo opaco, y los mortales salen de sus tranquilos lechos de rendir homenages á Morfeo,
Vea vmd., señor
Su mas constante servidor, aficionado, subscriptor y corresponsal
Número 12. Se le asegura á Don encuentros, que no hallazgos, porque estos mas bien se entienden de cosas perdidas. Mire á este fin el señor Poveda los Diarios de las Capitales, en los quáles con dolor observará mas pérdidas que hallazgos. El Diccionario de la Academia hablando de la voz potage, da por antonomasia á las legumbres el nombre de potageras, y así verá el señor en quanto á la propiedad de las voces, y generalmente del lenguage, no se reconoce otro juez, que el uso, quem penes arbitrium est, et jus, et norma loquendi debe saber que el Diccionario de la Academia, y no Columela, es el arreglado al lenguage, uso y estilo del dia, y que por esta razon, y por tener Columela muchas palabras antiquadas (las que no gustan al señor Don
Los elementos de
Apénas se puede dar exemplo de un censor tan inconseqüente como el señor Poveda, pues que cae en peor acenti-logia y errores de ortografía que él me corrige. En la página 30 de su librito, donde corresponde el Número 12 de su articulata, hallaremos, como en otras muchas páginas, cinco esdrújulos sin acento, tales son: flosculos, ambito, proposito, pagina, muchísimo (esto solo se dirige al señor censor de acentos); la palabra equivoca sin acento, siendo así que la tiene con la penúltima sílaba acentuada en la página 32; asimismo dice en la tal página Cabanilles por Cavanilles, vozes en lugar de voces, y ¿qué mas? Nada menos que la conjuncion y el adverbio castellanos y muy, en lugar de sus correspondientes latinos et valde, bien que como confesó el señor Poveda no haber visto con sus ojos el original latino, cuya traduccion criticó, pensará escaparse con esto, pero esto no le quitará el que se le note que escribe con idiotismo castellano, ó sea
Número 13. Se dice al señor Poveda que los Maestros de su Maestro Don
Número 14. La obra del señor Don
Ya pues que vmd. confiesa, señor Don poma de mi traduccion está sostenida por el Diccionario de la Academia, y por la obra grande de Palau, y así es preciso que se dé vmd. por convencido, como espero se allanará tambien, en honor de la verdad, á las contestaciones que le he dado sobre sus reparos, las quales vmd. calla, respondiendo solo ó repitiendo los mismos por tenacidad, de la que juzgan muy bien los profesores botánicos, no menos que el público ilustrado.
Número 15. Se suplica al señor Luridae, suspectes; Senticosae quinte-feuilles: que si no sabe quien es ese Fontenille (pues lo confundió con Fontenelle) se le participa ser aquel infatigable naturalista que con tanto trabajo, como fruto, ha recopilado todos los sistemas antiguos de botánica hasta la época Linneana, &c. Quando hablo de la flor, señor Don
Los caminos para el humo de las estufas son chimeneas. Si vmd. hubiese cultivado la preciosa planta Maní, Arachis hipogea, sabria donde se mete el pistilo para dar el fruto. Si vmd. hiciese ó enseñase á hacer prudentes experimentos con remedios vegetales propinados al hombre enfermo, observarla vmd. resultados médicos de las plantas en la máquina animal, y así sacaria vmd. el fruto del estudio y enseñanza de la botanica que anuncio yo en mis escritos, y que vmd. tan fuera del caso me censura.
Número 16. Si el señor telescopio, podrá ver el número 140 que yo cito. Si su precioso librito no lo dice así, es porque nos ha dado con él una copia infiel de dicho Diario, lo que no es válido á un impugnador de buena fe. Las eras se dividen en quadros, y no los quadros en eras, á lo menos en Castilla, y así lo sienta el Diccionario de la Academia. No le acomoda al señor Don basura viva; y quando esta muera ¿qué haremos, señor Se continuará.)
Con Real Privilegio.
En la Imprenta de la Administracion Real Arbitrio de Beneficencia.