Miércoles 4 de Enero de 1804.
Solo notamos que en ninguna de las obras que se van á publicar se han propuesto sus editores el tratar de las costumbres públicas. ¿Creerán acaso que este asunto no merece la ocupacion de sus plumas? ó ¿tendrán miedo de chocar contra los abusos, hacer este servicio á su patria? Este segundo motivo demostraria una pusilanimidad muy culpable en unos literatos que toman por objeto de sus producciones la instruccion pública; y el primero nos daria una idea muy débil do tus discernimientos literarios. El fin que se deben proponer los editores de papeles públicos, no solo es extender los conocimientos en las ciencias y las artes, y fixar el verdadero mérito de las obras, sino tambien esparcir las máxîmas de educacion y de moral, reprobando, y aun ridiculizando los abusos que se notan en las costumbres. Este ramo precioso que hace la felicidad de los pueblos y de las naciones debe ser su primero y principal objeto, y la conducta de un autor de periódicos quando trata de los ramos de literatura en general debe ser unir las flores literarias con agrado y utilidad, designando los árboles de donde se han sacado, para que los lectores ocurran á ellos, y los exâminen mas á fondo. Querer buscar solidez en un papel que no tiene mas volumen que un pliego ó dos, es tan difícil, ó por mejor decir imposible, como pretender que no haya fárrago en una obra en tono de materias polémicas. El agrado nace de la diversidad de los asuntos que se tratan, y esta es incompatible con la solidez.
Todos los ramos de literatura deben ser tratados en los periódicos, pues se puede sacar de ellos mucha utilidad infundiendo el gusto á la lectura de los buenos libros; pero el principal servicio que deben hacer á la sociedad y al Estado es rectificando la educación y las costumbres. Así pues, teniendo presente esta obligacion de que no se pueden separar los que amen á las letras, y comunican al público sus producciones, se ha propuesto este Juzgado tomar por objeto primario de sus tareas estos dos ramos tan interesantes, á los que se agregarán
Catorce idem supernumerarios, que asistirán indistintamente con los de número á oir las lecciones de critica experimental, y tendrán obcion (sic) á las plazas que fueren vacando, siempre que sean aptos, con preferencia á los demas opositores en igualdad de suficiencia.
En las Juntas generales se decidirá todo lo que ocurra respecto á nuestro periódico, y el Catedrático de critica dará á los aspirantes, quando lo tuviere á bien, las lecciones de este ramo fundadas en el examen práctico de las obras que se publiquen, y de los discursos que se insertáren en los periódicos, pues por esta razon le damos el nombre de critica experimental.
La direccion de las cartas que se remitan por el correo seguirá como hasta aquí; pero se ha determinado reducir los dos archivos á uno solo, dándole este cargo al Vicesecretario que dará cuenta exâcta en cada Junta del número de las cartas que han entrado en su poder, y una idea de su contenido, para que los que las hayan escrito sepan el destino que han tenido, sin que se haga público á los demas.
Despues de estas disposiciones no resta mas, señor Público, que el que vmd. inflame á los hombres de talento á que se hagan útiles á sus compatriotas comunicándoles sus luces y su recto modo de pensar, y á que perfeccionen un establecimiento como éste que tanto bien puede acarrear á las costumbres públicas, y á la mejor civilizacion. Salud.
Entre las buenas cosas que mis dos hijos admiráron en la carta del nuevo
Llamó en esto un ministro gritando desentonadamente abran á la justicia, y se interrumpiéron con sobresalto nuestras deliberaciones, suspendiéndose la sesion en vista de haber acometido un insulto apoplético al señor Gobernador de esta Villa, mayormente exîgiendo este contratiempo la asistencia del médico. Se acordó de resultas cerrar la carta, y que en el caso de que estas digresiones valgan algo, y no aumenten el arcon de los papeles inútiles, seguirán remitiéndose los siguientes resultados de estas juntas.
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Yo convengo en que el comun del pueblo no debe recibir la misma instruccion que las clases superiores del Estado. Las ciencias, las artes liberales, y todos estos exercicios que entran en la bella educacion, no le convienen en modo alguno, al contrario le son inútiles y aun dañosos. Dios nos libre de un pueblo de sabios y de dialécticos; de un pueblo en que todos sean disputadores, y que entregado á las bellas artes y á las ciencias curiosas menosprecie tal vez las artes útiles. El luxo de los conocimientos superfluos seria para él el mas dañoso de todos; pero no se le pueden negar los socorros suficientes para que sepa lo que todo hombre que es responsable de sus acciones debe saber, lo que debe hacer, y de lo que debe abstenerse, lo que le está prohibido, lo que caracteriza una accion de laudable, de indiferente ó de mala, las obligaciones que le ha impuesto la sociedad y su aplicacion á todas las circunstancias de su vida. Todo esto es indispensable que sepan los hombres, y no se les puede dexar que lo ignoren sin ser responsables los que dirigen la educacion de los efectos que pueden resultar de esta ignorancia.
Para conseguir el verdadero fin en esta materia parece que son absolutamente precisas dos cosas: la primera un tratado de
¿Que otra cosa es la instruccion que generalmente se da en el dia al comun del pueblo, sino cultivar quando mas su memoria, sin poner en exercicio su entendimiento, hacerle que aprenda lo que no se le ha hecho comprehender, no proporcionar la enseñanza con arreglo á las diferentes comprehensiones que la reciben, ni informarse de la conducta diaria de los niños? Esta es toda la instruccion que se le da al baxo pueblo, y no á todo; y así no se debe uno sorprehender de todas las ideas absurdas, imperfectas y confusas que saca de una educacion tan defectuosa, ni debe parecer extraño que sus costumbres no sean mejores de lo que son en efecto. (Se concluirá.)
En los primeros dias del mes sigue abierta la subscripcion á este periódico en los mismos términos que se expresan en el Número anterior.
Con Real Privilegio.
En la Imprenta de la Administracion del Real Arbitrio de Beneficencia.