Virg. Æneid. 2. 755.
Suministra alimento
á los hijos de los cuervos, que claman á él. Aquel
sitio retirado me agradaba tanto mas quanto que vulgarmente se
dice sirve de habitacion á los espíritus, y por eso ninguno de
los criados de aquel Caballero mi amigo se pasea en él, á no ser
el Capellan. El repostero, con quien yo tenia mayor confianza,
me pidió con toda seriedad no me paseara por él particularmente
despues de puesto el sol, porque, segun decian, un Lacayo de
casa se habia muerto de asombro por haber visto una fantasma,
que representaba la figura de un caballo negro sin cabeza.
Añadió no hacia todavía un mes que una criada de casa, al
volverse un poco tarde á ella, oyó en medio de aquellos árboles
un ruido tan espantoso, que cayó desmayada al suelo, y vertió un
cántaro de leche que traia sobre la cabeza.
Un Filósofo moderno reflexîona curiosamente sobre las ideas, diciendo que con perjuicio de la infancia, de la pubertad y de su educacion se gravan freqüentemente en la fantasía de un niño ciertas ideas que no tienen la menor relacion unas con otras.
Entre los muchos exemplos que propone, referiré uno que viene al caso. “Las ideas, dice, de los espíritus y fantasmas no tienen mayor relacion con las tinieblas que con la luz. Pero si una criada necia, si un padre ó una madre imprudentes imprimen estas diferentes ideas en la imaginacion de un niño como inseparables, no podrá acaso libertarse de ellas en toda la vida. La obscuridad le parecerá siempre acompañada de aquellas espantosas ideas, y estarán tan unidas con su imaginacion, que no será capaz de sufrir mas la una que la otra.”
Una puerta que iba a un gran patio estaba tapiada, porque no
entrasen por ella las almas del otro mundo. Tambien estaba
tapiada otra puerta que caia á un quarto, por cierta tradicion
recibida en su familia, de que un despensero habia desaparecido
de allí, y su madre, que habia muerto muy anciana, habia
destruido la mayor parte de las habitaciones, por haber muerto
en ellas su marido, un hijo, una hija, y otros varios parientes.
Despues de la muerte de esta Señora, destruidora, como hemos
dicho, de aquella casa, y madre del Caballero amigo mio, viendo
éste su casa reducida á tan corta extension, que apénas cabia en
ella, mandó abrir todos los quartos, y que su Capellan los
exôrcizase. En efecto el Capellan no solo obedeció, sino que por
turno voluntariamente durmió una noche en cada uno de los
quartos exôrcizados, y con esto disipó los
No hubiera hecho la descripcion de estos ridículos asombros, si no los viera tan extendidos entre toda clase de personas, principalmente entre las Damas; para cuyo entretenimiento quiero presentarlas una historia, que he encontrado en un libro muy chistoso, y es la que sigue.
Cambalu, Ciudad de las Indias Orientales, murió una
muger, y estando de cuerpo presente, sus parientes, segun la
costumbre de aquel pais, habian ido á llorarla y á acompañarla á
enterrar. En una casa contigua á la de la difunta vivia un
charlatan que tenia una mona. Este astuto animal estuvo
observando desde un terrado las ceremonias y llantos que se
hacian al rededor del cuerpo de la difunta, y el modo con que la
vistiéron. Luego que sacáron al cuerpo de la casa, habiendo
queda- Los Boncios son una especie de Frayles entre los
Chinos. para informarles de tan extraño
suceso. Los ancianos del Convento se juntáron y proveyéron de
hachas, y fuéron de dos en dos al quarto de la difunta. La mona
se habia puesto otra vez en la cama con
El pobre Boncio, despues de su primer espanto, conoció muy bien
con quien lidiaba; pero no teniendo fuerzas para competir con la
mona, sufrió con paciencia los golpes, y como hombre de
entendimiento, que sabe sacar ventaja de todo, así que se vió
libre abrió la puerta, y
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Los diferentes sistemas que se propusiéron en la conversacion
presentáron otras tantas ideas nuevas á mi imaginacion, que
unidas á las
Petimetre, y del corazon de una Desvanecida, puestos á nuestra vista
sobre una mesa. Un Profesor de Cirugía abrió la cabeza del
primero con mucho arte y primor, y aunque al principio parecia
como la de qualquiera otro hombre, quedamos sorprehendidos,
quando acercando nuestros microscopios, vimos que lo que
creiamos fuesen los sesos, no era mas que la apariencia, y en
substancia era solo un conjunto de materias extrañamente
amasadas con arte admirable, y unidas á las varias concavidades
del cráneo. De modo, que si Homero nos
dice que la sangre de los Dioses no es verdadera sangre, sino
alguna co-Petimetre, que
realmente no son sesos, sino alguna cosa que se les parece.
La glándula pineal, que muchos de nuestros Filósofos modernos suponen ser el lugar donde reside el alma, despedia un fragrantísimo olor de almizcle, y de quintas esencias de flores de naranjo, parecia rodeada de una substancia, que se asemeaba (con perdon de Vms.) al cuerno, reducida á mil espejuelos imperceptibles á los ojos; de modo, que si el alma habia morado en ella, deberia haberse hallado continuamente ocupada en mirarse y remirarse.
Observamos en la parte superior delantera de la cabeza una gran
multitud de lazos, encaxes, cintas y bordados, que unidos
formaban una especie de cofia, labrada con tanta finura, que no
alcanzabamos á distinguir el texido. Otra concavidad de la misma
cabeza estaba llena de bi-Rapé San
Vincent. En una palabra, para no cansar á mis lectores
con un inventario tan exâcto, otras muchas cavidades contenian
diferentes materiales de igual curiosidad.
Pero dos espaciosos senos que habia de una y otra parte del
cráneo merecen alguna atencion. El de la derecha estaba lleno de
ficciones, de adulaciones, mentiras, promesas y protextas. El de
la izquierda encerraba imprecaciones, juramentos, ansias y
congojas. De cada uno de estos senos se veia salir un canal que
terminaba en la raiz de la lengua, donde los dos se unian, y
luego formaban otro, que únicamente remataba en la extremidad de
este segundo mó-Strambrie, y los Italianos Insipidezze.
El cutis de la frente, el derma y el epiderma eran de una espesura y dureza extraordinaria, de modo que quedamos muy sorprehendidos, no pudiendo descubrir ni arteria, ni tampoco vena con los microscopios; por lo que conjeturamos, que el propietario de aquel cráneo habia perdido el poder sonrojarse miéntras vivia.
El hueso cribroso quasi estaba cu-
No vimos cosa de mucha importancia en los ojos, sino que los
músculos amorosos, ó para explicarme
mejor, aquellos que sirven para mirar turbio artificiosamente,
estaban muy gastados, al paso que el músculo elevador, esto es, aquel que hace elevar los ojos al
Cielo, parecia que nunca habia servido.
No he hablado en esta incision
Despues de haber exâminado es-