Varios han escrito sobre esta materia; mas no tengo
presente que dén mas que un cortísimo número de señales; sin
embargo, para beneficio del Público prescribiremos las que se
pudieren y supieren, para luego pasar à los medios de libertarse de
sus ruinas.
Una de las señales mas poderosas y ciertas es la extraordinaria
inchazon del mar sin causa manifiesta, estrépito, y sin reventar.
Desde luego este movimiento no puede suceder sin una causa muy
poderosa, y à mi ver, solo puede ocasionarla el ayre rarefacto, ya
sea por la accion del fuego, ya por otros de los efectos prodigiosos
de la naturaleza. Sea por lo que fuere, rara vez se ha visto este
horroroso fenomeno, que no haya subseguido un temblor. El calentarse
el agua en los pozos es otro síntoma de un terremoto, tambien de los
casi infalibles. Asimismo es otra señal considerable el sacarse
salada el agua de los pozos, y aun de los algives, sin causa
conocida. Este efecto resulta de la evaporacion de las sales, y de
la penetracion de los poros de la tierra, efecto que no pue-
En los paises donde son muy freqüentes los temblores, como en Lima,
Cuba y algunas partes de la India, se fabrican à prevencion las
casas, de modo que el mas fuerte, no es capaz de tumbarlas. Estamos,
à Dios gracias, en un País, en que se vén raras veces; y ya por la
costumbre, ó ya por necesidad se fabrican de cantería, y sin que
pueda tomarse recurso para que se eviten las ruinas que ocasionan
tan temibles fenomenos. Por tanto se considera como inutil la
exposicion de otro modo de construirlas. Pues que ya es forzoso solo
hablar de los recursos, que se puedan tomar en tan desesperados
casos, se aconseja que en el momento que se vean algunas de las
expresadas señales, no hay mejor medio que salir à campo raso. En
medio de las plazas, y en todo parage en que la caída de las
paredes, ó torres no pueda alcanzar. En las Ciudades, como en esta
de Cadiz, quando no sea posible esto último, se debe ocurrir à las
embarcaciones, y debaxo de los arcos mas robustos; pues en las casas
no puede esperarse más que la precisa ruína. Ocurren muchos à los
Templos: esta práctica aunque es laudable, en quanto à ser lugares
mas propios para pedir socorros al Señor, no obstante, por su
desmedida elevacion, están mas propensos à la ruina. Hablando de
esta Ciudad en el caso de que aconteciera, lo que Dios no permita,
será feliz el que pueda ponerse en qualquiera de las embarcaciones
de la Bahía: no salir por la Puerta de tierra, sino por la del mar.
Pues le dió que pensar al Bachiller este mote: lo ha oído mas veces que ocasiones se ha mudado la Luna en toda su vida, y ahora la ha dado en que ha de averiguar los escondrijos de su significacion, origen, y resultas.
Fulano no ha de ser mas que yo. Fulana no ha de
aventajarme. Nada malo parece que tiene esta expresion. En
efecto, si la ventaja fuese en lo que se llaman virtudes morales,
¿quién duda que sería recomendable el que todos, sin excepcion de
persona, no gustasemos, ó quisieramos exceder à los demás? ¿Quien
duda tal, Señor Bachiller? Dice que no lo duda, y que está mas que
cierto que no es esta emulacion la generatriz de este dicho mas
comun, y general que el nombre de Pilatos, de quien leyó un
Academico de Berlin una memoria, probando que este nombre era el mas
nombrado en el universo, cosa tan digna de ridiculizarse; como
acreedora à toda circunspeccion la freqüente repeticion de este mote
que se vá à analizar. En fin, es mas que comun el decir: fulano, ó
fulana no ha de ser mas que yo, no en virtudes sino en . . . . . De
espacio, Señor Bachiller; quando mas lo dirán las gentes por que no
les gusta que vean prosperar mas á los amigos, vecinos, y paisanos.
¿Y le parece poco? A mi nada, porque ¿qué tendrá de malo el que vea
Doña N. que una misma amiga suya del mismo gremio que ella; su
marido con el propio empleo, sueldo, y demás circusntancias, con una
saya de glo acabada de estrenar; con un manton con cada blonda de
vara y media de ancho; con un moño mayor que un jumento, y con otras
cosas; y que digo: no pues fulana no ha de ser mas que yo? que luego
luego embista á su marido, y que con dos mil reconvenciones
amorosas, y otros tantos ardides, le obligue à comprar otro tanto,
aunque no tenga para ello, ni lo pueda pagar en diez mil años? Nada,
nada al parecer de Vm. pues el Bachiller no piensa asi: cree antes
La semana pasada estaba él de visita en casa de un conocido: entró à
la sazon una Amiga, con un vestido de canicula . . . . . Ha, ha,
ha . . . . . ¿Qué se rie, señor Bcahiller? Ha, ha, ha . . . . . Diga
Vm. luego de qué se rie, que ya nos vamos escamando. De esa
ca . . . . . ni . . . . . cu . . . . . la . . . . .
Lo mas admirable, y que mas choca con la buena razon del Argonauta, es no ver que no quieran ser menos que los y las demás quando resplandece en ellos alguna virtud. Quando se mira à un sugeto con haberes, y à una Señora con posibles vestir en los términos que exîge su estado, sin andarse mudando, ni menos observando que otros y otras vistan ropas que no correspondan ni à la bolsa, ni à la gerarquía. Esto que debía de ser un poderoso estímulo para todas, es lo que no se mira, y lo que no se mira, y lo que no se procura aventajar. ¿Qué mayor excelencia que exceder à los demás en virtudes? Qué circunstancia mas apetecible que manifestar un caudal de juicio y de madurez? ¿Y qué cosa mas acomodada à la razon y à la equidad, que vestir indicando un gran fondo de probidad, y no ostentando lo que no hay, entrampando à todo el mundo, y cometiendo mas desaciertos y desafueros que D. Quixote de la Mancha? Es bueno que porque Peransica sin seso destruye á su marido con el pretexto de no querer ser menos, tambien Fulanica ha de seguir sus pasos? No, Señoras mias, bueno es que no pretendan ser menos, pero en lo que se llama saber gobernar la casa, educar los hijos, y complacer à sus esposos: en esto sí que será laudable el procurar aventajar à las demás, ò à lo menos igualarlas; pero no en las malditas modas. Conducta mas que detestable será siempre la de este género, y será digna de todo encomio aquella que viendo sobresalir à otra en las obligaciones de una muger de su casa, no las dexa vivir hasta sobrepujarlas.
En los tiempos antiguos toda la emulacion se terminaba en quál habia
de hilar mas lino, en quál cuidaba mejor su casa y familia: en el
dia, muy al contrario, solo se nota en quál ha de estar mas ociosa,
y ha de vestir mas modista. Trastornado está el Universo! Dexe Vm.
esa materia: siempre vá à parar el tiro contra las pobres Señoras.
¿Qué le han hecho, Señor Argonauta? ¿Acaso los hombre son
impecables? ¿No siguen tambien las modas, has-
Ponga cada uno y cada una la mano en su pecho: observe el cómo muchos
y muchas echan galas todos los días. Vea los bochornos que pasa
diariamente: yo aseguro que entonces no pensarán que por ello son
mas, sino muy al contrario, que se constituyen menos honradas, y
algo mas, que es lo peor. Insiste el Bachiller en que se valgan de
este mote quando vean que el amigo les excede en virtudes. Digan
entonces: No ha de ser mas que yo: no he de ser menos que ella.
Entonces será apreciable tal costumbre, y no abuso como en el dia.
Asi lo espera el Argonauta, y lo suplica de corazon.