Corvos quis olim cõcavum salutare,
Picásque docuit verba nostra conari?
. . . . . Si dolosi spes refulserit nummi,
Corvos poëtas, & poëtrias picas
Cantare credas Pegaseîum melos.
Aul. Pers. Flac. in Prolog. Sat.
Señora.
cosa es, que las Prensas solamente han de sudár debaxo de las Pelucas! Còmo si los Abanicos no fueran capaces de hacerlas gemir con ayre, y darlas una buena mano de molde? ay forma de meter en la cabeza à los Sombreros, que las Piochas tienen tambien sus luces, y sus pensamientos altos: Como si el refrán de que, Debaxo de una mala capa hay un buen Bebedor, no pudiera tener segunda parte, diciendo que, Debaxo de una raìda mantilla se oculta una buena alhaja? Pero, Señora, este mal no tiene radicál cura. Los hombres (los Señores Hombres, por si acáso; como el Señor Diablo del otro à quien agonizaban, nombrando al Diablo asi à secas): Digo, Señora, que los Señores Hombres han de ser solos los que manden, los que riñan, los que goviernen, los que corrijan, y los que estampen, y à las pobrecitas mugeres, engañadas con el falso oropèl de hermosas, y Damas, solo se les ha de permitir tiren gages de rendimientos fingidos, y pasen plaza de Señoras de Theatro, que en acabandose la Comedia de la pretension todo se oculta, y solo se decubre el engaño, y la falsedad.
Pues no, Señora: Esto no vá bien. Y aunque hasta aqui, encogida en mi natural empácho, pensaba, callaba, y sufría (bien que con impaciencia) la licencia, que se han tomado sus Mercedes, yá no puedo mas, y se me ha exaltado todo el humor colerico de mi natural, (que no es poco) con las desatenciones, groserías, y atrevimientos, que en quatro renglones solos (qué hiciera si fueran mas?) aglomeró contra nosotras un tal Vazquez, (hà falso!) ò el Autor de Zelosía, que sin permiso de la Académia Real de las Ciencias, se alzó con la borla de Doctor Encyclopedista en el Lycèo de los Eruditos à la Violeta. Pues salga, salga si quiere, à Campaña: Que Yo, Señora, deponiendo desde hoy (dia primero del año, no con falta de mysterio) el encogimiento proprio de nuestro sexo amable, amoroso, suave, perspicáz, hermoso, persuasivo, y apto para grandes cosas, (vayase por siete veces que me han llamado Cathedra de pestilencia) daré à entendér al Mundo, que hay Muger en Salamanca, que piensa con reflexion, corrige con prudencia, amonesta con madurèz, y critíca con chiste.
Mas, Señora, son tan malos los Hombres, y tan vengativos, que al verse sorprendidos de mi critica, y de la batería de mis Idéas contra el dilatado campo de sus desòrdenes, soltarán la maldita (que yá nos exceden en esta gracia) y con dicterios, apódos, y pûllas me quitarán la estimacion, y el credito en los dias; y en este càso, (tristes pensamientos mios!) será preciso depositar mis malogradas Idéas, y repartirlas entre los Montañeses, para que me las hagan especiales. Por tano, implóro el patrocinio de V. S., como Paysana, Patriense, y Con-Tercera mia; para que vien-do estampado su brillante titulo de francos à la frente de mis Idéas, las traten con respéto, y las adopten liberalmente con gustoso cariño; maxime sabiendo, como deben saber, que V. S. no es por aí Mecénas de algun Cultívo de Viñas, sino Protectriz de la Cultúra de Cuerpo, y Alma; diciendo à todos con esto, que deben dár el pàse al nè molestetur de mis Idéas, quando las protége V. S. que es la quinta esencia de las Gracias, y la náta de las Musas.
Què traten, sino, à V. S. à vér si es esto lisonja! Què contemplen ese ánimo fránco, ese corazon benèfico, ese semblante graciosamente apacible, esa magestad dulce, esa indole noble, esa benevolen-cia entrañable, esa regia nobleza de alma, esa nativa propension à hacer bien à todo el Mundo, esa discrecion portentosa, esa capacidad extraordinaria, esa justa, y delicada critica, con què en la conversacion maneja, con pásmo de los concurrentes, las especies historicas, politicas, morales, y aun sagradas: Si; què contemplen en V. S. este conjunto admirable de perfecciones, à ver si pueden resistirse, ò dudar de una verdad tan palpable? Yo nunca podrè admirarlo suficientemente; y asi, haviendo insinuado à V. S. el unico desinteresado motivo que tengo, para rendirla el obsèquio de mis Idéas, ruego à V. S., que con la dignacion de aceptarlas, de mano de mi Impresor Casero, las dé el valor, que no podrán adquirir de otro modo. Asi còlme à V. S. de frutos de bendicion, y prosperidad el Cielo, en la amable compañia del Conde, mi Señor, su Esposo. Salamanca, y 16. de Marzo de 1777.
Ill.a Señora.
B. L. P. de V. S.
Su rendida servidora, Paysana, y devota Pensatriz Salmantina:
Escolastica Hurtado, Girón, y Silva de Pico.
dictamen de el padre Fr. Balthasár Garralón, Monge Cisterciense de la Congregacion de Castilla, Lector de Sagrada Escritura, y Predicador Mayor por su Religion, en su Coelgio de Nuestra Señora de el Destierro, extramuros de la Ciudad de Salamanca.
La Pensatriz Salmantina, cuyas dos primeras Idéas remite à mi parecer, el Señor Don Juan Pablo de Salvador y de Asprer, Corregidor, Capitan à Guerra, Subdelegado General de todas Rentas Reales, y Servicios pensár se dexa discurrir, que tiene ideádo el contri-mal humór) del terreno, que se pretende abonár, es laudable, y tendrá siempre segura la Aprobacion de los que piensen bien. Esto, en quanto à la substancia de estas Idéas. En quanto à lo accidentál de que estos concep-Salmantina, como Doña Escolastica Hurtado, suspenda quien quiera el juicio: que yo siempre seré de opinion, que esto y mucho mas no repugna, ni à la Pensatriz, ni à todas las que discurren por esta Ciudad de letras, siendo cierto esto que poëtizó de ella, y de su Incomparable Rio, el Gran Lope de Vega y Carpio:
A quantas dudas en las
Ciencias caben,peñas en el
Tormes saben.
Asi què, noso sine præjudicio &c.) siendo mi sentir que se dilàte la Impresion. En este Colegio de Nuestra Señora del Destierro, Orden de San Bernardo, extra-muros de la Ciudad de Salamanca, à 10. de Febrero de 1777.
Fr. Balthasár Garralón.
En ningun asunto se hallan mas errores de entendimiento, ni mas cegueras de voluntad, que en el asunto de mugeres. Feijoó es, dirá muy satisfecho algun Critico de Theatro. Punto para la vanda: Pues no es Feijoó, que es Sarmiento su discipulo. Lean Vds. su discurso en nuestra defensa, y en la de su ilustre Maestro, y al primer tapón se hallarán con el susodicho aforismo. Pero esto què
O! Bien haya la madre, que parió à mi Con-Salmantino Iglesias! Si no fuera porque serìa fuerza el conocerme, le havia de dar mil abrazos, por el favor, que à las Mugeres nos hace en su Piscator Historial para este año de los tres 777. No todos pueden armarse en nuestra defensa, con la que hizo el Gran Feijoó de nosotras; pero què Rustico no tendrá para tener el Piscator de la Casa, y vernos en èl con los Santos à Coplas? Sepan pues yà, quantos aran, y caban, que hay, y huvo Mugeres muy sabidas; y para que se les quéde mas impresa esta noticia, se la comunica Iglesias, y yo con èl, por medio de unas Coplillas, que pueden servir de letra, para quando baylen en dia de alguna boda las folias, ò el Desden de la hermosura; Aprended flores de mi; dicen que no nos querémos: En el Real de Zamora, y otras de la misma laya. Asi dicen las de Iglesias; que llevan su conterilla, para si es Zarabanda.
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Mayo 8.
Julio 13.
Agosto 19.
Agosto 22.
Noviembre 1.
Què tal? Dexense, pues, Vds. de reducir toda la Ciencia, y comprehension femenina al gobierno de la aguja, al manejo de la rueca, de la escoba, y la almohadilla, y à la superintendencia de los pollos, las gallinas, y los gallos; porque si me pongo historias en cinta, como aldas, echaré Mugeres à las barbas, que les hagan baxar la cresta. No alterquemos mas sobre este punto, y por aora quedense empatados los entendimientos masculino, y femenino. Y vàn bien. Qué Mari-sabidilla serà ésta, puede que diga atufado algun Colegial Huerfano, que con tener tanto pico, nos està descalabrando los sesos, sin que hasta aora nos haya dado algunas señas de un esto es arar? Yá será V. servido. Tomemos antes un polvito con pausa, y profundidad, tosamos de vez, y vaya de relacion.
idear que al bautizarme me pusiesen Escolastica; pues por mi Patria lo soy en romance, y en latin, y en trescientas lenguas mas. Dorádo. Es cosa de hecho, que las Mugeres nacemos sabiendo aqui; y es notorio à todo el Mundo, qué pródiga se muestra la naturaleza con nosotras las Salmantinas, franqueandonos dotes en alma, y cuerpo tan distinguidos, que no hay estrado en Salamanca, donde no se encuentren à cada paso las Christinas, las Isabeles, las Amalias, las Luisas, las Anas, las Olivas, las Gabrielas, y las Magdalenas, que con las luces de sus discursos sean
mimi-fúgo, que era en el particular el verbi-gracia de su tiempo: y aun oy se conserva hasta en Texares, Villamayor, y otros Lugares proximos à Salamanca, la fama de aquella gracia de mi Tio, que estè en gloria; cuyo destetador es todavia mas terrifico, funesto, y escandaloso para los Chicuelos, y Criaturas, que el Coco, el Bú, y la Marimanta; de suerte, que con decir à algun Chiquito su Madre, à que llamo al Destetador, es quanto puede ocurrirsela para hacerle entrar en carril. Luterano, y Conde de un Titulo de enrebesada pronunciacion, que me sonó entonces asturianamente asi como à Rosendin: y porque advirtió en mì no sè què complacencia en la tal lectura, me le hizo aprender como la Doctrina Christiana, y me mandó que lo decorase todos los dias en su presencia. Si Vds. gustan de leerle, aqui le tienen sobre la marcha; que si mal no me acuerdo, asi decìa:
Pláuto, Poëta, y Philósopho, se dió mucho à las vanidades del mundo en su juventud, y por el gran mercurio de su naturaleza, fue muy inconstante en la conducta: Empezó su vida siendo Soldado, despues probó fortuna por mar, aprendió luego el oficio de Panadero; despues abrazó el de Sastre, se hizo tambien Mercader, y sabe Dios quantas otras pro-tan agradable, dice, me enmendó por dos veces) de que por fin no se cansen; de suerte, que si he tenido alguna tranquilidad, es desde que me he dado enteramente à leer.”
bendicion, y todo, no dexó de sacudirme muy bien mas de dos veces el válago. Pensaràn Vds. que fue por no saber la leccion? Pues no fuè tal: regularmente la sabìa, y la daba con primór; pero es el caso, que yo sabìa yà mas que rezar, y pretendìa dar mas leccion; porque haviendo visto que à L . . . . . y V . . . . . dos amiguitas mias (de mi edad, y mi clase, poco mas ò menos) las tenian sus Padres quatro primorosos Maestros, uno de Bayle, otro de Musica, otro de lengua Francesa, y para desensebar, un peregrino Peluquero (que lo fuè de La-Benán en Madrid) con cuyo quatrium-virato magistral hacìan ellas rapidisimos progresos en el arte de la Marcialidad, llenando este significado con el mas bello pri?? Marcialidad. Ello se me puso en la cabeza, y no soseguè hasta significarselo à mi Tio, despues de haverlo consultado con la almohada, gran Maestra de Fabricas de Viento, y Proyectista de quimericas empresas. No les puedo à Vds. pintar lo inmutado que le advertì, bien que disimularon sus canas, su prudencia, y madurèz. Estuvo como pensativo un rato; y quando yo estaba aguardando el feliz despacho de mi importante embaxada, vì que arrancando del pecho un profundisimo suspiro, cerró con llave la puerta de su Estudio por adentro, tomóme de la mano, me hizo sentar junto à sì, y me espetó este sermon.
Escolastica, què has dicho? Con que quieres ser Marcial? Jesus! Tu Marcial? Estàs en ti? Aun no has cumplido diez años, y se te ha ocurrido yà tan impùdico delirio? Ave Maria!?? Tu, tu, Escolastica? Tu destos me iba yà como oliendo à prologo de sotana) Tu aprender à tocar clave, salterio, ni cosa equivalente, con intervencion de hombre?Tu leer, ni hablar la Lengua Francesa, quando aun estàs casi muda en la tuya Salmantina, y no sabes dàr los buenos dias en la lengua Castellana? Tu abandonarte, sin estremecimiento de tu pudor, ni susto de tu recáto, à los criminales, y lascivos manoseos de un Peluquero atrevido? Tu, en fin, tocada de la epidemia de la Marcialidad? Sabes tu, por ventura, lo que es Marcialidad, y sus fatales consecuencias? Dexate, Niña, dexate de esa Marcialidad Peluquerina, Petimetra, y Saltatriz. No esperes que yo condescienda con esa execrable moda, que se te puso en la cabeza, porque la viste en aquellas buenas Marciales. No, no lo esperes. Antes que Marcial te deséo vèr sin vida: y de hoy mas, vive en la inteligencia, de que te védo para siempre la comunicacion con semejantes amigas, y no iràs jamàs à holgarte yà con ellas. Haz, Sobrina, lo que tu Tio te manda, que asi viviràs contenta: Buen Maestro tienes; toma sus lecciones; y no me repliques, porque no ha de ser otra cosa. Aora vete à tu quarto à repasar la leccion, que tu Maestro no tardarà en venir; à quien haviendole yo dado los poderes mas amplios sobre tu educacion, y disciplina, le renovarè el encargo de la mayor vigilancia acerca de tu conducta; y que sino bastasen amonestaciones suaves para contenerte en tus antojos, y desimpresionarte de Marciales embelecos; eche mano de los medios mas asperos para refrenar tus devanéos, locuras, y desatinos.”
Pasaronse como unos veinte dias, dando la leccion de leer, y escribir, que mi Maestro me señalaba. Pero como yo estaba Enmarcialada intrinsece hasta los tuetanos, no pude conmigo hasta que le expuse mi vocacion Marcial à mi Maestro, juzgando que acáso sería de otro dictamen que mi Tio, y que lo compondrìa con su Mrd. del mejor modo; añadiendole, para mayor abundamiento, que sentìa en mì una fuerte propension à cultivar el ayre de táco. En hora menguada abrì la boca para semejante propuesta: Pues haviendole contado mi Tio, segun inferì despues, lo de antaño, y lo que era preciso cortar de raìz sin dilacion, antes que tomase buelo; no se le ocurrió al Señor Maestro la urbanidad de hacerme algun sermoncito sobre el asunto, y sentarme junto à sì; asentóme, empero, Estimulo del bien obrar) me puso en tal disposicion, que no me pude escabullir: Ello no tuvo remedio; puso en planta su idéa Magistral con bastante sentimiento mio; y Patillas que lo enreda todo, huvo de dàr soplo de lo que pasaba à mi Tio. Al hic & nunc del final del Villancico, entró su Merced adonde estabamos; y oyendo la relacion que mi Maestro le hizo, por poco no me dispone para la repeticion de quodlibetos. Pero templóse en virtud de la intercesion de mi bendito Maestro, y en fuerza de los pateticos abrenuncios de Marciales pompas, que yo propuse à sus pies con lagrymas en mis ojos.
Dicho, y hecho: Yo, bien que muy bien señalada, quedé sin rastro de vocacion Marcial, y desde allì en ayre de táco; ni por lumbre. Debe ser la receta que me aplicaron muy expecifica para la curacion radical de Marciales epidemias. Sea lo que fuere, yo fuì despues muy otra; mi Tio se llenó de gozo con mi enmienda, me redoblò sus cariños desde entonces, y yo procuré darle gusto, aplicandome à los libros, y à las labores proprias de jovencitas bien educadas; solo que lo de ser Monja no tuvo cabida, ni mi prudente Tio quiso hacermelo ser por fuerza. En virtud de sus desvelos, y mi aplicacion, me impuse antes de tres años en la latinidad. Para formar un tal qual estilo Español, me dixo que era lo mas acertado el freqüentar buenos exemplares en los libros; y asi, me hizo leer en dos Inviernos las Obras de Saavedra, Gracian, Quevedo, Solìs, Feijoó; la Retorica de Mayans, la Gramatica Castellana, y la Ortographia Española; la Carta Pastoral del Illmo. Valero, el Compendio de la Historia de España, la Vida del Gran Theodosio, el Año Christiano y la Corte Santa de Cousino. Vean Vds. si yo estarìa para dar, y admitir Pasquas, y si me holgarìa mucho en tiempo de Carnestolendas?
Ademàs de lo dicho, me dedicó à traducir del Francès al Castellano, para lo qual me descubrió una estremada reglita, que me tengo reservada. Asimismo, me hizo estudiar mi cachito de Dialectica; por lo que no me repugna el hacer un Silogismo en Barbara, ni el sacar una menor subsumpta: sé que la materia primera no puede existir sin la forma; que animal rationale no es lo mismo que Hombre: y estoy hecha cargo de que la privacion es causa del apetito. No ignoro de mas à mas, que la I dice que sì, y la O dice que nò: Que Blictiri no es termino Logico, Alemán, Toscáno, Púnico, Gallégo, ni Zanahória, ni puede contraer matrimonio con alguna lengua de las Indias. Sé tambien Revbáu, analizar el simpliciter feci, glosar el dici de omni, y estoy bastante diestra en el asto per contra. Tampoco me espantan los tropos, y figuras de la retorica: en esta facultad todo me embelesa; bien que un quidam Polysindetón, por sus nimias conjunciones me marèa las entrañas; y en oyendo tectúmque, larémque, ideóque, albáque, eterníque, fusíque, y otros del mismo estambre, me pongo como un Herodes. Por casualidad, estando el otro dia tratando de los Poëtas antiguos con mi Charrìta (que entre parentesis tiene yá en embrion sus rudimentos de Pensatriz) ponderò mas que todo su parlamento, la siguiente paparrucha de Horacio:
Sedátum céleres, agilem Gnaúumque remissi.
Y qué les parece à Vds. que sucedió? Que si no huviera sido por la Rúda, yo no sé adonde huviera ido à parar con mi alma.
que podía andar à repelones Academico-Escolasticos con el mas estirado chorizo; y que si su Santidad tuviera noticia de mi insuficiencia, quizá por animar à las demàs à estudiar, me dispensaria para poder ser Guardian, Prior, ò Vicario de alguna Comunidad de Religiosos, donde lucieran mis talentos yà en el Pulpito, y yà en el Confesonario. Ay que no es nada el elogio! Pues no es moco de Pabo, la honorifica reconvencion que en el Verano pasado me hizo, con el motivo de aquel peregrino acto de Musica, que se mereció el mayor aplauso por todas sus circunstancias. Dàdole, que me havia yo de presentar en el Aula en tóno de Impugnadora de la
Aqui estoy, y aqui estarè hasta que su Magestad disponga otra cosa de mi. Aunque salgo tal qual vez à esparcirme, y refrescar mis idéas por las margenes del Tórmes; y aunque muchos y muchas, sin mirarme, me habran visto en el Calvario (allí estuve por la tarde, de paseo, dia de Santo Thomás Cantuariense; qué bella tarde!) En los Martes (Marciales iba à exprimir el enemigo de la pluma) de S. Antonio el de afuera, en el paséo de los Capuchinos, en los Novillos del Colegio Mayor del Arzobispo, por Pasqua del Corpus, en las bueltas de San Anton, en la procesion mugeril del pasado Jubiléo, y en algunas Salves de S. Bernardo, pienso que nadie me conoce, à excepcion de un Humanista sabio, y prudente, de quien estoy asegurada que me guardará fidelidad en no descubrirme. La otra Confidenta, que he dicho, tambien guardará silencio, pues la importa el callar, no menos que cien ducados cada mes; los que la debo entregar siempre que Vds. me den doscientos de ganancia, en lo que no pongo duda. Asi pues, Señores, Vds. no se fatiguen por saber como es mi gracia, ò mi pecado (como dixo à la otra el otro; y ninguno de ellos se llamaba Rivás, ni Juan de Utréra) porque será trabajo perdido. Puede que algun Calculador, ò Calculadora vieja se ponga seriamente à hacer Computos sobre las circunstancias de mi persona, y nacimiento, y dandose una palmadita no hay en los Naypes ley, ò esta buena alhaja de Hurtado se ha de hallar en el libro de Bautizados de la Parroquia de S. Martin: Pasese luego al Señor Cura un recado político, para que lo registre ázia el año de 1741., sobre año mas, ò menos; Casi-miro, vè volando.”
Clavádo; ni por esas: Pues aunque no falta un tris para aperdigotarme el coleto, juzgan Vds. que soy tan lega, que no pueda ser Vicaria de mi persona, y bautizarme con solemnidad en la Pila de los Bolandistas? Qué otra cosa practícan (si no mienten las gazetas) los que viajan de incognitos por la Francia, por Italia, por la Rusia, y por Turquía? Ea; no hay que darse por las paredes: sosieguense Vds. con saber que Doña Escolastica no es hombre, ni Cura, ni Canonigo, ni Frayle, ni Tocinos, ni Aguador de Monjas, ni el Tio Corrál, Mecenas del cultivo de Viñas, lo idéas; ni me persuado que alguno de mis lectores querrà contraer esponsales conmigo para pretender informarse à fóndo, de mi calidad, de mis propriedades, de mis mañas, de mi genio, de mi pie Coxo, y de mi vida y milagros. Si algun Pecador tuviese tan mal gusto, puede noticiarmelo por el Correo; y reflexionado el càso, verémos; pues como nadie me conoce, nadie me áma, y témo, témo, que me voy escabechando para Tia. Interin tanto, nos irémos divirtiendo; Vds. en pensar de mis idéas confórme les dé la gana, y yo en idéar el modo mas eficáz para que Vds. conozcan sus miserias, y yo haga mas tolerable la mia.
idéar, y dé ò nò en el quid; mas tengase entendido (qüenta con esto porque importa mas que ocho quartos y 8. mrs.) que yo por mi génio estudioso, y mi continuo retiro brillantéz remarcáble se han introducido entre nosotros; para tener alguna partecita en tan laudable reforma. Esta es la general idéa de mis idéas; las que se irán manifestando conforme fueron saliendo; y si pareciere à alguien, que idéo cõ lentitud, no se aflija; que tiempo vendrá en que alguna mañana de Abril se levante cõ mas idéas que Platón.
Voto à Rùs; que iba yá à decir à Dios, sin prevenir à Vds. una cosa muy idéas; y me lo témo con fundamento, aora que me acuerdo de aquel odérunt, con que mi Charra huvo de hacerme echar las tripas por la boca. Pues aora bien: Si alguno tuviese la idéa de oponerse à las mias, nos verémos à Cóplas, y puede que no halle quien le arriénde la ganancia. Vds. digan quanto quieran: que yo por eso no he de abandonar mis idéas, ni el cumplir con la Sta. Madre Iglesia por Pasqua Florida. Y para que vean Vds. que no me cogerá de mal humor quanto digan, pásen sus ojos por la siguiente Decima de diez pies mordidos, y por el sub-seqüente Soneto de catorce; y tengo dicho, quedandome cerrada de campiña en mis quince.
Decima.
Soneto.
Explicit prima Idéa.
La Pensatriz, aunque es Hurtado, no quiere mas por sus idéas que lo que sea justo; y aun piensa que rebaja algo. Asi, aunque podía apreciar mas sus idéas (como lo hacen tantos con las suyas, que de valde son caras) se contenta desde luego con que sus Devotos dén à entender que las estiman, alargando à mi Compadre Alegría ocho quartos con la mano derecha, y con la otra (si no es manco) los ocho maravedises del pico para aceyte para la vela de su menor mueble Hurtado. Esta no llevará mas ni menos por cada idéa suya, ò cosa que tenga alguna semejanza, como el prologo exempli-gracia, que yá se sabe es cosa de Idéa. Lo mismo, si diese à la prensa las cartas ideales, que acaso la escribirán algunos mal-casados, algunos Diegos, algunos Escolasticos, algunos Silvas de varia leccion, algun Pensador, buen alma; y lo mismismo, si (como puede acontecer) alguna Señorita Congregarista de la Marcialidad conciba, al estàr en el tocador, la soberana idéa de manifestar su pecho à esta su indigna Pensatriz, por darme en que pensar. Para todo lo qual aviso que me dirijan las cartas, ò lo que sea, à Salamanca, con una sobrecubierta para el nombrado Alegría, que le llaman Don Miguél por mas señas, y está empeñado en que ha de ser mi Valija por la via transversál, y reservada. Yà sabe Vds. como me llamo, y gracias à Dios tienen Apellidos en que escoger à su gusto: Tu áutèm.
La Pensatriz Salmantina.
D.E.H.