Idea Primera Escolástica Hurtado Moralische Wochenschriften Klaus-Dieter Ertler Herausgeber Roland Bernhard Mitarbeiter Silke Brandstätter Mitarbeiter Elisabeth Hobisch Mitarbeiter Renate Hodab Mitarbeiter Julia Obermayr Mitarbeiter Sarah Lang Gerlinde Schneider Martina Scholger Johannes Stigler Gunter Vasold Datenmodellierung Applikationsentwicklung Institut für Romanistik, Universität Graz Zentrum für Informationsmodellierung, Universität Graz Graz 10.07.2019 o:mws-092-204 Hurtado, Escolástica: La Pensatriz salmantina. Salamanca: (s.i.) 1777, 1-32 La Pensatriz salmantina 1 1 1777 Spanien Ebene 1 Ebene 2 Ebene 3 Ebene 4 Ebene 5 Ebene 6 Allgemeine Erzählung Selbstportrait Fremdportrait Dialog Allegorisches Erzählen Traumerzählung Fabelerzählung Satirisches Erzählen Exemplarisches Erzählen Utopische Erzählung Metatextualität Zitat/Motto Leserbrief Graz, Austria Spanish; Castilian Frauenbild Immagine di Donne Image of Women Imagen de Mujeres Image de la femme Imagem feminina Spain -4.0,40.0

Idea Primera.Dà Razon de su Persona.

Quis expedivit Psittaco suum Kaîre?Corvos quis olim cõcavum salutare,Picásque docuit verba nostra conari? . . . . . Si dolosi spes refulserit nummi,Corvos poëtas, & poëtrias picasCantare credas Pegaseîum melos.Aul. Pers. Flac. in Prolog. Sat.

A la Muy Ilustre, y Esclarecida Señora Doña Manuela Castillo, Santuchos, Torrijos, &c. Actual Condesa de Francos.

Señora.

Fuerte cosa es, que las Prensas solamente han de sudár debaxo de las Pelucas! Còmo si los Abanicos no fueran capaces de hacerlas gemir con ayre, y darlas una buena mano de molde? No ay forma de meter en la cabeza à los Sombreros, que las Piochas tienen tambien sus luces, y sus pensamientos altos: Como si el refrán de que, Debaxo de una mala capa hay un buen Bebedor, no pudiera tener segunda parte, diciendo que, Debaxo de una raìda mantilla se oculta una buena alhaja? Pero, Señora, este mal no tiene radicál cura. Los hombres (los Señores Hombres, por si acáso; como el Señor Diablo del otro à quien agonizaban, nombrando al Diablo asi à secas): Digo, Señora, que los Señores Hombres han de ser solos los que manden, los que riñan, los que goviernen, los que corrijan, y los que estampen, y à las pobrecitas mugeres, engañadas con el falso oropèl de hermosas, y Damas, solo se les ha de permitir tiren gages de rendimientos fingidos, y pasen plaza de Señoras de Theatro, que en acabandose la Comedia de la pretension todo se oculta, y solo se decubre el engaño, y la falsedad.

Pues no, Señora: Esto no vá bien. Y aunque hasta aqui, encogida en mi natural empácho, pensaba, callaba, y sufría (bien que con impaciencia) la licencia, que se han tomado sus Mercedes, yá no puedo mas, y se me ha exaltado todo el humor colerico de mi natural, (que no es poco) con las desatenciones, groserías, y atrevimientos, que en quatro renglones solos (qué hiciera si fueran mas?) aglomeró contra nosotras un tal Vazquez, (hà falso!) ò el Autor de Zelosía, que sin permiso de la Académia Real de las Ciencias, se alzó con la borla de Doctor Encyclopedista en el Lycèo de los Eruditos à la Violeta. Pues salga, salga si quiere, à Campaña: Que Yo, Señora, deponiendo desde hoy (dia primero del año, no con falta de mysterio) el encogimiento proprio de nuestro sexo amable, amoroso, suave, perspicáz, hermoso, persuasivo, y apto para grandes cosas, (vayase por siete veces que me han llamado Cathedra de pestilencia) daré à entendér al Mundo, que hay Muger en Salamanca, que piensa con reflexion, corrige con prudencia, amonesta con madurèz, y critíca con chiste.

Mas, Señora, son tan malos los Hombres, y tan vengativos, que al verse sorprendidos de mi critica, y de la batería de mis Idéas contra el dilatado campo de sus desòrdenes, soltarán la maldita (que yá nos exceden en esta gracia) y con dicterios, apódos, y pûllas me quitarán la estimacion, y el credito en los dias; y en este càso, (tristes pensamientos mios!) será preciso depositar mis malogradas Idéas, y repartirlas entre los Montañeses, para que me las hagan especiales. Por tano, implóro el patrocinio de V. S., como Paysana, Patriense, y Con-Tercera mia; para que vien-do estampado su brillante titulo de francos à la frente de mis Idéas, las traten con respéto, y las adopten liberalmente con gustoso cariño; maxime sabiendo, como deben saber, que V. S. no es por aí Mecénas de algun Cultívo de Viñas, sino Protectriz de la Cultúra de Cuerpo, y Alma; diciendo à todos con esto, que deben dár el pàse al nè molestetur de mis Idéas, quando las protége V. S. que es la quinta esencia de las Gracias, y la náta de las Musas.

Què traten, sino, à V. S. à vér si es esto lisonja! Què contemplen ese ánimo fránco, ese corazon benèfico, ese semblante graciosamente apacible, esa magestad dulce, esa indole noble, esa benevolen-cia entrañable, esa regia nobleza de alma, esa nativa propension à hacer bien à todo el Mundo, esa discrecion portentosa, esa capacidad extraordinaria, esa justa, y delicada critica, con què en la conversacion maneja, con pásmo de los concurrentes, las especies historicas, politicas, morales, y aun sagradas: Si; què contemplen en V. S. este conjunto admirable de perfecciones, à ver si pueden resistirse, ò dudar de una verdad tan palpable? Yo nunca podrè admirarlo suficientemente; y asi, haviendo insinuado à V. S. el unico desinteresado motivo que tengo, para rendirla el obsèquio de mis Idéas, ruego à V. S., que con la dignacion de aceptarlas, de mano de mi Impresor Casero, las dé el valor, que no podrán adquirir de otro modo. Asi còlme à V. S. de frutos de bendicion, y prosperidad el Cielo, en la amable compañia del Conde, mi Señor, su Esposo. Salamanca, y 16. de Marzo de 1777.

Ill.a Señora.B. L. P. de V. S.Su rendida servidora, Paysana, y devota Pensatriz Salmantina:Escolastica Hurtado, Girón, y Silva de Pico.

dictamen de el padre Fr. Balthasár Garralón, Monge Cisterciense de la Congregacion de Castilla, Lector de Sagrada Escritura, y Predicador Mayor por su Religion, en su Coelgio de Nuestra Señora de el Destierro, extramuros de la Ciudad de Salamanca.

La Pensatriz Salmantina, cuyas dos primeras Idéas remite à mi parecer, el Señor Don Juan Pablo de Salvador y de Asprer, Corregidor, Capitan à Guerra, Subdelegado General de todas Rentas Reales, y Servicios de Millones de esta Ciudad de Salamanca, su Jurisdicion, y Provincia, por el Rey nuestro Señor (Dios le guarde) y Juez Subdelegado de Imprentas en ella &c., ni piensa, ni idéa, ni discurre en cosa alguna, que pueda empañár la pureza de nuestra Santa Fè Catholica, perjudicár à las Reales Regalías, ni oponerse en un àpice à la recta moderacion de las costumbres. Antes bien, por su modo de pensár se dexa discurrir, que tiene ideádo el contri-buir por su parte, al destierro de las mas raras extravagancias y corruptelas, con que los hombres se han empeñado en echar à perder cada dia mas el mundo. Y èsta Idéa, aunque poco fecunda por la indisposicion (ò llámese mal humór) del terreno, que se pretende abonár, es laudable, y tendrá siempre segura la Aprobacion de los que piensen bien. Esto, en quanto à la substancia de estas Idéas. En quanto à lo accidentál de que estos concep-tos sean, ò no sean parto de una Señora Salmantina, como Doña Escolastica Hurtado, suspenda quien quiera el juicio: que yo siempre seré de opinion, que esto y mucho mas no repugna, ni à la Pensatriz, ni à todas las que discurren por esta Ciudad de letras, siendo cierto esto que poëtizó de ella, y de su Incomparable Rio, el Gran Lope de Vega y Carpio:

Oráculo respondeA quantas dudas en lasCiencias caben, Que hasta las peñas en el Tormes saben.

Asi què, noso lo soy de parecer, que à la Pensatriz Salmantina se la conceda la licencia, que solicìta, para entregar à la Prensa sus dos primeras Idéas; sino tambien, que se la ruegue continúe en pensar dár à luz otras muchas; para cuya labór no faltará, si se dá à conocer, quien la subministre materiales con abundancia, y aun con liberalidad. Tengo expuesto mi dictamen (sine præjudicio &c.) siendo mi sentir que se dilàte la Impresion. En este Colegio de Nuestra Señora del Destierro, Orden de San Bernardo, extra-muros de la Ciudad de Salamanca, à 10. de Febrero de 1777.

Fr. Balthasár Garralón.

Una Letrilla a los Lectores, y una Palabrita a los Oidores.

Apostémos algo bueno à que no aciertan Vds. como es la gracia de un amigo mio, que firmò el siguiente fállo? En ningun asunto se hallan mas errores de entendimiento, ni mas cegueras de voluntad, que en el asunto de mugeres. Feijoó es, dirá muy satisfecho algun Critico de Theatro. Punto para la vanda: Pues no es Feijoó, que es Sarmiento su discipulo. Lean Vds. su discurso en nuestra defensa, y en la de su ilustre Maestro, y al primer tapón se hallarán con el susodicho aforismo. Pero esto què viene al caso? Vaya para quando venga, y vamos adelante. Prosigan Vds. leyendo, y veràn dentro de poco el gran favor, que nos hace à las pobrecitas Mugeres, cierto Abate à la dernier, al probar, no menos que con la Santa Ecritura, la Conclusion de que las Mugeres no tenémos alma racional, ni somos de la especie humana: Asercion, à que casi me iba inclinando, pues huvo Muger que concibiese à aquel bruto. Pero gracias à Dios, que contra aquel desalmado, y algunos sequaces suyos, hay yà en el dia infinitos, que no nos tienen à las Mugeres por topos: Gracias à Dios, que hay en todas clases de personas, quien admire la racionalidad de la Toledana Luisa Sigéa, que supo las lenguas Latina, Griega, Hebrèa, Arabiga, y Syriaca, y en las que escribió una carta al Papa Paulo III: de Doña Isabèl de Joya, que predicó en la Iglesia de Barcelona, con pásmo del innumerable concurso que la escuchaba: de la Barcelonesa Doña Juana Morella, que defendió conclusiones pùblicas en Filosofia, supo Theologia, Musica, Jurisprudencia, y hablaba catorce lenguas: de Sor Juana Inès de la Cruz; Doña Oliva Sabùco; Doña Ana de Cervaton; Doña Bernarda Ferreyra; sin traer à colacion las Francesas Madamoiselles, Magdalena Scuderi; Antonieta de la Guardia; Maria Magdalena Gabriela de Montemart; las Italianas, Dorothèa Bucca, Doctora, y Cathedratica de Bolonia; Lucrecia Helena Cornaro, Doctora en Filosofia en la Universidad de Padua; las Alemanas, y por todas la famosa Ana Maria Schurmàn, que poseyó casi todas las Ciencias humanas, juntamente con la Sagrada Theologia, y grande inteligencia de la Escritura; que supo perfectamente las lenguas Alemana, Holandesa, Inglesa, Francesa, Italiana, Latina, Griega, Hebréa, Syriaca: Chaldéa, Arabiga, y Ethiopica: Si, gracias à Dios, que en el juicio de innumerables barbas, ni estas Heroinas, ni las demàs de su sexo se reputan yà por unos meros Authómatos. Saben los hombres que saben las Mugeres; y saben que supieran mas, si las instruyesen como à sus Paternidades.

O! Bien haya la madre, que parió à mi Con-Salmantino Iglesias! Si no fuera porque serìa fuerza el conocerme, le havia de dar mil abrazos, por el favor, que à las Mugeres nos hace en su Piscator Historial para este año de los tres 777. No todos pueden armarse en nuestra defensa, con la que hizo el Gran Feijoó de nosotras; pero què Rustico no tendrá para tener el Piscator de la Casa, y vernos en èl con los Santos à Coplas? Sepan pues yà, quantos aran, y caban, que hay, y huvo Mugeres muy sabidas; y para que se les quéde mas impresa esta noticia, se la comunica Iglesias, y yo con èl, por medio de unas Coplillas, que pueden servir de letra, para quando baylen en dia de alguna boda las folias, ò las sombras; como se cantan el Desden de la hermosura; Aprended flores de mi; dicen que no nos querémos: En el Real de Zamora, y otras de la misma laya. Asi dicen las de Iglesias; que llevan su conterilla, para si es Zarabanda.

Enero 6.

Oy muriò Luisa Labè Meretriz Dama Francesa,Si en Poësìa una Sapho,En Musica una Syrena.A que no me dán un Cisne,Que tenga tan bellas prendas?

Mayo 8.

Oy mandando el Francés Cámpo, Juana Doncella de OrleansHizo alzar à los InglesesEl sitio de esta Ciudad.Y no fue ni un mal FrancèsPara alzarla de Ruàn.

Julio 13.

Oy en Paris de ochenta años Falleciò Maria Gornay, Que por su ingenio, y escritos,En Francia se hizo admirar.Quantos Doctos de noventa,A Gornay no llegaràn!

Agosto 19.

En Venecia, oy, de cien años Muriò Casandra Fidèle,Heroina en todas Artes,Y Ciencias sobresaliente.Pues llamese entre los hombresEl monstruo de las Mugeres.

Agosto 22.

En la Silesia este dia Falleciò Maria Cunit,Astrónoma que al ZenitCon alto ingenio ascendía.Será Piscatór Petit,Quien suba allá con Maria?

Noviembre 1.

Oy murió Modesta Pozo, Poëtisa Veneciana,Cuyos heroycos PoëmasLa adquieren gloriosa fama.No sé si el ImitadorPodrá adquirir otra tanta.

Diciembre 31.

Oy en Thovars falleció Gabriela, sabia Princesade Borbón, à quien la famaPor sus Escritos celebra.Y eso, que no estudió ArtesEn la Ciudad de Cervéra.

Què tal? Dexense, pues, Vds. de reducir toda la Ciencia, y comprehension femenina al gobierno de la aguja, al manejo de la rueca, de la escoba, y la almohadilla, y à la superintendencia de los pollos, las gallinas, y los gallos; porque si me pongo historias en cinta, como aldas, echaré Mugeres à las barbas, que les hagan baxar la cresta. No alterquemos mas sobre este punto, y por aora quedense empatados los entendimientos masculino, y femenino. Y vàn bien. Qué Mari-sabidilla serà ésta, puede que diga atufado algun Colegial Huerfano, que con tener tanto pico, nos està descalabrando los sesos, sin que hasta aora nos haya dado algunas señas de un ente tan raro. Poco à poco, señor mio: Piensa usted que esto es arar? Yá será V. servido. Tomemos antes un polvito con pausa, y profundidad, tosamos de vez, y vaya de relacion.

Yo, Señores, gozo la suerte de ser hija de Salamanca; bastante he dicho para que vean Vds. què bien hicieron mis Padres en idear que al bautizarme me pusiesen Escolastica; pues por mi Patria lo soy en romance, y en latin, y en trescientas lenguas mas. Trasládo à la Historia de mi paysano Dorádo. Es cosa de hecho, que las Mugeres nacemos sabiendo aqui; y es notorio à todo el Mundo, qué pródiga se muestra la naturaleza con nosotras las Salmantinas, franqueandonos dotes en alma, y cuerpo tan distinguidos, que no hay estrado en Salamanca, donde no se encuentren à cada paso las Christinas, las Isabeles, las Amalias, las Luisas, las Anas, las Olivas, las Gabrielas, y las Magdalenas, que con las luces de sus discursos sean à un mismo tiempo admiracion del alma, y embeléso de los ojos. La soledad en que escribo, y lo lexos que estoy de que me conozcan, me hace atropellar por las leyes de la modestia, para proferir alabanzas de que tanta parte me toca: y valga la verdad; si yo (à Dios gracias) tengo entendimiento, por què le he de arrojar à la calle, y haciendo la gazmoña he de fingir ignorancia? No quiero: que no me gustan estas hypocresìas.

Pues como iba diciendo; apenas llegué à tocar los rayos de la razon, me vì sin Padres, y baxo la educacion de un Tio mio, hombre machucho, afilosofado, y dotado de aquel intrinseco azibarado ingrediente, con que diz que se destetan los Niños. Tenìa su Mrd. tanta dosis de este mimi-fúgo, que era en el particular el verbi-gracia de su tiempo: y aun oy se conserva hasta en Texares, Villamayor, y otros Lugares proximos à Salamanca, la fama de aquella gracia de mi Tio, que estè en gloria; cuyo Epitheto destetador es todavia mas terrifico, funesto, y escandaloso para los Chicuelos, y Criaturas, que el Coco, el , y la Marimanta; de suerte, que con decir à algun Chiquito su Madre, à que llamo al Destetador, es quanto puede ocurrirsela para hacerle entrar en carril. Este, pues, tal Tio mio, (que por mas señas, vivìa en la Calle de Zamora) un dia, despues que durmió la siesta, se levantó con la vocacion de que yo me entrase Monja. Como yo no sabía què cosa era semejante vocacion, antes bien sentìa en mì llamamientos de otro metal, le dixe à mi señor Tio, que mas adelante, y que con el tiempo me verìa, y que aun era muy temprano; tenìa yo entonces diez años no cabales. Porfiaba mi Tio, y hacìa quanto podìa para aficionarme al recogimiento. Una vez, para conseguìr mas bien su intento, me cogió por la mano, y me llevó à una salita retirada, en donde tenìa su muy decente librerìa. Allì, despues de muchas aren-gas, comenzó à catequizarme, y persuadirme el amor à la lectura de sus libros, rematando todos sus circunloquios con leerme un parrafillo de uno, que me dixo fue Luterano, y Conde de un Titulo de enrebesada pronunciacion, que me sonó entonces asturianamente asi como à Rosendin: y porque advirtió en mì no sè què complacencia en la tal lectura, me le hizo aprender como la Doctrina Christiana, y me mandó que lo decorase todos los dias en su presencia. Si Vds. gustan de leerle, aqui le tienen sobre la marcha; que si mal no me acuerdo, asi decìa:

Pláuto, Poëta, y Philósopho, se dió mucho à las vanidades del mundo en su juventud, y por el gran mercurio de su naturaleza, fue muy inconstante en la conducta: Empezó su vida siendo Soldado, despues probó fortuna por mar, aprendió luego el oficio de Panadero; despues abrazó el de Sastre, se hizo tambien Mercader, y sabe Dios quantas otras pro-fesiones tuvo, antes de aplicarse à la Philosophia. Un dia, pues, haviendosele preguntado en què estado havia tenido mas descanso, y contento, respondió en estos terminos: Sabed, que no hay ninguno en que no se desée la novedad, ningun puesto honroso sin peligro, ningunas riquezas sin trabajo, è inquietud, ninguna prosperidad estable, y que no se acabe, ningun placer tan grande (tan agradable, dice, me enmendó por dos veces) de que por fin no se cansen; de suerte, que si he tenido alguna tranquilidad, es desde que me he dado enteramente à leer.” Asi, Sobrinita mia; quanto me agrada que lo digas con tanta limpieza! deciame mi Tio, dandome despues un dulce, y dos rosquillitas. Pues ea, añadió un dia, de hoy mas, tendràs quien te enseñe à leer. Vete aora à visita con tus muñecas; y quenta con la ventana, que me pareces algo curiosilla, y eso no me gusta.

Amaneció el dia siguiente, y à cosa de las ocho me presentó mi Tio al Maestro, que me havia buscado. Parecióme bien, porque realmente era un bendito; sin embargo, con su bendicion, y todo, no dexó de sacudirme muy bien mas de dos veces el válago. Pensaràn Vds. que fue por no saber la leccion? Pues no fuè tal: regularmente la sabìa, y la daba con primór; pero es el caso, que yo sabìa yà mas que rezar, y pretendìa dar mas leccion; porque haviendo visto que à L . . . . . y V . . . . . dos amiguitas mias (de mi edad, y mi clase, poco mas ò menos) las tenian sus Padres quatro primorosos Maestros, uno de Bayle, otro de Musica, otro de lengua Francesa, y para desensebar, un peregrino Peluquero (que lo fuè de La-Benán en Madrid) con cuyo quatrium-virato magistral hacìan ellas rapidisimos progresos en el arte de la Marcialidad, llenando este significado con el mas bello pri?? fuè, ni como no, que yo tambien quise tomar algunas lecciones de Marcialidad. Ello se me puso en la cabeza, y no soseguè hasta significarselo à mi Tio, despues de haverlo consultado con la almohada, gran Maestra de Fabricas de Viento, y Proyectista de quimericas empresas. No les puedo à Vds. pintar lo inmutado que le advertì, bien que disimularon sus canas, su prudencia, y madurèz. Estuvo como pensativo un rato; y quando yo estaba aguardando el feliz despacho de mi importante embaxada, vì que arrancando del pecho un profundisimo suspiro, cerró con llave la puerta de su Estudio por adentro, tomóme de la mano, me hizo sentar junto à sì, y me espetó este sermon.

Escolastica, què has dicho? Con que quieres ser Marcial? Jesus! Tu Marcial? Estàs en ti? Aun no has cumplido diez años, y se te ha ocurrido yà tan impùdico delirio? Ave Maria!?? Tu, tu, Escolastica? Tu Danzarina con ninguna modestia, con total descóco, con ninguna honestidad, con total desemboltura? Tu, poca verguenza, tu, (cada Tu destos me iba yà como oliendo à prologo de sotana) Tu aprender à tocar clave, salterio, ni cosa equivalente, con intervencion de hombre?Tu leer, ni hablar la Lengua Francesa, quando aun estàs casi muda en la tuya Salmantina, y no sabes dàr los buenos dias en la lengua Castellana? Tu abandonarte, sin estremecimiento de tu pudor, ni susto de tu recáto, à los criminales, y lascivos manoseos de un Peluquero atrevido? Tu, en fin, tocada de la epidemia de la Marcialidad? Sabes tu, por ventura, lo que es Marcialidad, y sus fatales consecuencias? Dexate, Niña, dexate de esa Marcialidad Peluquerina, Petimetra, y Saltatriz. No esperes que yo condescienda con esa execrable moda, que se te puso en la cabeza, porque la viste en aquellas buenas alhajas de tus amigas Marciales. No, no lo esperes. Antes que Marcial te deséo vèr sin vida: y de hoy mas, vive en la inteligencia, de que te védo para siempre la comunicacion con semejantes amigas, y no iràs jamàs à holgarte yà con ellas. Haz, Sobrina, lo que tu Tio te manda, que asi viviràs contenta: Buen Maestro tienes; toma sus lecciones; y no me repliques, porque no ha de ser otra cosa. Aora vete à tu quarto à repasar la leccion, que tu Maestro no tardarà en venir; à quien haviendole yo dado los poderes mas amplios sobre tu educacion, y disciplina, le renovarè el encargo de la mayor vigilancia acerca de tu conducta; y que sino bastasen amonestaciones suaves para contenerte en tus antojos, y desimpresionarte de Marciales embelecos; eche mano de los medios mas asperos para refrenar tus devanéos, locuras, y desatinos.” Amen. Dixo: y besandole la mano, me retirè à mi quarto, no sin una decente pitanza de Chivo. Vds. discurran si era para menos el caso?

Pasaronse como unos veinte dias, dando la leccion de leer, y escribir, que mi Maestro me señalaba. Pero como yo estaba Enmarcialada intrinsece hasta los tuetanos, no pude conmigo hasta que le expuse mi vocacion Marcial à mi Maestro, juzgando que acáso sería de otro dictamen que mi Tio, y que lo compondrìa con su Mrd. del mejor modo; añadiendole, para mayor abundamiento, que sentìa en mì una fuerte propension à cultivar el ayre de táco. En hora menguada abrì la boca para semejante propuesta: Pues haviendole contado mi Tio, segun inferì despues, lo de antaño, y lo que era preciso cortar de raìz sin dilacion, antes que tomase buelo; no se le ocurrió al Señor Maestro la urbanidad de hacerme algun sermoncito sobre el asunto, y sentarme junto à sì; asentóme, empero, otra cosa, que cada vez que me acuerdo, me parece que la siento todavia. Sin mas sermon, sin mas exordio, que sacar de su bolsillo qué sé yo qué, (que hasta aora no he podido digerir, y él dixo tener por nombre Estimulo del bien obrar) me puso en tal disposicion, que no me pude escabullir: Ello no tuvo remedio; puso en planta su idéa Magistral con bastante sentimiento mio; y Patillas que lo enreda todo, huvo de dàr soplo de lo que pasaba à mi Tio. Al hic & nunc del final del Villancico, entró su Merced adonde estabamos; y oyendo la relacion que mi Maestro le hizo, por poco no me dispone para la repeticion de quodlibetos. Pero templóse en virtud de la intercesion de mi bendito Maestro, y en fuerza de los pateticos abrenuncios de Marciales pompas, que yo propuse à sus pies con lagrymas en mis ojos.

Dicho, y hecho: Yo, bien que muy bien señalada, quedé sin rastro de vocacion Marcial, y desde allì en adelante ni aun se me pasó por la imaginacion. Pues el ayre de táco; ni por lumbre. Debe ser la receta que me aplicaron muy expecifica para la curacion radical de Marciales epidemias. Sea lo que fuere, yo fuì despues muy otra; mi Tio se llenó de gozo con mi enmienda, me redoblò sus cariños desde entonces, y yo procuré darle gusto, aplicandome à los libros, y à las labores proprias de jovencitas bien educadas; solo que lo de ser Monja no tuvo cabida, ni mi prudente Tio quiso hacermelo ser por fuerza. En virtud de sus desvelos, y mi aplicacion, me impuse antes de tres años en la latinidad. Para formar un tal qual estilo Español, me dixo que era lo mas acertado el freqüentar buenos exemplares en los libros; y asi, me hizo leer en dos Inviernos las Obras de Saavedra, Gracian, Quevedo, Solìs, Feijoó; la Retorica de Mayans, la Gramatica Castellana, y la Ortographia Española; la Carta Pastoral del Illmo. Valero, el Compendio de la Historia de España, la Vida del Gran Theodosio, el Año Christiano y la Corte Santa de Cousino. Vean Vds. si yo estarìa para dar, y admitir Pasquas, y si me holgarìa mucho en tiempo de Carnestolendas?

Ademàs de lo dicho, me dedicó à traducir del Francès al Castellano, para lo qual me descubrió una estremada reglita, que me tengo reservada. Asimismo, me hizo estudiar mi cachito de Dialectica; por lo que no me repugna el hacer un Silogismo en Barbara, ni el sacar una menor subsumpta: sé que la materia primera no puede existir sin la forma; que animal rationale no es lo mismo que Hombre: y estoy hecha cargo de que la privacion es causa del apetito. No ignoro de mas à mas, que la I dice que , y la O dice que : Que Blictiri no es termino Logico, Alemán, Toscáno, Púnico, Gallégo, ni Zanahória, ni puede contraer matrimonio con alguna lengua de las Indias. Sé tambien deslindar à Revbáu, analizar el simpliciter feci, glosar el dici de omni, y estoy bastante diestra en el asto per contra. Tampoco me espantan los tropos, y figuras de la retorica: en esta facultad todo me embelesa; bien que un quidam Polysindetón, por sus nimias conjunciones me marèa las entrañas; y en oyendo tectúmque, larémque, ideóque, albáque, eterníque, fusíque, y otros del mismo estambre, me pongo como un Herodes. Por casualidad, estando el otro dia tratando de los Poëtas antiguos con mi Charrìta (que entre parentesis tiene yá en embrion sus rudimentos de Pensatriz) ponderò mas que todo su parlamento, la siguiente paparrucha de Horacio:

Odérunt hílarem tristes, tristémque iocósi,Sedátum céleres, agilem Gnaúumque remissi.

Y qué les parece à Vds. que sucedió? Que si no huviera sido por la Rúda, yo no sé adonde huviera ido à parar con mi alma.

Con estas, pues, y otras muchas bachillerìas que tengo en mi archivo, no me trueco por el mas refinado Encyclopedi-Violeto, ni por ningun Trilinguo de tercer Curso; y aun mi Confidenta, Conclavista en mis encaxes literarios, me dixo por S. Lucas, que podía andar à repelones Academico-Escolasticos con el mas estirado chorizo; y que si su Santidad tuviera noticia de mi insuficiencia, quizá por animar à las demàs à estudiar, me dispensaria para poder ser Guardian, Prior, ò Vicario de alguna Comunidad de Religiosos, donde lucieran mis talentos yà en el Pulpito, y yà en el Confesonario. Ay que no es nada el elogio! Pues no es moco de Pabo, la honorifica reconvencion que en el Verano pasado me hizo, con el motivo de aquel peregrino acto de Musica, que se mereció el mayor aplauso por todas sus circunstancias. Dàdole, que me havia yo de presentar en el Aula en tóno de Impugnadora de la Musica moderna; y que asi como huvo una Bar-celonesa, que defendió conclusiones públicas, (lo supo la picarilla, porque yo se lo conté un Lunes de aguas, camino de la Aldeguela) tambien pudiera una Salmantina, como yo, hacer otro tanto, arguyendo, ò defendiendo en qualquier asunto; “pues bien sabe usted, decìa, que no hay regla sin excepcion, y que alguna vez es bien parecido un amago de Marcialidad.” Jesus! Y qué tentacion! Les confieso à Vds. que huve de consentir, y que casi casi iba escrupulizando yà de no ponerme la vasquiña, y el manto, para incorporarme con aquellos Lycurgos, y hacerles demonstracion de que tambien hay Mugeres, que saben qué cosa es fuga, entienden lo que es coma, no ignoran lo que es alégro con su rigodón y todo, conocen muy bien las claves, y las mutanzas, se tutéan con los signos, los Compáses, las Corchéas, los Tritonos, y figuras; y en fin, que bordaràn un ayrecillo de Canario estendido en veinte Gigas, si tocasen un Amablé, un Paspie, la Bretaña alta, ù otra cosa, yá flauta, yá en harpa, ò espineta. Pero, Barrabancas! Como la oì aquello de Marcialidad, se me refrescó con tanta viveza la especie del Conjúro de marras (que pasó de amàgo) con el que mi Señor Maestro disipó y ahuyentó de mi el espiritu Marcial, que salí del escrupulo, y me rosolvì à no salir de mi quarto.

Aqui estoy, y aqui estarè hasta que su Magestad disponga otra cosa de mi. Aunque salgo tal qual vez à esparcirme, y refrescar mis idéas por las margenes del Tórmes; y aunque muchos y muchas, sin mirarme, me habran visto en el Calvario (allí estuve por la tarde, de paseo, dia de Santo Thomás Cantuariense; qué bella tarde!) En los Martes (Marciales iba à exprimir el enemigo de la pluma) de S. Antonio el de afuera, en el paséo de los Capuchinos, en los Novillos del Colegio Mayor del Arzobispo, por Pasqua del Espiritu Santo (si viviera mi Tio!) en Sancti-Spiritus por el Corpus, en las bueltas de San Anton, en la procesion mugeril del pasado Jubiléo, y en algunas Salves de S. Bernardo, pienso que nadie me conoce, à excepcion de un Humanista sabio, y prudente, de quien estoy asegurada que me guardará fidelidad en no descubrirme. La otra Confidenta, que he dicho, tambien guardará silencio, pues la importa el callar, no menos que cien ducados cada mes; los que la debo entregar siempre que Vds. me den doscientos de ganancia, en lo que no pongo duda. Asi pues, Señores, Vds. no se fatiguen por saber como es mi gracia, ò mi pecado (como dixo à la otra el otro; y ninguno de ellos se llamaba Rivás, ni Juan de Utréra) porque será trabajo perdido. Puede que algun Calculador, ò Calculadora vieja se ponga seriamente à hacer Computos sobre las circunstancias de mi persona, y nacimiento, y dandose una palmadita en la frente, le parezca, que dió en el chiste, y diga à los circunstantes: “O no hay en los Naypes ley, ò esta buena alhaja de Hurtado se ha de hallar en el libro de Bautizados de la Parroquia de S. Martin: Pasese luego al Señor Cura un recado político, para que lo registre ázia el año de 1741., sobre año mas, ò menos; Casi-miro, vè volando.”

Clavádo; ni por esas: Pues aunque no falta un tris para aperdigotarme el coleto, juzgan Vds. que soy tan lega, que no pueda ser Vicaria de mi persona, y bautizarme con solemnidad en la Pila de los Bolandistas? Qué otra cosa practícan (si no mienten las gazetas) los que viajan de incognitos por la Francia, por Italia, por la Rusia, y por Turquía? Ea; no hay que darse por las paredes: sosieguense Vds. con saber que Doña Escolastica no es hombre, ni Cura, ni Canonigo, ni Frayle, ni Tocinos, ni Aguador de Monjas, ni el Tio Corrál, Mecenas del cultivo de Viñas, lo que no tiene duda: Que las demàs circunstancias, discurro no son precisas para la aceptacion de mis idéas; ni me persuado que alguno de mis lectores querrà contraer esponsales conmigo para pretender informarse à fóndo, de mi calidad, de mis propriedades, de mis mañas, de mi genio, de mi pie Coxo, y de mi vida y milagros. Si algun Pecador tuviese tan mal gusto, puede noticiarmelo por el Correo; y reflexionado el càso, verémos; pues como nadie me conoce, nadie me áma, y témo, témo, que me voy escabechando para Tia. Interin tanto, nos irémos divirtiendo; Vds. en pensar de mis idéas confórme les dé la gana, y yo en idéar el modo mas eficáz para que Vds. conozcan sus miserias, y yo haga mas tolerable la mia.

No hay remedio: soy Muger, y estoy determinada. Yo he de idéar, y dé ò nò en el quid; mas tengase entendido (qüenta con esto porque importa mas que ocho quartos y 8. mrs.) que yo por mi génio estudioso, y mi continuo retiro conozco à pocas personas en este Pueblo; y asi, si mis pinturas, ò los sucesos que refiera en mis idéas, huviese quien maliciosamente los adaptase à sugéto determinado, desde aora para entonces, y desde entonces para aora protèsto y afirmo, que semejantes asuntos no tienen ni tendrán mas existencia que en mi fantasía; pues mi intencion no es descubrir defectos particulares, ni satyrizar con agrúra à la mas minima persona; sì criticár, y hacer ridiculas las raras preocupaciones, los muchos vicios, que con capa de estilo, y brillantéz remarcáble se han introducido entre nosotros; para tener alguna partecita en tan laudable reforma. Esta es la general idéa de mis idéas; las que se irán manifestando conforme fueron saliendo; y si pareciere à alguien, que idéo cõ lentitud, no se aflija; que tiempo vendrá en que alguna mañana de Abril se levante cõ mas idéas que Platón.

Voto à Rùs; que iba yá à decir à Dios, sin prevenir à Vds. una cosa muy esencial. Es el caso, que me témo algunos contrarios de mis idéas; y me lo témo con fundamento, aora que me acuerdo de aquel odérunt, con que mi Charra huvo de hacerme echar las tripas por la boca. Pues aora bien: Si alguno tuviese la idéa de oponerse à las mias, nos verémos à Cóplas, y puede que no halle quien le arriénde la ganancia. Vds. digan quanto quieran: que yo por eso no he de abandonar mis idéas, ni el cumplir con la Sta. Madre Iglesia por Pasqua Florida. Y para que vean Vds. que no me cogerá de mal humor quanto digan, pásen sus ojos por la siguiente Decima de diez pies mordidos, y por el sub-seqüente Soneto de catorce; y tengo dicho, quedandome cerrada de campiña en mis quince.

Decima.

Dicen de mis Obras mal; Dicen, que à nadie complacen;Dicen, dicen, y no hacen;Dicen, que soy animal:Dicen, que idéo sin sal;

Dicen, que nada concuerda;

Dicen, que es facil se pierdaMi trabajo, si prosigo;Dicen; y yo solo digo,Què? . . . . . 

Soneto.

Estos Papeles, que aunque mal dictados, Han sido de un Dictadór apetecidos,Si criticos los cogen presumidos,Yo sè, que me los dexen bien notados.Si Feijoó, y otros fueron murmurados,Quando eran los Ingenios aplaudidos,Quien dexará de ser de los mordidos,Y mas en unos tiempos rematados?Zozobra yá el sabér, como la Náve,A quien opuesto el viento contradice,Porque deshecha en un escollo acábe:Mas qué importa, que el Vulgo fiscalice,Si el que juzga, que dice lo que sabe,Por lo comun, no sabe lo que dice?

Explicit prima Idéa.

Aviso Interesante.

La Pensatriz, aunque es Hurtado, no quiere mas por sus idéas que lo que sea justo; y aun piensa que rebaja algo. Asi, aunque podía apreciar mas sus idéas (como lo hacen tantos con las suyas, que de valde son caras) se contenta desde luego con que sus Devotos dén à entender que las estiman, alargando à mi Compadre Alegría ocho quartos con la mano derecha, y con la otra (si no es manco) los ocho maravedises del pico para aceyte para la vela de su menor mueble Hurtado. Esta no llevará mas ni menos por cada idéa suya, ò cosa que tenga alguna semejanza, como el prologo exempli-gracia, que yá se sabe es cosa de Idéa. Lo mismo, si diese à la prensa las cartas ideales, que acaso la escribirán algunos mal-casados, algunos Diegos, algunos Escolasticos, algunos Silvas de varia leccion, algun Pensador, ò Pensatriz à la violeta, ò algun Juan de buen alma; y lo mismismo, si (como puede acontecer) alguna Señorita Congregarista de la Marcialidad conciba, al estàr en el tocador, la soberana idéa de manifestar su pecho à esta su indigna Pensatriz, por darme en que pensar. Para todo lo qual aviso que me dirijan las cartas, ò lo que sea, à Salamanca, con una sobrecubierta para el nombrado Alegría, que le llaman Don Miguél por mas señas, y está empeñado en que ha de ser mi Valija por la via transversál, y reservada. Yà sabe Vds. como me llamo, y gracias à Dios tienen Apellidos en que escoger à su gusto: Tu áutèm.

La Pensatriz Salmantina.D.E.H.

Idea Primera.Dà Razon de su Persona. Quis expedivit Psittaco suum Kaîre?Corvos quis olim cõcavum salutare,Picásque docuit verba nostra conari?. . . . . Si dolosi spes refulserit nummi,Corvos poëtas, & poëtrias picasCantare credas Pegaseîum melos.Aul. Pers. Flac. in Prolog. Sat. A la Muy Ilustre, y Esclarecida Señora Doña Manuela Castillo, Santuchos, Torrijos, &c. Actual Condesa de Francos. Señora. Fuerte cosa es, que las Prensas solamente han de sudár debaxo de las Pelucas! Còmo si los Abanicos no fueran capaces de hacerlas gemir con ayre, y darlas una buena mano de molde? No ay forma de meter en la cabeza à los Sombreros, que las Piochas tienen tambien sus luces, y sus pensamientos altos: Como si el refrán de que, Debaxo de una mala capa hay un buen Bebedor, no pudiera tener segunda parte, diciendo que, Debaxo de una raìda mantilla se oculta una buena alhaja? Pero, Señora, este mal no tiene radicál cura. Los hombres (los Señores Hombres, por si acáso; como el Señor Diablo del otro à quien agonizaban, nombrando al Diablo asi à secas): Digo, Señora, que los Señores Hombres han de ser solos los que manden, los que riñan, los que goviernen, los que corrijan, y los que estampen, y à las pobrecitas mugeres, engañadas con el falso oropèl de hermosas, y Damas, solo se les ha de permitir tiren gages de rendimientos fingidos, y pasen plaza de Señoras de Theatro, que en acabandose la Comedia de la pretension todo se oculta, y solo se decubre el engaño, y la falsedad. Pues no, Señora: Esto no vá bien. Y aunque hasta aqui, encogida en mi natural empácho, pensaba, callaba, y sufría (bien que con impaciencia) la licencia, que se han tomado sus Mercedes, yá no puedo mas, y se me ha exaltado todo el humor colerico de mi natural, (que no es poco) con las desatenciones, groserías, y atrevimientos, que en quatro renglones solos (qué hiciera si fueran mas?) aglomeró contra nosotras un tal Vazquez, (hà falso!) ò el Autor de Zelosía, que sin permiso de la Académia Real de las Ciencias, se alzó con la borla de Doctor Encyclopedista en el Lycèo de los Eruditos à la Violeta. Pues salga, salga si quiere, à Campaña: Que Yo, Señora, deponiendo desde hoy (dia primero del año, no con falta de mysterio) el encogimiento proprio de nuestro sexo amable, amoroso, suave, perspicáz, hermoso, persuasivo, y apto para grandes cosas, (vayase por siete veces que me han llamado Cathedra de pestilencia) daré à entendér al Mundo, que hay Muger en Salamanca, que piensa con reflexion, corrige con prudencia, amonesta con madurèz, y critíca con chiste. Mas, Señora, son tan malos los Hombres, y tan vengativos, que al verse sorprendidos de mi critica, y de la batería de mis Idéas contra el dilatado campo de sus desòrdenes, soltarán la maldita (que yá nos exceden en esta gracia) y con dicterios, apódos, y pûllas me quitarán la estimacion, y el credito en los dias; y en este càso, (tristes pensamientos mios!) será preciso depositar mis malogradas Idéas, y repartirlas entre los Montañeses, para que me las hagan especiales. Por tano, implóro el patrocinio de V. S., como Paysana, Patriense, y Con-Tercera mia; para que vien-do estampado su brillante titulo de francos à la frente de mis Idéas, las traten con respéto, y las adopten liberalmente con gustoso cariño; maxime sabiendo, como deben saber, que V. S. no es por aí Mecénas de algun Cultívo de Viñas, sino Protectriz de la Cultúra de Cuerpo, y Alma; diciendo à todos con esto, que deben dár el pàse al nè molestetur de mis Idéas, quando las protége V. S. que es la quinta esencia de las Gracias, y la náta de las Musas. Què traten, sino, à V. S. à vér si es esto lisonja! Què contemplen ese ánimo fránco, ese corazon benèfico, ese semblante graciosamente apacible, esa magestad dulce, esa indole noble, esa benevolen-cia entrañable, esa regia nobleza de alma, esa nativa propension à hacer bien à todo el Mundo, esa discrecion portentosa, esa capacidad extraordinaria, esa justa, y delicada critica, con què en la conversacion maneja, con pásmo de los concurrentes, las especies historicas, politicas, morales, y aun sagradas: Si; què contemplen en V. S. este conjunto admirable de perfecciones, à ver si pueden resistirse, ò dudar de una verdad tan palpable? Yo nunca podrè admirarlo suficientemente; y asi, haviendo insinuado à V. S. el unico desinteresado motivo que tengo, para rendirla el obsèquio de mis Idéas, ruego à V. S., que con la dignacion de aceptarlas, de mano de mi Impresor Casero, las dé el valor, que no podrán adquirir de otro modo. Asi còlme à V. S. de frutos de bendicion, y prosperidad el Cielo, en la amable compañia del Conde, mi Señor, su Esposo. Salamanca, y 16. de Marzo de 1777. Ill.a Señora.B. L. P. de V. S.Su rendida servidora, Paysana, y devota Pensatriz Salmantina:Escolastica Hurtado, Girón, y Silva de Pico. dictamen de el padre Fr. Balthasár Garralón, Monge Cisterciense de la Congregacion de Castilla, Lector de Sagrada Escritura, y Predicador Mayor por su Religion, en su Coelgio de Nuestra Señora de el Destierro, extramuros de la Ciudad de Salamanca. La Pensatriz Salmantina, cuyas dos primeras Idéas remite à mi parecer, el Señor Don Juan Pablo de Salvador y de Asprer, Corregidor, Capitan à Guerra, Subdelegado General de todas Rentas Reales, y Servicios de Millones de esta Ciudad de Salamanca, su Jurisdicion, y Provincia, por el Rey nuestro Señor (Dios le guarde) y Juez Subdelegado de Imprentas en ella &c., ni piensa, ni idéa, ni discurre en cosa alguna, que pueda empañár la pureza de nuestra Santa Fè Catholica, perjudicár à las Reales Regalías, ni oponerse en un àpice à la recta moderacion de las costumbres. Antes bien, por su modo de pensár se dexa discurrir, que tiene ideádo el contri-buir por su parte, al destierro de las mas raras extravagancias y corruptelas, con que los hombres se han empeñado en echar à perder cada dia mas el mundo. Y èsta Idéa, aunque poco fecunda por la indisposicion (ò llámese mal humór) del terreno, que se pretende abonár, es laudable, y tendrá siempre segura la Aprobacion de los que piensen bien. Esto, en quanto à la substancia de estas Idéas. En quanto à lo accidentál de que estos concep-tos sean, ò no sean parto de una Señora Salmantina, como Doña Escolastica Hurtado, suspenda quien quiera el juicio: que yo siempre seré de opinion, que esto y mucho mas no repugna, ni à la Pensatriz, ni à todas las que discurren por esta Ciudad de letras, siendo cierto esto que poëtizó de ella, y de su Incomparable Rio, el Gran Lope de Vega y Carpio: Oráculo respondeA quantas dudas en lasCiencias caben, Que hasta las peñas en el Tormes saben. Asi què, noso lo soy de parecer, que à la Pensatriz Salmantina se la conceda la licencia, que solicìta, para entregar à la Prensa sus dos primeras Idéas; sino tambien, que se la ruegue continúe en pensar dár à luz otras muchas; para cuya labór no faltará, si se dá à conocer, quien la subministre materiales con abundancia, y aun con liberalidad. Tengo expuesto mi dictamen (sine præjudicio &c.) siendo mi sentir que se dilàte la Impresion. En este Colegio de Nuestra Señora del Destierro, Orden de San Bernardo, extra-muros de la Ciudad de Salamanca, à 10. de Febrero de 1777. Fr. Balthasár Garralón. Una Letrilla a los Lectores, y una Palabrita a los Oidores. Apostémos algo bueno à que no aciertan Vds. como es la gracia de un amigo mio, que firmò el siguiente fállo? En ningun asunto se hallan mas errores de entendimiento, ni mas cegueras de voluntad, que en el asunto de mugeres. Feijoó es, dirá muy satisfecho algun Critico de Theatro. Punto para la vanda: Pues no es Feijoó, que es Sarmiento su discipulo. Lean Vds. su discurso en nuestra defensa, y en la de su ilustre Maestro, y al primer tapón se hallarán con el susodicho aforismo. Pero esto què viene al caso? Vaya para quando venga, y vamos adelante. Prosigan Vds. leyendo, y veràn dentro de poco el gran favor, que nos hace à las pobrecitas Mugeres, cierto Abate à la dernier, al probar, no menos que con la Santa Ecritura, la Conclusion de que las Mugeres no tenémos alma racional, ni somos de la especie humana: Asercion, à que casi me iba inclinando, pues huvo Muger que concibiese à aquel bruto. Pero gracias à Dios, que contra aquel desalmado, y algunos sequaces suyos, hay yà en el dia infinitos, que no nos tienen à las Mugeres por topos: Gracias à Dios, que hay en todas clases de personas, quien admire la racionalidad de la Toledana Luisa Sigéa, que supo las lenguas Latina, Griega, Hebrèa, Arabiga, y Syriaca, y en las que escribió una carta al Papa Paulo III: de Doña Isabèl de Joya, que predicó en la Iglesia de Barcelona, con pásmo del innumerable concurso que la escuchaba: de la Barcelonesa Doña Juana Morella, que defendió conclusiones pùblicas en Filosofia, supo Theologia, Musica, Jurisprudencia, y hablaba catorce lenguas: de Sor Juana Inès de la Cruz; Doña Oliva Sabùco; Doña Ana de Cervaton; Doña Bernarda Ferreyra; sin traer à colacion las Francesas Madamoiselles, Magdalena Scuderi; Antonieta de la Guardia; Maria Magdalena Gabriela de Montemart; las Italianas, Dorothèa Bucca, Doctora, y Cathedratica de Bolonia; Lucrecia Helena Cornaro, Doctora en Filosofia en la Universidad de Padua; las Alemanas, y por todas la famosa Ana Maria Schurmàn, que poseyó casi todas las Ciencias humanas, juntamente con la Sagrada Theologia, y grande inteligencia de la Escritura; que supo perfectamente las lenguas Alemana, Holandesa, Inglesa, Francesa, Italiana, Latina, Griega, Hebréa, Syriaca: Chaldéa, Arabiga, y Ethiopica: Si, gracias à Dios, que en el juicio de innumerables barbas, ni estas Heroinas, ni las demàs de su sexo se reputan yà por unos meros Authómatos. Saben los hombres que saben las Mugeres; y saben que supieran mas, si las instruyesen como à sus Paternidades. O! Bien haya la madre, que parió à mi Con-Salmantino Iglesias! Si no fuera porque serìa fuerza el conocerme, le havia de dar mil abrazos, por el favor, que à las Mugeres nos hace en su Piscator Historial para este año de los tres 777. No todos pueden armarse en nuestra defensa, con la que hizo el Gran Feijoó de nosotras; pero què Rustico no tendrá para tener el Piscator de la Casa, y vernos en èl con los Santos à Coplas? Sepan pues yà, quantos aran, y caban, que hay, y huvo Mugeres muy sabidas; y para que se les quéde mas impresa esta noticia, se la comunica Iglesias, y yo con èl, por medio de unas Coplillas, que pueden servir de letra, para quando baylen en dia de alguna boda las folias, ò las sombras; como se cantan el Desden de la hermosura; Aprended flores de mi; dicen que no nos querémos: En el Real de Zamora, y otras de la misma laya. Asi dicen las de Iglesias; que llevan su conterilla, para si es Zarabanda. Enero 6. Oy muriò Luisa Labè Meretriz Dama Francesa,Si en Poësìa una Sapho,En Musica una Syrena.A que no me dán un Cisne,Que tenga tan bellas prendas? Mayo 8. Oy mandando el Francés Cámpo, Juana Doncella de OrleansHizo alzar à los InglesesEl sitio de esta Ciudad.Y no fue ni un mal FrancèsPara alzarla de Ruàn. Julio 13. Oy en Paris de ochenta años Falleciò Maria Gornay, Que por su ingenio, y escritos,En Francia se hizo admirar.Quantos Doctos de noventa,A Gornay no llegaràn! Agosto 19. En Venecia, oy, de cien años Muriò Casandra Fidèle,Heroina en todas Artes,Y Ciencias sobresaliente.Pues llamese entre los hombresEl monstruo de las Mugeres. Agosto 22. En la Silesia este dia Falleciò Maria Cunit,Astrónoma que al ZenitCon alto ingenio ascendía.Será Piscatór Petit,Quien suba allá con Maria? Noviembre 1. Oy murió Modesta Pozo, Poëtisa Veneciana,Cuyos heroycos PoëmasLa adquieren gloriosa fama.No sé si el ImitadorPodrá adquirir otra tanta. Diciembre 31. Oy en Thovars falleció Gabriela, sabia Princesade Borbón, à quien la famaPor sus Escritos celebra.Y eso, que no estudió ArtesEn la Ciudad de Cervéra. Què tal? Dexense, pues, Vds. de reducir toda la Ciencia, y comprehension femenina al gobierno de la aguja, al manejo de la rueca, de la escoba, y la almohadilla, y à la superintendencia de los pollos, las gallinas, y los gallos; porque si me pongo historias en cinta, como aldas, echaré Mugeres à las barbas, que les hagan baxar la cresta. No alterquemos mas sobre este punto, y por aora quedense empatados los entendimientos masculino, y femenino. Y vàn bien. Qué Mari-sabidilla serà ésta, puede que diga atufado algun Colegial Huerfano, que con tener tanto pico, nos està descalabrando los sesos, sin que hasta aora nos haya dado algunas señas de un ente tan raro. Poco à poco, señor mio: Piensa usted que esto es arar? Yá será V. servido. Tomemos antes un polvito con pausa, y profundidad, tosamos de vez, y vaya de relacion. Yo, Señores, gozo la suerte de ser hija de Salamanca; bastante he dicho para que vean Vds. què bien hicieron mis Padres en idear que al bautizarme me pusiesen Escolastica; pues por mi Patria lo soy en romance, y en latin, y en trescientas lenguas mas. Trasládo à la Historia de mi paysano Dorádo. Es cosa de hecho, que las Mugeres nacemos sabiendo aqui; y es notorio à todo el Mundo, qué pródiga se muestra la naturaleza con nosotras las Salmantinas, franqueandonos dotes en alma, y cuerpo tan distinguidos, que no hay estrado en Salamanca, donde no se encuentren à cada paso las Christinas, las Isabeles, las Amalias, las Luisas, las Anas, las Olivas, las Gabrielas, y las Magdalenas, que con las luces de sus discursos sean à un mismo tiempo admiracion del alma, y embeléso de los ojos. La soledad en que escribo, y lo lexos que estoy de que me conozcan, me hace atropellar por las leyes de la modestia, para proferir alabanzas de que tanta parte me toca: y valga la verdad; si yo (à Dios gracias) tengo entendimiento, por què le he de arrojar à la calle, y haciendo la gazmoña he de fingir ignorancia? No quiero: que no me gustan estas hypocresìas. Pues como iba diciendo; apenas llegué à tocar los rayos de la razon, me vì sin Padres, y baxo la educacion de un Tio mio, hombre machucho, afilosofado, y dotado de aquel intrinseco azibarado ingrediente, con que diz que se destetan los Niños. Tenìa su Mrd. tanta dosis de este mimi-fúgo, que era en el particular el verbi-gracia de su tiempo: y aun oy se conserva hasta en Texares, Villamayor, y otros Lugares proximos à Salamanca, la fama de aquella gracia de mi Tio, que estè en gloria; cuyo Epitheto destetador es todavia mas terrifico, funesto, y escandaloso para los Chicuelos, y Criaturas, que el Coco, el Bú, y la Marimanta; de suerte, que con decir à algun Chiquito su Madre, à que llamo al Destetador, es quanto puede ocurrirsela para hacerle entrar en carril. Este, pues, tal Tio mio, (que por mas señas, vivìa en la Calle de Zamora) un dia, despues que durmió la siesta, se levantó con la vocacion de que yo me entrase Monja. Como yo no sabía què cosa era semejante vocacion, antes bien sentìa en mì llamamientos de otro metal, le dixe à mi señor Tio, que mas adelante, y que con el tiempo me verìa, y que aun era muy temprano; tenìa yo entonces diez años no cabales. Porfiaba mi Tio, y hacìa quanto podìa para aficionarme al recogimiento. Una vez, para conseguìr mas bien su intento, me cogió por la mano, y me llevó à una salita retirada, en donde tenìa su muy decente librerìa. Allì, despues de muchas aren-gas, comenzó à catequizarme, y persuadirme el amor à la lectura de sus libros, rematando todos sus circunloquios con leerme un parrafillo de uno, que me dixo fue Luterano, y Conde de un Titulo de enrebesada pronunciacion, que me sonó entonces asturianamente asi como à Rosendin: y porque advirtió en mì no sè què complacencia en la tal lectura, me le hizo aprender como la Doctrina Christiana, y me mandó que lo decorase todos los dias en su presencia. Si Vds. gustan de leerle, aqui le tienen sobre la marcha; que si mal no me acuerdo, asi decìa: “Pláuto, Poëta, y Philósopho, se dió mucho à las vanidades del mundo en su juventud, y por el gran mercurio de su naturaleza, fue muy inconstante en la conducta: Empezó su vida siendo Soldado, despues probó fortuna por mar, aprendió luego el oficio de Panadero; despues abrazó el de Sastre, se hizo tambien Mercader, y sabe Dios quantas otras pro-fesiones tuvo, antes de aplicarse à la Philosophia. Un dia, pues, haviendosele preguntado en què estado havia tenido mas descanso, y contento, respondió en estos terminos: Sabed, que no hay ninguno en que no se desée la novedad, ningun puesto honroso sin peligro, ningunas riquezas sin trabajo, è inquietud, ninguna prosperidad estable, y que no se acabe, ningun placer tan grande (tan agradable, dice, me enmendó por dos veces) de que por fin no se cansen; de suerte, que si he tenido alguna tranquilidad, es desde que me he dado enteramente à leer.” Asi, Sobrinita mia; quanto me agrada que lo digas con tanta limpieza! deciame mi Tio, dandome despues un dulce, y dos rosquillitas. Pues ea, añadió un dia, de hoy mas, tendràs quien te enseñe à leer. Vete aora à visita con tus muñecas; y quenta con la ventana, que me pareces algo curiosilla, y eso no me gusta. Amaneció el dia siguiente, y à cosa de las ocho me presentó mi Tio al Maestro, que me havia buscado. Parecióme bien, porque realmente era un bendito; sin embargo, con su bendicion, y todo, no dexó de sacudirme muy bien mas de dos veces el válago. Pensaràn Vds. que fue por no saber la leccion? Pues no fuè tal: regularmente la sabìa, y la daba con primór; pero es el caso, que yo sabìa yà mas que rezar, y pretendìa dar mas leccion; porque haviendo visto que à L . . . . . y V . . . . . dos amiguitas mias (de mi edad, y mi clase, poco mas ò menos) las tenian sus Padres quatro primorosos Maestros, uno de Bayle, otro de Musica, otro de lengua Francesa, y para desensebar, un peregrino Peluquero (que lo fuè de La-Benán en Madrid) con cuyo quatrium-virato magistral hacìan ellas rapidisimos progresos en el arte de la Marcialidad, llenando este significado con el mas bello pri?? fuè, ni como no, que yo tambien quise tomar algunas lecciones de Marcialidad. Ello se me puso en la cabeza, y no soseguè hasta significarselo à mi Tio, despues de haverlo consultado con la almohada, gran Maestra de Fabricas de Viento, y Proyectista de quimericas empresas. No les puedo à Vds. pintar lo inmutado que le advertì, bien que disimularon sus canas, su prudencia, y madurèz. Estuvo como pensativo un rato; y quando yo estaba aguardando el feliz despacho de mi importante embaxada, vì que arrancando del pecho un profundisimo suspiro, cerró con llave la puerta de su Estudio por adentro, tomóme de la mano, me hizo sentar junto à sì, y me espetó este sermon. “Escolastica, què has dicho? Con que quieres ser Marcial? Jesus! Tu Marcial? Estàs en ti? Aun no has cumplido diez años, y se te ha ocurrido yà tan impùdico delirio? Ave Maria!?? Tu, tu, Escolastica? Tu Danzarina con ninguna modestia, con total descóco, con ninguna honestidad, con total desemboltura? Tu, poca verguenza, tu, (cada Tu destos me iba yà como oliendo à prologo de sotana) Tu aprender à tocar clave, salterio, ni cosa equivalente, con intervencion de hombre?Tu leer, ni hablar la Lengua Francesa, quando aun estàs casi muda en la tuya Salmantina, y no sabes dàr los buenos dias en la lengua Castellana? Tu abandonarte, sin estremecimiento de tu pudor, ni susto de tu recáto, à los criminales, y lascivos manoseos de un Peluquero atrevido? Tu, en fin, tocada de la epidemia de la Marcialidad? Sabes tu, por ventura, lo que es Marcialidad, y sus fatales consecuencias? Dexate, Niña, dexate de esa Marcialidad Peluquerina, Petimetra, y Saltatriz. No esperes que yo condescienda con esa execrable moda, que se te puso en la cabeza, porque la viste en aquellas buenas alhajas de tus amigas Marciales. No, no lo esperes. Antes que Marcial te deséo vèr sin vida: y de hoy mas, vive en la inteligencia, de que te védo para siempre la comunicacion con semejantes amigas, y no iràs jamàs à holgarte yà con ellas. Haz, Sobrina, lo que tu Tio te manda, que asi viviràs contenta: Buen Maestro tienes; toma sus lecciones; y no me repliques, porque no ha de ser otra cosa. Aora vete à tu quarto à repasar la leccion, que tu Maestro no tardarà en venir; à quien haviendole yo dado los poderes mas amplios sobre tu educacion, y disciplina, le renovarè el encargo de la mayor vigilancia acerca de tu conducta; y que sino bastasen amonestaciones suaves para contenerte en tus antojos, y desimpresionarte de Marciales embelecos; eche mano de los medios mas asperos para refrenar tus devanéos, locuras, y desatinos.” Amen. Dixo: y besandole la mano, me retirè à mi quarto, no sin una decente pitanza de Chivo. Vds. discurran si era para menos el caso? Pasaronse como unos veinte dias, dando la leccion de leer, y escribir, que mi Maestro me señalaba. Pero como yo estaba Enmarcialada intrinsece hasta los tuetanos, no pude conmigo hasta que le expuse mi vocacion Marcial à mi Maestro, juzgando que acáso sería de otro dictamen que mi Tio, y que lo compondrìa con su Mrd. del mejor modo; añadiendole, para mayor abundamiento, que sentìa en mì una fuerte propension à cultivar el ayre de táco. En hora menguada abrì la boca para semejante propuesta: Pues haviendole contado mi Tio, segun inferì despues, lo de antaño, y lo que era preciso cortar de raìz sin dilacion, antes que tomase buelo; no se le ocurrió al Señor Maestro la urbanidad de hacerme algun sermoncito sobre el asunto, y sentarme junto à sì; asentóme, empero, otra cosa, que cada vez que me acuerdo, me parece que la siento todavia. Sin mas sermon, sin mas exordio, que sacar de su bolsillo qué sé yo qué, (que hasta aora no he podido digerir, y él dixo tener por nombre Estimulo del bien obrar) me puso en tal disposicion, que no me pude escabullir: Ello no tuvo remedio; puso en planta su idéa Magistral con bastante sentimiento mio; y Patillas que lo enreda todo, huvo de dàr soplo de lo que pasaba à mi Tio. Al hic & nunc del final del Villancico, entró su Merced adonde estabamos; y oyendo la relacion que mi Maestro le hizo, por poco no me dispone para la repeticion de quodlibetos. Pero templóse en virtud de la intercesion de mi bendito Maestro, y en fuerza de los pateticos abrenuncios de Marciales pompas, que yo propuse à sus pies con lagrymas en mis ojos. Dicho, y hecho: Yo, bien que muy bien señalada, quedé sin rastro de vocacion Marcial, y desde allì en adelante ni aun se me pasó por la imaginacion. Pues el ayre de táco; ni por lumbre. Debe ser la receta que me aplicaron muy expecifica para la curacion radical de Marciales epidemias. Sea lo que fuere, yo fuì despues muy otra; mi Tio se llenó de gozo con mi enmienda, me redoblò sus cariños desde entonces, y yo procuré darle gusto, aplicandome à los libros, y à las labores proprias de jovencitas bien educadas; solo que lo de ser Monja no tuvo cabida, ni mi prudente Tio quiso hacermelo ser por fuerza. En virtud de sus desvelos, y mi aplicacion, me impuse antes de tres años en la latinidad. Para formar un tal qual estilo Español, me dixo que era lo mas acertado el freqüentar buenos exemplares en los libros; y asi, me hizo leer en dos Inviernos las Obras de Saavedra, Gracian, Quevedo, Solìs, Feijoó; la Retorica de Mayans, la Gramatica Castellana, y la Ortographia Española; la Carta Pastoral del Illmo. Valero, el Compendio de la Historia de España, la Vida del Gran Theodosio, el Año Christiano y la Corte Santa de Cousino. Vean Vds. si yo estarìa para dar, y admitir Pasquas, y si me holgarìa mucho en tiempo de Carnestolendas? Ademàs de lo dicho, me dedicó à traducir del Francès al Castellano, para lo qual me descubrió una estremada reglita, que me tengo reservada. Asimismo, me hizo estudiar mi cachito de Dialectica; por lo que no me repugna el hacer un Silogismo en Barbara, ni el sacar una menor subsumpta: sé que la materia primera no puede existir sin la forma; que animal rationale no es lo mismo que Hombre: y estoy hecha cargo de que la privacion es causa del apetito. No ignoro de mas à mas, que la I dice que sì, y la O dice que nò: Que Blictiri no es termino Logico, Alemán, Toscáno, Púnico, Gallégo, ni Zanahória, ni puede contraer matrimonio con alguna lengua de las Indias. Sé tambien deslindar à Revbáu, analizar el simpliciter feci, glosar el dici de omni, y estoy bastante diestra en el asto per contra. Tampoco me espantan los tropos, y figuras de la retorica: en esta facultad todo me embelesa; bien que un quidam Polysindetón, por sus nimias conjunciones me marèa las entrañas; y en oyendo tectúmque, larémque, ideóque, albáque, eterníque, fusíque, y otros del mismo estambre, me pongo como un Herodes. Por casualidad, estando el otro dia tratando de los Poëtas antiguos con mi Charrìta (que entre parentesis tiene yá en embrion sus rudimentos de Pensatriz) ponderò mas que todo su parlamento, la siguiente paparrucha de Horacio: Odérunt hílarem tristes, tristémque iocósi,Sedátum céleres, agilem Gnaúumque remissi. Y qué les parece à Vds. que sucedió? Que si no huviera sido por la Rúda, yo no sé adonde huviera ido à parar con mi alma. Con estas, pues, y otras muchas bachillerìas que tengo en mi archivo, no me trueco por el mas refinado Encyclopedi-Violeto, ni por ningun Trilinguo de tercer Curso; y aun mi Confidenta, Conclavista en mis encaxes literarios, me dixo por S. Lucas, que podía andar à repelones Academico-Escolasticos con el mas estirado chorizo; y que si su Santidad tuviera noticia de mi insuficiencia, quizá por animar à las demàs à estudiar, me dispensaria para poder ser Guardian, Prior, ò Vicario de alguna Comunidad de Religiosos, donde lucieran mis talentos yà en el Pulpito, y yà en el Confesonario. Ay que no es nada el elogio! Pues no es moco de Pabo, la honorifica reconvencion que en el Verano pasado me hizo, con el motivo de aquel peregrino acto de Musica, que se mereció el mayor aplauso por todas sus circunstancias. Dàdole, que me havia yo de presentar en el Aula en tóno de Impugnadora de la Musica moderna; y que asi como huvo una Bar-celonesa, que defendió conclusiones públicas, (lo supo la picarilla, porque yo se lo conté un Lunes de aguas, camino de la Aldeguela) tambien pudiera una Salmantina, como yo, hacer otro tanto, arguyendo, ò defendiendo en qualquier asunto; “pues bien sabe usted, decìa, que no hay regla sin excepcion, y que alguna vez es bien parecido un amago de Marcialidad.” Jesus! Y qué tentacion! Les confieso à Vds. que huve de consentir, y que casi casi iba escrupulizando yà de no ponerme la vasquiña, y el manto, para incorporarme con aquellos Lycurgos, y hacerles demonstracion de que tambien hay Mugeres, que saben qué cosa es fuga, entienden lo que es coma, no ignoran lo que es alégro con su rigodón y todo, conocen muy bien las claves, y las mutanzas, se tutéan con los signos, los Compáses, las Corchéas, los Tritonos, y figuras; y en fin, que bordaràn un ayrecillo de Canario estendido en veinte Gigas, si tocasen un Amablé, un Paspie, la Bretaña alta, ù otra cosa, yá flauta, yá en harpa, ò espineta. Pero, Barrabancas! Como la oì aquello de Marcialidad, se me refrescó con tanta viveza la especie del Conjúro de marras (que pasó de amàgo) con el que mi Señor Maestro disipó y ahuyentó de mi el espiritu Marcial, que salí del escrupulo, y me rosolvì à no salir de mi quarto. Aqui estoy, y aqui estarè hasta que su Magestad disponga otra cosa de mi. Aunque salgo tal qual vez à esparcirme, y refrescar mis idéas por las margenes del Tórmes; y aunque muchos y muchas, sin mirarme, me habran visto en el Calvario (allí estuve por la tarde, de paseo, dia de Santo Thomás Cantuariense; qué bella tarde!) En los Martes (Marciales iba à exprimir el enemigo de la pluma) de S. Antonio el de afuera, en el paséo de los Capuchinos, en los Novillos del Colegio Mayor del Arzobispo, por Pasqua del Espiritu Santo (si viviera mi Tio!) en Sancti-Spiritus por el Corpus, en las bueltas de San Anton, en la procesion mugeril del pasado Jubiléo, y en algunas Salves de S. Bernardo, pienso que nadie me conoce, à excepcion de un Humanista sabio, y prudente, de quien estoy asegurada que me guardará fidelidad en no descubrirme. La otra Confidenta, que he dicho, tambien guardará silencio, pues la importa el callar, no menos que cien ducados cada mes; los que la debo entregar siempre que Vds. me den doscientos de ganancia, en lo que no pongo duda. Asi pues, Señores, Vds. no se fatiguen por saber como es mi gracia, ò mi pecado (como dixo à la otra el otro; y ninguno de ellos se llamaba Rivás, ni Juan de Utréra) porque será trabajo perdido. Puede que algun Calculador, ò Calculadora vieja se ponga seriamente à hacer Computos sobre las circunstancias de mi persona, y nacimiento, y dandose una palmadita en la frente, le parezca, que dió en el chiste, y diga à los circunstantes: “O no hay en los Naypes ley, ò esta buena alhaja de Hurtado se ha de hallar en el libro de Bautizados de la Parroquia de S. Martin: Pasese luego al Señor Cura un recado político, para que lo registre ázia el año de 1741., sobre año mas, ò menos; Casi-miro, vè volando.” Clavádo; ni por esas: Pues aunque no falta un tris para aperdigotarme el coleto, juzgan Vds. que soy tan lega, que no pueda ser Vicaria de mi persona, y bautizarme con solemnidad en la Pila de los Bolandistas? Qué otra cosa practícan (si no mienten las gazetas) los que viajan de incognitos por la Francia, por Italia, por la Rusia, y por Turquía? Ea; no hay que darse por las paredes: sosieguense Vds. con saber que Doña Escolastica no es hombre, ni Cura, ni Canonigo, ni Frayle, ni Tocinos, ni Aguador de Monjas, ni el Tio Corrál, Mecenas del cultivo de Viñas, lo que no tiene duda: Que las demàs circunstancias, discurro no son precisas para la aceptacion de mis idéas; ni me persuado que alguno de mis lectores querrà contraer esponsales conmigo para pretender informarse à fóndo, de mi calidad, de mis propriedades, de mis mañas, de mi genio, de mi pie Coxo, y de mi vida y milagros. Si algun Pecador tuviese tan mal gusto, puede noticiarmelo por el Correo; y reflexionado el càso, verémos; pues como nadie me conoce, nadie me áma, y témo, témo, que me voy escabechando para Tia. Interin tanto, nos irémos divirtiendo; Vds. en pensar de mis idéas confórme les dé la gana, y yo en idéar el modo mas eficáz para que Vds. conozcan sus miserias, y yo haga mas tolerable la mia. No hay remedio: soy Muger, y estoy determinada. Yo he de idéar, y dé ò nò en el quid; mas tengase entendido (qüenta con esto porque importa mas que ocho quartos y 8. mrs.) que yo por mi génio estudioso, y mi continuo retiro conozco à pocas personas en este Pueblo; y asi, si mis pinturas, ò los sucesos que refiera en mis idéas, huviese quien maliciosamente los adaptase à sugéto determinado, desde aora para entonces, y desde entonces para aora protèsto y afirmo, que semejantes asuntos no tienen ni tendrán mas existencia que en mi fantasía; pues mi intencion no es descubrir defectos particulares, ni satyrizar con agrúra à la mas minima persona; sì criticár, y hacer ridiculas las raras preocupaciones, los muchos vicios, que con capa de estilo, y brillantéz remarcáble se han introducido entre nosotros; para tener alguna partecita en tan laudable reforma. Esta es la general idéa de mis idéas; las que se irán manifestando conforme fueron saliendo; y si pareciere à alguien, que idéo cõ lentitud, no se aflija; que tiempo vendrá en que alguna mañana de Abril se levante cõ mas idéas que Platón. Voto à Rùs; que iba yá à decir à Dios, sin prevenir à Vds. una cosa muy esencial. Es el caso, que me témo algunos contrarios de mis idéas; y me lo témo con fundamento, aora que me acuerdo de aquel odérunt, con que mi Charra huvo de hacerme echar las tripas por la boca. Pues aora bien: Si alguno tuviese la idéa de oponerse à las mias, nos verémos à Cóplas, y puede que no halle quien le arriénde la ganancia. Vds. digan quanto quieran: que yo por eso no he de abandonar mis idéas, ni el cumplir con la Sta. Madre Iglesia por Pasqua Florida. Y para que vean Vds. que no me cogerá de mal humor quanto digan, pásen sus ojos por la siguiente Decima de diez pies mordidos, y por el sub-seqüente Soneto de catorce; y tengo dicho, quedandome cerrada de campiña en mis quince. Decima. Dicen de mis Obras mal; Dicen, que à nadie complacen;Dicen, dicen, y no hacen;Dicen, que soy animal:Dicen, que idéo sin sal; Dicen, que nada concuerda; Dicen, que es facil se pierdaMi trabajo, si prosigo;Dicen; y yo solo digo,Què? . . . . .  Soneto. Estos Papeles, que aunque mal dictados, Han sido de un Dictadór apetecidos,Si criticos los cogen presumidos,Yo sè, que me los dexen bien notados.Si Feijoó, y otros fueron murmurados,Quando eran los Ingenios aplaudidos,Quien dexará de ser de los mordidos,Y mas en unos tiempos rematados?Zozobra yá el sabér, como la Náve,A quien opuesto el viento contradice,Porque deshecha en un escollo acábe:Mas qué importa, que el Vulgo fiscalice,Si el que juzga, que dice lo que sabe,Por lo comun, no sabe lo que dice? Explicit prima Idéa. Aviso Interesante. La Pensatriz, aunque es Hurtado, no quiere mas por sus idéas que lo que sea justo; y aun piensa que rebaja algo. Asi, aunque podía apreciar mas sus idéas (como lo hacen tantos con las suyas, que de valde son caras) se contenta desde luego con que sus Devotos dén à entender que las estiman, alargando à mi Compadre Alegría ocho quartos con la mano derecha, y con la otra (si no es manco) los ocho maravedises del pico para aceyte para la vela de su menor mueble Hurtado. Esta no llevará mas ni menos por cada idéa suya, ò cosa que tenga alguna semejanza, como el prologo exempli-gracia, que yá se sabe es cosa de Idéa. Lo mismo, si diese à la prensa las cartas ideales, que acaso la escribirán algunos mal-casados, algunos Diegos, algunos Escolasticos, algunos Silvas de varia leccion, algun Pensador, ò Pensatriz à la violeta, ò algun Juan de buen alma; y lo mismismo, si (como puede acontecer) alguna Señorita Congregarista de la Marcialidad conciba, al estàr en el tocador, la soberana idéa de manifestar su pecho à esta su indigna Pensatriz, por darme en que pensar. Para todo lo qual aviso que me dirijan las cartas, ò lo que sea, à Salamanca, con una sobrecubierta para el nombrado Alegría, que le llaman Don Miguél por mas señas, y está empeñado en que ha de ser mi Valija por la via transversál, y reservada. Yà sabe Vds. como me llamo, y gracias à Dios tienen Apellidos en que escoger à su gusto: Tu áutèm. La Pensatriz Salmantina.D.E.H.