Zitiervorschlag: Beatriz Cienfuegos (Hrsg.): "Pensamiento LII", in: La Pensadora Gaditana, Vol.4\52 (1764), S. 387-412, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.112 [aufgerufen am: ].


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Pensamiento LII

Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.

Cadiz, y Julio 2.de 1764.Imprimasse. Dr. Cavallero.

Cadiz, y Julio 2. de 1764.Doy Licencia para que se imprima. Villaformada.

Ebene 2► Ebene 3► Metatextualität► En fin, Lectòr Amigo, esto se acabò con la prissa: yá la Pensadora arroja la Pluma, dà vacaciones â el discurso, y no quiere pensár mas: porque vamos claros, todo enfada en este Mundo: y puedes creerme, que me hallo tan ofuscada de abussos, preocupaciones, y críticas, que contra mi natural mismo me hè convertido en hiel, y vinagre, siendo antes de un genio mas dulce que una miel. Yà es tiempo de apartàr el cuydado de que ande â caza de defectos, y buscando disparates; porque si me hás tolerado tanto tiempo, puedes cansarte, mandarme á hilàr, y yo quedarme â buenas noches, ô â malos dias: no [388] Señor mio, â el Amigo, y â el Cavallo, &c. bueno está lo bueno, y pues hè conseguido en tu aceptacion un favór de algunos embidiado, permiteme le disfrute con descanso, gozando de su dulce gloria sin las fatigas hebdomadarias: que luego que dè algun aliento â la debilidad de mi Discurso, es muy possible que me ofrezca â servirte, no con frente arrugada, ojos inmobles, y gesto de Suegra, circunstancias todas de quien piensa correcciones, y vomita críticas; sino con semblante alegre; y risueño; pero siempre sin perder de vista el que te sea util mi trabajo, sacando de èl, junto con el esparcimiento del ànimo, la instruccion de que necessita nuestro [389] voluntario olvido â la pràctica de la virtud. Este há sido siempre mi objeto, y lo serâ mientras tenga vida para movèr la Pluma, ô proporcion para executarlo.

Yo quisiera hacerte vèr como la idèa de todos los pensamientos, que te hè presentado, se há dirigido á recordarte las mas precissas obligaciones de vivir segun las piadosas, y santas maximas de nuestra Religion; pero me parace será trabajo en vano, porque no se necessita de mucha luz para divisar, que el mas extravagante de mis Discursos se ordena â este mismo fin: passa la vista por todos ellos, y veràs como la crítica contra la Marcialidad, los Tapalos, la Crianza de los Hijos, los Dis-[390]pendidos, la Eleccion de Estado, y todos los demàs son avisos, que de otra manera, ô baxo nombre distinto, segun la diferiencia de las edades; nos hàn dexado los mayores Philosophos. ¿Pero donde và mi verdad â buscar authoridad que la defienda? Yá no es ocasion de condescender con lo estragado del Mundo, porque hàs de saber, que el afianzàr mis reflexiones con Sentencias de Philosophos Gentiles, y Poetas Latinos, mas hà sido brindarte el gusto, que buscàr razòn â mis ciertas verdades, porque de lo contrario, me mandarías â predicàr â un zarzàl, y te quedarias riyendo de mi buena intencion. Disfrazè el assumpto, te le hice agradable, y te [391] le hàs recibido contento: pues es tál nuestra malicia, que hasta las verdades mas importantes es precisso vestirlas de apariencias risueñas, para que se introduzcan en el pecho de los Hombres con el trage fingido de diversion, y passatiempo. Hè pensado, es verdad; pero hè procurado que mis pensamientos obedezcan, y sigan las Maximas del mismo Espiritu Santo, que â el 15. de los Proverbios nos dice, que: Dissipantur cogitationes ubi non est consilium: y â el 19. dice assi mismo: Cogitationes consiliis roborantur: formàr idèas, y levantàr pensamientos sin que sean unidos con la razòn, y el consejo, para que sirvan en utilidad propria, y agena, es trabajar [392] en vano, pues todo se desvanecerá como el humo; porque los pensamientos cobran fuerza, y vigòr con el consejo, y doctrina. ¿Vean aquí los que me han censurado no tratàr de Historias, Ciencias, y otras curiosidades, si hè tenido buena eleccion, ô nò? No discurras, que me valgo de esta disculpa, para disimular mi insuficiencia, te confiesso con ingenuídad que es grande, porque desde mis primeros años, en los que por gusto de mis Padres dexé la abuja, y la rueca, y me dediquè â las Letras; despues hè vivido muy lejos de su práctica: las obligaciones de una vida domestica hán ocupado todo mi tiempo; á excepcion de algunos ratos, que hè hurtado â [393] mis tarèas para dàr pasto à mi estudioso genio: tal qual con lo que hé podido acaudalàr te hè servido: si todos los que se miran capaces de más lo executassen, tú te verías dichoso, ê instruído, y no ocultára el olvido tantos Hombres Sabios, como nos usurpa la Muerte, sin dexarnos la menor señal de su Ciencia. Si me censuras el atrevimiento con tan poca erudiccion, no me queda que hacer otra cosa, que darte la razòn, y las gracias por haverme sufrido, y disimulado, que todo serà motivo para mas alabàr à el Supremo Sér, que há dispuesto que mi rudeza sea instrumento para tu instruccion: assi como otra vèz hizo del Canto de un Ave la crìtica mas viva, para [394] de un ingrato sacàr un arrepentido.

Todos los que hàn escrito de Maximas Politico-Morales hàn finalizado sus Discursos con el mas util, y necessario para nuestra enseñanza, que es dár un recuerdo de nuestro utlimo fin: y assi no serà estraño, que yo pretenda cerrár con esta llave de oro mis Pensamientos: porque realmente ninguno en el Mundo se podrá decir piensa con acierto, sino gasta muchos ratos en traer, à la memoria la infalible sentencia, à que todos por el primer delito nacèmos sujetos: por lo que quiero decirte, que aunque es impossible que el que nace dexe de morir; no obstante está en nuestro [395] alvedrio el no morir: no te parezca paradoxa mi dicho, porque es una proposicion de eterna verdad. San Chrysostomo es quien me dà motivo â este discurso, quando hablando sobre San Matheo, dice: Pijs Mors ultra non est Mors, sed nomen tantum habet Mortis. Los Justos, aquellos que han cumplido exactamente con los Preceptos de la Religion, aunque se dice que mueren, es con impropriedad, pues solo es el nombre lo que tienen de Muerte. Aquí tienes, Lector mio, la consideracion mas importante, y la dulce esperanza que te debe alentàr para amàr la virtud: todos estámos condenados à morir; pero los buenos, los que saben huìr de los enga-[396]ños, que baxo diferentes pretextos tiene authorizados el Mundo, para guiarnos por el camino de la maldad, estos no morirán, antes la misma Muerte les servirà de consuelo, y descanso: Justus autem si morte praeocupatus fuerit in refrigerio erit, que nos dice el mismo Dios como Sabidurìa eterna. De que puedes inferir, que si vives bien, no morirás, renaceràs para una eternidad, y assi pende de nuestro proprio alvedrio el vernos libres de este fin á todos tan temible. Bien sè que nada digo de nuevo: ¿pero quièn serà el que se lisonjee de tal cosa? Consiga yo hacerte presente, por ultimo, esta importante consideracion, y llevarè con paciencia tu crítica. [397] A quantos registra el cuydado anhelàr en essas Calles, y por todo el Mundo, siguiendo el fingido bien de las riquezas, que si se les pregunta por qué trabajan tanto, responderán sin duda, que buscan con que mantener la vida, y passar una vejèz descansada: no es mala respuesta, si no tuviera tanto de prejudicial: ¿Desvelarse con extraordinario empeño por adquirir para passar una vida corta, que hà de tener fin, y tal vèz en el mismo instante de tan desordenadas fatigas; y olvidarse con negligencia, y desidia de athesoràr buenas obras para conseguir una vida eterna, què otra cosa es, que no vivir, y estàr muertos para la razòn, el juício, y la [398] gracia? Buscár lo suficiente para la vejèz, es prudente prevencion; pero hacer esto el objeto principal de la vida, sin que trascienda el ànimo â desvelarse por el exercicio de las Virtudes, para no morir con los malos, y poder vivir con los Escogidos, es necedad, es ignorancia, y es no sabèr lo que se vive, ni para què. La vida infructuosa de meritos en los delinquentes, preocupados, y que no piensan en el ultimo fin, no es vida, es peor que la misma Muerte, como dice San Gregorio, hablando de los Cantares. Nam vita sine fructu pravior est quam Mors. ¡O que util es pensar en la Muerte para alejarnos de la misma Muerte!

[399] Por esta razòn, despues de haver discurrido sobre tantos abussos como nos apartan de prepararnos para este passo inevitable, te traygo â la memoria tan importante recuerdo: porque nada te servirá en aquella hora, que hayas sido Emperador, temido, y venerado en el Mundo, que hayas posseìdo todas sus riquezas, la mayor hermosura, el mas alto entendimiento; si no hàs sabido athesoràr buenas obras, que es la moneda corriente de la otra vida. Todos miran esta reflexion con temòr, y procuran Ignorantes apartàr de su pensamiento tan util representacion por lo que es contrista, y aflige: y en la realidad todo esto no es mas, que re-[400]mordimientos de su mala conciencia, que como se halla alcanzada en las quentas, teme llegue la hora de dár el descargo: assi como un Administrador infiel, que no hà recaudado con legalidad, y desinterès los Caudales de su inspeccion, que siempre teme el fatàl instante de manifestár sus Libros, porque sabe há de quedár alcanzado, y por consiguiente despedido de la gracia de su Señor, y condenado â pagár en una Carcel sus necios descuydos.

Esta ignorancia con que todos procuran apartàr de su memoria esta verdad infalible, es la causa de que no miren â los bienes de este Mundo con los ojos de una razòn [401] desengañada: bien â su pesar saben, que há de llegár esta hora; pero sus cuydados, sus ansias por tenèr, su inclinacion â todo lo que es luxo, y passatiempo, desmiente enteramente esta creencia, y los hace vivir como si fueran eternos. Y si no les parece que es assi, diganme mis Lectores: ¿Si vieran â un Hombre, que por orden de la Corte, salìa de Cadiz para ir á dàr quenta de su procedèr, no menos que à la misma Magestad, de cuyas resultas pendía el todo de su fortuna: y que este mismo inconsiderado, y necio, no cuydaba de otra cosa que de prevenir grandes Equipages, adornàr las Possadas con excesso, divertirse en ellas con gran [402] sosiego, procurár con escrupuloso esmero llevár un camino delicioso, y abundante; y que no se acordaba, ni le passaba por la memoria, prepararse para el objeto principal de su Viage; antes por el contrario, quanto mas se acercaba el termino, tanto mas se divertía en los Lugares de su transito, procurando no dàr fin à la jornada, como bien hallado entre sus incomodidades, què dirian? Sin duda se burlarìan de su necedad, y le harían objeto de la risa. Pues esto mismo al pié de la letra es lo que sucede â todos nosotros: no mirámos, ni consideràmos, que estámos siempre de Camino para ir â la Corte de las Cortes à dár razòn de nuestras obras, [403] assi nos entregàmos â una vida, que es funesto preludio de la mas triste Muerte. Si querémos, que esta no nos sea sensible; antes sirva de dichoso transito para nuestra mayor felicidad, corrámos nuestra jornada como viadores diligentes, no tomémos de assiento las encubiertas incomodidades de las Possadas de esta vida, en que son rèmoras à nuestros passos el tropél desordenado de las passiones, y las villanas ossadìas de los apetitos, y llegarèmos â el precisso sin libres de las fatigas de los temores, que dexan en el corazon el abandòno de lo honesto, y el aprecio de lo defectuoso: de esta manera no se nos harà horrible, y espantosa la Muerte, [404] pues â las tranquilidades de un ànimo inocente, ni los peligros las inquietan, ni las enfermedades las alteran, porque siempre apadrinadas de la virtud, â nada tienen miedo, y solo las espanta, y atemoriza el perdèr, y contaminár la pureza de las costumbres.

A este verdadero bien (vuelvo â repetir) se hàn dirigido como â hermoso blanco mis Discursos: y si alguna vèz, te parece, que solo hé pensado en deleytarte, te engañas, porque solo hà sido dorarte la pildora, porque no te negàsses à la Medicina. Bien sè, que de mi parte no hà havido facultades para tanta empressa, pues soy yo la que mas necessito de remedio: pero assi [405] como algunos enseñando se hacen mas Doctos, no menos otros dando consejos procuran corregir sus descuydos: ignoro si lo havrè conseguido; pero te afirmo, que en mas de quatro partes hé dirigido la pluma contra mis mas dominantes inclinaciones, haciendo una rigorosa crìtica de mis continuas ignorancias: porque tendiendo la red de mis Pensamientos para pescàr abusos, y descuydos, no serìa razòn, que yo me quedàsse libre, siendo mio todo el trabajo, y procuràsse la salud agena, con abandòno de la mia propria.

Llegò el termino por fin de que se concluyessen mis taréas, despues de un año que te molesto, y por [406] ultimo Discurso te hago presente el Pensamiento mas util de quantos me hàn ocurrido: no me detendrè mucho en ponderarle, porque serìa hacerte muy poco favòr el gastàr el tiempo en multiplicár reflexiones; quando todos saben, que el Justo, aquel que hà cumplido con todas las leyes de la mas rigorosa observancia; y que há hecho santo empeño por apartarse de lo delinquente, èste no muere; antes finalizando dichoso el tiempo de su destierro, passa à mejor vida, donde en crecidos premios recibe la paga de sus buenas obras: y por èsta causa, ni teme la Muerte, ni le coge descuydado: antes quando toca â sus puertas, se ofrece gustoso â un tran-[407]ce, que no puede evitàr, y que le desea racionalmente como â rescate de su arriesgada esclavitud. Pero aquellos que olvidados de las mas Santas obligaciones de la Religion, passan su vida en delicias, pompas, y vanidades, estos temen la muerte, hacen esfuerzos por olvidarla, y siempre fingiendo esperanzas de mas tiempo â sus rezelos, alargan sus seguridades ignorantes, encontrando quando mas descuydados se hallan con el ultimo fin de sus locuras, sirviendo de aviso â su desgracia el fatàl, y temible golpe de la Muerte, que la hace eterna infelizmente la ninguna prevencion para su llegada.

El temòr â la Muerte, aunque [408] se halla en los que viven bien, y assimismo en los que se entregan á los delitos, se mira en unos, y otros con esta diferencia: en los primeros es un temòr racional, santo, y inícioso; porque reflexionando la estrechéz de la quenta, y volviendo la vista á sus passados descuydos, se contristan humildemente, abjuran de sus defectos, y se disponen con este justo temòr para huìr de todo lo que puede ser impedimento â la seguridad de su conciencia, y de esta manera sacan una utilidad, cuyos beneficios duran con la misma eternidad. En los segundos el temor que los aflige en un miedo servíl, nacido de el pesaque les causa el dexár lo que tanto [409] aprecian en la vida: se les presenta la hacienda abandonada, los Amigos perdídos, las diversiones concluìdas, y esta pena les llena de tantos sustos, y complicaciones de especies en la idèa, que aunque saben, hà de suceder infaliblemente lo que temen, procuran engañarse â sì mismos, con alejàr de la memoria esta tan importante consideracion, porque les avinagra sus desordenados deleytes. De todo lo dicho se infiere, que los primeros mueren, es verdad; pero renacen â otra mejor vida, donde nunca se les acabarán los Celestes gozos. ¿Y los segundos? Estos infelices, ni han vivido mientras fueron defectuosos, y por complemento de su [410] desgracia, mueren para el Mundo, y mueren eternamente para el descanso eterno: lo que està en nuestro alvedrio apartár de nosotros, si acertàmos á vivir, como que habèmos de morir: que con sola esta reflexion, ni tendrán en nuestros ànimos algun influxo los Abussos, y preocupaciones, que tanto nos dañan; ni tendrèmos por inutiles quantos avisos se nos ofrezcan, para apartarnos de su pràctica, que es la Ciencia mas util, la erudiccion mas digna de aprecio, y el principal estudio á que estámos todos obligados á entregarnos, porque assi lo piden, y mandan la Patria, la Sociedad, el verdadero Honòr, el proprio interés, y la Religion, ba-[411]xo cuyos saludables consejos, y preceptos hemos tenido la sin igual fortuna de nacer, cuya observancia nos executa hasta los ultimos instantes de la vida, para asseguràr el fin para que fuìmos criados. ◀Metatextualität ◀Ebene 3

Zitat/Motto► [412] Quid subito palle, audito nomine mortis?
An tibi nova Mors; unde repente metus?
Optima Mors tunc est, cum vita est crimine expers:
Mors Felix vita est, cum tibi chara magis.

Mich. Ver. pag. 17

Soneto

De què tu corazon se assusta tanto,

quando te habla de Muerte el pensamiento:
¿Acaso es novedad? Por què el aliento
oprimido le muestras del espanto?

¿Si naciste â Morir, y todo quanto

caminas, mas te llegas â este intento,
por què vives tan mal, y desatento
te entregas de los vicios â el encanto?

Puerto es felìz â toda infiel tormenta,

èste para los malos triste instante,
quando â una vida justa desalienta:

Si en este pensamiento estàs constante,

y vives para dàr la estrecha quenta,
tu muerte serà vida mas triumphante. ◀Zitat/Motto ◀Ebene 2

O. S. C. S. R. E.

Fin. ◀Ebene 1