CARTA LI
De la solenidad curaban
poco;
No curaban sino de las mugeres.
Boscan. Leandro.
Señor Censor.
Con fecha de 31 del próxîmo pasado recibí en Aranjuez por el
Parte la siguiente Sátira. En quanto a su merito es constante que hay de
todo, pudiendo decirse de ellos lo mismo que Marcial dixo de sus Epígramas.
Sunt bona; sunt quædam
mediocria; sunt mala plura.
Pero adviertase que el plura mala es en quanto á la prosa,
donde me amenaza con su indignacion si continúo escribiendo contra Mr.
Forner, pues esto es pretender que se
escriban sandeces, y que no haya una buena alma que desengañe á los
lectores incautos, y de pocos alcances. Contexto á este punto en la nota
tercera; y no ofreciendoseme por ahora otra cosa que decir á vm. se
repite muy suyo como siempre. &c. Madrid 16 de Junio de
1788.
Harnero.
P.D.
Acabada de escribir esta, ocurre un asunto a que me es preciso
atender con preferencia á todo, y dudo mucho me permita escribir á vm.
otra carta. Participoselo á vm. para que no se lleve
chasco; y espero que quanto antes se lo comunique asi al público mi
Señor, dandole de mi parte las mas rendidas gracias por tantos favores
como me ha dispensado, á los que viviré eternamente reconocido.
Aunque le falten á vm. mis cartas no dude vm. jamas de mi afecto y
amistad verdadera, pues siempre seré su mayor apasionado, y amigo.
Señor Corresponsal.
Muy Señor mio: No me faltan tres dedos para renegar de vm. y de
todos sus papeles.Ni á mi uno para no
darseme nada. ¿Es posible qué habiendo tantos vicios
políticos, y morales sobre que escribir, cuya provincia parece ser la
propia de un Censor, ó quasi Censor, se meta vm. ahora en que Forner deba ser tenido, ó no por sabio entre los
extrangeros? Dexele vm.No quiero
dexarle, ni dexar de admirarme que los Eruditos Diaristas de
Bouillon hagan la analisis de un libro que sin duda no han
visto, pues si le hubiesen leido, son demasiado Doctos para
dexar de haber dicho todo lo contrario. que pase
entre los Diaristas de Bouillon, y en toda la culta Francia, y sabia
Inglaterra por superior al Cardenal de Polignac,
á Pópe, Leibnitz, y Malebranche. Yo quiero suponer que
no es asi, ¿qué cuidado se nos da en que dichos Diaristas le pongan mas
allá que los referidos Polignac &c. &c.? Tan lejos estoy
de pensar que se debe hablar de esto, que, en mi sentir, debemos
autorizar con nuestro silencio tamaño elogio. ¿No tienen los Extrangeros
de muchos Sabios Españoles una idea muy baxa? pues tenganla muy grande
de los que no lo son, y estamos pata.
Ea, pues, Señor Corresponsal, no toquemos en estas materias, sino quiere
vm. ganarse en mi un enemigo mas;Esta
amenaza me infunde un siesno es de miedo, y asi, porque no la
ponga en práctica, protexto delante de todo el Mundo no volver á
escribir directa ni indirectamente contra Mr. Forner, á menos
que su merced no saque á luz alguna otra Obra parecida á las que
tiene publicadas hasta ahora, pues entonces vuelvo á enristrar
mi plu-ma, y á presentarme en la campaña literaria,
sin temer á endriagos, follones ni malandrines. que
no soy tan despre-ciable como á vm. le parece; pues con mi
puntica de Poeta, y un si-es-no-es de burlon estoy en parage de darle á
vm. un mal rato, si me levanto un dia de mal humor, ó, como dicen, se me
sube la mostaza á las narices.
Ahi tiene vm. esa Sátira, que es algo mas importante que los elogios de
Mr. Forner; y ora sea mala ó buena, tiene la
recomendacion de que sobre ella puede vm. hacer doscientas mil buenas, y
mejores.
Yo soy Eclesiástico, y el asunto
es muy mio. Creo que si ella corresponde á mis deseos, y espíritu que la
dicta, he cumplido mi oficio mejor que si me estuviera predicando tres
horas; porque en la Iglesia me oirian tal vez los que tienen poca
necesidad de reforma, y aqui me oirán, y leerán aquella
casta de gente que no gusta de oir sermones, ni de leer obras que pasen
de un pliego; estos son los mas, y los que mas necesitan de correccion.
Le aseguro á vm. Señor Harnero, que si la tal
Sátira la hubiera escrito en la triste y dolorosa escena, donde concebí
las primeras ideas, tendria sal, tendria fuego, y tendria todo aquello
que hace recomendable este género de escritos; porque estaba entonces el
extro tan en punto de caramelo, que por do quiera que me tocasen echaba
chispas. No es esto alavarme, ni gusto de hacerlo, aunque no dexo de
confesar que me suenan muy bien los elogios, maguer fuesen de los
Diaristas de Bouillon. Esto no embargante,
protesto que no soy capaz de escribir directa, ni indirectamente mis
glorias, que ya verá vm. por la Sátira en lo que las estimo; y asi lo que vá escrito de que yo hubiera hecho pro
illo tunc, et in sensu composito, una excelente Sátira se ha de
leer teniendo á la vista aquello de
. . . facit indignatio
versum.
Fue pues la escena en la calle
Mayor, en los portales de Guadalaxara el dia del Corpus, al pasar la
procesion; á que asistí (confieso mi flaqueza) llevado de un espíritu de
curiosidad, como quasi todos los demas que componian aquel hormiguero
formidable.
Vá de Sátira, y no de quento.
Sátira.
Fuera, fuera temores: ¿Siempre oyendo
á mil barbilampiños hechos Sabios,
y ver continuamente
las Gazetas
embutidas de nombres, y librillos,
y yo
callando, Fabio, quando tengo
y tintero, y papel, y
salvadera?
Yo tambien quiero hablar, y ser leido.
Desciende, Musa, dictame aqui versos,
no como muchos, que hoy se representan,
y se imprimen,
diciendo que son tuyos,
levantandote un falso
testimonio.
Dicta, dictame versos qual dictaste
al sabio
Joven, cuya pluma sigue
veloz el vuelo del
Bufon de Aquino.
Y no hay que hacer aqui de la
llorona,
ni exasperarse contra aquel despoto,
y gran Monarca
Omnipotente Pécus.
Siempre mandó este al
mundo, y á los Reyes;
y aun allá en aquel tiempo, y luengas
tierras,
do imperaba el mas sabio de los hombres,
y que no
tendrá par, tambien mandaba,
aun mas que su prudencia, D.
Dinero.
No solo el viejo, el niño, el ignorante,
el sabio, y
¿aunqué mas? no solo el hombre
la cerviz humillaban á su
Imperio,
sino el bruto, la piedra, y todo, todo
de Pécus era miserable esclavo.
Ea,
pues, Musa, de enojarte dexa,
y exasperar las vilis contra un
dueño,
que te manda tan bien, y á mi me manda;
pues aunque
soy Poeta, y el amigo
infeliz de Nason dixo que
solo
aspiraba el Poeta á los laureles,
ó yo no soy Poeta, ó
le desmiento;
toda mi fama doy por mil doblones.
Ya te contentarás con dos pesetas.
Tampoco quiero, Musa, que vestida
de misionero al hombre afeminado
declares cruda, y
sanguinaria guerra;
dexa esos infelices; ya el
castigo
tienen con parecer al mundo todo
unos hermafroditas
miserables.
Dexa el teatro, y los actores; dexa
que Vega, y Calderon gozen tranquilos
la antigua
posesion de nuestras tablas;
y que el sabio extrangero de él
arguya
el desarreglo, y la barbarie nuestra.
Ni es de tu inspeccion, Musa, que el Letrado
con el Vinio, la Curia, Paz, y Gomez,
ex tripode dexida sobre todo,
juzgando cabe si nioñs
de teta
á Esquines, Ciceron, y Triboniano:
ni que el Teologo
estudie solamente
el Goudin, y Gonet, ó la Escritura.
Esto
ne es para tí; tamaña empresa
de formar Sabios,
dexala á los Sabios.
Tu, mi querida Musa, emprehende asuntos
que á tu genio, y al mio se acomoden.
Depon, depon lo
grave, y en estilo
festivo y retozon, dime las fiestas
con
que la ceguedad de los Gentiles
sus Dioses celebraba; aquellos
Dioses,
que con orejas, voca, ojos, y manos,
ni oyen, ni
hablan, ni ven, ni palpan nada;
ni huelen sus narices, ni hacen
uso
jamas de sus dos pies, mostrando á todos,
que son de
marmol por de dentro y fuera.
Cántame, Musa, con alegre
tono
estos juegos, y fiestas Sacrosantas.
Dime como las Menades hermosas,
en la una
mano copas de Liëo,
la verde yedra en otra,
provocaban
brindando á Baco, y Venus, y olvidando
el pudor
de su sexô, haciendo alarde
de violarlo, y violar las leyes
todas.
Dime, Musa, esto, asaz festivo, y dulce;
y habiendo
con viveza ya pintado
la obscenidad, disolucion, y luxo
de
aqauellas Bacanales, en el mismo
festivo tono cántame las
fiestas,
con que en el dia de hoy celebran muchos
al
verdadero Dios, que solo puede
por sí mismo explicarse, y cuya
gloria
la publican los Cielos, anunciando
que
es obra de su diestra el Firmamento.
¡Quantas ideas, Musa, puedo
darte
para la fiel pintura de estas fiestas!
Antes que se
prescriban en el Templo,
y el dia se señale, ya lo
anuncian,
con muy anticipada diligencia,
el bordador, el
sastre, y las modistas.
Veraslos trabajar de dia y
noche,
sin respetar la ley del dia Santo:
Al par que viene
la funcion, se aumentan
los oficiales, y á pesar de
todo,
rabiando quedan muchas Parroquianas.
Dilo tu, Cloris, di la baraunda
que moviste en tu
casa, porque á tiempo
el dia del Señor no trajo el sastre
la
basquiña de negro canutillo,
precisandote á estar todito el
dia
sin oir Misa, y sin probar vocado,
haciendo Viernes
Santo, el Jueves grande.
Verás hervir las tiendas do se
venden
las blondas, gasas, y otras mil simplezas.
Todo esto,
Musa, á la funcion precede;
esta preparacion es el
anuncio;
el dia mas solemne es mas de moda.
¡O Extrangeros!
¡ó Ingleses! ¡ó Franceses!
y quan á precio de oro
pagariais
cada solemnidad que se aumentase!
vierais entonces
aumentarse el luxo,
aumentarse la moda, y de este modo,
sin armada, sin tropa, sin estruendo,
haceros
dueños, y triunfar tranquilos
del rico Potosi, y de todo
quanto
acá, y allá posee la Ibera gente.
Ya es llegado aquel
dia en que la moda
ostenta su poder; verás entonces,
aun
ilustrando el Sol otro emisferio,
correr furiosos de una en otra
hacera,
y de una en otra calle los que mandan
del femenino
sexo en las cabezas:
Si, Musa, tu verás antes que el
Alva
andar, correr, volar los peluqueros.
Mas aun no has
visto no, donde festiva
tu lira puede recrearme el alma.
No
has visto no, de inumerable pueblo
apretadas las calles, donde
reyna
el desórden, el luxo, y el descoco;
todos fuera de sí,
y embebecidos
con las Ménades bellas, que sin Baco,
ni yedra
verde, mucho mas provocan,
que aquellas licenciosas
Bacanales;
allí verás al uno, y otro sexô
empujarse, y usar
de las licencias,
que da una situacion tan ventajosa.
¡O
Nason! del profundo del Averno,
ó do quiera que estés, ven, y
reforma,
sobre este plan, el plan que tu formaste.
Con esta
religion la calle expian
que ha de pasar su Dios, Dios
verdadero.
Aun verás, Musa, mas; verás á
muchos,
que á esta sazon unidos á sus Lays,
doblan
maquinalmente la rodilla,
y á otros muchos que flores
derramando
sobre la ara de Venus, no se curan
de ver como,
ni quando, ni quien pasa.
Verás en las ventanas, y
balcones,
penachos mil, y mil de cosas nuevas,
sudor de las
bateras y los sastres,
sudor de los gloriosos
ascendientes,
que fundaron con malla, y lanza en ristre
un
vinculo muy pingue á los tenderos.
¡Mira si tienes bien en que
explayarte!
A Dios, mi Musa, vuela, y otro dia,
que estes de buen humor, la lira toma,
me alegrarás un
rato, que yo atento
á tu dulce armonia, y cuidadoso
de
perpetuar funciones tan alegres,
de buena tinta escribiré tus
versos;
despues los cantaré, y haré que todos
cantandolos se
alegren y diviertan.
A Dios, que ya te aguardo; y me
parece,
que te escucho decir, ya prevenida
para entonar las
fiestas, como á el joven,
del Hebro honor, dixiste en otro
tiempo.
“Canta, canta placeres,
tierno muchacho, pues
muchacho eres.