Pers. Sat. I. v. 107
¿Es acaso preciso que ofendamos
con la amarga verdad á
oidos tiernos?
Si Vmd. supiese el cúmulo de varias y extravagantes ideas que
andan revoloteando hoy por mi cabeza, sin duda se reiria mucho mas que
quan-Discursos filosóficos
sobre el hombre (pag. 22.) de que “pasarán siglos sobre siglos,
y la razon en el Estado de corrupcion en que hoy se halla, no enseñará á
los venideros mas que lo que enseñó dos mil años ha á los Egipcios, á
los Caldeos y á los Griegos.”
Ello es que son tantas y tan varias las especies (repito), que
hoy me ocurren, que no sé de qual echar mano, ni qual desarrollaré, pues
unas á otras se empujan por salir á lucirlo; y yo indeciso sobre la que
he de preferir, temo que esta misma perplexîdad ha de ser causa de
quedarse Vmd. en la presente semana sin noticia alguna de su
Corresponsal.
Presentaseme tratar sobre el excesivo número de Eclesiásticos que Optimè: y una observacion del Señor Manrrique, Obispo de Badajoz, en su
Tratado del Socorro, que se reduce á decir que
antiguamente solo ordenaba un Pontífice en diez años siete Presbíteros,
cinco Diáconos, quatro Subdiáconos, y tres ó quatro Acólitos; me hace
creer firmemente que entonces, todos, ó la mayor parte estuviesen
enteramente dedicados á Dios, sin ocupar su imaginacion otros
pensamientos que los que deben animar á un Eclesiástico perfectamente
bueno: mas hoy (continuando la observacion del Obispo de Badajoz) Evangelizant ut manducent?
Pero lo que mas hiere mi vista son aquellos Clerigos á quien se fia la
educacion de los hijos de los poderosos. Lárraga es el comunmente encargado en formar
la alma de quien ha de ser mirado como uno de los Próceres de la nacion.
¿Y quién si no un sabio de esta clase habia de abandonar sus dulces
Musas por estar todo el dia entregado á la servil y materialisima
obligacion de acompañar inseparablemente á un niño? Sí, Señor Censor,
este es el oficio de nuestro Clerigo despues de enseñar á su alumno á
rezar con la boca, ó á recitar de memoria algunas oraciones ó artículos
de nuestra Religion santa: en el paseo, en la tertulia, en la comedia, en los toros, en el dormitorio,
Agesilaos, Diones, Alcibiades, Phociones, ni Trajanos, con tales Xenophontes, Platones, Sócrates, Xenocrates y Plutarcos?
Siempre que me pongo á considerar los vehementes deseos que tienen los
hombres de vivir largo tiempo, las precauciones que toman para
conseguirlo, y de los infinitos maximè si en el discurso de sus dias
desempeñó las obligaciones de Christiano, de ciudadano honrado, en suma
de hombre de bien.
En haciendo el retrato de un viejo, estan hechos todos. Anti-sofistico ó
desenredador de sofismas: á quantos le tratan mueve á astio y
enfado, casi tanto como las Conversaciones
familiares, y las Demostraciones
palmarias: No halla gusto alguno en los manjares: en todos sus
sentidos experimenta la mayor torpeza, y no padecen sus potencias menor
descalabro. Discursos filosóficos
sobre el hombre.
Don Alvaro de
Luna, y Don Rodrigo Calderon hubiesen
muerto jóvenes, ¿habrian pasado por el vergonzoso y terrible dolor de
terminar sus dias en un afrentoso patibulo? Si hubiese fallecido Seyano antes que Antonia
determinase escribir á Tiberio aquella
funesta carta por el esclavo Palante; ¿no se
excusaba haber sido arrastrado por las calles de Roma, burlado y es-
Pero, ¿dónde camina mi pluma cavalgada sobre tan alto cothurno? ¿No será
mejor apearla de él, y acomodandola el Zueco ocuparla en tratar de
sugetos menos Gigantes? ¿Quién lo duda? Atropos hubiese dado
un tixeretazo al delicado estambre de la vida de Mademoisselle Bouville dos minutos antes que pusiese en
execucion el mal pensamiento de escribir sus Reflexîones críticas sobre el estado presente de la literatura
Española; ¿habria abortado tantas po-Fontenelle, quando no creo
haya cliente del Apologista, aunque incluya al Capitan de ellos, que
ignore estan los huesos de este grande hombre descansando en la tumba
desde el año 56 del presente siglo? ¿Tendria la originalidad de llamar
lengua Tartárea á la Tártara? ¿Aseguraria que conviene
tenga el Pueblo preocupaciones, como si el error fuese
conveniente en ningun tiempo, ni sobre materia alguna? Me levantaria el
testimonio de que enseñaba yo mala doctrina en mi Colecion de pensamientos filosóficos, porque amon [...]ando á
las bellezas que no se dexen seducir de los hombres, les diga,
que una hermosura, ni menos
que una hermosura gozada?
El
Vinatero de Madrid, le igualaria á lo menos.
Capmany,
burlandome de su Teatro Histórico-Crítico de la
Eloqüencia Española; Echantillon del buen gusto, y el mas digno de
servir de Turquesa para vaciar en él quantos carteles se necesiten
formar hasta la consumacion de ellos. Para que se vea lo fundado de mi
proposicion, copia fidelisima de su original es la siguiente:
tan reñido con la muerte,
que ni aun peces comió en su
vida
por no comer cosa muerta?
¿Qué robandole una trucha á quien llamaba Antonela,
frita ya, y hecha trozos,
tocandola con su mano, saltó de su mano al agua?
¿A un corderillo á quien llamaba Martinelo,
despues de asado y comido, llamandole por su
nombre, vino á su voz saltando?
¿Quién será aquel Santo que resucitó á un hombre sepultado entre las
nieves de diez y siete dias difunto, diciendo (hecha la oracion por él)
En caridad, que este hombre vivo está: levantate
en el nombre de Jesus?
¿El que á un hombre (tres dias habia) ahorcado, y ya pestilente y corrompido, recibiendole de los cordeles en sus brazos, recuperó la vida, siendo despues el ajusticiado un exemplar Religioso?
¿Quién á un niño de tres dias difunto con un soplo que le dió en la boca, le comunicó la vida?
¿Y á un albañil (llamado Leonardo), que cayendo de un andamio se hizo
pedazos todo, quedando los cas-cos de la cabeza y sesos esparcidos por la
tierra, recogiendolos por sus benditas manos, y poniendo cada parte en
su lugar (haciendo oracion fervorosa á Dios) al decir, Leonardo, levantate en el nombre del Señor, que no tienes daño
alguno, idos á trabajar, y por caridad que no des otro salto
semejante: se levantó bueno y sano, siendo asi hecho como lo
dixo?
Y finalmente: ¿Quién será aquel Santo a quien tierra, fuego y agua,
arboles y plantas, brutos y animales ponzoñosos le obedecian rendidos en
caridad mandados?
A un monte: En caridad que te apartes.
A un desgajado peñasco, detente en caridad,
Para.
A una peña: Hermana, en caridad que te apartes, y
no impidas el agua para los siervos de Dios.
A un toro el mas brabo de una bacada: en caridad
que te vengas Hermano,
á llevar piedras á mi Convento.
Ya discurro (me direis) que Santo que tantas maravillas obraba, y del
modo que las hacia, no puede ser otro que, S.
FRANCISCO DE PAULA.
A este pues consagra anuales solemnes cultos, &c. &c. &c.
Capmany nos presentó en la mencionada obra. ¡Ah!
¡quién tuviera habilidad para hacer ver la esquisita eloqüencia de dicho
cartel! Confieso no llega la mia á tan alto punto, cuya circunstancia, y
la de faltarme el tiempo para formar la sátira ofrecida (pues como Vmd.
ha vis-Don
Silvio Liverio, y confraternidad, quedando en el interin
afectisimo servidor de Vmd.
Harnero.