El Regañón general: Núm. 59.

Permalink: https://gams.uni-graz.at/o:mws.7943

Ebene 1

Núm.° 59.

Miércoles 25 de Julio de 1804.

Ebene 2

Secretaría.
Correspondencia literaria del mes. Concluye la Carta séptima puesta en el Número antecedente.

Ebene 3

Brief/Leserbrief

Andemos las tiendas, que nada ha de quedar por registrar: mire vmd. que quatro mozos tan guapos hay en esa para vender al dia un adarme de seda y media vara de cinta: vea vmd. allí otros tantos molidos de envolver una onza de chocolate, de sacar un quadernillo de papel, de pesar un adarme de clavo, pimienta y canela; por los roperos no pasemos, porque de allí salen enxambres, y ó se les ha de comprar algo, ó echar á correr: esto es mas serio, aquí hay pelucas y polvos; tiendas de sedas, tiendas de paños, buenos mozos, diez para baxar una pieza; las de otras clases no hay que repasarlas, todas estan atestadas de jóvenes, sanos, fuertes y robustos , unos leyendo, otros gobernando el mundo, otros hartando de dichos á las qué pasan: ¿y cómo está Vizcaya? ¿cómo está Galicia, Asturias y la Cantabria? ¿Está como Cataluña, Valencia y Murcia? ¿Cómo está la Mancha por no ir mas léjos, habiendo tanto mozeton midiendo vino en esas tabernas? Vaya, dígame vmd. ahora si no es esto estar las cosas al revés. Los ocupados que hemos visto, y muchos mas, pues es imposible contar las especies que hay de ellos, ¿no pudieran suplirse por mugeres, por viejos, per estropeados, y por gente endeble é incapaz para los oficios recios, y los trabajos duros, y estos señores mios emplearse en ellos con mas utilidad comun y ménos vicio suyo? No hay tierra tan mala, ni pais tan estéril á quien el hombre no pueda mejorar con su industria. No hay suelo tan ingrato que dexe de rendir al que le cultiva con aplicacion é inteligencia lo suficiente para su subsistencia y la de su familia. ¿Es de primera clase todo el terreno de Valencia? ¿No hay tierras endebles en las taullas y bancales murcianos, ¿las viñas catalanas no estan sobre peñascos y montes? ¿En qué consiste su feracidad? ¿En qué su lozanía y hermosura? En que el padre de familias reducido á las estrecheces de un corto terreno pone todo su esmero en cultivarle, mejorarle y aprovecharle, ayudado y rodeado de sus hijos, y coge con gusto el fruto de su honesta ocupacion, formando además labradores inteligentes que componen después otras familias, aumentan la poblacion, y con ella la industria y el trabajo, para que á igual proporcion fructifique la tierra. Aun en la Andalucía donde las posesiones dilatadas y labores muy crecidas en una mano impiden esta pequeña propiedad de terrenos en todas las familias, y se hallan lugares enteros sin mas subsistencia que la de sus brazos ocupados en pocas casas ricas, no hay con todo el espíritu de vagancia que se ve en las citadas Provincias, cuyo único anhelo es criar hijos como quien cria pavos para enviarlos á inundar la España, alucinados con la noticia de Fulano que hizo fortuna, ó que volvió rico, y sin atender á cien hijos de otros que se desgracian y se pierden, y jamas llegan á estado de tener casa; y mientras, el país despoblado, la tierra inculta, y la poca labor y trabajos del campo fiados á manos de mugeres: pero de todo esto se echa la culpa á la tierra llamándola estéril, al paso que ella los desmiente con el exemplo de muy pocos que la-han hecho producir frutos, propios hasta ahora de países mas cálidos solamente. Atendamos la gente que se recoge en un hospicio: los mas son de aquellos que por sí solos no pueden subsistir, pero la inteligencia del que allí manda consiste en aplicar á cada uno á lo que puede hacer, de modo que nadie esté ocioso, y del trabajo de todos se saque lo suficiente á su sustento: el ciego le destina á que ande un torno, el baldado que tiene manos, á que hile, la vieja tullida á que desmote, y la meza robusta á que cueza y amase; pero si al baldado le destina al torno, y la moza á desmotar, quedan inútiles y gravosos el ciego y la vieja, y la cosa no está bien ordenada. El mundo, señor mio, es un hospicio en donde todos tenemos nuestras lacras, y en donde no podemos vivir felices sin la ayuda de otros; pues póngase cada uno en lo que mejor le venga, de modo que si es posible nadie quede sin ocupacion, y se vera como hay lo necesario para que vivan todos, y además cederán mucho los vicios y los delitos. Madrid y las ciudades grandes deben ser el lugar donde se reunan todos los estropeados, todos los inútiles, y todas las figuras y visiones del reyno, porque estas poblaciones ofrecen muchos modos con que puedan vivir ocupándose cada uno segun sus fuerzas; y los mozos robustos de espalda ancha y de muñeca gruesa, á los pueblos chicos, donde solo se encuentran ejercicios fuertes y trabajos recios que podrán desempeñar muy bien, y no que es una lástima ver enteramente trocados estos destinos. Yo no sé si voy bien ó voy mal en lo que he dicho, pero le aseguro á vmd. que, segun mi genio, aun mas adelante habia de lievar la cosa. Hay muchos destinos, ó muchos exercicios ú oficios, ó como se les llama, que todos por sí son menester en los pueblos y en los reynos: unos consisten en tener buena cabeza, y en haber estudiado muchos libros desde pequeños, gastando años para ser luego útiles en la carrera por donde echan: otros además del estudio necesitan particular habilidad de manos, y una cierta cosa que no se estudia, y Dios se la da al que quiere, á estos no les miremos el cuerpo, pues es el alma lo principal; pero hay otros á que todos pueden destinarse solo con no ser tontos rematados, y sí hombres regulares como los mas. De estos últimos habia yo de separar ciertas especies en que solo se ocupase gente impedida, mugeres ó viejos, pues aunque el cuerpo no les sirva para todas cosas como á los mozos robustos, no por eso son incapaces para otras, antes suele verse que tienen mas mana y habilidad estos defectuosos; yo á lo menos los que he conocido muy ponderados por alguna gracia particular han sido todos unas raras figuras, y asi como para ser soldado, en que el hombre se expone á que le den un balazo, y le quiten del medio, se mira si son altos, si estan sanos, y se les registra por todas partes, así para usar estos oficios en que se gana el pan con poco trabajo corporal, habia de tenerse su examen de lacras, su aprobacion de desdichas, y su título de inutilidad para otra cosa. Un peluquera no es menester que tenga dos varas; un barbero y sangrador en romance no es preciso que tenga las patas derechas; un sastre puede ser potroso; un zapatero no le estorba la joroba; uno que está en su caxoncito de cristales echando á perder relexes, puede estar tullido de medio abaxo; un platero no le hace que sea coxo; un confitero y un pastelero lo serán aunque tengan algun accidente ó mal habitual; escribientes meros, sacristanes legos, acólitos y donaditos de monjas los hay tuertos, mancos, y casi enanos, todo pueden ser figuras de tapiz y naypes descartados, y así los destinados á otros exercicios de esta clase. Yo he estado en ciudades donde no se permite á los hombres cortar en las carnicerías, y es oficio mas fuerte que los dichos: sabido es que hay pueblos de mucho comercio donde en toda especie de tiendas despachan mugeres, y no se ve mas hombre que el amo, si es viejo, pues si es mozo anda por fuera con sus tráficos.

Exemplum

Si me he de explicar vaya un exemplito: yo me figuro á Dios criando los hombres y demas cosas de este mundo, como á un maestro de platero muy afamado á quien una catedral poderosa le encarga que trabaje una custodia v. gr. la mas hermosa, costosa y particular que sea posible, sin escasearle todos los adornos imaginables para su perfeccion. Este hombre despues de darle mil vueltas á su encargo, y pensarlo y repensarlo, hace por fin su plan, y con arreglo á él funde un millon de piezas y piezecitas, unas grandes, otras pequeñas, unas enteras, en pedazos otras, éstas para lo principal de la obra, y aquellas para su adorno; en fin, ya ha fundido todo lo que ha ideado, pero segun va sacando las piezas las envia á fuera donde está el obrador para que sus oficiales las vayan limpiando, puliendo y arreglando: éstos, señores mios, no hacen casp del plan del maestro, antes empiezan á colocarlas á su antojo, pero pronto ven que es imposible formar la custodia, pues, aunque ponen las piezas donde les parece que hacen juego, en unas partes les faltan, y en otras les sobran; unos lados quedan desnudos, y otros recargados de adornos. ¿Qué remedio? Estudiar el plan del maestro: miéntras mas lo consideren irán poniendo en su lugar mayor número de piezas, y todas quedarán bien colocadas, sin sobrar ninguna, quando logren executarlo en un todo.
¿Me entiende vmd.? Pues ya no quiero hablar mas, que soy una tarabilla eterna, y si se me acaba de calentar la chimenea no tendrá suelo, bien que este defecto le tenemos todos los campesinos, y mas quando nos dexan hablar de lo que no entendemos. Sabe vmd. lo que á mí me gustó en Madrid, y lo que miré con envidia, el estiércol, la basura, la ::: iba darle su nombre propio: esto es lo que yo codicié, y quisiera haber podido traer á mis tierras como verdaderas arenas de oro que formasen en ellas venas de abundancia; esto que no aprovechan como pudieran los de los lugares comarcanos, pues le han tomado el gusto á la pesetita fresca por los huevos, la leche y la ropa, y no tratan de las que en sus mismas casas pudieran grangear por precio de sus frutos. Estos sí, y no todos aquellos trapajos delgados que ni abrigan ni duran con que se ensanchan y hacen la rueda como el pavo real los tales cortesanos; de eso se precian que suele hacerlos infelices, y destruirlos, y lo que pudiera haberlos ricos lo desestiman y tienen en poco. Panycayado 13 de Junio de 1804. B. L. M. de vmd. su apasionado: El Labrador Manchego F. R.
Carta octava. La Venganza.

Ebene 3

Brief/Leserbrief

Este es el vicio de las almas débiles, y de limitados talentos, señor Presidente; vmd. mismo lo habrá observado, los niños y los fatuos son los mas inclinados á la venganza. Injuríese á un niño, llora, patea, balbucea mil dicterios, y levanta su débil manecilla para herir al que le injurió, y los fatuos siempre corren á pedradas tras los muchachos que se mofan de ellos. Por esto son tan sangrientas y continuas las guerras entre las salvages. Los cobardes son tambien muy propensos á la venganza, su debilidad y cobardía les dictan crueldades inhumanas como vemos en la historia. Y á la verdad, ¿qué aliciente puede tener la venganza para un hombre grande y pensador? Nada de racional, nada de verdadero valor hay en ella; el vengativo solo prueba que es susceptible de dolor y de cólera, ¿no lo prueba tambien un toro rejoneado quando hace quanto está de su parte para matar á quien le hirió? Es cierto que el amor propio conociendo esta verdad suministra á los vengativos razones especiosas para cohonestar sus feas acciones, pero estas mismas demuestran su debilidad y falta de talento. ¿No es una cosa lastimosa ver á esos hombres cargados con el peso de mil quiméricos planes de venganza, que jamas pueden efectuar, llevar pintado en sus rostros el odio y el rencor, presentar en sus personas la imágen de la envidia quando ven prosperar al que aborrecen, y demostrar en sus acciones y dichos la desesperacion de su corazon, porque no pueden aniquilarle?

Exemplum

Si reimos la necedad de Xerxes que hizo dar de golpes al Helesponto para vengarse de una tempestad,
¿cómo contendremos la carcaxada al ver esos insensatos que para vengarse del que aborrecen no le saludan quando le ven pasando junto á él muy tiesos de cogote, demostrando de este modo su debilidad y necedad?

Exemplum

Los Nasamones resolviéron por decreto público declarar guerra al viento del mediodia porque les incomodaba;
habitantes hay de pueblos mas civilizados que han jurado oponerse en todo, sea justo ó injusto, al que aborrecen. ¡Qué lástima! Estos creen como Xerxes y los Nasamones hacer algun daño al que creen su enemigo, no saben los pobrecillos que el Helesponto es insensible á los golpes, y el Sur no se acobarda con el ruido de los cañones, por tanto sus tentativas infructuosas causan la risa de los ociosos, y excitan, la compasión de los hombres de bien. Pero ¿quién es, se me dirá, quien tiene bastante serenidad para sufrir una injuria, para tolerar una afrenta recibida en público? ¿Quién es el que no la laba inmediatamente con la sangre del injuriante, castigando de este modo uno de los crímenes mayores? Los hombres de talento, diria yo al instante, los hombres pensadores, los virtuosos, y

Zitat/Motto

los que saben que aunque en la opinion vulgar parezca menos injusto el que venga una injuria que el que la hace, et no obstante muy cierto que una y otra accion proceden de una misma debilidad, como dixo Dion
á los que le aconsejaban una venganza, y que como dice otro sabio:

Zitat/Motto

El que se venga solo se distingue del que hizo la injuria en que él la hace el último.
Y vosotros, entusiastas del honor mal entendido, que juzgais evitar la nota de débiles ó ignorantes, tratando de vengaros peleando con honor en desafio, que profanais el título de hombre de honor, de grande valor, dándosele al que obra de este modo, sabed que

Zitat/Motto

la verdadera magnanimidad no se demuestra siendo moderado con los amigos y con las personas virtuosas, como dixo Dion, esa es una accion comun que ningun esfuerzo pide; el modo de demostrarla es perdonar las ofensas mas crueles, y hacerse superiores á todo género de venganza;
y como dice nuestro gran Calderon:

Zitat/Motto

El desagravio del noble Mas escrupuloso y grave No estriba en que se vengó, Sino en que pudo vengarse.
El que desafia á otro si no tiene tanta habilidad y fuerza como él, es un majadero, que dominado de la cólera va sin conocerlo en busca de la muerte, como un ciego, cae en un precipicio, y si es mas diestro y forzudo que el otro, es un vil asesino.

Exemplum

Vean estos que quieren escudarse con el honor, vean al gran Licurgo perder un ojo de un golpe que le dió el joven Alcandro. Los lacedemonios pusieron en sus manos al referido joven, y habiéndole llevado á su casa Licurgo logró con sus sabios y prudentes consejos inspirarle los dulces y tiernos sentimientos de la virtud, presentóles despues al joven, y les dixo:

Zitat/Motto

Ved lacedemonios al que me entregasteis, me he vengado de él haciendo que me tenga que agradecer el ser ya un hombre virtuoso.

Exemplum

Vean si no la conducta de Julio Cesar con C. Calvo, C. Memmio y Catulo que le habian injuriado, el primero en sus satíricos epigramas, el segundo en sus oraciones picantes, y el tercero en casi todos sus versos; quando sola una palabra suya hubiera bastado para perderlos, convidó con su amistad al primero, logró que se nombrase Cónsul al segundo, y sentó en su mesa al tercero quando fué á pedirle perdin llena de miedo. Labieno era Teniente de Cesar, desertó una noche, y se fué al campo de Pompeyo su contrario, Cesar lo supo á la mañana, y mandándole llevar todo el rico equipage que se habia dexado, hizo le dixesen en su nombre:

Dialog

De este modo se venga Cesar. ¿Qué habeis hecho hombres malvados? dixo á los ministros de Ptolomeo que le presentaban la cabeza de Pompeyo, habeis asesinado al mas grande de todos los hombres, y me habeis quitado el placer de entrar en triunfo en Roma con él en un mismo carro.
Vean esos vengativos estos y otros exemplos que nos presenta la historia,

Exemplum

vean á un lacedemonio á quien otro desmintió en público, responder con serenidad: Si hubiera mentido no hubiera hecho otra cosa que demostrar que como hombre libre usaba de la facultad que tengo para hacerlo.
Quan á las claras demuestran estos exemplos lo bien que

Exemplum

dixo Diógenes á unos que le preguntaban el modo de vengar ciertas injurias: Haciéndoos mas virtuosos; y Epicteto quando dixo: ¿Te ha hecho tu hermano una injuria? Cumple tú tus obligaciones, no pienses en lo que él ha hecho, sino en lo que tú debes hacer; esto es lo que de tí exîge la naturaleza.
Desterremos pues de nuestros corazones un vicio enemigo de la humanidad, opuesto á la grandeza de alma, y contrario á la sabiduría. Reflexîonemos con nuestro Séneca que habiéndonos formado el Autor de la naturaleza de un mismo principio y para un mismo fin, á todos los hombres nos hizo hermanos; que él mismo es quien nos ha inspirado esta mútua enevolencia, que es la causa de nuestra sociabilidad; que él mismo es el que ha establecido la justicia y la equidad; que en virtud de sus dulces y benéficas leyes es mucho mas desgraciado el que hace un daño á otro que el que le recibe; y que el mismo Ser soberano es el que ha dado dos brazos al hombre, no para vengarse, sino para ayudarse y socorrerse mútuamente.” Presente vmd., señor Presidente, á sus lectores estas preciosas máxîmas que sola la razon dictó á los hombres grandes de la antigüedad, y rebata con ellas las débiles excusas de los vengativos, y si por desgracia aun no se convenciesen de lo acertadas que son, recuérdeles el gran precepto de Jesuchristo:

Zitat/Motto

Os mando que os ameis mútuamente: amad á vuestros enemigos: haced bien á los que os aborrecen, bendecid á los que os maldicen, y orad por los que os calumnian y persiguen. Salud, amistad y fraternidad.
Valella.

Con Real Privilegio.
Madrid

En la Imprenta de la Administracion del Real Arbitrio Beneficencia.