El Regañón general: Núm. 30.
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Niveau 1
Núm.° 30.
Con Real Privilegio.
Sábado 14 de Abril de 1804.
Niveau 2
Secretaría.
Correspondencia literaria del mes. Carta septima.
Correspondencia literaria del mes. Carta septima.
Niveau 3
Señor Presidente Catoniano: P.Y.R.
Metatextualité
No
hay la menor duda que la creacion de su Tribunal, y
publicacion de su periódico, ha causado en toda la
nacion una general reforma en las costumbres y
educacion: la crítica tan festiva y juiciosa con que
está amenizado su papel, ha hecho mas progresos que
pudieran haberse conseguido por medio de una censura
severa, aun quando fuese justa: los abusos y libertades
habían llegado ya á lo sumo, y se advierte en el dia una
especie de arrepentimiento nacido de las sensaciones
útiles y deleytables que causan los discursos de vmd.;
merecen la mayor recompensa unas producciones que tanto
bien suministran á la sociedad, y es acreedor vmd. a que
se le premie con el justo nombre de padre de la patria.
Los sabios, los literatos, y aun los mismos idiotas
(excepto los envidiosos) conocen que sus tareas y
talentos los está empleando en beneficio de todo el orbe
literario, mostrando un corazon que se halla adornado de
los sentimientos mas brillantes que caracterizan la
dicha y felicidad de todos los hombres. No hay en el dia
quien se atreva á negar los felices resultados que
experimentamos por medio de sus producciones: los
obcecados jugadores conocen que quanto publica su
periódico es la mas constante verdad, y que despues de
haberse entregado á un vicio tan bárbaro y destructor,
carecen de aquella tranquilidad y gusto que antes
disfrutaban: los padres, los maestros y
demas sugetos encargados de la educacion confiesan que
las reglas propuestas por vmd. son las mas acertadas y
prudentes para conseguir el fin que tanto interesa á
toda la nacion: los hombres de estragadas costumbres no
pueden dexar de ver retratados sus excesos y maldades
con los mas propios olores, los innumerables trabajos
que les acarrean, y el camino fácil y honroso que vmd.
les señala para abandonarlos, y abrazar un género de
vida dulce y deliciosa. Todos hallan consuelo para sus
accidentes, aplicando los remedios tan simples que
publican sus discursos; á todos habla vmd., señor
Presidente, con un amor é interes verdaderamente
admirable; los mayores excesos que tanto mal acarrean á
los hombres son los que intenta exterminar, y todas sus
reflexîones están adornadas de aquella uncion y caridad
que da á conocer á las grandes almas. Pero en medio de
tan gloriosas fatigas y desvelos ¿qué providencias, qué
edictos ni qué rigor ha usado su autoridad suprema
contra uno de los vicios mas deformes y extendidos que
hay en nuestro suelo? ¿qué anatemas ha promulgado contra
el feo y abominable vicio de la embriaguez? Hasta el dia
ninguna, y solo por incidencia lo cita el Jugador
convertido en su carta puesta en el Número 11 de este
año: su descuido, señor Presidente, en esta materia
puede producir funestas conseqüencias, pues en el dia ha
llegado á germinar con tanta rapidez el abuso de las
bebidas, que casi no hay pueblo ni aldea que se pueda
exceptuar de hallarse libre de semejante epidemia. Me
confundo quando contemplo la superioridad que va
exerciendo este insolente tirano de las costumbres: ya
no se respeta la dignidad, ni se tiene en consideracion
el carácter que constituye á muchas personas para
entregarse éstas desenfrenadamente á ser víctimas de su
imprudencia: ya no se tiene consideracion con los niños
para que vivan privados de frequentar á menudo los
sitios donde concurren los fieles imitadores de Baco, y
tomando las mas vivas lecciones, pronto entran en el
número de los mas celebrados bebedores; y finalmente,
aquel rubor que tanto distinguia á los jovenes, y los
hacia apreciables á vista de los hombres contaminados en
este vicio, ya va desapareciendo, y en su lugar se
celebra con expresiones festivas á aquel que mas
sobresale en este horrible vicio, y que se mantiene mas
fuerte en este campo de bárbaras contiendas. Ya que
tanto ha declamado vmd., señor Presidente Catonista,
contra, el juego y demas relaxaciones de las costumbres,
sírvase vmd. tomar entre manos éste
que tantos sentimientos y disensiones acarrea á las
familias: dígnese vmd. presentar al público el sin
número de catástrofes horrorosas que han experimentado
los que han tenido la flaqueza de entregarse á este
vicio detestable, y la estimacion y aprecio que se
adquieren aquellos que miran con aborrecimiento este
espantable monstruo, que tiranizando las buenas
costumbres destruye el exercicio mas noble que reside en
nuestra alma. Promulgue vmd. las mas rígidas censuras
contra los obstinados imitadores de tan despreciable
inclinacion, que si lo hace con la fuerza y autoridad
que puede, será mas universal la deuda que le haga la
nacion, y aun el mundo entero. Si vmd. cumpliendo con su
obligacion no aparta de su vista este importante asunto,
ganará mucha gloria; y si por que no contempla digna de
publicarse esta breve reflexîon la despacha á su
terrible archivo, me precisará á que forme un juicio
poco favorable á su persona, y me haga dudar si el
Diarista tuvo razon de acusar al Presidente de tan
respetable Tribunal, á quien Dios guarde en Madrid, y al
autor de esta ligera memoria en su pequeña poblacion de
Archibel á 1.° de Marzo de 1804.
Concluyen las Reflexîones del Doctor Bahí
Niveau 3
Numero 27. Se repite que la nuez
es pericarpio como dicen Plenk, Cavanilles, Gertner, Jussieu
y otros, y no semilla como dice Ortega. No huya del lazo el
señor Poveda escapándose á la Drúpa; pues poco importa que
la semilla esté envuelta con dos cubiertas, si así lo
dispuso la sabia naturaleza para, mejor preservarla de las
injurias exteriores que se opusieran á su conservacion y
germinacion. Linneo se apartó en lo que le pareció fundado
de sus predecesores; asimismo lo hacen con él sus sucesores,
y lo verificó ya su mismo hijo sin faltar éste al respeto de
tan gran padre, ni aquellos al decoro con que deben variar
las opiniones de tan ilustre Maestro. Al reparo de los
botánicos de la expedicion del Perú sobre este mismo asunto,
ya contestó-, como debía, el señor Cavanilles en la página 7
del Suplemento al género Buena, á lo que yo añado, por si
vmd. se obstina, que ninguna muger llegará
á creer que la cáscara de la nuez sea semilla, sí únicamente
el núcleo ó meo o que está dentro de aquella, sin obstar
para todo esto el que nazca la nueva planta si se siembra la
semilla de la nuez de nogal, de la avellana, &c. sin su
pericarpio ó cáscara huesosa, así como tampoco germinarán
las semillas del melon, de la zandía y otras si se
despellejan, ó se las quita la membrana que las cubre.
Número 28. Falta aquí á la verdad el señor Poveda, pues en
mi anterior respuesta se le dixo que Plenk colocaba el
pedúnalo entre las partes menos esenciales de la flor, y se
le probó que la definicion de Plenk de la clase cryptogamia
estaba adequada, y que si él nada entendía sobre las plantas
de esta clase tan interesante, que incluye quatro familias
naturales, seria porque los Elementos de su Maestro Ortega
apénas daban la menor nocion de ella, siendo así que los
Elementos de Plenk tratan de este asunto con el mayor
esmero. Las personalidades é improperios se estampáron en la
carta crítica de Don Agustin Juan, con la qual tuvo la
baxeza de atacar á un Profesor honrado, amante del
adelantamiento de la facultad, y que sacrifica para ello sus
desvelos é intereses. Los demas reparos, que ningun
discípulo mio llegarla á proponer, estan desvanecidos con su
solo nombre, como, por exemplo, tallo bulbífero es el que
lleva bulbos. En punto al tallo escarvado (escarbado querria
decir) que en el Diario de Madrid dixo estar en la página 63
de mi traduccion, y que ahora lo repite en su librito, faltó
entonces, y falta ahora otra vez á la verdad, pues en la tal
página no trato yo del tallo, por lo que está probado un
impostor reincidente el señor Poveda, citándome asimismo en
dicho su librito la página 339 la obra, quando la última de
ella es la 229, por cuya razon malamente podremos hallar la
339. Por todo lo que, y por si con imposturas intenta el
señor Poveda engañar al público, y trastornar la quietud de
los Profesores de honor, entienda que se sabrá acudir á la
Superioridad para que tome las providencias necesarias.
Número 29. Se repite al señor Poveda que la disposicion de
la Superioridad para enseñarse la teoría botánica según los
Elementos del Doctor Plenk, traducidos por el Doctor Bahí
está, hace tiempo, comunicada á los Colegios, y así se
conoce que está muy mal informado: que la preferencia de
aquellos sobre el curso elemental de Don Casimiro Ortega la
habrá ya reconocido Don Agustin Juan en el
estado de comparacion que le tiene dedicado el fino afecto
del Catedrático de Burgos. Item: que si el señor Poveda
necesita ver alguna firma de los Profesores de botánica, y
de otros sugetos ilustrados que han elogiado la obra, puede
enviar poder á alguno de los fieles procuradores que tiene
en esta ciudad, y quedará servido y convencido. Asimismo el
Doctor Bahí repite que debe ser reprehendido muy severamente
Don Agustin Juan por haber tomado por irónico el mérito bien
conocido dé su Maestro, qual le tributó aquel Profesor; y
que siempre que dicho Don Casimiro quiera apelar á la
Superioridad para la punicion de esta y otras ingratitudes
observadas en su discípulo Poveda en el curso de esta causa,
dicho Físico Don Juan Francisco Bahí promete corroborar sus
justas quejas contra el tal discípulo, valiéndose ambos de
quanto pueda favorecerles, y mas en derecho haya lugar,
&c; no dudando que el Excelentísimo Señor Ministro hará
á Don Casimiro Ortega la debida justicia, no ménos que al
Doctor Bahí; pues que éste tiene bien conocido quan gratos
le son á su Excelencia los adelantamientos de la botánica, y
el zelo de los Profesores que trabajan para segundar tan
nobles ideas en beneficio del Estado con la publicacion de
alguna obra útil, habiéndose dignado su Excelencia dar
gradas al Doctor Bahí por la que Don Agustin Juan ha
respetado tan poco, é intentado desacreditar con un estilo
que espero no dexará de reprobar la conocida equidad de su
Excelencia. Conocidos ya los fines y los medios de que se
vale el señor Poveda en sus escritos, me persuado que el
publico aprobará el que me despida de él para siempre,
amonestándole con la máxîma de Horacio:
Citation/Devise
Verum ubi plura nitent in carmine, non ego
paucis
Offendar maculis.
Offendar maculis.
Burgos á 2 de Enero de 1804.
Juan Francisco Bahí. P. S. Como Don Agustín Juan y Poveda no ha impreso en su librito el anuncio del Diario de Barcelona, que criticó; ni tampoco la comparacion que publiqué de los Elementos de Botánica de Don Casimiro Ortega con los del Doctor Plenk, en la qual hice ver de paso defectos, errores y nombres bárbaros muy perjudiciales de los del primero, y la mucha ventaja de los del último, he creído interesante para desengaño del público, y para que éste pueda hacer justicia, insertar aquí la copia fiel del sobredicho anuncio, y remitir á todo lector imparcial al estado de comparacion que dediqué al señor Poveda, cuyas cuentas ó sumas, verídicas y muy fieles, podrá cotejar qualquiera tomando el curso elemental de uno y otro de los dos autores; esperando al mismo tiempo que todo hombre civilizado hará la justicia debida á un Profesor que estaba trabajando bien quieto, y que fué atacado con improperios, personalidades y ofensas, no menos que con una crítica de acentos y de estilo de que echó mano Don Agustin Juan y Poveda á falta de recursos científicos ó botánicos, en los quales deberia haber estribado únicamente una disputa literaria. En consideracion á quanto llevo expuesto, y conociendo que solo se intenta perturbar mi tranquilidad, siéndome por otra parte el tiempo muy precioso para el cumplimiento de mi obligacion, y para asuntos mas dignos de atencion, concluyo respondiendo á las amenazas de Don Agustin Juan y Poveda y á quienes le muevan, que yo seguiré mis tareas (como dixo un célebre botánico á sus antagonistas) por mas que caygan anónimas y respuestas destempladas, y por mas que lluevan cartas críticas y notitas, y se multipliquen como hongos, cuya corta duracion y naturaleza nos será siempre bien conocida.Copia fiel del anuncio publicado en el Diario de Barcelona de 25 de Febrero del año de 1803.
Literatura.
Niveau 3
Elementos de Botánica del Doctor
Joseph Jacobo Plenk, Consejero Cesáreo-Real, &c.:
traducidos del latin al español, para el uso de los
discípulos de los Reales Colegios de Cirurgía-Médica, por el
Dr. D. Juan Francisco Bahí, Catedrático de Botánica del Real
Colegio de la Purísima Concepcion de Burgos: con una memoria
del traductor sobre la importancia de esta ciencia para el
Estado y Medicina; y preferencia de los remedios vegetales
sobre los del reyno mineral en igualdad de circunstancias:
las instrucciones para el arreglo de los jardines botánicos, que desde Londres remitió Don
Carlos de Gimbernat1; y el método de
disecar bien las plantas, y su conservacion en los
herbarios, por el ciudadano Mouton Fomentile. Recomendar las
obras, y sobre todo las que de los vegetales les ha
publicado el Doctor Plenk, seria multiplicar el número de
los elogios que le han tributado los sabios naturalistas de
la Europa. Me contentaré con decir que estos elementos
tienen la ventaja de ser muy completos en la nomenclatura de
las partes de las plantas, y que el laconismo que los
caracteriza es muy ventajoso para los aficionados á una
ciencia tan amena como importante. La memoria que los
precede, dirigida á excitar en los alumnos el gusto y
aficion á una ciencia de primera necesidad, hace ver
sucintamente quan directamente influye la botánica en el
bien de los Estados y de la Medicina, y lo que pueden sacar
de aquella las artes y vigor del comercio. Ha conocido
España todas estas utilidades, y el Gobierno ha protegido y
fomentado expediciones y establecimientos tan interesantes,
en términos, que se gloría la nacion de haber enriquecido la
Flora universal, como lo confiesan las naciones cultas en
vista de la Flora del Perú y Chile, obras de Palau,
Cavanilles y otros que hacen honor á la botánica española.
Falta pues solo el que se extienda ó se haga mas universal
el estudio de esta ciencia. El labrador ó hacendado, el
profesor de sanidad, los amantes de las bellas artes, el
arquitecto, el pintor, el grabador, tienen su gran ínteres
en el conocimiento de la botánica. ¿No es una gran lástima
ver pinturas muy finas de flores y plantas, y notarse en
ellas defectos de naturalidad? ¿No será un dolor ver faltar
en las producciones de los artistas el bello ideal, que nace
de la bella eleccion de lo natural? Asi sucede pues, si los
profesores de las bellas artes ignoran los límites ordenados
de la naturaleza. El que adorne el orden colindo con el
acanto blando debe saber bien las circunstancias de las
hojas, y partes de la flor de aquella planta. El grabador
que quiere esculpir en un pintado la capuchina ó tropéolo
mayor, por exemplo, debe saber que sus hojas son
abroqueladas, y no ignorar el número de estambres y pétalos
que le corresponden. Los españoles, que son
amantes del buen gusto, tampoco ignoran que para sus
artefactos les interesa esta eleccion del bello natural para
contrabalanzar los productos del extrangero; y sobre todo
los barceloneses para los intereses de sus fabricas sabrán
bien medir la fuerza de esta asercion. No necesitan los
profesores de las bellas artes un profundo conocimiento de
la botánica para exâminar los géneros y especies, y hallar
otros nuevos: los Elementos de esta ciencia que yo presento,
con la voz del Profesor botánico por algún poco de tiempo,
les bastará para hacerles entrar en la inteligencia de lo
que les interesa de las plantas para sus oficios: yo lo
digo; yo lo aseguro. El profesor del arte de curar ya
necesita un conocimiento mas vasto de la botánica ilustrada
por las ciencias físicas. El labrador ó hacendado, que cuida
de sus tierras para sacar de ellas sus frutos, y las
primeras riquezas del Estado, no debe ignorar aquella parte
de la botánica consagrada al fomento de la agricultura. ¡O,
quán bien estada aquel estudio á los nobles ó hacendados
pudientes que tienen el honor y buen gusto de vivir en sus
casas solares en los montes, valles y campos á la vista de
sus haciendas! Así, anímense estos tan interesantes vasallos
á que sus hijos, que envian á las ciudades para instruirse,
no descuiden el aplicarse á una ciencia mira directamente al
aumento de sus riquezas, y á las de la Monarquía. Son
infinitas las utilidades de la botánica, y hasta el teólogo
tiene que contemplar en la mas mínima flor la imensa
sabiduría del Criador. Se hallarán dichos Elementos en el
Real Colegio de Cirugía-Médica de esta plaza,
Con Real Privilegio.
Madrid
En la Imprenta de la Administracion del Real Arbitrio de Beneficencia.
1Mr. de Gimbernat, savant naturaliste, l´un des Directeurs du Cabinet de Madrid. Le même qui nous a adresseé la léttre q´on tronvera à suite de cette notice. Biblioteca Británica, edicion de Ginebra. N. ˚192. pág. 375.