Citazione bibliografica: Anónimo [Ventura Ferrer] (Ed.): "Núm. 3.", in: El Regañón general, Vol.2\03 (1804), pp. 17-24, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.4943 [consultato il: ].


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Núm.° 3.

Miércoles 11 de Enero de 1804.

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Concluye el informe del Censor.

Livello 3► No quiero decir con esto que el juego sea la piedra de toque del mérito, pero no se puede negar que las qualidades que componen un jugador apreciable, forman una idea muy ventajosa de aquellos sugetos que las poseen, y por esta razon me parece que todo hombre bien educado debe adquirirlas. Ya se deberá entender que hablo de los que juegan por mera diversion los juegos permitidos por la ley, y no de los que hacen profesion de jugar, y se mantienen y enriquecen por este medio.

Por otra parte se debe suponer que de todos los géneros de distraccion que hay en la sociedad, ninguna está mas extendida generalmente que esta, y yo comprehendo que es porque entre tantos maestros de artes frívolos que siguen las huellas de la educacion de los hombres acomodados, no se ven maestros que enseñen á jugar á la juventud, quando hay tantos que enseñan á baylar, cantar y esgrimir, sin embargo de que no se canta, ni bayla, ni ménos se riñe tantas veces como se juega. Si es verdad que la educacion mas perfecta es aquella que pone al individuo en estado de hacer bien todo lo que se acostumbra, y se debe hacer en la sociedad, me parece que el juego no debía ser olvidado. Sobre todo, es una cosa extraordinaria que habiendo tantas academias de juegos permitidos, que así se pueden llamar, no haya profesores que enseñen esta ciencia. No se piense pues que me burlo: yo quisiera que este artículo hiciese tambien parte de la educacion de aquellas personas que por su estado y circunstancias tienen que mantener en sus casas este género de diversion, y que hubiese maestros particulares para esta clase de exercicio; pero quisiera al [18] mismo tiempo que sus lecciones no se reduxesen á enseñar únicamente las reglas de los juegos que se usan, á instruirse en los diferentes lances que en ellos ocurren, á comprehender y formar los cálculos y las combinaciones, y á proporcionar los medios de que se pueda defender su dinero, como se dice comunmente; sino que tambien se enseñase el arte de jugar con nobleza y con agrado, de manifestar cortesía, generosidad y buenos modales, con los que desaparece el espíritu de interes: finalmente, yo quisiera, sobre todo, que se enseñase, por medio de un juego moderado, á reprimir la terquedad, que es el origen de todos los pleytos, á distinguir la habilidad permitida de la que es condenada por la buena fe y la hombría de bien, á no tener insolencia ni altivez en la prosperidad, ni impaciencia ó desesperacion en la desgracia, á exercitar el desinterés, y una probidad exâcta, en una palabra, á hacer del juego bien dirigido una escuela de rectitud y de buenas costumbres.

Estas reflexîones que presento podrian adquirir mas extension si los buenos ingenios las ilustrasen con las suyas. Espero pues que nuestro Juzgado acoja mi propuesta, y que no cese de proferir anatemas contra un vicio tan detestable como el del juego prohibido. Salud.

El Censor del Tribunal. ◀Livello 3

Secretaría.
Correspondencia literaria del mes

Carta segunda

Livello 3► Válgate Dios por casualidades, señor Diógenes, casualidad fué leer la Gazeta con el anuncio del señor Anti-Regañon, para que yo metiéndome á farolero quisiera salir de mis dudas gramaticales, y escribiera al señor Editor del Regañon: casualidad fué que en el Número del periódico en donde se insertó mi carta me hallara con la firma de vmd., y con su Plan sencillo y útil; y no sé si es ó no casualidad el que me hayan quedado tan impresas en mi memoria las tales palabritas, que no pueda desecharlas, y me acompañen por todas partes, sea en el campo, sea en la casa, es verdad que algunas veces con [19] utilidad propia, pues me, ocupan en los ratos ociosos, y sobre todo me han ocupado en un pequeño viage que he emprendido por varios negocios á la ciudad de Santander, no tan importantes, que desembarazado dé ellos no eche de ménos las ocupaciones de mi labranza, en que me empleo en mi aldea de Villamediana, pero por fortuna el Plan sencillo y útil de vmd. viene á mi socorro, me entretiene, me ocupa, me divierte; y como esta pequeña, pero comerciante ciudad, es un nuevo mundo para un aldeano Riojano, en dónde se hallan, aunque en corto numero individuos de casi todas las naciones de Europa, y otras clases de gentes tan diferentes en sus ideas como en sus vestidos á los que estoy acostumbrado á ver en mi aldea; cate vmd, señor Diógenes, por donde la combinacion de las diferentes conversaciones oidas en el café, fonda, y en mi casa, revuelven mis cascos al amanecer, me devanan los sesos, y todo por qué, por su bendito Plan sencillo y útil de vmd. y por la bendita casualidad de haberlo leido. Escuche vmd. pues, señor Diógenes, otro monton de casualidades que van á llevarnos á algun Plan sencillo y útil, segun mi parecer. Racconto generale► Entre las gentes que, como he dicho arriba, han llamado mi atencion, ha sido una que merece toda la estimacion del publico, quiero hablar de los que se llaman en mi pais Indianos, gente que habiendo pasado treinta ó quarenta años fuera de su pais en continuas fatigas, procurando con Infatigable aplicacion el aumento de sus caudales, vuelven á él para socorrer á sus parientes, hacer útiles donaciones, y fundar escuelas. A uno de estos individuos, que por fortuna suya inunda de poco tiempo á esta parte esta ciudad, dió la casualidad tuviese por compañero de posada, en donde entablada al cabo de ciertos dias la confianza recíproca, se originó de ésta el hablar de sus caudales, de su destino, y he aquí lo que me dixo. Despues de haber pasado en la América lo florido de mi juventud, y los trabajos de mi edad media, pues algunos he pasado para grangearme algun caudalito, he venido á mi pais para descansar pacíficamente, y hacerme útil tanto en vida como en muerte á mis semejantes. Pues ¿qué piensa vmd, hacer, señor Don Cañuto? le repliqué. Pienso, dixo, fundar una escuela pública en mi pais para la enseñanza de los pobres; pero como hace quarenta y cinco años que falto de España, y veo han variado tanto las cosas, y oigo decir se ha adelantado mucho en la Europa sobre este ramo de educacion pública, quisiera emplear bien mi caudal, no haciendo un gran edificio, ni grabando [20] una brillante inscripcion como se acostumbra en la montaña, sino valiéndome de hombres sabios; entablar en él uno de los mejores planes modernos de educacion, propio de nuestras costumbres, y mas ventajoso á la sociedad en general. Pero ántes de todo, vmd. que, como me ha dicho, es Riojano, y ha corrido bastante la España, dígame vmd. ¿los Dómines y Maestros de primeras letras, tanto de niños como de niñas, son en España como en la América? porque en aquel país he observado son estos los menos trabajadores de todas las ocupaciones y oficios de la nacion: ellos cierran la escuela todos los dias que la Iglesia ha mandado tan sabiamente se santifiquen con oir Misa, pero no con dexar de trabajar; ellos huelgan y hacen holgar á sus discípulos las tardes de los jueves en las semanas donde entre los seis dias no haya alguno festivo; ellos no trabajan en las vísperas de los Santos del pueblo; ellos celebran con el propio intento los dias de su nacimiento, y el de su muger; ellos celebran las fiestas profanas del carnabal, (sic) y juéves de compadres y comadres; ellos las fiestas de los toros, y la mas pequeña festividad del pueblo, en una palabra, no hay frivolo pretexto humano, ó de religion, de que no se valgan para no trabajar, y ya conoce vmd. quan grave perjuicio se sigue á la juventud de una conducta como esta; á mi entender ella es la causa de cierta pereza oculta que he observado en los jóvenes y niños, porque estos mas sagaces de lo que pensamos en advertir y conocer quanto adula su inclinacion, aperciben bien pronto esta repugnancia, y como el aprender lo miran como un pesado trabajo (defecto advertido y corregido, segun he oido, en la educacion moderna), hallan en la desidia del Maestro un fomento de esta idea, y consiguiente pereza; y grabadas en su imaginacion estas primeras ideas de repugnancia al trabajo, se van fomentando cada dia mas con el exemplo, y son causa de la desidia expresada. Aun añado mas, como las primeras ideas tienen tanto dominio en nosotros, y se confunden en la primera edad de la puericia y de la adolescencia, es preciso tener el mayor cuidado en dirigirlas á lo mejor, y como lo mejor en el ramo de educacion es el separar quanto sea posible todo lo contrario al amor al trabajo y ocupacion, atendiendo á que solo en él se halla la alegría y descanso del corazon; se sigue de esto que todas las ideas que no estriven sobre este principio son perjudiciales en lo sucesivo á la felicidad de los individuos, sobre todo, en la gente de conveniencias que no ocupándose en nada les abruma [21] la ociosidad, y les consume el fastidio, y para prueba de quanto llevo dicho, yo conocí un amigo que , aunque siempre alegre y de buen humor, no lo tenia los dias festivos, y él mismo se mataba por averiguar la causa de tan extraño fenómeno, hasta que de resultas de la casualidad de una conversacion algo sabia, cayó en cuenta que todo aquel mal humor no provenia de otra cosa sino de la falsa idea adquirida en las escuelas de que tales dias festivos todo debia ser alegría, algazara y festividad, por lo qual dígame vmd., señor Don Cirilo (porque este es mi nombre) si pasa esto mismo en España, que si es asi, renuncio desde luego á mi proyecto favorito de escuela publica, de métodos nuevos de educacion, y voy á dexar mi caudal á algun Hospital ó Casa de Misericordia. ◀Racconto generale Puede vmd. considerar, señor Diógenes, qual me quedaria yo al oir hablar de este modo á un gordo indiano, cari-ancho, pelucon empolvado, sentencioso y grave en el hablar, por lo qual le respondí: las observaciones de vmd. me admiran y me complacen, pero tocante á su pregunta de si son ó no tan poco amigos del trabajo los Dómines y Maestros de primeras letras de los dos sexos en España, como son los de América, no podré responder con mucha propiedad, pues no he puesto mi atencion en esto; pero segun mi opinion, bastante se les parecen, pues he oido quejarse de ello á algunos padres y madres de familia; y ahora que me acuerdo, lugar he visto en la Rioja donde los niños dexaban de tener escuela, las mugeres jugaban á los naypes en la calle, los hombres hacían meriendas en el campo Solo por celebrar la fiesta de toros que se hacia en otro lugar á una legua de distancia. ¿Pues entonces, levantándose furioso nuestro buen hombre, qué me vienen con proyectos de mejorar la educacion, con bellos discursos en los periódicos, con grandes libros en las librerías que tratan de educacion, si todo esto es edificar en el ayre, es la estatua de Nabucodonosor, la cabeza de oro y los pies de barro? Mejor fuera enmendar esto, y hacer á los Maestros de escuela mas trabajadores, ó mas disimulados, de suerte que no enseñaran á la juventad la ociosidad, ó que no les hagan mirar en lo restante de la vida al artesano su oficio como un trabajo, al comerciante su escritorio, al hombre público su despacho, al militar y soldado las obligaciones del servicio, sino que todos estos miraran el trabajo como lo que es, un medio para ser feliz. Así es, señor Don Canuto, vmd. tiene razon, pero todo puede componerse, yo daré á vmd un proyecto, gracias á la casualidad de haberme dispe-[22]rtado un raton esta mañana, y á lo que vmd. me dixo á noche de haber indiano que había gastado mas de cien mil duros en la Montaña para edificar una casa dedicada á la enseñanza de los pobres, proyecto donde si vmd tiene dinero inmortalizará su nombre, y podrá formar época en los anales de la educacion de España. ¿Quál es, hombre, dixo él? Es un proyecto sencillo y útil, qual verá vmd. Unido su caudal de vmd. con el de ese benéfico patriota montañés, porque en verdad se necesitan grandes fondos, hay mas que así como el fundador de los Toribios de Sevilla tuvo la idea de la enmienda de los incorregibles muchachos, la tenga vmd. del establecimiento de un Seminario para la educacion de Dómines y Maestros de primeras letras. Entónces admitidos en él los niños de padres pobres, y con preferencia á éstos los infelices expósitos, á quienes se les podria dar este destino, como manifestasen viveza y claridad de entendimiento, se les podria ir dando toda la educacion conveniente para el importante empleo que debían ocupar en la nacion. Con esto, y un bellísimo plan de educacion fácilmente formado por los sabios españoles que tenemos, se iria formando un plantel de jóvenes Dómines, Maestros de primeras letras, dulces en su trato , suaves en sus correcciones, que desterrasen los azotes, y conduxesen á sus discípulos por el camino del pundonor, y si este no bastase se valdrian de otros medios que mortificándoles lográran su intento sin abatir y envilecer su alma, y sobre todo amantes del trabajo; con estos requisitos ellos serian buscados y solicitados á porfia por los Ayuntamientos de todos los pueblos y ciudades para que enseñasen en sus distritos. Así lograba vmd. el seguro acomodo de estos jóvenes, se lograba dar una misma y uniforme educacion en todo su pais, y si se aumentaban estos Colegios en toda la España, el Gobierno podria por este método dar á la nacion la educacion que creyese conveniente. Bravo, amigo, le aseguro á vmd, que no he oido cosa semejante, y esto me hace ocurrir la idea de dexar unos diez premios de trescientos ducados á los primeros Maestros y Dómines de España que no sean como los de la América, esto es, que no hagan guardar mas fiestas á sus discípulos que las que manda la santa Iglesia, que supriman la perversa costumbre de dar asueto las tardes de los juéves, en una palabra, que enseñen á sus discípulos el amor al trabajo, y el odio á la ociosidad. Completísimo pensamiento, exclamé yo; y quando iba á seguir, dió la casualidad que se me resbaló la silla en donde estaba sentado, que cai de espal-[23]das, y nos pusimos á reir á carcajadas, y así nuestro benignímo proyecto se convirtió en ayre; por fortuna nuestra agradablemente, pues en otros los suyos no se concluyen así. Vuelto de mi risa, señor Diógenes, al instante me ocupó la memoria su Plan sencillo y útil de vmd. y me ocurrió de noticiárselo para que apruebe en el despacho de su tinaja si este proyecto es ó no útil, ó para que lo convierta en risotadas, sin que por eso pierda vmd. para mi el concepto de filosofazo. Su afecto servidor

El Discípulo de Pericon

P. D. Al echar esta carta en el correo veo entrar muy apresurado á mi buen indiano diciéndome: amigo, amigo, acabo de leer una carta en un papel titulado el Regañon, firmada por D. S. L. sobre la educacion, en donde hace unas preguntas que merecerian estar estampadas en letras de oro; seguramente el sabio español que las desempeñase bien seria tan digno de la gratitud general como el dignísimo autor que las propone. Esto si que es querer fundar sobre sólidos principios, esto si que es tener tino, y herir la dificultad, por lo qual si no hubiese quien premiase tal memoria, yo ofrezco un premio de dos mil duros. Ignoro si mi indiano es de aquellos que prometen mucho y dan poco, por lo qual si no aseguro el dinero, aseguro á lo ménos el mucho aprecio que ha hecho de la tal carta. ◀Livello 3

Carta tercera.

La Vanidad.

Livello 3► Señor Regañon general: Aunque las penas establecidas en ese Tribunal (la correccion y el regaño) no sean proporcionadas al grado de corrupcion á que han llegado las costumbres, no debemos desconfiar de que aplicadas con discrecion y constancia puedan contribuir a su reforma, especialmente si se emplean contra aquellos vicios que no tienen por aliciente un interes real. De esta especie es la vanidad, tan arraigada en nuestro suelo, y tan esparcida en todas las clases del estado, que hay quien pretende caracterizarnos por ella.

Subscribo sin disputa á la opinion de los que consideran la vanidad como un extravío del amor propio, que inspira al [24] hombre una idea ventajosa de sí mismo respecto de los demas con quien se compara; y añaden, que erigido por esta vana idea en ente de superior orden, se cree con derecho á la admiracion y respeto, y aun á la dominacion de los que mira como inferiores: en este último caso le dan el nombre de orgullo, cuyas relaciones con la vanidad son tan estrechas, que ámbos vicios se encuentran confundidos á cada paso. Quien dice vanidad dice error é ignorancia; y asi vemos que los mas achacosos de este vicio son siempre los ménos ilustrados.

Como la vanidad es una enfermedad moral de las mas contagiosas, convendria que todos los que desean preservarse de ella estuviesen advertidos de los síntomas que la dan á conocer, á pesar de sus disfraces, para que evitando toda especie de comercio con los inficionados, les obligasen por este medio a que tratasen de ponerse en cura. Yo he hecho algun estudio en distinguirlos por sus caracteres, y he aquí el fruto de mis observaciones.

Exemplum► Vanas son todas las personas de ámbos sexôs que se anticipan á seguir la moda, ó llevarla hasta el extremo. Vanos todos los descendientes de Adan que se disputan la preferencia acerca de su origen. Vano el hombre sin rentas que desdeña servirse de sus brazos por no manchar el lustre de sus ascendientes. ◀Exemplum Exemplum► Vano el que alarga la conversacion del que le habla con el sombrero en la mano. ◀Exemplum Exemplum► Vano es el pobre que pide limosna prestada. ◀Exemplum Exemplum► Vano el rico que emplea su dinero en pergaminos. ◀Exemplum Exemplum► Vano el mercador que enriquecido en pocos años cree que todo lo ha debido á su industria. ◀Exemplum Exemplum► Vano el médico que se atribuye la cura de todos los que sanan. ◀Exemplum Exemplum► Vano el literato que emplea mas tiempo en escribir que en leer. ◀Exemplum Exemplum► Vano el militar que tiene mas respeto á sus enemigos que á sus conciudadanos. ◀Exemplum Vano.... pero es muy larga la lista, y es de temer que si los atacamos reunidos hagan causa comun, y no podamos con ellos.

Tenga vmd. á bien, señor Regañon, exponer á la vergüenza pública estas vanas deidades, como lo pido en nombre de la sociedad, cuyo trato hacen tan difícil. Salud y teson. ◀Livello 3 ◀Livello 2

Con Real PrivilegioMadrid

En la Imprenta de la Administracion del Real Arbitrio de Beneficencia.