El Catón Compostelano: Discurso XV

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DISCURSO XV.

DEL TIEMPO.

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Que cosa mas real y exîstente que el tiempo? Todos lo conocen y lo mormuran, y nada subsiste ni se verifica sinó en tiempo. Por otra parte ¿que cosa mas ignorada é insubsistente? Asi están trabados los conocimientos humanos, que es menester arañarlos de entre la ignorancia y la Sabiduría. Dos libros que andan vertidos en manos de todos, gasta San Agustin para conocer y definir el Tiempo; mas despues de discurrir por todas sus partes este entendimiento profundo, al fin le dexa sin definir, confesando que no sabe lo que es el tiempo. No hay que estrañarlo, porque lo que no exîste no puede definirse ni comprehenderse. Lo pasado no exîste, asi como tampoco lo futuro, luego solo podrá caer baxo la capacidad del hombre este actual momento en que está leyendo; pero este momento ya pasó, ya no exîste; y por mas que quiera disminuirlo en segundos siempre coincide en lo que pasó ó ha de venir, sin hallar un solo momento actual, que pueda ser objeto de definicion. Atacado asi el Santo, se convierte al principio y fin de los tiempos, por si puede comprehenderlos en concreto; mas aqui es donde halla mayores estorvos, por qué ¿como podemos conocer su principio ni su fin sin coincidir en la eternidad? Ni hay medio entre estos extremos. Y ¿que cosa mas incomprehensible que la eternidad? El hombre no puede remontarse al origen del tiempo, si no tiene idea de lo que es el No tiempo, ó de que la carencia de tiempo es eternidad; con que solo conociendose la eternidad, podrá conocerse el tiempo. Y ¿quien nos dará á conocer la eternidad? Non es vobis nosse tempora vel momenta : : : Hé aqui un punto el mas importante para los Catholicos que lo creen y confiesan sin entenderlo, como para los Deistas y Acatholicos que quieren negarlo, por que no lo entienden, ni comprehenden. Yo no presumo tanto de mi, que me crea capaz de iluminar á unos y otros. Sin embargo debo confesar que de todos los puntos de Fé de nuestra Santa Religion, lexos de hallar en este la menor repugnancia, el es el que mas me consuela, me radica y me conforta. He leído algo de lo que nuestros Teologos y Asceticos nos explican sobre este atributo del Alma y de la Divinidad; pero no hé sacado mas que confusion ó adhesion á la Fe del Carbonero. A fuerza, pues, de meditar y combinar la inseparable relacion de las Criaturas y el Criador, hé hallado lo bastante para sosegarme y convencerme, y para que crea que debo comunicar á mis hermanos un hallazgo, que tengo por el de su rnayor interés.

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Yo concibo la Eternidad como un circulo esferico, que no tiene principio ni fin. Asi es como los Matematicos le definen; ni tenemos otra idea mas perfecta y adequada de la eternidad en si misma. Por mas que se ruede sobre este circulo no se le puede hallar termino ni principio, y concibiendo la inmensidad de Dios con todas sus criaturas como un circulo perfecto, le adoro sin repugnancia como inmenso y omnipotente, y me contemplo coeterno con el á parte post. Si de este circulo me tomo una porcion con un compás, hallo el principio, medio y fin de esa parte y porcion dada, emanada del circulo inseparablemente en su origen, y que vá á confundirse necesariamente al fin á ese mismo circulo interminable. Tal es el tiempo; y en tanto grado se me hace persuasible esta demostracion, que me parece increible la exîstencia del tiempo sin la eternidad. Por que ¿que cosa es este tiempo que es, fué y será, sino una emanacion de la eternidad, ó de una exîstencia anterior y posterior al tiempo? Antes que Dios, criase el Mundo no havia tiempo sino eternidad. Se acabará el Mundo y con el el tiempo, y nos hallaremos forzosamente sin tiempo, y por consiguiente en la misma eternidad, de donde salió. Al principio del Mundo crió Dios la Luz y las tinieblas, y á los Astros que presiden al dia y á la noche, y hacen girar con ellos esta misma luz y tinieblas en el espacio de veinte y quatro horas; y este espacio y primer giro es el principio del tiempo, que se fué multiplicando por dias, semanas, meses, años y siglos hasta el presente, que como ya se dixo y demostró en el Discurso III. de este Caton, este es el LVIII. del Mundo y no mas. Durará lo que está decretado en la eternidad, sin embargo de aquella opinion Rabinica que trahe Berti en la pag. 48 de sus Rudimentos Chronologicos, y entonces acabado el tiempo nos hallaremos necesariamente en la eternidad. En suposicion de que purificado el Mundo primero por agua, y despues por fuego (dos verdades catholicas en que todas las Naciones convienen) fijáse Dios al Sol y á los Astros en el Zenit de este emisferio, de suerte que dexasen ya de girar por sus orbitas, entonces sin aniquilarse este Mundo, dexará de exîstir el tiempo, permaneciendo el uno de los emisferios en perpetua luz, y el otro en tinieblas eternas ó sin tiempo. Todo esto lo puede entender y comprehender un niño que empieza á manejar el compás en la escuela del Dibujo, si huviese hallado un Maestro habil que no perdiese oportunidad de instruirle en el conocimiento de las verdades catholicas.

Livello 4

Esempio

Explicando un Irlandés el metodo de educacion de uno de sus Seminarios, dice ,,Alli se instruyen los niños en las SS. Escrituras por Biblias mudas, que representan los principales pasages en estampas. Se les explica una por una toda la Historia Sagrada, y les queda tan fixa y tan impresa, que sin fatigar la memoria decoran al instante lo que se les cuenta y demuestra, y lo repiten entre si con aquella fruicion interior que siente el alma en la impresion de las primeras ideas ó nociones de nuestro entendimiento. El ojo y el oido son los que hacen la costa en esta instruccion halagueña y divertida para los niños.” Asi como se suelen educar los Principes y Señores nobles en el honor y valor, que constituye su verdadera grandeza por medio de los retratos de sus antepasados, en donde aprenden á emular sus heroycas virtudes. Alli prosigue “se les enseña, no solo á leer y escribir su lengua patria, sinó tambien el artificio gramatical de ella; la propiedad de las voces, y el estilo baxo y sublime de las frases y elocuciones con todos los tropos y figuras de la buena Oratoria. Despues pasan á la clase de las lenguas, dandoles á conocer la Ortografia y artificio de quatro de ellas á un tiempo, ó sean las Europeas, ó las Asiaticas, segun la condicion ó inclinacion de los sugetos. El Hebréo, Arabe, Griego y Latin son las en que primero se les instruye lo bastante á combinarlas con la suya, cuyo artificio ya conocen, pero sin fatigar su memoria con un monton de reglas y voces barbaras y exôticas, discurriendo por todas las partes de la oracion, hasta que con el tiempo puedan hacer un estudio mas serio y profundo sobre aquella ó aquellas que necesiten en la carrera á que se hayan de dedicar."
¡Que distantes que estamos de una educacion tan metodica y economica, de que necesita la corta vida del hombre! A la edad de 25 años vemos extrangeros grandes politicos y Matematicos, grandes Generales, y Ministros sobresalientes que goviernan Monarquías, al paso que los Españoles indolentes se les hace gastar el mejor tiempo en : : : mejor es callarlo que decirlo. Pero ¿por qué hemos de callar lo que mas importa á nuestro bien estár temporal y eterno? ¿Que fanatismo es este, del qual no se desdeña el Señor Masdeu de asegurar que raya ya en la supersticion? Y se ha de imprimir aquello en España y fuera de ella, y no hemos de poder vindicar nuestro honor, ó exâminar y poner al público las causas que lo motivan, para que se enmienden y corrijan? Un Anonimo en el Discurso VIII. de este Caton pregunta; qual sería el libro de Moral que instruía al Clero de la Iglesia primitiva. Voy á decirselo; pero quando me hace una tal pregunta ¿que podré yo pensar, sinó que me echa á mi la carga, porque el no se atreve á chocar con la practica recibida, temiendo la censura mas agria si descubre qual era aquel libro? De esta manera anda la verdad fugitiva, sin atreverse á comparecer en todo su esplendor. Pero ¿podré yo aun ocultarla despues de haver prometido descubrirla á aquel piadoso Anonimo? No tengo, pues, reparo en decir que en; los primeros siglos de la Iglesia no se estudiaba otro libro que á Jesucristo crucificado. Este solo y las SS. Escrituras eran toda la biblioteca de aquellos Padres hasta la paz de la Iglesia, que inmutó la primitiva Disciplina. Y si en publicar esta verdad, que nadie ignora, hay recelos ¿quales serán, si preguntase; por qué la Iglesia y el Estado no son esencialmente independentes uno del otro? Por que medios podrá recobrar aquella su primitivo explendor y extension? Qual será la causa de que el Clero de España haya decaido de aquel ascendiente que tenia entre todas las Naciones, quando las iluminó con las primeras Poliglotas de Cisneros y Arias Montano, ayer todavia en tiempo del Señor Rey D. Felipe II.? Pero sería vituperable mi silenco, si omitiese manifestar el motivo de la decadencia de nuestro Clero. Exîste en el corazon del hombre desde su corrupcion una desgraciada fecundidad de todo mal que altera muy luego en los niños las pocas buenas disposiciones que les quedan, si los padres y maestros no trabajan continuamente en alimentar y hacer crecer estas debiles semillas del bien, y si no arrancan con infatigable cuidado las espinas que un tan mal fondo produce. Tienen, pues, necesidad los jovenes de un Consejero fiel y perenne que les haga reparar lo malo que reyna en casi todos los discursos de los hombres, y que les enseñe lo bueno y honesto que deben seguir. Pero quando se trata de la eleccion de un preceptor ¡que circunstancias no es preciso le adornen! Ser virtuoso no es bastante todavia, y que sepa mantener la disciplina mas exâcta es aun poco, para que la sabiduría del maestro conserve su inocencia en esta tierna edad, y que en lo sucesivo, quando lleguen á ser grandes y dificiles de governar, su gravedad les imponga respeto y haga mantener en su deber. Quintiliano trata largamente la question, de si es ventajoso instruir á los jovenes en particular, ó si es menester embiarlos á las escuelas púbiicas [sic]. El abraza el ultimo partido, y declara, que si estas son peligrosas á las costumbres, por utiles que puedan ser á las ciencias, no será necesario titubear en escoger, porque la virtud es preferible con mucho á la elocuencia. Pero tambien digo, que el hablaba en un tiempo en que las escuelas eran Areopagos, ó Cathedras de ciencia y virtud. Pero ahora ¡Que Quintiliano aconsejará que los Niños se embien á educar fuera de casa, y que Agustino no llorará amargamente de que en las copas emponzoñadas de Egipto se beba el vino del error! Las falsas maxîmas del siglo corrompido, y el contagio del mal exemplo son los limites en que se encierra la enseñanza pública para pudrir el tierno y docil arbusto que está naciendo, ó sea el corazon humano. Los Seminarios destinados á formar hombres virtuosos y Cristianos á aquellos que pueden sostener pensiones, adolecen de tibieza y descuido en tanto grado, que los educandos salen de ellos mas torpes acaso de lo que han entrado. ¡Que Ministros del Altisimo saldrán, pues, tan excelentes y exâctos en el cumplimiento de sus obligaciones! Ya se vé, toscos é ignorantes, porque no han aprendido Gramatica, apenas pueden pronunciar un Discurso en Latin, ni aun hablar en público metodicamente; sus costumbres, lexos de edificar y ser el espejo de la virtud, ofrecen al irreligioso, y libertino el espectaculo mas lisonjero que pueden apetecer; y en fin los hombres consagrados al Santuario para ser los mediadores entre el Criador y la Criatura, parece que por sus pecados irritan la paciencia Divina para vibrar sobre todos su vara justiciera.

Metatestualità

Pero ¡que digo! ¡A donde me lleva el entusiasmo de reprehender! ¿Por ventura tengo poca experiencia para saber que la vanidad y el amor propio no dejarán impune mi osadía en declamar contra lo que mas impresion causa? Y es posible, Caton mio, que solo has de ser Caton por ironía y no mas? Mejor te es de esa manera que tomes otro nombre, ó busques otro oficio, y no engañes al publico á quien ofreciste desengañar: dale á lo menos la satisfaccion de que motivos superiores te hacen callar y llorar con lagrimas de sangre un abismo de males que no se remedian, porque no se conocen, ó que se conocen y no se pueden remediar. Quando llegan á este estado ya son incurables, y solo nos queda el arbitrio de encomendarlos, y conformarnos con la alta Providencia, que asi lo permite, hasta que lo remedie en el tiempo, modo y forma que tiene determinado en su eternidad.

VARIEDADES.

Livello 3

El Epigrama de Marcial Sobre Porcia es uno de los mejores que ha compuesto. En èl nos enseña el verdadero modo de que usó Porcia para darse la muerte, y que no conviene con la opinion comun, que quiere que haya sido tragando carbones encendidos. Por poca atencion que se ponga, mas verosimil es que se haya sufocado tragando ceniza caliente, como dice Marcial, que no carbones. Los carbones no son tan faciles de pasar, porque son cuerpos de figura desigual, muy secos y extremamente asperos, que no se cuelan por el gaznate, como los que son humedos, y que tienen una superficie lisa. Si se quiere decir que los trituró en la boca antes de tragarlos, en este caso solo podría quemarse la lengua y el paladar, porque la saliva y la privacion del ayre no dejarían de apagarlos, y por consiguiente impedirían de que hiciesen un efecto tan pronto y tan violento, como el que refiere la Historia. Pero dudo mucho que los Pintores sigan el sentir de aquel Poeta, principalmente los que se paran mas en la belleza del espectaculo, que en la verdad de las cosas. La accion de tragar cenizas no es favorable al pincel, porque no la advierte la vista de un modo bastante sensible, y con perfecta distincion; y asi aquellos siempre representan contra la voluntad de Marcial, y contra toda verosimilitud á aquella ilustre Romana, llevando á la boca grandes carbones encendidos; y aun mas sucede á veces, que si algunos se dejan llevar de la fantasia, tambien se los harán tener en dos dedos con mucha serenidad y gracia, como si fuera un boton de rosa. Tal es la arbitrariedad de los Señores Pintores, que son dueños de trastornar las verdaderas acciones antiguas, y de convertir lo hermoso en feo y al revés, con el fin de que asi les tributen los elogios, que se merecen por hacer favor.