El Curioso Entretenido: Entretenimiento IV

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Entretenimiento IV.

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Lettera/Lettera al direttore

Señor Curioso. Con el motivo de verme precisado á obedecer las ordenes de quien venero, me es forzoso en la estacion, no solo condescender á sus preceptos, sino violentar mi alvedrio arrogandome un peso, y cuidado, que son bastante repugnantes à mi genio.

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Autoritratto

Veome casi en lo mas florido de mi edad, hecho Padre de familia de un numeroso Pueblo, pendiendo tal vez de mi conducta su felicidad; y aunque (á Dios gracias) no me faltan luces para arreglar su gobierno, conduciendome, sinò, por las copiosas instrucciones, que en tantos libros de á folio yacen lastimosamente sepultádas, no quiero valerme de este socorro, por lo obscuro è impracticable de sus reglas, ò lo mas cierto, porque la prolixa extension de sus discursos, dá nausea al mas robusto estomago.
Esto supuesto, paso á suplicar á Vmd. se sirva dar à luz sobre el asunto alguna instruccion no solo util, sino tambien breve, y compendiosa; para que uniendo con facilidad sus relaciones, pueda sin apelar à otros subsidios, desempeñar mi obligacion, quedando de Vmd. siempre El Principiante Directòr.
Respuesta.

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Metatestualità

Mui Señor mio: sin duda alguna me tiene Vmd. por algun Licúrgo, quando me propone estos empeños; ò lo que es mas cierto, es algun chusco de primera clase, y pretende con esta estratagema ver si corresponden las obras á las palabras: en fin sea lo que fuere, yo debo cumplir lo prometido, sin entremeterme á investigár el motivo de su demanda.

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Autoritratto

Desde mi tierna edad tube una innàta propension à los libros, y papeles, y aunque jamás me faltò tiempo para mis diversiones, siempre dediquè algunas horas á la lectura, procurando recoger quantos manuscritos se me presentaban, ya satisfaciendo su importe, ò ya tal vez tomandome el trabajo de arrancarles la grasa, y mugre que contraxeron sirviendo de cubierta à varios encargos: por esta razon, en el dia, sin saber como, ò quando me hallo hecho Escritòr, viendose mi nombre por las fachadas de los libros, y esquinas en letras de molde, y casi estoy tentado (siguiendo la moderna practica) de esculpir mi retrato en sus frontispicios, para vincular en la posteridad su memoria.
Ya oigo á Vmd. decir entre sì impaciente, que à qué viene todo este farrago con sus pretensiones? Pero Señor mio, valga flema, y vamos al caso: digo pues, que con la cosecha de mis papelones, sin poner en los mas nada de mi casa, satisfago regularmente la curiosidad de los que me favorecen con sus cartas, no faltandome tampoco provision de versos para lo que ocurra, ni es culpa mia privar à sus verdaderos autòres de esta gloria, sino omision, y descuido de quienes los copiaron, en no incluír su nombre, notando al margen su edad, patria, y nacimiento. Y pues no se me ofrece por ahora otra advertenica, pasémos à gobernar el Mundo, valiendome de la siguiente

Instruccion politica.

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Gobernar, es dirigir los subditos al debido fin, como el Piloto gobierna la Nave al puerto: el fin es vivir bien, esto es, conforme à las leyes de razon, y la razon es el alma de la ley: luego quien siguiere su luz, no tropezarà en los abismos, y tinieblas del erròr; mas ¿quien podrá verificar este universal aforismo en innumerables individuos? ¿Quien conocer los efectos de la razon, entre tantos del apetito, y sus pasiones? ¿Quien apartar la mentira de la verdad? Accion es dificultosa; pero con todo propondrè un exemplar, en que vean como en un espejo las reglas que deben observarse en qualquier christiano, y politico gobierno: este exemplar serà lo mas cercáno, y semejante à nosotros, que es el hombre, cuya compostura, y acciones naturales, son tan manifiestas, que ni el entendimiento se escusarà con la ignorancia, ni la memoria con el olvido, pues una, y otra tendràn á todas horas presente el objeto: conviene que la Republica imite al hombre; y siendo él quien la gobierna, serà imitacion de sì mismo: segun distintos respetos, ò segun mas demostrable Filosofia, una parte imitará á otra: la superior, à la inferior: la libre á la necesaria: y la racional à la sensitiva. Es el hombre un compuesto fisico de cuerpo, y alma racional: del mismo modo la Republica se compone de cuerpo (que es la plebe) y alma racional (que es la prudencia de los Magistrados.) El hombre vive pacifica, y virtuosamente, quando no dejandose arrastrar de su inclinacion, triunfa de sus pasiones sujetando el cuerpo al espiritu. Si el cuerpo no está sugeto á las leyes de la razon, reinarán en èl los vicios con mortal dolencia. En las tres potencias se hallan las partes esenciales de la politica: en el entendimiento la prudencia, y conocimiento de las leyes: en la voluntad el amor à los subditos: en la memoria el cuidado de lo preciso: y tambien miro en ellas los nobles, y superiores de este pequeño mundo, numero suficiente, y no de poca conveniencia. Los sentidos son los ministros por donde se debe dirigir, viendo, y notando con ellos las necesidades, de los pobres; oyendo igualmente ambas partes, pues para eso pròvida la Naturaleza, nos adornò con dos oídos, uno para la queja, y otro para el descargo, indagando la buena, ò mala fama de sus patricios; viendo por sì los negocios, tocando con sus manos las acciones de mayor importancia, y haciendo disfrute el Pueblo una tranquila, y deliciosa paz, no olvidando al mismo tiempo las prevenciones de la guerra. Es el corazon principio de la vida, y de las venas; lo es tambien de la alegria, y tristeza; y finalmente, guarda del calor natural: està en medio del cuerpo, y aunque se inclina algo al lado siniestro, es para suplir con su calor la flaqueza, y frialdad de aquella parte. ¿Quien es el corazon de la Republica, sino quien la gobierna? Principio del sér publico, de la vida, y de la sangre: la sangre son los bienes temporales, que ha de mirar como propios, y los propios como agenos: conservacion del calor que la vivifica, del zelo del bien comun, en quien consiste la general alegria, y tristeza: indiferente en el medio de todos, para dàr á cada uno lo que es suyo, que ese es el atributo de la Justicia; inclinandose siempre à la parte siniestra como el corazon, esto es, á la mas debil, y pobre, para que no decline, pues quando un infelìz se querella de un Poderoso, seguramente le faltan ya los resortes de la tolerancia, queriendo ellos en fuerza de su poder, devorar lo poco que con el sudor de sus fatigas conservaron: muevese continuamente, como lo debe hacer el Superior vigilante, y solicito del bien comun, pues debe abandonar toda inaccion, inquiriendo quanto acontezca. En la cabeza, superior à todos los miembros que aman, defienden, y hermosean esta prodigiosa maquina del cuerpo, reconoce la que lo es de la Religion venerada de todos los Fieles, en quien resplandecen, como en esfera mas alta, las luces de los sentidos, con la eminencia de las gracias, y virtudes. En los brazos se mira el premio, y el castigo, y los otros dos brazos Eclesiastico, y Secular. En huesos, y nervios, las fuerzas, y armas. En el estomago hallareis la justicia distributiva, que sin excepcion de personas, recogiendo en sì todo el mantenimiento, distribuye despues à cada miembro lo que ha menester, segun su calidad, y fuerzas: la conmutativa, en que buelve quanto recibe en diferente especie: la vindicativa, en el castigo del miembro que se torciò, consintiendo, si es menester cortarlo, todo el cuerpo, aunque con dolor comun, para que no se gangrenen los demàs miembros. Cuide el Magistrado del alivio, y sustento de sus subditos; castigue los delitos con afecto de piedad: corte animosamente, si precisa, el miembro inutil, por salvar el todo. Como diestro Medico sea tambien recatado en las sangrias, que la vida està en la sangre, porque la conserva; y si el cuerpo se enflaquece ¿qué fortaleza tendràn cabeza, y corazon? Los vasallos, y subditos cumplan con sus obligaciones, acudiendo al Principe liberalmente en sus necesidades, obedeciendo sin violencia sus preceptos, porque un tiempo que los miembros se conjuraron contra el vientre, y le negaron el sustento, en verdad que corrieron igual fortuna, y todos perecieron. En los ojos se vé el estado del Matrimonio, sin el qual queda el cuerpo de la Republica inutil: á dondo mira el uno, mire el otro, que si el marido mira al Cielo, y la muger à la tierra, ò al contrario, serà un inextinguible incendio. Muchas, y admirables son las oficinas para diferentes ministerios corporales; esto mismo conviene á una Ciudad bien dirigida, y gobernada. No consiente el cuerpo (aunque forzosos) excrementos, ni superfluidades: ni la Republica es bien que los consienta; no obstante, no todo lo superfluo se escusa, ò se puede expeler: cortense las uñas mal opinadas, y los cabellos holgazanes: los pies andan como pies, y sustentan el cuerpo, mas no pretenden ser cabeza. Los Artesanos trabajen si quieren andar seguros, no aspiren à caballeros, pues pervertido el orden natural, se reduciria el Mundo á su primera confusion. Lo mismo digo de las manos; ellas se exercitan en las funciones conducentes á la conservacion, no aspirando à ser ojos, ni dientes. Los plebeyos si nacieron, y se criaron en oficios, exercitenlos, porque de lo contrario se invertirìa el orden de los estados: no por que los pies deslizen, y dèn con el cuerpo en tierra, las manos se ofenden, y con un palo los castigan, nò; la charidad debe disimular faltas de los proximos, que es el vinculo de la paz, como la union de cuerpo, y alma.
Muchas congruencias, y primores podia descubrir en esta imagen de la Republica, ò Ciudad que he propuesto para imitacion; pero quien la mire con atencion, y deseo de conformarse à ella, descubrirá un pequeño mundo de algunas maravillas, que subministran sòlidos, é importantes consejos á la razon de estado.

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Gobierno ridiculo de un Patàn Moderno.
Si yo gobernàra el Mundo, hiciera cosas extrañas, y para tenerlo en pié cogiera, y no hiciera nada. Todo lo haria al revés, en caso que hacer pensára alguna cosa à derechas, pues tengo para ello gracia. Pusiera en la mar cien velas, para formar una esquadra, y si no tubiera vasos, la supliria con tazas. Les diera á los calvos pelo, y con eso adelantaba, el que muchos peluqueros no urdieran tanta maraña. A los maridos con Argos en ojos los igualara, y con todo puede ser no vieran lo que les pasa. No diera grado à Doctóres; pero sus mulas graduára, porque en rigor, no son ellas las que los enfermos matan. Aunque en campaña estubiera, jamàs daria batallas, con eso los enemigos no haya miedo las ganáran. De las Universidades todas la puertas tapiára, que Licenciados con leyes, hacen leyes licenciadas. Mil, dos mil, y tres mil cosas fuera extinguiendo con maña, las unas porque se extienden, otras porque se propagan. Por via de buen gobierno las Comedias desterràra, que yo con mi gran talento fuera entremès á la Patria. Los toros qué bella fiesta! Nadie les llegue á las astas, que aunque se consuman muchos, jamás faltará la casta. Quemára seiscientos mil, (y con todo no faltáran) libròtes de medicina, y leyes adulteradas. A las mugeres les diera lo que mas les hace falta, juicio querìa decir, mas ellas diràn que plata. A muchos de los que abogan, à bogar yo los embiára á las galeòtas de Turco, ò las galeras de Malta. Les diera à los Escribanos, si es que á mal no lo llevaran, para cortarse la uñas tixeras multiplicadas. A las bellezas del tiempo diera para hermosearlas, polvos, carmin, albayalde, y tambien agua de cara. En los cafèes yo tendrìa muchas borlas destinadas, para graduar de Doctòres tanto Bachillèr que garla. A los soldados les diera, para asaltar muchas plazas, abundantes municiones, y mas escudos, que espadas. Yo, en fin, lo erraria todo, y fuera tal mi desgracia, que si pretendiera errarlo, puede ser que lo acertára.

Carta

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Lettera/Lettera al direttore

Señor Curioso: La perversa condicion de mi Marido es la causa de molestar à Vmd. en el fin, de que dandola al Publico, le sirva tal vez de correccion, y mas quando ansioso todas las semanas compra sus discursos. Es constante, que no me escasèa nada de lo preciso para mi decencia, tratandome con el amor, y respeto, que se le debe à una muger de mis circunstancias; pero con todo, su ridiculèz, y extravagante genio me obligan à vivir tan mortificada, que sobrepujan sus impertinencias á las satisfacciones, que por otra parte me tributa. Y para que Vmd. venga en conocimiento de mi razon, haré presentes sus extravagancias, à fin de que como imparcial dé Vmd. su parecer en la materia. ¿Es regular acaso, que teniendo una summa aficion por los vestidos de maja, y gitana, me haya de privar de su uso? Respuesta. Sì. ? Es bien parecido, que hallandose otras siempre rodeadas, y asistidas de petimetres, y oficialitos, à mì me prive enteramente de su trato? Sì. ¿Es soportable, que contra la comun practica me haya prohibido enteramente el agua de cara, y otros alivios? Sì. ¿Es puesto en razon, que haya despedido un bello muchacho peluquero, porque se estaba dos, y tres horas peinandome, valiendome en el dia de una muger para el efecto? Sì. ¿Es conforme à mi estado, que no he de ser dueño de mi libertad, dandole parte si quiero mover un pie de casa? Sì. ¿Es justo, que siendo tan crecidos nuestros intereses, no me permita una Nutrix, haciendo que crìe una niña con detrimento de mis perfecciones, y hermosura? Sì. ¿Es bien hecho, que los criados han de ser siempre por su eleccion, interesandose en los asuntos mas mecanicos, y peculiares de la casa? Sì. ¿Es acaso decente, que à todas horas, y en todos sitios lo tenga siempre al lado como faltriquera? Sì.

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Reflexion

De una Autòr de misa à los Lectòres legos. Cancion Real. Alta voz dulcemente hiriendo en mi harmonia mi memoria tremula suene entre tormento, y gloria, gima en numero airoso obscuramente resbaladìzo palido Occidente. Fuè mi nacer brillante, que en esfera elegante del Cantabrico suelo à Celtiberia à horror, y á luz diò explendida materia: venas de hierro nò, de capitanes de acero, entre marciales tafetanes descendiente me hicieran dignamente, à no haver sido yo su descendiente. De explendor pues templado al destino debí quanto pudiera elejir, que en tan limpia, ò clara esfera, si acaso fuè, fuè acaso con cuidado: pobre Penátes, suelo congojado á mi espiritu ardiente à region mas luciente llamaron mi altivèz, que generosa aùn sin alas se miraba airosa, como clavèl de mal sufrida grana que entre ocultarse ò no de la mañana, por dar à luz su gala, y bizarrìa al boton hizo fuerza, y rasgò el dia. Nacì à ser quizà espanto de tristeza mortal, de horror profundo viviendo tan perdido por el Mundo, como si centro mio fuera el llanto: aquel caos alegre, aquel encanto de amor mal entendido, remora acorde fuè de mi sentido, y como aurora ciega àcia el Poniente, lagrimas de dolor fueron mi Oriente. Mirè el Orbe, y suspenso en su semblante, adorè en humo el idolo brillante; ciega, y confusa con uno, y otro encuentro mi vida saliò à luz buscando el centro. Al Cielo es bien que ceda la Tierra, quando influxo soberano uniendo lo Divino con lo humano, alumbra ceguedades de su rueda: bien es que al llanto el gozo le subceda, y bien es, que elevando la alma en hechizo blando, pinte con dulce musica sonòra, de una canòra voz, la alma canòra: turbado lo mortal, ò convencido dexare mi dolor desvanecido, para que en las memorias de mi muerte, ó no despierte, ò mi razon despierte. Vi presurosamente correr volante el globo cristalino real Planeta, y á su ardor divino cruzar el Orbe, antorcha refulgente, y dixe, si del sol està pendiente de la luna la esfera, de los montes la fiera, la alma del pez, del pielago la plata girasoles del Alva en su escarlata, si en sus cadenas forma sacudido el mayor Mundo portendoso ruido, al sol he de rizar rápido el buelo, sea mi antorcha el Sol, mi Norte el Cielo. Centella retorcida la Sierpe con tres lenguas roza el monte: el Leon aterrando el Orizonte en espuma la luz dexa teñida: en hilos sueltos del cristal la vida se desangra corriente: la rosa tristemente informa de su lastima à las flores: peinan ècos de amor los Ruiseñores: el risco canta: encanto es la harmonìa: grana sonòra en numeros dà el dia: sombra verde dà el Vegria sobre el yelo, y todos deben luz, y vida al Cielo. Crecì, pero negado à mejor advertencia, fui creciendo no tanto á huìr del popular estruendo, quanto à bolverme á aquel no sèr pasado: el ingenio á embelesos anudado, sin saber que vivìa la vida proseguia: densa nube ocupò mi entendimiento, que como remontado à mas aliento suspirando en la edad, mi numen era volar à otra region, á mas esféra: vanidad me guiò, y de mi fortuna dosél soñé las alas de la Luna. Con furor irritado me enagené del Orbe, y volè ardiente à aquel Mundo sublime, que eminente gira en musica luz arrebatado: de Marte siempre el sollozar armado, alma dio à mi eloqüencia numerosa impaciencia, que rebelde à preceptos su harmonia por suspension pasó la tiranìa, y aun ahora, aunque ahora habrà quien vea, que el calor soberando de la idea con mètricos rethoricos arrojos relampago sin luz turbó sus ojos. Donde el Tormes sagrado polvora de cristal arma en su espuma, alzè la voz, y levantè la pluma, recibiendo mis frutos con agrado: no escollo harmonioso al mar turbado fuè mi musa en la arena, sinò vocal Sirena, que escollos mudos hizo sus oyentes, émulos siempre tibios, siempre ardientes hallò tambien mi heroica fantasìa, mas fueron nubes de sereno dia, cuerpos opuestos, cuerpos inferiores, que ellos hicieron sombra à sus horrores. De Gongora el aliento suspendiò el primer éco de mi labio, Polisèmo de ingenios, dixo un Sabio, que fué su noble espiritu violento; pero despues que y mi atrevimiento de la cumbre latina vió la llama divina, en parte le juzguè afectado, y duro, y que en rebueltas piedras mal seguro, no era su numen extasis de Apolo, que atase el éco uno, y otro Polo, sino ilusion de alborotado genio, que en falsos raptos endiablò su ingenio. Con placer, y alegria las lyras escuché de Artieda, y Laso, Cervantes, el Boscan, y Garcilaso, Mesa, Viruès, Bermudez, y Mexia llenaron mis sentidos de harmonìa: Alcazar, y Texada con pluma bien cortada las gracias derramando, y los primores son dignos, con Ercilla, de loores: Villegas, Figueróa, Polo, Hurtado, Cespedes, Leon, Padilla el celebrado, Gambaso; Roxas, Burguillos, y Molina es cada uno por si copiosa mina. De tres avénas solas admiré la grandeza esclarecida, Lope, cisne felìz con voz florida, y el peso de los serios Argensólas; bien que del Pindo en las sagradas olas otras aves se crian, que su ardor desafian Borja, Dama, y Hortensio remontado, Zàrate triste, Pantaleon osado, Carrillo hueco, y seco, Ulloa blando, Salazar, y Solís numeros dando al lirico latir de alma bizarra, sin salir de poetas de guitarra. De otros que omito, puedo bordar los nombres sobre campos de oro, y entre ellos elegir del sabio choro al penetrante ingenio de Quevedo, pajaro que con pluma de alto ruedo, fue admiracion de España, pues del Duero que baña las dos Castillas, hasta el Tanais frio, puede entrar con Apolo en desafio: asombra quando mètricos cristales solemniza argumentos Bachanales, siendo la propiedad luz de tan pocos, que hace entendidos describiendo locos Pero de la trompeta sonòra de la Fama, no el gemido desenterrò su espiritu oprimido, no tronò, no voló sobre el Oeta , ni Castilla hasta ahora viò poeta, que en struendo animado al Olimpo erizado rasgase la cervíz con su osadia: en unos la prudencia es cobardia, en otros femenil blanda ternura, falta de alma en los mas, que à la dulzura del llano apelan como si no fuera agrio dulce del monte la alta esfera. La mascara festiva esta ó aquella Musa por las frentes visten, y para numeros valientes dexan de Dafne la corona esquiva: los que con voz de llama vengativa pronuncian docta lumbre desde la altiva cumbre temen bajar al valle, ó se desdeñan de bajar, y parados se despeñan: No asi serpiente roxa de la nube prende el cuerpo el vapór quando al Sol sube, flexible se retuerze, alta pasea, sube, silva, rebuelve, y crespa ondèa. Ya los metros severos son de la Corte suspension divina, y el arco negro ronco en la resina, roza el eco con numeros austèros: altares, humos, Celestiales fueros ocupacion sagrada son de su pluma alàda, todo es Deidades, sacrificio, ruego, estatico penar, aereo fuego, alma, y concepto puro, voz profunda misteriosa alusion, y esto se funda en que contemplo sacerdocios ruegos, (Jesus que mala voz!) son unos legos. Dínos gran Mantuáno, quien igualó tu esfuerzo? ¿Quien no admira, que al mismo aliento de templar la Lyra el bronce suene en tu canora mano? Acaso en tu instrumento soberano hermosuras mortales con borradas señales aspiraron á Altares reverentes? Filis que reconoce por parientes al estornudo, á la saliba, al lodo, ha de eximirse por muger, de todo? ¿Y el otro ciego rezarà en coplónes à la puerta del Templo sus canciones? Ni Horacio en la viguela diò esos vampìros de adorados bultos, bien que en las alas de explendores cultos, con la pluma que rige al aire buela. ¿Pero còmo suspira, còmo anhela mi ciego àrrobamiento á torcer el intento, siendo el asunto de mi fantasia herir sin ofender la Poesia? Volad, rizad la pluma, al dia, al Cielo cisnes sagrados, que al luciente buelo del furor de la rabia soberana, rosas os darà el Sol, sudando grana. Yo desde esta eminencia, que en larga greña peina luz al dia, relox con alas sembraré harmonia del Orbe à la immortal circunferencia: con cuerda, aunque frenetica impaciencia, sobre este risco grave la cithara suave templarè, y cantarè, siendo en la cumbre peso canòro, leve pesadumbre. Desde aqui pisaré en numeros fieles el brillante explendor de los doseles, y dominando à quien mi altura estorbe, pondrè en el Sol la voz, el pie en el Orbe. Pintaré despreciado de alado niño aquel poder ardiente, que hoy mi experiencia perspicáz le siente sobre el marfil, y plumas anudado: no ya en sutiles sombras mi cuidado sus Estatuas adora, ni de su vencedora torpe invasion las coleras recela no ya la hacha despunta, no ya vuela, escribiendo por tierra, y por espuma, caractères de fuego con su pluma; ya es aviso que lastimas me acuerda el sonante cecèo de su cuerda. Mantendrè prevenida para el laurel de la postrera suerte en los acuerdos claros de la muerte, la esfera limitada de la vida; y desde esta montaña envanecida con perspicáz desvelo entre el Mundo, y el Cielo, verè por lineas de diamantes bellas el curso celestial de las estrellas. Seràn de mi Thalía hondos oyentes los callados silencios de las fuentes, vecinos mudos los peñascos graves, horror las fieras, suspension las aves. Aqui en alto desvio de quanto adora la ambicion humana, harà mi Musa con prudencia cana, retrato de la Corte en cristal frio: sus mentiras los vados son del rio, pezes los pretendientes, los deseos vertientes, caña infiel la esperanza, cabo el viento, engañoso el mas liquido Elemento, turbios giros los Principes ceñudos, cañamo la congoxa, el pedir nudos, obscuro el conseguir, sorde el asilo, y pendiente el vivir de un sutil hilo. Retirado triunfante, con muertos vivos pasarè la vida, que en vivos muertos vuela tan perdida por la region del trafago anhelante: de Virgilio, y de Italico elegante suspenderá mi oido el belico bramido, y de las sacras lineas el desvelo, me dictarà los rumbos àcia el Cielo: Ignorarè quanto quietud no fuere; vivirè sin gastar lo que viviere; continuo estudiarè la postrer hora, que es lo que mas se sabe, y mas se ignora.

Livello 3

Satira

Gacetilla manual.

Se asegura con bastante probabilidad, que en una de las Cortes de Europa los Sombrereros han hecho una representacion à su competente Tribunal, querellandose agriamente de los Peluqueros, pues con sus modas, y peinados usurpaban sus derechos, minorando á màs sus intereses, respecto de que no pocos individuos de la petimetreria, por no ajàr sus rizos, ni variarlos un medio punto de la simetrica disposicion en que los colocò su artifice, se veían precisados à no gastar sombreros, figurandolos no mas con una especie de bonete, ó carton forrado de tafetan debajo del sobaco izquierdo. Enterades los Senadores, y Padres de la Patria de tan justa querella, han expedido un Decreto donde mandan se les repute por maricas á semejantes amphibios, ciñendose en vez de espada, las ruecas, degradandolos de todos los cargos, y privilegios, que de tiempo inmemorial se le concediò à su primitivo sér; dando tambien facultad à los muchachos para que los silven, y persigan como entes mui dignos del desprecio: por lo que no les arrendamos la ganancia si dán en sus manos.

Livello 3

Siguen los proverbios.

No hay carcoma que asi coma, como mala compañia: Ni quien hace demasia puede vivir con reposo: Ni habrá ningun todo hermoso con partes sin proporcion: Ni dà ser á las que son sin valor, sino el provecho: Ni hay descendiente derecho, que a su natural no torne: Ni buen Juez que se soborne á pleyto determinado: Ni puede haver trato honrado, con palabras de dos haces: Ni se logran los sequaces de la vana profesion: Ni sin favor de razon se usa bien del alvedrio: Ni esloable el Señorio, que todo su fin es vano: Ni hay franco que no estè ufano de dar, que es acto gustoso: Ni mas cierto, y deleitoso amigo, que el libro bueno: Ni sabio, que en vicio ageno, para el suyo no escarmiente: Ni hay estado preeminente de fortuna asegurado: Ni sobervio bien criado, ni avàro, que no esté hambriento: Ni como el bueno hay sediento en el hacer beneficio: Ni aquel que es floxo en su oficio, tendrá vejez sosegada: Ni planta que estè arraigada, se arranca sin azadon: Ni dá el comun galardon mas, que oprimir al mundano.
El Jueves proximo saldrà el siguiente.