Sugestão de citação: Anónimo (Ed.): "Número II", em: El Apologista Universal, Vol.1\02 (1786), S. 17-32, etidado em: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Os "Spectators" no contexto internacional. Edição Digital, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.765 [consultado em: ].


Nível 1►

Número II

Citação/Divisa► ¡O qualis modus iste vindicandi est!
Non punit modus iste vindicandi
Multo sanguine, sed rubore multo.

Jacob. Biderm. Epig. XLI. lib. 3.

¡Oh qué exquisito modo de tormento
Castigar no con sangre derramada,
Sino con el rubor del escarmiento! ◀Citação/Divisa

Nível 2► Nível 3► ¡Formidable poder el de la moda! No contenta esta tirana con el universal despotismo que hoy exerce sobre quasi todos los usos y costumbres de las Naciones mas cultas, extiende su ambicion hasta querer avasallar á los ingenios, sujetandolos á pensar contra la razon, contra la naturaleza, contra el órden, y conforme á la inconstante ley de su capricho. Todas las historias nos ofrecen á la vista los retratos de los mayores hombres afeados de ordinario con las negras tintas de la persecucion, de la calumnia y de la crítica maligna; pero estas eran unas sombras que seguian exâctamente al cuerpo, hasta que se [18] desvanecian con él en el sepulcro: era este un efecto necesario de la maldita moda que cansandose en breve tiempo de representar esta escena, hacia despues que apareciese el hombre en su verdadera figura; de manera que son en nuestros dias el objeto de nuestra admiracion aquellos mismos talentos que lo fuéron en los suyos del mayor abatimiento y desprecio. La moda los hizo ridiculos en su tiempo, y el mérito llega a inmortalizarlos en el nuestro. ◀Nível 3

Esta reflexîon tan consolatoria para todos mis clientes afligidos deberá animarlos á emprender mayores obras á proporcion que sea mayor la contradiccion que experimenten las primeras, trayendoles á la memoria la infeliz suerte de nuestros Quevedos y Cervantes, y las glorias á que hoy son acreedores. Pero ¡cosa extraña! conocemos ahora la injusticia con que se procedió contra estos ingenios singulares; y no obstante, si hoy vivieran, acaso no seria mayor nuestra indulgencia con ellos, como ciertamente no lo es con los ilustrados Eruditos del dia, que saben muy bien que el desprecio y la ignorancia con que ahora los censuran, se convertirán mañana en sinceros y bien merecidos elogios. ¿Y quál puede ser la causa de un desórden tan visible, quando justamente nos preciamos de verdaderos amantes de la Patria y de sus glorias? Yo lo diré: no solo nos ha [19] sujetado la moda á comer, andar, vestir, y no sé si aun á dormir y soñar á la francesa, sino que nos creemos obligados á pensar tambien al estilo de Francia, y conformarnos en todo al ayre de Mr. Masson cabeza moral de aquella Nacion; y ya se vé lo mucho que envidian los Franceses qualquiera de nuestras producciones literarias. Esta sin duda es la causa de no apreciarse como deben entre nosotros muchas de aquellas obras que serán el asombro de los siglos venideros, y son ahora el mayor convencimiento de nuestra malicia ó ignorancia, porque

Citação/Divisa► Pascitur in vivis libor: post fata quiescit. ◀Citação/Divisa

Metatextualidade► A la verdad yo no podia persuadirme á que una obrita que en mi juicio debiera formar la primera época de nuestra literatura, no se hubiese vinculado desde luego todos los sufragios de quantos se precian de Españoles, y reunido á favor suyo la aprobacion del vulgo y de los sabios. Esta es la que nadie podia prometerse en nuestros dias, y cuyo solo titulo nos da la mas cabal idea de nuestros adelantamientos. Dice asi: ◀Metatextualidade

Nível 3► Satire► Adiciones á la Historia del ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha, en que se prosiguen los sucesos ocurridos á su Escudero el famoso Sancho Panza; escritas en Arabigo por Cide Hamete Benengeli, y traducidas al Castellano con [20] las memorias de la vida de este por Don Jacinto Maria Delgado. Madrid por Roman 1786. Un tomo en 8.º de 414 páginas; se hallará en la Librería de Castillo, frente á las gradas de S. Felipe el Real, y en el Puesto de Cerro, calle de Alcalá; su precio 10 rs. vn. enquadernado en pasta.

Confieso que al ver anunciada una obra semejante exclamé y dixe arrebatado de gozo: ¡Feliz dia en que se volvió á descolgar la bien cortada pluma del famoso Benengeli! ¡Feliz España que produces á pares los Cervantes! Mas ¡qué dolor el mio al ver que por esta manía de pensar á la francesa

Está el buen gusto en las gentes

Tan estragado en Madrid,

Que por una Golondrina

Hay quien dexa una Perdiz!

Por eso quantos adolecen de este achaque, complicado tal vez con ciertos síntomas de envidia, por no haberles ocurrido un pensamiento tan feliz, pasan la esponja por toda esta obra sin advertir en ella alguno de quandos primores me llenan de admiracion y de contento.

Con la mayor osadia dicen muchos estos envidiosos, y lo dicen á la francesa; que esta es une insulse brochure sin arte, sin invencion, sin gracia, sin estilo, parto [21] en fin de algun ingenio Vizcaino recienvenido á Castilla; que todo su chiste no parece sino inventado en lo mas alto de los Pirineos y en lo mas frio del Diciembre; que muchos, despues de leidas las primeras páginas la daban por una quinta parte de su precio y al fiado por no tenerla delante: y lo peor es que añaden, que no es menor la extravagancia del Autor en presumir que su obra pudiera titularse Libro noveno del ingenioso Hidalgo D. Quixote de la Mancha, que la satisfaccion con que se presenta al público como Adicionador del incomparable Cervantes; que sin duda el Autor quiso dibuxarse á sí mismo en aquel D. Lorenzo Tramoyas que condenó Sancho Panza, y que él no merecía menor castigo; que este libro era sin duda aquel con que jugaban los diablos en la famosa vision de Altisidora, del que dixo uno de ellos que él no lo podia hacer peor; que si le hubiera visto el Cura quando hizo el escrutinio de la Librería de Don Quixote, le hubiera entregado el primero al brazo seglar del Ama para que fuese al corral; y en fin dicen, que ademas de otras mil nulidades ensarta unos anacronismos tan horrendos que el mismo D. Quixote no seria capaz de desfacerlos. ¡Qué incentivo este para que un pobre Autor se devane los sesos por complacer al público consagrándole sus obras, y mas si es al de Madrid! [22] ¡Quán cierto es lo que por esta especie de Zoilos cantaba una de nuestras mejores Cómicas en aquel estrivillo

Que hay mil fantasmas

Diciendo mal de todo

Sin hacer nada!

Pero valga la verdad: no se puede dudar que la tal obra ó historia, Nível 4► puesto que (como decia entre sí D. Quixote) nunca hazañas de escudros [sic] se escribieron, por fuerza debe ser grandiloqua, alta, insigne, magnífica y verdadera... y á mí se me trasluce que no ha de haber nacion ni lengua donde no se traduzga; ◀Nível 4 por lo ménos acaban de asegurarme que ya la ha trasladado al Bascuence una Sociedad de Vizcaynos, y que apenas puede distinguirse la traduccion del original; y aunque hasta ahora no cuenta tantos años de antiguedad como la de D. Quixote en su tiempo, Nível 4► tengo para mí que el dia de hoy están impresos mas de doce mil libros de la tal historia, y lleva camino de imprimirse treinta mil veces de millares, si el cielo no lo remedia. ◀Nível 4 Y ¿con quánta mas razon que entonces podria decir hoy Sancho: Nível 4► Yo apostaré que ántes de mucho tiempo no ha de haber Bodegon, Venta ni Meson, ó tienda de Barbero donde no ande pintada la Historia de nuestras hazañas? ◀Nível 4

[23] Digase enhorabuena, aunque no se pruebe, que no puede ser comparable el ingenio de Cervantes con el de su Adicionador; ¿pero quién ignora que alcanza mucho mas un enano puesto sobre los hombros de un gigante, y que facilius est inventis addere? Sea para estos criticos el Señor Cervantes lo que quieran, seales su magnus Apollo; yo no hallo que de sus escritos resulte otra gloria á la Nacion que la de haber tenido un ingenio sobresaliente y de primer órden; pero debieran reflexîonar que los singulares é ineditos monumentos y noticias con que nos ilustra nuestro Autor hacen á la España la maestra de las Naciones mas cultas é instruidas. En efecto: el alma de Sancho Panza unas veces tan discreta y otras tan atolondrada, aquel entendimiento, potencia con sus órganos, unas veces destapados y otras entrapados, aquella desigualdad de conductos en la memoria y voluntad de Sancho, hombre tan singular que conocia su imposibilidad de escribir, son sin duda los sólidos cimientos en que fundaron sus celebradas obras los Lockes, los Pascales, los Malebranches, los Descartes y otros extrangeros que se nos quieren vender por originales, quando todo lo pudieron aprender de nuestro agudi-tonto Sancho Panza. Que nos vengan ahora los Monsiures con sus cacareados sistémas de la harmonia prestableci-[24]da, de las causas ocasionales, del influxo físico, para decirnos como obra el alma en el cuerpo; siempre les podremos responder que se darán por las paredes mientras no atinen, como nuestro Autor, con los conductos ó tubos capilares de la voluntad y del entendimiento de Sancho.

Tambien es de admirar el entusiasmo con que sus mercedes nos pregonan, y aun nos muelen la cabeza con sus globos, con sus gases y aereas caminatas, ni mas ni ménos que si ellos lo hubieran proyectado y discurrido; siendo asi que entre nosotros ha sido esto tan vulgar que hasta nuestro Panza supo manejar no solo las máquinas de la quadratura del círculo, sino tambien los planes de navegacion aerostática, como lo convence nuestro Adicionador. Aun mas: acaba de ponderarnos uno de nuestros eruditos Diarios el importante descubrimiento de las tubas acusticas mejorado ultimamente por Mr. Bernart, cosa que solo puede servir para oir algo mejor lo que se dice claritamente, y el tal Mr. estará quizá muy satisfecho de su habilidad en esta parte; pero ni él ni toda la Francia son capaces de discurrir el modo con que podamos oir los discursos que se forman interiormente como sabemos que se los oian á Sancho, y sin el uso de semejantes embelecos. Pregunte pues en horabuena Mr. Masson ¿qué se le debe á la Espa-[25]ña? que yo le responderé: el salario de haber enseñado á la Francia. Y á vista de esto se conocerá con quanta razon creemos que no tienen cosa buena los extrangeros que no la hayan tomado de nosotros.

Es cosa de risa ciertamente ver como se descabezan los Historiadores y Geógrafos para averiguar el paso de nuestros semejantes á la America desde este nuestro continente, sus costumbres, su lengua, su comercio y establecimientos en aquellas incultas Regiones; y aun algunos Reynos se disputan la gloria de su primer descubrimiento. Pero lo sabrian con puntualidad si hubieran tenido noticia de como vino á España el Maestro pedeográfico de Sancho D. Aniceto, natural del Cebú, rico comerciante en perlas y corales: asimismo sabrian que ya en aquel tiempo habia en America Amas de leche que llaman Chichiguas; y es lastima ciertamente que el Autor no nos dixese como se llamaban en Europa. ¿Y qué duda puede quedarnos en lo sucesivo para el mas exâcto cómputo de los tiempos, habiendonos descubierto nuestro incomparable Autor la famosa época del origen de los brindis ó saludes mandados por la ley á los primeros Ismaelitas algunos millares de años ántes de Moysés? Bien se yo que como la discusion de estas materias exîge una meditacion profunda, un estudio continuado y una erudicion [26] vastisima, calidades del todo incomponibles con la frigidez Celtica ya sea natural, ya pegadiza; son muy pocos los que saben apreciar estas tareas, y muchos los que vituperan aquello que ménos entienden.

Mas porque no se crea que el relevante merito de nuestro Adicionador está solo reducido á desenterrar antiguallas, y revolver memorias carcomidas; veamosle brillar como ninguno en estas artes de moda, ó en esto que se llama ilustracion y patriotismo. Sabemos quanto suspira la Nacion por el mayor fomento de la industria: sabemos que hasta los mas viles desperdicios de esas calles los sabe utilizar una mano industriosa y diligente; y esta operacion tan vulgarizada hoy entre nosotros, y que nos pone en estado de poder dar lecciones económicas á la misma Holanda é Inglaterra, parece que cerraba ya la puerta á qualquiera nuevo proyecto en la materia. Mas ¿quién sabe hasta dónde puede extenderse el ingenio de un hombre animado del amor de su bien con preferencia al del público? ¿Quién sino nuestro Autor hubiera dado en el pensamiento de hacer objeto de su industria al ingeniosi-tonto Sancho Panza? ¿Quién sino la industria pudiera prometerse que un pobre Escudero, viviendo á merced de un D. Quixote, viniese del otro mundo á ser el rico Mecenas de un Autor de nuestros dias? ¿Y hariais voso-[27]tros otro tanto Censores rígidos, adustos y maldicientes? Si lo hicierais; pero sería como el huevo de Juanelo.

Sea lo que fuere, replican todavia nuestros críticos, lo cierto es que Cervantes tiene un chiste y una gracia inimitables: el es un ingenio celebrado en todo el Orbe, y consiguió con su obra el éxîto mas felíz que pudiera prometerse; pero este su Adicionador carece de todos estos atractivos: ha sido un temerario en haberse atrevido á descolgar de la espetera la bien cortada pluma del famoso Benengeli, y no se puede dudar que ella misma le diria lo que este la encargó advirtiese Nível 4► “á los presuntuosos y malandrines Historiadores que la descolgasen para profanarla

Tate, tate folloncicos:

De ninguno sea tocada;

Porque esta empresa buen Rey

Para mi estaba guardada.

Para mi sola nació Sancho, y yo para él: solo los dos somos para en uno, á despecho y pesar del nuevo Adicionador que se ha de atrever á escribir con pluma de Abestruz grosera y mal deliñada las hazañas de mi valeroso Escudero; porque no es carga de sus hombros ni asunto de su resfriado ingenio: le advertirás que dexe reposar en la sepultura á los cansados y [28] ya podridos huesos de Sancho; y no le quiera llevar contra todos los fueros de la muerte á Castilla la Nueva, haciendole salir de la huesa donde real y verdaderamente yace tendido de largo á largo, imposibilitado de hacer tercera jornada, y salida nueva.” ◀Nível 4

Asi hacen de eruditos estos Censores ilustrados. He aqui los efectos visibles de la moda: ahora sin mas ni mas nos quieren poner á Cervantes en los cuernos de la luna, para deprimir hasta el abysmo á su Adicionador. Pero vamos despacio, y veamos quien tiene razon; porque esto no consiste en bachillerías de moda. ¿Con que nuestro Autor, dicen Vmds. no tiene el chiste ni el gracejo de Cervantes? ¿Y en qué se funda esta absoluta? Que lo dixeran nuestros célebres graciosos Garrido, Coronado, Aldovera y Queról, ya lo entiendo; pero estos genios adustos y sombrios, estas estatuas Celticas que no se reirán aunque las muelan, y son el hazme reir de los juiciosos ¿qué voto pueden tener en la materia? Yo por lo ménos puedo asegurar que no he leído alguna vez la escuela pedeográfica de Sancho ó su Baronizacion ridicula, sin verme luego asaltado de una risa Sardonica, á pesar de toda mi gravedad natural. ¿Con que la invencion de Cervantes es inimitable, y solo él pudiera prometerse el lógro de sus intentos? Asi se cree; pero [29] vamos á la prueba. ¿Quál fué el designio de Cervantes en componer una obra veinte veces mas abultada que la de nuestro Adicionador? El mismo nos lo dice en boca de Benengeli: Nível 4► “Yo quedaré satisfecho y ufano de haber sido el primero que gozó el fruto de sus escritos enteramente como deseaba; pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de Caballerías, que por las de mi verdadero D. Quixote van ya tropezando, y han de caer del todo sin duda alguna.” ◀Nível 4 Y para esto ¿quántas máquinas no pone en movimiento? Elige á un Héroe tan valeroso é intrépido; le arma de peto, espaldar, gola, zelada, yelmo, lanza y adarga; le hace acometer á los yangüeses, á los mercaderes, á los cueros de vino, á los arrieros, á los forzados de galera, y entra en descomunal batalla con todo andante Caballero, y hasta con el furioso Leon que se le presenta. ¿Qué mucho, pues, que tropezase y aun cayese del todo la andante Caballería combatida por todo un D. Quixote?

Mas ¿qué tiene que ver todo esto con las inauditas fazañas del pobre Escudero Sancho Panza, cuya sola persona sin armas, sin escudo, ni rodela desface enteramente los vestiglos y fieras alimañas que iban á ponernos en el último conflicto? [30] ¿No es una invencion la mas aventurera el ver á Sancho combatir á cuerpo con el formidable gremio de Peluqueros, y destruirle de suerte que no ha quedado uno en el mundo? ¿Quándo D. Quixote hubiera entrado en lid, aun armado de su yelmo, con los sombreros del orden minimo y del máxîmo, y con los tremebundos corbatines de sabana? ¿Qué comparacion pueden tener las aventuras del Titerero y del Caballero de los espejos con la memorable escuela pedeográfica de Sancho? Toda la cueba de Montesinos no tenia cosa que se pareciese en algo al Museo-biblioteca Argamasillesca. Verdad es que son muy semejantes en el fondo la aventura de los molinos de viento y la de los ciento treinta y dos peinados diferentes, en cuya extravagante variacion se hace consistir la policía y el buen gusto; pero también se ve que es mucho mayor el número de gigantes que tuvo que combatir Sancho que los que pudo derribar D. Quixote. Y en fin sabemos que ni la asperisima penitencia de D. Quixote, ni los millares de azotes de Sancho, ni toda la ciencia de Merlín fuéron bastantes para merecer el desencanto de la sin par Dulcinea del Toboso y su asendereado Caballero se fué al otro mundo con tamaña pesadumbre ¿y qué cosa mas facil que haber hecho que Sancho la cantase las nuevas seguidillas del Mal-[31]bruc al ayre que nos las pinta nuestro ingenioso Adicionador? Dexo otras mil notorias ventajas que hace al antiguo este moderno Cervantes, y espero que basten las dichas para que todos, aun aquellos que no saben qual es su V. S. derecha, se convenzan de que este tiene chiste, invencion y estilo nada inferiores al primero. Y lo cierto es que el erudito Mayans no nos ha hecho ver los defectos del uno, y si hoy viviera no se cansaria de admirar qualquiera acierto del otro.

Asi, pues, Clientes amados mios, y vosotros verdaderos amantes de la Patria, indagad, averiguad y escudriñad, por todas las vias imaginables y posibles, el nombre, patria, padres, estudios, empleos ú oficio de nuestro inmortal Autor D. Jacinto Maria Delgado, y hallado que sea todo esto, hacedlo estampar en una panza de oveja con caractéres de á palmo, y colocadlo, con las debidas ceremonias, en el salon de la Academia Argamasillesca; y sus copias fe hacientes depositadlas en los archivos mas principales del Reyno para perpetua memoria; y asimismo no os olvideis que se hagan insertar á la letra en nuestros papeles públicos, y en especial en el Diario curioso, erudito, económico y comercial, que segun dicen, como tenia alas el primer exemplar, ha volado con rapidez hasta lo mas interior de los Figones, [32] Hosterías, Tabernas y Sotanillos de Madrid; y si acaso el Editor de esta obra periódica se negase, lo que Dios no permita, á concederos esta gracia, entregad las copias á los individuos del gremio de traperos para que las vayan fixando en todas las puertas de las oficinas de su cargo; pues noticias tan interesantes no pueden ménos de publicarse por uno de los expresados conductos, los mas apropiados para que en ningun tiempo, ni por algun título se nos pueda despojar del de la pertenencia que nos corresponde, y se eviten las sangrientas guerras que podrian suscitarse entre los pueblos que aspirasen en lo sucesivo á la dignidad de haber sido cunas de un héroe tan glorioso. ◀Satire ◀Nível 3

Metatextualidade► Nota. Muchos de mis clientes atolondrados no saben donde han de recurrir con sus obras para que se las arme del Yelmo de Mambrino, como ofrecí en el núm. I.º; y asi les advierto que los Libreros de la comision las recibirán con agrado, y quando no pueden dirigirlas por la calle del Desengaño, frente de la Buena-Dicha á la casa que está entre la unidad y decena, con el sobrescrito á su mas afecto servidor Q. S. M. B.

D. Policarpo Chinchilla

Galiano. ◀Metatextualidade ◀Nível 2 ◀Nível 1