El Pensador: Pensamiento LXXVII
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Pensamiento LXXVII
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Carta/Carta ao editor
Señor Pensador. Ya esperaba yo,
que muchos de nuestros Españoles, viendo cómo V.md. y yo
hemos hablado del estado actual de nuestro Theatro,
empeñados en defenderlo, y faltos de razones, porque son
pocas, y muy débiles las que pueden alegarse à favor de una
causa tan mala, echarían por el atajo, tratandonos de
enemigos de la Nacion, y no me he engañado. Con esta
ojarasca se dejan alucinar los necios; y este es, à la
verdad, el concepto que hemos adquirido entre la multitud.
Pero quedenos el consuelo de que tambien hay hombres
instruídos, y bien intencionados, que claman, y
dicen, que es justo, y muy conveniente, que se desengañe al
público, y se trate con prolijidad esta materia; y uno de
estos votos vale por muchos de aquellos. Los discursos del
vulgo merecen poquisimo aprecio, y menos contestacion: sin
embargo, por su proprio bien, à fin de que no se deje
engañar tan toscamente, quisiera hacerle una pregunta: ¿A
quién se tendrá por enemigo de un Pueblo?
No creo, que haya hombre tan ignorante, ni tan
malvado, que preguntado, no responda, deberse tener por
enemigo del Pueblo al segundo, pues antepone un vano, y
ridiculo capricho à las vidas, y costumbres de los
moradores. La aplicacion es harto facil. ¿Quién es enemigo
de la Nacion? el que, sin pensar quitarle esta diversion,
que, bien dirigida, puede ser muy util, clama, y hace vér
que nuestro Theatro no es lo que debe ser: que es una
escuela de corrupcion: que nuestra juventud aprende en él á
perder su inocencia con las expresiones, è
imagenes licenciosas, que le presenta: imagenes, que no se
borran jamás de su memoria, en cuya consequencia obra quando
se vé con libertad, y facultades, y que solo sirven de
estragarle el corazon, y el espiritu para todo el resto de
su vida: que es un manantial de maximas falsas, y
perjudiciales, con que los hombres se familiarizan
insensiblemente desde la niñéz: que es preciso corregirlo, y
hacer que sea escuela de buenas costumbres, y que solo de
este modo puede ser bueno, y permitido; ò el que colocando
el honor de la Nacion donde no está, y no teniendo otra
razon para justificar el Theatro actual, que la de haverlo
tenido asi nuestros mayores, y ser Españolas las piezas que
se representan, no se detiene en que la obscenidad, y malos
egemplos, que en ellas se encuentran à cada
paso, inficionen la juventud, y se acomoda con mas facilidad
à vér que el mal se perpetúe, que à confesar sencillamente
que lo hay, y que necesita remedio? Yo no quiero ponerme de
parte del error, y creo que á V.md. le sucede lo mismo. Mi
Nacion no me es indiferente: la amo, la respeto, y tengo
obligacion, y deseos de servirla; y este mismo amor, y
deseos de su gloria, y mayor lustre me obliga à detestar
todas sus malas Comedias, y aborrecer mas las que son mas
nocivas. El Theatro mas corregido, aquel que inspíre mejores
costumbres, sea Griego, Latino, Francés, ò Inglés; yá esté
en el centro de la Laponia, ò de la Tartaria, aquel es mi
Theatro, aquel estímo, y quisiera que mi Nacion lo adoptase.
El Theatro Francés, por egemplo, tiene excelentes comedias, y las tiene tambien detestables. ¿Pero
qué digo el Theatro Francés? Un mismo hombre (el famoso
Moliere) compuso las Comedias Les Femmes Sçavantes, y George
Dandin; y admirando en ambas el genio del Autor, del mismo
modo que admiro el de nuestros famosos Poetas, estímo la
primera como un perfecto modélo de la buena Comedia; y miro
la segunda como una escuela de maldades, y de cómo se engaña
à un marido necio. Vé aqui mi parcialidad, y mi modo de
pensar. Entiendo que es estimar à mi Nacion, procurar que un
manantial de vicios, que hay en ella, se convierta en un
manantial de virtudes, ò se cierre, si no hay remedio, para
que à nadie dañe. Los que se oponen à esto, no sé cómo lo
componen. De qualquier modo he expuesto lo que sobre esta
pretendida, y decantada enemistad me ha
ocurrido, para no volver jamás à la misma cancion. Para los
hombres de cervíz dura, à quienes en sus empeños no guia la
razon, sino la tema, de nada servirá hacer vér los defectos
capitales de nuestras Comedias; pero podrà servir para las
gentes sencillas, que faltas de reflexion, experimentan el
daño, sin saber su origen. Si el modo con
que se trata en el Theatro la pasion del amor es nocivo,
porque haciendola siempre triunfar de todos los obstáculos,
y dando à los amores mas extravagantes, y viciosos un fin
dichoso, casi es convidar à la juventud à que siga aquellos egemplos, no son menos dañosas, y
perjudiciales las costumbres, de que andan siempre
acompañados. Supongamos por un instante, que huviese un
Theatro Español, ò de Comedias Españolas traducidas, que es
lo mismo para el fin, en Turquía, ò en el Indostán. Yo no
puedo saber à punto fijo el juicio que formarian de nosotros
los Turcos, y los Mogoles, en vista de nuestras Comedias;
pero en algunas cosas es facil de presumir.
y de aqui inferirían aquellos Infieles, acostumbrados
à tratar al amor como esclavo, y à que éste les cueste el
dinero, y de ningun modo su reposo, que eramos una Nacion
barbara, y viciosa: en una palabra, nos tendrian en el mismo
concepto, que un hombre de juicio huviera tenido à Don
Quijote, si huviera existido, viendole hacer penitencia en
la Sierra Morena, ò yendo à combatir con los leones. Al amor
de nuestros Galanes acompaña siempre el valor; ¡pero qué
valor! Una loca presuncion, que se arroja neciamente à todos
los peligros: una ferocidad, que no respira sino sangre,
heridas, y muertes, y que el mas leve motivo, un gesto, y
una palabra indiferentes, el menor ruido, los zelos menos
fundados, ò un hombre, que casualmente se encuentra en la
calle, pone en accion. En una palabra, queriendo
los Poetas hacer valientes à los Galanes, lo comun es
hacerlos quimeristas, espadachines, y matones, tales quales
pudieran ser una tropa de asesinos; y para prueba de que
esto no sucede solamente con los Galanes, que representan
personas de mediana esfera, si no quieren examinarse algunas
Comedias, oygase lo que dice el célebre Don Ignacio de Luzán
en su Poetica.
¿Pues qué fruto, digo yo, puede sacarse de estos, y otros
innumerables egemplos? ¿Y qué juicio formarán de nosotros,
en vista de semejantes costumbres, los que no conociendonos,
nos midan, y aprecien, en vista de lo que los Poetas
dramaticos de la misma Nacion han dicho de ella? Sin duda
nos creerán un Pueblo de barbaros, feroces, y
sanguinarios; y no es mucho, que algunos hayan creido, y
entiendan actualmente, que la nuestra es una Nacion
intratable, y que ninguna cautela está de sobra en nuestras
Poblaciones, donde en cada esquina piensan se encuentra un
asesino, armado de rejones, y puñales. Esta es la idéa que
tendrán de nosotros, y de nuestras costumbres los que solo
nos conozcan por nuestras Comedias. Veamos ahora el fruto,
que de ellas pueden sacar nuestros compatriotas. ¿Qué podrán
aprender en la Comedia Los Vandos de Rabena, donde las
antiguas discordias de Sergios, y Flaminios, que estaban
calmadas, las hace renacer con plena deliberacion Carlos
Flaminio, enamorado de Violante, hija de Sergio, por
negarsela éste à quien la havia pedido para
esposa: donde se oye decir à Sergio moribundo: Donde, despues de
haver jurado Romualdo, y Valerio en manos de su padre,
cercano à la muerte, ejecutar lo que les mandase, y
mandandoles éste perdonen al agresor, y à los de su vando, y
no venguen su muerte, acordandoles á este fin las
obligaciones de Christianos, se vé el dialogo siguiente.
¿Y en fin, donde todo respira furor, ira,
muertes, despechos, rabia, y desesperacion? No puede
aprenderse, sino el desprecio de la autoridad paterna, de las leyes de Dios, y de la Patria. Aqui se
aprende el falso pundonor: á anteponer su antojo à todo
quanto se presenta: à hollar la humanidad, y todas las
reglas, y deberes de la vida civil: à ser intratables, y
querer llevarlo todo à punta de espada. Vé aqui una parte de
los frutos, que pueden sacarse, y efectivamente se sacan, de
ésta, y otras semejantes Comedias, en que los Poetas, yá que
exponen à los ojos del público estos furores, no han tenido
la advertencia, como debian, de hacerlos desgraciados, y
darles tales castigos, que sirviesen de escarmiento al
auditorio, de modo que le quitase la voluntad de imitarlos.
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Retrato alheio
al que, conociendo la
ignorancia del Medico, y la maldad del Maestro de
primeras letras, que el mismo Pueblo tiene
asalariados, y viendo que aquel, en vez de curar, ò
aliviar por lo menos à sus enfermos, los mata, y
éste, lejos de enseñar, y educar à los niños, los
corrompe con malas maximas, y peores egemplos,
grita, que es preciso despedir aquellos
hombres, y poner en su lugar otros, que desempeñen
bien sus encargos;
Nível 3
Retrato alheio
ò al que asido à que el
Maestro, y el Medico son oriundos del Pueblo, y há
tantos años que están empleados en él, se obstina en
que deben continuar?
Metatextualidade
Algunas reflexiones huviera hecho, amigo Pensador, en el
analysis de la Comedia No puede ser guardar una muger,
si la extension de los Discursos me huviera dejado
campo; y no me pesa de haverlas omitído, porque huvieran
sido ociosas reflexiones en unas cosas, que por sí
mismas, y à la primera vista, aun del menos entendido,
muestran tan à las claras su extravagancia, su
ridiculéz, su torpeza, y desaliño, que parece han sido concebidas en el delirio de alguna
fiebre: à mas, de que asi los defectos de aquella pieza,
como otros, que abundan en nuestras Comedias, se irán
apuntando en éste, y los siguientes Discursos. No pueden
decirse todos, porque sería empresa muy dilatada, y
enojosa, recopilar todos los que se hallan repartidos en
20y Comedias, en que quizá no se encuentran seis
perfectas, ni ciento, que no pequen gravemente en orden
à las costumbres; y havré de ceñirme à las faltas, y
defectos mas graves, y comunes.
Nível 3
Retrato alheio
Verían à todos nuestros
Galanes de Comedia enamorados, y tan neciamente
enamorados, que un retrato, una palabra, el vér una
muger tapada, el oír su voz, y aun otras mas leves
casualidades, sobran para encenderlos en aquella
ciega pasion, empeñarlos à los mayores peligros, y à
todas las aventuras de un caballero andante profeso
de muchos años;
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“¿Qué concepto
podemos creer que havrá formado de la perfeccion de un
Principe el Pueblo Español, quando havrá asistido à la
Comedia El Principe perfecto, de Lope de Vega Carpio? No
me parece que se puede imaginar idéa de Principe mas
baja, ni mas indigna de la que alli se propone en la
persona del Principe Don Juan, que dá principio à sus
perfecciones, y hazañas por un
homicidio, que comete rondando de noche, à fuer del
matón mas plebeyo; y haciendo de vil tercero, y cómplice
en los amores de un criado suyo. No menos errada idéa de
amistad havrá dejado impresa en el auditorio la Comedia
de El amigo hasta la muerte, del mismo Lope, donde Don
Sancho mata à Federico, hermano de su amigo Don
Bernardo, y entrambos amigos cometen mil yerros,
contrarios à la razon, y a la verdadera amistad.”
Nível 3
Aguarda, tyrano Carlos, para
que contento muera en venganza de mi agravio. Y á
Valerio: En mi cólera me abraso: beberé tu sangre aleve,
sediento en su vil estrago:
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Rom. Parecerá cobardia de
nuestro valor bizarro. Serg. ¿Y la palabra? Val. No
obliga, quando hay de por medio engaño. Serg. ¿Y la
obediencia? Rom. Es primero el honor. ¿A qué
aguardamos? Val. Arda en venganzas mi enojo. Rom. Llamas
aborte mi agravio. Serg. ¿Que en fin, hijos, no os
merece aquesta piedad mi llanto? Rom. No es dejar de
obedecerte bolver por mi noble aplauso. Serg. ¿Pues cómo
esperais clemencia del Cielo, si quando os llamo à la
piedad, estais sordos? Plegue à Dios, hijos ingratos,
que mi bendicion no alcance al que en su venganza ayrado
no perdonáre piadoso, como noble, à su contrario; y que
la tierra en su centro le sepulte. Rom. ¡Tú indignado!
Val. Yo no temo maldiciones, quando al pundonor no
falto.
Metatextualidade
En los Discursos
siguientes se continuará esta materia.