Citazione bibliografica: Bachiller D. P. Gatell. (Ed.): "Número 14", in: El Argonauta Español, Vol.1\14 (1790), pp. 105-112, edito in: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Gli "Spectators" nel contesto internazionale. Edizione digitale, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.670 [consultato il: ].


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N. 14

Citazione/Motto► Ridiculum acri dulcius. ◀Citazione/Motto

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Diálogo entre Don Ciriato y Doña Sofonisma.

Livello 3► Dialogo► Madama, à los pies de Vm. Mucho me alegro de ver à Vm. tan bizarra. Servidora de Vm. Parece que se dirige Vm. à la Alameda: ¿gusta de que la vaya sirviendo? Estimo el favor de Vm. Ha, si Vm. no tuviese señalado destino, desde luego tendría mucho gusto en que me fuése acompañando, porque tengo que decirle. Mi hermana y yo la otra tarde quando le vimos, al observar à Vm. tan bizarro, tan limpio, tan bien vestido y aseado, tomamos à Vm. por blanco de nuestra conversacion. Decíame mi Hermana: ¿ves à D. Ciriato? Cree que, à mi ver, es un enigma difícil de averiguar. Vm. perdone, pues sabe lo curiosas que somos. ¿Por qué? la dixe à esto. Respondióme en estos términos: Este hombre, desde que le conocimos de vecino, se porta siempre con la babmoya que ves, gordo y colorado, sin tener fondos con que subsistir, ni aplicacion mas que al cortejo y paseo. Díxela yo entonces, en verdad, yo no le conozco de pocos dias, y siempre le miro triunfante; yo no me he de quedar en confusiones, y al primer dia que le vea, le he d suplicar me revele el misterio. Vm. no ignora que poco mas ò menos yo y mi Hermana pasamos la vida por unos medios bien raros y asi, si Vm. hace el gusto que le [106] suplico, me dará al mismo tiempo una leccion. Señora, no ignora Vm. que siempre me ha debido un afecto muy singular, y asi, sentémonos en este camapé, y oirá los arbitrios que me favorecen para pasar esta vida miserable: Sepa Vm., en primer lugar, que esta ropa que visto no me cuesta mas trabajo que meter mucha parola à los Mercaderes, y al mismo tiempo el andar por las calles como lince registrando si viene algún acreedor para entrarme en una casapuerta, ò torcer alguna calle à fin de evitar su tino. Haga Vm. cuenta, Señor D. Ciriato, que lo mismo me acontece à mí, mas yo jamás me oculto. Dias pasados estuvo en mi casa uno à pedirme el importe de cierta cuentecilla de una saya de gló, y habiendo levantado un tanto la voz, lo puse como merecía y al decirle ¿cómo se entiende eso de dar voces en casa de una Señora de circunstancias? tomó la escalera como un gamo, y à mi entender, sin gana de volver otra vez à pedir su dinero. Está muy bueno: en quanto à la comida, aunque algunos dias lo paso yo sé como, porque los tiempos andan malos, tengo señaladas várias casas, en donde suelo ir de visita muy cerca de la una, y me hago morlaco hasta que tratan de sentarse à la mesa, y si por mera atencion me dicen si gusto de tomar la sopa, con esta ò con otra expresion, me siento como si estuviera en mi casa: si lo llevan à mal y me ponen a la cara, me como la mala cara, y si me la ponen buena, hago lo propio de la buena. El otro dia me llevé por cierto un chasco mas que mediano: dieron las dos y no se vieron ni señales de que se comía en aquella casa: ya estaba mas que impaciente pensando que ya en parte alguna llegaría à tiempo para poder remediar la necesidad del dia, detúveme algun rato, y viendo que ni mis indirectas movían à los dueños de la casa, tomé la resolucion de preguntar si se comía? à esto respondió mi amigo, à la verdad, Señor Don Ciriato, esperábamos que Vm. se fuese para hacerlo, porque hoy la comunidad no da mas que para pan y manteca, y esto gracias al Montañés que nos [107] hace el gusto de fiárnosla. Amigo, no se detenga Vm. ya Vm. vé la hora que es, y asi, supuesto que Dios dá pan y manteca, y Vms. con esto piensan pasar el dia, no por eso he de dexar de acompañarles. En efecto, el remedio fué escaso, mas el dia se pasó. De estas, pocas puedo referir à Vm. porque tengo buen cuidado en no pegarme chasco. Ay, Señor Don Ciriato, no tenemos nosotras ese arbitrio; crea Vm. que para nosotras todos los dias son parecidos à los del amigo que acaba Vm. de referir. Quando tenemos la fortuna de recibir alguna visita por la mañana, procuramos tentar el vao, y si vemos debilidad en el muro, aplicamos toda la fuerza de nuestra verbosidad, y con esto solemos deducir algunas cantidades, aunque cortas, y aquellos dias son de gaudeamus, pero safo de esto no nos queda mas arbitrio. Señor Don Ciriato, ¿quién creyera al ver este porte, que no ponemos todos los dias una gallina en la olla, y lo mas del año lo pasamos sin encender la hornilla? Tampoco creerán muchos que hace mas de seis meses que no conozco al Rey por su moneda. ¿Pues cómo paga Vm. la casa, peluquero, barbero, lavado de ropa, &c.? Ha, para eso me sirven las buenas razones, las mejores esperanzas, &c. ¿Qué entiende Vm. por mejores esperanzas? Oiga Vm., al casero le tengo dicho una y muchas veces que estoy esperando de Vera-Cruz una partida de grana, y algunas talegas; el pobre se vé obligado, ya por mis súplicas, ya porque está espetado en mas de un año. En quanto al peluquero, le he ofrecido un buen acomodo para Indias, y asi en quanto considero que vá à hablar sobre paga, le doy una esquela para algun amigo, y con eso lo tengo contento como una pascua, sin mas trabajo qua haber hablado con anticipacion para que le dén buenas esperanzas. Por último, à todos los que pueden pedirme los lleno de Dones, y de buenas palabras. Por cierto que con mi casero no valen buenas razones; en pasando dos meses ya me amaga con que me obligará à mudarme: noches pasadas llevé por cierto, un buen agetreo para [108] buscar lo que le debía. Es un judío, Señor Don Ciriato. Yo no sé como à Vms. les sucede eso: conozco yo à otras Señoritas de menos méritos que Vms. y lo pasan mejor; bien se echa de ver que tienen poco arte. Mire Vm. su amiga Doña Mamalia tuvo habilidad para sacarle dos onzas al Administrador de su casa que fué à cobrarle seis meses de alquileres, vea Vm. si tienen Vms. poca gracia. No diga Vm. eso, Señor Don Ciriato, es capaz mi hermana de sacarle los dientes à un ahorcado; si Vm. tuviera su persuasiva, juro que quedaría desengañado; pero el casero de acá no entiende ni de lástimas ni de persuasiones. Mi Señora Doña Sofonisma, ¿hay mas que mudarse? Dice Vm. muy bien, asi lo haremos despues que le tengamos clavado en dos ú tres meses. Sí, Señora, lo demás es disparate: lo cierto es que cada uno ha de vivir de su oficio; Vms. y yo no conocemos otro que el vivir de la industria, el fin es pasar alegremente los dias que nos quedan; y pues es dura toda suerte de trabajos, pasémoslo asi aunque sea à costa de echar el rubor, pundonor y lo que llaman vergüenza à los zancajos. Lo propio me dice mi Hermana, y añade, que peor sería tomar otros arbitrios mas indecorosos: dice que yo no soy para el caso, y es necesario algun desahogo. Me alegrara que Vm. la viera empeñada, entonces conocería Vm. el espíritu grande que le anima; yo en faltando un dia lo preciso, ya se me anubla el Cielo y se me caen las alas del corazon; mas mi Hermana al punto toma la mantilla, y de media vuelta que dá viene cargada como una hormiga; no sé realmente como lo hace. Ha, eso es facil, dicen que el entendimiento apretado discurre: no ha tantas horas que me ví en un conflicto mas que mediano: casualmente me se rompió una hevilla en la calle, sin composicion mas que con otras nuevas, y sin blanca en el bolsillo, pero al punto me entré en una tienda, escogí un par, me las puse, eché mano à la bolsa, y como estaba llena de viento, con viento las pagué, y fué diciéndole al platero: Buen caso: ¿precisamente habia de [109] sucederme ahora el hallarme sin dinero? Sírvase Vm. de tomar estas, que en breve vuelvo à completa el resto. Con esto no le dexé lugar para reconvenirme de que no me conocía, y menos me conocerá, à lo menos en quanto à la paga que espera. Vm. no se ande con cortedades, el fin es habilitarse uno de lo que precisamente se necesita, y asi viva la trampa, y abur. ◀Dialogo ◀Livello 3

Livello 4► Visten aqueste vestido

Tantos y tantas hoy dia,
Que el número admiraría
Aun al que es mas entendido:

Sin trabajar han vivido
Dias y años enteros,
Siendo estafas verdaderos
Del pobre que se descuida,
Y tambien de que no cuida
Conocer los embusteros. ◀Livello 4

XXII.

Astronomia.

Metatestualità► El Argonauta que desde niño la dió por la Astronomía, y que desde luego hubiera acertado su verdadera carrera si hubiese aplicádose à esa encantadora profesion, vá à hablar ahora como Astrónomo sin serlo, bien que porque se vió obligado à tomar otros rumbos de un todo enemigos de su espíritu è inclinacion. Sin embargo, como que ha trabajado algo sobre ella por mar y por tierra, al Sol y al cereno, no piensa que ha de dexar de decir algunas verdades como dos y tres son cinco. ◀Metatestualità Livello 3► Antes de meterse à Astrónomo dice, que se llena de admiracion al ver lo poco que han escrito los Españoles de los Astros. Fuera de las Tablas Altonsinas nada lee original, y todo es traduccion. Se llena de rubor al pensar en esto, y mucho mas quando ya no mira citados sino à Bradley Lion, la Lande, Gentil, Mayer, Gran-[110]ge Casini, la Borda, y otros in fin: para nada se llama à ningun Español. Esto le obliga à pensar si nos faltará algun sentido, ò si los Astrónomos de Greenwich ò de Paris tienen alguno mas que nosotros. Se pasma al mirar dlos descubrimientos de Herchel: en nada de tiempo ha añadido un Planeta y un Satelite. Lo mismo le acontece con el dilatado trabajo de los Astrónomos Franceses en su anual conocimiento de tiempos. Avergonzado y lleno de dolor exclama: Amados Españoles, ¿de qué pende que no hagámos saber à todas las Naciones que tambien somo Astrónomos, que tambien trabajamos en esa ciencia? ¿Acaso nuestro Cielo se manifiesta menos propicio que el lúgubre Ingles, y el neblinoso Frances? No por cierto, pues mejor no lo lograban los famosos Astrónomos Egipcios. ¿Pues en qué penderá que porogresémos tan poco en esa parte de las Matemáticas? Hemos conocido hombres completos en el todo de esa ciencia; solo en la Astronomía hallamos tal vez nombrados al inmortal Don Jorge Juan, y al Sábido Ulloa. Conozco hombre en España, que es capaz de apurar el cálculo integral, diferencial, y el del infinito; luego ¿porqué no habrá Astrónomos que retumben como los Franceses? Por cierto que el Bachiller con ser el aprendiz con respecto à tantos como conoce, que trabajó algunos que tenían pelos quando la invencion de su Dique para La Havana. Ya asegura que para calcular el tiempo que necesitaba para llenarse de agua de la zanjale sudó el cogote, y tal vez nada menos le sucedería à todo un Mr. la Lande. Pues si un Astrónomo in principio puede salir con felicidad de un cálculo algo tormentoso, ¿qué no harán tantos y tantos como conoce España? Luego el no progresar en la astronomía solo depende de no ponerse à ello. Luego es un dolor que, pues tenemos instrumentos, observatorios, y libros, no nos dediquemos à este tan ilustre ramo. El Bachiller, que tambien se quiso meter à observar los Astros allá en el año de 1786, observando la mancha más remarcable del Sol en compañía de D. Fernando Muños de San Clemente, Teniente de Navio de la Real Armada, sugeto recomendable por todas cir-[111]cunstancias, y de los que ha conocido más impuestos en las Matemáticas, que dicha mancha ganaba para el sur. Se lo avisó al referido Oficial, el que habiendo tomado el instrumento convino que en efecto ganaba. De esto resultó, que filosofando el Argonauta hallase, que sin separarse del sistema de copernico podia, y aun debía de suceder el citado movimiento del Sol sobre su centro, y de Norte à Sur, dando à la Luna el de Levante à Poniente. Dió en trabajar sobre el particular, y le parece que tambien el dicho movimiento es de 113 y med. mayor que el de Levante à Poniente: Se fundó este cuasi hallazgo en que si se considera el Sol en la mayor declinación, debe de allí arrojar los efluvios de luz y de calor de modo que puedan llegar al polo opuesto quando con el movimiento de la Luna basta el impulso directo de parte del Sol, el que debe de considerarse como uno. Ello es verdad, que esto no excede los límites del sistema; pero no por eso podrá dexar de traer várias conseqüencias o resultados favorables, à lo menos para que los que transcienden mas que el Argonauta le busquen otros recobecos. Lo cierto es, que mirado con imparcialidad es necesario dar al Sol este movimiento por la razon dicha. Otras cositas ha observado el dichoso Argonauta, pero las calla porque cree que no se le dará asenso, ò à lo menos que tendrán el mismo paradero que todo su trabajo. Pero Señor Bachiller, ¿à qué ha venido toda esa algarabía que Vm. ha metido? ¿Vm. no vé que la alabanza envilece, y que con esto se desconceptuará del poco crédito que obtiene? Dice el Argonauta, que por lo mismo que es tan poco su crédito no le dá cuidado en acabarlo de perder; que si todos no entienden lo que quiere decir, y lo que le obliga à ello, que no faltará quien lo entienda, y quien se compadezca de su desdicha. Los nuevos descubrimientos son por lo general hijos del acaso en toda clase de materias. La atraccion del Imán fué descubierta por un Pastor, el Octante por un Carpintero Inglés. Sin embargo, en la Astronomía no los cree hijos de la casualidad el Argonauta. Mayer habia colocado en el número de las fixas à la Estrella que llaman hoy Planeta Herchel; si Herchel no hubiera sabido la longitud y latitud en que aquel la ponía, y no la hu-[112]biese observado fuera de aquellas, no hubiera tal vez llegado à conocer que no era fixa sino movible. Esto prueba manifiestamente que para los hallazgos en puntos de ciencia son necesarios unos conocimientos mas que medianos de dicha ciencia. Ha hallado ahora un nuevo Satelite; pero este se debe atribuir à dos cosas, à la constancia del observador, y à la perfeccion de su instrumento. De todo esto se dexa inferir, que la continuada aplicacion en las facultades es la madre de los hallazgos; y no tanto la casualidad, como quieren muchos Lucrecios en todas las cosas. Todo esto lo dice el Argonauta para confirmar que si nosotros empleamos el tiempo en observar y meditar cada uno en los diferentes ramos de su respectiva facultad, será muy dable adelantar sobre lo ya conocido, y esto será hallazgo.

Livello 4► Racconto generale► Entró en casa del Bachiller un Amigo suyo, serían como tres minutos despues de las doce del dia: preguntó por él, y le dixeron que estaba en la azotéa. ¿Qué hace allí, preguntó, con tanto Sol? Le fué respondido que era accion de todos los dias. Con esto, y algún conocimiento que tenía de su travesura el Amigo, sin pedir permiso se subió adonde su Amigo estaba: se hallaba tan ciego, que en mas de un quarto de hora no vió al Amigo que le venía à visitar, y al verle con instrumentos, libros, sin sombrero, le dixo: Amigo, sin remedio se vuelve Vm. loco. ¿Qué está Vm. observando?. A esto respondió el Bachiller: Buscando la longitud. El tal era Marino, y no obstante que volvió à anunciarle aquello de loco, le preguntó en qué se fundaba: él se explicó en estas voces Si Vm. me hace ver que algun dato sobre los que funde el hallazgo es falso, le ofrezco dexarlo. Pues vamos, dígalos, respondió el Amigo.

Fué exponiendo sus datos, enseñándolos en un instrumento que tenía hecho à propósito, y por último no pudo negarlos el Amigo, porque eran axîomas. Con esto se despidió el Amigo, siguió el Bachiller tomando calentones de cabeza, y no se salió con la suya. Ea, pues sólo por este medio se inventa y se descubren cosas nuevas. ◀Racconto generale ◀Livello 4 ◀Livello 3 ◀Livello 2 ◀Livello 1