Zitiervorschlag: Joseph Álvarez y Valladares [José Clavijo y Faxardo] (Hrsg.): "Pensamiento LXVIII", in: El Pensador, Vol.5\068 (1767), S. 267-281, ediert in: Ertler, Klaus-Dieter (Hrsg.): Die "Spectators" im internationalen Kontext. Digitale Edition, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.664 [aufgerufen am: ].


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Pensamiento LXVIII

Ebene 2► Brief/Leserbrief► Señor Pensador.

Como uno de los asuntos, que con mas frequencia ocuparon los anteriores Discursos de V.md. fué el Theatro, he estado esperando con impaciencia, que volviese à tocar esta materia, asi por su importancia, como porque en efecto las idéas, que en ellos se dieron, ò renovaron, no dejaron de ser utiles à muchas personas, y con particularidad à las que no tenian interés en defender delirios, ni en que se perpetuasen. Havia yá muchas, hasta del Pueblo mas inculto, que abrian los ojos, y nota-[268]ban con bastante tino las imperfecciones de los Dramas: les fastidiaban las bufonadas intempestivas, que antes eran su deleyte; y censuraban los equívocos, los cantares, y las acciones indecentes, que en otros tiempos les hacian reir. Todo esto anunciaba, que el Público hallaba utilidad en aquella critica, y que si llegaba à formarse idéas justas del Theatro, insensiblemente obligaria à los Actores à perfeccionarse en su exercicio, y à los Poetas Comicos à trabajar con cuidado, y methodo las piezas, que quisiesen presentarle, ò daria motivo à que se corrigiesen las menos defectuosas de las que yá tenemos; que siendo en tan crecido numero, no faltarian bastantes, que con poco trabajo fuesen adaptables al fin del Theatro, que es [269] corregir divirtiendo; pero V.md. abandonó esta materia, y acaso para esto se dejó llevar de algun rumor, que esparcian los interesados, de que parecia no sabía V.md. hablar sino de cortejos, y Comedias; y fúndome para este concepto en vér, que dejó V.md. à estas, y aquellos, aunque quedaba tanto que decir de uno, y otro; y perdoneme V.md. si le digo, que no hizo bien, si no tuvo otra razon, en dejar de hablar de nuestros Theatros. Quando V.md. tomó la pluma para escribir al Público, yá conocia muy bien los diversos gustos, humores, intereses, y caprichos de éste, y sabía, que tomaba à su cargo una empresa harto delicada, en que havia de hacer muchos quejosos, y pocos, ò ningun agradecido. Esta es la suerte de todos [270] los que toman à su cargo el criticar abusos, ò errores; y asi, no debia hacerle novedad, ni impedirle para seguir su camino.

Metatextualität► Yo tuve en aquel tiempo el gusto de contribuir à los mismos fines que V.md. con mis Cartas, que se hallan en los numeros XXIII. XXVI. y XXVII. de sus Pensamientos, y huviera continuado embiandole algunas, à no havermelo impedido ciertas ocupaciones, á que no pude negarme; pero como V.md., para mí, es el mismo Pensador, que antes era, y el motivo de aquellos Discursos, dirigidos à vér si puede lograrse tener un Theatro util, y que sea verdadera escuela de las buenas costumbres, no subsiste ahora menos que entonces, he determinado embiar à V.md. varias reflexiones, que en este tiempo de su [271] silencio me han ocurrido. ◀Metatextualität

Ebene 3► Anímame tambien à esto el vér que nuestros Theatros no atrasan, sino que antes bien en muchas cosas han adelantado; y esta es la mejor señal de que poco à poco, y con un mediano impulso saldrán de la barbarie, en que tanto tiempo han estado. Ebene 4► Allgemeine Erzählung► No ha muchos años, que el prologo de las Comedias se reducia à salir las Actrices à las Tablas, y ponerse en fila al lado de la cortina à cantar en una musica muy desagradable ciertas coplas (que creo llamaban la letrilla) con el descomunal acompañamiento de la guitarra, y el violón. Los trapos eran tan frequentes, sobre todo en entremeses, y saynetes, en tanta cantidad, y tan asquerosos, que podian dár nausea al estomago mas robusto. Un [272] Alcalde tonto, y caprichoso, ò un marido lelo, hacia por lo regular el costo del entremés, y alguna fria alegoría el del saynete. Los Autos Sacramentales se miraban, ò por decirlo mejor, se adoraban como el mayor esfuerzo del genio humano, y el asunto mas oportuno para las Tablas. Unas cortinas poco curiosas, y colgadas ridiculamente, eran todo el adorno de las Comedias ordinarias, comunmente llamadas de capa, y espada, y en las de theatro unos papelotes, ò emplastos costosos, y que nada significaban, y en que ni havia gusto, ni arquitectura, ni dibujo, ni perspectiva, eran el embeleso de los que no havian visto otra cosa, ni sabian servirse de sus ojos, ni de su razon para conocer los medios groseros de que se ser-[273]vian los tramoyistas para hacerles ilusion. Estas, y otras cosas he visto yo mismo en pocos años, y he visto tambien su reforma. Si en aquel tiempo se huvieran criticado, huvieran levantado el grito muchos simples, y hoy lo levantarian, si se las pusiese à la vista. Hoy no se atreverian à salir las Comicas à cantar las coplas referidas, ni se sufriera aquella musica. Tenemos orquestas, en que hay habilidades sobresalientes, y en que se emplea buena musica: se han desterrado los trapos, y hay esperanzas bien fundadas de que no vuelvan à parecer: se han reservado los Mysterios de nuestra Religion, para ser solemnizados en los lugares sagrados, que les corresponden: se ha puesto remedio en la molesta indecencia de fu-[274]mar los mosqueteros: están prohibidos los gorros: Se han desterrado las cortinas; y en fin, nos hallamos con unas decoraciones, en que hay propriedad, nobleza, gusto, invencion, perspectiva, colorido, y arquitectura; y que hacen honor al Theatro, y à la Nacion en lo concerniente à este arte. ◀Allgemeine Erzählung ◀Ebene 4

No me huviera detenido tanto en esta introduccion, aunque no la tengo por importuna, si huviera de ser solo esta la Carta, que pienso embiar à V.md. pero tengo material para muchas, y material, à mi parecer, util, y que se necesita su noticia.

Al fin de varios Discursos hizo V.md. una ligera critica de las Comedias, que en aquellos dias se representaban, y cinco dedicó enteramente à tratar de la [275] naturaleza, y objetos de la Comedia, y la Tragedia, y del argumento, personages, y locucion de una, y otra; ¿pero está yá dicho todo lo que hay que decir sobre estos Dramas? No señor. Hasta aqui todo ha sido hablar de su construccion, y de los fines, que deben proponerse, lo qual es muy esencial, y de mucha utilidad el que se sepa; pero en comparacion de lo que falta aún, puede hacerse cuenta, que nada se ha dicho. Es preciso hacer vér con alguna individualidad los principales, y mas comunes vicios, que reynan en nuestro Theatro, lo qual hasta ahora solo se ha tocado en globo, y la necesidad de corregir nuestros Dramas, y de no admitir à la representacion pieza alguna, que no tenga las calidades necesa-[276]rias para que sea util.

Ebene 4► Fremdportrait► Los Actores, à quienes vulgarmente llamamos Comediantes, son los organos por donde recibe el Público las utiles lecciones de los buenos Autores; y para desempeñar bien estas funciones, necesitan tener, entre otras muchas qualidades, figura, dignidad, voz, memoria, gesto, sensibilidad, accion, inteligencia, y conocimiento de costumbres, y caractéres, sin cuyas circunstancias, no es posible que sea buena, ni verdadera la representacion; y por consiguiente los mejores Dramas tendrian poco, ò ningun influxo sobre los circunstantes, quedandose en la clase de una narracion inanimada, incapáz de hacer la menor impresion. ◀Fremdportrait ◀Ebene 4 En nada de esto se ha puesto cuidado hasta aqui. Para salir [277] al Theatro ha bastado, en vez de talentos, la voluntad de salir; de tal modo, que ni aun se há reparado en el gravisimo defecto de no saber leer los que entran à este exercicio. Es necesario, pues, que abran los ojos los Actores, y tambien el Pueblo: aquellos, para aplicarse à desempeñar, como deben, su profesion; y éste, para saber apreciar los primores, y los defectos, y no dejarse gobernar vergonzosamente por el mayor numero de votos, y empeñarse en alabar cosas, que no merecen sino desprecio.

Las Decoraciones, à quienes el vulgo dá comunmente nombre de Theatro, sirven à representar el lugar donde se supone la scena, y conducen mucho para mantener la ilusion; pero en este nombre deben tambien comprehen-[278]derse otras partes, que sirven para el mismo fin, en que se incluyen las reflexiones, y noticias de usos, y costumbres, que son indispensables à los Actores para vestirse con proporcion à los papeles, que representan. Un hombre, que despues de haver estado mucho tiempo en un calabozo, sale de él con un vestido de color de rosa, no quita menos la ilusion, que Alexandro Magno con guantes, ò Julio Cesar peynado à la Rhinoceronte; y V.md. sabe, tan bien como yo, quántas impropriedades se notan en esto.

Nuestras Comedias, hechas por lo comun para representarse con solo la decoracion de las cortinas referidas, mudan à cada instante de scena, y con tal prontitud muchas veces, que es imposible [279] adaptarles decoracion alguna; y este es otos motivo, que hace indispensable en el dia su correccion.

Vea V.md. amigo Pensador, si falta aún que decir en orden al Theatro; y si son cosas poco importantes para su perfeccion. Nuestro Theatro está en mantillas por qualquier lado que se mire, y el Theatro, como la Poesia, no sufre mediocridad. O es preciso ponerlo bueno, y de tal modo bueno, que sirva à corregir las costumbres viciadas, y à formar heroes, ò sería indispensable desterrarlo como nocivo. ◀Ebene 3

En las Cartas, que acompañan á ésta, encontrará V.md. tocados todos los referidos asuntos. Espero que V.md. se servirá darlas á luz, y si puedo, se lo aconsejo; no porque esté satisfecho [280] de mi trabajo, ni tenga la vanidad de persuadirme á que no haya otros, que puedan tratar mejor que yo esta materia, sino por excitarlos á que lo hagan; y quando asi no suceda, porque no quede á los Actores, y Poetas la disculpa de que no ha havido quien les advierta su obligacion. No se me detenga V.md. en reparos frívolos, ni le hagan eco los gritos de la ignorancia. Los mismos, que hoy gritarian, serian los primeros que aplaudirian mañana, si lograsen vér corregidas las impropriedades que hay. Tampoco quisiera se parase V.md. en si esto producirá, ò no, algun efecto. Esto no le toca á V.md. ni á mí. Lo que sí nos toca es, hacer vér las deformidades, para que aquellos, que pueden, las hagan corregir; y si esto no suce-[281]diere, quedenos la satisfaccion de que se sepa, que si en nuestros tiempos se representaron necedades, delirios, y aun abominaciones, tambien huvo quien levantase la voz, y con tono firme dijese que los eran, y que se necesitaba poner remedio.

Dios guarde á V.md. ◀Brief/Leserbrief ◀Ebene 2 ◀Ebene 1