El Argonauta Español: Número 25

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N. 25

Zitat/Motto

Ridiculum acri dulcius.

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Origen de los terremotos señales y modos de libertarse de sus estragos.

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Es innegable que todos los movimientos que se experimentan en el globo terraqueo conocen por causa primera la poderosa mano de un sér supremo; pero no por eso debe dexar de considerarse un temblor de tierra como un efecto natural, como el rayo, y otros fenomenos terribles de la naturaleza. El Autor de todo lo criado, con aquel infinito caudal de ciencia natural, previó que era necesaria una circulacion de las aguas, como la de la sangre en el cuerpo humano: por tanto dispuso mares, cavernas y canales por donde executase su giro. Esos azufres que en tanta abundancia produxo en las entrañas de la tierra, y que girando con los demás líquidos llegan à veces à inflamarse para depurar los ayres encerrados en las cavidades de la tierra arguyen una necesidad de semejantes accidentes, del mismo modo que en nuestro cuerpo las diferentes revoluciones que sobrevienen. Creo que no puede darse comparacion mas igual que la del cuerpo nuestro con el terraqueo. Era preciso que los mares tuvieran una comunicacion libre con lo mas profundo y central de la tierra, interceptada esta circulacion, de necesidad debe desobstruirse con un efecto violento, capaz de dar curso al ayre, ò à las materias gruesas que obstruyan las canales. Esta es, y no otra la causa indispensable de los terremotos. Si en el cuerpo humano vemos que exîge el desahogo de las materias gruesas y viscosas, asi en la tierra miramos que por el Rio Volga se descarga de una porcion grande de materias vituminosas gruesas, espesas y breosas, que interceptando su curso, fermentando, è inflamadas deben producir una comocion tan espantosa como la que se mira en un temblor. La continua erupcion del Etna de Sicilia, y de los demás vesubios nos dá una prueba bien manifiesta de esta verdad. Los repetidos terremotos que se observan en las inmediaciones de todos los volcanes confirma el efecto de la obstruccion; y todo esto la necesidad de los temblores, luego es un efecto tan natural como los que observamos en las obstrucciones del cuerpo humano. Segun el célebre Kirquer pasa por debaxo del monte Caucaso un raudal de materiales bituminosos, los que ván à parar en el Ponto Euxîno. Lo mísmo acontece en el seno Persico, y comunicacion del mar negro con el mar Caspio. Los mejores Geografos nos aseguran que el famoso Rio Negro, en África, tiene su origen en el Rio Nilo. ¿Quién ignora la vasta caverna del Monte Tauro, que recibe el Rio Tigris, y dá à éste el paso para el otro lado? Este mismo rio, despues que ha pasado por el lago Thospites, vá à salir en el Eufrates cerca de Babilonia. ¿Lo mismo no acontece con el Rio Guadiana, que corre treinta y dos millas debaxo de la tierra? Con esto se dexa claramente deducir, que el globo tiene sus conductos por donde circula el agua, y los demás liquidos como el cuerpo humano. Por consiguiente obstruidos estos debe de necesidad resultar un encharque, y de éste debe de seguirse la corrupcion de los líquidos detenidos, y de esto sin dificultad deben dimanar los temblores. Si la corrupcion ò putrefaccíon de los líquidos encerrados, constando de partículas sulfureas, llega à inflamarse, ya sea con la ayuda de los fuegos subterraneos, ya por otro secreto admirable de la naturaleza el ayre rarefacto quando ya se hallaba oprimido producirán necesariamente el mismo efecto que se observa á un cañon. Oprimida la pólvora en términos que solo contenga una pequeña porcion de ayre, rarefaciendose este, haciendo que este exîja mayor lugar, empele la bala del cañon, y en las minas eleva grandiosos peñascos: luego tenemos aquí la prueba mas constante del mecanismo del terremoto. Una vez que es forzoso creer que él acontezca, veamos las señales que deben anunciarle.

Señales.

Varios han escrito sobre esta materia; mas no tengo presente que dén mas que un cortísimo número de señales; sin embargo, para beneficio del Público prescribiremos las que se pudieren y supieren, para luego pasar à los medios de libertarse de sus ruinas.

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Segun han observado los Físicos, sobrevienen los temblores quando el cielo está cereno, y no hay casi viento alguno. En España los hemos observado por los meses de Octubre y Noviembre. Tambien en Italia, Lima y Cuba se experimentan en meses determinados. No nos detendremos en la exposicion de la causa de ello, por no permitirlo los estrechos límites de un discurso, dexándolo à los Físicos naturalistas, si no se tratare en otro de ello. En el cielo se manifiestan ciertos celages ramosos parados, y à veces en forma de palma. Son trasparentes y raros. Esta señal se vé con mucha freqüencia, y solo podrá servir combinada con las siguientes.
Una de las señales mas poderosas y ciertas es la extraordinaria inchazon del mar sin causa manifiesta, estrépito, y sin reventar. Desde luego este movimiento no puede suceder sin una causa muy poderosa, y à mi ver, solo puede ocasionarla el ayre rarefacto, ya sea por la accion del fuego, ya por otros de los efectos prodigiosos de la naturaleza. Sea por lo que fuere, rara vez se ha visto este horroroso fenomeno, que no haya subseguido un temblor. El calentarse el agua en los pozos es otro síntoma de un terremoto, tambien de los casi infalibles. Asimismo es otra señal considerable el sacarse salada el agua de los pozos, y aun de los algives, sin causa conocida. Este efecto resulta de la evaporacion de las sales, y de la penetracion de los poros de la tierra, efecto que no puede acontecer sin un agente sumamente poderoso y activo. Tambien los animales en las campañas han solido avisar de un efecto de esa naturaleza con sus impropios y extraños bramidos. Igualmente ha sido señal de ello el disgusto general interior de las gentes sin causa manifiesta. Ha acontecido anticiparse à un terremoto abrirse grandes grietas en la tierra, y salir llamas por ellas. Por último; es tambien una de las señales que hacen temer un temblor quando los bolcanes se manifiestan por algun tiempo apagados, y quando se alborotan con intermision. Estas señales, con otras que podrán observar los que vivieron en paises propensos à temblores deben servir de aviso para tomar las precauciones siguientes.
En los paises donde son muy freqüentes los temblores, como en Lima, Cuba y algunas partes de la India, se fabrican à prevencion las casas, de modo que el mas fuerte, no es capaz de tumbarlas. Estamos, à Dios gracias, en un País, en que se vén raras veces; y ya por la costumbre, ó ya por necesidad se fabrican de cantería, y sin que pueda tomarse recurso para que se eviten las ruinas que ocasionan tan temibles fenomenos. Por tanto se considera como inutil la exposicion de otro modo de construirlas. Pues que ya es forzoso solo hablar de los recursos, que se puedan tomar en tan desesperados casos, se aconseja que en el momento que se vean algunas de las expresadas señales, no hay mejor medio que salir à campo raso. En medio de las plazas, y en todo parage en que la caída de las paredes, ó torres no pueda alcanzar. En las Ciudades, como en esta de Cadiz, quando no sea posible esto último, se debe ocurrir à las embarcaciones, y debaxo de los arcos mas robustos; pues en las casas no puede esperarse más que la precisa ruína. Ocurren muchos à los Templos: esta práctica aunque es laudable, en quanto à ser lugares mas propios para pedir socorros al Señor, no obstante, por su desmedida elevacion, están mas propensos à la ruina. Hablando de esta Ciudad en el caso de que aconteciera, lo que Dios no permita, será feliz el que pueda ponerse en qualquiera de las embarcaciones de la Bahía: no salir por la Puerta de tierra, sino por la del mar.

Metatextualität

Por ahora no sabe mas el Argonauta.

Yo no he de ser menos que fulano, ni que fulana.

Pues le dió que pensar al Bachiller este mote: lo ha oído mas veces que ocasiones se ha mudado la Luna en toda su vida, y ahora la ha dado en que ha de averiguar los escondrijos de su significacion, origen, y resultas.

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En quanto à lo primero, tomado las voces conforme suenan, no querrá significar mas que: Fulano no ha de ser mas que yo. Fulana no ha de aventajarme. Nada malo parece que tiene esta expresion. En efecto, si la ventaja fuese en lo que se llaman virtudes morales, ¿quién duda que sería recomendable el que todos, sin excepcion de persona, no gustasemos, ó quisieramos exceder à los demás? ¿Quien duda tal, Señor Bachiller? Dice que no lo duda, y que está mas que cierto que no es esta emulacion la generatriz de este dicho mas comun, y general que el nombre de Pilatos, de quien leyó un Academico de Berlin una memoria, probando que este nombre era el mas nombrado en el universo, cosa tan digna de ridiculizarse; como acreedora à toda circunspeccion la freqüente repeticion de este mote que se vá à analizar. En fin, es mas que comun el decir: fulano, ó fulana no ha de ser mas que yo, no en virtudes sino en . . . . . De espacio, Señor Bachiller; quando mas lo dirán las gentes por que no les gusta que vean prosperar mas á los amigos, vecinos, y paisanos. ¿Y le parece poco? A mi nada, porque ¿qué tendrá de malo el que vea Doña N. que una misma amiga suya del mismo gremio que ella; su marido con el propio empleo, sueldo, y demás circusntancias, con una saya de glo acabada de estrenar; con un manton con cada blonda de vara y media de ancho; con un moño mayor que un jumento, y con otras cosas; y que digo: no pues fulana no ha de ser mas que yo? que luego luego embista á su marido, y que con dos mil reconvenciones amorosas, y otros tantos ardides, le obligue à comprar otro tanto, aunque no tenga para ello, ni lo pueda pagar en diez mil años? Nada, nada al parecer de Vm. pues el Bachiller no piensa asi: cree antes bien que quiere decir muy mucho, y que debía de desterrarse del idioma castellano semejante entusiasmo. ¿Vm. sabe qué de consecqüencias dimanan de semejante friolera? Pues no crea que pueda yo en este discurso explicar las negrisimas resultas que sobrevienen de esta niñería. Vamos, Señor Graduado, que no será tanto lo que Vm. pondera. Pues dexe que él exponga el orígen de estas pocas voces y luego le hagan ver que son mas las conseqüencias fúnebres, que lo que Vm. piensa. La soberbia y la envidia son las fuentes de donde emana el caudaloso rio de resultas que atraen: lo mismo es ver que otro ú otra mas lucido que unos se enciende la primera, pega fuego à la segunda, y el primer resultado es pensar como se ha de imitar ò aventajar: y diciendo no ha de ser mas que yo, creen tranquilizar, ò extinguir la llama devorante que consume sus corazones.

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Allgemeine Erzählung

Ayer se hallaba el Bachiller en casa de un artesano: vino à verle un Amigo suyo de la misma facultad, y acababa de estrenar una capa de rico balleton Inglés. No bien se hubo despedido, cuando dixo aquel: Mañana hago una capa como la de mi Amigo, porque yo no he ser menos que él.
La semana pasada estaba él de visita en casa de un conocido: entró à la sazon una Amiga, con un vestido de canicula . . . . . Ha, ha, ha . . . . . ¿Qué se rie, señor Bcahiller? Ha, ha, ha . . . . . Diga Vm. luego de qué se rie, que ya nos vamos escamando. De esa ca . . . . . ni . . . . . cu . . . . . la . . . . . 
Siga Vm. su cuento, y déxese de eso. No, no puedo, lo dexo, y me han de dexar decir algo sobre esa canicula. Para que se vea por donde trepa el pecado: ahora han dado las mas de las gentes sin cabeza en usar unos listados que llaman con ese nombre, y esa es la moda rigorosa. De donde le venga ò cómo se ha introducido, Barrabás que lo entienda: lo cierto es, que en oyendo la voz canícula, aunque sea la de los Almanaques, me viene tal fluxo de risa, que no lo puedo ponderar, y me parece que llevo razon, porque ¿quién no se reirá de semejante locura? y mucho mas del empeño en no querer ser menos Doña Fulana que Doña Sutana, porque viste un traje de canicula. Todo esto, como llevá dicho el Bachiller, no es mas que un efecto de lo que se llama soberbia y envidia. No sé quando se desterrarán del mundo tales muebles mas nocivos que la tiña.
Lo mas admirable, y que mas choca con la buena razon del Argonauta, es no ver que no quieran ser menos que los y las demás quando resplandece en ellos alguna virtud. Quando se mira à un sugeto con haberes, y à una Señora con posibles vestir en los términos que exîge su estado, sin andarse mudando, ni menos observando que otros y otras vistan ropas que no correspondan ni à la bolsa, ni à la gerarquía. Esto que debía de ser un poderoso estímulo para todas, es lo que no se mira, y lo que no se mira, y lo que no se procura aventajar. ¿Qué mayor excelencia que exceder à los demás en virtudes? Qué circunstancia mas apetecible que manifestar un caudal de juicio y de madurez? ¿Y qué cosa mas acomodada à la razon y à la equidad, que vestir indicando un gran fondo de probidad, y no ostentando lo que no hay, entrampando à todo el mundo, y cometiendo mas desaciertos y desafueros que D. Quixote de la Mancha? Es bueno que porque Peransica sin seso destruye á su marido con el pretexto de no querer ser menos, tambien Fulanica ha de seguir sus pasos? No, Señoras mias, bueno es que no pretendan ser menos, pero en lo que se llama saber gobernar la casa, educar los hijos, y complacer à sus esposos: en esto sí que será laudable el procurar aventajar à las demás, ò à lo menos igualarlas; pero no en las malditas modas. Conducta mas que detestable será siempre la de este género, y será digna de todo encomio aquella que viendo sobresalir à otra en las obligaciones de una muger de su casa, no las dexa vivir hasta sobrepujarlas.
En los tiempos antiguos toda la emulacion se terminaba en quál habia de hilar mas lino, en quál cuidaba mejor su casa y familia: en el dia, muy al contrario, solo se nota en quál ha de estar mas ociosa, y ha de vestir mas modista. Trastornado está el Universo! Dexe Vm. esa materia: siempre vá à parar el tiro contra las pobres Señoras. ¿Qué le han hecho, Señor Argonauta? ¿Acaso los hombre son impecables? ¿No siguen tambien las modas, hasta la canícula, que tanto le divierte? Tambien tenemos esa desgracia, aunque no con tanto extremo, bien que si bien se mira, mucho mas digna de ridiculizarse. Con todos habla el Bachiller, y à todos quiere traer à verdadero conocimiento, à que solo se oyera este mote con relacion al bien y no por el camino que ván. Oxalá que todos pensásemos en ser mas aplicados: que el letrado se desvelase para exceder al letrado en lo que se llama su facultad; el médico al médico, el comerciante à su igual, el labrador à su vecino, y el artesano à su compatriota. Permita el Cielo que este pequeño agregado de voces solo se dirija à que Pedro no cuide mas de sus obligaciones que Juan, y éste que Fernando. No se verían las funestas resultas que se vén diariamente de tan siniestra aplicacion. No se hallarían tantos vagos y mendigos, ni tantas mugeres infelices como se vén por el mundo, por una causa tan futil. La prosperidad del amigo, del Vecino, &c. debe excitarnos à la imitacion, no en los efectos, sino en la bondad. Si viene à quella de principios justos, como son el mayor trabajo, la mayor aplicacion: entonces debemos esforzarnos à seguir los paso de aquel para conseguir igual ó mayor fortuna: mas si los medios han sido injustos, como son todos aquellos que son impropios en un hombre honrado, entonces lexos de usar del mote, lexos de excitarnos à aventajarles, debemos compadecernos de su suerte, y huir de imitarlos. Viste una à todo el rigor de la moda; mas todo quanto se vé lo debe al Mercader. ¿Porqué se ha de hacer otro tanto? ¿Qué buenas conseqüencias pueden resultar?
Ponga cada uno y cada una la mano en su pecho: observe el cómo muchos y muchas echan galas todos los días. Vea los bochornos que pasa diariamente: yo aseguro que entonces no pensarán que por ello son mas, sino muy al contrario, que se constituyen menos honradas, y algo mas, que es lo peor. Insiste el Bachiller en que se valgan de este mote quando vean que el amigo les excede en virtudes. Digan entonces: No ha de ser mas que yo: no he de ser menos que ella. Entonces será apreciable tal costumbre, y no abuso como en el dia. Asi lo espera el Argonauta, y lo suplica de corazon.