El Argonauta Español: Número 4
Permalink: https://gams.uni-graz.at/o:mws-108-713
Nivel 1
N. 4
Cita/Lema
Ridiculum acri dulcius.
Nivel 2
VII.
Filosofia.Metatextualidad
Dos cosas vá à exponer el
Argonauta en este discurso, que ambas se las ha enseñado la
experiencia.
Nivel 3
La primera, lo que se debe
entender por Filosofía, y la segunda, que todos deben ser
Filósofos, sin exceptuar las Señoras Mugeses. ¡Albricias,
que ya toiticos somos ò seremos Filósofos! Ya desde hoy para
en adelante nadie nos hablará con magisterio, como ha
sucedido hasta aquí. Dice el Br. que la Filosofía no tiene
un objeto solo. Pitágoras enseñó la integridad de la moral;
Empedocles, el desprecio del mundo; Demócrito, la
contemplacion de las cosas naturales y la preferencia de las
obras del entendimiento à las mecánicas; Sócrates puso en
método las ideas confusas de sus predecesores para hacerlas
útiles à las Artes y Ciencias; Platon manifestó que la
verdadera Filosofía consistía en la fidelidad, constancia,
justicia, sinceridad, y en las respectivas obligaciones;
Aristóteles, de quien dixo Plinio que era el genio de la
naturaleza, la dió mejor y mas sólido órden, dirigiendo las
miras de un Filósofo à todo objeto. En efecto, todas las
cosas deben estar sujetas al hombre en cuanto à la
observacion y reflexîon. La Filosofía es la piedra con que
se toca quanto es blanco de nuestros sentidos,
tanto internos como externos. Con ella debe descubrirse lo
que es bueno ò malo, sólido ò vano, fuerte ò débil,
verdadero ò falso. Y por esta razon todos debemos ser por
naturaleza Filósofos. Esta es la única verdadera Filosofía,
y no la de Zenon, Epicuro, Diágoras, Diógenes, Demócrates
Licon, Metrodoro, Crates, Menipo, Pirro, Cleantes,
Arcesilao, Lachides, y la que han escrito todos los
Filósofos modernos, excepto una pequeña porcion que filosofó
en los términos dichos. La de todos estos que ha nombrado
dice que no enseña mas que la corrupcion. Como que todos los
hombres estamos obligados à elegir lo bueno, no tanto porque
asi lo hacen los brutos, quanto porque nos hallamos
favorecidos de una razon que distingue entre lo util y
honesto y lo que no tiene nada de ambas cosas, de esto dexa
inferir que todos debemos ser Filósofos. Antes debemos
exâminar que creer, salvo en materias de Religion, en las
que no debemos pararnos, sino asentir con toda fé, y segun
este principio irrefragable, estamos obligados à ser
Filósofos. Dicen, y es asi, que lo que hace el sábio en el
principio, hace el ignorante al fin. ¿Y por qué? Porque
aquel piensa, exâmina antes, lo que no hace este: otra razon
por la que todos deben de ser Filósofos. Piensa uno en
casarse, ò en elegir otro estado, profesion, &c. no
medita lo que vá à hacer, luego se arrepiente porque le
salió mal. Compra un comerciante una cantidad de efectos sin
prevenir de antemano los accidentes que pueden sobrevenir,
se pierde. Finalmente, se emprenden sin meditacion los
hechos, y resultan malos. ¿Qué quiere decir esto, sino que
debemos todos filosofar?
Los primeros Filósofos que siguieron estas máxîmas ganaron un crédito y opinion sin límites, y los Principes se sometían en todo à su dictámen, y les hacían honores extraordinarios. Pero en quanto vino la corrupcion, en quanto vertieron máxîmas iniquas y perjudiciales, decayó de tal manera su crédito, que del extremo del aplauso pasaron al de la persecucion. Los que hoy llaman nuevos, á pesar de no haber hecho mas que repetir lo mismo que habian escrito aquellos últimos, les ha acontecido lo propio; y además el que miren con odio el nombre de Filósofo los hombres sensatos. Lexos de investigar à la naturaleza, dedicaron sus talentos en esparcir máxîmas que no tienen otro objeto que la ruina general de los Pueblos. Poseyendo el arte de seducir, ridiculizar y blasfemar con chiste hasta de las cosas mas sagradas, atraen à la juventud, la misma que se llena à toda prisa de la mas atroz corrupcion. Sin embargo, merecen una grande aceptacion aquellos que se han empleado en ciertas especulaciones útiles à la sociedad, como un Peuton, Descartes, Boile, Feijoo, y otros que han tomado por blanco de su Filosofía desenvolver ciertos fenómenos de la naturaleza, inquiriendo siempre lo util, bueno y honesto. Esta es la Filosofía que debían aprender, y no la que, à pesar de tantas prohibiciones, corre entre la gente de pocas barbas. No se vería tanto libertinage, ni una disolucion tan perjudicial. Por cierto que tiene razon el Br. y dice que ha de perseguir no solo à los discípulos, sino à los maestros. Parece que está pacífico su humor, quando no emviste como D. Quixote à los encamisados del entierro. Responde à esto que otro dia los tomará de punta, como merecen. Solo encarga, que si todos quieren ser Filósofos como deben, y ganar opinion y crédito, que no den ascenso à cosa alguna que no sea de la Religion, sin pensar ni meditar antes. Que prevean si lo que se lee ó se oye es verdadero ò falso, si es bueno, util y honesto; y por último, que no se tome deliberacion sin pensarla muy mucho, y con tiempo.
Los primeros Filósofos que siguieron estas máxîmas ganaron un crédito y opinion sin límites, y los Principes se sometían en todo à su dictámen, y les hacían honores extraordinarios. Pero en quanto vino la corrupcion, en quanto vertieron máxîmas iniquas y perjudiciales, decayó de tal manera su crédito, que del extremo del aplauso pasaron al de la persecucion. Los que hoy llaman nuevos, á pesar de no haber hecho mas que repetir lo mismo que habian escrito aquellos últimos, les ha acontecido lo propio; y además el que miren con odio el nombre de Filósofo los hombres sensatos. Lexos de investigar à la naturaleza, dedicaron sus talentos en esparcir máxîmas que no tienen otro objeto que la ruina general de los Pueblos. Poseyendo el arte de seducir, ridiculizar y blasfemar con chiste hasta de las cosas mas sagradas, atraen à la juventud, la misma que se llena à toda prisa de la mas atroz corrupcion. Sin embargo, merecen una grande aceptacion aquellos que se han empleado en ciertas especulaciones útiles à la sociedad, como un Peuton, Descartes, Boile, Feijoo, y otros que han tomado por blanco de su Filosofía desenvolver ciertos fenómenos de la naturaleza, inquiriendo siempre lo util, bueno y honesto. Esta es la Filosofía que debían aprender, y no la que, à pesar de tantas prohibiciones, corre entre la gente de pocas barbas. No se vería tanto libertinage, ni una disolucion tan perjudicial. Por cierto que tiene razon el Br. y dice que ha de perseguir no solo à los discípulos, sino à los maestros. Parece que está pacífico su humor, quando no emviste como D. Quixote à los encamisados del entierro. Responde à esto que otro dia los tomará de punta, como merecen. Solo encarga, que si todos quieren ser Filósofos como deben, y ganar opinion y crédito, que no den ascenso à cosa alguna que no sea de la Religion, sin pensar ni meditar antes. Que prevean si lo que se lee ó se oye es verdadero ò falso, si es bueno, util y honesto; y por último, que no se tome deliberacion sin pensarla muy mucho, y con tiempo.
Anedocta y espesifico para que se sepa facilmente un secreto.
Nivel 3
Nivel 4
Relato general
Reveló D. N. un secreto de
importancia à un amigo à los tres dias se sabía en
toda la Corte, de modo que en una
tertulia se lo comunicó una Señorita al interesado,
con mucho encargo del sigilo. Este cegó y no vió al
oir lo que no pensaba, y al momento fué à darle las
quejas al amigo de haberlo revelado. Echóse este à
reir, y protestándole que à nadie se lo habia
comunicado, le hizo presente que el peluquero le
estaba peinando quando se lo refirió; y añadió de
mas, que habia extrañado tanto encargo de la reserva
en presencia de aquel, como si fuese sordo. Cayó de
luego à luego en el golpe; le pidió mil perdones, y
se fue medio aturdido.
Esa Anecdota ha obligado al Br. à dar el específico siguiente. El aviso es de importancia, y de nada menos se trata que de desterrar un abuso sumamente perjudicial.
Para conseguir que con facilidad, prontitud, ligereza, velocidad y rapidez se sepa un secreto, no hay mejor medio que referirlo en presencia de peluquero, barbero, sastre, zapatero y asimismo de los criados; porque estos aunque no atienden oyen, y quanto escuchan parlan. Para alcanzar lo contrario, se hará lo propio; porque son sujetos de fiar, mudos, y por lo regular afectos de sordera.
Nivel 4
Relato general
La primer pregunta que
hace el marchante al entrar qualesquiera de esas
personas, es: ¿Maestro, qué tenemos de nuevo? Ya se
vé, el maestro vomita sin y pecaquana lo que oyó al
marchante antecedente, sin pararse en que la materia
sea ò no digna de reserva. Se tardó el peluquero,
&c. mira enfadado y cansado de esperar al
marchante, y entra: Señor D. Fulano, una grande
novedad le traigo: ¡buen remedio para aplacar la
cólera! ¿Qué, qué hay? responde el marchante. Allá
vá el secreto. Esto no es nuevo: es bien sabido que
los infelices buscan el camino mas corto para ganar
el gusto de sus marchantes. No tienen ellos la
culpa, sino aquellos que sin pararse en que los oyen
estos dicen tus secretos con muchos encargos del
sigilo. Buena necedad. Lo propio debe esperarse de
los criados, por callados que los quieran
considerar. Por esto un cierto Ministro no quería
tener peluquero ni barbero señalado. Y por lo mismo
mismisimo la Emperatriz de Rusia hizo construir un
gavinete con el fin de que en los dias
que daba convite à los Generales se sirviese la mesa
sin la presencia de criado alguno; pues por medio de
máquinas y trampas, se presenta à la mesa quanto es
necesario.
El mejor medio para que jamás se sepa una cosa es no divulgarla, no revelarla; y en el caso de hacerlo, sea con toda precaucion, no fiandose de confianzas infundadas; y para conseguir mejor lo contrario decirla en presencia de todo el mundo, sin pararse en niñerías; pero encargando una, dos, tres y mil veces el secreto, que es el medio mas seguro para que no lo sepa más que todo el Pueblo, Provincia, Reyno, y tambien para que à los dos dias venga en la gaceta de Holanda. Advierte el Br. que no solo correrá del tamaño que se hubiere referido, sino algo mas gorda y vestida; y si no, tener presente el cuento del huevo. Vaya de cuento, por si acaso alguno lo ignorase.
Nivel 4
Relato general
Casóse un socarron con
una niña muy cencilla. Creíala tal el novio; pero no
obstante, quiso probar si lo era tanto como él
pensaba. En la primer noche de novios, poco despues
de haberse acostado comenzó el tunante à revolverse
y quejarse. Preguntóle la novia ¿qué tenía? Unas
fatigas, unas ancias, que pienso morir.¿Quieres que
llame? replicó aquella. No, dixo, que ello se
pasará. En efecto, dando un gran bufido, y diciendo:
¡gracias à Dios! llamó mas y mas la atencion de la
pobre novia, para que le preguntase ¿qué era
aquello? Respondió que no se lo podía decir, porque
temía no se lo dixese à alguien. Yo no, dixo ella;
el otro se hizo de rogar una y muchas veces; y
despues de muchas súplicas y ofertas de que no lo
diría, prorrumpió haciendo grandes misterios y le
dixo: Has de saber que he puesto este huevo; mira si
se lo vás à decir à nadie. No bien llegó el dia,
quando le reveló el secreto à una comadre suya: esta
se lo dixo à otra de dos; y de boca en boca fué
llegando à mil.
VIII.
Barometro.Metatextualidad
Deseoso el Br. de mezclar lo util
con lo deleitable, vá à dar una descripcion del Barometro,
para ver si destierra el que sea necesario que vengan de à
fuera, y tambien que salgan del Reyno las pesetas que en
ellos se emplean. Ofrece que hará lo propio con el
Termometro, Higometro, y con otros efectos de la industria.
Está empeñado en que no ha de parar hasta desterrar à la
Marmotina viva, Basilisco, Tutilimundi, y otras v[...]atelas
con que nos rapan los quartos como si fuesemos negros de
Angola. Por cierto que el amigo de los Automatas se lleva
muy buenos duros. Sería un pensamiento grande el imponer un
derecho algo crecido à todos los extranjeros que viniesen à
los dominios de España con estos ù otros pretestos para
llevarse la plata, para que ya que no los castigamos dexaran
algún provecho al Real Herario.
Nivel 3
El Barometro, dice, que es un
instrumento de mucha utilidad, y que es también una de las
piezas que sirven de adorno en las casas. La voz Barometro
viene de Baro, que en nuestro Castellano es lo mismo que
peso, y metro, que significa medida; por lo que Barometro
quiere decir un instrumento para medir el peso ù upresion
[sic] del ayre. Los hay de diferentes clases, simple y
compuesto, perpendicular, orizontal, diagonal, de rueda,
colgado, y de marina. El simple es aquel que solo se hace
con azogue, y el compuesto el que contiene otros licores. El
Barometro simple fué inventado por Torricelli Florentino en
el año de 1645. Entonces no se le conocía mas uso que para
señalar el peso del ayre, ni tuvo otro hasta que el célebre
Boile hizo las siguientes observaciones. Vió la grande
desigualdad del mercurio ò azogue en los diferentes tiempos
y lugares en la gravitacion, ò presion del ayre, como
asimismo la progresiva correspondencia entre la subida y la
baxada del mercurio, y al propio tiempo las variaciones del
tiempo. De esto se sirvió señalar los límites
determinados en las subidas y baxadas, y las mutaciones del
tiempo à los lados del tubo de cristal en que estaba
encerrado el azogue. Con esto deduxo que este instrumento
era muy à propósito para conocer las diferencias de los
tiempos, aun antes que sobreviniesen.
Despues fue trasportado à diferentes climas, y se halló variaba de altura de una region à otra. Tambien se observó que tomaba diferente altura segun el parage estaba mas ò menos elevado, de lo que se infirió que sería util para medir las alturas. Por último, de esto se siguió el que lo empleasen en la nivelacion de los terrenos.
¿Es poco esto? Bien pueden darle las gracias al Br. de que les describa un instrumento adivino que pronostica antes y con antes quando ha de hacer buen ò mal tiempo, lluvia ò seca, bonanza ò temporal, Señor Br. vamos al modo de hacerlo. Torricelli lo hizo de esta forma: Tomò un tubo de vidrio largo de treinta y una pulgadas y del diámetro de una décima parte de pulgada, se entiende de cavidad. Este estaba cerrado hermeticamente por un extremo, y abierto por el otro. Despues le llenò de azogue, y habiendo tapado con el pulpejo del dedo la abertura, volviò el tubo de arriba à baxo, y metió dicho extremo en un vaso que tenia tambien azogue. Safò [sic] el dedo, y dexó que se derramase en dicho vaso la cantidad de azogue sobrante para equilibrarse con el peso ò gravitacion del ayre sobre el mercurio que estaba en el vaso, y asi quedó en 28 pulgadas de altura en el tubo, y con esto resultó hecho el Barometro. Despues cogió una plancheta de cobre ò laton y, señalando en ella una linea de tres pulgadas, la dividió en lineas, y la colocó en las 28 pulgadas que marcaba el azogue, y luego escribió ò gravó en dicha plancheta las variaciones del tiempo, del mismo modo que se observa en los Barometros comunes.
Ya tenemos que, con sola esta explicacion, qualesquiera puede hacer quantos gustare, y aunque este no tenia cisterna ni corbatura como los que hoy se gastan, se construye de la misma manera; y para acortarlo, se lleva un modelo al vidriero, y éste hará quantos tubos se quieran.
No se pueden dar reglas terminantes para cada Paiz, y asi se contenta el Br. con dar las generales. El mejor medio de no errar en la marcacion es observar el ascenso ò descenso del azogue, segun los diferentes tiempos, por exemplo, lluvioso, seco, ventoso, temporal, &c. y marcar en la plancheta segun se viere el ascenso y descenso. Este método es el mas seguro, y una vez arreglado uno, por este se hacen cien mil, se entiende, para un lugar determinado, como por exemplo, Cadiz.
Para proceder con mas acierto en la graduacion se observarán las reglas siguientes: Primera: En tiempo nublado, quando amenaza lluvia, el azogue baxa porque entonces el ayre es mas ligero, y gravita menos sobre el azogue. 2. Quando el tiempo está, ò ha de venir claro y sereno, sube por la razon opuesta. 3. Quando reynan vientos fuertes sin lluvia, baxa con respecto al rumbo de la aguja de marear, por donde vienen ellos; porque si fueren del Norte ò Nordeste, sube. Antes y en el tiempo de un temporal baxa mucho; mas al acabar sube de pronto lo que ha baxado. En La Habana observó el Br. que dos dias claros antes de venir un huracán habia baxado mas que nunca, y al tercer día que aconteció dicho, ya de noche volvió à subir. Para que se sepa la variacion que se observa en las diversas latitudes, se prescribe la siguiente tabla:
En los intermedios de estas latitudes sube ò baxa con proporcion à lo que se ván acercando à ellas. En el intermedio desde 35. à 55. grados, donde los vientos son variables, se nota una grande diferencia; pero disminuye esta à medida que se acercan del Equador y Polos. En los tropicos y circulos polares, se mantiene siempre en un mismo estado. Observacion de Mr. Halley. Se previene que el mercurio ò azogue que se ha de introducir en los tubos ha de estar bien purificado.
Despues fue trasportado à diferentes climas, y se halló variaba de altura de una region à otra. Tambien se observó que tomaba diferente altura segun el parage estaba mas ò menos elevado, de lo que se infirió que sería util para medir las alturas. Por último, de esto se siguió el que lo empleasen en la nivelacion de los terrenos.
¿Es poco esto? Bien pueden darle las gracias al Br. de que les describa un instrumento adivino que pronostica antes y con antes quando ha de hacer buen ò mal tiempo, lluvia ò seca, bonanza ò temporal, Señor Br. vamos al modo de hacerlo. Torricelli lo hizo de esta forma: Tomò un tubo de vidrio largo de treinta y una pulgadas y del diámetro de una décima parte de pulgada, se entiende de cavidad. Este estaba cerrado hermeticamente por un extremo, y abierto por el otro. Despues le llenò de azogue, y habiendo tapado con el pulpejo del dedo la abertura, volviò el tubo de arriba à baxo, y metió dicho extremo en un vaso que tenia tambien azogue. Safò [sic] el dedo, y dexó que se derramase en dicho vaso la cantidad de azogue sobrante para equilibrarse con el peso ò gravitacion del ayre sobre el mercurio que estaba en el vaso, y asi quedó en 28 pulgadas de altura en el tubo, y con esto resultó hecho el Barometro. Despues cogió una plancheta de cobre ò laton y, señalando en ella una linea de tres pulgadas, la dividió en lineas, y la colocó en las 28 pulgadas que marcaba el azogue, y luego escribió ò gravó en dicha plancheta las variaciones del tiempo, del mismo modo que se observa en los Barometros comunes.
Ya tenemos que, con sola esta explicacion, qualesquiera puede hacer quantos gustare, y aunque este no tenia cisterna ni corbatura como los que hoy se gastan, se construye de la misma manera; y para acortarlo, se lleva un modelo al vidriero, y éste hará quantos tubos se quieran.
No se pueden dar reglas terminantes para cada Paiz, y asi se contenta el Br. con dar las generales. El mejor medio de no errar en la marcacion es observar el ascenso ò descenso del azogue, segun los diferentes tiempos, por exemplo, lluvioso, seco, ventoso, temporal, &c. y marcar en la plancheta segun se viere el ascenso y descenso. Este método es el mas seguro, y una vez arreglado uno, por este se hacen cien mil, se entiende, para un lugar determinado, como por exemplo, Cadiz.
Para proceder con mas acierto en la graduacion se observarán las reglas siguientes: Primera: En tiempo nublado, quando amenaza lluvia, el azogue baxa porque entonces el ayre es mas ligero, y gravita menos sobre el azogue. 2. Quando el tiempo está, ò ha de venir claro y sereno, sube por la razon opuesta. 3. Quando reynan vientos fuertes sin lluvia, baxa con respecto al rumbo de la aguja de marear, por donde vienen ellos; porque si fueren del Norte ò Nordeste, sube. Antes y en el tiempo de un temporal baxa mucho; mas al acabar sube de pronto lo que ha baxado. En La Habana observó el Br. que dos dias claros antes de venir un huracán habia baxado mas que nunca, y al tercer día que aconteció dicho, ya de noche volvió à subir. Para que se sepa la variacion que se observa en las diversas latitudes, se prescribe la siguiente tabla:
Nivel 4
Latitud sube o baxa
Pulgadas
En la de 15. grados N. ò S. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1
En la de 30. idem . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
En la de 45. idem . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3
En la de 60. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
En la de 75. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1
En la de 81. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . menos de una quarta parte de pulgada.
En la de 15. grados N. ò S. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1
En la de 30. idem . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
En la de 45. idem . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3
En la de 60. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
En la de 75. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1
En la de 81. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . menos de una quarta parte de pulgada.
En los intermedios de estas latitudes sube ò baxa con proporcion à lo que se ván acercando à ellas. En el intermedio desde 35. à 55. grados, donde los vientos son variables, se nota una grande diferencia; pero disminuye esta à medida que se acercan del Equador y Polos. En los tropicos y circulos polares, se mantiene siempre en un mismo estado. Observacion de Mr. Halley. Se previene que el mercurio ò azogue que se ha de introducir en los tubos ha de estar bien purificado.
Metatextualidad
Continua esta explicacion en el
Periódico siguiente.