Compositus meliùs cum Bitho
Bacchius. In jus
Acres procurrunt, magnum spectaculum uterque.
Hor. L. I. Sat. 7. vers. 19.
Inglès en el Reynado de la Reyna
Ana. Como era eminente Estadista, y Calculador perfectissimo, se havia
ocupado la mayor parte de su vida, en meditar sobre la Maquinaria Estatica, è Hydraulica, haciendo
millaradas de experimentos sobre las fuerzas, y movimientos de los Elementos. Mirando con
compassion, y lastima, còmo se devoraban reciprocamente los Vvighs, y los Torys, y conociendo, que no le era possible, saber dia Londres, y Vvestminster. Trabajò tanto en esta idèa, que llegò à descubrir un medio facil, para tener à
punto fixo, y sin error, conocimiento del estado diario de cada partido, con todas las
circunstancias, que acontecian en la Corte, en el Gabinete, en el Parlamento, y en los Caffés, y
Tertulias de toda la Inglaterra.
Dispuso en una tabla larga, y angosta, una multitud de Casas, rotulando à cada Casa con los
motivos, que podian ocasionar revoluciones, y mudanzas, à favor, ò en perjuicio del partido de la
Corte, ò del Pueblo; combinando con tal desteridad los assuntos, que salian siempre infalibles las
impresiones, que las noticias hacian sobre un licor, el qual, subiendo, y baxando en dos tubos, ò
pajas, señalaba en la tabla el estado, y variaciones de los negocios. En Torys, y en otro las
que pertenecian à los Vvighs.Como el arte no consistia en la fabrica de las
tablas, en el repartimiento de las casas, en la delineacion de los grados, en las inscripciones, ni
en la formacion, ò compostura de los tubos, que, para unos parecian de vidro, y para otros de hasta
de buey, preparado chymicamente, sin ser, ni de una, ni de otra materia: no es bien insistir mucho,
ni perder el tiempo en la descripcion de uno, ni de otro, à fin de decir algo del licor, que corria
por los tubos. Este para destilarle, y darle el punto fixo de bondad, que necessitaba para el caso,
havia costado sumas inmensas, desvelos extraordinarios, y riesgos eminentes. Dicese, que este
curioso Cavallero para lograr la perfeccion de este licor, havia mantenido por muchos años en las
Capitales de Europa, à diferentes sugetos habiles, y de mucha experiencia, cuyo oficio se reducia
unicamente à velar sobre los momentos, en que ciertas figuras pùblicas, y privadas, humedecian el
rostro, y las manos, para recoger en aquel señalado tiempo el humor, ò liquido, que en forma de
gotas de sudor, ò de sali-Londres, y en las dos Camaras del Parlamento un parage
determinado, à donde los Pares, y los Comunes cambiaban los Pañuelos, que tenian en la mano, al
tiempo de las deliberaciones, y consejos, dando à cada uno un Pañuelo nuevo, y asseado, por
qualquier otro usado, y lleno de mugre, y de sudor de los que havian combatido, à favor, ò en contra
de las proporciones de alguno de los partidos, que dominaban en la Nacion. Procurò tambien recoger
en cada renovacion del Parlamento, los Guantes de los Vocales, que havian assistido en las
Provincias à las elecciones de los miembros de la Camara Baxa.
A todas estas cosas havia añadido diferentes simples, que havia solicitado, y recogido por sus
Emisarios en Francia, España, Portugal, Alemania, &c. en una palabra, en los Gabinetes de todos
los Principes, y de todos los Pueblos, que tienen interès en los negocios pùblicos de Europa.
De todas estas cosas procurò con arte sacar quintas essencias, espiritus, aceytes, y otros
extractos, con que, al cabo de una infinidad de ensayos, consiguiò componer Vvighs, y otro el de los Torys.
Todos los dias, y en punto de las doce del dia, conociò, y leyò este cèlebre Estadista (en su
Barometro) las novedades, que havia en el dia en los partidos, y las mudanzas que ellas havian de
padecer en las veinte y quatro horas siguientes. Una vez veìa un partido exaltado, y otro abatido.
No era menester mas, que una voz esparcida en un Caffé, en la Bolsa, un Correo que llegaba, ò que
partìa, un Embaxador, que acababa de salir de conferencia, un Ministro, que havia entrado en el
Gabinete del Monarca; finalmente un movimiento, una palabra del Principe, &c. para rebolverlo
todo, y cambiar enteramente el systhema. El partido que un dia estaba en lo alto, se hallaba el otro
en lo baxo, y los grados de este ascenso, y descenso estaban tan exactamente anotados por el licor
en las tablas, que el dueño se viò en estado de recoger, y de enriquecerse con todas las memorias
necessarias para dàr algun dia una excelente Historia de los acaecimientos de la Gran Bretaña, Vvighs, y Torys,
en este presente siglo.
Aunque yo no tengo la fortuna de posseer una Maquina tan extraordinariamente prodigiosa, y tan
necessaria para los que quieren instruirse perfectamente de lo que passa en Europa, no por esto he
dexado de examinar muchissimos medios à fin de poder conseguir, que sin fatigarme, sin entremeterme,
sin incomodar à otros, y sin mezclarme en negocios, ò conversaciones donde no me llaman, tuviesse à
la mano, y supiesse con exactitud las noticias, que nos vienen de Alemania,
Francia, Inglaterra, &c. Al cabo de muchas
especulaciones, y de no pocas penosas pesquisas, he llegado à averiguar, que haciendo algo de mi
parte, no serìa yo menos dichoso, que el Inglès, en inventos, y que yo no tendria mas dificultad en
formar, y conseguir un Barometro de los sucessos de toda la Europa, que tuvo el Britanico para
formar el suyo, de los acontecimientos que sufrieron los partidos politicos de su Nacion.
Augsbourg. Para este efecto he comenzado mis observaciones, ensayando varias piezas nuevas, y
el modo de poder servirme de ellas; y no desconfio, de que, con la paciencia que tengo, en la
continuacion de mis escru-
El Abad de Bellegarde, La Chambre, Porta, y otros muchos Physonomistas antiguos, y modernos, se persuaden
firmissimamente, que los hombres traen delineadas sobre el rostro, las passiones, que les agitan, y
las propensiones, que les son naturales. Y aunque se pudiera dudar de esta verdad en vista de
innumerables ejemplares, que al parecer desmienten las consequencias, que se pueden deducir de
varios principios, que serìa facil establecer por esta via: la confesion de Socrates, es tan poderosa para sentar el hecho, que no es possible, se contradiga lo que los
Autores citados dexaron escrito sobre la materia. Pero valga por lo que valiera, à mì me conviene,
que esto sea verdad; respecto que por la Physonomìa de los Novelistas, ò Noveleros idem per ide, (sin mas auxilio) he fabricado mi Barometro de Noticias Militares, y que las
señales de sus rostros son los indicantes de que me sirvo para saber lo que traen las Cartas, y
Papeletes, y lo que dicen en pùblico, y en secreto los Ministros, y Embaxadores: Pues estas señales
son para mì lo que el
Los dias de Martes, y Jueves comienzo mis examenes,
y observaciones; pues baxando àcia la Puerta del Sol, y deteniendome algo en mis passos, pero sin
quedar enteramente parado, advierto, yà la esperanza, yà el temor de los dos bandos para el dia
siguiente, reconociendo en todos una ansia eficàz, y vehemente de salir de las dudas, en que los
dexaron las noticias de los Correos antecedentes. Pero adonde triumpha mi arte, es, en saber
pronosticar de antemano, las verdades de los sucessos lexanos, y esto por los simples movimientos de
las bocas, agitacion de los ojos, gesticulacion de las manos de los que se entretienen de las
novedades del dia. A unos los veo las manos llenas de papelicos, los que leen à estos, y alargan à
aquellos. Tres, ò quatro la pluma en la mano, transcriben,y embian las copias, que sacan de los
papeles, que siempre son originales, y de confianza, à los Xefes, y apassionados de su bando. Aqui
se traza sobre el mostrador con agua, ò piedra blanca, ò si hay algun Ingeniero, ò Artillero, lo
hace sobre papel, con lapiz, Belle Isle està sitiado, que el partido que favorece à la
Inglaterra, no solo la toma, sino que al punto mismo toma la Isla de Rè, y desembarca en las Costas
de la Garona. Si el Exercito de Francia se mueve sobre el Vveser, no intermedia tiempo, sin que los favorecedores de esta Corona la trasladen hasta Stade, y ponen en contribucion, de su propia voluntad, al Paìs de Hessa, à Hannover, y à los demàs Posnania hasta Potzdam; y que el Rey de Prusia duerme en
Leipsig, y se levanta en Breslau, sin mas motivo, que
el que tienen los Noveleros partidarios, para transportar sobre las alas del viento los huestes.
No creo, que havrà persona tan indiscreta, ni tan mal hallada con su entendimiento, y juicio, que
quiera revocar en duda la veracidad, y exactitud de mi Barometro. Ovidio mismo nos
atestigua, que es dificil, que el rostro desmienta el corazon. La disimulacion no es bastante
imperiosa en todas las criaturas, para someterse siempre el temor, y el gozo, y estas dos passiones
rompen frequentemente los celajes con que el hombre procura ocultarlas.
Cada passion dá al rostro un semblante particular, y se dexa vèr por algunos
Tan dispuesto estoy para resolver la propension de los hombres, y las revoluciones que padecen
sus sentidos, con la sola vista de sus semblantes, que me he atrevido escrivir afuera las noticias
mas veridicas, sin mas antecedentes, que mi ordinario passeo de la Puerta del
Sol, Palacio Nuevo, y Plazuela de
Santo Domingo.
No es menester que nadie hable: no necessito tomar el trabajo de preguntar: gozo el privilegio de
aquel antiguo, que viendo à un Estrangero, à quien jamàs havia visto, le decia, aùn antes que havia
despegado los labios, hable, para que te vea. Mejor sè la positura de las
cosas de Alemania, de la Canada, del Oriente, y de las Costas Maritimas, por los semblantes de los que se
interessan en la fortuna de los Pueblos, que se hacen la guerra, que por sus palabras; porque mas
bien saben ellos disfrazar la verdad hablando, que callando. Ademas de esto, la multitud de
observaciones, que he hecho para lograr mis fines, me ha dado à conocer, que el semblante en su todo
es un indicante mas expressivo de las cosas, que tal qual faccion particular; pues
Me prometo el mas distinguido premio por la solicitud con que deseo promover, y afianzar el
establecimiento de los Caffés, como la escuela mas adequada para criar un sin numero de sugetos, que
con el tiempo ilustraràn la Nacion con sus delicadas meditaciones sobre la Politica. Como en estos
parages, por ser pùblicos, concurre el que quiere, siempre se podrà en ellos lograr mejor
instruccion sobre el estado de las cosas, que en las demàs Tertulias, donde todo es uniforme, y
donde jamàs se pesa el pro, y contra de las noticias:
las quales, si son favorables para el partido, se exageran, y revisten aun mas propiciamente de lo
que son; y sin [sic] son contrarias, las procuran disminuir, à fin de minorar el daño, ò
desaparecerle enteramente.
Los años passados, quando se hablò tanto del mal estado de S.M. Prusiana,
se asseguraba con tanta certeza su muerte, que huvo quien se huviera dexado matar antes, de no
creerla. Procurè insinuarme en to-
què hay de nuevo, què se
dice de Italia, ò de Alemania; y esto con el fin de poder penetrar hasta donde llegue la
passion de los que me responden. Las refle-
Passaba à la Calle Ancha de San Bemardo, ò à la del Barco, y en media hora me hallaba instruido, assi de lo que pensaban de este Calle Ancha, se discurria indiferentemente entre
Cocineros, y Ayudas de Camara; pero à medida que me passaba àcia la otra, oì que se alambicaban mas,
y mas los razonamientos: de suerte, que en un rincon de la pieza quedaban yà tan perfectamente
destilados, que podian passar por del mas sublime quilate. Los espiritus, ayudados por los vapores
del Caffé, ò de los Licores, disponian (en un abrir, y cerrar de ojos) de todos los bienes, del
difunto Principe, y en menos de un quarto de hora quedaba la paz hecha, y todo el mundo restituido
desde el Exercito à su Casa.
Saliendo de alguna de estas dos citadas partes, empezaba el passeo, que mi Medico me ha ordenado
para disipar mis malos humores. Caminando derechamente mi primera estacion, veìa la assamblèa
completa, y un cèlebre Atheniense servir de Orador del dia. Jamàs oì discurso mas elegante, que el
que este pronunciò en aquella
La diversidad de opiniones, en orden à las circunstancias de esta muerte, que se atribuia à una
infinidad de causas, era otro Laberinto extremamente dificil de desenredar, y que me hacia vèr como
se siente de las cosas, que suceden lexos de nosotros. En los animos de algunos se encendia tanto la
ira para sostener, que solos ellos sabian la verdad, de lo que decian, que en ciertas ocasiones, oì
sobre esta, y otras semejantes noticias, palabras colericas, è insultos personales. Pues no es
perderse el juicio, quererse afianzar en quatro renglones, que se escriven de priessa, y por ventura
sin haver bebido en legitima fuente? Quántas veces revocan las Gacetas las nuevas que habian
propalado? Y quántas veces vemos tan
Una de las cosas, que mas me ofenden en los Novelistas, es, la ciega passion que los arrastra, y
que les hace atropellar el honor, y respeto que debemos à los Superiores, mayormente à las Testas
coronadas, Vicegerentes de Dios sobre la tierra. Poco practicos en lo que dicen las Sagradas Letras,
sobre este punto, ignoran las veces que Dios honrò con titulos muy excelsos, à los Principes
Infieles, de quienes se valiò para azotar à su Pueblo. Con horror debe oìr qualquier racional, los
epitetos con que cargan los inconsiderados, à las personas de los Monarcas. Con veneracion decia
piissimamente la ilustre Señora La Moignon al Satyrico Boileau debemos tratar à nuestro proximo, y mas à los Reyes, aunque sean enemigos de nuestra
Patria. Acuerdome de la Griego, haveros dado
un contento, y alegria de tres dias, que haveros desde el punto mismo assustado, y entristecido con
la pérdida de la Batalla?
Monsieur.
“Entre todas las Comunidades de esta Ciudad, que tienen à la Moda por objeto de sus
obras, ninguno hasta ahora ha tenido menos fortuna en España, que la nuestra. Sì es verdad que
despachamos algunas chupas bordadas, algunos Ojales en cartòlina, ò algunas Basquiñas, y Batas
picadas, ò bordadas en estambre, no consideramos estos articulos por de tanta consideracion, que nos
puedan hacer participantes de las sumas que vomita America por el Canal de
Cadiz, en el seno de las demás Naciones de Europa, y sobre todo en el de la
nuestra. Buelvo à decir Monsieur, que nuestra Comunidad es la que menos se
interessa en las riquezas de España; sin embargo de hacer Comercio de un articulo, que se debiera
despachar mas en su Paìs de Vm. que en otras parte [sic] de Europa. Còmo es esto, Monsieur, tantos calores
En Junta General, celebrada en 20. de Mayo, se ha resuelto Monsieur
escrivir la presente, para que Vm. haga esto pùblico por qualquier medio que sea; prometiendo al que
primero rompiesse la Baya, è hiciesse uso pùblico, y continuo del Parasol de Tafetan, y procurasse
que se introduzca, y establezca la Moda de èl, para el año proximo venidero de 1762, el mandar
acuñar una Medalla de Plata del peso de dos onzas, con el Retrato del que nos favoreciesse con su
empeño: quedando al desempeño de nuestra Real Academia de las Inscripciones, el Exergue, la
Inscripcion, y el Reverso. Deseamos que Vm. nos participe las novedades, que pro-
Monsieur.
Los muy aficionados servidores,
el Syndico, los jurados, y Vee-
dores del
Gremio de los Roperos de
la Puente del Cambio de Parìs.
“Estimando la favorecida de Vms. de 30. de Mayo, satisfarè al
deseo, que Vms. tienen de que se fomente en esta Corte el uso del Parasol de
Tafetan, para resguardarse de los rayos Solares, que carcomen la blancura de
la tez, y que se les procure à Vm. assi el despacho de un articulo para su Gremio, extremamente
lucrativo; prometiendo al que fundasse, y procurasse la introduccion de este Comercio, el honor de
la inmortalidad por medio de una Medalla, acuñada con su retrato. Apenas recibì la Carta de Vms. Parasol de faltriquera, enarbolado con todas las circunstancias
necesarias para poder esperar en el proximo Verano la dilatacion de su uso, y à favor de su Gremio
de Vms. un despacho, que, como Vms. no ignoran, es en España de enturbion, y avenida, en los
primeros momentos.
No podrè decir con certeza, si el Cavallero Fundador de esta Moda querrà franquear su retrato para estamparle en la Medalla. Si por ventura lo escusára, embiarè à lo menos su nombre, y apellido, con la data de la introduccion de la Moda. No siendo justo quede toda la Nacion privada por culpa de uno solo, del honor que la compete en la promocion de este Articulo de Moda, y en el bien estàr de su Gremio de Vms. de quienes soy con toda atencion.”
Messieurs.
Su muy favorecido servidor
El Duende.
Parasol en esta
Corte, es, à mi parecer, indispensable, y no hay en contra el que nuestros antepassados no los
estilaron, y que no los estilan otros muchos Pueblos. El ansia para distinguirse, y fixar la vista
de todos, entra en el Plan de las acciones humanas, tomadas moralmente; y la passion que tenemos
todos, de inmortalizarnos por medio de la piedra, y del bronce, es uno de los mas gloriosos
pensamientos, que alientan à los hombres. Les parece à los embidiosos de las glorias del proximo,
que es leer poco en alguna Chronologìa de los inventos de Artes, y Ciencias, que en 1761 en tal dia,
y en tal mes, se viò en Madrid el primer Parasol sobre
la cabeza de un hombre, para conservarse las facciones, en cuya memoria se acuñò en Parìs una
Medalla, que probablemente se conservarà en los Monasterios [sic]? Pues
diganme todos, y qualquier de ellos, à que miran tantos anhelos para promoverse, y hacerse lugar en
el mundo, sino à gozar Gallegos, ò Asturianos; esto es, Aguadores, ò Ganapanes, Taberneros, Tenderos , y otras gentes
de esta casta, todos apetecemos el Quos ego. Yo mismo no disimulo el que
quissiera ser el mas habil, y el mas sabio en realidad; pues aunque no me haria perder los estrivos
el saber, siempre me hallaria gustoso, con que todos admirassen el favor, que me havia hecho el
Altissimo. Y si esto es una verdad incontratable, por què se querrà negar, que el que saca el
primero à luz una Moda nueva, no deba gozar las prerogativas, de que por qualquiera novedad util se
hace digno à quien la propala?
Dignissimo es, pues, de premio, y de una distincion honorifica, el que rompe el camino para
darnos libertad de valernos del Parasol, como de un instrumento, que en
qualquier momento, nos manifiesta lo que somos, y escusa el deber embozarnos, ò duplicar los gastos
del Peluquero, para renovar el rizo que tanto se echa à perder por Parasol cosa alguna, que contradiga à la
buena crianza, antes bien la considero por utilissima, y sumiamente conducente para que se imite, y
se introduzga en el Reyno.
Parsol nuevamente introducido, sea de Seda, pues se quexa de que no le
hayan dado tiempo para despachar los que tiene de Encerado.
Señor Duende: Vm. havrà notado la
novedad del Parasol, que apareciò pocos dias hà, y que continua à aparecer
unico en su classe sobre el Horizonte de estas Calles de Madrid; no sin grave perjuicio de nuestro
Gremio, y en particular de mì; pues para abastecer al Pùblico, que tanto me honra, que me cree
infalible en mi decir, y en mi obrar; he hecho una provision de cinquenta gruessas de Parasoles de Encerado, de que la mayor parte tengo yà recibido, y no siendo
justo, que sufran mis interesses, por solo un Parasol de Tafetan, le suplìco à Vm. amoneste, y avi-Parapluies: siendo cierto (como Vm. no ignora) que si se dexa vèr otro Parasol de Tafetan à las doce del dia por estas Calles, los Lacayos no querràn servirse mas de Encerado, lo que para mì serà de sumo
perjuicio. Reitero mi peticion, y confiado que Vm. harà à mi favor qualquiera cosa, le B.L.M.
Su servidor, y apassionado,
D. Sinibaldo Sutorio.
FIN.
El Discurso siguiente se darà el Lunes 17. de Agosto de 1761.
EN MADRID: Con las Licencias necessarias, por Andrès Ortega, calle de
las Infantas.
Se hallarà este, y todos los siguientes en las Librerìas de Antonio Sancha,
frente del Correo;y en la de Bartholomè López, Plazuela de Santo Domingo; y en la de Bartholomè
Ulloa, frente del Salvador.